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Universidad Nacional del Nordeste

Facultad de Medicina
Cátedra de Cirugía I

APÓSITOS Y VENDAJES
APÓSITOS Y VENDAJES:
APOSITOS:
Son materiales de curación que se aplican directamente sobre heridas o pérdida de sustancia.
Tipos de apósitos: (Fig. 37)
1. Apósito: Absorbente: Gasa: Bajo costo. Manejo fácil. El exudado no se desvirtúa. Debe fijarse con cinta
adhesiva que puede lastimar la piel.
2. Apósito Absorbentes no adherentes: Espuma de polietileno con membrana hidrófila. No adhiere a la herida
que son sucias. Requiere gasas y cinta adhesiva.
3. Apósitos de alginato cálcico: Deriva de las algas pardas. Cambia calcio por sodio. Son muy absorbentes.
Acelera la cicatrización. No se usan en heridas infectadas ni vasculares.
4. Apósitos hidrocoloides (oclusivos y semioclusivos): carboxi-metil-celulosa sodica. Bacteriostático hipo-
alérgicos. Desbridador. No utilizar en heridas infectadas, vasculares ni auto inmunes (pasta, polvo y apósito)
5. Apósito de hidrogel: Polisacáridos micro-cristalino y polímetros sintéticos. Presentación apósitos secos,
húmedos y granulados. No usar en úlceras necrosantes.
6. Apósito de poliuretano: Permeable al vapor de agua. Crea ambiente húmedo. No usar en heridas infectadas.
7. Apósito de gasa impregnada: Malla impregnada en gelatina de parafina. Se añade antisépticos (gasa
furasinada). Se usa en quemaduras y excoriaciones.
8. Apósito absorbente de malos olores: Tienen capa de carbón activado.

Fig. 58: Tipos de apósitos

Desbridadores enzimaticos:
Pomada a base de colagenasa: Destruye los puentes de colágeno que unen tejido necrótico al lecho. Al estar
la herida limpia se le agrega clostridiopeptidasa “A”. Promueve la formación de colágeno.

VENDAJES:
Son envolturas que se acomodan a cualquier región del cuerpo y se utilizan para sostener apósitos/ gasas o
para realizar inmovilizaciones funcionales (Fig. 38).

Lagraña, Raúl
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Fig. 59: Vendaje funcional


Indicaciones:
Limitar el movimiento de la parte afectada.
Fijar apósitos o medicamentos tópicos.
Fijar férulas para que no se desplacen.
Facilitar sostén a alguna parte del cuerpo.
Comprimir una parte del cuerpo.
Favorecer el retorno venoso de extremidades.
Moldear muñones de amputaciones.
Tipos de vendajes:
Vendaje blando o contentivo: sostiene gasas o apósitos.
Vendaje compresivo: favorece el retorno venoso.
Vendaje rígido: inmoviliza completamente la zona afectada.
Vendaje suspensorio: para escroto o mama.
Vendaje protectivo: protege una zona de una acción nociva.
Tipos de vendas: (Fig. 39)
Venda de gasa orillada: Es la de uso más común. Fabricada en algodón.
Venda de Kling: Es un tipo especial, tejida de tal modo que tiende a retraerse.
Venda de muselina: Fabricada en algodón, pero de mayor consistencia y grosor. Es poco elástica.
Venda elástica: Se fabrica entretejiendo algodón y fibras sintéticas elásticas.
Venda elástica adhesiva: Posee una cara con pegamento, lo que facilita su fijación.
Vendas impregnadas en materiales: Al humidificarla se solidifica (tipo yeso).

Fig. 60: Tipos de vendas


Técnicas (vueltas de vendajes): (Fig. 40)

• Vuelta circular: Sirve para partes cilíndricas del cuerpo. Se superpone cada vuelta.
• Vuelta en espiral u oblicua: Se usa oblicuamente en extremidades. Cubre 2/3 de la vuelta anterior.

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• Vuelta en espiga: Se vendas partes de forma cónica.


• Vuelta en 8 o tortuga: Para articulaciones móviles.
• Vuelta recurrente: Para punta de dedos, muñón o cabeza.

