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Inmunohematología 77

TEMA 5.

INMUNOHEMATOLOGÍA.

Manuel López Valero.

1. Inmunohematología básica.
Se define el término de inmunohematología como el conjunto de reacciones
inmunológicas que afectan a todos los componentes de la sangre. La inmunohema-
tología es una rama de la patología clínica que se va a ocupar de estudiar: transfusión
de sangre y de sus componentes, patogenia, diagnóstico, prevención y tratamiento de
la inmunización (sensibilización) relacionadas con la etapa del embarazo, respuesta a
la analítica de los problemas de paternidad, pruebas leucocitarias para el trasplante
de órganos...

1.1. Antígenos de los grupos sanguíneos.


Cuando denominamos grupo sanguíneo, queremos referirnos a la especificidad
antigénica de los hematíes de esa persona y a la diversidad inmunológica de otros
constituyentes sanguíneos, como son: plasma, leucocitos, plaquetas.
Los distintos antígenos sanguíneos se van ha heredar como agrupaciones, llamán-
dose sistema de grupos sanguíneos. Estos van a poder ser solubles en agua o celulares,
sirviendo ambos tipos como marcadores genéticos.

1.2. Inmunogenicidad.
Se considera con el término de inmunogenicidad a la capacidad de un antígeno
para poder dar lugar a una respuesta inmunitaria. Dicha capacidad va a venir deter-
minada por dos aspectos:
- Capacidad de respuesta inmunitaria del huésped frente al antígeno.
- Naturaleza antigénica en sí.
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Son varias las características por las que va a quedar determinado el distinto grado
de inmunogenicidad:

- Variaciones de forma y tamaño.


- Estructura fisicoquímica.
- Carga y pH.
- Determinantes antigénicos disponibles.

La capacidad para poder provocar una respuesta inmunitaria puede variar mu-
cho según los antígenos de los grupos sanguíneos de que se trate. Los antígenos con
mayor poder inmunogénico van a ser los antígenos A, B y Rh (D). Según el mismo
criterio, los antígenos con menos poder inmunogénico van a ser Xg, Do e Yt., como
consecuencia de sus poco ordinarios anticuerpos.

1.3. Composición química.


Esta característica va a determinar la gran mayoría de sus propiedades, tanto bio-
lógicas como físicas. Glucoproteínas, glucolípidos y lipoproteínas son los antígenos
eritrocitarios de los cuales se conocen su composición.
Un hapteno se define como un determinante antigénico aislado, simple o incom-
pleto, la cual por sí sola, no va a poder producir una respuesta inmunitaria, pero sin
embargo, si va a ser capaz de inhibir una determinada reacción antígeno - anticuerpo
o reaccionar con un anticuerpo específico. El ADN y los lípidos puros no van a ser
partículas antigénicas, pero son haptenos.
Por norma general, tanto las lipoproteínas como las glucoproteínas van a tender
a realizar más acciones inmunogénicas que las proteínas puras.

1.4. Densidad antigénica.


Como densidad antagónica se conoce a la cantidad de puntos antigénicos que
existen sobre una sustancia extraña, pudiéndose ser dicha sustancia, bien una célula,
o alguna molécula compleja, siendo evidente que va a ser un factor determinante en
el resultado final de la respuesta inmunológica, así como en la potencia de la misma.
Diversos estudios han reflejado la importancia de la densidad antigénica sobre
los grupos sanguíneos, siendo determinante en la eficacia de unión del anticuerpo, y
la probabilidad de que se produzca hemólisis eritrocitaria. También va a ser de suma
importancia porque se suma en la activación del complemento.
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Dicha densidad antigénica, es decir, la cantidad de números de puntos antigénicos,


se va a poder calcular por medio de distintas técnicas:
a) Marcar los antígenos específicos con isótopos, como puede ser 125 yodo.
b) De manera indirecta se pueden calcular por el número de anticuerpos reactivos
que se unen a ellos.
c) También es posible su determinación empleando anticuerpos marcados con
partículas electrodensas, como ferritina, pudiéndose contar por microscopía
electrónica.
d) Se están creando nuevos métodos para cuantificar y analizar la distribución
de los antígenos eritrocitarios mediante la técnica de citometría de flujo au-
tomatizada.

2. Estructura y bioquímica de la membrana eritrocitaria.


2.1. Estructura de la membrana eritrocitaria.
La membrana eritrocitaria va a presentar el mismo modelo que otros sistemas
de membranas celulares, los eritrocitos, como otras células, van a estar encerrados
por una bicapa lipídica, con un espesor de unos 4-5 nm., la cual va a estar formada
por colesterol, fosfolípidos y algunos glucolípidos principalmente. Existen a su vez
otras proteínas de membrana que se van a localizar fuera de la célula, dirigidas hacia
el espacio citoplasmático, o bien, dentro de la misma membrana. Estas proteínas se
van a poder clasificar en:
- Integrales: Aquellas proteínas que sólo se van a poder disociar después de un
tratamiento enérgico.
- Periféricas: las que pueden disociarse de manera fácil a la forma intacta.
La membrana eritrocitaria se va a dividir en varios componentes básicos:
- La bicapa de fosfolípidos.
- Las proteínas periféricas, que forman parte del esqueleto de la membrana.
- Las proteínas integrales, que se encuentran situadas en la bicapa lipídica.
Algunas proteínas se encuentran situadas en el citoesqueleto, enclavándose en el
interior de la membrana celular. Van a atravesar la capa fosfolipídica, constituyendo
aproximadamente el 25% de las proteínas de la membrana, encontrándose de forma
dimérica, con un canal central muy importante para poder realizar la función de
transporte aniónico.
Las partículas responsables de la mayor parte de la carga negativa neta en la su-
perficie de la membrana eritrocitaria van a ser las glucoproteínas. Dicha carga negativa
se ve originada por las distintas porciones superficiales de carbohidratos que se hallan
en las glucoproteínas, la mayoría de las cuales están formadas por ácido siálico.
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2.2. ABH.
Las distintas estructuras de los hidratos de carbono terminales que se hallan unidas
a diversos componentes de la membrana eritrocitaria, van a ser los responsables de
las especificidades antigénicas del sistema A, B y H. La sustancia A se va a formar
por la suma de una N-acetil-galactosamina, la B se va a formar por la suma de una
D-galactosa a la sustancia H, mediante transferasas.
Las cadenas de oligosacáridos se unen a la membrana celular mediante las cadenas
de proteínas que sobresalen de la bicapa lipídica o a través de la membrana celular.

2.3. Lewis.
Este sistema está compuesto de antígenos solubles de distintos líquidos corporales,
que van a ser absorbidos sobre las membranas eritrocitarias, a partir del plasma.

2.4. P.
Este antígeno le va a poseer la mayoría de individuos sobre sus membranas eri-
trocitarias.

2.5. Ii.
Ambos antígenos son estructuras relacionadas entre sí: i va a ser la sustancia
precursora de I; del mismo modo que H es la sustancia precursora de los antígenos
eritrocitarios A, B.
Los antígenos aquí referidos, Ii, van a encontrarse en relación inversa en lo
referente a sus concentraciones en la membrana, de tal manera que los hematíes del
adulto poseen como característica, además de otras muchas tantas, la de tener como
predominio casi absoluto el antígeno I, mientras que en los eritrocitos del recién nacido
se va a dar una concentración mucho más elevada del antígeno i.

