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“Caso Alvarado Espinoza vs otros”

Lic. Ana Margarita Medina de León

Derecho Internacional Privado

NOMBRE MATRÍCULA
Alberto Romario Caballero Ruiz 1811610
Genesis Abigail Gámez Almanza 1828551
Ángeles Jazmín Gallardo Verdín 1728412
David Arturo Pérez García 1746971

08 de noviembre del 2021, Monterrey Nuevo León.


ÍNDICE

I. INTRODUCCION………………………………………………………………....3

II. CASO ALVARADO ESPINOSA VS OTROS………………………………….4

III. LAS CONSECUENCIAS DE LA GUERRA……………………………….…5

IV. NITZA PAOLA ALVARADO ESPINOZA ROCIO IRENE ALVARADO


REYES Y JOSE ANGEL ALVARADO HERRERA………………………….…..6

V. ANALISIS JURIDICO…………………………………………………..……...10

VI. PUNTOS RESOLUTIVOS …….……………………………………………..11

VII. CONCLUSION ………….…….………………………………………….…..14


I. INTRODUCCION

El propósito del presente trabajo es la realización de un análisis sobre el Caso


Alvarado Espinosa en donde se reflexionará las irregularidades que existen en
en el país sobre la desaparición forzada estipulada en el artículo I.a de la
CIDFP, siendo aplicado en este caso.Parto, para ello, a dar una introducción
sobre los hechos ocurridos el día 29 de diciembre de 2009, en donde se encon-
traban a bordo de una camioneta José Ángel Alvarado Herrera y Nitza Paola
Alvarado Espinoza estacionada en las afueras de la casa de la madre de Obdu-
lia Espinoza Beltrán, esposa de José Ángel.

En ese momento, llegaron dos camionetas particulares al lugar, al parecer eran


fuerza militarizada del Estado, dichos sujetos se dirigieron a donde se encon-
traba Nitza Paola, mientras otro de ellos se dirigió hacia José Ángel, quien se
encontraba de pie junto a la cabina. Estos procedieron a revisar el vehículo y
luego de un intercambio de palabras tomaron a Nitza Paola de los cabellos pa-
ra obligarla a bajar del mismo y cuando José Ángel intentó defenderla, el sujeto
que se encontraba a su lado lo golpeó en la cara con el arma que portaba, tras
lo cual subieron a ambos a la parte posterior de la camioneta, retirándose con
rumbo desconocido.

Una vez que Obdulia Beltrán, testigo presencial de los hechos, se trasladó a los
domicilios de los familiares a contarles lo que había presenciado, después se
dirigieron al lugar donde se le había privado de su libertad a José Ángel y Nitza
Paola, lo cual encontraron la camioneta abierta con las llaves puestas, buscan-
do a su alrededor alguna pista donde se encontraban ambas víctimas. Sin éxito
acudieron a poner la denuncia, pero como sabemos México es un país en don-
de existe mucha corrupción y este caso fue uno de los primeros de muchos.

Estos sujetos cubrieron todas sus huellas desapareciendo a su testigo principal


Obdulia Beltrán.

Teniendo en cuenta los hechos del caso que hablaremos, también se mostrara
un contexto más amplio de donde proviene toda esta delincuencia que existe
en nuestra vida cotidiana. En tercer lugar, se dará mención sobre un análisis
jurídico del caso. El cuarto y último punto que se abordara en este trabajo son
los puntos resolutivos más relevantes de la sentencia dictada.
II. Caso Alvarado Espinoza vs otros

Calderón y su guerra contra el Narcotráfico

La guerra contra el narcotráfico en México, en pocas palabras “la guerra contra


el narco”, es un conflicto interno en México(que hasta el día de hoy no acaba)
librado por el Estado mexicano en contra de los cárteles que controlan diversas
actividades ilegales, principalmente el narcotráfico y en el que participan
además Grupos de Autodefensa Popular y Comunitaria conformados por civi-
les.

