ARZOBISPADO

DE
GUADALAJARA ANDA Y HAZ TÚ LO MISMO

EJERCICIOS ESPIRITUALES DE
CUARESMA 2023
PARA PADRES DE FAMILIA Y MATRIMONIOS
 PRESENTACION
Reciban un cordial saludo del equipo diocesano de la Dimensión Familia.
Actualmente se están presentando diferentes crisis en nuestra sociedad: perdida de la fe, falta de identidad
en las personas, familias desintegradas, matrimonios separados, descomposición del tejido social entre otros.
Propiciado por las nuevas tecnologías y la aparición de diversas ideologías. Esto pudiera hacernos pensar
que todo está perdido, que la familia ya no tiene remedio, que cada vez está peor la situación, hay confusión,
violencia, inseguridad, homicidios, feminicidios, corrupción, impunidad, delincuencia y un sinnúmero de
situaciones desfavorables para la paz social y familiar.
Ante este panorama, el Proyecto Global de Pastoral en el numero 164 nos dice….”como Iglesia Católica;
Dios nos está llamando a generar esperanza, a fortalecer y reconstruir una vida humana más plena para todos

Índice sus hijos, especialmente los descartados por estos nuevos fenómenos, una vida que refleje en cada persona a
Cristo el hombre perfecto y se manifieste en condiciones dignas para cada uno.”
La Familia es la esperanza, cuando hay una conversión en ella, puede proyectar la luz de Cristo para guiar a
otras familias que están en dificultades, además ayuda a descubrir el plan que Dios tiene para cada una de ellas.
Presentamos este subsidio para su reflexión en Parroquias, Grupos, movimientos, Familias o de forma
personal, cuyos temas son:
Presentación 03 1. La creación del hombre (Diseño original de la familia). “Familias en Crisis”
2. La caída en el pecado (la corrupción del Tejido Social).
1. La creación del hombre 3. Jesús miro al Joven con Amor…pero este se dio la media vuelta y se marchó. (“Jóvenes en Crisis”).
(Diseño original de la familia). “Familias en Crisis” 04 4. El sentido de la vida cristiana en el plan de salvación. (“Adultos mayores enfermos y abandonados”).
5. La Virgen María, Madre de las familias y mujer de misericordia. (“Sacerdotes en Crisis”).
2. La caída en el pecado
Que Dios nuestro Señor los siga bendiciendo y que nuestra Madre Santísima los acompañe siempre en este
(la corrupción del Tejido Social). 08 caminar para lograr que nuestra Iglesia sea Sinodal, Samaritana, Misionera y Misericordiosa.

3. Jesús miro al Joven con Amor… “La familia de Nazaret nos compromete a redescubrir la vocación
pero este se dio la media vuelta y se marchó. y misión de la familia de cada familia”
(“Jóvenes en Crisis”). 12 (Papa Francisco).

4. El sentido de la vida cristiana en el plan de salvación.

(“Adultos mayores enfermos y abandonados”). 17 Dimensión Familia
Asesor: Pbro. Eduardo Pajarito González
5. La Virgen María, Madre de las familias y mujer de misericordia. Asesor: Pbro. Fernando Ramos Torres.
(“Sacerdotes en Crisis”). 21 Matrimonio coordinador:
Ernesto López Medrano y Delia González Sandoval.