2.6. Antígenos asociados a estructuras de proteínas. Rh.


Los antígenos Rh tienen una naturaleza eminentemente proteica, con un peso
molecular de unos 30.000 daltons. Se van a localizar en la membrana bilipídica, con
porciones de su molécula sobresaliendo en la superficie externa de ésta. El poder
antigénico de estos determinantes Rh va a residir en la presencia de un fosfolípido
localizado en la membrana.

2.7. Keel.
Un papel fundamental en cuanto a la antigenicidad y estructura de los antígenos
del sistema Kell van a ser los grupos sulfhidrilo. Esta va a ser una glucoproteína ex-
puesta en la superficie, con un peso molecular de unos 93.000 daltons.
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2.8. Antígenos asociados a sialoglucoproteínas. MNSs.


La especificidad antigénica del grupo MNSs emana de las características de los
aminoácidos y por los tetrasacáridos fijados. El proceso por el cual puede disminuir
la reactividad serológica antigenoespecífica, viene dado por el tratamiento de los
hematíes con enzimas, como la neuraminidasa, debido a la eliminación del ácido N-
acetilneuramínico de la membrana.

3. Anticuerpos de los grupos sanguíneos.


3.1. Inmunoglobulinas y sitios de fijación del antígeno.
Las inmunoglobulinas (Ig) son proteínas de aparición natural, las cuales poseen
una actividad y estructura de tipo anticuerpo. Mientras que la actividad de los anti-
cuerpos se va a desarrollar solamente como respuesta a un estímulo antigénico, las
inmunoglobulinas son componentes normales del plasma.
La especificidad de un anticuerpo va a estar relacionada con las distintas regiones
variables de una inmunoglobulina.

3.2. Aloanticuerpos.
Por el hecho de que existan aloanticuerpos frente a los antígenos eritrocitarios va
a exigir que se elija una sangre negativa con respecto al antígeno específico presente,
ante la posibilidad de efectuar una transfusión.
Los aloanticuerpos para los eritrocitos se van a dividir en:

- Aloanticuerpos como resultado de inmunización por transfusión.


- Aloanticuerpos inducidos por eritrocitos fetales durante el embarazo o en el
momento del parto.
- Aloanticuerpos de presencia natural, es decir, los estímulos antigénicos van a
ser desconocidos.

Algunos anticuerpos van a estar presentes de forma natural y en las personas con
falta del antígeno correspondiente, como el anti-A en el grupo B, anti-B en el grupo
A, el anti-A, B en el grupo O.
Las pruebas cruzadas, también llamadas pruebas de compatibilidad sistémica,
indican que no existen incompatibilidad detectable entre donante y receptor. Por trans-
fundir a una persona, se le pueden introducir eritrocitos que contengan una cantidad
considerable de antígenos de los cuales la persona receptora carece. Este proceso
puede dar lugar a la producción de anticuerpos específicos en el receptor.
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3.3. Autoanticuerpos.
Con dicho término se designa todo aquel anticuerpo que reaccione con un antí-
geno hallado en el mismo sujeto que produce aquél. Así mismo, va a reaccionar con
un antígeno que se encuentra en otros individuos normales. Si se utilizan las técnicas
adecuadas para poder detectar un anticuerpo frente a los hematíes, se va a catalogar
como positiva la prueba antiglobulina directa, mientras que la prueba antiglogulina
indirecta puede ser positiva o no.
Los distintos resultados de la reacción antígeno-anticuerpo pueden consistir en
trombopenia, leucopenia, anemia hemolítica, pero normalmente los autoanticuerpos
no suelen dar síntomas clínicos manifiestos.
Los anticuerpos se van a clasificar, atendiendo a su temperatura óptima de
reacción en:
- Anticuerpos calientes: Ig G.
- Anticuerpos fríos: Ig M.

3.4. Crioanticuerpos.
Se van a englobar en este grupo a la mayoría de aglutininas. Van a aglutinar en
gran medida a eritrocitos, a una temperatura de 4º, de manera débil a 24º, y a 37º lo
hacen de manera muy débil. Estas crioaglutininas van a interferir de manera notable
en las pruebas cruzadas y tipificación. No obstante, la reactividad in vitro es posible
que no refleje la que puede existir in vivo.
Durante algunas operaciones o procedimientos en donde se debe disminuir la
temperatura corporal o intravascular, como por ejemplo durante el bypass cardio-
pulmonar, cabe imaginar que se puede ignorar las crioaglutininas frías cuando se las
detectan en el suero de individuos normales, su intervalo térmico y su presencia van
a ser importantes en las operaciones anteriormente mencionadas.
Cuando se detectan crioanticuerpos, se pueden identificar alguna de estas espe-
cificidades:
- Anti-H: en la mayoría de los individuos normales se pueden observar títulos
bajos de anti-H, los cuales van a aglutinar los hematíes de los grupos O - A2,
reaccionan de manera débil ante células A1 o A1B, y no dan reacción con las
células Oh.
- Anti-I: este va a ser el anticuerpo de la IgM. Los anticuerpos que se pueden
encontrar en individuos normales y/o en sangre de cordón, van a estar con
títulos bajos, sin embargo, vamos a poder encontrar títulos altos en procesos
relacionados con la enfermedad por crioaglutininas y las relacionadas con las
infecciones por Mycoplasma pneumoniae.
Los anticuerpos anti-I van a reaccionar con forma positiva con los hematíes que
contengan antígenos I, es decir, con casi todas las células adultas del cuerpo, pero a
su vez, de forma negativa con aquellos que posean tan solo antígenos i.
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- Anti-i: es un anticuerpo IgM, aunque también puede ser IgG, o ambos. El


anti-i va a estar asociado a la mononucleosis infecciosa, acompañada o no de
anemia.
- Anti-P: se asocia la presencia de este anticuerpo con la existencia de hemo-
globinuria paroxística “a frigore”. Este es un síndrome relacionado normal-
mente con paperas, varicela, sarampión, sífilis, y otras enfermedades víricas.
Estos anticuerpos se van a englobar en el grupo de las IgG, teniendo una serie
de características, como: pueden ocasionar hemólisis en eritrocitos a una
temperatura de 37º , mediada por un complemento, así como, pueden unirse
a los mismos a una temperatura de 4ºC.
- Autoanticuerpos calientes: las personas que tienen este tipo de anticuerpos
van a presentar positividad tras realizar en ellos la prueba directa de antiglo-
bulinas (PDAG). Los autoanticuerpos caliente se pueden dividir en: Primarios
y secundarios.
• Primarios: su etiología es desconocida.
• Secundario: está directamente relacionado con la presencia de otras alteracio-
nes patológicas.
Los autoanticuerpos calientes o también llamados idiopáticos o primarios van a
poder ser intervenidos por ciertos tipos de virus y medicamentos.
La detección de la mayor parte de estos anticuerpos calientes se va a poder realizar
mediante la prueba de antiglobulina directa con suero anti-IgG. En la mayor parte de
estos casos, los hematíes van a estar recubiertos por el complemento así como con el
anticuerpo IgG. Éste es el motivo por el cuál se pueden detectar suero anticomple-
mento. Es a una temperatura de 37ºC durante la prueba de antiglobulina cuando la
elución formada por los anticuerpos formado en el suero y los eritrocitos del mismo
paciente suelen reaccionar mejor.
El grado de anemia no va a guardar relación con la intensidad de reacción de
antiglobulina directa. En algunos casos puede aceptarse el uso de sangre con una
incompatibilidad mínima para transfundir a otros pacientes con un autoanticuerpo
del cuál no se conoce su especificidad. Esta técnica transfusional debe evitarse en
aquellos pacientes con anemia hemolítica autoinmune caliente.

