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Camila Belén Graña Leal

C.I: 5516884-7
2°3
Cerp del Sur
Profesor: Pablo Langone

1. Comente los principales aportes a la historiografía que realiza Ibn Jaldún y


compárelo con la producción medieval occidental.
2. La obra de Maquiavelo y Vico nos permite reflexionar sobre la concepción de historia
en la transición a la modernidad. ¿Qué aspectos destacaría en cada caso como más
relevantes o novedosos? ¿Puede establecer similitudes y diferencias en ambas
propuestas?
3. “La Ilustración renovó el pensamiento historiográfico”. Fundamente esta afirmación
ejemplificando con la obra de sus autores más representativos y sus aportes más
significativos.

1. Ibn Jaldún creó su propia autobiografía, una de las obras biográficas del arte medieval
musulmán más detalladas también existen testimonios de ciertos contemporáneos y sin
embargo hay hechos su vida que no conoceremos nunca lo que más se desconoce es su
infancia nació en Túnez en mayo de 1332 en el seno de una familia andaluza. Su padre fue un
erudito que llegó a ocupar puestos de administración pública, sus primeros años educativos
estuvieron a cargo de él. Llegó a ser cortesano y embajador en Castilla, durante toda su vida
ha cambiado de puestos y bandos políticos, recorriendo el norte de África y Oriente Próximo.
El estudio sobre su obra, teoría y filosofía tomó fuerza en el siglo XX (Trabulse:14)
Algunos de sus pensamientos podrían seguir ocultos a nosotros por la tendencia a
interpretarlo mediante la identificación con teorías modernas.
Ibn Jaldún no reduce su trabajo a lo que es capaz de observar sino que de lo que tiene
a su alcance rescata elementos de los que pueda extraer esquemas para una historia universal,
leyes que puedan regir sobre toda sociedad humana, por lo que tiene sentido que también
abarque a los pueblos griegos, asirios, romanos, etc.
No tuvo sucesores que siguieran su trabajo, en parte por sus pensamientos divergentes
(en cuanto a política y religión), y tampoco conocemos a los antecesores que pudieron
haberlo inspirado. Bajo nuestra mirada Ibn parece ser un “genio aislado”, sin embargo, son
notables en su pensamiento ideas clásicas del islam como el universalismo, que entiende la
diversidad humana (Manzano, 2010:279). El universalismo también estuvo presente en la
producción cristiana de la época ya que según la Biblia todos los hombres somos hijos de
Dios.
En su obra se define como quien sacará el velo que estaba cubriendo el origen de los
primeros pueblos desde el estudio de la historia, disciplina al que le adjudica el carácter de
noble. Lo que propone es una “ciencia nueva” porque innova en el objeto de estudio, en su
método, sus conclusiones (Trabulse 17). Lo que esta ciencia busca es comprender la
civilización, su funcionamiento natural y los fenómenos con los que se relaciona (las
costumbres, la vida salvaje, el sometimiento que termina por desarrollar imperios de unos
pueblos sobre otros, el trabajo de las personas, etc). Durante la Edad Media la historia no fue
considerada una ciencia ni existía un método para hacerla porque no era un conocimiento
valorado, hay quienes plantean que ni siquiera existió un sentido del pasado (Orcástegui y
Sarasa, 1991:15)
Para investigar el historiador debe ser crítico para buscar la verdad con objetividad,
luego de una verificación de los hechos por medio de un criterio refinado (y por medio
