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Doctor (a)
JUEZ ONCE DE EJECUCIÓN DE PENAS
Y MEDIDAS DE SEGURIDAD
Bogotá D.C.

Ref.: Proceso No. 11001400402120040026000


Condenada: YOLANDA ARIZA DE SILVA

Respetado Doctor (a),

Como defensor de la encausada en referencia, me permito


demandar de su señoría se sirva concederle a mi defendida la
prisión domiciliaria, como sustituto de la pena privativa de
libertad que afronta a consecuencia de la condena impuesta bajo
los cargos de responsabilidad por Lesiones Personales, así
mismo le sea otorgado permiso especial para laborar.

1. Otorgar a mi defendida, la sustitución de la pena de


detención en centro carcelario por domiciliaria y
permiso especial para laborar toda vez que se dan
los presupuestos que para tal fin exige la ley y en
aplicación de la misma por vía jurisprudencial en razón
a que mi patrocinada se clasifica como madre cabeza
de familia en razón a que la misma propende por la
subsistencia y sustento de su hijo JOSÉ ALEXANDER
SILVA ARIZA, persona esta discapacitada quien
presenta paraplejia funcional con nivel sensitivo I5
izquierdo d1 derecho y motor t9, vejiga neurogenica, idx
paraplejia t9, vejiga neurogenica, por lo tanto la señora
YOLANDA ARIZA, vela por su protección, educación y
orientación a quienes integran su núcleo familiar.

2. Permiso especial para laborar por cuanto YOLANDA


ARIZA DE SILVA debe proveer por el sustento propio y el
de su hijo (enfermo - discapacitado), por cuanto está en
situación que le impide obtener el sostén de su núcleo
familiar, por lo que, ruego a su Señoría otorgársele
permiso para laborar en la empresa MILSEN S.A.,
empresa esta donde ha laborado por más de treinta y

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cinco (35) años, en los cuales ha demostrado buen


comportamiento y sentido de responsabilidad, tal y como lo
indica el Jefe de personal en certificación que se adjunta a
esta solicitud.

3. Se tengan y ordenen como pruebas las que enunciaré


en el acápite pertinente.

1.- DE LA SUSTITUCIÓN DE LA PENA PRIVATIVA DE LA


LIBERTAD

El artículo 38 del Código Penal prevé que cuando el delito por el


que se procede tiene señalada una pena mínima de cinco (5)
años o menos, el funcionario judicial podrá sustituir la pena
privativa de la libertad por prisión domiciliaria, cuando el
“desempeño personal, laboral, familiar o social del sentenciado
permita al juez deducir seria, fundada y motivadamente que no
colocará en peligro a la comunidad y que no evadirá el
cumplimiento de la pena.”. Son dos, entonces los presupuestos
consagrados en la norma, los cuales se actualizan en favor de mi
procurada :

1.1 Presupuesto objetivo :

Dimana del estadio del proceso, que el punible por el que se


condenó a YOLANDA ARIZA DE SILVA, es el de Lesiones
Personales, consagrado en Nuestro Estatuto Punitivo en el Art.
333-3 cuya pena oscila entre cuatro (4) a seis (6) años de
prisión, quantum punitivo que se encuadra dentro del factor
objetivo considerado en la norma en cita agotándose por tanto
este presupuesto dentro del caso a estudio.

1.2 Presupuesto subjetivo :

Apunta a la consideración de un juicio sobre la conducta anterior


de la enjuiciada, y un pronóstico sobre su comportamiento en
sociedad. En este punto, especialmente debemos resaltar:

El comportamiento de la señora YOLANDA ARIZA DE SILVA


indica a las claras que no se trata de personalidad proclive al
delito, pues se trata de una mujer de extracción humilde de 57
años de edad, que desde los veinte años de edad se ha dedicado
a trabajar, misma que fuera abandonada por su esposo y que por
tanto ha tenido que afrontar toda la carga de la casa, como madre

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cabeza de familia y a más de que en modo alguno no constituye


un peligro para la sociedad, que jamás eludirá la acción de la
justicia, tal como podemos apreciar dentro del plenario (no tiene
antecedentes de ninguna otra índole), también se puede
vislumbrar que no se trata de una persona experta en esta clase
de conducta.