LA CREACIÓN DEL HOMBRE
(DISEÑO ORIGINAL DE LA FAMILIA)
“Familias en Crisis”
Pbro. Fernando Ramos Torres
Oración inicial
Oh Dios, de quien procede toda paternidad en
el cielo y en la tierra, Padre, que eres Amor y Vida, haz
que en cada familia humana sobre la tierra se convierta,
por medio de tu Hijo, Jesucristo, “nacido de mujer”, y del
Espíritu Santo, fuente de caridad divina, en verdadero
santuario de la vida y del amor para las generaciones
porque siempre se renuevan.
Haz que tu gracia guíe a los pensamientos y
las obras de los esposos hacia el bien de sus familias y
de todas las familias del mundo. Haz que las jóvenes
generaciones encuentren en la familia un fuerte apoyo
para su humanidad y su crecimiento en la verdad y en
el amor. Haz que el amor, corroborado por la gracia del
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Tema 1
sacramento del matrimonio, se demuestre más fuerte
que cualquier debilidad y cualquier crisis, por las que a
veces pasan nuestras familias.
Haz finalmente, te lo pedimos por intercesión de
la Sagrada Familia de Nazaret, que la Iglesia en todas
las naciones de la tierra pueda cumplir fructíferamente
su misión en la familia y por medio de la familia. Tú,
que eres la Vida, la Verdad y el Amor, en la unidad del
Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
(San Juan Pablo II)
Objetivo
Reflexionar en la autocomprensión del hombre,
para que se descubra como imagen de Dios y pueda
EJERCICIOS ESPIRITUALES DE CUARESMA 2023
seguir el plan del Creador para el matrimonio y la
familia.
1. Veamos (ver con los ojos del Padre)
El ser humano está en constante búsqueda, ya
sea consciente o inconsciente, de sentido, de significado
en su propia existencia; en otras palabras, de felicidad.
En decenios pasados la felicidad se encontraba cuando
el joven conocía al amor de su vida y formaba una
familia impregnada de valores cristianos, pero hoy la
sociedad y valores han cambiado, como nos lo dice
el Proyecto Global de Pastoral 2031-2033 (PGP) de la
Conferencia del Episcopado Mexicano:
Al analizar nuestra realidad presente,
contemplamos que desde hace tiempo se habla
y se experimentan profundas y aceleradas
transformaciones que están afectando todos
los campos de la vida de las personas. Estamos
en una nueva época en el camino de la
humanidad. (23)
Por ello, hoy es importante reflexionar un
aspecto sencillo del ser humano desde su creación, con
el objetivo de llegar a ese principio originario que Dios
le dio: ser su imagen para llevarlo a formar una familia
donde reside su plenitud y desarrollo verdadero. El
PGP nos dice:
Estas grandes transformaciones que se
experimentan en el momento presente se
realizan entre la multiplicidad de un matiz de
colores y luces para la humanidad y nos ponen
en estado de alerta para descubrir el paso del
Señor en ellas”. (24)
Al vivir en estos tiempos modernos, con tantos
avances tecnológicos que, en su aspecto positivo, nos
acercan a tener una mejor calidad de vida, donde ya
no hay distancia entre las personas por los medios
de comunicación. Además, se constata una forma
nueva de concebir el estudio, el trabajo y las mismas
relaciones familiares y afectivas. Pero el PGP nos dice
que hay que estar también alerta en esta nueva época
llena de olas de ideas diversas que pueden llevarnos a
lo que el Papa Benedicto XVI dijo en su última homilía
como Cardenal antes del conclave el 18 de abril del
2005, sobre la dictadura del relativismo:
¡Cuántos vientos de doctrina hemos
conocido durante estos últimos decenios!,
¡cuántas corrientes ideológicas!, ¡cuántas
PARA PADRES DE FAMILIA Y MATRIMONIOS
modas de pensamiento!... La pequeña barca
del pensamiento de muchos cristianos ha
sido zarandeada a menudo por estas olas,
llevada de un extremo al otro: del marxismo
al liberalismo, hasta el libertinaje; del
colectivismo al individualismo radical; del
ateísmo a un vago misticismo religioso; del
agnosticismo al sincretismo, etcétera. Cada
día nacen nuevas sectas y se realiza lo que dice
san Pablo sobre el engaño de los hombres,
sobre la astucia que tiende a inducir a error (cf.
Ef 4, 14).
En estos tiempos cada uno busca su verdad o
la manera en que le convenga interpretar la realidad,
dando como consecuencia, en no pocas ocasiones,
a un sinsentido, depresión, carencia de significado y
pérdida de identidad. Algunos viven llevados solo
por las olas de la moda hacia un distractor y, cuando
menos lo piensan, la vida ya se les escapó de las manos.
Ante esta situación, la Iglesia, en cumplimiento de la
misión que se le ha encomendado, ofrece una fe clara
y segura que nos lleva a descubrir a Jesús, el Hijo de
Dios y Hombre verdadero, dándonos criterios para
discernir la vida en un humanismo real con una fe
adulta.
2. Reflexionemos
(juzgar con los criterios del Hijo)
En estos tiempos revueltos, donde hay varios
caminos que proponen la felicidad, solo es uno el
verdadero y ese es Jesucristo (Jn 14, 6). Por eso, para
que el hombre se descubra como es, es necesario que
haga referencia a Cristo, el hombre perfecto que da
certeza a la vida del ser humano (GS 22); es necesario
que volvamos a reflexionar el principio original. A este
respecto, el Papa San Juan Pablo II, en la Catequesis
del 19 de septiembre de 1979, nos dice:
El segundo relato de la creación del hombre
(vinculado a la presentación tanto de la
inocencia y felicidad originales, como a la
primera caída) tiene un carácter diverso por
su naturaleza. Aun no queriendo anticipar
los detalles de esta narración… debemos
constatar que todo el texto, al formular la
verdad sobre el hombre, nos sorprende con su
profundidad típica, distinta de la del primer
capítulo del Génesis. Se puede decir que es una
profundidad de naturaleza sobre todo subjetiva
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 y, por lo tanto, en cierto sentido, psicológica.
El capítulo 2 del Génesis constituye, en cierto
modo, la más antigua descripción registrada
de la autocomprensión del hombre y, junto
con el capítulo 3, es el primer testimonio de
la conciencia humana. Se podría decir que
el Génesis 2 presenta la creación del hombre
especialmente en el aspecto de la subjetividad.
Confrontando a la vez ambos relatos, llegamos
a la convicción de que esta subjetividad
corresponde a la realidad objetiva del hombre
creado “a imagen de Dios”. E incluso este
hecho es —de otro modo— importante para
la teología del cuerpo, como veremos en los
análisis siguientes (1).
Vemos cómo se va manifestando en proceso
el ser del hombre y es necesario que tome conciencia
de que ha sido creado, que no es todopoderoso en
una visión de autosuficiencia, sino que es vulnerable
y tiene que voltear a ver a su Creador, conocerlo,
amarlos y servirlo y que se descubra a sí mismo en esa
imagen de Dios que hay en él. Podemos decir que la
imagen de Dios es su sello, que ha puesto en el hombre,
el cual expresa que este es una criatura racional,
dotada de inteligencia, voluntad y libertad. Es decir,
el hombre está dotado de la capacidad de conocerse
y de transcenderse para entrar en relación; llegando
a su plenitud cuando lo hace en familia; por ello, el
matrimonio es una vocación que lleva al ser humano
a su crecimiento máximo, conociendo así la felicidad
que ha sido puesta en el hombre.
Cristo, cuando habla con los fariseos sobre la
santidad del matrimonio, hace precisamente referencia
al Génesis 1, 27; mencionando el principio originario,
fueron creados varón y mujer, dotados de cualidades
y capacidades para relacionarse entre sí y con su
Creador y así trascender. Pero, en el capítulo 2,24 del
mismo libro del Génesis, nos habla de las finalidades
del matrimonio, de la unidad e indisolubilidad; es
decir, ahí vemos que hay un plan del Creador y se
encuentra desde el origen de la creación. La tarea
del ser humano es conocer ese plan, para alcanzar su
verdadera plenitud.
Es una vocación originaria, anterior a cualquier
elección humana, que está inscrita en su propio ser,
incluso en su propio cuerpo. Así nos lo ha revelado
Dios cuando dice: “a imagen de Dios lo creó, hombre
y mujer los creó” (Gn 1,27). Esta imagen de Dios, que
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es amor (1 Jn 4,8), es una vocación constitutiva en el
ser humano para alcanzar la plenitud. El amor es, por
tanto, la vocación fundamental e innata de todo ser
humano. La persona llega a la perfección, a la que ha
sido destinada “desde toda la eternidad”, en la medida
en que ama, cuando descubre que ha sido llamado por
Dios al amor y hace de su vida una respuesta a ese fin.
La tarea entonces es conocer a Dios para que el
ser humano conozca el amor verdadero y lo reproduzca
en su familia e impacte en la sociedad. Se quiere
invitar a cada persona que se pregunte cómo está su
vivencia de fe para que inicie un camino pedagógico
de crecimiento en la fe, como algo necesario para su