El inicio oficial del conflicto fue el 11 de diciembre de 2006, cuando el gobierno


federal anunció un operativo contra el crimen organizado en el estado de
Michoacán, donde a lo largo de 2006 se habían contabilizado cerca de 500
asesinatos entre miembros de los cárteles del narcotráfico. Para enfrentarlos, el
gobierno mexicano privilegió el uso de las fuerzas armadas. Desde el inicio del
conflicto se ha movilizado a la Policía Federal en compañía de los cuerpos de
seguridad de cada entidad federativa y de diversos municipios. A ellos se ha-
bían sumado el ejército y la marina.

En el marco de dicha estrategia, la participación de las Fuerzas Armadas ha-


bría implicado el despliegue operativo en distintas partes del territorio nacional
de miles de militares en zonas urbanas o en puntos estratégicos como carrete-
ras y puestos de control, los cuales no se limitaban a actuar como auxiliares de
las autoridades civiles y aceptar sus órdenes, sino que realizaban tareas que
correspondían exclusivamente a las autoridades civiles.

En ese contexto, elementos castrenses (de campamento) realizaban, entre


otras actividades, numerosos retenes y revisiones en carreteras y caminos,
detenciones y retenciones, registro de casas, individuos y automóviles, en mu-
chas ocasiones sin contar con una orden judicial dictada por una autoridad
civil competente, y la presencia de las fuerzas militares se había extendido
más allá de las operaciones de seguridad en los lugares en que se hallaban
desplegadas.
Tras el despliegue del Ejército en 2007 para enfrentar a los cárteles del
narcotráfico. En este sentido, ciudades de los Estados de Chihuahua y Guerre-
ro habrían sido clasificadas como las más peligrosas del mundo.
III. LAS CONSECUENCIAS DE LA GUERRA

La implementación de una estrategia no se da en el vacío ni es inofensiva. El


despliegue de la lucha contra el narcotráfico centrada en el aspecto
militar-policial (con miras a causar bajas en las organizaciones, decomisar ar-
mas y drogas y capturar a sus líderes), que relega el aspecto económico-
patrimonial, las estrategias anticorrupción y la labor de prevención, ha tenido
una serie de consecuencias funestas en términos sociales. Ello ha agravado el
problema del narco y la violencia.

El desequilibrio entre poder civil y militar: La primera consecuencia es que, al


hacer de la intervención de las Fuerzas Armadas la regla en la lucha contra el
narcotráfico, se crea un desequilibrio entre el poder civil y el militar. El empleo
del Ejército como consecuencia de la ineficiencia o corrupción de las autorida-
des policiales es un mal remedio, pues obstaculiza la evolución normal de las
estructuras civiles del Estado y dota de un poder a los militares que puede
debilitar el proceso democrático.

Problemas de ejecución y coordinación: La siguiente consecuencia negativa de


la guerra y el uso de las Fuerzas Armadas en la lucha contra el narcotráfico son
los problemas de ejecución: los militares no actúan con una lógica adecuada
para el combate a la delincuencia y el trabajo policial en sus operativos.
Entrenados para allanar y matar, no siempre entregan a los criminales a la
autoridad competente, convirtiendo esta mano dura contra los traficantes en un
asunto de castigo y venganza expedita, sin participación del aparato judicial,
prácticamente en algo extralegal. Y existen además problemas de coordina-
ción, relacionados con el desarrollo de rivalidades entre policías y militares, que
en algunos casos han llegado hasta enfrentamientos abiertos.

