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II DOMINGO DE PASCUA
FIESTA DE LA DIVINA MISERICORDIA
Monición inicial
Nos congregamos hoy para concluir la octava de Pascua, celebrando con júbilo y gratitud
el “Domingo de la Divina Misericordia”; gracias a San Juan Pablo II quien, además de
instituir esta Fiesta para toda la Iglesia y de enriquecerla posteriormente con la
indulgencia plenaria en el año 2002, partió un día como hoy, en sus primeras vísperas,
hacia la casa del Padre en 2005.
Apagamos o silenciamos los celulares y nos ponemos de pie para recibir al celebrante.
Nos disponemos a participar del banquete del Señor, apagamos o silenciamos nuestros
celulares y nos ponemos de pie para recibir al celebrante.
Por nuestra Iglesia, nuestros obispos y sacerdotes, para que, en el Corazón de Cristo,
fuente inagotable de Misericordia, encuentren siempre consuelo en la adversidad y
fortaleza para perseverar en el camino de la santidad. Roguemos al Señor. JESÚS, EN TI
CONFÍO.
Por toda la humanidad sufriente a causa de las enfermedades, abusos, dolor, injusticias,
para que la misma, redescubra “el mismo sufrimiento redentor de Cristo” y atraviese esta
situación con espíritu de conversión personal, volviéndose a la Misericordia de Dios.
Roguemos al Señor. JESÚS, EN TI CONFÍO.
Por nuestro país, por nuestros gobernantes y autoridades para que en ellos concedas el
don de la sabiduría al tomar de decisiones, que sean hombres según tu corazón y nuestro
Perú sea una nación donde la misericordia verdadera, la justicia, la solidaridad, y la
fraternidad, rijan nuestras relaciones. Roguemos al Señor. JESÚS, EN TI CONFÍO.
Por nuestra parroquia Sagrados Corazones encabezada por el Padre Robert y en comunión
con todos sus integrantes sean parte de la misión que Cristo encomendó a sus discípulos y
sean así los “Dispensadores” de la Divina Misericordia. Roguemos al Señor. JESÚS, EN TI
CONFÍO.
Por nuestras familias, para que, fijando la mirada en Cristo Resucitado, se dejen penetrar
e impregnar por Su Espíritu, para que puedan brotar así el perdón, la reconciliación, la paz
y la felicidad. Roguemos al Señor. JESÚS, EN TI CONFÍO.
Por todos los devotos de la Divina Misericordia para que al pronunciar: “Jesús, en ti
confío” sea de lo más profundo de nuestro corazón y con la confianza en que el Señor no
nos abandonará aun los momentos más difíciles de nuestras vidas. Roguemos al Señor.
JESÚS, EN TI CONFÍO.
Por las benditas almas del Purgatorio, para que, hasta ellas lleguen las bendiciones y
gracias que hoy estamos recibiendo como fruto del culto que estamos rindiendo a la
Misericordia de Dios. Roguemos al Señor. JESÚS, EN TI CONFÍO.
MONICIÓN PARA LA OFRENDA
Señor nos acercamos a tu altar para entregarte a través de estas ofrendas, nuestras vidas
y nuestros corazones y los anhelos que están cimentados en la esperanza de la vida
eterna que nos prometes en Pan y Vino. Te presentamos Señor:
Te ofrecemos Señor estas formas que serán consagradas por manos del sacerdote y
transformados en tu cuerpo, queremos consagrarnos para que transformes nuestros
corazones y seamos el alimento del amor al mundo.
Vino: Recibe padre esta ofrenda, recordando así la sangre de tu sacrificio, signo de amor y
misericordia por nosotros tus hijos.
Luz: Recibe estas velas y permite que siempre seamos luz y sal para el mundo y
transmitamos de esta forma el mensaje de la Divina Misericordia y seamos un verdadero
apostolado.
Medallas: Como recordatorio de nuestra entrega y consagración a tu Divina Misericordia,
bendícelas para que como sacramentales protejan nuestra vida.