3.5. Globulinas contra eritrocitos inducidas por medicamentos.


Una prueba antiglobulina directa positiva puede venir provocada por gran cantidad
de fármacos, pudiéndose clasificar en cuatro categorías distintas.

3.6. Autoanticuerpos de los eritrocitos.


En el aspecto serológico, los anticuerpos que se pueden encontrar en el suero o
en los eritrocitos no se pueden distinguir de los autoanticuerpos hallados en pacientes
con anemia hemolítica idiopática autoinmune. Dichos anticuerpos son del tipo IgG.
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3.7. Anticuerpos de los eritrocitos.


La prueba antiglobulina directa positiva realizada en pacientes con dosis elevada
de penicilina, va a desaparecer después de haber sido eliminada esta penicilina. Los
anticuerpos contra la penicilina pueden ser IgM o IgG.

- IgG: Puede venir asociado con IgM o solo. Este tipo de anticuerpo va a ser
característico de la anemia hemolítica inmune.
- IgM: Si se utiliza un método de detección muy sensible, puede detectarse
muy fácilmente.

Esta característica va a ser gracias a la presencia, en gran cantidad de alimentos,


de penicilina.
No se ha demostrado que exista relación entre el estado alérgico provocado por
la penicilina y la presencia de IgG antipenicilina.

3.8. Proteínas séricas en los eritrocitos.


Globulinas que incluyen componentes del complemento, fibrinógeno y albúmi-
na, son proteínas séricas de los eritrocitos que pueden ser fijadas por medio de un
mecanismo no inmunológico. Una prueba antiglobulina directa positiva puede venir
provocada por los sueros antiglobulinas de diferente especificidad.

3.9. Componentes del complemento en los eritrocitos.


Los complejos con las proteínas séricas se pueden formar a partir de la adicción
de algunos fármacos, siendo posible el desarrollo de anticuerpos que van a actuar
contra estos fármacos-proteínas. Estos complejos proteína-fármaco-anticuerpo van
a poder absorberse a nivel eritrocitario, lo que va a desencadenar la activación de los
componentes del complemento, y a su vez se fijen a los eritrocitos.
Por medio de la detección del complejo fármaco-proteína va a poderse detectar
los anticuerpos antifármacos del suero.

4. Complemento y depósito en bancos de sangre.


La importancia del complemento en los bancos de sangre estriba en dos aspectos
muy importantes:
- Participación en el descubrimiento de la reacción antígeno-anticuerpo in vivo.
- Papel importante en la sensibilización de los eritrocitos in vivo.
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4.1. Papel del complemento en la destrucción de los eritrocitos in vivo.


La causa más común de la fijación del complemento en los eritrocitos in vivo,
es sin lugar a dudas, la acción que ejerce los anticuerpos contra los antígenos de los
eritrocitos (alo o auto).
También va a poder fijarse a los eritrocitos el complemento mediante una reacción
antígeno-anticuerpo o sin ninguna relación.

4.2. Hemólisis intravascular.


Este tipo de hemólisis va a ser el término final de la sensibilización del comple-
mento hacia los eritrocitos. La hemólisis intravascular se va a observar característi-
camente en las reacciones transfusionales a causa de la incompatibilidad AB0.

4.3. Hemólisis extravascular.


Debido a la fagocitosis eritrocitaria, se va a provocar una destrucción extravascu-
lar. Los macrófagos granulocitos y monocitos van a poder atacar a los eritrocitos con
el complemento fijado. Estos eritrocitos recubiertos con inmunoglobulinas también
van a poder atacar estas células. Los eritrocitos incompletos que han sobrevivido a la
fagocitosis parcial van a poder volver a circular como esferocitos. Se ha demostrado
que los eritrocitos recubiertos con anticuerpo y complemento, van a tender a ser
eliminados a nivel hepático en poco tiempo. Sin embargo los eritrocitos recubiertos
sólo con anticuerpos, tienden a ser destruidos a nivel esplénico más lentamente. En
general, se piensa que la presencia del complemento va a incrementar notablemente
la actividad fagocítica.

4.4. Papel del complemento en los procedimientos del banco de sangre. Hemólisis.
Una hemólisis es positiva cuando dicha hemólisis se presenta en una prueba
diseñada para poner de manifiesto anticuerpos frente a los eritrocitos. Para realizar
este tipo de técnicas debemos contar con muestras de sangre fresca, eliminando el
posible contenido de algún quelante del calcio (citrato o EDTA), ya que si no es así,
impediría la activación del complemento.
Algunas de las características del complemento son: se inactiva a los 30 minutos
por calentamiento a 56ºC, denotándose una cierta termolabilidad, también es relati-
vamente inestable, deteriorándose durante la conservación.

4.5. Detección de autoanticuerpos.


Una de las técnicas por las cuáles se puede detectar autoanticuerpos es a partir del
suero anticomplemento. También se pueden detectar por anticomplemento y por anti-
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IgG; y un cierto porcentaje de autoanticuerpos pueden detectarse sólo por anti-IgG.


Es recomendable extraer muestras de sangre con tubos de EDTA a la hora de realizar
técnicas para la detección del verdadero recubrimiento in vivo de inmunoglobulina y
complemento, evitando así el recubrimiento in vitro.

4.6. Detección de aloanticuerpos.


Todos los aloanticuerpos detectables en el suelo, solamente pueden hallarse en
plasma citrado o con EDTA. Se ha demostrado la necesidad de que exista un anticom-
plemento, las pruebas corrientes pueden llevarse a cabo mediante suero antiglobulina
de amplio espectro o con anti-IgG.

5. Antígenos y anticuerpos de los eritrocitos. Sistema AB0.


5.1. Características especiales.
El sistema AB0 va a tener dos características que lo hace especial sobre el resto
de grupos sanguíneos:
- Presencia regular de antígenos ABH en muchas células hísticas y de sustancias
ABH en las secreciones de los secretores.
- Presencia de aglutininas con alta reacción en el suelo de aquellas personas
que no tienen los antígenos correspondientes.
Por estos dos motivos, el grupo AB0 es el sistema más importante de los grupos
sanguíneos en la transfusión y trasplantes de órganos.
Las técnicas para detectar los antígenos A y B en los eritrocitos, van a ser tarea
fácil gracias a la presencia de potentes anticuerpos anti-A y/o anti-B en el suero. Para
confirmar los resultados de la determinación directa de los eritrocitos se utiliza el
examen del suero (determinación inversa).