Violaciones a los derechos humanos. A pesar de que diversas encuestas reve-


lan que la población considera a las Fuerzas Armadas una de las instituciones
más confiables (muy por encima de la Policía), la estrategia militarizada de lu-
cha contra las drogas ha redundado en una constante violación a los derechos
humanos por parte del Ejército. Esta institución, según la Comisión Nacional de
Derechos Humanos, se encuentra entre las tres que más violan los derechos
humanos en México.
IV. NITZA PAOLA ALVARADO ESPINOZA, ROCIO
IRENE ALVARADO REYES Y JOSE ANGEL ALVARADO
HERRERA

Durante el sexenio de Calderón en la prensa y medios de comunicación


masivos se ha difundido la visión del gobierno federal según la cual las
personas “abatidas” a raíz de la estrategia contra el crimen organizado son
“criminales caídos” y no civiles. La constante es que dichas muertes no son
precedidas por una investigación penal adecuada, incluso en los casos que se
ha demostrado posteriormente que no pertenecían a ningún grupo de la
delincuencia organizada o no presentaban “peligro” alguno para la sociedad.

El uso de la fuerza indiscriminada por parte del Estado para contrarrestar el


narcotráfico ha resultado particularmente mortífero para las generaciones más
jóvenes. Actualmente, uno de cada cuatro muertos de la guerra contra el
narcotráfico es joven.

En este caso se desconoce el paradero de 3 vidas inocentes, las cuales podría


decirse que tenían mucho que brindar en la sociedad; Personas que tenían
sueños, metas y logros que cumplir, pero se les fue todo arrebatado por una
imprudencia por parte de la fuerza militarizada del Estado

• Nitza Paola Alvarado Espinoza nació el 2 de noviembre de 1978. Al


momento de su desaparición tenía 31 años de edad y presentaba
incapacidad permanente consistente en una hemiplejia generada por un
infarto cerebral, por lo que se encontraba pensionada por el Instituto
Mexicano del Seguro Social.
• Rocío Irene Alvarado Reyes nació el 26 de agosto de 1991. Al momen-
to de los hechos tenía 18 años de edad y trabajaba en una tienda de
abarrotes.
• José Ángel Alvarado Herrera nació el 24 de marzo de 1979. Al mo-
mento de los hechos tenía 31 años de edad y trabajaba como supervi-
sor para una empresa de repuestos.

La noche del 29 de diciembre de 2009

“El 29 de diciembre de 2009, entre las 8:00 y 9:00 de la noche, José Ángel
Alvarado Herrera y Nitza Paola Alvarado Espinoza se encontraban a bordo de
una camioneta azul marino, doble cabina, estacionada en las afueras de la ca-
sa de la madre de Obdulia Espinoza Beltrán, esposa de José Ángel, en el Ejido
Benito Juárez.

En ese momento, arribaron al lugar dos camionetas particulares, una de ellas


marca Chevrolet, doble cabina, color gris, diésel, y la otra marca Hummer, color
blanco, “caqui o café”, de las cuales descendieron entre ocho y diez personas
portando armas largas, cascos y gorras, sin pasamontañas, así como unifor-
mes de tipo militar, algunos de color arena , “caqui como “cafecito” “de tipo de-
sierto” y botas del mismo color, y otros de color verde y quienes los portaban
tenían un acento de voz distinto al de los habitantes de la zona . Dichos sujetos
se dirigieron en su mayoría hacia el lado del conductor, en donde se
encontraba Nitza Paola, mientras otro de ellos se dirigió hacia José Ángel,
quien había descendido de la camioneta y se encontraba de pie junto a la
cabina.

Los elementos procedieron a revisar el vehículo y luego de un intercambio de


palabras tomaron a Nitza Paola de los cabellos para obligarla a bajar del mismo
y cuando José Ángel intentó defenderla, el sujeto que se encontraba a su lado
lo golpeó en la cara con el arma que portaba, tras lo cual subieron a ambos
familiares a la parte posterior de la camioneta doble cabina en que los captores
arribaron al lugar de los hechos, retirándose con rumbo desconocido.

