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BIBLIOTECA CLÁSICA GREDOS, 200

INTRODUCCIÓN,TRADUCCI~NY NOTAS DE
TOMAS CALVO M A R T ~ E Z

EDITORIAL GREDOS
Asesor para la sección griega: CARLOS
GARC~A
GUAL.

Según las normas de la B. C. G., la traducción de este volumen ha sido


revisada por PALOMAORTIZ.

O EDITORIAL CREDOS, S. A.

Sánchez Pacheco, 81, Madrid, 1994.

1
FORMA, CONTENIDO Y ORDEN DE LOS LIBROS
DE LA METAF~SICA

1. Forma de los libros metafsicos


Los catorce libros aristotélicos editados tradicionalmente
bajo el titulo de Metafísica no forman un tratado unitario y sis-
temático, sino una serie de escritos independientes que serían
posteriormente agrupados, en parte por Aristóteles mismo y
definitivamente por peripatéticos posteriores hasta dar lugar a
la forma en que actualmente conocemos la Metafsica l .
Se trata, sin duda, de un conjunto de materiales que no esta-
ban destinados originalmente a su publicación, sino a servir

Como es sabido, la palabra «metafísica» no aparece en el propio Aristó-


teles. El «más allá» del prefijo (metá) apunta, según la interpretación tradicio-
nal, tanto al orden de la realidad (estudio acerca de las realidades inmateriales
Depósito Legal: M. 32430-1994. e inmóviles que se hallan más allá de las cosas físicas) como al orden del co-
ISBN 84-249-1666-2. nocimiento (estudio teórico que ha de iniciarse con posterioridad al estudio
de la física).
Impreso en España. Printed in Spain. La Metafisica fue publicada por el penpat6tico Andrónico de Rodas (s. I
Grtíficas Cóndor, S. A., Sánchez Pacheco, 81, Madrid, 1994. - 6698. a. C.) a quien se debe la ordenación y edición del Corpus Aristotelicum.
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5 cipio del navío y los cimientos lo son de la casa, y hay quie- a todo tipo de principios es ser lo primero a partir de lo cual
nes piensan que de los animales lo es el corazón, otros que el algo es, o se produce, o se conoce. Y de ellos, unos son inma-
cerebro y otros que cualquier otra parte semejante, sea la que nentes y otros son extrínsecos, y de ahí que principio sean la
sea; naturaleza y el elemento, el pensamiento y la voluntad, la en- 20
(4)y lo primero a partir de lo cual se hace algo, no siendo tidad y el para-qué. Y es que el bien y la belleza son princi-
aquello inmanente (en esto), es decir, de donde naturalmente pio, en muchos casos, tanto del conocimiento como del movi-
se originan el movimiento y el cambio: el hijo, por ejemplo, miento.
tiene su principio en el padre y la madre, y la guerra en la
ofensa;
io (5) y aquello por cuya voluntad se mueve lo que es movido CAP~TULO
SEGUNDO
y cambia lo que es cambiado: así, se dice que son principios,
en las ciudades, las magistraturas, las autoridades, las monar- (CAUSA)
quías y las tiranías, y también las artes y de éstas, muy espe-
cialmente, las rectoras 3. Se llama «causa»
(6)Además, se dice también que es principio (de una cosa) (1) en un sentido, aquello de-lo-cual se hace algo, siendo
15 lo primero a partir de lo cual la cosa resulta cognoscible, por aquello inmanente (en esto): el bronce, por ejemplo, lo es de la 25
ejemplo, las premisas lo son de las demostraciones. estatua y la plata lo es de la copa -y también sus géneros-;
En otros tantos sentidos se habla también de «causas», ya (2) en otro sentido, la forma y el modelo, es decir, la defi-
que todas las causas son principios4.Y ciertamente lo común nición de la esencia y los géneros de ésta (por ejemplo, de la
octava es «la proporción de dos a uno» y genéricamente el nú-
«Muy especialmente, las rectoras*: hui architektonikai málista. Obsér- mero), así como las partes de la definición;
vese que la palabra architecktonikaí, que traducimos como «rectoras», incluye
en su composición el término archt?. Uno de los significados usuales de este
término es el de «mando», y en este sentido se aplica a las magistraturas y go- (el punto de partida de un trayecto es su principio, y así lo recoge Aristóteles
biernos. Las artes y ciencias rectoras son, pues, aquellas a las que corresponde en la primera de las acepciones propuestas, pero nadie lo consideraría causa
mandar, ordenar y dirigir a las demás. Sobre la sabiduna como ciencia rectora, del trayecto), b) mientras que otras veces se considera más amplia la noción
cf. supra, 1 1,981a30 y 2,982b3-6. de causa: no todas las causas son principios, solamente lo son las causas pri-
Pánta gdr td aítia archaí: «ya que todas las causas son principios». La meras.