desarrollo.
3. Actuemos (actuar con la fuerza del Espíritu
Santo)
A manera de homenaje, y viviendo el legado
que dejó el Papa Benedicto XVI, para progresar en
la vida espiritual y así cumplir con el plan originario
en la vocación del amor, retomemos un fragmento
de su explicación de la Escala del Paraíso de San Juan
Clímaco, monje del desierto.
Esta “ascensión” se divide en tres fases: la
primera muestra la ruptura con el mundo con el fin de
volver al estado de infancia evangélica; la segunda, el
combate espiritual contra las pasiones; y la tercera, la
perfección cristiana.
La primera fase, explica Benedicto XVI,
supone “la vuelta a la verdadera infancia en sentido
espiritual, el llegar a ser como niños. El alejamiento
voluntario de las personas y lugares queridos permite
al alma entrar en comunión más profunda con Dios.
Esta renuncia desemboca en la obediencia, que es el
camino a la humildad a través de las humillaciones –
que no faltarán nunca– por parte de los hermanos”.
La segunda, el combate contra las pasiones, no
debe verse como algo negativo, pues, como afirma el
Papa, citando a San Juan Clímaco:
es importante tomar conciencia de que las
pasiones no son malas en sí mismas; lo son
por el uso malo que de ellas hace la libertad del
hombre. Si son purificadas, las pasiones abren
al hombre el camino hacia Dios con energías
unificadas por la ascética y la gracia y, si han
recibido del Creador un orden y un principio…
EJERCICIOS ESPIRITUALES DE CUARESMA 2023
el límite de la virtud no tiene fin.
Respecto a la última fase, el sucesor de Pedro
destaca los tres principios, “sencillez, humildad y
discernimiento”, de los cuales “Juan, en línea con los
Padres del desierto, considera más importante este
último, es decir, la capacidad de discernir”.
Se refiere también a la oración, que puede ser
corpórea y “oración del corazón, la invocación del solo
nombre de Jesús, una invocación continua como la
respiración”. El fin de la escala es la “trinidad de las
virtudes”: la fe, la esperanza y la caridad.
Esta caridad, comparada con el amor humano,
está íntimamente unida con la esperanza. “La ausencia
de la esperanza anonada la caridad: a ella están
vinculadas nuestras fatigas, por ella nos sostenemos en
nuestros problemas y gracias a ella estamos rodeados
por la misericordia de Dios”, concluye el Papa.
La explicación que hace el Papa Benedicto
XVI es un programa de vida. Así, se sugiere que,
como acción concreta, cada matrimonio vaya con el
sacerdote de su parroquia y hagan un plan de acción en
estas tres fases donde él los acompañe para ayudarlos
en su progreso espiritual y de fe, constatándose de
esta manera un cambio verdadero y que impacte en
la comunidad con familias decididas a conocer Dios
creciendo en la santidad matrimonial y trasmitiéndola
a los demás.
4. Celebremos
Al frente y alrededor de un cirio pascual
encendido, si las circunstancias lo permiten, los
esposos abrazados recitan a dos coros la siguiente
oración:
Oración para el Matrimonio
Padre Celestial, a través de la
intercesión de la Sagrada Familia,
ayúdanos a valorar el don del
matrimonio que refleja el amor de
Cristo por la Iglesia, donde el amor
del esposo y la esposa los une
perfectamente y coopera en tu plan de crear nueva
vida a tu imagen.
Ayúdanos a apoyar a hombres y
mujeres en su vocación de matrimonio, especialmente
PARA PADRES DE FAMILIA Y MATRIMONIOS
en tiempos difíciles cuando pueden unir sus
sufrimientos a la Cruz. Ayúdanos a mantener la
institución del matrimonio en nuestra sociedad como el
lugar donde el amor se alimenta y la vida familiar
comienza. Ayúdanos a reconocer que nuestro futuro
depende de este amor y tu amor providencial por
nosotros. Amén.
Referencias
Concilio Vaticano II, Constitución pastoral Gaudium
et spes sobre la Iglesia en el mundo actual.
Disponible en https://www.vatican.va/archive/
hist_councils/ii_vatican_council/documents/
vat-ii_const_19651207_gaudium-et-spes_
sp.html
Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Hacia
el encuentro de Jesucristo Redentor, bajo la
mirada amorosa de Santa María de Guadalupe.
Proyecto Global de Pastoral. Ediciones del
CEM, México, 2018. Disponible en http://
www.dimensionvidacem.org/wp-content/
uploads/2020/03/PGP_2031-2033.pdf
Juan Pablo II, “El relato bíblico de la creación del
hombre”, Audiencia general del 19 de septiembre
de 1979. Disponible en https://www.vatican.
va/content/john-paul-ii/es/audiences/1979/
documents/hf_jp-ii_aud_19790919.html
Ratzinger, Joseph/ Benedicto XVI. Homilía en la
Missa pro eligendo Pontifice, 18 de abril de
2005. Disponible en https://www.vatican.
va/gpII/documents/homily-pro-eligendo-
pontifice_20050418_sp.html.
_______, “La ‘Escala del paraíso’ de san Juan Clímaco”,
Audiencia general del 11 de febrero de 2009.
Disponible en https://www.vatican.va/content/
benedict-xvi/es/audiences/2009/documents/
hf_ben-xvi_aud_20090211.html
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LA CAÍDA EN EL PECADO
(LA CORRUPCIÓN DEL TEJIDO SOCIAL)
Pbro. Eduardo Pajarito González
Oración inicial
El amor familiar: vocación y camino de santidad
Padre Santo, estamos aquí ante Ti, para alabarte
y agradecerte el gran don de la familia.
Te pedimos por las familias consagradas en
el sacramento del matrimonio, para que redescubran
cada día la gracia recibida y, como pequeñas Iglesias
domésticas, sepan dar testimonio de tu presencia y del
amor con el que Cristo ama a la Iglesia.
Te pedimos por las familias que pasan por
dificultades y sufrimientos, por enfermedad, o aprietos
que solo Tú conoces: sostenlas y hazlas conscientes
del camino de santificación al que las llamas, para
que puedan experimentar tu infinita misericordia y
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Tema 2
encontrar nuevas formas de crecer en el amor.
Te pedimos por los niños y los jóvenes, para
que puedan encontrarte y responder con alegría a la
vocación que has pensado para ellos; por los padres y
los abuelos, para que sean conscientes de que son signo
de la paternidad y maternidad de Dios en el cuidado
de los niños que, en la carne y en el espíritu, Tú les
encomiendas; y por la experiencia de fraternidad que la
familia puede dar al mundo.
Señor, haz que cada familia pueda vivir su propia
vocación a la santidad en la Iglesia como una llamada
a ser protagonista de la evangelización, al servicio de la
vida y de la paz, en comunión con los sacerdotes y todo
estado de vida. Amén.
EJERCICIOS ESPIRITUALES DE CUARESMA 2023
Objetivo
Concientizar, mediante la reflexión de la
Palabra de Dios, a los padres de familia que la creciente
corrupción del tejido social es una muestra clara del
pecado en lo comunitario y en lo personal, para poder
levantarnos de esa caída y sanar, con la gracia del Señor,
a las familias, células básicas de nuestra sociedad.
1. Veamos (ver con los ojos del Padre)
Cuando celebramos en la Eucaristía, después
de rezar el padrenuestro, le pedimos a Dios que nos
libre de todos los males. Convendría preguntarnos y
externar cuáles son esos males de los cuales queremos
que nos libre. (Dejar que los asistentes participen
expresando cuáles son los males que vemos a nuestro
alrededor).
Y de todos estos males, ¿cuántos son fruto
del pecado en nuestro mundo, en la sociedad, en las
familias, en nosotros mismos?
Es muy posible que los males que hemos
mencionado coincidan en gran parte con el escenario
de la familia y lo social, según lo presenta el VI Plan
Diocesano de Pastoral de nuestra Iglesia arquidiocesana.
Hecho englobante: crisis del matrimonio y
de la familia
• Causas
- Falta de formación en los valores humano-
cristianos.
- Falta comunicación efectiva y afectiva.
- Violencia intrafamiliar.
- Machismo.
- Ideología de género mal entendida y su
influencia.
- Deficiente ingreso económico a las familias
y muchas veces, mala administración del
mismo.
- Desconocimiento de la naturaleza del
matrimonio-sacramento.
- Influencia negativa de los medios de
comunicación.
• Consecuencias
- Delincuencia y adicciones.
- Baja autoestima.
- Materialismo consumista.
PARA PADRES DE FAMILIA Y MATRIMONIOS
- Ver el divorcio como única solución de
conflictos.
- Infidelidad.
- Nuevos modos de vivir la familia.
- Aumento de embarazos no deseados,
madres adolescentes y abortos.
- Individualismo.
- Los hijos siguen los mismos patrones de
conducta de los padres.
• Tendencias
- Familias disfuncionales.
- Pérdida del soporte afectivo de la familia
en los jóvenes, adolescentes y niños y, en
última instancia, pérdida del sentido de la
vida.
- Sociedad disgregada.
- Descomposición social.
- Sentimiento social de orfandad (una
sociedad sin padres).
Ante estas situaciones, es necesario levantar
la voz y actuar para no dejar que se siga “pudriendo”
nuestro tejido social por el pecado, sino más bien
favorecer a un saneamiento de este.
2. Reflexionemos (juzgar con los