Una vez que Obdulia Beltrán, testigo presencial de los hechos, se trasladó a los
domicilios de los padres de su esposo José Ángel y de los padres de Nitza
Paola para dar cuenta de los hechos a sus familiares, María de Jesús Alvarado
Espinoza (hermana de Nitza Paola), su esposo Rigoberto Ambriz y M.P.A.E.
(hija de Nitza Paola), arribaron al lugar de los hechos y observaron que la ca-
mioneta de la cual habían sido sustraídos se encontraba con las puertas abier-
tas, sin llaves, con el estéreo “arrancado” y que en el piso había sangre, junto a
la llanta. Posteriormente, dichos familiares regresaron a la casa de los padres
de Nitza Paola y comenzaron su búsqueda por las brechas y calles del Ejido en
compañía de un amigo, sin tener éxito.

El 29 de diciembre de 2009, alrededor de una hora después de la detención de


Nitza Paola y José Ángel Alvarado, siendo aproximadamente las 9:00 o 10:00
de la noche, Rocío Irene Alvarado Reyes se encontraba descansando en com-
pañía de sus dos hermanos, entonces de 13 y 11 años de edad, respectiva-
mente; de su hija, de 2 años de edad, y de su madre Patricia Reyes Rueda en
su domicilio en el Ejido Benito Juárez. En ese momento, la señora Reyes Rue-
da escuchó que unas personas arribaron a su domicilio, por lo que procedió a
asomarse por la puerta de la cocina en compañía de su hija Rocío Irene y ob-
servó que se trataba de individuos que vestían uniformes con características
militares quienes golpearon la puerta de la entrada de la vivienda, y gritaron
que ésta les fuera abierta o de lo contrario “la iban a tirar”.

Ante dicha exigencia, Rocío Irene y su madre abrieron la puerta de la vivienda


y acto seguido uno de ellos empujó a la señora Reyes Rueda, ingresando entre
8 y 9 personas encapuchadas cuyo acento de voz era “chilango”, distinto del de
los lugareños, portando vestimenta militar, algunos de ellos de color beige o
arena del desierto y otros con uniformes de color verde y “uniforme verde más
oscuro”, cascos y armas largas con lámpara que tenían inscripta numeración
seriada, mismos que tras detener a su familiar se retiraron en una camioneta
Pick up, diésel, de cabina y media o doble cabina, color arena , gris o negra y
sin focos .

Una vez que Patricia Reyes Rueda les abrió la puerta, dichos elementos entra-
ron al domicilio, se ubicaron en la cocina y las habitaciones y comenzaron a
revisar los muebles, causando diversos destrozos. Le dijeron a Rocío Irene Al-
varado que se encontraba detenida, le indicaron que se pusiera tenis, mientras
que a Patricia Reyes y los tres menores de edad les ordenaron que se encerra-
ran en el baño.

La señora Reyes Rueda preguntó a los elementos el motivo por el cuál su hija
Rocío Irene estaba siendo arrestada, a lo que contestaron ordenándole que
guardara silencio. Antes de su partida, Rocío Irene manifestó a sus familiares
“que no se preocuparan”, “que todo iba a estar bien”, y “que enseguida
volvería”158, tras lo cual salió del domicilio a manos de sus captores. A la fe-
cha, el paradero de Rocío Irene Alvarado ha sido desconocido.”

Como podemos apreciar con lo que acabamos de leer que es que, en el ocaso
de la guerra en México, se consta de que no basta con reconocer formalmente
los derechos, sino que se requieren políticas de gobierno eficaces para lograr
su vigencia. El desconocimiento o su menosprecio generan violaciones que la
población padece y que contribuyen a que la sociedad se sienta amenazada.
Cabe mencionar que algunos derechos se consideran absolutos y otros
progresivos. Los absolutos, como los derechos a la vida, a la libertad o la
seguridad, deberían ser inviolables en la medida que se atenta, de manera gra-
ve, contra la subsistencia y dignidad humanas; sin embargo, en nuestro país se
violan cotidianamente.