1.3. PRISIÓN DOMICILIARIA PARA PERSONAS CABEZA DE


FAMILIA

La política criminal y los intereses sociales han protegido el


seno familiar cuando se trata de una persona cabeza de familia,
como es el caso de YOLANDA ARIZA DE SILVA otorgándole
la posibilidad de pagar su pena en el lugar de su residencia, y
por remisión y con más veras la detención preventiva, en
efecto la ley 750 de 2002 consagra:

“Art.1° - La ejecución de la pena privativa de la libertad se


cumplirá, cuando la infractora sea mujer cabeza de familia, en
el lugar se su residencia o en su defecto en el lugar señalado
por el juez en caso de que la victima de la conducta punible
resida en aquel lugar, siempre que se cumplan los siguientes
requisitos:

Que el desempeño personal, laboral, familiar o social de la


infractora permita a la autoridad judicial competente determinar
que no colocará en peligro a la comunidad o a las personas a
su cargo, hijos menores de edad o hijos con incapacidad mental
permanente.

La presente ley no se aplicará a las autoras o participes de los


delitos de genocidio, homicidio, delitos contra las cosas o
personas y bienes protegidos por el derecho internacional
humanitario, extorsión, secuestro o desaparición forzada o
quienes registren antecedente penales, salvo por delitos
culposos o delitos políticos.”
(...)

“Art. 5° - La mujer cabeza de familia condenada a pena privativa


de libertad o la sustitutiva de prisión domiciliaria podrá
desarrollar trabajos comunitarios de mantenimiento, aseo, obras
públicas, ornato o reforestación y servicios en el perímetro
urbano o rural de la ciudad o municipio sede del respectivo
centro carcelario penitenciario de residencia fijado por el juez,
según el caso. El tiempo dedicado a tales actividades redimirá

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la pena en los términos previstos en el código penitenciario y


carcelario.”

Como se puede apreciar de la norma en cita, no existe límite


alguno, en lo que al máximo de la pena se refiere, para otorgar la
sustitución de la pena privativa de libertad por prisión domiciliaria,
siempre y cuando se cumpla con los presupuestos establecidos,
como son el subjetivo, el de que el delito por el que se proceda no
sea ninguno de los enunciados taxativamente, y que la persona
condenada se encuentre en las condiciones de cabeza de familia.

Igualmente invoco el postulado consagrado en la Constitución


Política, que en su artículo 43 reza: “… (..)El estado apoyara de
manera especial a la mujer cabeza de familia”.

En sentencia T-881/09Magistrado Ponente: Dr. GABRIEL


EDUARDO MENDOZA MARTELO de fecha 30 de noviembre de 2.009, así
se pronunció:

“Uno de los grupos que ha sido marginado y discriminado


históricamente y que por tanto, es objeto de protección mediante
acciones afirmativas es el conformado por las madres cabeza de
familia, quienes deberían gozar de ciertas prerrogativas, pues, por
diferentes razones, se convierten en el único sustento económico
de su familia, “sin haber llegado jamás a desprenderse de los
patrones culturales que las confinan al espacio doméstico y al
cuidado de los hijos”[15]. Como fundamento de lo anterior, el
constituyente de 1991 estableció, en el artículo 43 de la Carta,
una protección especial a las madres cabeza de familia [16],
protección que fue desarrollada por el legislador mediante la
expedición de la Ley 82 de 1993, modificada por la Ley 1232 de
2008. Al regular esta materia se señaló que se debe considerar
madre cabeza de familia a“quien siendo soltera o casada, ejerce
la jefatura femenina de hogar y tiene bajo su cargo, afectiva,
económica o socialmente, en forma permanente, hijos menores
propios u otras personas incapaces o incapacitadas para trabajar,
ya sea por ausencia permanente o incapacidad física, sensorial,
síquica o moral del cónyuge o compañero permanente o
deficiencia sustancial de ayuda de los demás miembros del núcleo
familiar”[17]. Así mismo, el artículo 3 de la Ley 82 de 1993, modificado
por la Ley 1232 de 2008, estableció que el Gobierno Nacional deberá
instaurar mecanismos eficaces para proteger de manera especial a la
mujer cabeza de familia, mediante los cuales se promueva el
fortalecimiento de sus derechos económicos, sociales y culturales, se
procure asegurar condiciones de vida dignas y promover la equidad y la