también de observaciones empíricas) se debe pasar al estudio de sus causas y por último ese
conocimiento se acumularía bajo un orden general y congruente del que se pueden deducir
principios generales (distinguiendo lo inherente al humano de lo accidental). Ibn es
consciente de que estos principios no pueden ser absolutos ni tan precisos como los que
refieren a la naturaleza pero sí de que sus manifestaciones son semejantes, esto permite que la
historia ofrezca conocimiento del futuro también.
La historiografía del medioevo occidental hubiera observado la acción de Ibn Jaldún
como una herejía, su tipo de investigación sería bajo este marco una indagación y
cuestionamiento sobre el acto de Dios porque la historia no necesita más explicación que la
que ofrece la Biblia, lo que sucede es parte del plan divino.
Sus ideas lo llevan a creer en un cierto determinismo que afecta a todos los humanos,
quienes no seríamos otra cosa que el resultado de la conjunción de múltiples factores sobre
los que no tenemos control.
Los elementos naturales de cada sociedad son la economía y la seguridad. Distingue
entre dos tipos de civilizaciones: nómadas y sedentarias. La primera se trata de una forma de
vida solidaria con una base en las relaciones familiares, mientras que la segunda es más
compleja y descansa en la tranquilidad de la inmovilidad (no hay progreso más allá de este
estado). Trata de explicar cada una y es ese intento el que lo lleva a estudiar la influencia de
las características geográficas, que condicionan los recursos naturales ya su vez estos
determinan la economía que va a desarrollarse, siendo la base de los procesos la realidad
material. El contexto determina a las personas, por lo que es necesario tomar un enfoque
multidisciplinario, y los procesos históricos conforman un estilo de vida determinado. Puede
compararse su determinismo con el providencialismo cristiano que afirma que vivimos en el
mejor y único mundo posible, si bien las diferencias son innegables tienen un punto de
encuentro al tener en cuenta factores generales que cuestionan las libertades individuales.
En su forma de concebir la historia existe la convicción de cierto ciclo: nacimiento,
crecimiento, madurez y muerte (Trabulse, 23), pero sin negar que exista un progreso en esta
repetición, el tiempo avanza y las iniciativas de las nuevas generaciones también. Se aleja
tanto de la historia cíclica griega como de la lineal cristiana medieval. Esta última, defendida
por San Agustín de Hipona planteaba que la historia progresaba linealmente y de forma
ascendente, tiene su origen en la creación divina y tendrá un final en el juicio final, el
progreso de la humanidad debía ser de pecadores a salvados y la historia es lo que transcurre
en el medio.
Manzano lo califica de humanista (2010:275) por buscar el análisis racional y la
justificación científica. Su propuesta es novedosa porque plantea que la historia no debe ser
moralizante (como sí lo es o para buscar justificar el poder, la historia sirve simplemente
para comprenderla porque eso significa entender la realidad. Debe ser saber en sí mismo, un
aporte para entender la realidad. Es una perspectiva cientificista que le da a la disciplina
sentido propio. Abandona los grandes acontecimientos y personajes porque concibe la
historia como un proceso, una legalidad que no está definida por individuos. Hay que estudiar
las causas, el conocimiento profundo de la naturaleza y sus causas originales, los hechos se
tienen que complejizar.