5.2. Antígenos AB0 comunes.


Las variantes más importantes de los antígenos AB0 van a ser: A1, A2 y B.

5.3. Anticuerpos y aglutinina.


Los anticuerpos humanos, fácilmente disponibles, se pueden dividir en dos ca-
tegorías:
- Inmunógenos de tipo natural: su origen es probablemente bacteriano. El anti-A
y anti-B naturales suelen ser de la clase IgM pudiéndose eliminar mediante
sustancias solubles de los grupos A o B.
En las personas del grupo 0, el anti- A, B natural es normalmente de la clase
IgG, pudiéndose ser neutralizado por sustancias A y B. El suero del grupo 0
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puede reaccionar con subgrupos de A los cuales, pueden ser no reactivos con
anti-A.
- Inmunógenos de tipo inmune: normalmente son IgG, y vienen dados por la
inmunización debida o provocada por una hemorragia fetomaterna. Los an-
ticuerpos anti-A1 van a reaccionar sobre las células A1 pero no con las A2;
tales anti-A1 van a ser inadecuados y débiles para fines reactivos.
El anti-H va a aglutinar fuertemente las células 0. Este anticuerpo se va a poder
neutralizar por medio de una sustancia H. El anti-H da lugar a un reactivo inmejorable
para detectar los antígenos H en ciertas células hísticas así como para determinar el
estado secretor.

5.4. Determinación de los grupos AB0.


El anti-A, B de una persona perteneciente al grupo 0 va a proporcionar un reactivo
muy útil para la detección de los subgrupos de A o B. Si debemos de diferenciar entre
A1 y A2 utilizaremos anti-A1.
Para la detección inversa de los grupos, es decir, por medio del suero, se va a
utilizar células de los grupos A1 y B, reservando las células A2 para cuando exista
sospecha de presencia anti-A1.

5.5. Algunas discrepancias en la determinación de los grupos AB0.


a) Aglutininas esperadas debilitadas o ausentes:
- Isoaglutininas de baja titulación o ausentes.
- Agammaglobulinemias o hipogammaglobulinemia.
b) Reacciones débiles o inexistentes en la determinación de los grupos sanguíneos:
- Alta concentración de sustancias solubles A o B en el suero de pacientes con
adenocarcinoma de estómago.
- Antígenos debilitados A o B en personas afectadas con leucemia.
- Subgrupos de A o B.
c) Reacciones inesperadas a la determinación de los grupos mediante suero.
- Presencia de anticuerpos.
- Presencia de una alta concentración de polímeros, del tipo A: fibrinógeno,
gammaglobulina... en el suero.
- Presencia de aloanticuerpos y otros anticuerpos que reaccionan a temperatura
ambiente.
- Presencia de crioautoaglutininas o autoaglutininas calientes que pueden
reaccionar a temperatura ambiente.
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d) Reacciones inesperadas/ adicionales en la determinación celular de los grupos:


- Anticuerpos frente a la acriflavina, colorante usado en la preparación de
reactivos anti-B, con reacciones frente a las células B.
- Diferentes tipos de células poliaglutinables.
- Células recubiertas con anticuerpos con la correspondiente formación de
agregados en presencia de un medio alto en proteínas.
- Pequeña población de células proveniente de una transfusión reciente inespe-
cífico de grupo.
- Células modificadas por sustancias químicas.
- Herencia anormal.
- Células modificadas por enzimas bacterianas.

5.6. Sistema Rh.


El sistema Rh es posiblemente el sistema eritrocítico más complejo atendiendo
a la cantidad de antígenos descritos, la nomenclatura utilizada y la relación entre los
distintos antígenos.
– Sistema Rh básico:
• A partir de cinco antisueros se va a obtener la información necesaria para
realizar este tipo de sistema, estos son:
- Anti-Rh0 (D).
- Anti-Rh´ (C).
- Anti-Rh” (E).
- Anti-hr´ (c).
- Anti-hr” (e).
• Se denomina antitético a los dos antígenos que estén controlados por un par
de genes alélicos, como por ejemplo lo son C y c, así como E y e.
• Por medio de los cinco antisueros básicos se van a producir ocho complejos
antigénicos (aglutinógenos).
– Antígenos Rh. Antígeno Rh0 y sus subunidades:
El primer suero anti-Rh se obtuvo de conejos inyectándoles eritrocitos de mono.
El antígeno Rh0 (D) junto a los antígenos A y B son los que tienen mayor poder
antigénico. Cerca del 60% de las personas Rh0 (D) negativo que reciben sangre Rh0
(D) positiva es probable que desarrollen anti-Rh0 (D). Esta es la razón por la que en
cada donante de sangre aparte de los antígenos A y B se le determina el antígeno Rh0
(D).
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Hematíe recubierto por antígeno Rh.

– Antígenos C y c, E y e.
Los anti-e y C son anticuerpos débiles y de ardua demostración, sin embargo
anti-CE y anti-Ce son anticuerpos corrientes formados por la persona que tiene el
fenotipo opuesto.
– Bioquímica del sistema Rh:
Aún no se conoce con exactitud la naturaleza química de los determinantes Rh, su
estructura exacta. Se sabe que los lípidos de la membrana eritrocitaria dan orientación
y apoyo al determinante Rh.
– Anticuerpos Rh:
Van a ser distintos a los anticuerpos del sistema AB0. En general son inmunes de
origen y casi en su totalidad IgG. Los anticuerpos Rh de forma general no hemolizan
los eritrocitos en el sistema vascular. La mayoría de ellos van a reaccionar si se le
aplica la técnica de la albúmina, antiglobulina o enzimas.
Los anticuerpos Rh se van a producir después de una hemorragia fetomaterna. Va
a ser muy raro que se produzcan a consecuencia de una transfusión. También pueden
formarse al administrar concentrados de plaquetas, que no se hayan procesado bien
y contengan eritrocitos Rh positivos.
El anti-Rh tiene varias funciones: sirve como reactivo para tipificar la sangre,
previene la inmunización Rh, etc... Se puede administrar globulinas inmunes Rh a
personas Rh negativas que reciban eritrocitos Rh positivos tras una transfusión acci-
dental o un embarazo.
– Tipificación Rh:
En todos y cada uno de los posibles donantes de sangre, debe realizarse pruebas
para detectar su Rh. Se van a realizar distintas pruebas de antígenos C, c, E, e con la
idea de identificar el genotipo Rh que exista en cada persona.
Cada suero debemos de utilizarlo según las instrucciones que nos dicte el fabri-
cante, aún sabiendo que la mayoría de los antisueros Rh reaccionan de una manera
más notable en presencia de enzimas, proteínas o con la prueba de antiglobulina.
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6. Pruebas y técnicas en inmunohematología.