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participación social. En síntesis, la mujer madre cabeza de familia, a la


luz de la Constitución, es un sujeto de especial protección, por lo que el
Estado debe desplegar todos sus esfuerzos para velar por sus derechos y
libertades y avanzar hacia una igualdad sustancial, real y efectiva,
merced a la progresiva eliminación de la discriminación histórica que ha
sufrido este sector de la población”.

DE LA FAVORABILIDAD .-

Se hace necesario, que para los efectos de la aplicación de la


sustitución de la detención carcelaria por la de detención
domiciliaria, se apliquen los aspectos, requisitos y formalidades,
favorables que se introdujeron en el nuevo sistema penal
acusatorio (Ley 906 de 2004 Art. 314 ), especialmente en la
abolición al mínimo de la pena que para la Ley 600 de 2000
implantaba en armonía con el art. 38 de la Ley 599 de 2000 en
cinco años.

Con el propósito de que se garantice en forma eficaz, el principio


constitucional y legal de la favorabilidad, la jurisprudencia se ha
pronunciado en diversas sentencias, como el Tribunal Superior de
Bogotá- Sala Penal , de Febrero 4 de 2005, M.P. LUIS EDUARDO
MANRIQUE BERNAL; Pronunciamiento del Juzgado 12 de
Ejecución de Penas, calendada el 2 de Abril de 2005; Corte
Suprema de Justicia – Sala Penal de 7 de ABRIL DE 2005, M.P.
Dr. AFREDO GÓMEZ QUINTERO y el pronunciamiento de la
Corte Suprema de Justicia – Sala de Casación Penal dentro del
proceso No. 23 567, dentro del que se desató el recurso de
Apelación, M.P., Dra. MARINA PULIDO DE BARÓN, de 4 de
Mayo de 2005, última esta que merece destacar los siguientes
aspectos:

“De acuerdo a la preceptiva del artículo 29 de la Carta Política, que se


ocupa de reconocer el derecho fundamental al debido proceso, “en
materia penal, la ley permisiva o favorable, aun cuando sea posterior, se
aplicará de preferencia a la restrictiva o desfavorable.
Si bien por regla general la ley penal rige para las conductas cometidas
durante su vigencia, en virtud del principio de favorabilidad es posible
excepcionar tal postulado mediante su aplicación retroactiva o
ultraactiva. En el primer caso, la ley es aplicada a hechos ocurridos
antes de que entrara a regir, mientras que en el segundo, su aplicación
va más allá de su vigencia en el tiempo y, por regla genera, se ocupa de
sucesos acaecidos cuando aún regía, siempre que ello reporte
tratamiento benéfico a la situación del sujeto pasivo ve la acción penal.

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La aplicación de la ley penal permisiva o favorable supone, como lo


tiene reconocido la jurisprudencia penal y constitucional, sucesión de
leyes en el tiempo con identidad en el objeto de regulación, pero también
tiene lugar frente a la coexistencia de legislaciones que se ocupan de
regular el mismo supuesto de hecho.

Según el inciso 2º del artículo 6º tanto la Ley 600 de 2000 como de la


Ley 906 de 2004 “La ley procesal de efectos sustanciales permisiva o
favorable, aun cuando sea posterior a la actuación , se aplicará de
preferencia a la restrictiva o desfavorable”, normas que ostentan la
condición de rectoras y que por tal razón prevalecen “sobre cualquier
otra disposición” de los mencionados estatutos, a la vez que prestan
utilidad como “fundamento de interpretación”, de conformidad con lo
establecido en los artículo 24 de la Ley 600 de 2000 y 26 de la Ley 906
de 2004.