criterios del Hijo) (Gn 3.12,13).
El mal que enfrentamos a diario se presenta
en dos formas. La primera es el mal natural, las
condiciones físicas en la tierra, que son hostiles para la
vida que Dios destinó para nosotros. Hay inundaciones
y sequías, terremotos, tsunamis, calor o frío excesivo,
enfermedad, pestes y los estragos similares que estaban
ausentes en el estado original que se expresa en el
Jardín del Edén. El segundo es el mal moral, mucho
más grave, que ocurre cuando las personas actúan con
deseos que están en contra de lo que Dios quiere. Al
actuar de formas malas, estropeamos la creación, nos
distanciamos de Dios y dañamos las relaciones que
tenemos con otras personas.
Vivimos en un mundo caído y roto y no
podemos esperar que esta vida no requiera un trabajo
duro. Fuimos creados para trabajar, pero el trabajo
está manchado de todo lo que se rompió ese día en
el jardín del Edén. Esto también es, con frecuencia, el
resultado de no respetar los límites que Dios establece
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para nuestras relaciones, ya sean personales, laborales
o sociales. La caída creó un distanciamiento entre las
personas y Dios, entre las mismas personas, y entre las
personas y la tierra que debía sustentarlas. El amor y
la confianza se reemplazaron por la sospecha hacia los
demás. En las generaciones siguientes, el alejamiento
fomentó la envidia, la ira e incluso el asesinato.
En el relato de los orígenes de la humanidad, la
Sagrada Escritura ofrece a los creyentes una respuesta
a la pregunta acerca del mal y del pecado. La situación
original se describe de forma paradisíaca (Cf. Gn 2,7-
25). Adán y Eva viven felices, en armonía entre ellos,
con Dios y con el resto de la creación. Todo cambia con
el engaño de la serpiente, representante del principio
del mal que, con astucia, para sembrar en sus corazones
la duda y la malicia, confunde a Eva poniendo en boca
de Dios lo que Él nunca ha dicho: “¿Así que Dios les
dijo que no comieran de ninguno de los árboles del
huerto?” (Gn 3,1). La primera respuesta de Eva fue
desde la inocencia, declarando sencillamente que Dios
no había dicho aquello que se le atribuía (Cf. Gn 3,2-
3).
El mal es siempre un engaño. Para
contrarrestarlo, hay que desenmascararlo haciendo
evidente que es enemigo de la naturaleza humana.
Uno de los síntomas básicos de vivir en el pecado es
la malicia, o padecer, como la llaman los Padres, la
ceguera del malicioso. Quien vive en la gracia de Dios
tiene la mirada de la inocencia, ve el mundo como Dios
lo ve, es decir, desde el bien que hay en él y encuentra
los rastros de ese bien en todas las personas y en toda
la creación.
La inocencia no se identifica con la ingenuidad.
El inocente distingue perfectamente el bien del mal y
no cae en sus redes; el ingenuo, por el contrario, los
confunde. El inocente descubre el mal entremezclado
en la obra buena de Dios, pero lo ve en su debida
dimensión, como una realidad que no tiene en sí
misma la consistencia que tiene el bien; por ello, apela
siempre a la bondad presente incluso en las personas
que menos nos imaginaríamos. Desde el bien que
está en el centro de su ser busca el bien que hay en
los demás. Así actuó el Señor Jesús; se acercó a las
personas sin detenerse en las etiquetas que otros les
habían puesto, como ocurrió con el leproso (Mc 1, 40-
44), con Zaqueo (Lc 19,1-10), con la mujer adúltera
(Jn 8,1-11) y con otros. Vio en ellos lo mejor que había
en cada uno, se acercó, atendió sus necesidades más
profundas y los capacitó para ser sus discípulos.
Quien padece la ceguera del malicioso busca
el mal, lo invoca y termina dándole existencia en todo
lo que le rodea, en las personas y en las circunstancias.
Por eso, la malicia ha sido una de las enfermedades
espirituales más temidas por los grandes maestros de la
espiritualidad cristiana. En el pasaje bíblico de la caída,
la serpiente no descansa hasta sembrar la sospecha
en Eva e infectarla con la malicia; la convence de que
Dios no es su amigo, sino un competidor temeroso de
que descubran su igualdad con Él (Cf. Gn 3,5). Como
consecuencia, Adán y Eva dejan de percibir el orden
y armonía de la creación y, en su ceguera, empiezan a
percibirla como caótica y amenazante.
La violencia comienza cuando olvidamos
quiénes somos. Llama la atención, en el relato del
Génesis, que el fin de la enemistad del hombre con
Dios se presenta en el retorno del hombre a la tierra de
la que fue hecho (Cf. Gn 3,17-19), con lo que se indica,
tanto la experiencia de la muerte como el regreso al
origen, a la identidad, a reconocer que se es de barro
(Cf. Gn 2,7), el ser humano es una creatura que
depende de Dios y cuya ida no está en sus manos como
si fuera su propio dueño. El hombre tiene la tentación
de rebelarse contra esta situación y considerarse como
norma única, exclusiva y absoluta de la vida. Cuando
el hombre se endiosa a sí mismo, se deshumaniza y
cede fácilmente a la tentación de la violencia.
El proceso por el que la comunidad de discípulos
de Jesucristo modela a los hombres y mujeres como
imagen de Dios en Cristo, entiende la caída primordial
como paradigma del engaño, como la forma en la que
el mal entra en la vida humana, haciendo que quien
lo sufre se olvide de su condición de imagen divina,
de su dignidad de Hijo de Dios y de hermano de
sus semejantes. Por la doctrina cristiana del pecado
original, sabemos que esta actitud se transmite y que
quien nace y crece en un ambiente malicioso pronto
pierde la inocencia con la que ha salido de las manos
de Dios. El pecado de Adán y Eva fue abusar de su
libertad, desobedecer el mandato de Dios; fue un
pecado de soberbia al pretender prescindir de Dios,
considerarlo innecesario, declararlo como sobrante y
hasta amenazante de la propia existencia.
Con la malicia se ve al otro con desconfianza,
porque se presume que el mal es quien lo gobierna.
Surge también una imagen distorsionada de sí mismo;
el malicioso ya no se ve como “persona”, es decir, como
identidad en comunidad, sino que se ve como “ego”,
como un individuo aislado y en permanente oposición
a su entorno, al que considera amenazante y del que
debe defenderse. El otro ya no es “hermano”, parte
imprescindible de mi propio ser, sino un competidor
y enemigo. De hecho, la violencia crece cuando
olvidamos que somos responsables de nuestros
hermanos (Cf. Gn 4,1-16).
La aceptación del mal en el corazón lleva al ser
humano a cerrarse a toda relación complementaria
con los demás; a buscar la felicidad aislándose todo
lo posible para no ser dañado por nadie y a procurar
tener a su disposición todo lo que necesita para lo que
considera una vida plena. Una vez afectado por esta
ceguera, ya no tiene la capacidad de ver en la creación
la presencia de Dios, solo ve objetos que puede
manipular para llenar sus necesidades; de la misma
manera ve y trata a las personas; así se ve y así se trata
incluso a sí mismo.
3. Actuemos
(actuar con la fuerza del Espíritu Santo)
El Proyecto Global de Pastoral que nuestros
Obispos nos ofrecieron es una opción por una iglesia
comprometida con la paz y las causas sociales. Nos
dicen que todo el Pueblo de Dios en su conjunto, está
llamado, en virtud de su Bautismo, a trabajar por la
reconstrucción de la paz. Entre los compromisos
pastorales, se nos proponen los siguientes:
- Incorporar la Doctrina Social de la Iglesia
como un eje transversal en la formación
de los agentes de pastoral, en las catequesis
ordinarias y presacramentales de todos los
fieles cristianos.
- Impulsar y reconstruir el sentido comunitario
de nuestras comunidades, para que toda
persona se involucre y participe en las causas
sociales de la sociedad.
Nosotros ¿qué compromisos familiares podríamos
llevarnos de este encuentro? Solo por mencionar
algunos ejemplos:
- Mayor diálogo entre los miembros de la familia.
- Perdonar y sanar resentimientos, con todos
los de nuestro alrededor (familia, vecinos,
compañeros de trabajo).
- Recurrir frecuentemente al sacramento de la
Reconciliación.
- Orar en familia un momento al día (puede
ser un misterio del Rosario) para rechazar las
tentaciones y promover la unidad.
4. Celebremos
Encender un cirio y ponerse alrededor de él
o que esté al frente. Una vez reunidos, invitar a los
asistentes a hacer peticiones de manera espontánea. Se
puede concluir cantando la oración del padrenuestro.
Referencias
Arquidiócesis de Guadalajara, VI Plan Diocesano
de Pastoral. La Nueva Evangelización al
Servicio del Reino, 2015. Disponible en
https://arquidiocesisgdl.org/plan_pastoralVI.
php?id=1
Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Hacia
el encuentro de Jesucristo Redentor, bajo la
mirada amorosa de Santa María de Guadalupe.
Proyecto Global de Pastoral. Ediciones del
CEM, México, 2018. Disponible en http://
www.dimensionvidacem.org/wp-content/
uploads/2020/03/PGP_2031-2033.pdf