relación entre los términos archk (principio) y aítion (causa) es vacilante en Aítion. Este capítulo reproduce, prácticamente de modo literal, el pasaje
Aristóteles, al igual que en la lengua común. A menudo tienden a coincidir correspondiente de Física 11 3, 1941323-95b21, desde donde fue introducido en
extensionalmente, aun cuando cada uno de ellos posee un rasgo peculiar del este lugar, tal vez por Aristóteles mismo. En su explicación, Aristóteles se re-
que el otro carece: 'causa' suele comportar la idea de influjo; 'principio' com- mite, como esquema fundamental, a su clasificación de las cuatro causas: ma-
porta la idea de orden y prioridad en éste (cf. AQUINO, 751). Como consecuen- teria, forma (esencia), aquello de donde proviene el inicio del movimiento
cia de estas diferencias, a) a veces se considera más amplia la noción de prin- (agente) y aquello para lo cual (fin). Cf. supra, 1 3, 983a26-32. (En relación
cipio que la de causa: toda causa es principio, pero no todo principio es causa con la terminología, cf. las notas 13, 14 y 15 a este pasaje de 1 3.)
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( 3 ) además, aquello de donde proviene el inicio primero de tal cosa, a veces, al estar ausente, lo consideramos causa de
30 del cambio y del reposo: así, el que da un consejo es causa, y lo contrario: por ejemplo, consideramos que la ausencia del pi-
el padre lo es del hijo, y en general, el agente lo es respecto de loto es la causa del naufragio, dado que su presencia era la
lo hecho y lo que produce el cambio lo es respecto de lo que causa de su salvación. Ambas -ausencia y presencia- son,
resulta cambiado; por lo demás, causas en tanto que mueven. 15
(4) además (está la causa entendida) como fin, y éste es Por otra parte, todas las causas establecidas caen dentro de
aquello para-lo-cual: por ejemplo, el del pasear es la salud. los cuatro tipos de causas más obvios. En efecto, las letras son
¿Por qué, en efecto, pasea? Contestamos: para estar sano, y al causas de las sílabas, y la materia lo es de los artefactos, y el
contestar de este modo pensamos que hemos aducido la causa. fuego y la tierra y las cosas de este tipo lo son de los cuerpos,
35 Y también todas aquellas cosas que, siendo otro el que inicia el y las partes lo son del todo, y las premisas lo son de la conclu- 20
i o m movimiento, se interponen antes del fin, por ejemplo, el adel- sión, en tanto que aquello de-lo-cual (se hacen). Y de todas es-
gazar, el purgarse, las medicinas y el instrumental médico se tas causas, unas lo son como sustrato, por ejemplo, las partes,
dice que son causas de la salud; y es que todas estas cosas son y otras como esencia: así el todo7, la composición y la forma.
para el fin, si bien difieren entre sí en que las unas son accio- Por su parte, la semilla, el médico, el que da un consejo, y en
nes y las otras instrumentos. general, el agente, todos ellos, son aquello de donde proviene
Así pues, éstos son aproximadamente6todos los sentidos el inicio del cambio o del reposo. Otras, por último (son causa)
5 en que se habla de «causa». Ahora bien, puesto que las causas como el fin y el bien de las demás cosas. En efecto, el (aque- 25
se dicen tales en muchos sentidos, ocurre que la misma cosa 110-para-lo-cual)pretende ser lo mejor y el fin de las demás co-
tendrá muchas causas, y no accidentalmente (por ejemplo, tan- sas, y nada importe si se califica como bien (real) o como bien
to el arte escultórico como el bronce son causas de la estatua, y aparente. Las causas son, pues, éstas y éste es el número de sus
lo son en tanto que estatua y no en otro cualquier aspecto, si especies. Y si bien las modalidades de las causas son muchas
bien no lo son del mismo modo, sino que lo uno es causa como en número, no obstante, si se agrupan, también ellas resultan
materia y lo otro como aquello de-donde proviene el movi- ser pocas.
lo miento), y habrá causas recíprocas (así, el ejercicio es causa Las causas se dicen tales, pues, en muchos sentidos, y entre 30
del buen estado físico y éste lo es del ejercicio, pero no del las de la misma especie unas son anteriores y posteriores res-
mismo modo: lo uno es causa como fin y lo otro como princi- pecto de otras: por ejemplo, el médico y el hombre de arte son
pio del movimiento). Además, lo mismo es causa de efectos causa de la salud, y de la octava lo son el doble y el número, y
contrarios: y es que aquello que --estando presente- es causa las que abarcan a cualquier otra lo son siempre de los efectos
particulares (de ésta).

