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Instituto Bíblico Externo

Música
OBJETIVOS
1- Cognitivos
 Conocer el trasfondo histórico-cultural de la música en el antiguo y nuevo
testamento
 Conocer las importancia de la música en el culto religioso
 Comprender los aspectos prácticos doctrinales y su aplicación contextual
 Comprender el contenido doctrinal de la alabanza y adoración en las
sagradas escrituras.
 Conocer la variedad de instrumentos musicales y su aplicación en el culto
religioso.
 Conocer la clasificación de voces humanas
 Reconocer la escritura formal de la música y sus símbolos.

2- Procedimentales
 Aprender a reconocer la música como parte fundamental dentro de nuestra
vida cristiana
 Reconocer diferencias entre géneros musicales y sus respectivos
instrumentos.
 Aprender la importancia de la música como expresión de nuestra gratitud y
adoración.

3- Actitudinales
 Valorar la vida devocional mediante la alabanza y adoración.
 Apreciar la variedad instrumental y musical en diferentes contextos
geográficos
 Valorar y apreciar el servicio cristiano.

Libro de texto
Apuntes de la carpeta y la Santa Biblia

Bibliografía de consulta
Diccionarios y comentarios bíblicos

Requisitos dela materia


1- Conectarse a las clases en tiempo y forma según horario acordado.
2- Los trabajos prácticos son realizados y entregados en horarios de clase
3- Participación activa
INSTITUTO BÍBLICO EXTERNO
MÚSICA
ÍDICE

1- "LOS INSTRUMENTOS MUSICALES A LA LUZ DE LA BIBLIA"

2- LA TEOLOGÍA BÍBLICA Y LA ADORACIÓN COLECTIVA

3- TERMINOLOGÍA PARA LA ADORACIÓN

4- COMUNIÓN CON DIOS

5- LA CONGREGACIÓN COMO SACERDOTES

6- LA MÚSICA EN EL MUNDO DEL ANTIGUO TESTAMENTO

7- LA ADORACIÓN EN EL NUEVO TESTAMENTO

8- LA MÚSICA EN EL MINISTERIO DE JESÚS

9- TEORÍA MUSICAL BÁSICA

10- TRABAJOS PRÁCTICOS


Trabajo práctico n°1

Música
Prof: Esteban araneda
Alumno:

Actividades:

11- observa Atentamente el video "Los instrumentos musicales a la luz de la biblia"

12- ¿porque los instrumentos musicales fueron un tema de debate en la iglesia


cristiana?

13- según tu opinión hoy en día ¿existen instrumentos musicales que no concuerdan
con el servicio habitual en la congregación? Si tu respuesta es sí, nombralos.

14- ¿Qué dice La Biblia sobre el arpa? 1 Samuel 16:23; 18: 10-11.

15- ¿con qué se asociaba el arpa egipcia?

16- Los instrumentos musicales son ___________, ___________ que pueden usarse
para _____ o para _____ el verdadero instrumento en las manos de Dios no es el
_________ sino la ____________.

17- nombra tres ejemplos de instrumentos musicales prohibidos por la iglesia

18- Qué género o estilo musical es el indicado para rendir alabanza y adoración en la
iglesia?
19- Según tu opinión ¿cómo es la alabanza y adoración en nuestras Iglesias?
¿Debería cambiar?

20- ¿cuán importante es la música para vos? ¿En qué contextos o situaciones
escuchas música?

11. ¿Qué sucedió en la etapa de rechazo, conflicto y aceptación de la Iglesia?


Trabajo Práctico N°2

La teología bíblica y la adoración colectiva

Artículo
16.08.2017.
Extraído de https://es.9marks.org/suscribirme/
¿Qué estamos haciendo exactamente cuándo nos reunimos como iglesias para adorar? Y
¿cómo sabemos lo que debemos hacer en esas reuniones semanales?

Naturalmente, los cristianos evangélicos van a la Escritura para obtener orientación


sobre estas preguntas, pero ¿dónde en las Escrituras está lo que buscamos? Hay mucho
acerca de la adoración en el Antiguo Testamento – acerca de oraciones y sacrificios y
coros y címbalos y mucho más. Pero ¿realmente todo ese material se aplica a las
reuniones de creyentes del nuevo pacto?

Lo que necesitamos con el fin de responder a estas preguntas es una teología bíblica de
la adoración.[1] La teología bíblica es la disciplina que nos ayuda a rastrear tanto la
unidad como la diversidad, la continuidad y la discontinuidad, dentro de la extensa
trama de la Escritura.

En este artículo voy a esbozar, muy brevemente, una teología bíblica de la adoración
colectiva. Cuatro pasos nos llevarán allí: (1) la adoración colectiva en el Antiguo
Testamento; (2) el cumplimiento en Cristo; (3) la adoración colectiva en el Nuevo
Testamento; y (4) la lectura de toda la Biblia para la adoración colectiva.

1. Adoración colectiva en el Antiguo Testamento

Desde que el pueblo de Dios fue desterrado de su presencia después de la caída en


Génesis 3, Dios ha estado obrando para traerlos de nuevo a sí mismo.[2] Así que cuando
Israel sufrió en cautiverio en Egipto, Dios los rescató, no sólo para que estuvieran libres
de opresión, sino para que lo adoraran en su presencia (Ex. 3:12, 18). Dios guio a su
pueblo fuera de Egipto y los llevó a su propia morada (Ex. 15:13, 17).

¿Dónde está esa morada? Al principio, es el tabernáculo, la tienda elaborada en la que


los sacerdotes ofrecían sacrificios por los pecados e impurezas de la gente. Leemos
en Éxodo 29:44-46:

«Y santificaré el tabernáculo de reunión y el altar; santificaré asimismo a Aarón y a sus


hijos, para que sean mis sacerdotes. Y habitaré entre los hijos de Israel, y seré su
Dios. Y conocerán que yo soy Jehová su Dios, que los saqué de la tierra de Egipto, para
habitar en medio de ellos. Yo Jehová su Dios».

La meta de Dios con el éxodo era habitar en medio de su pueblo, y lo hace por medio
del lugar santo (tabernáculo) y las personas (sacerdocio) que el escogió para ese
propósito.

Cuando Dios sacó a Israel de Egipto, se los llevó a sí mismo como su pueblo. Y la
forma en que confirma esta nueva relación con Israel es haciendo un pacto con ellos, a
menudo llamado el «pacto Mosaico». En Éxodo 19, el Señor le recuerda a la gente lo
que ha hecho por ellos al rescatarlos de Egipto y les promete que si obedecen los
términos de su pacto, ellos serán su tesoro (Ex. 19:1-6).

El Señor confirmó este pacto con el pueblo en Éxodo 24, y todas las leyes de Éxodo,
Levítico, Números y Deuteronomio encarnan los términos de este pacto. Todos estos
detalles especifican cómo el pueblo de Dios ha de vivir con Dios y entre sí mismo
dentro de este pacto específico que Dios ha hecho con ellos.