De acuerdo con la preceptiva del artículo 40 de la Ley 153 de 1887, la


leyes de carácter procesal tienen vigencia inmediata y rigen hacia el
futuro; no obstante, cuando de ellas se derivan “efectos sustanciales”
para el incriminado, opera taimen el principio de favorabilidad, como
clara y expresamente lo establece el inciso 2º del artículo 6º de los
mencionados estatutos procesales penales vigentes, según atrás se
dilucidó, todo lo cual obliga al funcionario judicial a efectuar la
correspondiente ponderación de los preceptos sucesivos o coexistentes,
con el propósito de seleccionar el más favorable al incriminado.

Una ponderación, inherente a la aplicación de los principios entendidos


como mandatos de optimización, se traduce en hacer efectivo el principio
pro homine, en virtud del cual se coloca a la persona humana como
valor superior y primero y torna efectiva la concepción antropocéntrica
de la Carta Política, también llamada dogmática ius humanista, que
igualmente se materializa frente a otros fenómenos jurídicos, tales como:
limitar lo menso posible y sólo en cuanto sea necesario el derecho
fundamental de libertad personal (principio favor libertatis), resolver la
duda a favor del sindicado (principio in dubio pro reo), presumir la
inocencia del procesado hasta que obre decisión definitiva ejecutoriada
por cuyo medio se declare su responsabilidad (principio de presunción
de inocencia), no agravar la situación del condenado cuando la
condición de impugnante único (principio non reformatio in pejus),
aplicar la analogía sólo cuando sea beneficiosa al incriminado (analagía
in bonan partem) y preferir en caso de conflicto entre distintas normas
que consagran o desarrollan derechos fundamentales la que resulte
menos gravosas en punto de ejercicio de tales derechos (cláusula de
favorabilidad en interpretación de derechos humanos ) entre otros.

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Precisado lo anterior se encuentra que el artículo 314 de la Ley 906 de


2004, que se ocupa de establecer las exigencia para sustituir la
detención preventiva por domiciliaria, tiene de manera incuestionable la
connotación de norma con efectos sustanciales pese a encontrarse
ubicada en un ordenamiento procesal, dado que regula los presupuestos
que gobiernan la limitación al ejercicio del derecho a la libertad
personal, reconocido como fundamental en el artículo 28 de la Carta
Política.

Ahora, aunque la mencionada disposición legal tiene tal carácter


sustantivo, como por iguales razones también goza de dicha condición el
artículo 357 de la Ley 600 de 2000, el cual remite a las exigencias
señaladas en el artículo 38 del estatuto penal para acceder al referido
instituto sustitutivo de la detención preventiva, es lo cierto que entre uno
y otro ordenamiento no se presenta tránsito de legislación, pero sí
coexisten, circunstancias que ab initio posibilita acudir al principio de
favorabilidad de la ley penal.

En efecto, advierte la Sala que en punto del principio de favorabilidad la


Ley 906 de 2004 podría sea aplicada con efectos retroactivos respecto
de situaciones anteriores a su vigencia cobijadas por una legislación que
aún se encuentra en vigor (ley 600 de 2000), siempre que ello no
comporte afectación de lo vertebral del sistema acusatorio, esto es, de
aquellos rasgos que le son esenciales e inherentes y in los cuales se
desnaturalizarían tanto sus postulados y finalidades como su sistemática.

(...)

Pues bien, en virtud del principio de favorabilidad, así como del favor
libertatis, se impone seleccionar como aplicable a este caso, de entre las
dos norma vigentes, el artículo 314 de la Ley 906 de 2004; de una parte,
porque de conformidad con la ponderación de aquellos principios
resultan menos exigentes los presupuestos para acceder a la detención
domiciliaria, amén de que esta es materialmente menos aflictiva que la
reclusión en un establecimiento carcelario, es decir, se limita lo menos
posible y sólo en cuanto sea necesario el derecho fundamental de la
libertad personal y, de otra, porque de entre dos preceptos vigentes que
regulan el mismo suceso, se está optando por el que otorga mayor
amplitud al ejercicio del citado derecho fundamental, pues como ya se
advirtió, coloca menos cortapisas para acceder a la detención
domiciliaria, la cual, si bien limita el derecho a la libertad personal, es
menos gravosa que la detención intramuros.