6.1. Factores que afectan a la hemaglutinación.
La mayoría de todos los sistemas destinados a detectar los distintos antígenos y
anticuerpos eritrocitarios van a utilizar la reacción específica como responsable para
la detección inmunohematológica. Van a existir cuatro factores que pueden influir
en el resultado de la reacción. Estos son:
• Circunstancias físicas en que tiene lugar la reacción.
• Suero.
• Hematíe.
• Medio.
– Eritrocitos:
Por medio de los antígenos ABO y Rh se pone de manifiesto la importancia que
tienen los eritrocitos, atendiendo a su número, tipo, y localización. Por norma gene-
ral, los hematíes se van a aglutinar de manera fácil bajo la acción de los anticuerpos
adecuados, gracias a la gran cantidad de puntos antigénicos ABO. Sin embargo, por
medio del sistema Rh, la aglutinación va a ser más dificultosa, debido a su menor
número de puntos antigénicos.
– Anticuerpos:
Van a ser los anticuerpos IgG o IgM, los que se van a formar como respuesta a la
estimulación eritrocitaria. Así mismo, también puede producirse IgA. Los anticuerpos
IgM van a tener como característica la de que pueden aglutinar a los hematíes que
se encuentren suspendidos en solución salina, diferenciando de esta manera de los
anticuerpos IgG, los cuales no lo pueden hacer.
Debido a esta característica, los anticuerpos IgM, que constan de cinco unida-
des, van a tener una distancia entre dichos puntos de unión que alcanza el doble de
la distancia entre puntos que se da en las moléculas de IgG, formadas sólo por una
subunidad.
En el momento de realizar la técnica de detección de los anticuerpos IgG, va a
ser necesario emplear reactivos antiglobulina, ya que estos no provocan directamente
aglutinación hemática.
El número de moléculas de anticuerpo unidas a cada hematíe, va a estar en rela-
ción directa con la sensibilidad de las pruebas de aglutinación, de tal manera que si
se incrementa el cociente suero/hematíe, va a aumentar la intensidad de la reacción.
– Medio de refuerzo:
La unión de los anticuerpos a los hematíes va a poder acelerarse gracias a traba-
jar en medios con pH y potencia iónica bajos. Para reforzar la aglutinación, se van a
utilizar distintas enzimas y macromoléculas.
Inmunohematología 91

– Características físicas:
Las características físicas van a influir de manera notable sobre la reacción de
aglutinación. Estas características físicas van a ser: duración y velocidad de centrifu-
gación, temperatura y tiempo de incubación.
Va a existir un margen de temperatura donde los anticuerpos de los grupos san-
guíneos reaccionan. La gran mayoría de los anticuerpos IgG reaccionan mejor entre
30-37º, mientras que para los anticuerpos IgM, este margen óptimo se va a encontrar
entre 4-27º.
El tiempo de incubación empleado en detectar los anticuerpos de los grupos
sanguíneos es de 15-60 min. La hemaglutinación va a estar favorecida por la aproxi-
mación que sufren los eritrocitos tras una centrifugación.
– Cargas negativas:
En los eritrocitos se da la presencia de cargas negativas en su superficie. La
distancia normal de separación entre los hematíes es de 25 nm., en condiciones
normales, atribuida esta distancia a la carga negativa presente en su superficie. Las
cargas negativas localizadas en la superficie eritrocitaria puede atribuirse al contenido
de ácido siálico, el cual va a ser degradado por enzimas al exponer los hematíes a un
campo eléctrico, emigrando al polo positivo.
– Potencial zeta:
El potencial zeta es la diferencia de potencial entre las cargas negativas de los
eritrocitos y las cargas negativas de los cationes del medio. Los cationes del medio
se van a dividir en dos grupos:
• Los que se mueven libremente por el medio.
• Los que se unen fuertemente a los eritrocitos y se desplazan con ellos.
El plano de cizallamiento o plano de deslizamiento es el espacio o frontera entre
estas dos capas de cationes. Es en este punto donde se va a calcular el potencial zeta.
– Hidratación:
El grado de hidratación va a posibilitar la mayor o menor unión entre los hematíes
suspendidos.

6.2. Inducción de la hemaglutinación.


Al reducir la distancia entre los eritrocitos y al proporcionar puentes entre dos
anticuerpos incapaces por sí sólos de unirse a la vez a dos eritrocitos, a causa de la
distancia que separa éstos entre sí, se va a provocar la hemaglutinación.
– Enzimas proteolíticas:
92 Inmunohematología

El contenido de ácido siálico se va a reducir al tratar los eritrocitos con enzimas,


al igual que también se van a disminuir los valores del potencial zeta. Gracias a ello,
va a existir una fácil aglutinación entre los eritrocitos tratados junto con los anticuer-
pos adecuados. A todo ello, se va a unir, la eliminación de glucoproteínas, dejando
expuestos los antígenos, induciendo a una mayor hemaglutinación.
– Albúmina:
La albúmina se encuentra relacionada con la reacción de algunos anticuerpos, de
tal manera que sus cargas positivas, al neutralizar las cargas negativas de los hematíes,
van a permitir un mayor acercamiento entre estos.
– Soluciones de baja potencia iónica:
Los iones de sodio se pueden acumular rodeando a las cargas negativas sobre la
superficie celular, y a su vez, los iones cloro lo van a hacer en las cercanías de las
cargas positivas sobre las moléculas de anticuerpo. Esto va a dar lugar a una neutra-
lización de cargas y fuerzas de atracción entre las moléculas con cargas opuestas.
Al realizar una disminución de los iones existentes y emplear una solución de
baja potencia iónica, van a quedar expuestas las cargas positivas y negativas. Esta
característica incide sobre el porcentaje de asociación entre antígeno y anticuerpo,
aumentándolo, y a su vez, aumenta la cantidad de anticuerpo que se va a fijar a los
hematíes.
– Reactivos de antiglobulina humana:
Los anticuerpos completos van a ser aquellos anticuerpos IgM, con un diámetro
superior a 35 nm., capaces de unirse a la vez a más de un eritrocito, dando lugar a
agregados.
Por el contrario, los anticuerpos IgG, teniendo un diámetro menor que los ante-
riores, de unos 25nm., van a poder aglutinar solamente a los eritrocitos separados por
menos de una distancia de 25 nm., consiguiéndose por alguno de los medios anteriores.
– Agregación inespecífica:
Es aquella agregación que se realiza mediante agregados inespecíficos, siendo
otras sustancias químicas. Uno de estos fenómenos es la agregación en pilas de mo-
nedas, inducida por altas concentraciones de dextrano, fibrinógeno o globulina.
Otro tipo de agregación inespecífica es aquella que se produce en la sangre de
cordón contaminada por gelatina de Wharton.

