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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN


SUPERIOR
UNIVERSIDAD “SANTA MARÍA”
FACULTAD DE INGENIERÍA Y ARQUITECTURA
ESCUELA DE ARQUITECTURA
HISTORIA DE LA ARQUITECTURA COLONIAL, VENEZOLANA Y
LATINOAMÉRICANA

“Historiografía de la arquitectura venezolana. Arquitectura como arte,


historiador y arquitecto: Graciano Gazparini”

Autor: Marquina Piamo Joselym Lisette

C.I. V.-27.318.872

Caracas, diciembre de 2022


INTRODUCCIÓN

Gasparini (1924), pintor de profesión egresado del Instituto


Universitario de Arquitectura de Venecia fue llamado por Carlos Raúl
Villanueva (uno de los arquitectos más importantes de Venezuela) después de
su llegada en 1948.

Gasparini tuvo que recorrer y fotografiar el país y sus capitales para


conocer la arquitectura venezolana; éste se iría convirtiendo en uno de los
historiadores mas importantes del siglo XX de la arquitectura venezolana.

El beauxs arts es la técnica de proyectar y construir edificios para


satisfacer las necesidades del ser humano a través de la forma, la
funcionalidad y los proyectos estéticos, es considerada una de las bellas artes
y es una de las tendencias más utilizadas por Gasparini.

Basado en las lecturas analizaré los métodos y enfoques historiográficos


para la arquitectura colonial venezolana, dichos análisis serán extraídos de las
ideas que el autor tiene en dicha lectura.
ENFOQUES UTILIZADOS POR GRACIANO GASPARINI COMO
HISTORIADOR DE LA ARQUITECTURA EN VENEZUELA

Primeramente, Gasparini se basó en la búsqueda de una identidad


nacional, proceso que se desarrolla en una realidad caracterizada para la
variedad socio-urbana ante el cual se construye un frente ideológico unitario
en torno a las raíces coloniales del arte y la arquitectura. Gasparini mantuvo
grandes ideologías a través de su trayectoria, defendiendo los argumentos de
las múltiples influencias europeas en la arquitectura colonial latinoamericana
y venezolana.

Como segundo punto se señalan los intentos éticos en las acciones de


conservación y restauración de patrimonios justo cuando se inicia el proceso
de demolición de los centros históricos de 400 años cumplidos con la
implantación de grandes avenidas y tráfico vehicular, mas el uso masivo de
edificaciones prexistentes, es decir cuando mueres las antiguas ciudades y
nacen las nuevas metrópolis.

En tercer lugar, se hace necesaria la definición de un sector intelectual


con aspectos “conservacionistas”, sin tener en cuenta a cornistas ni a maestros
de obra como representantes de ese sector.

Finalmente se pueden afirmar las limitaciones mencionadas en tres


rasgos del enfoque historiográfico de Gasparini:

1) La tendencia exponencial a evitar en su historiografía el tratamiento


temporal y contextual de la arquitectura colonial. Sin embargo, éste
puede entenderse como la primera historia de la arquitectura en
Venezuela, cuyo contenido está “ordenado a partir de un esquema en
tres áreas regionales” (Graciano Gasparini, 1976. Gasparini 1976. p. 5),
la oriental, la occidental y la central.

También puede considerarse como la primera historia de la arquitectura


que cataloga las obras por su antigüedad y recorre a referencias y textos
de crónicas coloniales.

2) La práctica de una crítica comparativa del objeto edificado. Así,


Gasparini construye un amplio cuadro clasificatorio “puro visualista”,
una suerte de autonomía comparada a través de la cual el objeto
arquitectónico queda descrito por su nombre, género, especie, atributos,
forma y partes…toda ella representada en datos, planimetrías y
fotografías, unas al lado de otras según los rasgos visibles de dicho
objeto.

3) La crítica realizada por Gasparini a partir de la propia publicación de


Templos Coloniales, a la relación entre ausencia de edificaciones
coloniales bien ejecutadas y ausencia de arquitectos. De allí y de la
señalación en su obra posterior La Arquitectura Colonial en Venezuela
(1965) como falta de una “personalidad individual artística” en esa
arquitectura. De allí van naciendo progresivamente categorías críticas
como: arquitectura popular, arquitectura del “barroco tácito” y
arquitectura anónima, estas categorías nombrarían la producción
historiográfica del historiador ítalo-venezolano.

Gasparini construye la necesidad de recuperar el carácter artístico de la


arquitectura colonial definiendo al restaurador como el intelectual capaz de
descubrir tal carácter en el monumento histórico: el carácter unitario.

“Finalmente alrededor de 1750 el concepto antiguo cedió su lugar al


moderno. Ahora arte significaba producir belleza” (Tatarkiewicz 1976, p. 5).
Esa visión del artista es la que parece interiorizada en Gasparini y se
transparenta en toda su obra escrita y restaurativa.

Como fenómeno histórico fundamental hay que remitirse también al


Renacimiento, la demarcación entre artesanos y artistas que hace Gasparini en
su obra parece signar un tiempo en Venezuela en el que también los segundos
(incluidos los arquitectos) luchan por alcanzar la mayor relevancia posible. La
lucha de los artistas renacentistas por lograrlo no puede compararse con la de
los arquitectos de los años 1950 en Venezuela, puede afirmarse que la obra de
Gasparini se entiende tanto en validación del trabajo intelectual que él mismo
representa.