Fig. 61: Técnicas de vendajes


Ejecución correcta de un vendaje:
Indicación precisa.
Lavado de manos antes y después de aplicar.
Aplicación del tipo de venda adecuado.
Vendar la zona afectada dejándola en su posición funcional. Vendar desde la zona más distal hacia la proximal.
Se vendará de izquierda a derecha (no si es zurdo).
Se iniciará y terminará con dos vueltas circulares perpendiculares al eje del miembro.
La presión debe ser uniforme. Si se produce un error se lo debe corregir en forma inmediata.
El vendaje debe mantener un espesor uniforme. En vendajes rígidos almohadillar siempre. El vendaje debe
ser cómodo e indoloro.
Debe controlarse la circulación distal.

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Frondas / Triángulos: (Fig. 41)


Frondas: Trozo de tela rectangular de forma bien alargada y estrecha. Permite sujeción de apósitos.
Triángulos: Cuadrado doblado en 2 partes por la diagonal. Inmovilización provisoria.

Fig. 62: Cabestrillo

OTRAS MANIOBRAS QUIRÚRGICAS:


EXÉRESIS: Consiste en la sección y extracción del todo o parte de una o más estructuras del cuerpo. Combina
diéresis y hemostasia. Se utilizan como sinónimos los términos resección, extirpación y ectomía (Ej.
Gastrectomía, etc.).
ABLACIÓN: Es sinónimo de exéresis: Generalmente se utiliza para indicar una extirpación completa de un
órgano o sector del cuerpo.
TOMÍA: término que indica sección de tejidos (Ej. Gastrotomía, etc.)
OSTOMÍA: término que indica abocamiento de un órgano al exterior (Ej. Gastrostomía, etc.)
PEXIA: suspensión de un órgano o una estructura a la pared (Ej. Gastropexia, etc.).
CENTESIS: Punción de un estructura anatómica (Ej. Pleurocentesis, punción de la cavidad pleural)

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DRENAJES Y AVENAMIENTOS
Drenar o avenar es favorecer la salida al exterior del organismo de colecciones líquidas o gaseosas contenidas
en heridas, cavidades o vísceras, utilizando elementos adecuados llamados drenajes.
Estas colecciones pueden ejercer dos tipos de acciones nocivas para el organismo, a saber:
A. Mecánica local:
1. Compresiones
2. Acodaduras de asas intestinales
3. Adherencias o bridas
4. Dificultad para cicatrizar.
B. Tóxica general: un hematoma infectado, por ejemplo, puede actuar como un foco de sepsis y dar lugar a la
aparición, por vía hemática, de abscesos a distancia.
Los elementos o materiales que puede ser necesario drenar, son los siguientes:
• Pus o líquidos infectados: abscesos de partes blandas, abscesos subfrénicos, etc.
• Sangre: hematomas, hemotórax, hemopericardio, hemoperitoneo, etc.
• Secreciones anormales: serohemáticas, linfáticas, etc.
• Exudados pleurales o peritoneales: pleuresía purulenta, peritonitis, etc.
• Secreciones viscerales normales: bilis (colecistostomía, coledocostomía), jugo gástrico (gastrostomía), jugo
intestinal (enterostomía), orina (cistostomía), etc.

• Aire: contenido sobre todo en cavidades como la pleural (neumotórax) o formado dentro de una herida, etc.
Clasificación de drenajes:
Para clasificar los drenajes se toman en cuenta los siguientes criterios:
1. Según su finalidad los drenajes pueden ser:

• profilácticos: se utilizan para prevenir la formación de colecciones.


• curativos: están indicados cuando se drenan colecciones líquidas o gaseosas, ya formadas al emprender
la operación.
2. Según su mecanismo de acción se dividen en:
• simples o espontáneos: drenan por capilaridad, por acción de la gravedad, por rebalse o por presión de los
tejidos circundantes sobre la colección líquida.
• combinados con la compresión: se agrega un vendaje compresivo y preferentemente elástico que al
exprimir los tejidos favorece la salida del líquido; se usa sobre todo a nivel de los miembros.
• aspirativos: se agrega un mecanismo de aspiración como ser: sachet de suero vacío, aspiración intermitente
o continua con jeringa, sifonaje mediante frascos (fig. 76), aspiración eléctrica, etc.
3. Teniendo en cuenta el número de drenajes que se utilizan, estos pueden ser:

• únicos

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• múltiples: dos o más.