En efecto, se observa respecto de la sustitución de la medida de


aseguramiento de detención preventiva por domiciliaria, que el artículo

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314 de la Ley 906 de 2004 es más favorable para el incriminado en


cuanto no exige que el delito por el que se procede tenga una pena
mínima imponible, como si lo requiere el artículo 357 de la Ley 600 de
2000, cuya aplicación resultaría odiosa, que se remite a lo establecido
en el artículo 38 de la Ley 599 de 2000, el cual exige que el
comportamiento punible se encuere sancionado con pena mínima igual o
inferior a cinco (5) años de prisión”.

Ahora bien, YOLANDA ARIZA DE SILVA, conforma un hogar con


su hijo de nombre JOSÉ ALEXANDER SILVA ARIZA, por tanto
quien debe responder por el cuidado, protección de esté como de
su manutención es mi defendida.

Entonces, en la actualidad, su hijo, se encuentra desprotegido


tanto económicamente como moralmente, al ser desmejorado en
su situación material y ante la ausencia de una madre cabeza de
familia que siempre veía por el. Es por esto que ruego a su
Honorable Despacho, sea concedida la sustitución de pena de
prisión por prisión domiciliaria en tanto que se hace necesaria
para la protección de los derechos fundamentales del joven JOSÉ
ALEXANDER SILVA ARIZA que hoy afronta tan calamitosa
situación, estando mi defendida en total disposición para cualquier
requerimiento de la autoridad competente y, en general, observar
buena conducta durante todo el transcurso de su detención.

OTRAS CONSIDERACIONES JURÍDICAS

Para reafirmar mi tesis en favor de la prisión domiciliaria,


debemos remitirnos a la exposición de motivos para el primer
debate en la Cámara de Representantes del proyecto que a la
postre se convirtió en la ley 81 de 1993, se dijo :

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“Dado que en los últimos años se ha elevado considerablemente el


mínimo de las penas legalmente aplicables a una gran cantidad de
delitos, dejar el beneficio reducido a los casos previstos en el proyecto
aprobado por el Senado (pena mínima legal de dos años o menos), sería
hacerlo prácticamente inoperante o, al menos ; privarlo de la gran
dinámica político-criminal que puede promover para la ampliación y
consolidación de la paz social. Sabido es que en la actualidad se busca
con la pena criminal fundamentalmente la reafirmación del poder del
Estado, el reforzamiento de la confianza de los asociados en las
instituciones legítimas y la consolidación de la paz social, en lo que los
modernos tratadistas han denominado, de una parte, la ‘función
simbólica’ de la pena como instrumento real de transformación y
estabilización social, y, de otra, su también efectiva función de
‘prevención general positiva’ : Reforzar los valores fundamentales de la
convivencia pacífica en un orden social democrático y justo, y ya no,
simplemente, atemorizar a los ciudadanos a vengar la ofensa pública y
privada causada con el delito.
Por esto es necesario, para que tan importantes efectos sociales y
políticos se surtan en la comunidad al amenazar y aplicar las penas
criminales, que éstas ocasionen al penado y a la misma comunidad los
efectos menos nocivos posible, sabiéndose, como en verdad se sabe, que
los peores de tales efectos son el rompimiento de la unidad familiar y el
deterioro de los vínculos laborales y productivos del reo con la vida
social activa. Beneficios como el previsto en el Artículo hacen posible
que los daños públicos y privados de la pena criminal, esto es, su costo
social y político, sean los menos posibles, conservando al individuo en el
seno de la familia y del trabajo ordinarios como vehículos esenciales de
la reinserción y rehabilitación sociales del delincuente.” (negrillas
fuera de texto).