Analizamos, entonces, de que los derechos deben ser reconocidos formalmen-


te y respetados, pero también deben estar protegidos. Los Estados están obli-
gados a garantizarlos, lo cual significa que deben adoptar medidas positivas y
eficaces para impedir la violación de los derechos humanos básicos de todos
los ciudadanos. De no hacerlo, la violación sistemática genera climas de
incertidumbre y la falta de seguridad se incrementa.

Podemos decir que la violencia no es espontánea, se genera con el paso del


tiempo, con la acumulación de violaciones y con la falta de atención oportuna y
adecuada a problemas relevantes que contribuyen a la inseguridad. En el caso
de México existen dos problemas relevantes que impiden disminuir los niveles
de inseguridad, los cuales son la corrupción y la impunidad.
El alto índice de impunidad tiene diversos orígenes. Por un lado, los ciudada-
nos no confían en las autoridades y consideran que hacer la denuncia es una
pérdida de tiempo.

Por aquellos años el Ejército estuvo durante mucho tiempo en la calle como
consecuencia de la incapacidad y de la corrupción de la policía. Su presencia
provoco que se incrementara más la violencia, además de que se generaron
violaciones a los derechos humanos como lo es en este caso.

Este caso es muy importante porque da voz a más de 34.000 familias que han
sufrido la desaparición de un ser querido en México y que no han tenido
respuesta

Por su parte, el gobierno Mexicano reconoce ante la CorteIDH que las


desapariciones forzadas y las violaciones a los derechos humanos son un
problema que México no puede ignorar.
V. ANALISIS JURIDICO

Derecho al reconocimiento de la personalidad jurídica, a la libertad personal, a


la integridad personal y a la vida (artículos 3, 7, 5 y 4 de la CADH); y CIDFP
(artículo I.a)

La CIDH reiteró que el delito de desaparición forzada genera una violación


continua de varios derechos, incluyendo los derechos a la libertad personal, a
la vida, a la integridad personal, y al reconocimiento de la personalidad jurídica.
Como así mismo, señaló que sus elementos constitutivos son:

i. la privación de libertad,
ii. la intervención directa de agentes estatales o la aquiescencia de estos,
iii. la negativa de reconocer la detención o de revelar la suerte o paradero
de la persona interesada.

En relación con el primer elemento, la CIDH señaló que los testigos


presenciales indicaron que las tres víctimas fueron privadas de su libertad el 29
de diciembre de 2009.

Además, de que también se tomó en consideración la falta de información


sobre el paradero de estas desde entonces y la ausencia de una hipó tesis
distinta a la de privación de libertad. Sobre esta base pudo concluir que las tres
víctimas fueron privadas de libertad y que por ello el primer elemento
constitutivo se cumplió.

Respecto al segundo elemento, la CIDH tomó en cuenta que en la región en la


que ocurrieron los hechos había una alta presencia militar debido al Operativo
Conjunto Chihuahua, y que existían denuncias de graves violaciones de
derechos humanos cometidas en el marco de dicho operativo. Adicionalmente
consideró los testimonios que identificaron a quienes se llevaron a las
presuntas víctimas como miembros del Ejército, y varias declaraciones de
autoridades indicando que las presuntas víctimas se encontrarían en el 35°
Batallón.
Igualmente, tomó en cuenta el informe del equipo de expertos internacionales
que establecía que miembros de dicho batallón habían participado de los
hechos. Estos elementos le permitieron determinar la intervención directa o
consentimiento de agentes estatales.

Finalmente, en cuanto al tercer elemento, la CIDH destacó que, a excepción de


dos autoridades, todas las demás a las cuales acudieron los familiares de las
presuntas víctimas, declararon no tener información sobre su detención o
paradero. También observó que los familiares de las presuntas víctimas se
vieron hostigados y amenazados durante todo el proceso a fin de intimidarlos y
disuadirlos de seguir con el caso, y que las autoridades participaron en actos
de encubrimiento, como indicó el informe de expertos internacionales. Por otro
lado, la CIDH resaltó que el caso hubiera sido sometido a la justicia militar por
un periodo de tiempo y que cuando fue remitido a la justicia ordinaria, la justicia
militar continuó obstruyéndolo.

