Está en la página 1de 3

Unidad en la Acción para la libertad:

Propuesta para una Coordinación Opositora por la


Transición Democrática
Hay momentos claves en la historia de cada nación, en los que un pueblo puede enrumbarse por
la vía del progreso y la libertad o hundirse por décadas, y hasta siglos. La nación nicaragüense se
acerca a un momento así. Los nicaragüenses tenemos la oportunidad, que llega a nosotros a un
alto precio, de romper con el pasado de opresión, violencia y atraso, y enderezar nuestro andar en
dirección al futuro posible de libertad, paz y progreso. Para ello, necesitamos derrocar a la
dictadura actual, y no solo reemplazar a los que actualmente usurpan la cabeza del Estado, sino
fundar un nuevo sistema de gobierno, una república democrática.

Conscientes del enorme costo humano ya pagado; conscientes del imperdonable costo humano
del continuismo del sistema dictatorial, cualquiera que fuese la forma en que mutase, con o sin
los ocupantes actuales de su liderazgo; conscientes de que está en nuestras manos, las manos de
los ciudadanos nicaragüenses dentro y fuera del territorio nacional, hacer que nuestra patria
renazca de las ruinas, florezca de la sequía, se levante de la pobreza, deje atrás para siempre la
postración a la que élites corruptas e incompetentes nos condenan, acordamos:

1. Coordinar nuestros esfuerzos para alcanzar las metas fundamentales que perseguimos.
La primera es derrocar a los cabecillas actuales del sistema dictatorial, empezando por el
clan genocida de los Ortega-Murillo, sus aliados en las cúpulas represivas, y en la
dirección de las instituciones del Estado y que han convertido en instrumentos de la
pandilla criminal de El Carmen.

2. Derrocar, porque ha quedado ampliamente demostrado, y el mundo civilizado lo


reconoce ya, que los cabecillas usurpadores exhiben una crueldad y violencia tales, que
los hacen calzar en la categoría de “desequilibrados”, término que en diferentes versiones
utiliza la población desde hace tiempo, pero que ahora, en una declaración históricamente
extraordinaria, adopta el Papa Francisco. Derrocar, porque el régimen actual es una
tiranía fascista, cuyos crímenes, según el reporte de los juristas de la Unión Europea, son
comparables a los de Hitler y sus lugartenientes. Derrocar, porque la lógica y la
experiencia demuestran, más allá de ninguna duda, que el clan Ortega no está en
capacidad ni tiene la voluntad de dejar el poder real a menos que se le fuerce a hacerlo.
Perder el poder real será el fin de la carrera delictiva de los miembros del clan, y el
comienzo de la justicia, y, por tanto, no pueden arriesgarse a perderlo.

3. Nuestra lucha es política, busca detener la violencia que se ejerce contra la población, y
derrocar a la dictadura antes de que las acciones de esta provoquen estallidos de violencia
armada, como la historia indica que es probable. Nadie puede negar a un individuo o a un
pueblo el derecho a la defensa propia, y precisamente para evitar que la brutalidad del
régimen siga abonando con sus abusos las semillas del conflicto armado, necesitamos
juntar fuerzas para acelerar su derrocamiento; detener la violencia del régimen contra el
pueblo, preferiblemente por medios no-violentos.

4. Para esto, trabajaremos coordinadamente hacia la meta de construir oposición


beligerante dentro del territorio nacional, apoyando con recursos, propaganda y apoyo
político a los luchadores democráticos que hoy en día mantienen viva la llama de la
resistencia. Un movimiento ciudadano democrático amplio es la vía más segura y el
camino más viable para derrocar al régimen al menor costo humano: aumentar las
presiones populares que ya se hacen sentir en el aparato de represión, y causan ya
deserciones significativas y despiertan la solidaridad y el apoyo de algunos soldados y
policías con la población.

5. Para esto, trabajaremos coordinadamente hacia la meta de hacer llegar la voz de los
demócratas nicaragüenses a todos los países del mundo, especialmente a nuestros
hermanos en todo el continente, una voz que dice con claridad y sin duplicidad que:

a. rechazamos cualquier negociación con la dictadura encabezada por Daniel


Ortega, Rosario Murillo, su clan familiar y las cúpulas militares, paramilitares y
policiales, que no sea la de su entrega a la justicia internacional;

b. rechazamos cualquier proyecto de elecciones mientras la dictadura de Daniel


Ortega, Rosario Murillo, su clan familiar y las cúpulas antes mencionadas estén
en control del Estado;

c. pedimos al mundo civilizado apoyar al pueblo de Nicaragua en nuestra lucha por


extinguir la dictadura fascista dirigida por desequilibrados, con recursos
materiales para conducir la lucha noviolenta y cortando los flujos financieros y
comerciales que mantienen con vida al régimen;

d. una vez derrocada la dictadura, una autoridad transicional de breve duración


tendrá que asumir el deber de iniciar la transición a la democracia, y la
reintegración de Nicaragua al mundo civilizado. Esta autoridad transicional
tendrá como tarea fundamental, aparte de mantener las funciones básicas del
Estado, preparar, en un plazo no mayor de 12 meses, la instalación de una
Asamblea Constituyente democráticamente electa, por circunscripción territorial,
para que prepare, en un plazo no mayor de 6 meses, un proyecto de Constitución
Democrática que estructure el nuevo Estado.

e. el proyecto de Constitución será presentado al pueblo en referéndum, para su


aprobación o rechazo, en un plazo no mayor de 3 meses después de la
aprobación del proyecto por los miembros de la Asamblea Constituyente
Democrática. Una vez se apruebe la nueva Constitución, la autoridad
transicional preparará, organizará y dirigirá, con observación de organismos
democráticos internacionales, la realización de elecciones generales a todos los
órganos de representación ciudadana que la nueva Constitución contemple. El
último deber de la autoridad transicional será la juramentación en sus cargos de
quienes resultaran electos en dichas elecciones. La culminación de este acto
significará también la disolución de la autoridad transicional y la
extinción de su mandato.

f. el proyecto de Constitución contemplará la desmilitarización del Estado, la


dispersión del poder entre los ciudadanos, la efectiva separación de los poderes
del Estado, el que se definirá como laico y abierto a todo el abanico de la
diversidad que surge naturalmente en el seno de la sociedad humana, guiado de
manera estricta por el respeto a los Derechos Humanos.

g. la autoridad transicional tomará todas las medidas necesarias para anular la


conculcación de derechos de ciudadanos nicaragüenses ejercida por la dictadura
y para dar inicio a un proceso de justicia y reparación a sus víctimas.

6. A todo lo anterior nos comprometemos, y a no asignar mayor prioridad a ningún otro


objetivo político, y, por tanto, rigiéndonos por los principios democráticos que queremos
por guía y para el bien de nuestra patria, trabajaremos en conjunto. Nos declaramos en
sesión permanente y nombraremos representantes de esta coordinación para las tareas que
de conjunto se decidan y que sirvan a los propósitos enumerados en esta declaración. Nos
comprometemos, por tanto, a poner todas nuestras fuerzas políticas y organizativas al
servicio de la causa común expresada en este documento.

Ante el pueblo de Nicaragua nos comprometemos:

También podría gustarte