Corolario de lo anterior, es que no sólo de la interpretación literal


que arriba se le ha dado a la norma en comento, sino de las
razones de política criminal que fueron analizadas en el Congreso
para modificar el quantum mínimo de pena que se tendría en
cuenta al analizar el mecanismo procesal que ocupa esta
respetuosa petición, se llega a la conclusión ineludible que, en el
caso de mi defendida YOLANDA ARIZA DE SILVA, resulta viable
la sustitución de la pena de prisión por la prisión domiciliaria
deprecada por la defensa, toda vez que se actualizan en su favor
los requisitos objetivos y subjetivos del artículo 38 del C. de P. y
de la ley 750 de 2002, tal como lo reseñé en precedencia.

Por todo lo anterior, y acordes con los trazados en materia de


política criminal, resulta menos nocivo que se haga la sustitución

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de la medida detentiva, pues así se haría menos nocivo el


desenvolvimiento de este proceso penal, amen que el costo social
y político administrativo, es menos oneroso para el Estado, toda
vez que se descongestionaría en algo el hacinamiento de las
cárceles, aspecto tan cuestionado públicamente por estos días.

El problema carcelario colombiano, como lo adujo el tratadista


HORACIO GÓMEZ ARISTIZABAL en su columna habitual del
periódico EL TIEMPO1, se reduce en tres palabras : promiscuidad,
hacinamiento y ocio. Y como allí mismo se dice:

 “La pena no tiene como fin la aniquilación moral del preso. El sujeto
activo del delito es también una personalidad del valor psicológico con
nexos familiares y colectivos y provisto de garantías jurídicas, y no
podemos borrar todo esto porque haya cometido un acto contrario al
derecho represivo”. Y remata diciendo el columnista :

“Cualquier esfuerzo del gobierno en este ámbito requiere la


comprensión publica. Se suele pensar que el interés que el Estado presta
a la corrección de los delincuentes es complacencia o debilidad, cuando
en realidad es fervor por la defensa social, porque al rehabilitarse un
infractor, quizá afirmó : la educación hace buenos a los malos y mejores
a los buenos. Invirtiendo la sentencia, podemos sostener : en nuestras
cárceles los buenos se vuelven malos y los malos peores”

2. Del permiso especial para trabajar en tanto que se hace


necesario para la protección de los derechos fundamentales de su
hijo discapacitado, de una parte y de otra se cumple cabalidad
con los fines de la pena, que entre otros enarbola la
resocialización del sometido al imperio de la Ley, situación
específica que se evidencia en el caso de mi patrocinada, toda
vez que como se connotara, está siempre ha trabajado, inclusive
lleva laborando en MILSEN S.A. 35 años, y ha pagado con creces
la judicialización de su caso.

El comportamiento de YOLANDA ARIZA DE SILVA, indica a las


claras que no se trata de personalidad proclive al delito,
demuestra que por ningún modo mi defendida ostenta
antecedentes de cualquier índole, y por tanto su pasado judicial
es intachable, es una persona de descendencia honesta y
trabajadora, que indudablemente dan la absoluta seguridad para
lograr ser digna de crédito y por consiguiente se hacen
merecedora AL PERMISO PARA TRABAJAR a más de que en
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Edición de Febrero 13 de 1996, pág.4A

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modo alguno no constituye un peligro para la sociedad y que


jamás eludirá la acción de la justicia.

Dichas características subjetivas, califican la necesidad del


OTORGAMIENTO DEL BENEFICIO IMPETRADO, (permiso
para trabajar), por cuanto YOLANDA ARIZA debe proveer por el
sustento propio y el de su hijo (enfermo- paraplejia funcional), por
lo que reitero nuevamente se requiere le sea concedida la prisión
domiciliara y el consecuente permiso para trabajar para que así
pueda obtener el sostén de su núcleo familiar.

La señora YOLANDA ARIZA ha tenido igualmente un


comportamiento social como laboral de excelente ejecución,
madre ejemplar de sus hijos, buena vecina, y que amas de ello se
requiere su presencia en la ejecución de actos propios del
ejercicio de su trabajo.

Mi defendida realizaría las funciones de Ayudante General en


MILSEN S.A. (Restaurante YANUBA), en las diferentes sedes de
Bogotá D.C., a la que sea designada de acuerdo a la
programación interna de la entidad, (turnos de 8 horas) de lunes
a domingo descansando un día entre semana según contrato
individual de trabajo a término indefinido firmado desde el día 12
de diciembre de 1.975.