En base a estas consideraciones, la CIDH concluyó que existían los elementos


suficientes para considerar los hechos como desapariciones forzadas.
Consecuentemente, declaró que el Estado mexicano había violado los artículos
3, 4, 5 y 7 de la CADH, en relación con su artículo 1.1, en perjuicio de los
señores Alvarado. Asimismo, señaló que había violado el artículo I.a) de la
CIDFP, que establece que los Estados no deben practicar, permitir o tolerar la
desaparición forzada.

Derecho a las garantías y la protección judicial (artículos 8 y 25 de la CADH) en


relación con la obligación de respetar los derechos humanos y el deber de
adoptar disposiciones de derecho interno (artículos 1.1 y 2 del mencionado
instrumento) y los artículos I.b) y IX de la CIDFP

La CIDH recordó que, en caso de una posible desaparición forzada, el Estado


debe de investigar los hechos de manera pronta e inmediata para determinar la
localización de la víctima. En estos casos, es fundamental que las familias de
los desparecidos tengan acceso a recursos judiciales rápidos y eficientes.
Además, el derecho a la verdad de los familiares de las víctimas, el cual que
conozcan su paradero o el lugar de sus restos, debe ser garantizado por el
Estado. La CIDH también señaló que, en los casos de un posible homicidio por
agentes estatales, solo se cumple con la debida diligencia en la investigación si
se analiza propiamente toda la evidencia, y las conclusiones son consistentes y
razonadas.
Vl. PUNTOS RESOLUTIVOS

Pudimos observar que en los puntos resolutivos de este caso que la corte
decidió por unanimidad que se aceptaba la responsabilidad internacional que
es efectuada por el Estado.

A demás la corte declaro por unanimidad igualmente que el Estado fue el


responsable por la desaparición forzada de Nitza Paola Alvarado Espinoza,
José Ángel Alvarado Herrera y Rocío Irene Alvarado Reyes y en
consecuencia de esto, de igual manera, la violación de los derechos al
reconocimiento de la personalidad jurídica, a la vida, a la integridad personal y
a la libertad personal, reconocidos en los artículos 3, 4.1, 5.1, 5.2 y 7 de la
Convención Americana, los cuales explicaremos a continuación:

Art 3 -. Toda persona tiene derecho al reconocimiento de su personalidad


jurídica.

Art 4.1-. Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho
estará protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la
concepción. Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente.
Art 5.1 -. Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física,
psíquica y moral.

Art 5.2 -. Nadie debe ser sometido a torturas ni a penas o tratos crueles,
inhumanos o degradantes. Toda persona privada de libertad será tratada con
el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano.

Art 7 -. Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad personales.


A continuación, expondremos algunos puntos que consideramos importantes
sobre las disposiciones en las que el Estado debe comprometerse por lo
sucedido en este caso.

Se dispone que el Estado debe realizar en la mayor brevedad posible, una


búsqueda rigurosa, sistemática y con los recursos humanos, técnicos y
económicos adecuados, en la cual realice todos los esfuerzos para determinar
el paradero de Nitza Paola Alvarado Espinoza, Rocío Irene Alvarado Reyes y
José Ángel Alvarado Herrera.

También el Estado debe continuar y llevar a cabo, en un plazo razonable y con la


mayor diligencia, las investigaciones que sean necesarias para identificar,
juzgar y, en su caso, sancionar a los responsables de la desaparición forzada
de Nitza Paola Alvarado Espinoza, Rocío Irene Alvarado Reyes y José Ángel
Alvarado Herrera.
Una de las cosas más importantes en lo personal de estas disposiciones es
que además de lo anterior, el Estado debe brindar el tratamiento psicológico y/o
psiquiátrico, a las víctimas que así lo soliciten ya que en este tipo de sucesos
lamentables tienden a dejar secuelas a las víctimas y a los ofendidos, por lo
que esto es de severa importancia de tomarse en cuenta.