6.3. Prueba de aglutinina (PAG).


A esta prueba se conoce familiarmente como prueba de Coombs, basada en el
principio que dice que los anticuerpos antiglobulina humana van a inducir la agluti-
nación de los hematíes recubiertos por globulinas.
Inmunohematología 93

Mediante otras técnicas, los antígenos y anticuerpos pueden pasar inadvertidos,


utilizándose en este caso la PAG, convirtiéndose en un valioso elemento.
La prueba de antiglobulina directa se emplea para detectar anticuerpos unidos a
los hematíes in vivo. (PAD) Si lo que se va a detectar son hematíes in vitro, la misma
técnica reciba el nombre de prueba antiglobulina indirecta (PAI).
– Sueros antiglobulina (SAG):
Los sueros antiglobulina están formados por distintos inmunógenos producidos a
partir de los diversos componentes del suero. Los SAG poliespecíficos van a contener
anticuerpos frente a inmunoglobulinas humanas (principalmente IgG) componentes
del complemento. De manera comercial, se va a disponer de SAG monoespecíficos
de anti-IgG, anti-IgM, y anti-IgA.
Algunas veces es necesario diluir o absorber los sueros antiglobulina humana,
para poder alcanzar de esta manera la especificidad y sensibilidad requeridas.
El proceso para producir reactivos poliespecíficos se realiza a partir de la mez-
cla de anti-IgG policlonal con anticuerpos monoclonales frente a componentes del
complemento.
– Eritrocitos recubiertos por globulinas:
Para poder confirmar las reacciones antiglobulina negativas verdaderas y a la
vez, estandarizar los sueros antiglobulina. Para ello, hay que emplear una adecuada
concentración de anticuerpo.
– Técnicas:
Si se quiere realizar la PAD, la muestra de sangre a recoger, debería contener
EDTA, con el fin de impedir que los hematíes se sensibilicen in vitro por la activación
del complemento. Se prepara una suspensión salina al 3-5% de los eritrocitos del
paciente.
Para realizar la PAI, los hematíes se van a incubar a 37º, con el suero o plasma
adecuado, durante un tiempo de 15-30 min.
Para ambos casos, se ha de lavar, al menos cuatro veces, los eritrocitos a estudiar,
para así eliminar en su totalidad las globulinas libres no fijadas. Si este paso de lavado
no se hiciera correctamente, el SAG se va a neutralizar al añadirlo a la prueba, lo que
va a originar una reacción falsamente negativa.
Todas y cada una de las pruebas negativas van a ser confirmadas mediante:
• Reacción positiva de células de control recubiertas por inmunoglobulina o
complemento.
• Lectura bajo el microscopio.
Tanto la velocidad de centrifugación como el tiempo de la misma van a ser es-
tandarizadas mediante controles positivos y negativos.
94 Inmunohematología

– PAG falsamente positivas:


Las reacciones falsamente positivas van a tener como causas más corrientes:
• Centrifugación excesiva.
• Presencia de anticuerpos no esperados en el SAG.
• Presencia de aglutinación antes de añadir el SAG a causa de potentes crioa-
glutininas, incubación prolongada con eritrocitos tratados enzimáticamente,
eritrocitos poliaglutinables, presencia de iones metálicos, o empleo de un
medio de con baja potencia iónica.
– PAG falsamente negativas:
Las reacciones falsamente negativas van a originarse normalmente por proce-
dimientos inadecuados o por defectos técnicos, lo que puede detectarse mediante
eritrocitos recubiertos, así como por medio de controles positivos y negativos.
Las causas más corrientes son:
• Cantidad insuficiente de suero para lograr la sensibilización.
• Elución de los anticuerpos, especialmente IgM, por temperatura elevada o por
lavado excesivo.
• Incubación o centrifugación insuficientes.
• No añadir SAG.
• Contaminación con proteínas séricas por suciedad del material de vidrio o de
los dedos.
• Lavado insuficiente.
– Sensibilidad de la PAG:
Un posible resultado negativo, aún siendo la PAG muy sensible, no está exenta
de que presente anticuerpos sobre los eritrocitos. Para poder detectar los anticuerpos
antiglobulina, se ha sobreestimado que serían necesarias unas 100-500 moléculas de
IgG unidas a hematíes, pudiendo dar una reacción negativa si esta cifra fuera menor.
Algunos sueros antiglobulina pueden ser incapaces de detectar algunos subtipos
de anticuerpos sobre los hematíes.
– Aplicaciones de la PAG:
La mayor parte de los anticuerpos denominados “calientes” se van a detectar
por medio de anti-IgG.
– Anticuerpos inducidos por medicamentos:
Va a ser a través de anti-IgG como se van a detectar la mayoría de los anticuerpos
inducidos por medicamentos.
– Enfermedad hemolítica del recién nacido:
Inmunohematología 95

Para poder detectar los anticuerpos IgG maternos que van a cruzar a través de la
placenta y se van a unir a los hematíes fetales, solamente va a ser necesario anti-IgG.
– Investigación de una reacción transfusional:
A la hora de detectar los anticuerpos localizados en el receptor unidos a los
eritrocitos donantes procedentes de una transfusión, se va a recomendar el SAG po-
liespecífico.
– Tipificación de los antígenos eritrocitarios:
Algunos antígenos van a necesitar para poder ser detectados, que previamente se
realice en ellos una incubación con antisueros específicos, efectuándose sobre ellos
una prueba antiglobulina.
– Prueba de compatibilidad:
Como norma general, se van a utilizar los sueros antiglobulina poliespecíficos. No
obstante, va a poder emplearse anti-IgG con el fin de detectar anticuerpos localizados
en el receptor, unidos a los hematíes del donante.

6.4. Prueba para los anticuerpos eritrocitarios.


– Consideraciones generales:
En un departamento tan específico como banco de sangre, va a ser totalmente
necesario la identificación adecuada de muestras de sangre, reactivos, y unidades
donantes. Está totalmente prohibido trabajar con muestras que no estén bien iden-
tificadas, que le falte la etiqueta o que ésta sea incorrecta. En dicha etiqueta, debe
aparecer claramente el nombre del usuario, su número de identificación, así como la
fecha cuando se recogió la muestra. Durante la realización de las distintas pruebas,
se debería de marcar de forma adecuada todos los tubos o recipientes que han sido
utilizados.
– Archivos:
Mediante el registro en un formulario del propio laboratorio o mediante un pro-
grama informático, la información referente al donante, así como su muestra, y los
resultados de los análisis se van a registrar.
Nunca se debe utilizar lápiz para rellenar datos a mano. Como datos importantes,
se deben rellenar la fecha y hora de la prueba. Cualquier persona que introduzca algún
tipo de cambio en los resultados, deberá poner sus iniciales.
Estos formularios se deben guardar un cierto tiempo, variando según los reque-
rimientos.
– Seguridad:
Se deben de tener en cuenta todas y cada una de las medidas de seguridad de un
laboratorio clínico, sobre todo, protocolos referentes a la protección de las puertas de
entrada.
96 Inmunohematología