Es por esto que ruego a su Honorable Despacho, sea concedido


el permiso especial para laborar.

3. DE LAS PRUEBAS .-

Con el propósito de que se garantice en forma eficaz, los


derechos al debido proceso y de defensa de la misma, acudo ante
su Honorable Despacho con la finalidad que se tengan como
pruebas documentales las que enunciaré mas adelante, mismas
que tienden a demostrar la personalidad de quien es sometido al
imperio de ley, sirven para advertir que nos encontramos frente a
una persona que no es proclive a la comisión de conductas al
margen de la ley.

3.1 DOCUMENTALES:

Arrimo a este escrito las siguientes documentales, que en un todo


reafirman lo sostenido por ésta defensa técnica, las que ruego
sean tenidas en cuenta al momento de resolver ésta respetuosa
petición, como también en el decurso procesal, así:

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1. Registro Civil de Nacimiento del hijo de YOLANDA ARIZA


DE SILVA llamado JOSE ALEXANDER SILVA ARIZA,
expedido por la Registraduría Nacional del estado Civil.

2. Declaración EXTRAPROCESO rendida por el señor JOSUE


CEPEDA BLANCO, el cual manifiesta que conoce de trato
vista y comunicación a la señora YOLANDA ARIZA DE
SILVA, desde hace más de quince (15) años, que es madre
soltera cabeza de familia de JOSE ALEXANDER SILVA
ARIZA de 32 años de edad, persona esta que sufre de
discapacidad y quien vive con ella bajo el mismo techo y
que depende económica, única y exclusivamente de su
madre YOLANDA ARIZA y que no reciben ingresos de
ninguna otra fuente.

3. Declaración EXTRAPROCESO rendida por la señora EDNA


MIREYA RIAÑO JIMENEZ, el cual manifiesta que conoce
de trato vista y comunicación a la señora YOLANDA ARIZA
DE SILVA, desde hace más de diez (10) años, que es
madre soltera cabeza de familia de JOSE ALEXANDER
SILVA ARIZA de 32 años de edad, persona esta que sufre
de discapacidad y quien vive con ella bajo el mismo techo y
que depende económica, única y exclusivamente de su
madre YOLANDA ARIZA y que no reciben ingresos de
ninguna otra fuente.

4. Certificación expedida por el presidente de la Junta de


Acción Comunal del Barrio Jordan, en la cual certifica que la
señora YOLANDA ARIZA DE SILVA “es residente en la Kra
1ª No. 72 – 30 Sur del barrio Jordan, persona la cual es
residente en nuestro barrio desde hace 20 años y ha
demostrado en este lapso de tiempo ser una persona
honesta, trabajadora, de una excelente disciplina y buena
relaciones interpersonales en la comunidad.

5. Remisión expedida por la Nueva EPS al señor JOSE


ALEXANDER SILVA ARIZA de fecha 19 de mayo de 2011
en la cual aparte de decir un resumen de su historia clínica,
también dice: “actualmente presenta como secuela
paraplejia funcional con nivel sensitivo I5 izquierdo d1
derecho y motor t9, vejiga neurogenica, recibió tratamiento
para secuals motoras en rehabilitación, idx páraplejia t9,
vejiga neurogenica”

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6. Certificación laboral expedida por MILSEN S.A., en la cual


certifican: Que la señora Yolanda Ariza de Silva, presta sus
servicios a esa entidad Milsen S.A. desde el día 12 de
diciembre de 1975, en una de sus sucursales
desempeñando el cargo de ayudante general, demostrando
siempre un buen comportamiento y sentido de
responsabilidad.

3.2 TESTIMONIALES

De considerarlo su Honorable Despacho, se sirva escuchar en


diligencia de declaración a las personas que vertieron su
declaración ante Notario Público.

Del señor Juez,

SERVANDO GUTIÉRREZ SAAVEDRA


C.C. No. 19.187.554 de Bogotá
T.P. No. 32.897 del C.S.J.

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