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CAMBIOS SOCIALES

El liberalismo respeta la vida privada de las personas, con la libertad religiosa pueden
creer o no creer, siempre y cuando sus creencias respeten las de los demás.

El proyecto liberal puede transformar estructuras y prácticas para quitar al país los fueros
y las servidumbres. También para liberar a la nación del inmovilismo, del aislamiento del
mundo que se moderniza cada vez más.

El liberalismo siempre ha tenido la demanda de igual consideración a todos sus


habitantes frente a la ley; el rechazo de los monopolios, la secularización de la sociedad y
la supremacía de poder civil, la propuesta federal detrás de las regiones.

El triunfo de la reforma en el siglo XIX, la reforma liberal, diseñó la estructura de la nación


e inició el camino hacia el capitalismo en nuestro país, aunque sigue sin consolidar su
proyecto porque México no es un país donde se aplique la Ley y tampoco se han formado
ciudadanos debido a la mala calidad educativa que tenemos.

Los nuevos reaccionarios quisieran ver regresar al Estado excesivamente propietario,


expansivo, con una burocracia creciente, erigida en actor casi único de la vida nacional, y
que, a sus limitaciones para promover más justicia, agregaría su creciente ineficiencia.

El liberalismo, en cambio, promueve un equilibrio entre la libertad y la justicia social,


trabajando siempre dentro del régimen de Derecho, conduciendo el cambio en el marco
de la ley y manteniendo la estricta vigencia y protección de los derechos humanos.

El liberalismo recupera el valor moral del individuo y lo combina con el valor moral de la
comunidad. Existe un amplio compromiso con la libertad, esencia del ser humano en un
marco de justicia.
El objetivo final no es que gobierne un solo partido, sino que se restablezca una
democracia auténticamente viva y competitiva. Y es que, al fin y al cabo, no es sino la
democracia lo que de verdad importa a un liberal.

Sociedad
Dentro de la sociedad mexicana, la institución que siempre ha repercutido fue la iglesia.
"Su incidencia se debate de acuerdo al grado de identidad apropiada por los creyentes; de
ahí que el poder de la iglesia se visualiza entre 1810 y 1857 como una culturalización,
dada por un pueblo evidentemente católico, apostólico y romano.” 1

En este tiempo se vio a "La iglesia como institución en formación y fortalecida por la
posesión de riquezas materializadas expresadas en tierras, cofradías, hospitales,
escuelas, y todavía de forma más determinante, el afecto e identificación de los individuos
a través del credo, le permitía su injerencia en la forma de organización y acción del poder
político”

Una preocupación profunda era el cambio de sistema educativo, reemplazar a las


corporaciones eclesiales en la labor escolar. Para ello, se invitaron a distintos sistemas,
entre ellos el lancasteriano.
Propiedad
La propiedad para el liberalismo estaba en primer orden junto a la vida y la libertad.
Muchos de ellos, particularmente la segunda ola liberal, como Lerdo y Ocampo pensaban
en usar la desamortización para un proceso de subastas que proveerían de un
contingente de pequeños propietarios capaces de beneficiar el ajustado mercado agrícola
del latifundio.

Además se tratan asuntos relacionados con el fundamento de la propiedad, donde Guridi


y Alcocer argumenta que el derecho natural es anterior a cualquier pacto civil o contrato
de la sociedad y que, “por tanto, si esta última lo niega, el pacto se rompe”

La modernización de México no está concluida, falta mucho por hacer. El camino de la


modernidad en México debe ser el del liberalismo con rostro social, no el populista, ni
libertario. Pero para tener un país más próspero y más libre, se necesita sin duda un
Estado de Derecho que permita tener una mayor inversión y dar ese salto a tener una
economía del conocimiento.

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