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EJERCICIOS ESPIRITUALES DE CUARESMA 2023 PARA PADRES DE FAMILIA Y MATRIMONIOS

JESÚS MIRÓ AL JOVEN CON AMOR… PERO
ESTE SE DIO LA MEDIA VUELTA Y SE MARCHÓ
“Jóvenes en Crisis”
Pbro. Ricardo López Díaz
Oración Inicial
Señor Dios, mira a estos jóvenes.
Tú conoces a cada uno de ellos.
Tú sabes qué cosa piensan.
Tú sabes que quieren ir adelante,
hacer un mundo mejor.
Señor, hazlos buscadores del bien y de la felicidad,
hazlos esforzados en el camino, en el encuentro con los
otros,
audaces en el servir,
hazlos humildes para buscar las raíces
para seguir adelante y dar frutos,
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Tema 3
para tener identidad y pertenencia
El Señor Dios acompañe a estos jóvenes en el camino y
los bendiga. Amén.
(Oración del Papa Francisco)
Objetivo
Reflexionar sobre la situación actual de
los jóvenes con respecto a la fe, para generar en los
padres de familia criterios de acción para suscitar
en el ambiente familiar y parroquial las condiciones
adecuadas para que tengan un encuentro personal con
Cristo, que provoque en nuestros jóvenes en crisis la
conversión del corazón, y, de esta forma, tengan en Él
vida plena.
EJERCICIOS ESPIRITUALES DE CUARESMA 2023
1. Veamos (ver con los ojos del Padre)
El expositor comience el tema dando su testimonio
personal, o si se presta, invitando a los asistentes a
recordar sus años de adolescencia, haciendo algunas
preguntas como estas:
- ¿Cómo te educaron tus padres en la fe?
- ¿De joven te atraían las cosas de Dios?
- ¿Tuviste tu etapa de indiferencia o de rebeldía
hacia la religión?
- ¿Dónde tuviste tu formación más sólida
en la fe? ¿En la familia, en el colegio, en la
parroquia…?
- ¿Participaste en algún grupo juvenil que te
haya marcado en tu identidad cristiana?
- En tu juventud, ¿te marcó el testimonio de fe
de alguien: de tus padres, de un sacerdote, una
religiosa, una catequista, un misionero, una
persona muy ejemplar…?
Este momento será particularmente enriquecedor
si comparten personas de diferentes generaciones. Esa
evocación de la propia juventud servirá para contrastar
con la situación actual de sus hijos y nietos, en quienes
es cada vez más evidente la dificultad para que la fe
arraigue como un valor fundamental en sus vidas, algo
que abracen con plena convicción y compromiso.
Demos lectura y comentemos el número 40 de la
Exhortación apostólica postsinodal Christus vivit que
da una descripción muy precisa de la postura de los
jóvenes ante la Iglesia:
Un número consistente de jóvenes, por razones
muy distintas, no piden nada a la Iglesia porque
no la consideran significativa para su existencia.
Algunos, incluso, piden expresamente que se les deje
en paz, ya que sienten su presencia como molesta
y hasta irritante. Esta petición con frecuencia no
nace de un desprecio acrítico e impulsivo, sino que
hunde sus raíces en razones serias y comprensibles:
los escándalos sexuales y económicos; la falta de
preparación de los ministros ordenados que no
saben captar adecuadamente la sensibilidad de los
jóvenes; el poco cuidado en la preparación de la
homilía y en la explicación de la Palabra de Dios;
el papel pasivo asignado a los jóvenes dentro de la
comunidad cristiana; la dificultad de la Iglesia para
dar razón de sus posiciones doctrinales y éticas a la
sociedad contemporánea.
PARA PADRES DE FAMILIA Y MATRIMONIOS
Basta un poco de observación para constatar que,
generación tras generación, se va debilitando cada vez
más la transmisión de la fe. Los que ahora son abuelos,
crecieron en un ambiente donde prácticamente la
vida giraba en torno a la religión: la educación, las
costumbres, la cultura, el ambiente… todo favorecía
para ser católico, y en realidad casi no había otra
opción que serlo o convertirse en la “oveja negra” de
la familia. Sus hijos, los que hoy son papás jóvenes,
crecieron en un ambiente más liberal, en una época de
muchos cambios sociales y culturales, pero la mayoría
conservó su identidad católica, como una tradición
sagrada recibida de sus padres. Pero a los hijos de
estos, es decir, a los jóvenes y adolescentes de hoy, ya
les tocó nacer con la tecnología, con acceso a todo
tipo de información, expuestos a gran diversidad de
ideologías, y con una formación en la fe demasiado
básica o prácticamente nula, inexistente en la mayoría
de sus hogares (transmitida casi siempre por las
abuelas), limitada a una preparación exprés para
recibir los sacramentos de iniciación, reducidos a un
mero evento social.
Observamos que las tendencias del mundo actual
hacen sumamente difícil que para los jóvenes resulte
atractiva la propuesta de vida cristiana:
- La mayoría no recibió ni siquiera una
formación cristiana básica, por lo que, al
tratar de exponerles la doctrina, el lenguaje
les resulta ajeno e incomprensible. Términos
como “gracia”, “pecado” y “salvación” carecen
de significado para ellos.
- Aun aquellos que, desde pequeños, crecieron
en un hogar católico en el que se inculcaba
el amor a Dios, rezar en familia, ir a misa los
domingos y asistir a la catequesis a su debido
tiempo, manifiestan un rechazo a todo lo que
se refiera a religión apenas cruzado el umbral
de la adolescencia. Debido quizá a un hartazgo
por la manera en que se lo inculcaron; o
porque se rebelan ante la incongruencia que
observaron en la gente piadosa cuyo ejemplo
dejaba mucho que desear; o bien, porque a
su edad entran en ambientes completamente
hostiles a la fe católica, los influyen desde
sus amistades hasta los maestros de sus
escuelas que cuestionarán sus creencias y les
hablarán muy mal de la Iglesia; muchas veces
necesitan manifestar su rechazo al catolicismo
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 para encajar con sus amistades y obtener la
aceptación que tanto desean.
- Esta generación está a un tiktok de perder la
fe. Un solo video que vean en Internet puede
derribar toda la doctrina que, durante años,
les hayan transmitido en la familia y en la
parroquia.
- El estilo de vida actual hace muy difícil que
los jóvenes tengan capacidad de atención para
la oración y la vida espiritual; tampoco están
acostumbrados a hacer comunidad; ya son
hijos de una sociedad que ha perdido el sentido
de la trascendencia, solo les preocupa el aquí y
el ahora, sin interesarles su salvación eterna;
rechazan todo lo que suene a dogma, prefieren
la opinión a la verdad; han perdido también el
sentido del pecado: les cuesta mucho aceptar
que haya límites en el ejercicio de su sexualidad
y aceptan fácilmente posturas como el aborto y
la ideología de género. El matrimonio para toda
la vida y formar una familia es algo que ya no
figura en los planes de los jóvenes de hoy… La
santidad no les resulta una propuesta atractiva
de vida, ya que no está de moda ser bueno… se
exalta la autoafirmación, el egoísmo, y hasta en
las series y películas que ven, los protagonistas
ya no son los héroes, o los buenos… ¡son los
villanos! Ellos son los nuevos modelos que
admiran.
Esta situación hace mucho más difícil la ya
de por sí compleja tarea de atraer a los jóvenes a la
Iglesia, pero más allá de eso. Aunque todavía se logre
congregar a algunos en las parroquias, organizando
eventos deportivos o propiciando espacios para
socializar dentro de la parroquia, o ciertas actividades
de entretenimiento con pincelazos cristianos… dichas
actividades suelen estar solo para “poner palomita” al
deber de tener una pastoral juvenil, pero difícilmente
alcanza el objetivo: que los jóvenes sean evangelizados y,
como fruto, tengan una sincera y profunda conversión
a Cristo que marque significativamente sus vidas.
Vemos venir un tiempo, una generación en la que
ya prácticamente nadie será católico por tradición,
solo quedarán los que lo sean por plena convicción.
Pero, de esta actual generación de jóvenes, ¿quién lo
será?
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2. Reflexionemos (juzgar con los criterios del Hijo)
Aunque la situación parezca invitarnos al
pesimismo, hemos de ver a nuestros jóvenes con la
misma mirada que dirigió Jesús al joven rico: “Lo miró
con amor” (Mc 10,21). A ese muchacho con un gran
potencial y nobleza de corazón, pero que, confundido
e indeciso cuando Jesús le invita a apostar por algo
más grande que sus seguridades materiales, prefiere
mantener su distancia. Se dio la media vuelta y se
marchó entristecido, al no encontrar lo que esperaba,
al no sentirse convencido… o al creer que el precio era
demasiado alto.
Hoy reflexionamos sobre la conversión, esta
experiencia que, en su término original en griego, se
dice metanoia, que alude a un cambio de mentalidad,
a un giro de 180 grados en la orientación que llevamos
en la vida, es ir más allá de las simples acciones y llegar
a la raíz de todas ellas: el corazón; es decir, convertirse
es mucho más que un día hacerse buenos propósitos de
mejorar, mismos que terminarán olvidándose en poco
tiempo. Significa un profundo cambio de paradigma
que nos hace transformar nuestros propios criterios en
los de Cristo, esa experiencia a la que Jesús se refería
cuando hablaba de que “hay que nacer de nuevo” (Jn
3, 3).
Ese joven rico del evangelio representa a
muchos jóvenes de hoy, que dan el giro de 180 grados…
pero para dar la espalda a Jesús y seguir otros caminos.
No es que sean malos, quizá la responsabilidad recae
más en nosotros como familia y como Iglesia, por
no presentar de manera congruente y convincente la
Buena Nueva, la misma forma en que la vivimos y la
predicamos hace que sea un camino indeseable para
ellos. Antes de pedir por la conversión de los jóvenes,
deberíamos aplicarnos en la propia, especialmente
en la “conversión pastoral” de la que tanto nos ha
insistido el Papa Francisco, una tarea más que urgente,
sobre todo cuando se habla de atender esta periferia
existencial, que son los jóvenes en crisis… tantos
de nosotros, con buenas intenciones, pero errados
métodos, queremos evangelizar a los jóvenes con las
maneras que nos funcionaban… ¡cuando nosotros
éramos jóvenes!
Sin embargo, no es esta la única historia que
Jesús tiene con los jóvenes. Recordemos aquel joven
que ya daban por muerto en el poblado de Naím, un
caso perdido que era el gran dolor de su madre y que
EJERCICIOS ESPIRITUALES DE CUARESMA 2023
Jesús hizo volver a la vida. Semejante el caso de la
adolescente hija del jefe de la sinagoga, a quien tomó
Jesús de su mano con la orden “¡Óyeme niña, a ti te
digo: levántate!”. El mensaje de ambos pasajes es claro:
aunque en ocasiones así lo parezca, ningún joven es
caso perdido, así se encuentre sumido en el vicio, la
delincuencia o en ideologías totalmente ajenas al
Evangelio… un encuentro con el amor de Dios puede
ser su redención.
No olvidemos al muchacho que ofreció sus
cinco panes y dos peces, que, aunque parecía muy
poco, en manos de Jesús se convirtió en un banquete
para una multitud. Esto nos recuerda la importancia
de tener fe en el potencial de los jóvenes, ya que en
ellos está la semilla de la obra de Dios.
Y, por supuesto, el caso de otro joven, que es
la contraposición al caso del joven rico: San Juan, el
discípulo amado, a quien la tradición ha señalado como
el más joven entre los apóstoles. En San Juan es muy
notorio el proceso de conversión, que, de hecho, no fue
instantáneo: Jesús tuvo que trabajar mucho en él. Los
evangelios lo describen como un típico adolescente:
impulsivo, temperamental y poco prudente. A él y a
su hermano Santiago los apodaban “Hijos del trueno”
(Mc 3,17); quería buscar pleito a uno que predicaba
en nombre de Jesús sin ser del grupo (Mc 9, 38) y a
los samaritanos que no querían dejarlos pasar por
su territorio (Lc 9, 54). Ambicioso, manipulador y
un tanto egoísta al querer asegurarse el mejor lugar
junto a Jesús (Mc 10, 35)… Jesús miró también con
amor a este jovenzuelo permitiéndole estar cerca de
Él (Jn 1, 39), no mandándolo, sino acompañándolo,
haciéndolo de sus tres apóstoles predilectos (Mt 17, 1),
no porque fuera el “consentido”, sino porque era de los
que necesitaba más… atención especial.
Podemos ver la transformación de ese joven
respondón y pendenciero, en un apóstol de la más alta
fidelidad y de la más profunda espiritualidad, que se
llamó a sí mismo “el discípulo amado”, porque supo
que el Maestro lo amó por la paciencia y la confianza
que le tuvo. Y con esto tenemos el modelo de cómo
tenemos que ser con nuestros jóvenes de hoy. No
lograremos su conversión con regaños, sermones,
videos o dinámicas, sino con el testimonio cristiano
más elocuente: el amor, personalizado, verdadero,
cercano y constante.
PARA PADRES DE FAMILIA Y MATRIMONIOS
3. Actuemos
(actuar con la fuerza del Espíritu Santo)
Señala la Christus vivit en el número 66:
Hoy los adultos corremos el riesgo de hacer
un listado de calamidades, de defectos de la
juventud actual. Algunos podrán aplaudirnos
porque parecemos expertos en encontrar
puntos negativos y peligros. ¿Pero cuál sería el
resultado de esa actitud? Más y más distancia,
menos cercanía, menos ayuda mutua.
Estancarnos en un pesimismo estéril no
resuelve nada. Los jóvenes ya han escuchado suficiente
la frase: “En mis tiempos…” ¿y acaso ha resuelto algo?
Nuestro tiempo, tanto el de los jóvenes como de los
que ya no lo somos, es ahora. Este es el tiempo de Dios:
el kairós, el momento de gracia, la oportunidad para
actuar en el presente.
Como Iglesia, ya sabemos que los jóvenes
están en crisis, ya lo hemos definido como una
“periferia existencial” prioritaria en nuestra acción
pastoral. Es la gran preocupación de la Iglesia, y por
supuesto, de ustedes, padres de familia. El problema
es que mutuamente “nos echamos la bolita” de la
responsabilidad tan grande y el reto tan difícil de guiar
a nuestros jóvenes. Los papás, desesperados, llevan
a sus hijos a la Iglesia para ver si cambian su actitud
rebelde hablando con el sacerdote o metiéndolos al
grupo juvenil. Y los sacerdotes reprenden a los padres
de familia, porque los culpan de lo perdidos que andan
sus hijos, pues la educación ha de venir desde el hogar.
Los jóvenes son una “papa caliente” que nadie quiere
agarrar y se prefiere aventársela a otro, por lo difícil
y desgastante que puede ser trabajar con ellos. Más
que en ninguna otra área, hay que picar piedra, salir y
buscar, olvidarnos del “siempre le hemos hecho así” y
sembrar, conscientes de que no vamos a ver frutos en
el corto y quizás ni en el mediano plazo.
Pero el compromiso ha de ser de todos,
como Iglesia, familia y sociedad, para presentar el
Evangelio como una propuesta de vida más atractiva,
una alternativa mejor a los estilos de vida que tantos
jóvenes han estado adoptando. Con todo, para que la fe
cristiana sea más atractiva, no caigamos en la tentación
de diluirla, silenciando sus exigencias y reduciéndola a
un discurso barato y relativista de valores o superación
personal. Muchos han caído en ese error, y al final no
han logrado atraer a más jóvenes: quizá lograron su
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simpatía, pero no convertirlos a Cristo.
El Evangelio es un reto y a los jóvenes les gustan
los retos, ha de presentarse con toda su claridad y su
fuerza. Aquellos jóvenes que, por la gracia de Dios y
con la ayuda nuestro testimonio evangelizador, se
convenzan de seguirlo, serán los que marquen una
diferencia en el mundo, como lo hicieron los santos.
Tema 4
cristianos al ver que no está arraigando en ellos la fe
que, con limitaciones pero con esmero, tratamos de
inculcarles desde el compromiso que asumimos al
bautizarlos. Nos duelen tanto las discusiones acaloradas
que tenemos por asuntos de fe, ver la facilidad con la que
apoyan posturas inmorales, su rechazo hacia la Iglesia,
su indiferencia ante lo sagrado.