Así que los sacrificios detallados y rituales de purificación descritos en Levítico son un
medio de reparación de las violaciones en la comunión del pacto. El culto mantiene el
pacto.

Un puñado de veces al año a todos los israelitas se les ordenaba que se reunieran ante el
Señor en su tabernáculo, para las fiestas de la Pascua, primicias, y así sucesivamente
(Lv. 23). Aparte de estas fiestas, el ofrecimiento regular de sacrificios se llevaba a cabo
por los sacerdotes, y los individuos israelitas iban al tabernáculo (y más tarde al templo)
sólo cuando necesitaban ofrecer un sacrificio específico por el pecado o impureza.

En otras palabras, para Israel, la adoración colectiva era una ocasión especial, pocas
veces al año. La adoración, entendida como la devoción exclusiva al Señor, era algo que
los israelitas estaban llamados a practicar durante todo el día (Dt. 6:13-15). Pero en el
sentido de tener acceso íntimo a la presencia de Dios, la adoración estaba restringida a
determinadas personas, lugares y momentos. Dios habitó entre su pueblo, sí, pero esa
presencia se limitaba al tabernáculo y era custodiada por los sacerdotes.

2. Cumplimiento en Cristo

El momento crucial en la trama de la Escritura es la encarnación de Dios el Hijo,


nuestro Señor Jesucristo. Todas las promesas de Dios se cumplen en él (2
Co. 1:20). Todos los tipos en el Antiguo Testamento – las instituciones del sacerdocio,
el templo y la monarquía, los acontecimientos del éxodo, el exilio y el retorno –
encuentran su cumplimiento en él. Así que para entender la teología de la adoración de
toda la Biblia, tenemos que entender cómo Jesús cumple y transforma la adoración del
pacto Mosaico.

El tabernáculo, y más tarde el templo, era donde Dios manifestaba su presencia entre su
pueblo; Jesús cumple y por lo tanto remplaza estas estructuras del viejo pacto. Juan nos
dice que la Palabra se hizo carne y – literalmente – hizo su tabernáculo entre nosotros
(Jn. 1:14). Jesús prometió: «Destruid este templo, y en tres días lo levantaré» (Jn.
2:20). En otras palabras, el cuerpo de Jesús es ahora el templo, el lugar donde Dios se
encuentra con su pueblo, manifiesta su presencia y lidia con su pecado (Jn. 2:21-22). Es
por eso que Jesús puede decir que la hora viene cuando los verdaderos adoradores ya no
necesitarán adorar en Jerusalén, sino que adorarán en espíritu y en verdad (Jn. 4:21-24).

Jesús cumple y reemplaza el templo terrenal de Jerusalén. Él ahora es el «lugar» donde


los verdaderos adoradores adoran a Dios.[3]

Jesús también cumple y reemplaza todo el sistema de sacrificios asociados con el pacto
Mosaico y su tabernáculo y templo. Hebreos nos dice que, a diferencia de los sacerdotes
que tenían que ofrecer sacrificios diarios, Jesús expió los pecados del pueblo «una vez
para siempre, ofreciéndose a sí mismo» (He. 7:27). La única ofrenda de Jesús de sí
mismo no sólo purifica la carne como los sacrificios del antiguo pacto, sino que purifica
nuestra conciencia, renovándonos interiormente (He. 9:13-14). Debido a que Jesús ha
perfeccionado su pueblo con una sola ofrenda, ya no hay necesidad ni lugar para la
ofrenda de toros y cabras (He. 10:1-4, 10, 11-18).

Jesús cumple y reemplaza los sacrificios levíticos. Su sangre ahora asegura nuestra
redención eterna (He. 9:12).

Podría seguir con este tema por horas y horas. El punto es que la obra salvadora de
Jesús marca el comienzo de un cambio radical en la manera en que Dios se relaciona
con su pueblo. El nuevo pacto que Jesús inaugura hace que el antiguo – el pacto que
Dios hizo en el Sinaí, a través de Moisés – sea obsoleto (He. 8:6-7, 13). Ahora, Dios ha
perdonado el pecado de su pueblo por medio de la fe en el sacrificio de Jesús. Ahora, el
pueblo de Dios experimenta su clemente presencia por la fe en Cristo y la morada del
Espíritu. Ahora, todo el pueblo de Dios tiene acceso íntimo a Dios (He. 4:16, 10:19-22),
no sólo un pequeño número de sacerdotes.

3. Adoración colectiva en el Nuevo Testamento

¿Qué significa todo esto para la adoración colectiva en la era del nuevo pacto? Lo
primero a destacar es que los términos del Antiguo Testamento para la adoración se han
aplicado a la vida entera de los creyentes. En Romanos 12:1 Pablo escribe: «Así que,
hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en
sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional». Ahora no
ofrecemos animales como sacrificios sino a nosotros mismos. La vida entera del
cristiano es un acto de servicio sacrificial a Dios.
O pensemos en Hebreos 13:15: «Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él
[es decir, Jesús], sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su
nombre». La alabanza es nuestro sacrificio, y la ofrecemos continuamente, no sólo por
una hora en la mañana del domingo. El fruto de labios que confiesan el nombre de Dios
incluye canciones de alabanza, pero también mucho más: confesar el evangelio en
público con valentía, hablar palabras de verdad y amor a los demás, traer cada palabra
que decimos bajo el dominio de Cristo.

Esto significa que «adoración» no es algo que hacemos principalmente en la iglesia el


domingo. Más bien, la adoración debe impregnar toda nuestra vida. Para el cristiano, el
culto no se limita a los tiempos y lugares sagrados, porque estamos unidos por fe a
Cristo, quien es el templo de Dios, y estamos habitados por el Espíritu Santo, que nos
hace tanto individual como colectivamente el templo de Dios (1 Co. 3:16-
17, 6:19; Ef. 2:22).

Entonces, ¿qué caracteriza a la adoración colectiva en el nuevo pacto? La lectura y la


predicación de las Escrituras (1 Ti. 4:14); cantar salmos, himnos y cánticos espirituales
juntos (Ef. 5:18-19; Col. 3:16); orar (1 Ti. 2:1-2, 8); celebrar las ordenanzas del
bautismo y la Cena del Señor (Mt. 28:19, 1 Co. 11:17-34); y estimularnos unos a otros
al amor y a las buenas obras (He. 10:24-25).

Una de las cosas más sorprendentes acerca de la adoración colectiva en el nuevo pacto
es el foco persistente en la edificación de todo el cuerpo. Pablo escribe: «La palabra de
Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en
toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos
y cánticos espirituales» (Col. 3:16). Nos enseñamos y exhortamos unos a otros mientras
cantamos al Señor. A medida que alabamos a Dios, nos edificamos el uno al otro. Pablo
llega al punto de afirmar que todo en la asamblea reunida debe hacerse con miras a la
edificación del cuerpo en Cristo (1 Co. 14:26).