6 Schedón: «aproximadamente», grosso modo. Como señala ALEJANDRO, El «todo» (tó te hólon) no ha de entenderse aquí como el compuesto,
350, 20-22, Aristóteles utiliza esta expresión porque pueden hacerse -y se pues en tal caso, señala ALUANDRO (351, 27-30), aestan'a llamando 'forma' al
harán a continuación- clasificaciones más detalladas, teniendo en cuenta la conjunto (de la materia y la forma), sino lo que adviene a las partes, es decir,
distinción entre causas propias y accidentales. su ser como totalidad y su completitud (holótZtá te kai teleiÓtéta)».
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Además, están la causa accidental y sus géneros. mo tiempo que los efectos de que son causas -por ejemplo,
35 Por ejemplo, de la estatua es causa, en un sentido, Policleto este que está curando y este que está siendo curado por él; este
y lo es, pero en otro sentido, el escultor, ya que accidentalmen- constructor que está edificando y este edificio que está siendo
1014a te coincide que Policleto es el escultor. Y causas son también edificado por él-, mientras que (tratándose de causas) en po-
las que abarcan a la accidental, por ejemplo, de la estatua es tencia no siempre es así. En efecto, la casa y el constructor no 25
causa el hombre y también, genéricamente, el animal, puesto desaparecen al mismo tiempo.
que Policleto es hombre y el hombre es animal. Por lo demás,
entre las causas accidentales las hay más lejanas y más próxi-
5 mas unas que otras, por ejemplo, si se consideran causas de la
CAP~TULO
TERCERO
estatua el blanco y el músico, y no solamente Policleto o el
hombre. (ELEMENTO)
Todas las causas -además de decirse tales bien en sentido
propio bien accidentalmente- se dicen tales, ya porque lo son Se llama «elemento»
en potencia, ya porque están actuando, por ejemplo, se dice ( 1 ) lo primero de-lo-cual algo se compone, siendo aquello
que es causa de la edificación, ya un constructor, ya un cons- inmanente (en esto) y no pudiendo descomponerse, a su vez,
tructor que está edificando. especljcicamente en otra especie distinta. Así, son elementos de
lo Del mismo modo cabe también hablar acerca de los efectos la voz aquellos de que la voz se compone y en que se descom-
de que las causas son causas: cabe decir de algo, por ejemplo, pone últimamente, mientras que ellos no pueden descomponer-
que es la causa de esta estatua determinada, o bien que lo es de se en otras voces específicamente distintas, sino que, en caso
una estatua, o, genéricamente, que lo es de una escultura; de descomponerse, las partes resultantes serán de la misma es- 30
igualmente, que es la causa de este bronce determinado, o bien pecie: por ejemplo, es agua una parte de agua, pero una de la
* que lo es de un bronce o, genéricamente, que lo es de la mate- sílaba no (es síiaba). De igual modo explican también los ele-
ria. Y lo mismo tratándose de las causas accidentales. mentos de los cuerpos quienes denominan tales a los compo-
Además, cabe combinar las unas y las otras al referirse a nentes últimos en que se descomponen los cuerpos sin que
ellas, por ejemplo, hablar no de Policleto o del escultor, sino aquéllos puedan, a su vez, descomponerse en otros de distinta
1s del escultor Policleto. Pero, en cualquier caso, todas estas cau- especie. Y sean una o muchas tales cosas, las denominan ele-
sas -si bien cada una de ellas se dice tal, a su vez, en dos sen- mentos.
tidos- son seis en número: como particular, como género,
como accidente, como género del accidente, formuladas en
combinación o formuladas cada una simplemente; y de todas
Stoicheion. Dos son los rasgos característicos de la noción de «elemen-
20 ellas, a su vez, en tanto que están actuando o en potencia. Di-
to», como se muestra en este capítulo: su inmanencia en aquello de que es ele-
fieren entre sí, por lo demás, en esto: que las causas particula- mento, y su indivisibilidad cualitativa (no cuantitativa), en cuanto que ya no
res y las que están actuando existen y dejan de existir al mis- es divisible en partes de distinta especie.
LIBRO v 227

