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Este documento discute la importancia de la libertad y la responsabilidad en el proceso de formación. Argumenta que la educación implica libertad y que la libertad conlleva responsabilidad. También sostiene que para desarrollar la madurez y ejercer la libertad de manera responsable, es necesario dar responsabilidades a los estudiantes y darles oportunidades para tomar decisiones y aprender de sus errores. El documento enfatiza que sin atención al desarrollo del sentido de responsabilidad, no puede haber una formación humana completa.
Descripción original:
Título original
Javier Abad Gomez - Libertad y responsabilidad en el proceso de la formaci+¦n
Este documento discute la importancia de la libertad y la responsabilidad en el proceso de formación. Argumenta que la educación implica libertad y que la libertad conlleva responsabilidad. También sostiene que para desarrollar la madurez y ejercer la libertad de manera responsable, es necesario dar responsabilidades a los estudiantes y darles oportunidades para tomar decisiones y aprender de sus errores. El documento enfatiza que sin atención al desarrollo del sentido de responsabilidad, no puede haber una formación humana completa.
Este documento discute la importancia de la libertad y la responsabilidad en el proceso de formación. Argumenta que la educación implica libertad y que la libertad conlleva responsabilidad. También sostiene que para desarrollar la madurez y ejercer la libertad de manera responsable, es necesario dar responsabilidades a los estudiantes y darles oportunidades para tomar decisiones y aprender de sus errores. El documento enfatiza que sin atención al desarrollo del sentido de responsabilidad, no puede haber una formación humana completa.
Libertad y responsabilidad en el proceso de la formación1
Javier Abad Gomez
El tema de la libertad y de la responsabilidad es esencial en el proceso
de la formación. Se destacan algunos elementos importantes en este proceso: 1. Hablar de educación es hablar de libertad y hablar de libertad es hablar de responsabilidad. 2. Cuando se desconoce o niega la libertad humana se priva de su sentido más profundo a la educación, cuya finalidad se resume en hacer a cada hombre capaz de formular y realizar su proyecto personal de vida, tarea que tiene su fundamento en la libertad. El camino hacia la perfección del hombre, es decir, su educación, puede ser considerado como un despliegue sucesivo de las posibilidades de hacer un uso, digno, eficaz y responsable de la libertad. 3. Cuando no se tiene la madurez suficiente para usar la libertad con responsabilidad, es necesario dar responsabilidades con el fin de ayudarle a ejercitar su libertad. De manera análoga: no se puede esperar a saber montar en bicicleta antes de montarse en ella por primera vez. 4. Es necesario que tanto en el colegio como en el hogar se den situaciones en las que el estudiante haga uso de su libertad corriendo el riesgo de que haga mal las cosas. 5. Vale la pena destacar en la formación el sentido de la responsabilidad que adquiere su más eficaz entidad cuando se utiliza como finalidad y como medio educativo, un modo indispensable de promover y reforzar la madurez.. Responsabilidad es disposición para responder. Toda respuesta con sentido, implica conocimiento. La responsabilidad, por tanto, se apoya en un conocimiento, el que nace de la experiencia de la propia libertad, ya que respondemos de nuestros actos libres. Toda la vida académica, 1 Ideas tomadas del libro: Tras las huellas del Beato Josemaría, (Ideas para la educación), de Víctor García Hoz, Ed. Rialp Madrid 1997 en lo que tiene de actividad razonable y libre, se fundamenta y refuerza en el ejercicio de la responsabilidad. No parece una exageración decir que sin atención al sentido de responsabilidad no hay formación humana completa. Requiere no sólo saber hacer bien las cosas (responsabilidad previniente), sino saber por qué están bien hechas o por qué no lo están (responsabilidad consecuente): un camino para la alegría en la Obra Bien Hecha y para la alegría de la rectificación.
6. Ese valor se sintetiza en la posibilidad de rectificar, que también es
causa de un modo particular de satisfacción: la alegría de la rectificación, neutralizando la pena o frustración por el mal implicado en la actividad deficientemente realizada. Esto tiene especial valor en la formación ética de los estudiantes. En una institución educativa difícilmente habrá algo que no importe para la formación, porque cualquier acto deja un rastro en la persona humana. Ese poso, huella, es justamente la educación. 7. Un campo muy atractivo en la formación de la libertad y, por tanto, en la verdadera formación de los alumnos, consiste en fomentar las aficiones y la iniciativa en situaciones o actividades espontáneas de la vida. Y como la educación no es sólo la imitación de la vida sino la vida misma, vale la pena tener presente que no hay educación completa si de algún modo los estudiantes no participan en las decisiones relativas a la vida escolar. No sólo en cuestiones de aprendizaje, sino en problemas de la vida, de la persona y de las comunidades sociales. En la medida en que sea compatible con su desarrollo psicológico, el colegio debe proporcionar ocasiones para que todas sus alumnas puedan tomar alguna decisión. El correlato necesario de la libertad es justamente la responsabilidad.