2. Desde el siglo xiv y xv empiezan a aparecer novedades sin las cuales no se puede
explicar el Renacimiento. Croche dice que el Renacimiento niega la trascendencia cristiana,
no desaparece la fe sino que surgen nuevas formas de vivir la religión. La creación divina
puede ser indignada. Se desarrolla el Humanismo, el hombre puede tener su propia iniciativa.
Se abandona el providencialismo como explicación.
Maquiavelo, habitante de un mundo convulsionado, conjuga dentro de una sola lógica
filosofía e historia. Se estaba dando un proceso de secularización importante, la religión ya no
lograba explicarlo todo y el hombre adquirió más libertad en su accionar. Maquiavelo puede
entenderse para su análisis como un crítico del cristianismo. Para él la política es
independiente de toda moral o religión porque tiene fines propios (Samamé. 2010:124). El
modelo para cuestionar estas ideas obsoletas lo encuentra en la Antigüedad. Los estados
italianos estaban sufriendo luchas internas y Maquiavelo busca una posible solución en la
República romana. Este interés por la política lo hace involucrarse inevitablemente con la
historia porque los saberes del pasado guían el presente, su finalidad es únicamente práctica
porque solo tiene que servir para orientar el porvenir. Que la historia responda a una
necesidad práctica, hace muy probable que sea usada con varios intereses distintos (Samamé,
2010:126).
Renace la idea de la historia como magistra vitae, maestra de vida. Las obras de este
tipo debían servir de ejemplo involucrando lecciones morales organizadas de la mejor manera
para ser bien aprovechadas.
Para creer que la historia sirve como enseñanza mediante el ejemplo se debe suponer
que la naturaleza humana es invariable (idea que se puede notar en la obra maquiaveliana) o
que el mundo se rige por ciertas leyes. Uno de los presupuestos es que las motivaciones o
impulsos que movieron a los hombres del pasado van a seguir siendo los mismos en el
presente y el futuro, sirviendo la observación de estas para considerar ciertas acciones como
negativas o positivas. Y el objeto de la historia debe ser la política, a este ámbito debe ir
orientado sus enseñanzas porque es en el cual las personas alcanzan su propósito máximo. De
esta manera rompe la relación que la historia guardaba con el cristianismo. Pero esto no
significa que otros pensadores modernos hayan hecho lo mismo, algunos con distintas
argumentaciones hicieron perdurar al providencialismo. Un gran ejemplo es Giambattista
Vico.
Vico fue un napolitano del siglo XVII, nació y vivió en condiciones socioeconómicas
no muy buenas y vio como su obra fue menospreciada (Fontana, 2001:88). Su libro es
“Ciencia Nueva” y en él plantea que la nueva ciencia es la historia, no aquellas empíricas que
estaban en auge en su época. Se debe a que considera a la naturaleza como designio divino
por lo que no puede ser objeto de estudio ni la física ser una ciencia, esta idea es “atrasada” y
correspondiente al ideal medieval si se la observa desde la óptica renacentista.
La historia sí se puede estudiar porque la hacen los hombres, como su naturaleza
depende de nosotros es estudiable. Puede ser a la vez clasificado de providencialista y de
moderno por ser uno de los primeros en hablar de la historia como ciencia.
La formulación de su pensamiento estuvo condicionado por estar al margen del
paradigma científico del momento, alejado geográficamente y socioeconómicamente. Tuvo
más fuerza en él la influencia religiosa, una de las razones por las que fue menospreciado es
su aceptación de la cronología bíblica que ubicaba el comienzo del mundo cinco mil años
atrás.
Termina apoyándose para lograr su objetivo en la composición de la estructura de la
narración, desarrolla un estilo retórico. Recurre a la ficción para contar los hechos que no
considera relevantes, forzando de cierta manera su carácter didáctico. Samamé clasifica su
obra como historia monumental, ya que solo busca aquello que fue “grande”, influyentes para
bien o mal, como los actos heroicos vividos por importantes héroes. Una de las consecuencias
es que gran parte del pasado queda relegada y olvidada.
Aunque sus ideas nos recuerdan a Aristóteles, no tenían los mismos pensamientos
sobre la política. Para Maquiavelo la política es producto de un acuerdo civil, el hombre no es
social por naturaleza sino que todo lo contrario, en su base teórica afirma que el hombre en
relación con otros tiende a la discordia y al conflicto.
Bajo esta idea la historia es ese escenario en donde se dan estas pujas, disputas por el
poder que llevan a transformaciones. La política es el acuerdo que intenta regir por sobre esta
naturaleza humana para instaurar orden, es el momento en el que se desarrolla la idea de
Estado como mal necesario (Salamé, 2010:130).
Pero aún cuando se trata de política, la naturaleza del hombre (al que califica de malo)
sale a la luz por sus impulsos internos de dominar a otros (Romero, 1943:70). Maquiavelo
ordena el hilo de la historia mediante un ciclo político que lo relaciona con Polibio:
monarquía, tiranía, aristocracia, oligarquía, democracia y demagogia. La transición entre una
otra ocurre por la corrupción en la que se distorsiona la idea de bien común.
Lo que puede sonar contradictorio en su pensamiento es que creía en la idea de
fortuna, retomada de Cicerón. Se trata de una fortuna que no depende de Dios, un azar que no
se puede controlar. La libertad de las personas queda en la virtú, por medio de la cual se
puede ir contra la fortuna, son todas aquellas acciones orientadas a un objetivo (son de este
tipo la mitad de las acciones, siendo la otra mitad producto de la fortuna). Nos encontramos
dentro de un proceso de secularización en el que se abandona el providencialismo.
Según Vico, lo único que podemos entender es lo que hacemos nosotros. Plantea que
la humanidad avanza pero con la forma de un espiral, existiendo etapas que se repiten para
avanzar: origen, desarrollo y muerte. No significa que para él la historia se repitiera sino que
existe un marco dentro del que se desarrolla. Este marco dentro del cual el hombre ejerce su
libertad tiene un carácter divino y el progreso de la historia también, se avanza hacia un
perfeccionamiento moral. En su época no tuvo trascendencia, la historia no se consideró
ciencia porque no se puede medir ni expresar en fórmulas (Ferrater, 1984:52).
Sus ideas sobre la concepción del tiempo tienen muchos elementos en común, la
fortuna de Maquiavelo explica lo mismo que el providencialismo y la “historia eterna” de
Vico. Sin duda son dos pensadores ejemplarizantes, uno del cambio al pensamiento
renacentista y el otro de cómo ese cambio no fue lineal y existieron más continuidades de las
que se cree.