No se permite pipetear con la boca componentes sanguíneos, para ello se utilizará


algún dispositivo mecánico.
La totalidad de los componentes sanguíneos son potencialmente contagiosos,
por lo que se refiere a hepatitis vírica, VIH y otros virus, debiéndose de manejar con
mucha precaución.
Para evitar posibles riesgos, todas las muestras de componentes sanguíneos
desechadas han de ser pasadas por el autoclave antes de ser eliminadas en un recipiente
a prueba de pinchazos para su incineración posterior.
– Consideraciones técnicas: Métodos.
El material que se va a utilizar para realizar las distintas pruebas sobre los antí-
genos eritrocitarios, van a poder realizarse mediante tubos de ensayo, portaobjetos,
tubos capilares o placas de plástico con pocillos, y demás instrumentos.
Los métodos con tubos de ensayo son los que se van a emplear con más asidui-
dad en los departamentos de banco de sangre; sin embargo, las placas de plástico con
pocillo o también llamadas placas de microtitulación, se usan cada día más, así como
las pruebas empleando portaobjetos se han quedado casi obsoletas.
– Incubación:
Gran cantidad de pruebas van a necesitar un periodo de incubación para permitir
la aparición de reacción antígeno-anticuerpo. Para realizar estas técnicas se van a
utilizar normalmente tres temperaturas diferentes: 4, 24, 37ºC. Los distintos tiempos
de incubación van a depender en relación al medio de refuerzo que se emplee en la
prueba, que generalmente van a ser unos 15-60 min.
– Medios de refuerzo:
• Medio rico en proteínas:
El medio más utilizado para potenciar la reactividad de los anticuerpos Rh es
la albúmina bovina.
• Otros medios de refuerzo:
Existen gran cantidad de métodos utilizados para reforzar la hemoaglutina-
ción. Algunos van a ser de baja potencia iónica, y otros van a contener además
polímeros de macromoléculas, siendo su eficacia muy diversa.
• Centrifugación:
La centrifugación va a ser necesaria en la mayoría de las técnicas a realizar con
vistas a reducir el tiempo de incubación y facilitar al mismo tiempo, la lectura
de resultados. Para no romper tubos durante la centrifugación, deberemos de
calibrarla en relación al número y contenido de muestras, poniendo atención a
la velocidad y tiempo de cada centrífuga, calibrándose previamente mediante
controles adecuados.
Inmunohematología 97

• Lectura de resultados:
Según la intensidad de la reacción, así será la aglutinación. La reacción va a
ser intensa si la hemólisis está presente. Previo a la realización de la lectura, se
deberá puncionar el tubo, con mucho cuidado, hasta eliminar completamente
el botón celular. Vamos a obtener una gran ayuda si podemos trabajar junto
a un espejo cóncavo, al proporcionarnos una buena iluminación a la hora de
realizar la lectura macroscópica. Deberemos colocar el tubo en cuestión a una
distancia de unos 6 cm. por encima de este espejo, que tendrá una altura de unos
7,5 cm. De esta manera podremos diferenciar de manera fácil los agregados de
las células libres; para ello se deberá mirar al espejo y no al tubo.
Posteriormente deberemos registrar cuál ha sido la intensidad de la reacción
mediante una puntuación:

H Hemólisis, presencia de hemoglobina libre (10)


4+ Un agregado sólido (10)
3+ Un agregado sólido y muchos agregados
pequeños (8)
2+ Pequeños agregados con un fondo
transparente (5)
1+ Pequeños agregados con unfondo turbio (3)
+- Pocos agregados pequeños, muchos hematíes
sin aglutina (2)
0 Ausencia de agregados (0)

Siempre que el procedimiento lo requiera, deberemos leer al microscopio y re-


gistrar todas los reacciones negativas. Esto lo realizaremos de la siguiente manera:

+- Presencia de agregados (1)


0 Ausencia de agregados (0)
Mf Presencia de una población
menos de agregados
(denominada también aglutinación
de campo mixto)
R Pilas de monedas, que desaparecen
después del lavado.

Dichas puntuaciones nos van a servir y resultar muy útiles cuando tengamos que
comparar las distintas potencias de dos antisueros.
– Detección de anticuerpos. Eritrocitos reactivos:
98 Inmunohematología

Estos eritrocitos reactivos van a obtenerse comercialmente, para utilizarlos como


detectores de anticuerpos en el suero del usuario. Para poder realizar dicha técnica
deberemos de poner en contacto dos o tres clases de eritrocitos del grupo 0, o bien,
de diferentes donantes. Los eritrocitos se van a seleccionar de tal manera que, una o
más de dicha clase, contenga los antígenos correspondientes a los anticuerpos corres-
pondientes.
Para obtener un mejor resultado en esta técnica, se deberán utilizar eritrocitos
homocigóticos para los antígenos seleccionados, lo que va a proporcionar un consi-
derable aumento en las probabilidades de detectar anticuerpos débiles.
– Procedimientos:
Hoy día existe una gran cantidad de procedimientos, distintos entre sí, pero que
tienen el mismo fin: La detección de anticuerpos tiene como objetivo la detección del
mayor número posible de anticuerpos significativos.
Todos los distintos procedimientos van a variar en relación a la temperatura de
incubación, tiempo, así como a los distintos medios de refuerzo empleados, aunque
hay una característica que la poseen todos los procedimientos existentes hasta el
momento: Ninguna de las técnicas existentes permite detectar la totalidad de los an-
ticuerpos eritrocitarios, y no se prevé que se desarrolle a corto plazo ninguna técnica
que lo pueda realizar.
Algunos laboratorios van a utilizar un medio salino así como una incubación a
temperatura ambiente durante unos 15 min., posteriormente se realizaría una centri-
fugación y lectura.
La mayor parte de los laboratorios van a omitir esta incubación a temperatura
ambiente, con la idea que los anticuerpos que van a reaccionar por debajo de 37ºC
no son considerados clínicamente significativos. En este caso, se incubarán los tubos
a 37ºC durante 30 min. En un medio potenciador, y posteriormente se procederá a
la centrifugación y a la lectura correspondiente. Seguidamente se procede al lavado
de los hematíes, cuatro veces, con solución salina, añadiéndose finalmente el suero
antiglobulina.

1. Con raras excepciones, la presencia de hemólisis nos va a indicar la presencia


a su vez de anticuerpos Lewis, Kidd, li, P, PP, o Vel.
2. Nos va a resultar útiles las pruebas enzimáticas para reforzar las reacciones de
los anticuerpos Rh, Kidd, li y Lewis.
3. El medio de albúmina nos va a resultar particularmente útil para detectar los
anticuerpos Rh.
4. Los anticuerpos de los sistemas Lewis y P van a poder reaccionar con todas y
cada una de las técnicas, así como en todas las condiciones.
5. Los anticuerpos IgM van a reaccionar normalmente en medio salino a tempe-
ratura ambiente o más baja, mientras que los anticuerpos IgG va a reaccionar
mejor a 37º en la prueba de antiglobulina.
Inmunohematología 99