Fig. 63 Drenaje de cavidad pleural con tubo bajo agua (sifonaje)


4. Según el material con que están confeccionados, pueden ser:
• simples: un solo material.
• mixtos: dos o más materiales.
Los drenajes profilácticos se deben utilizar en las siguientes circunstancias:

• Cuando durante la cirugía hubo gran despegamiento de tejidos o quedó una cavidad residual.
• Cuando hubo hemostasia defectuosa.
• Cuando la zona operatoria está infectada o se contaminó durante el acto quirúrgico.
• Cuando se puso al descubierto una colección séptica.
Según el material de que están compuestos, los drenajes simples más utilizados son: los tubos de goma,
plástico o silicona (fig. 77), las tiras o láminas de goma (fig. 78), y la gasa (fig. 79). De los drenajes mixtos, el
más usado es el que combina un tubo fabricado con goma blanda por fuera con gasa en su interior (cigarrillo).
(fig. 80).

Fig. 64: Arriba: sonda de Nélaton; en el medio: sonda de Pezzer; abajo: la misma, descabezada.

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Fig. 65: Distintos tipos de láminas de goma.

Fig. 66: Drenajes de gasa. Arriba izquierda: mecha cónica drenando un absceso; arriba derecha: herida
drenada con 3 gasas largas; abajo: drenaje-taponamiento de Mikulicz.

Fig. 67: Drenajes en cigarrillo


Además de servir para avenar, los drenajes tubulares de goma sirven para inyectar diferentes sustancias o
medicamentos como ser:
• Solución fisiológica.
• Desinfectantes o antisépticos.
• Antibióticos.
• Contrastes radiográficos: en este caso la inyección de sustancia radio opaca a través un tubo permite
realizar una fistulografía y obtener información útil para el manejo de la zona o proceso drenado y del
drenaje mismo (cuándo extraerlo).
Exteriorización de los drenajes:
La exteriorización o salida de los drenajes se puede realizar de dos formas:
• por la herida quirúrgica (Fig. 81).
• por contraabertura: en este caso se practica una pequeña incisión vecina a la herida quirúrgica para sacar
el drenaje.

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Fig. 68: Extracción de un tubo de goma por la herida


Cierre de las heridas drenadas:
Desde este punto de vista, una herida drenada puede quedar:
• totalmente abierta (“evisceración terapéutica contenida”) y con una malla de distintos materiales
(poliuretano, polietileno, etc.) cubriendo las vísceras.
Asimismo la herida puede quedar totalmente abierta y con un drenaje taponamiento de Mikulicz (fig. 27).
Este tipo de drenaje cumple una doble función: taponar y hacer hemostasia por una parte y por la otra servir
como drenaje. Se utiliza, por ejemplo, en caso de traumatismos con severa lesión hepática donde el recurso
prioritario consiste en comprimir y taponar la lesión buscando cohibir la hemorragia y salvar la vida del
paciente.
• parcialmente cerrada: en este caso se puede dejar sin cerrar alguno o algunos de los planos de la herida
quirúrgica. Ej.: cerrar una laparotomía hasta el plano aponeurótico, dejando el T.C.S. y la piel sin suturar.
• herméticamente cerrada: la mayor parte de las heridas que tienen un tubo de goma con criterio preventivo
exteriorizado por la misma, se suelen cerrar de manera hermética alrededor del mismo. (Fig. 29).
Fijación del drenaje:
La fijación o “anclado” de un drenaje puede ser:
• Interna: consiste en fijar el extremo interno del drenaje con puntos reabsorbibles a algún tejido,
preferentemente avascular, de la zona que se quiere drenar de manera específica.
• Externa: en este caso se puede realizar colocando sobre la piel (fig. 82):
puntos de sutura (1,2,3,4)
alfiler de gancho (5)
tela adhesiva (6)