Lo que es único acerca de la reunión semanal de la iglesia no es que es el momento en


que adoramos, sino que es el momento en que nos edificamos entre nosotros adorando a
Dios juntos.

Debido al nuevo pacto que Cristo inauguró, la adoración colectiva en la nueva era del
pacto tiene un tejido completamente diferente de la adoración colectiva bajo el antiguo
pacto. En lugar de un par de veces al año, la adoración colectiva es ahora semanal. En
lugar de reunirse en el templo en Jerusalén, los creyentes se reúnen en iglesias locales
dondequiera que viven. En lugar de que la presencia de Dios esté restringida al lugar
Santísimo y custodiada por los sacerdotes, Dios ahora habita en cada persona que
pertenece a su pueblo por el Espíritu, y Cristo está presente a su pueblo dondequiera que
se reúnen (Mt. 18:20). En lugar de realizar una elaborada serie de sacrificios y ofrendas,
los cristianos se reúnen para escuchar la Palabra, predicar la Palabra, orar la Palabra,
cantar la Palabra y ver la Palabra en las ordenanzas. Y todo esto apunta a la edificación
del cuerpo en amor para que todos lleguemos a la madurez en Cristo (Ef. 4:11-16).
4. La lectura de toda la Biblia para la adoración colectiva

Entonces, ¿cómo podemos mirar las Escrituras para enseñarnos qué hacer en la
adoración colectiva?

En primer lugar, creo que es importante afirmar que la Escritura, de hecho, nos enseña
lo que debemos hacer en las asambleas regulares de la iglesia. Recuerde que mientras
toda la vida es adoración, la reunión semanal de la iglesia ocupa un lugar especial en la
vida cristiana. Todos los cristianos están obligados a reunirse con la iglesia (He. 10 24-
25); la asistencia a la iglesia no es opcional para el cristiano. Esto significa que,
efectivamente, todo lo que una iglesia hace en la adoración se convierte en una práctica
necesaria para sus miembros. Y Pablo insta a los cristianos a no permitir que ninguna
regulación humanamente ideada o práctica de adoración sean impuestas sobre sus
conciencias (Col. 2:16-23).

Yo sugeriría que estos principios bíblicos se sumen a lo que históricamente se ha


llamado el «principio regulativo» de la adoración.[4] Es decir, en sus reuniones
colectivas, las iglesias deben realizar sólo aquellas prácticas que son prescritas
positivamente en las Escrituras, ya sea por mandato explícito o por ejemplo
normativo. Hacer cualquier otra cosa sería comprometer la libertad cristiana. Así que las
iglesias deben mirar a la Escritura para que les diga cómo adorar juntos, y deben hacer
sólo lo que la Escritura les dice que hagan.

Pero eso plantea la pregunta, ¿qué exactamente nos dice la Escritura que hagamos? Para
decirlo más precisamente, ¿cómo decidimos qué material bíblico sobre la adoración es
normativo y obligatorio? Responder a esta pregunta en su totalidad nos tomaría un libro;
aquí voy a ofrecer el más breve de los bosquejos.

Discernir lo que es la enseñanza bíblica sobre la adoración lleva alguna delicadeza, ya


que en ninguna parte la Escritura nos presenta, por ejemplo, un completo, normativo
«orden del servicio». Pero hay algunos mandamientos en el Nuevo Testamento que son
claramente obligatorios para todas las iglesias. Que a las iglesias de Éfeso y Colosas se
les manda a cantar (Ef. 5:18-19; Col. 3:16), y a la iglesia de Corinto se le refiere como
cantando (1 Co. 14:26), sugiere que todas las iglesias deben cantar. Que Pablo mandó a
Timoteo a leer y predicar las Escrituras en una carta diseñada para instruir a Timoteo
acerca de cómo la iglesia debe conducirse (1 Ti. 3:15; 4:14) sugiere que la lectura de la
Escritura y la predicación son la voluntad de Dios, no sólo para esa iglesia, sino para
todas las iglesias.

Por otro lado, algunos mandamientos, como «Saludaos los unos a los otros con un
ósculo santo» (Ro. 16:16), parecen expresar un principio universal («recíbanse los unos
a los otros en amor cristiano») en una manera que no puede ser culturalmente universal.

Además, algunos mandamientos contextuales pueden tener fuerza más amplia, como
Pablo diciéndole a los Corintios que aparten dinero en el primer día de la semana. Eso
era para una ofrenda específica para los santos en Jerusalén, pero a todas las iglesias se
les ordena apoyar financieramente a sus maestros (Gá. 6:6), por lo que ofrendar bien
puede tener lugar en la adoración corporativa.
Hasta ahora sólo hemos abordado el Nuevo Testamento. ¿Qué acerca del
Antiguo? Después de todo, el Antiguo Testamento tiene un montón de mandamientos
acerca de la adoración:

«Alabadle a son de bocina; alabadle con salterio y arpa. Alabadle con pandero y danza;
alabadle con cuerdas y flautas. Alabadle con címbalos resonantes; alabadle con
címbalos de júbilo» (Sal. 150:3-5).

¿Significa esto que para ser bíblicos nuestros servicios de adoración deben incluir
bocinas, salterios, arpas, panderos, danzas, cuerdas, flautas y címbalos? Yo sugeriría
que no.

Recuerde que los Salmos son expresiones de culto en el marco del pacto mosaico, lo
que algunos escritores del Nuevo Testamento se refieren como el «antiguo pacto»
(He. 8:6). Ahora que el nuevo pacto prometido en Jeremías 31 ha llegado, el antiguo
pacto es obsoleto. Ya no estamos bajo la ley de Moisés (Ro. 7:1-6; Gá. 3:23-26). Por lo
tanto, las formas de adoración implicadas con la era mosaica no son obligatorias para
nosotros tampoco. El templo fue servido por sacerdotes, algunos de los cuales se
especializaron en música litúrgica (1 Cr. 9:33). De hecho, son estos los que vemos que
tocan los mismos instrumentos mencionados en el Salmo 150 (2 Cr. 5:12, 13; 9:11). Así
que el Salmo 150 no proporciona una plantilla para la adoración cristiana; en cambio,
está invocando una forma específica de adoración del antiguo pacto asociada con el
templo y el sacerdocio levítico.

Eso por sí mismo no resuelve la pregunta de qué tipo de instrumentos pueden ser el
acompañamiento adecuado para el canto congregacional de la iglesia. Pero sí significa
que una simple apelación al precedente del Antiguo Testamento esta fuera de lugar,
tanto como una apelación al precedente del Antiguo Testamento no puede legitimar el
sacrificio de animales. Aquí es donde muchas tradiciones cristianas fallan en tener una
teología bíblica de la adoración, apelando de forma selectiva a los precedentes del
Antiguo Testamento como si ciertas características del sacerdocio levítico y la
adoración en el templo se transfieren a la era del nuevo pacto.