Preguntémonos: Señor, como papás creyentes sabes que esa es

• ¿Qué valores y oportunidades tienen los jóvenes
de hoy que nosotros no teníamos?
• Nos quejamos de que los jóvenes no escuchan,
pero ¿nosotros los escuchamos? ¿Escuchamos
para comprender o solo para reprender?
• ¿Qué proponen como padres de familia a la
parroquia para que esta dé una mejor atención a
los jóvenes?
4. Celebremos
Señor, como padres atribulados acudimos a Ti,
suplicando por la conversión de nuestros hijos. Recibirlos
nuestra mayor preocupación, y sabemos también que, si
nosotros los amamos, Tú los amas infinitamente más y
no dejarás que se pierdan eternamente… recordando
el ejemplo de santa Mónica, quien, tras años de
oraciones y lágrimas, pudo ver la conversión de su hijo,
San Agustín. Al igual que ella, te presentamos nuestra
súplica por estos hijos que nos confiaste y te pedimos nos
hagas instrumentos que propicien su encuentro contigo,
para que alcancen su conversión y lleguen a conocerte,
amarte y seguirte… aún más y mejor que nosotros
mismos, por el camino que tú dispongas. Amén.
Referencias

EL SENTIDO DE LA VIDA CRISTIANA

Francisco, Exhortación apostólica postsinodal Christus
fue una bendición, y verlos crecer fue fascinante…
vivit a los jóvenes y a todo el pueblo de Dios,
pero nunca pensamos que afrontar los cambios de su
2019. Disponible en https://www.vatican.va/
adolescencia sería tan desgastante y tan penoso.
content/francesco/es/apost_exhortations/
Sabes que los amamos con todas nuestras
fuerzas y, por lo mismo, nuestro más grande dolor es
verlos alejados de Ti, sentir que fallamos como padres
documents/papa-francesco_esortazione-
ap_20190325_christus-vivit.html EN EL PLAN DE SALVACIÓN
“Adultos mayores enfermos y abandonados”
Pbro. Rafael Del Toro Mendiola

Oración inicial
Querido Padre, a Ti que, con esmero y paciencia,
nos acompañas y guías por el camino correcto de la
vida, te agradecemos en este momento tu presencia
entre nosotros.
Hoy, Señor, queremos poner en las manos de la
familia de Nazaret, como lugar de comunión de amor
entre Jesús, María y José, a todas las familias de nuestra
comunidad y del mundo entero.
Haz de cada familia un santuario en el que
se acoja y se respete la vida: una comunidad de amor
abierta a la fe y a la esperanza, un hogar en el que
reinen la comprensión, la solidaridad, la alegría de
la reconciliación y de la paz. Concédenos que todas
nuestras familias tengan una casa digna en la que nunca
falten el pan suficiente y lo necesario para una vida
verdaderamente humana. Abre el corazón de nuestros
hogares a la oración, a la acogida de la Palabra de Dios
y al testimonio cristiano; que cada una de nuestras
familias sea una auténtica Iglesia doméstica en la que se
viva y se anuncie el Evangelio de Jesucristo.
Señor, danos siempre la fuerza para no
desanimarnos nunca en la defensa del don de la vida y
la libertad. Que pongamos siempre como verdad en la
toma de nuestras decisiones el mensaje y la obra de Jesús
nuestro Dios. Y que María, nuestra Madre, sea siempre
el modelo para respetar a todas las personas por igual
descubriendo que todos somos hijos de Dios y hermanos
entre nosotros. Amén.