3. Se conoce como Ilustración al movimiento intelectual del siglo XVIII. El concepto


surge en Alemania y hace referencia al acto de iluminar, pero las interpretaciones son
diversas y afectadas por intereses. Se desarrolla en estos tiempos lo que Fontana nombra
como “industria de la información”, la comunicación cambió por medio de las impresiones,
los textos fueron más breves y cada vez más gente pudo acceder a ellos.
La actitud crítica se extendía, también la idea de que el hombre progresa y progresará
constantemente y aumenta la confianza de las personas en la razón.
Montesquieu (1689 - 1755), aristócrata francés, es uno de los más grandes referentes
de las nuevas ideas. Su obra más conocida son las Cartas Persas, describe la civilización de
Europa como si fuera un persa, utiliza la novela como recurso para defender la normalidad de
la diversidad cultural mostrando un choque cultural.
Se dedicó a investigar las leyes y las formas de gobierno. Plantea las leyes como
principios que surgen como consecuencia natural, son inevitables. Estudia estas leyes en
relación a las condiciones geográficas, a la religión, a las costumbres, al gobierno, etc., al
contrario de Voltaire que estudia las relaciones entre los hechos inmediatos, prestando
atención solamente a las causas particulares.
Para explicar los hechos distingue entre causas generales y particulares. Fue un
intento de aplicar la teoría cartesiana a los hechos sociales (Bury, 1920: 152), pero al estudiar
estos los separó de sus tiempos históricos. Buscar las causas en principios generales lo aleja
del providencialismo.
Estos principios están relacionados con las leyes de los pueblos, todos los elementos
de la vida social lo están, lo que iba contra la idea colectiva de ese momento de que la
legislación tiene poder absoluto para cambiar el estado social.
Voltaire (1694 - 1778) creía que el conocimiento era una herramienta transformadora.
En algún momento todos sus libros llegaron a estar prohibidos pero se mantuvo congruente a
sus planteamientos. Escribe lo que parece ser una historia de las civilizaciones hasta su
presente, sin rasgos providencialistas ni buscando causas últimas, en lo que coincide con
Montesquieu.
Describe a la historia como la narración de los hechos que son verdaderos en la que la
certeza se consigue buscando la máxima probabilidad. Opina de los testigos que se
contradicen porque cada uno vive los hechos de una manera distinta.
Lo que intenta es recrear el desarrollo del hombre, viendo la vida en sociedad como
una respuesta al estado primitivo, evolucionando desde un estado de barbaridad hacia uno de
riqueza. La historia que propone se debe ocupar de los hechos colectivos y además ser
universal, incluyendo a Asia también (pero preocupándose siempre por seleccionar aquello
que merece la pena ser conocido). Se preocupa más por el espíritu y las motivaciones del
hombre que por sus acciones en sí.
Dividió la historia del mundo en cuatro épocas: la de Alejandro, la de César y
Augusto, la de los Médicis y la de Luis XIV.
Montesquieu no desarrolló la idea progreso (no distingue etapas de evolución), y
Voltaire, si bien es optimista, de cierta manera la cuestionó. Este último afirmaba que existían
obstáculos como la religión y la guerra que no le permitían al mundo mejorar pero creía en el
progreso a causa de una razón universal en las personas, además dudaba de que el
conocimiento histórico no tuviera límites (Mudrovcic, 32)

Bibliografía

Bury, J. (1920). La Idea del Progreso. Editorial Alianza: Madrid


Ferrater (1984). Biblioteca fundamental de nuestro tiempo. Alianza: Madrid
Fontana, J. (2001). La Historia de los Hombres. Editorial Crítica: España
Manzano Rodríguez, M. (2010) Ibn Jaldún o la interpretación histórica de la sociedad.
Aullón de Haro, P(coord.), Teoría del Humanismo. Editorial Verbum, S. L: Madrid.
Mudrovcic (1991). La Ilustración y el problema de la historia: Entre Hume y Voltaire.
Universidad Nacional del Comahue.
Orcástegui, C y Sarasa, E. (1991) La historia de la Edad Media. Editorial Catedra: España.
Romero, J. (1943). Maquiavelo Historiador.: Editorial Nova: Buenos Aires
Samamé, L (2010). Una aproximación a la concepción maquiaveliana de la historia.
Universidad Nacional de Córdoba – Argentina.
Trabulse.(s/f) Estudio preliminar. En Ibn Jaldún, Introducción a la historia universal.
Villa, R. (1995). Ciencia nueva Giambattista Vico., Editorial Tecno: Madrid

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