también capaz de existencia separada 37. Y tal es la conforma-


CAP~TULO
OCTAVO ción, es decir, la forma específica de cada cosa.
(ENTIDAD)

CAP~TULO
NOVENO
lo Se llaman «entidad»
( 1 ) los cuerpos simples -por ejemplo, la tierra, el fuego, (LO MISMO, DIVERSO, SEMEJANTE, DESEMEJANTE)38
el agua y cuantos son tales- y, en general, los cuerpos y sus
compuestos, animales y divinidades 35, así como sus partes. To- Ciertas cosas se dice que son «lo mismo»
das estas cosas se dice que son entidad porque no se predican ( 1 ) accidentalmente, por ejemplo, «blanco» y «músico»
de un sujeto; al contrario, las demás cosas (se predican) de porque sucede accidentalmente que se dan en lo mismo, y
ellos. «hombre» y «músico» porque lo uno sucede accidentalmente
1.5 (2) En otro sentido, lo que es causa inmanente del ser de que se da en lo otro, y decimos «el músico es hombre» porque 30
aquellas cosas que no se predican de un sujeto: así, el alma sucede accidentalmente que se da en el hombre. Lo así expre-
para el animal. sado se identifica con cada uno de sus dos términos y cada uno
(3) Además, las partes inmanente$ de tales cosas, si las de- de éstos con ellos: en efecto, tanto el hombre como el músico
limitan y expresan algo determinado, y si su eliminación aca- se dice que son el mismo que «el hombre músico», y que éste
rrea la eliminación del todo: así, como dicen algunos, la (eli- es el mismo que aquéllos. (Y de ahí que ninguna de estas cosas
minación) de la superficie (acarrea) la del cuerpo y la de la se predique universalmente. No es, en efecto, verdadero afir-
20 línea (acarrea) la de la superficie; y el número, en general, es
mar que «todos los hombres» son lo mismo que «músico», ya
tal según el parecer de algunos 36 (puesto que define todas las que las determinaciones que se predican universalmente perte- 35
cosas y si se eliminara, nada quedaría). necen por sí mismas (a sus sujetos), mientras que las acciden-
(4) Además, la esencia, cuyo enunciado es definición, tam- tales no les pertenecen por sí mismas, por más que se predi- 1018a
bién ella se dice que es la entidad de cada cosa. quen de los individuos sin matización alguna al respecto.
Sucede, por demás, que la entidad se denomina tal en dos Sócrates y Sócrates-músico parece, en efecto, que son lo mis-
sentidos: de una parte, el sujeto último que ya no se predica de
25 otra cosa; de otra parte, lo que siendo algo determinado es