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EJERCICIOS ESPIRITUALES DE CUARESMA 2023 PARA PADRES DE FAMILIA Y MATRIMONIOS
 Objetivo
Comprender qué significa vivir el cristianismo
en mis circunstancias concretas y entender el
compromiso que esto conlleva en mi trato con los que
me rodean, especialmente con los más vulnerables.
1. Ver con los ojos del Padre
Un niño paseaba con su padre por la montaña.
El niño se cayó y se golpeó. Entonces gritó: “¡Ayyyy!”. De
pronto, oyó una voz lejana que repetía su grito: “¡Ayyyy...
ayyyyy...yyyyy!”. Algo asustado, preguntó: “¿Quién
anda ahí?”. Y de nuevo la voz le contestó: “¿Quién
anda ahí...ahí...ahí?”. El niño, molesto por comprobar
que repetían lo que decía, gritó: “¡Cobarde!”. Entonces
la voz le contestó: “¡Cobardeeeee!”. El niño miró a su
padre con cara de asombro y le preguntó: “Papá, ¿qué
pasa?”. Y su padre le contestó sonriendo: “No es nada,
mira, voy a gritar yo, a ver qué pasa: ¡Te admiro!”. Y
entonces la voz respondió: “Te admirooooo”. El padre
del pequeño volvió a decir: “¡Te quiero!”. Y la voz esta
vez dijo: “Te quieroooo”.
El padre explicó a su hijo: “Este es el eco.
Repite todo lo que dices. Pero, en realidad, es la vida.
La vida te devuelve todo lo que le das. Si tratas a los
demás con bondad, recibirás bondad. Si les insultas,
recibirás insultos. Así que ya sabes lo que debes hacer:
si quieres que haya felicidad en ti, preocúpate de hacer
a los demás felices. Si quieres que haya amor, ofrece
amor”. Y ambos, padre e hijo, siguieron andando por
la montaña.
Nuestro paso por este mundo, en bastantes
ocasiones, se parece a este cuento que acabamos de
escuchar: la vida es un ir caminando por distintas
situaciones que van marcando nuestra existencia.
En ocasiones, vamos por llanos y el camino se torna
sencillo, fácil de transitar, como un verdadero paseo
en que disfrutamos cada instante y nos sentimos
acariciados por el sol, la brisa y el canto de las aves.
Actividad
• Reflexiona de manera personal y trae a tu
memoria esos días en que has estado en mucha
paz.
• Si te es posible, comparte con la persona que
está a tu lado.
Hay otros momentos en que se nos atraviesa una
cuesta abajo y comenzamos a correr, avanzando más
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rápido por las distintas etapas de la vida. Son los
momentos en que, sin darnos cuenta, pareciera que
los días del calendario pasan muy aprisa. Esto se da
especialmente cuando la vida nos sonríe, los planes
nos salen como los pensamos, todo está bien a nuestro
alrededor y disfrutamos tanto que quisiéramos que el
reloj caminase más lento para saborear más y mejor
estos instantes.
Actividad.
• Trae a tu mente las ocasiones de tu vida en que
disfrutaste tanto algo que hubieras querido que
esos momentos duraran para siempre.
• Te invitamos que también compartas este
momento con quien se encuentra cerca de ti.
Pero la experiencia nos ha dicho también que
no todo es llano y que no siempre hay vivencias de
tranquilidad o de emociones positivas que nos llenan
de placer y nos hacen “sabrosa” la propia existencia.
Son los instantes en que la vida da un giro repentino
y pareciera que el camino se torna cuesta arriba.
En esos momentos se nos presenta una montaña,
que debemos atravesar sí o sí y que, desde nuestra
perspectiva, pareciera que la pendiente se inclina más
a cada paso, haciendo muy pesado el andar. Son los
días en que nos damos cuenta de una mala noticia, un
problema de salud personal o de un ser amado; días
en que, en lo laboral o académico, la carga se aumenta;
momentos en que hay incomprensión de los demás a
una situación que estamos cargando.
Actividad
• Ahora te invitamos a recordar esos momentos
en que tu vida se hizo un poco más difícil y te
costó más trabajo avanzar.
• Si gustas hacerlo, comparte alguna de estas
experiencias con tu compañero de al lado.
2. Reflexionemos (juzgar con los criterios del Hijo)
Cuando adquirimos un mueble nuevo que
necesita ensamble o un aparato electrónico, este viene
acompañado de un instructivo, de modo que, si no
leemos con atención y no seguimos las indicaciones, se
nos hará más difícil llevar a cabo la tarea de poner en
funcionamiento dicha adquisición. Incluso podríamos
caer en el enfado, dejar el armado o la puesta en marcha
a medias y terminar usando tal objeto de una manera
poco eficiente.
EJERCICIOS ESPIRITUALES DE CUARESMA 2023
Nuestra vida también tiene un instructivo
que es muy necesario leer. Este es la Palabra de Dios,
contenida en la Sagrada Escritura. En ella encontramos
todo, absolutamente todo lo necesario para sacarte el
mayor jugo a esta vida que Dios nos dio. Ahí podemos
encontrar consejos para ser mejores padres, hijos,
hermanos, amigos; hay recomendaciones para el
manejo del hogar, el trabajo y el estudio; no hacen falta
instrucciones para una sana relación en pareja. Incluso
podemos encontrar enseñanzas que nos pueden
ayudar a llevar una buena administración del hogar.
Por ello, en la Biblia, al ser ese regalo hermoso
que Dios nos dio, podemos encontrar cómo caminar
por nuestra vida, tanto en momentos de quietud, de
mucha alegría, como en los de dificultad, siempre bajo
el sabio cuidado de nuestro Padre Bueno.
En eso consiste precisamente la vida cristiana:
en hacer nuestras las recomendaciones dadas por el
Espíritu Santo, a través de la revelación, y saberlas
aplicar a las circunstancias de cada día.
Al respecto, Jesús, como verdadero Maestro,
hermano nuestro, compañero de camino, nos dio unas
palabras que han de ser nuestro itinerario, nuestra
guía, nuestro bastón en el devenir de cada día, tanto
en las buenas como en las malas. Estas palabras
salieron de sus labios en el “sermón del monte”, el cual
encontramos al principio del capítulo 5 del evangelio
de San Mateo. (Mt 5,2-12)
Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos
es el Reino de los cielos.
Dichosos los que lloran, porque recibirán
consuelo.
Dichosos los humildes, porque heredarán la
tierra.
Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia,
porque serán saciados.
Dichosos los misericordiosos, porque obtendrán
misericordia.
Dichosos los limpios de corazón, porque verán
a Dios.
Dichosos los que construyen la paz, porque se
les llamará hijos de Dios.
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el Reino de los cielos.
Dichosos serán ustedes cuando los injurien, los
persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa
PARA PADRES DE FAMILIA Y MATRIMONIOS
mía. Alégrense y salten de contento, porque su
recompensa será grande en los cielos.
Pero, ¿cómo es posible que pueda encontrarse
dicha en lo afirmado por Jesús, si ahí se habla de
pobreza, hambre, persecución y calumnia? ¿No es esta
una forma de pensar demasiado pesimista? ¿Puede
encontrarse tranquilidad en pensar que soy dichoso
cuando la estoy pasando mal?
Encontramos la respuesta a esto en dos
vertientes: la primera está en la forma que se redactó
el evangelio, ya que el tiempo gramatical en que están
narradas las bienaventuranzas hace referencia a que
quien cumplirá la dicha será Dios: Él dará el Reino,
dará consuelo, obsequiará la vida eterna, saciará, será
misericordioso, se dejará encontrar, nos llamará sus
hijos, nos colmará de alegría.
En el texto bíblico se afirma que es el Padre
Bueno la máxima recompensa que se puede esperar
cuando se enfrenta la vida con la mirada puesta en Él:
cuando en medio de la prueba, del llanto, del hambre
por la injusticia, de la lucha diaria por mantener un
corazón limpio, los ojos siguen puestos en el que todo
lo puede y en su Hijo, enviado al mundo por nuestra
salvación. Esto es la realización de la vida cristiana:
poner en cada día de nuestra vida, con sus subidas y
bajadas, toda la confianza en las manos de quien tanto
nos ama.
3. Actuemos
(actuar con la fuerza del Espíritu Santo)
Pero hay una segunda manera de entender
el cumplimiento de esta dicha prometida por las
bienaventuranzas, la cual la encontramos al final
de la parábola del Buen Samaritano (Lc 10, 25-
37): “vete y haz tú lo mismo”. Los pobres, los que
lloran, los humildes, los hambrientos de justicia,
los misericordiosos, los limpios de corazón, los que
construyen la paz y los perseguidos por hacer el
bien, encontrarán la realización de lo que anhelan si
nosotros comprendemos nuestro ser cristiano.
Vivimos en un país, en un estado y en una
ciudad donde la mayoría de las personas nos decimos
católicos. Y por ello no debería haber hermanos que
la pasen mal, ya que, si vivimos nuestra identidad
de cristianos, comprometidos con el prójimo, con la
conciencia de que lo que hacemos a los demás a Cristo
mismo se lo hacemos (Cfr. Mt 25,31ss), tendremos la
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consigna de alimentar, acompañar, saciar, consolar y ser
misericordiosos con quien lo necesite, especialmente
con nuestra familia, compañeros de estudio o trabajo
y con nuestros vecinos.
Cuando Jesús pronunció las Bienaventuranzas,
tenía a sus discípulos escuchando muy de cerca (Mt 5,1).
Ahí estamos representados nosotros, sus discípulos,
sus amigos, a quienes Él confía sus hermanos más
necesitados para que, con una mirada misericordiosa,
seamos capaces de hacer más llevadera aquella carga
que, en la cuesta arriba de la vida, algunos de los
nuestros van soportando.
En ello está nuestro compromiso de hacer que
las palabras de Jesús se cumplan, se hagan realidad
y no se conviertan en un discurso hermoso para
adormecer conciencias. Basta con que salgamos un
poco de nuestra zona de confort y nos percatemos de
que, cerca de nosotros, hay alguien que quisiera esa
comida que voy a desperdiciar; hay un necesitado que
está descalzo por las calles; existe un compañero que
no encuentra un oído que lo escuche o unos brazos que
lo reciban en un abrazo de compresión. Abramos los
“sentidos del corazón” y seamos capaces de consolar,
alimentar, saciar y alegrar a quienes nos gritan que
necesitan de nosotros, del amor de Dios en nosotros.
Pero volvamos al cuento del principio. Ahí
encontramos dos personajes: el niño (que significa
nuestra persona) y el papá. Este último representa a
todo aquel que está en nuestra vida para acompañarnos,
levantarnos, consolarnos y explicarnos qué significa la
vida.
Y en esta ocasión, quisiéramos en este personaje
representar a los adultos mayores: padres, abuelos, tíos,
maestros, vecinos y todos aquellos que, con su cabello
ya cano y con algunas arrugas en su piel, siguen siendo
fieles acompañantes en nuestro peregrinar. Ellos son
los que nos enseñan que lo que le “gritamos” a la vida
(como en el cuento) es lo que recibimos de ella. Con
su ejemplo, nuestros ancianos nos hablan del cuidado
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Tema 5
hacia los más vulnerables porque, ¿cuántos de nosotros
no fuimos cobijados desde pequeños por el abrazo de
los abuelos? ¿Cuántos hemos escuchado ese consejo
sabio y prudente ante situaciones en que por alguna
razón no encontramos la salida?
Los adultos mayores nos enseñan a “gritar” un
“te amo” a la vida; un “te admiro” a los que nos rodean.
Ellos, con su vida cargada de vida y de sabiduría, son
una clara manifestación del rostro misericordioso del
Padre que acompaña, enseña y, en no pocas ocasiones,
se esconde en lo débil, lo marginado, para desde allí
mostrarnos su amor y qué tan importantes somos.
Por ello te invitamos a que por lo menos en
esta semana (ojalá fuera todos los días), tengas un
gesto de cariño a alguna persona anciana con la que
tengas trato: puede ser un momento de escucha, puede
ser algún alimento, un obsequio, etcétera, y, de esa
manera, le hagas comprender que es importante, que
no es un estorbo y que, con su presencia, sigue gritando
al mundo que Dios existe, que vale la pena amar y que,
en el cuidado de unos por otros, es en donde mejor
cumplimos el mandamiento del amor dado por Jesús.
4. Celebremos LA VIRGEN MARÍA, MADRE DE LAS FAMILIAS
Se le repartirá a cada asistente un cuarto de
hoja de papel (si se ve conveniente, el trozo de papel
puede ser más grande o pequeño). Se invita a que, Y MUJER DE MISERICORDIA
en cada fragmento, escriban el nombre de un adulto
“Sacerdotes en Crisis”
mayor que les haya apoyado en algo.
Debajo de ese nombre, escribir la buena obra
que esa persona hizo, por ejemplo, “me ayudó en mis Mtra. Mónica Mendoza Ramírez
estudios, me dio un buen consejo”, etcétera. Al final,