El estado debe pagar una indemnización por daños materiales e inmateriales y


por el reintegro de gastos y cosas de aproximadamente 1,167,845.914 dólares
a las victimas u ofendidos, esto en razón, y tomando en cuenta; las acciones y
gestiones, el lucro constante de las víctimas, por el carácter y la gravedad de
las violaciones cometidas, adicionalmente también por el prejuicio de los
familiares, viajes, apoyo a familiares en gastos etc, también en gastos
adicionales posteriores a la presentación del escrito de solicitudes y por
conceptos de recursos humanos.

La Corte supervisará el cumplimiento de esta Sentencia, en ejercicio de sus


atribuciones y en cumplimiento de sus deberes conforme a la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, y dará por concluido el presente caso
una vez que el Estado haya dado cabal cumplimiento a lo dispuesto.
Vll.CONLUSION
Entrando en el análisis del tema y realizando las debidas consultas e
investigaciones acerca del caso ALVARADO ESPINOZA, sabemos que, como
lo mencionamos al principio del presente trabajo, antes de llegar a los hechos
concretos del tema, es importante señalar que en este caso en particular
debemos analizar más allá de una “desaparición de primos”, es por eso que
partimos desde el año 2006 en donde se da inicio a la llamada “Guerra contra
el narcotráfico” por el entonces presidente de México Felipe Calderón, el cual
toma la decisión de solicitar la participación de las fuerzas Armadas en la
seguridad pública.

Esta decisión inicia su operativo desde el año 2008 en el Estado de Chihuahua,


en donde se contaba con el despliegue de 2,000 integrantes del ejército
mexicano así como elementos de la policía federal, sin embargo, no podemos
decir que fue la mejor decisión tomada por RODRIGUEZ CALDERON, ya que,
este operativo no logra disminuir ni mucho menos dar por concluida la
violencia, ya que, se notó un gran incremento en distintos temas de violencia,
como lo son; homicidios dolosos, desapariciones, desapariciones forzadas y
violaciones a los derechos humanos, los dos últimos son un lamentable
ejemplo del caso ALVARADO ESPINOZA, en el cual, como pudimos conocer,
trata de como tres miembros de una gran familia son detenidos por militares,
miembros los cuales hasta la fecha no se conoce de su paradero.

El caso ALVARADO ESPINOZA es el primer caso de desaparición forzada de


Chihuahua, así mismo, en el año 2016 llega a la CORTE INTERNAMERICANA
DE DERECHOS HUMANOS, siendo también el primer caso de desaparición
forzada que es analizado. En fecha de 28 de noviembre del año 2018, se dicta
sentencia por la corte en donde se reconoce como responsable al Ejercito
mexicano de la desaparición de los primos Nitza Paola Alvarado Espinoza,
José Ángel Alvarado Herrera y Roció Irene Alvarado Reyes, así también, se
responsabiliza al Estado Mexicano por NO llevar a cabo una investigación
concreta y adecuada, en la sentencia, como mencionamos anteriormente en el
desarrollo del trabajo, dicta medidas de reparación, llevar a cabo las
investigaciones necesarias para dar con el paradero de Nitza Paola Alvarado
Espinoza, José Ángel Alvarado Herrera y Roció Irene Alvarado Reyes, así
como brindar tratamiento psicológico a las víctimas que así lo soliciten.

Personalmente creemos que es lamentable este tipo de casos y tristemente


nos hemos dado cuenta con esta investigación que el caso Alvarado Espinoza
no ha sido el primero ni el ultimo que se ha vivido en México, ya que, las
situaciones de desapariciones forzadas en México siguen siendo un gran
problema, en el mes de febrero del año 2019 el gobierno dio a conocer la
existencia de 40,000 personas desaparecidas en el país y casi la totalidad de
estos casos siguen sin ser resueltos.

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