Los resultados obtenidos en la prueba de detección de anticuerpos van a carac-


terizarse por:
– Prueba cruzada:
Con este término vamos a referirnos a unas pruebas de compatibilidad, consis-
tentes en una serie de investigaciones pretransfusionales realizadas para cerciorarse
y confirmar que se va a elegir una unidad de sangre idónea para transfundir y así, la
supervivencia de los hematíes va a ser aceptable una vez terminada la transfusión.
Este tipo de prueba va a estar formada por la comprobación de la unidad donan-
te, investigación del paciente en cuanto a la presencia de anticuerpos eritrocitarios
irregulares y de sus datos previos.
– Prueba cruzada mayor:
Para realizar esta técnica se debe comenzar con la obtención de una suspensión
de los eritrocitos donantes en solución salina. Normalmente, se van a lavar los eritro-
citos una sola vez, para así eliminar el anticoagulante o las proteínas plasmáticas que
pudieran interferir en la prueba.
El siguiente paso sería mezclar estos hematíes donantes con el suero del pacien-
te. El objeto de este paso es detectar los anticuerpos clínicamente significativos, y
para ello solo se va a efectuar la incubación a 37º C, con un medio de refuerzo, para
posteriormente realizar a prueba de antiglobulina.
Los estudios realizados acerca de la eficacia de la prueba cruzada han demos-
trado que en ésta se detectan el 96,11% de los anticuerpos corrientes. Por lo tanto,
solamente en raras ocasiones se descubrirá mediante el empleo de la prueba cruzada
un anticuerpo clínicamente significativo que halla pasado por alto en la detección de
anticuerpos.
– Prueba cruzada menor:
Esta prueba consiste en realizar una comprobación del plasma donante con los
hematíes del receptor. Esta prueba se halla obsoleta en la actualidad, debido a que
las unidades donantes se van a someter a detección de anticuerpos irregulares en el
laboratorio donde se recoge la sangre.
– Prueba cruzada abreviada (centrifugación inmediata):
Debido a que en la técnica de la prueba cruzada se van a detectar solamente
un pequeño número de anticuerpos irregulares que pueden pasar inadvertidos en la
detección de anticuerpos, en circunstancias normales es aceptable poner en práctica
una prueba cruzada de carácter abreviado.
Si un usuario no posee una historia de anticuerpos irregulares y la detección de
anticuerpos es negativa, podremos omitir la prueba cruzada, y tan sólo deberemos
realizar una técnica para detectar la incompatibilidad ABO, la cual consiste general-
mente en una prueba de centrifugación inmediata a temperatura ambiente.
100 Inmunohematología

En circunstancias clínicas corrientes, este procedimiento va a constituir una alter-


nativa a tener en cuenta en sustitución de la prueba cruzada completa. Sin embargo,
en algunos casos, al realizar la prueba de centrifugación, no se han podido detectar
incompatibilidades ABO.
Esta prueba abreviada no es aceptada por la totalidad de laboratorios.
Algunos prefieren seguir realizando la fase de antiglobulina de la prueba cruzada,
argumentando que el ahorro conseguido en tiempo, trabajo y dinero no compensa el
riesgo adicional de transfundir una unidad incompatible a un usuario.
– Prueba de compatibilidad de urgencias:
Se puede entregar la sangre antes de llevar a cabo las pruebas de compatibilidad
sólo en algunas situaciones de urgencia, entregando en el caso que se desconozca
el grupo ABO y Rh del usuario, un concentrado de hematíes grupo o negativo. Si
tuviéramos tiempo de realizar la tipificación ABO y Rh, se deberá entregar la sangre
tipoespecífica. De no haber realizado la prueba cruzada, deberemos escribirlo y dejar
constancia de ello en todas y cada una de las unidades que se utilicen.
– Pruebas de compatibilidad en las transfusiones masivas:
Una transfusión se considera como masiva cuando un individuo recibe una
cantidad de sangre igual o superior a su volemia. En estos casos, la prueba cruzada
incluirá solamente una prueba de centrifugación inmediata con el fin de detectar la
incompatibilidad ABO. En la mayor parte de los protocolos de transfusión masiva,
se ha vuelto al sistema de practicar la prueba cruzada habitual al día siguiente de la
urgencia.
– Protocolos de tipificación y detección:
El “programa de petición máxima de sangre en cirugía” conlleva un protocolo de
tipificación y detección, en vez de una prueba cruzada, en las intervenciones electivas
que normalmente no requieren transfusión.
Al usar este protocolo, se va a llevará cabo una tipificación y detección, con-
sistente en averiguar los grupos ABO y Rh del usuario, efectuando una detección
de anticuerpos. Si el resultado de dicha prueba es negativo, no se deberán realizar
más pruebas. En el caso de que el usuario requiera inesperadamente una transfusión,
elegiremos unidades ABO y Rh - compatibles y se efectuará una prueba cruzada por
centrifugación inmediata.
Si no observáramos hemólisis ni aglutinación, se entregaría la sangre al quirófano
y se completaría posteriormente la prueba cruzada. Si por el contrario se detectará
una incompatibilidad, avisaríamos al cirujano y detendríamos la transfusión.
Si la detección de anticuerpos fuera positiva, se debería de identificar el anticuerpo
y se guardarían dos unidades antigenonegativas para, llegado el momento, utilizarlas
durante la intervención.
Inmunohematología 101

Compatibilidad sanguínea.

6.5. Pruebas para los antígenos eritrocitarios.


A veces es necesario tipificar los eritrocitos para distintos antígenos de los grupos
sanguíneos. Tendríamos que determinar los grupos ABO y Rh del usuario para poder
elegir la sangre que se ha de transfundir.
Si un usuario posee un anticuerpo conocido, deberemos de comprobar que las
distintas unidades donantes no tengan el antígeno correspondiente.
– Consideraciones generales:
Según la técnica utilizada, realizaremos o no la tipificación ABO y Rh, segui-
damente se preparará una suspensión salina de eritrocitos al 2-5% para todos y cada
uno de los procedimientos.
– Reactivos:
Se emplearán reactivos autorizados u otros de calidad similar. Realizaremos
controles rutinarios positivos y negativos, así como autocontroles y controles de di-
lución en determinadas ocasiones. Los reactivos deberán guardarse según indiquen
las instrucciones correspondientes dadas por su fabricante, siguiendo con máxima
atención y cuidado el método recomendado por éste para realizar la prueba.
– Fuentes de reactivos:
Los donantes de sangre sensibilizados conforman la fuente más corriente de los
antisueros. De esta manera se va a recoger el plasma de individuos sensibilizados
debido a una transfusión o bien, por un embarazo, determinando la especificidad del
anticuerpo, y los demás anticuerpos no buscados se absorben del suero.
El siguiente paso sería comprobar el antisuero con respecto a su especificidad;
los antisueros para los antígenos eritrocitarios más corrientes pueden adquirirse de
forma comercial.
102 Inmunohematología

– Anticuerpos monoclonales:
Este tipo de anticuerpos van a ser sintetizados por hibridomas linfocitarios. Estos
hibridomas se producen por la fusión entre células productoras del anticuerpo y células
del mieloma, a través de la adición de polietilenglicol.
Los anticuerpos monoclonales se van a diferenciar con el resto en algunos as-
pectos, como:
• La tecnología actual del marcado, mediante isótopos radioactivos, enzimas...,
se puede mejorar considerablemente con el uso de anticuerpos puros, reduciendo así
el transfondo.
• Se han utilizado anticuerpos monoclonales en forma sólida, como ocurre en
las columnas, para purificar antígenos.
• Se han producido anticuerpos contra antígenos tumorales específicos, em-
pleándose para pruebas diagnósticas in vitro.
• Se pueden elaborar anticuerpos contra antígenos intactos de la membrana.
• Se puede disponer de un anticuerpo estándar, o de referencia, para cada
especificidad.
– Lecitinas:
Las lecitinas son proteínas de los receptores específicos procedentes de animales
invertebrados, plantas, y vertebrados inferiores, como huevos de peces. Tan sólo alguna
de todas las lecitinas descritas van a ser útiles en el banco de sangre.

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104 Inmunohematología

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