Ciertamente, mucho en el Antiguo Testamento informa la manera de nuestra


adoración. Los Salmos nos enseñan a adorar con reverencia y temor, gozo y asombro,
gratitud y alegría. Pero el Antiguo Testamento no prescribe ni los elementos ni las
formas de la adoración de la iglesia del nuevo pacto.

En este sentido, el Nuevo Testamento provee una nueva constitución para el pueblo de
Dios del nuevo pacto, al igual que gran parte del Antiguo Testamento sirvió de
constitución para el pueblo de Dios bajo el antiguo pacto. Dios tiene un plan de
salvación, y un pueblo al que salva, pero la forma en que el pueblo de Dios se relaciona
a él cambió radicalmente después de la venida de Cristo y el establecimiento del nuevo
pacto.

Es por esto que tenemos que emplear todas las herramientas de la teología bíblica –
poniendo los pactos juntos, trazando los vínculos entre tipo y antitipo, observando
promesa y cumplimiento, delineando continuidades y discontinuidades – con el fin de
llegar a una teología de adoración colectiva. Como el pueblo del nuevo pacto de Cristo,
habitado por el Espíritu Santo prometido, adoramos en espíritu y en verdad, de acuerdo
con los términos que Dios ha especificado en la Escritura.
Nexo:

[1] Para una teología bíblica de la adoración que ha influenciado profundamente mi


enfoque aquí véase: David Peterson, En la presencia de Dios: una teología bíblica de la
adoración (Andamio, 2003).

[2] Para una introducción básica al trama de las Escrituras que utiliza el tema de Dios
reuniendo a su pueblo como una lente primaria véase: Christopher Ash, Remaking a
Broken World: A Fresh Look at the Bible Storyline [Recreando un mundo fracturado:
una mirada fresca a la narrativa de la BIblia] (Milton Keynes, UK: Authentic, 2010).

[3] Para más información sobre la trayectoria del templo a través de todo el canon
véase: G. K. Beale: The Temple and the Church’s Mission: A Biblical Theology of the
Dwelling Place of God, New Studies in Biblical Theology 17 [El templo y la mission de
la iglesia: una teología bíblica de la morada de Dios, Nuevos estudios en teología
bíblica 17] (Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 2004).

[4] Para breves defensas del principio regulativo véase: Jonathan Leeman, “Regulative
Like Jazz” [“Regulativo como el Jazz»], y los tres primeros capítulos de Give Praise to
God: A Vision for Reforming Worship [Da gloria a Dios: una visión de adoración
reformada], ed. Philip Graham Ryken, Derek W. H. Thomas, y J. Ligon Duncan, III
(Phillipsburg, NJ: Presbyterian & Reformed, 2003).

Actividad
1- Lee atentamente el siguiente artículo
2- Realizar una puesta en común de los siguientes temas:

a. Adoración colectiva en el Antiguo Testamento

b. Cumplimiento en Cristo

c. Adoración colectiva en el Nuevo Testamento

d. La lectura de toda la Biblia para la adoración colectiva


TERMINOLOGÍA PARA LA ADORACIÓN

Ya que la adoración tanto privada como pública es un encuentro personal e


íntimo con Dios en Cristo, ello hace casi imposible encontrar una definición precisa.
Destacados estudiosos y líderes de las iglesias han tratado de hacer definiciones que
sean satisfactorias para “adoración”. La mayoría de las veces esos esfuerzos han dado
como resultado una profunda compresión de la naturaleza de la experiencia de
adoración y no propiamente una definición completa. Como la adoración es una
experiencia espiritual en la que el que adora entra en una comunicación espiritual con el
Dios tres veces Santo, esa relación entre Dios y el humano hace que nuestro lenguaje
resulte insuficiente para expresarla. Con todo, lo que sucede durante ese encuentro es el
punto de partida para desarrollar una compresión posterior de su naturaleza.

1. El origen de la palabra “adoración” proviene de la dignidad de Dios. La palabra


“adoración” viene del latín y expresa la acción con que los “reyes magos” rindieron
culto al recién nacido Jesús. La palabra “adorar”, por lo tanto, significa “reverenciar” y
honrar (con sumo honor) a Dios con el culto religioso que merece. También significa
“amar en extremo”, “orar” (hacer oración). En la adoración van implícitas las palabras
“mérito, valía, consideración, importancia, dignidad, excelencia, precio”. Así que, la
adoración significa reconocer y declarar la excelencia de Dios. En ella, el creyente
reconoce el supremo mérito de Dios, quien es el único digno de ser adorado. Dios es
absolutamente digno; él es merecedor del más grande reconocimiento.

El salmista, con verdadera comprensión declara:

Porque Jehová es Dios grande, y Rey grande sobre todos los dioses. Porque en su mano
están las profundidades de la tierra, y las alturas de los montes son suyas. Suyo también
el mar, pues él lo hizo; y sus manos formaron la tierra seca. Venid adoremos y
postrémonos; arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor” (<199503>Salmo
95:3-6).
La adoración reclama la más alta muestra de reconocimiento que la raza humana puede
ofrecer a Dios.

2. El significado bíblico de “adoración” implica nuestra sumisión total a


Dios. La palabra más frecuentemente usada para “adoración” en el Antiguo Testamento
es sacha, que significa “inclinarse, hacer reverencia”. En el encuentro de adoración, el
que adora se postra simbólicamente o físicamente, según siente la necesidad de hacerlo,
ante la presencia de la majestad y santidad de Dios. El término sacha conlleva la idea de
una actitud de la mente y del cuerpo con la idea de adoración religiosa, obediencia y
servicio. Así, el que adora está en completo sometimiento delante de Dios: Dios actúa
en el corazón del creyente. La actitud reverente durante la adoración es el
reconocimiento de que Dios es Dios y digno de nuestro culto. Esta actitud está reflejada
en la experiencia del siervo Abraham al reconocer que Dios le había enviado a Rebeca,
en la búsqueda de una esposa para Isaac. El siervo “se inclinó, y adoró a Jehová”
(<012426>Génesis 24:26).
Jesús debe haber usado el equivalente de la palabra sacha o proskuneoo cuando
dijo a la mujer de Sicar: “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad
es necesario que adoren” (<430424>Juan 4:24). La palabra griega que se traduce como
“adoración”, proskuneoo, quiere decir “besar hacia”, “besar la mano” o “inclinarse”
ante otro, especialmente cuando se espera algo de vuelta. Otra vez, el cuadro es uno de
reverente temor, de postrarse hasta el polvo en completo sometimiento delante de Dios.
Por ejemplo, la madre de los hijos de Zebedeo vino a Jesús, arrodillándose delante de él,
y le pidió algo (<402020>Mateo 20:20).