Fig. 69: Fijación externa de los drenajes


Protección de la piel:
Con mucha frecuencia al utilizar diferentes tipos de drenajes, parte o todo el líquido que se drena puede mojar
la piel y producir su maceración, más aún cuando se trata de secreciones digestivas (jugo duodenal, jugo

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pancreático). En consecuencia, es necesario protegerla utilizando distintos productos o preparados


generalmente en pasta, como ser:
• Pasta de siliconas.
• Pasta de aluminio.
• Pasta Lazar (óxido de zinc).
• Barniz.
El barniz que se utiliza es el mismo (de tipo comercial) que se emplea con otros fines (protección de maderas,
etc.). En este caso, pincelar los bordes de la herida o de la zona vecina al drenaje, impide que los líquidos que
drenan puedan dañar la piel.
Atención postoperatoria de los drenajes:
Durante el postoperatorio los drenajes deben ser cuidadosamente controlados, teniendo en cuenta 4 aspectos
básicos:
1. Posición del paciente: según corresponda o convenga el paciente podrá estar en decúbito dorsal de 45 o
(drenaje del Douglas), mantener cierta distancia del lecho al piso (50 cm.) en caso de drenajes pleurales
simples (fig. 76), etc.
2. Vigilancia del drenaje: cuando se use un sachet de suero como mecanismo espirativo de un tubo de goma,
dicho sachet deberá ser cambiado diariamente midiendo la cantidad drenada; también los apósitos que
cubren un drenaje de gasa o una lámina de goma, tendrán que cambiarse una o más veces al día. Todas
estas maniobras deben realizarse con los máximos cuidados asépticos evitando que el drenaje, mal
manejado, se transforme en una puerta de entrada a la infección.
3. Tiempo de permanencia: no se pueden dar reglas generales al respecto; “el drenaje se debe extraer cuando
no haya más nada que drenar” para lo cual hay que considerar la cantidad y el aspecto del líquido evacuado
y el motivo por el cual se dejó el drenaje. Es así que un drenaje profiláctico, por lo general, se retira de uno
a cuatro días después. Uno curativo, en cambio, deberá dejarse el tiempo necesario para lograr el objetivo
por el cual fue colocado.
4. Extracción del drenaje: esta maniobra se puede realizar:
• en un solo tiempo.
• por acortamientos sucesivos: con los drenajes de abscesos, por ejemplo, se puede realizar el retiro
progresivo de los mismos (2 a 3 cm. por día) recortándolos, a fin de lograr que el proceso residual vaya
granulando desde adentro hacia fuera.
• cambios sucesivos por tubos de calibre cada vez menor: esto se realiza, por ejemplo, en una
traqueostomía donde el tubo original se va cambiando por otros de calibre cada vez más reducido,
buscando que el orificio traqueal se cierre paulatinamente y cicatrice sin dejar estenosis.
Complicaciones:
El uso de drenajes puede provocar complicaciones del drenaje en sí o bien del procedimiento empleado.
Complicaciones del drenaje:
1. Obstrucción: por secreciones espesas, coágulos, etc.

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2. Extubación o salida del drenaje: generalmente por falla o falta de fijación correcta.
3. Intubación o introducción total en el organismo: por las mismas causas.
4. Rotura: la goma se puede deteriorar y romper al estirarla por exceso de temperatura en la estufa de
esterilización o por esterilizaciones repetidas.
Complicaciones del procedimiento:
1. Infección exógena: generalmente relacionadas con el manejo postoperatorio inadecuado de los drenajes
(sin normas de asepsia, sin guantes, etc.).
2. Escaras por decúbito: debidas al apoyo de tubos de goma dura sobre estructuras depresibles y delicadas
como el intestino, un vaso venoso, etc.
3. Hemorragias: secundarias a la lesión de un vaso parietal al realizar la incisión por contraabertura o por un
mecanismo similar al descrito en el punto anterior.
4. Fístulas residuales.
5. Reacción orgánica por cuerpo extraño.
6. Evisceración o eventración: cuando se extrajo el drenaje por la herida.
7. Cicatrización defectuosa.

Lagraña, Raúl

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