se hace una oración, frente a un cirio encendido,
encomendando a esas personas, tanto si están vivas o Material una bocina y un celular, para que la canción se escuche
difuntas. - Una imagen grande (doble carta) de María, correctamente. Probarlo antes de la sesión.
madre de misericordia. Antes de poner la canción, se invita a los
Referencias - Oración de la Salve para cada quien (o enviar participantes a entrar en la presencia de Dios, haciendo
Oración por la vida y la familia, disponible en https:// por celular a todos). la señal de la Cruz e invocando al Espíritu Santo, con
champagnat.edu.co/oracion-por-la-vida-y-la-familia/ - Bocina, celular o dispositivo de audio. una jaculatoria o una oración breve.
Después, se les invita a escuchar la canción, en
Oración Inicial modo de oración. Se les propone cerrar sus ojos para
Canción a la Virgen Madre de Misericordia de percibir mejor el mensaje de Dios y poder responderle
Juan Morales1. con amor en el silencio de su corazón. Porque orar es
Se propone una oración auditiva. Se necesita hablar con Dios.
Después de la oración, se propone abrir el
1 Disponible en https://www.youtube.com/ diálogo para escuchar lo que les dijo Dios a los que
watch?v=F1XdZRn_apk
Página 21
EJERCICIOS ESPIRITUALES DE CUARESMA 2023 PARA PADRES DE FAMILIA Y MATRIMONIOS
quieran compartir. Se termina el momento de oración
con la siguiente jaculatoria:
V. María madre de gracia y madre de misericordia.
R. En la vida y en la muerte, ampáranos, oh Gran
Señora.
Objetivo
Tener presente a María, nuestra Madre,
como modelo de misericordia para que seamos
misericordiosos con nuestras familias, como ella lo es
con nosotros.
1. Veamos
(ver con los ojos del Padre)
Dios nuestro Padre, amoroso y fiel a
nosotros sus hijos, nos invita a reflexionar qué tan
misericordiosos estamos siendo con nuestro cónyuge,
con nuestros hijos.
Se pueden hacer las siguientes preguntas:
- ¿Por qué nuestros hijos, niños, adolescentes
y jóvenes están alejándose de la Iglesia? ¿Será
que nos falta ser misericordiosos como María
lo fue a ejemplo de Jesús, su Hijo?
- ¿Qué sucede con nuestras formas de crianza?
¿Estamos invitando a nuestros hijos a la
reflexión, a la conversión, o solo los señalamos
y castigamos desde un lugar que nos aleja de
su corazón?
- ¿Amamos a nuestros hijos, con el amor
misericordioso de María, que nos ama
aun cuando somos tan pecadores? ¿O
condicionamos nuestro amor a nuestros hijos y
solo se lo demostramos cuando ellos se portan
como nosotros queremos que lo hagan?
Amar a María, invocarla como nuestra Madre, es
declararnos a favor de la misericordia. La Virgen nos
invita a actuar como ella, especialmente con nuestros
hijos, que están tan cerca de nosotros.
Nos preguntaremos, ¿qué es la misericordia?
La misericordia  es la  capacidad de sentir
compasión por los que sufren y brindarles apoyo.
Sobre su etimología, se ha dicho que la palabra proviene
del latín miser que significa “persona en pobreza,  en
necesidad” o del vocablo miserere, imperativo que se
traduce “apiádate”; cor, cordis que significa “corazón” y
el sufijo ia, usado para formar un sustantivo abstracto,
en este caso una actitud. El Diccionario de la lengua
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española la define como la “virtud que inclina el ánimo
a compadecerse de los sufrimientos y miserias ajenos”.
La misericordia es compasión por el que sufre,
que nos lleva a una acción para aliviar ese dolor. Como
señala, Allie Johnston, “las obras de misericordia son
formas poderosas de mostrar amor a los demás”. Por
tanto, ser misericordiosos como María, es la mejor
forma de demostrar amor a nuestro cónyuge e hijos y
a todos los que nos rodean.
En resumen, la misericordia es dar un trato
compasivo al otro, aunque creamos que no se lo
merezca, porque se lo daremos, no por sus méritos,
sino en virtud de los méritos de Jesús. Como Dios
Padre que, conociendo nuestras debilidades, nos
ofreció su misericordia al enviar a Jesús a la Tierra, para
perdonar nuestros pecados y ofrecernos la salvación.
2. Reflexionemos (juzgar con los criterios del Hijo)
María proclama la grandeza de Dios y su
misericordia. Leamos lo que la Palabra de Dios nos
dice. En Lc 1, 46-55 podemos leer el Magníficat,
una oración de alabanza a Dios, que María hace
cuando visita a su prima Isabel: “Desde ahora me
felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso
ha hecho obras grandes por mí. Su nombre es Santo
y su misericordia llega a sus fieles de generación en
generación” (Lc 1, 48-50).
María reconoce cómo la misericordia de Dios
ha hecho grandes cosas por ella. La misericordia es
acción o no es misericordia. Por ejemplo, compadecerse
de los hijos que sufren, sin estar con ellos, abrazarlos,
consolarlos, no es misericordia. María es una mujer
de acción. Esta oración la hizo cuando ella misma
realizaba una obra de misericordia, al visitar a su
prima anciana, que iba a tener un hijo y se quedó con
ella tres meses.
Se invita a la reflexión a los participantes:
¿Qué te dice María a ti?
- ¿Estás siendo misericordioso con tus hijos,
con tu cónyuge? Ejemplos.
- ¿Cómo sería ser misericordioso al estilo de
María en tu familia? Ejemplos.
- ¿Qué necesitas para ser misericordioso al
estilo de María?
EJERCICIOS ESPIRITUALES DE CUARESMA 2023
3. Actuemos
(actuar con la fuerza del Espíritu Santo)
Los cristianos no estamos solos. Jesús nos
prometió enviar al Espíritu, para recordarnos su Palabra
e impulsarnos a actuar. Les proponemos algunas cosas
para meditar, esperando les inviten a actuar de forma
misericordiosa, con la ayuda del Espíritu Santo, al
estilo de María, madre de la misericordia.
El Catecismo de la Iglesia Católica, nos habla
de las obras de misericordia, en el número 2447:
Las obras de misericordia  son acciones
caritativas mediante las cuales ayudamos a
nuestro prójimo en sus necesidades corporales
y espirituales (cf. Is 58, 6-7; Hb 13, 3).
-Instruir, aconsejar, consolar, confortar, son
obras espirituales de misericordia, como
también lo son perdonar y sufrir con paciencia.
-Las obras de misericordia corporales consisten
especialmente en dar de comer al hambriento,
dar techo a quien no lo tiene, vestir al desnudo,
visitar a los enfermos y a los presos, enterrar
a los muertos  (Cf.  Mt  25,31-46). Entre estas
obras, la limosna hecha a los pobres (Cf. Tb 4,
5-11;  Si  17, 22) es uno de los principales
testimonios de la caridad fraterna; es también
una práctica de justicia que agrada a Dios (Cf.
Mt 6, 2-4).
Como padres de familia, es más común que
cumplamos con las obras de misericordia corporales.
Sin embargo, nuestros hijos necesitan aún más de
las obras de misericordia espirituales, porque esas
acciones los conectan a nosotros, sus padres, y los
hacen sentirse amados y, en consecuencia, los invitan
a amar.
Les proponemos preguntarse lo siguiente, tomando
en cuenta las obras de misericordia espirituales que
menciona el Catecismo de la Iglesia Católica:
- ¿Cómo y cuándo instruyo y aconsejo a mis
hijos?
- Cuándo lo hago, ¿tomo en cuenta su edad
cronológica y emocional? ¿Realmente me
doy a entender? ¿Les hablo de acuerdo a sus
necesidades y capacidades?
- ¿O solo hablo según me enseñaron a mí, sin
fijarme cómo puedo darme a entender mejor?
¿Me esfuerzo por hacer comprensible lo que
PARA PADRES DE FAMILIA Y MATRIMONIOS
deseo comunicar?
- ¿Cuándo consuelo a mis hijos? ¿Cuándo
se lastiman por error o también cuándo se
lastiman por desobedecer? Ellos necesitan
sentir siempre nuestro consuelo, para sentirse
verdaderamente amados. Amar como Dios
nos ama: a Él no le importa si lo merecemos o
no, Él simplemente nos ama siempre.
- ¿Perdono todo lo que mi hijo hace: berrinches,
malas palabras, malos modos, ojos hacia
arriba, cuarto desordenado, incumplimiento
de tareas, etcétera?
- ¿Reconozco que mi hijo está en proceso de
maduración y desarrollo y que poco a poco
adquirirá los hábitos que le enseño CON MI
EJEMPLO? Si es así, ¿perdono sus errores en
su camino de aprendizaje y le muestro una y
otra vez cómo puede hacerlo mejor?
- ¿Sufro con paciencia sus errores, sin
desanimarme, sin perder la esperanza en
mis hijos, en mi cónyuge, ofreciéndole ayuda
espiritual y psicológica, cuando sea necesario?
Nuestro modelo de misericordia es Dios y, como
nos enseñaba San Juan Pablo II, “ningún pecado del
hombre puede cancelar la misericordia de Dios, ni
impedirle poner en acto toda su fuerza victoriosa,
con tal de que la invoquemos (Veritatis splendor,
118)”. De igual manera nosotros sabemos que, con
nuestros hijos, ningún pecado suyo, desobediencia,
mal comportamiento o vicio, podrá impedirnos ser
amorosos y compasivos con ellos. Ser compasivos
significa que entendemos que necesitan aprender,
junto a unos padres comprensivos y amorosos, que,
con paciencia, como Dios lo hace, les enseñemos a ser
mejores siguiendo nuestro ejemplo.
4. Celebremos
Nuestra fe está en Jesús, Dios del Amor, Hijo
de María nuestra Madre, mujer de misericordia, que
siempre nos invita a ir hacia su Hijo y a hacer lo que
Él nos dice. Invoquemos a María con la oración de la
Salve.
SALVE
Dios te salve, Reina
y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra;
Dios te salve.
A ti llamamos
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 los desterrados hijos de Eva;
a ti suspiramos, gimiendo y llorando
en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos
misericordiosos;
y, después de este destierro,
muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clemente, oh piadosa,
oh dulce Virgen María!
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las divinas
gracias y promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Y confiemos a ella todo lo que nos impide ser
misericordiosos con nosotros mismos, nuestros hijos
y nuestro cónyuge:
- Cada uno puede escribir lo que necesita
pedirle a Dios por medio de María, para ser
más misericordiosos
- y puede dejar su carta a los pies de la imagen
de María
- o puede acercarse a la imagen de María y
pedirle en silencio o en voz alta, aquello que
necesita.
Para terminar, si se considera oportuno, se invita a
los participantes a escuchar de nuevo la canción de la
oración inicial.
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Referencias
Catecismo de la Iglesia Católica, Librería Editora
Vaticana, 1997, disponible en https://www.
vatican.va/archive/catechism_sp/index_
sp.html
Johnston, Allie, “Las obras de misericordia para las
familias católicas”, Blog de Sadlier Religión,
disponible en https://www.sadlier.com/
religion/blog-de-sadlier-religion/las-obras-de-
misericordia-para-las-familias-catolicas.
Juan Pablo II, Carta encílica Veritatis splendor
sobre algunas cuestiones fundamentales de la
enseñanza moral de la Iglesia, 1993, disponible
en https://www.vatican.va/content/john-
paul-ii/es/encyclicals/documents/hf_jp-ii_
enc_06081993_veritatis-splendor.html.
“Misericordia” en Significados, disponible en https://
www.significados.com/misericordia/.
“Misericordia”, Diccionario etimológico castellano en
línea, disponible en http://etimologias.dechile.
net/?misericordia.
“Misericordia”, en Real Academia de la Lengua
Española, Diccionario de la lengua española,
(2014), disponible en https://dle.rae.es/
misericordia?m=form.
Morales Montero Juan, “Canción a la Virgen, Madre
de Misericordia”, álbum Papa Francisco y año
de la misericordia (2015), disponible en https://
www.youtube.com/watch?v=F1XdZRn_apk.
EJERCICIOS ESPIRITUALES DE CUARESMA 2023
ARZOBISPADO
DE
GUADALAJARA ANDA Y HAZ TÚ LO MISMO

Oración por la Gran Misión

Permanente de la Misericordia
Padre Bueno, Tú eres un Dios
empeñado en guiarnos por los caminos de
la justicia para cumplir el proyecto de tu
reino: transformar el mundo por el amor
y hacerlo más justo, más habitable, más
humano y más dichoso.
Tu Hijo Jesucristo, muerto y resucitado,
nos ha mostrado tu rostro cercano y
misericordioso y nos ha dejado por
herencia la compasión, como principio de
acción para nosotros sus seguidores.
Con la fuerza de tu Espíritu Santo
haznos hombres y mujeres sensibles ante
el sufrimiento de tu pueblo indefenso,
centinelas vigilantes del bien común y
trabajadores incansables por la dignidad y
la vida plena de todos tus hijos e hijas.
Que Nuestra Señora de Zapopan y
nuestros mártires, intercedan contigo
para que nuestra Iglesia diocesana de
Guadalajara en salida misionera, sea
siempre misericordiosa y samaritana.
Amén.