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Derecho probatorio

Docente:
Ajani Akín Cuesta

Integrantes:
Juan José Diosa Echeverri.
Bryan Gómez Meneses.
Emmanuel Cifuentes Sierra.
Daniel Mauricio Gómez Ávalos.

Taller sobre la prueba ilícita

Universidad Autónoma Latinoamericana.


Medellín.
2022.
Lo primero a tener en cuenta para el caso en concreto es que la intromisión en la esfera
privada de una persona genera sin lugar a duda una exclusión del material probatorio, sin
embargo, cabe preguntarse ¿plantea la Corte Constitucional o la Corte Suprema De
Justicia alguna excepción que permita que pueda incluirse una prueba ilícita dentro del
proceso?
Lo primero a tener en cuenta es que según la Corte Interamericana De Derechos
Humanos y la convención americana de derechos humanos, en su artículo 11.2 de la
Convención establece que el derecho a la vida privada no es un derecho absoluto y, por
lo tanto, puede ser restringido por los Estados siempre que las injerencias no sean
abusivas o arbitrarias; por ello, deben estar previstas en ley, perseguir un fin legítimo y ser
necesarias en una sociedad democrática. De ello se desprende una serie de requisitos
para que pueda haber una intromisión en la esfera privada, entre ellos:
A) Debe estar fijado en la ley.
B) Perseguir un fin legítimo.
C) Ser idónea, necesaria y proporcional.
A falta de cualquiera de estos requisitos se puede decir que la injerencia es contraria a la
convención.
Para el caso concreto, se tiene en cuenta que la ley colombiana no prevé casos en los
que sea posible la no exclusión de la prueba ilícita que vulnere el derecho a la intimidad.
Sin embargo, Miguel Rojas Gómez, quien haciendo parte de la Universidad Del Externado
escribió “Eficacia de la prueba obtenida mediante irrupcion en la intimidad” (2011),
afirma que aquella prueba ilícita por razones de violación a la intimidad podría ser llegar a
ser utilizada dentro del proceso, teniendo en cuenta que el derecho de la intimidad no es
absoluto, toda vez que si bien se trata de un derecho inalienable e intransferible, este si
es de carácter renunciable, ello respecto a que la persona que se encontraría afectada
con la revelación de la información de aquello que ocurrió dentro de su esfera privada, es
la única que puede decidir qué aspectos de su vida se hacen públicos, incluidos los que
traten dentro de su esfera privada.
Teniendo en cuenta esto, podría decirse que, mediante renuncia al derecho en cuestión,
de la esposa del señor que puso las cámaras de seguridad en su habitación sería
totalmente lícita la aportación de dicha prueba al proceso.
Ahora bien, el autor plantea otra excepción que establece la Corte Constitucional en
sentencia SU

“En cuanto a la protección de las comunicaciones privadas contra interceptaciones


arbitrarias, esta Corporación ha reiterado que el derecho a la intimidad garantiza a
los asociados una esfera o espacio de su vida privada, inmune a la interferencia
arbitraria de otros, en especial si la interceptación es realizada por agentes del
Estado, pero también cuando esa interferencia es realizada por personas
privadas, como cuando, por ejemplo, se divulgan a través de los medios de
comunicación situaciones o circunstancias que sean de exclusivo interés de la
persona o sus allegados. Esa doctrina constitucional también ha reconocido que el
derecho a la intimidad no es absoluto y ha señalado, por ejemplo, que cuando se
trata de personas y hechos de importancia pública, el derecho a la información
prevalece prima facie sobre el derecho a la intimidad”.
Ello se refiere a que realmente se debe hacer una ponderación, toda vez que se
trata primeramente de normas que tienen adquieren el carácter de constitucional,
sin embargo, como fue mencionado anteriormente, la convención interamericana
de derechos establece que cualquier excepción que permita la injerencia en la
esfera de la vida privada, debe estar plasmada en la ley, a fin de evitar que se
puedan lograr arbitrariedades por parte de los jueces a la hora de aceptar una
prueba que se obtuvo con injerencia en la respectiva esfera privada.
En conclusión, dada la información anterior, es entendible, que para el caso en
concreto, es procedente la aplicación de la regla de exclusión, toda vez que se
trata de grabaciones que afectan a la esposa del hombre afectado con el hurto y a
su amante, ya que se trata de material fílmico que contiene información respecto
de ocurrencias dentro de su esfera privada y que además, dichas injerencias se
realizaron sin su consentimiento, por lo que habría una clara violación al derecho a
la intimidad de cada persona.

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