3. La experiencia de adoración nos confronta con la gloria de Dios. El término “gloria”


es atribuido, en forma habitual, a Dios en el culto cristiano. La palabra hebrea kabod se
traduce “gloria” y significa el “honor” o el “peso de Dios”. Isaías vio la grandeza del
Señor y dijo: “Toda la tierra está llena de su gloria” (<230603>Isaías 6:3). La palabra
griega doxa también se traduce “gloria” y significa que Dios es digno de alabanza y
honra. Doxa es la raíz de la palabra “doxología”. Los ángeles cantaron una doxología
cuando exclamaron:
“¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!”
(<420214>Lucas 2:14) Doxa fue usada también para denotar el esplendor
(<430114>Juan 1:14) y el carácter de Dios (<450323>Romanos 3:23).
En Apocalipsis, Juan describe a los ángeles exaltando la dignidad del Cordero,
inmolado, digno de recibir poder, riquezas, sabiduría, fortaleza, honra, gloria y
alabanza. En respuesta toda criatura responde:
Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el
poder, por los siglos de los siglos (<660513>Apocalipsis 5:13).

Los cuatro seres vivientes agregaban una “coda” diciendo repetidamente: “Amén”
(<660514>Apocalipsis 5:14). Después de esto, Juan dice que los ancianos se inclinaban
y adoraban. El peso de la santidad de Dios hace inclinarse a tierra al que adora. La
experiencia de adoración también nos provee un nuevo sentido de la gloria de Dios.

4. La experiencia de adoración realza la importancia del servicio (liturgia). El término


liturgia se deriva de la palabra griega “leitourgia”, traducida como ministrar o servir. Es
el resultado de la combinación de los vocablos leitos, “público” (que procede de laos,
que significa “gente”, “pueblo”), y ergon, “trabajo”. La expresión “liturgia” pierde el
sentido de ritualismo cuando se le da su natural sentido como el ministerio o servicio de
la gente. La palabra laos es el término griego comúnmente traducido “laico, lego o
seglar”. De acuerdo con el apóstol Pablo, el verdadero servicio a Dios es una vida de fe
que muestra el fruto del espíritu (<480522>Gálatas 5:22). Adoración parece ser el
principal pensamiento en la exhortación de Pablo:

Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros
cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional
(<451201>Romanos 12:1).
El término leitourgia que Pablo usa, se traduce correctamente como “servicio de
adoración”.
En algunas iglesias de hoy el término “liturgia” ha llegado a significar la participación
de la congregación en la adoración y también en el “orden del culto”. Por el contrario, la
tentación es del que dirige el culto de dominar el servicio al extremo de que leitourgia
llega a ser mínima. Para que la adoración sea significativa la congregación debe estar
activamente involucrada en todo el
proceso.

5. La experiencia de adoración está íntimamente relacionada con las palabras


“religión” y “culto”.
El significado etimológico de la palabra “religión” es poco claro. La idea más aceptada
es que significa “reunir” con un ser superior. El término generalmente se refiere al ser
humano como el que toma la iniciativa. Sin embargo, en el contexto cristiano, es Dios
quien lo hace. El concepto parece denotar una aparente expresión de adoración.
Santiago dice: La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a
los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo”
(<590127>Santiago 1:27).
La más visible expresión de “religión” parece ir por lo menos en tres direcciones: como
culto o adoración, como doctrina o creencia y como comportamiento o moral.f4
Segler afirma que estas son formas de expresión o manifestaciones de religión. El
concepto completo de religión está en las tres.
El término latino “culto” (de cultus) ha sido usado por mucho tiempo para definir el
contenido y práctica de la experiencia de adoración. Mowinckel define “culto” como:
Los sagrados actos y palabras socialmente establecidas y regulados en los cuales el
encuentro y comunión entre la congregación y la divinidad se establece, desarrolla y
consuma completamente.f5 Desafortunadamente el término “culto” se usa, a menudo,
negativamente para referirse a ciertas sectas no evangélicas. La adoración a Dios nos
pone completamente en comunión con él y esa “religión” halla su máxima expresión en
determinadas prácticas cúlticas.

6. La experiencia de adoración es el corazón del culto.


Rendir culto a Dios es comprometer tanto la mente como la voluntad en el
reconocimiento de la infinita perfección de Dios. La devoción interior se exterioriza
mediante la demostración máxima de efecto y entrega a Dios. La adoración llega a ser la
parte principal del culto porque el reconocimiento de la presencia de Dios refuerza el
sentido de su permanente compañía y cercanía del que adora. Aun cuando Dios está
separado de nosotros, está cercano para cuidar de los suyos. Adoración es reconocer el
esplendor, maravilla y hermosura del Señor. El salmista, al reconocer estos atributos de
Dios, exclama: “Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad” (<192902>Salmo
29:2). Cuando uno ve la hermosura de Dios reflejada en el universo, adora al creador y
no a lo creado. Como ha dicho Evelyn Underhill: “La creación sólo importa a causa de
él.”f6 La grandeza inmensurable de Dios inspira al alma admiración y da significado a
la creación.

7. La experiencia de adoración es inseparable de la alabanza cristiana.


En el sentido cristiano, “alabar” no sólo significa magnificar o loar los gloriosos
atributos de Dios, sino también considerarlos como los valores más altos y de mayor
mérito. Alabar es un medio para expresar adoración cristiana. Adoremos a Dios por lo
que él es en toda su gloria. Le alabamos por todo lo que ha hecho en y a través de Cristo
Jesús, el Redentor y Reconciliador de la humanidad. Guía, Consolador, Confortador y
Defensor es aquel que es digno de la mayor alabanza y adoración. Los primitivos
cristianos estaban maravillados por el trabajo de Dios en la salvación de la humanidad.
Lucharon por entender el significado de la acción redentora de Dios por Jesucristo. Su
adoración la centraron en Jesús, la divina Palabra hecha carne. En vista de que Dios
cumplió todo en Cristo, esos creyentes le rindieron agradecida alabanza.