Por tanto, basado en el enfoque del objeto que se embellece a partir de


la misma arquitectura, -siguiendo a Heinrich Wölffin el insigne historiador
formalista-, para Graziano Gasparini la historia de la arquitectura en
Venezuela nace como una historia sin arquitectos, aunque en el fondo se
clame su presencia.
ÁMBITO HISTÓRICO EN EL QUE SE DESARROLLA EL
ENFOQUE

La primera etapa de la historia de la arquitectura en Venezuela se inició


en 1959 con la publicación del libro Templos Coloniales de Venezuela de
Graziano Gasparini (1924) y se cerró en 1980 con 3 publicaciones de Lezsek
Zawisza (1920) sobre temas del siglo XIX.

Los viajes significaron para Gasparini un encuentro con iglesias, casas,


y otras edificaciones erigidas durante la etapa de colonización española o a lo
largo de épocas mas recientes, que eran susceptibles de valoración. Los
recorridos significaron por tanto un encuentro con algunas tradiciones
constructivas del país, además de un trabajo de fotografía de levantamientos
de edificaciones y de recopilación de información para la elaboración de la
“vida del monumento”, es decir de una historia de las obras según el entendía
como historia.

Gasparini emprendió por tanto una doble actividad para la arquitectura


de Venezuela: historiar y restaurar.

El 12 de octubre de 1959 a los 467 años del descubrimiento de América


se concluyó Templos Coloniales de Venezuela, la obra fue presentada por
Carlos Raúl Villanueva, ésta puede ser considerada como la primera historia
de la arquitectura que cataloga las obras por su antigüedad. Ésta consideración
llegó a ser el producto intelectual de un profesional de la arquitectura,
iniciando la institucionalización de la historia de la arquitectura en Venezuela.

A lo largo de la primera etapa de la historia de la arquitectura en


Venezuela, Gasparini se dio cuenta de la representación de una arquitectura
colonial venezolana con sencillez, volumétrica y constructiva de “barroco
tácito” y de otras cualidades visuales. El investigador ítalo-venezolano
construyó la necesidad de recuperar el valor artístico de la arquitectura
colonial.

La contextualización de Gasparini y su obra temprana permite


entenderlo como figura naturalmente necesaria, al igual que a los años cuando
una vez que se definiera la arquitectura colonial como arquitectura popular
cuando recorría su etapa combativa por esta definición, teniendo como blanco
de sus ataques de arquitectura mestiza.

Los años posteriores de 1958 estuvieron signados por un progresivo


esfuerzo de institucionalización del Estado venezolano, fueron las búsquedas
culturales de una identidad nacional no clasista (ni hispanista ni indigenista)
como la impulsada en décadas anteriores, las que invadieron las practicas de la
historia (inclusive otros campos como la literatura o la pintura), desde luego la
que se hizo en la historia de la arquitectura.

Las historias de Gasparini gozarían de una mayor penetración publica


por esa impronta cultural de afianzamiento nacional que desde la ingeniería no
se ha destacado, ya que, contrariamente se ha dedicado a identificar el
progreso y la vanguardia.

En sus primeras obras, Gasparini no se opuso abiertamente a su


utilización y validación. En la casa colonial venezolana de 1962, el cuarto de
sus libros y en el que ya emprendía una sustentación historiográfica para sus
investigaciones, Gasparini reconoció una arquitectura hispano-indígena como
resultado de los “aportes de ambos lados” (p. 36), aportes visibles, por
ejemplo, en las portadas de las casas de la trama central. Sin embargo,
distinguió entre esa arquitectura mestiza que resultaría de una fusión y una
arquitectura popular en tanto producto de una intencionalidad y sensibilidad
formal.

El contexto intelectual de la obra de Gasparini fue la representación que


se hizo de la arquitectura colonial en América como “arquitectura mestiza”.
Posteriormente el término fue utilizado por varios historiadores de la
arquitectura hispanoamericana.

Así con base en todos los análisis, Gasparini llegó finalmente a


considerar la arquitectura mestiza como una “definición infeliz que solo
contribuye a aumentar la confusión en la ya embrollada terminología de la
arquitectura colonial empeñada en valorizar nacionalísticamente las diferentes
expresiones regionales”, (Gasparini 1972, p. 27).

Mas aún Gasparini acusó a quienes otorgaron validez al termino


“arquitectura mestiza” o “estilo mestizo” de no comprender el valor esencial
de la arquitectura, el valor espacial. Además, para Gasparini la “otra cultura”
no se limitaría a la española, si no a la de distintos focos culturales del
continente.

Con tales afirmaciones, Gasparini avivaba una polémica que puede


considerarse analíticamente reductiva sobre arquitectura colonial. Era un
debate sin mayor elaboración historiográfica, ubicado en torno al anticuado
tema de los orígenes, que dejaba ausente buena parte de las teorías y métodos
de la arquitectura, inclusive los del enfoque formalista, mucho mas de si
critica. Por lo demás en Venezuela la disciplina de la historia de la
arquitectura carecía de aportaciones notables. Puede decirse que la polémica
distrajo a los investigadores respecto a una adecuada profundización
historiográfica, es decir, respecto de la producción del conocimiento histórico
sobre la arquitectura.

La historia de la arquitectura colonial se alojó en la mítica y eterna


libertad creativa del arquitecto. Para Gasparini se trató de una historia de una
arquitectura anónima, pero “donde la sensibilidad tuvo oportunidad de
manifestarse” (1965, p. 13), una manera de clamar por la presencia de aquella
personalidad que finalmente se atendió a través de la restauración de la obra
colonial.

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