37 «LOque siendo algo determinado es también capaz de existencia sepa-

rada»: ho un tóde ti dn kai choristdn t i . La materia carece de estos dos ras-


gos puesto que es, por sí, indeterminada e incapaz de existir separada de la
34 Ousía. Al estudio de la ousía o entidad dedica Aristóteles monográfica- forma, al margen del compuesto que constituye con ésta. Cf. infra, VII.3,
mente los libros VI1 y VI11 de la Metafísica. 1029a27-30.
35 «Divinidades»:daimónia. Se refiere a los cuerpos celestes. Tautón, héteron, diáphoron, hómoion. Aristóteles estudiará estas nocio-
36 Pitagóncos y Platónicos. nes más adelante, en X 3 y 4.
228 LIBRO .V 229

mo; pero «Sócrates» no se dice de una pluralidad de indivi- si tiene la mayoría -o bien los más importantes- de los con-
duos, y de ahí que no se diga «todos los Sócrates» como se trarios por los cuales ésta puede ser alterada4~.
dice «todos los hombres».) Lo «desemejante» se dice tal, a su vez, por oposición a lo
( 2 ) Ciertas cosas se dice, pues, que son lo mismo de esta semejante.
5 manera, mientras que otras se dice que lo son por si, y esto en
todos los mismos sentidos en que se dice 'uno': en efecto, se
dice que son lo mismo aquellas cosas cuya materia es una, ya
específica ya numéricamente, y aquellas cosas cuya entidad es
una, de modo que es evidente que la mismidad consiste en (OPUESTOS. CONTRARIOS. DIVERSOS
cierta unidad del ser, bien de una pluralidad, bien de algo EN CUANTO A LA ESPECIE) 4'
considerado como una pluralidad: así, cuando se dice de algo
que es lo mismo que ello mismo, se considera como si fuera (1) Se llaman «opuestos» la contradicción, los contrarios, 20
dos cosas. Se dice que son diversas, por el contrario, aquellas los relativos, la privación y la posesión, y los extremos des-
cosas cuya especie o materia o definición de la entidad es más de los cuales y hasta los cuales tienen lugar las generaciones y
lo de una. Y, en general, 'diverso' se dice por oposición a lo las destrucciones42. Tambien aquellas cosas que no pueden es-
'mismo'. tar a la vez presentes en el sujeto capaz de recibirlas se dice
Se dice que son «diferentes» aquellas cosas que son diver- que son opuestas, ellas mismas o bien los elementos de que se
sas, pero siendo lo mismo en algún aspecto 39, sólo que no nu- componen: en efecto, el gris y el blanco no se dan a la vez en
méricamente, sino según la especie o según el género o por lo mismo, luego son opuestos los elementos de que derivan.
analogía. Además, aquellas cuyo género es diverso, y también ( 2 ) Se llaman «contrarios»4s: (a)aquellas cosas que, siendo 25
los contrarios, y también cuantas cosas comportan la diversi- diferentes en cuanto al género, no pueden estar presentes a la
dad en su entidad.
1s «Semejantes» se dice que son aquellas cosas cuyas afeccio- 40 Cf. infra, X 3, 1054b3-13, donde Aristóteles distingue cuatro tipos de

nes son, en su totalidad, las mismas, y también si las afecciones semejanza. (Sobre las divergencias entre tal clasificación y la ofrecida en este
que son las mismas son más que las que son diversas, y aque- pasaje, así como su posible conciliación, puede verse la sugerencia de ROSS,1,
llas cosas cuya cualidad es una; y una cosa es semejante a otra 313-14.)
4' Antikeímena. Enantía. Hétera toi eídei.

42 La clasificación que usualmente ofrece Aristóteles de los opuestos (an-

tikeímena, cf. infra, X 4, 1055a38-39; también, Cat. 10, 11b17-19, y Top. 11 2,


39 «Son diversas, pero siendo lo mismo en algún aspecto*: la mera diver- 109b17-20) solamente incluye los cuatro tipos mencionados en primer lugar:
sidad, o pura altendad (heterótas), no implica elemento común alguno entre contradictorios, privación I posesión, contrarios y relativos.
los términos diversos, mientras que la diferencia (diaphorá) comporta que los 43 El rasgo fundamental de los contrarios (enantía) consiste en que entre

términos diferentes tengan algo en común; a partir de este elemento común, ellos se da la diferencia máwima, son los extremos dentro de un mismo ámbito
difieren en algo determinado. Sobre la distinción entre héteron y diáphoron, a que ambos pertenecen (género, potencia, ciencia, sujeto, etc.). Cf. infra, X 4,
cf. infra, X 3, 1054b23-55a2. 1055a3-33.

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