COMUNIÓN CON DIOS

Bruce Leafblad (adorador-educador musical) define adoración de la siguiente


manera:
Adoración es comunión con Dios en la cual los creyentes por gracia centran la atención
de sus mentes y el efecto de sus corazones en el Señor mismo, humildemente,
glorificando a Dios en respuesta a su grandeza y a su palabra. A través de la historia, la
humanidad ha demostrado temor reverente hacia objetos de culto. Por su parte, los
cristianos en su adoración indican una actitud de asombro y reverencia por la santidad y
majestad de Dios, quien es a la vez trascendente y personal. El que adora está pleno de
temor reverente por lo que sucede en su comunión con Dios. Franklin Segler sugiere:

“Adoración_____________________________________________________________
_____________________________ Hay un fuerte sentimiento de la guía
providencial de Dios en nuestras vidas cuando entendemos comunión como un aspecto
fundamental de la______________.
La adoración puede caracterizarse por el hecho de que Dios está, de alguna
manera, misteriosamente involucrado con su pueblo en maneras más allá de su
capacidad de comprensión. En sus meditaciones Pascal descubrió que buscando a Dios,
Dios lo había encontrado primeramente a él.
El salmista nos recuerda en su llamado a la adoración: “Dad a Jehová la gloria
debida a su nombre; Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad” (<192902>Salmo
29:2). La expresión “hermosura de la santidad” se relaciona con la ropa especial que
usaban los soldados cuando se preparaban para ir al campo de batalla. “Santo ropaje”,
sugiere la idea del pueblo de Dios vestido en su santidad para adorarle. ¿Está nuestra
tripulación debidamente ataviada para hacer el viaje juntos? La adoración a Dios en
“santo ropaje” también está reflejada en la inesperada aparición de Jesús a sus
discípulos reunidos en el aposento alto, después de su resurrección. Tomás expresó el
sentimiento de todos los presentes cuando exclamó: “¡Señor mío, y Dios mío!”
(<432028>Juan 20:28.) Este reconocimiento fue un momento de vivencial comunión
con Dios en la vida de adoración de los discípulos.

El conocimiento de la verdad de Dios es revelado al creyente a través de la


comunión. Jesús advirtió a la mujer samaritana en el pozo de Jacob acerca de la
cualidad que debe tener la comunión con el Padre, diciendo:
Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en
espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
Dios es espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren
(<430423>Juan 4:23, 24).
El reconocimiento de la santidad de Dios y el deseo de adorar en espíritu y en
verdad deben dirigir nuestras vidas a producir frutos llenos de obediencia a Dios.
La Iglesia es un testimonio viviente de la verdad de que Dios ha venido a suplir las
necesidades humanas. Como alguien que está siempre presente y listo para un dramático
encuentro, el Señor es para el cristiano el más estimable compañero. El llamado de Dios
a su pueblo es para comunión:
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta,
entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo (<660320>Apocalipsis 3:20).

¿ Se ha dado cuenta de que esta invitación fue hecha por nuestro Señor a los
cristianos y no aquellos fuera de la familia de Dios? La experiencia de dulce comunión
con el Salvador es una gracia ofrecida en Cristo.
Cuando los cristianos llegan a un genuino encuentro con Cristo, pueden aceptar
por fe mucho más de lo que pueden entender en sus mentes finitas. Segler explica:

Adoración cristiana presupone que los creyentes se reúnen en __________________”.


Adoración, como un acto de fe, halla realidad en la
_______________________________________ por parte de Cristo. Los primitivos
cristianos pudieron proclamar su fe con las palabras Kurios Cristos, “Cristo es Señor.”

Pablo, hablando de la exaltación de Cristo, da mayor claridad concerniente a la


comunión con Dios:
Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo
nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los
cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el
Señor, para gloria de Dios Padre (<502609>Filipenses 2:9-11).
Este encuentro del creyente con Cristo representa la comunión en su plano más excelso.

LA CONGREGACIÓN COMO SACERDOTES

Una congregación que adora está formada por creyentes salvados por gracia, por la fe
en Cristo. Como tal, la posición teológica es que una congregación es un conjunto de
sacerdotes reunidos. En relación con los redimidos, Pedro escribe:
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por
Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz
admirable... (<600209>1 Pedro 2:9).
Como sacerdotes, los cristianos tienen una importante función que cumplir en la
adoración. Pedro, el “apóstol de la circuncisión”, escribió a los judíos queriendo
mostrarles que por haber llegado a ser cristianos ellos no habían perdido ni templo, ni
sacerdocio o sacrificios. Ellos los tenían en sí mismos, porque ellos eran templos
“construidos como casa espiritual” para ser habitados por Dios mismo.
Así, ellos eran sacerdotes a Dios, “un sacerdocio santo”. Su privilegio era ofrecer
sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Cristo.

En el templo, el sumo sacerdote entraba al lugar santísimo una vez al año. Sin
embargo, para los cristianos, su ser interior es su lugar santísimo. Es Dios quien entra en
el corazón del creyente y mora en él. Así, el cristiano tiene la garantía de la aceptación
por Cristo. Pablo, explicando su mensaje a los gentiles, agrega entre paréntesis que los
cristianos pueden tener amplio y seguro acceso a Dios por la fe en Jesucristo
(<490312>Efesios 3:12). Como una congregación de creyentes en Cristo Jesús, los
cristianos llegan a ser sacerdotes que elevan sus manos en oración intercesora a Dios, el
Gran Sumo Sacerdote. Los cristianos son un tesoro especial para Dios de entre todos los
pueblos, un reino de sacerdotes y nación santa.
Progresivamente, el Señor ha guiado a su pueblo del sacrificio material de
animales hacia el de la verdadera adoración espiritual. El salmista, centrando su
atención en sus amigos indiferentes y dudosos, les dice: “Ofreced sacrificios de justicia,
y confiad en Jehová” (<190405>Salmo 4:5). Pablo, hablando de vidas cristianas
dedicadas, estimula a los creyentes romanos diciéndoles:

Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros
cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional”
(<451201>Romanos 12:1).

De manera parecida, el autor de Hebreos, hablando de sacrificios, dice:

Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir,
fruto de labios que confiesan su nombre. Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os
olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios (<581315>Hebreos 13:15, 16).

Un sacerdote es para interceder delante de Dios a favor del pueblo y hacerles


conocer la Palabra de Dios. En vez de darse el lujo de ser espectadores, los sacerdotes
son activos participantes en la adoración. Ellos deben tener la oportunidad de dirigir,
según sus dones y talentos especiales. Si la doctrina del sacerdocio universal del
creyente fuera aplicada consistentemente a la experiencia de la adoración, el impacto
resultante sería revolucionario. Como sacerdotes con igual acceso a Dios, los cristianos
deberían traer sus propios dones y talentos espirituales listos para ser usados en el altar
de la oración intercesora y el servicio sacrificado. El ministerio de la palabra, entonces,
estará lleno de gozo y reverencia, acción de gracias alabanza, confesión y perdón de
pecados.

LA MÚSICA EN EL MUNDO DEL ANTIGUO TESTAMENTO

La palabra ___________ es un término griego. Es la forma adjetivada de la palabra


_________. En la mitología clásica griega, ese término se refiere a cualquiera de las
nueve hermanas, __________ o __________ que presidían algunas de las ________ o
___________.
La forma verbal del término sugiere que entre los griegos se enseñaba la
___________como algo corriente que estaba relacionado con la __________ o la
____________.

Pitágoras y sus seguidores consideraban la música y la aritmética como inseparables.

Históricamente, el origen de la música es bastante oscuro y profundamente enraizado en


la historia de la humanidad. Los estudiosos de la música en la antigüedad no han podido
determinar si ella tiene origen como algo funcional o vehículo práctico, o si ella es
inherente a los seres humanos como un medio de expresar sus emociones.
Algunos escritores dicen que la música tiene un propósito utilitario más que el
mero placer que puede producir, esto es, la música es de interés para las recitaciones
poéticas y para la danza, o está asociada con ceremonias de muerte, nacimiento,
pubertad, bodas y adoración primitiva. Investigaciones en tribus primitivas de la
actualidad dan evidencias de que la música se sigue usando de esa manera.
La arqueología provee información acerca de los estilos de vida de la sociedad
primitiva, pero mientras más lejos se llega, menos luz se recibe en cuanto a las prácticas
musicales y menos aún de cómo sonaba la música primitiva. Nuestro conocimiento de
esa música proviene principalmente de las representaciones de instrumentos musicales y
de los que tocaban, encontrados en objetos de cerámica o en los frisos de edificios y
mosaicos. Posiblemente, los escritores de esos tiempos pensaban que sus lectores sabían
cómo sonaban los instrumentos musicales y no encontraron razón para hacer esa
descripción. También nuestro conocimiento de la música antigua está limitado por falta
de un buen método de notación musical. Los símbolos de la escritura musical no fueron
desarrollados sino hacia la Edad Media.
Una de las teorías avanzadas acerca del origen de la música es que ésta fue usada
para acompañar las expresiones religiosas primitivas. La música viene a ser la
“sirvienta” de la religión. A mayor profundidad, los eruditos encuentran que
virtualmente todas las religiones emplean música de algún tipo para expresar emociones
y para unificar la participación del grupo.
Hallazgos hechos en ruinas de grandes ciudades de la antigüedad tales como
Susa, la capital sumeria, Babilonia y Nínive, son importantes para nuestro conocimiento
de la música antigua. Parece que civilizaciones posteriores recibieron el legado de
numerosos instrumentos musicales y, posiblemente, algunas de sus ideas musicales del
Cercano Oriente.
Las dos civilizaciones más antiguas que alcanzaron significativa expresión
musical fueron las de Sumeria y de Egipto. Esas naciones estaban ubicadas en áreas
bien elegidas para mantener la vida cuando la gente dejaba la vida nómada. Los
sumerios tenían una civilización muy desarrollada. Algunos de los registros más
antiguos de un sistema musical han sido descifrados de tablillas de arcilla usadas por los
sumerios. Usaron cantantes en los servicios en sus templos. Fundaron escuelas de
música para la preparación de sus cantores. Los babilonios, que fueron los sucesores de
los sumerios, continuaron sus prácticas musicales.

Hace cuatro mil años, en Sumeria, el rey Shulgi de la dinastía Ur se adjudicaba el


haber establecido la teoría de la música y dominar varios instrumentos y “delinear sus
movimientos ascendentes y descendentes”. El significado exacto de estas palabras no se
conoce, pero quizás se puede poner en relación con la invención de la notación musical
babilónica, cuyos ejemplos conservados más tempranos datan del Imperio Medio Asirio,
hace unos dos mil años antes de Cristo.
La más antigua forma de notación musical fue encontrada en Nippur, Irak: una
tableta con escritura cuneiforme que recoge instrucciones para representar la música, a
modo de una guía para el ejecutante, como sucede con todas las notaciones de la
antigüedad. La imagen a continuación muestra dicha tableta, con la trascripción de la
escritura cuneiforme y la traducción al inglés, con la que se puede ver que son
indicaciones del número de cuerda que el intérprete debía tocar en su instrumento.

Primitivos tambores, panderetas y sonajeros se encontraron en excavaciones


anteriores al año 3000 a. de J.C. Pinturas y bajorrelieves en Susa, hechos antes de 2600
a. de J.C. muestran músicos a las puertas de sus templos tocando flauta, oboe, corno e
instrumentos de arco. Arpas como las actuales fueron halladas en Babilonia, donde
arpas de doble cuerda en posición vertical u horizontal, laúdes, cornos curvados y
trompetas rectas de bronce eran usadas desde antes de 2000 a. de J.C. Así, las naciones
dejan atrás su historia musical mientras llegan a su apogeo o decadencia. Sus escritores,
a veces, no pueden decir el origen ni describir el sonido de su música, pero las
siguientes palabras escritas por los sumerios unos 2400 años a. de J.C. indican lo que la
música significaba para la gente de esa era:
La música llena los patios de los templos con alegría, Ahuyenta la tristeza de la
ciudad, Calma las pasiones, Y termina el llanto.f33
La música debe de haber tenido un profundo impacto en la vida total de los
sumerios.
Los egipcios estaban evidentemente familiarizados con los mismos instrumentos
que usaban los sumerios. La lira, instrumento favorito entre los sumerios, de una
antigüedad cercana a los 3000 años a. de J.C. era desconocida en Egipto hasta los
tiempos de Abraham, hacia 2000 a. de J.C. William Hooper describe la música egipcia
de la siguiente manera.
Los egipcios consideraban la música como una expresión sagrada. Los músicos
eran sacerdotes, hombres y mujeres, quienes también eran danzarines. Las melodías
tenían sus propios poderes divinos y éticos; de hecho, los egipcios no podían alterar las
melodías o usar tonadas extranjeras. Su música religiosa probablemente tenía dignidad
de tal ya que ninguno de los instrumentos usados en ella tenía carácter de profano.f34
La mitología griega otorga origen divino a la música y nombra como sus
inventores primitivos dioses y semidioses, tales como Apolo, Anfión y Orfeo. En este
oscuro período prehistórico de la humanidad, la música es considerada como poseyendo
poderes mágicos. La gente creía que ella podía curar enfermedades, purificar el cuerpo
y la mente, aparte de hacer milagros en el ambiente de la naturaleza.

LA ADORACIÓN EN EL NUEVO TESTAMENTO

Los sublimes ideales de la adoración pública judía son rápidamente llevados a la


experiencia cristiana. Esta continuidad se expresa a través de dos temas resonantes: el
perdón de los pecados y el gozo en el Señor. Mientras el Nuevo Testamento no nos
presenta un claro cuadro de la adoración de los primeros cristianos, resulta obvio que
los judíos convertidos al cristianismo continúan siendo fieles en su asistencia y
participación en los servicios del Templo y de las sinagogas. Esta práctica continúa por
algunos años después de la muerte de Cristo y es sólo cortada abruptamente cuando
Jerusalén cae ante los conquistadores romanos en 70 d. de J.C. Tanto judíos como
cristianos consideraban a Jesús como el Maestro por excelencia. El enseñaba en las
sinagogas, en las calles , en los hogares, al lado de los lagos y en las laderas de las
montañas. Llenos del Espíritu Santo, los cristianos proclamaban activamente el mensaje
del evangelio en las sinagogas. Algunas veces los judíos cansados del fervor de
los cristianos, tomaban la ofensiva y trataban de expulsarlos. Como resultado de esto el
compañerismo cristiano perdía gradualmente su conexión con los judíos mientras la
iglesia se dedicaba más claramente a cumplir su misión entre los gentiles. Pero,
comencemos por el principio, cuando la relación con los judíos era más fuerte. Nuestro
viaje por el Nuevo Testamento será iniciado entre los cuatro muros de la sinagoga judía.
Continuará según veremos, con la hábil forma que usó nuestro Maestro, el Señor
Jesucristo, para moverse hacia adentro o hacia fuera de los marcos institucionales de su
propia herencia judía.
Esta parte de nuestro viaje juntos terminará con el establecimiento por parte de
Cristo de la “iglesia neotestamentaria” como la nueva institución para la perpetuación
de la adoración cristiana, especialmente las dos ordenanzas: el bautismo y la cena del
Señor.

LA MÚSICA EN EL MINISTERIO DE JESÚS

La música es mencionada tres veces durante el ministerio público de Jesús, dos


de los cuales ocurren durante los últimos días de su ministerio terrenal.
1. Hay una breve mención de flautistas (generalmente el aulos que es un
instrumento de lengüeta) en conexión con la resurrección de la hija de Jairo
(<400923>Mateo 9:23). La referencia a músicos que llegaron para el funeral indica que
la música era parte integral de la más sombría de todas las experiencias de adoración. Es
muy posible que ellos hayan tenido que cambiar su música triste por otra de gozo
debido a la resurrección de la hija de Jairo.
2. La segunda referencia es durante la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén,
cuando el pueblo, como si fuera uno, cantaba a Jesús (<411108>Marcos 11:8-10). Esta
ocasión ceremonial tiene lugar al comienzo de la semana en que murió Cristo. Cuando
Jesús entra a Jerusalén cabalgando en un asno, la gente canta y le proclama rey:
¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Bendito el reino de nuestro
padre David que viene! ¡Hosanna en las alturas! (<411109>Marcos 11:9, 10.)
Jesús acepta la gozosa proclamación del pueblo porque él es el cumplimiento de
la Escritura como era enseñada por los rabinos de ese tiempo: “he aquí tu rey vendrá a
ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno...”
(<380909>Zacarías 9:9). Jesús se ofrecía a sí mismo como el prometido libertador.
3. La tercera ocasión en que se menciona la música en el ministerio público de
Jesús fue en el “aposento alto” durante la pascua.
Jesús ha observado la última cena con sus discípulos. Concluye esta última
ocasión cantando un himno con sus seguidores. Probablemente cantaron de una parte
del libro de Salmos conocida como el “Hallel” (Salmos 113-118).
Estas son las únicas veces que la música es mencionada explícitamente en
conexión con el ministerio público de Jesús. Con todo hay razón para creer que la
familiaridad de Jesús con la forma de adoración en el Templo y en la sinagoga es muy
similar a la preparación de sus primeros seguidores. Pueden haber sido inspirados a dar
expresión musical a sus sentimientos en maneras que no quedaron impresas en los
Evangelios, los cuales, por su naturaleza son muy selectivos.
TEORÍA CCOMPLEMENTARIA

MÚSICA: Es el arte que se expresa combinando el sonido y el ritmo.

SOLFEO: Es la lectura y entonación de la escritura musical.

TEORÍA DE LA MÚSICA: Es la ciencia que trata de la escritura musical, el ritmo y de las leyes
que rigen el sonido.

PENTAGRAMA: Es el conjunto de 5 líneas y 4 espacios donde se escribe la música Se llaman


líneas adicionales a las líneas cortas que se colocan encima o debajo del pentagrama. Sirven
para colocar en ellas y en sus espacios las notas que por ser demasiado graves o demasiado
agudas no entran en el pentagrama. Las líneas divisorias, son unas líneas que atraviesan
verticalmente el pentagrama y sirven para dividir los compases. La doble barra final es la que
marca el final de la pieza. Dos rallas verticales, la segunda más gruesa que la primera, nos
indican final de la pieza

LAS NOTAS Las notas expresan los diferentes sonidos Hay 7 notas: DO-RE-MI-FA-SOL-LA-SI

Figuras Musicales
GÉNERO MUSICAL

Un género musical es una categoría que reúne composiciones musicales que


comparten distintos criterios de afinidad,[1] tales como su función (música de danza,
música religiosa, música de cine...), su instrumentación (música vocal, música
instrumental, música electrónica...), el contexto social en que es producida o el
contenido de su texto.

Mientras que las tradicionales clasificaciones académicas en géneros musicales


han atendido fundamentalmente a la función de la composición musical (para qué es
compuesta la pieza, como en los ejemplos anteriores), las clasificaciones por géneros de
la música moderna, usadas por la industria discográfica, han atendido más a criterios
específicamente musicales (ritmo, instrumentación, armonía...) y a características
culturales, como el contexto geográfico, histórico o social; se ha asimilado así el
concepto de género musical al de estilo musical, y es habitual que hoy se califique de
"géneros" al flamenco, el rock o el country[2] (ejemplo: el rock es un género musical de
ritmo muy marcado).[3]

Clasificación académica de los géneros musicales

Tradicionalmente se han separado por géneros las obras musicales según para qué fin
han sido compuestas, esto es, según su función social y su instrumentación (criterios
funcionales o materiales).

Clasificación por función

Música religiosa: la que ha sido creada para alguna ceremonia o culto religioso (misa,
etc.).

Música profana: es el género al que pertenece toda música no religiosa.

Música de danza.

Música dramática: pertenecen a este género las obras musicales teatrales, en la que los
cantantes actúan representando a su personaje a la vez que cantan (ópera, musical, etc.).
Entre ellas distinguimos:

Opera seria (Italia)

Intermezzo (Italia)

Opera buffa (Italia)

Tragédie lyrique (Francia)


Comédie-ballet (Francia)

Opéra-comique (Francia)

Opéra-ballet (Francia)

Grand opéra (Francia)

Singspiel (área germánica)

Zarzuela (España)

Opereta

Musical

Oratorio, género religioso no litúrgico.

Música incidental: es la música que acompaña una obra teatral, un programa de


televisión, un programa de radio, una película, un videojuego y otras formas de
expresión que no son en principio musicales.

Música cinematográfica: es la música, por lo general orquestada e instrumental,


compuesta específicamente para acompañar las escenas de una película y apoyar la
narración cinematográfica. Aunque se la puede considerar como un tipo de música
incidental, constituye por sí misma un género musical.

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