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La narrativa de posguerra

La Guerra Civil provoca una fisura muy profunda con la tradición anterior: quedan rotas o
abandonadas las tendencias renovadoras y experimentales impulsadas por Unamuno o Valle-
Inclán; ni siquiera las propuestas novecentistas tienen continuadores. En cambio, se aprecia
cierta relación entre la novela de posguerra y el Realismo del siglo XIX. Es esta una tendencia
que ya se había manifestado en los años inmediatos de preguerra en autores como Ramón J.
Sender, pero cuyos frutos habían sido silenciados por la represión cultural que supuso la
censura. Podemos dividir la literatura de este periodo en cada una de las décadas que lo
integran:
 Años cuarenta: La novela existencialista
Durante la inmediata posguerra, la novela se centra en el realismo y en el costumbrismo.
Surge una corriente que acentúa los aspectos más sórdidos de la realidad: el tremendismo
(dentro de una estética realista, se acentúa la ambientación sórdida, la violencia y los
aspectos más negativos de la realidad para contar historias truculentas y desagradables).
Todavía está muy presente el horror de la guerra y las consecuencias del conflicto. Los
vencidos viven con miedo a las represalias. La única ideología permitida es la del bando
vencedor. Así, los escritores que se quedan en España no pueden publicar libremente, ya
que serán muy controlados por la censura, tanto la proveniente del Gobierno como de la
iglesia.
Podemos decir que, en líneas generales, estamos ante un periodo de empobrecimiento
cultural. La mayoría de los grandes escritores que publicaban antes de la guerra o han
muerto, o se han visto obligados a marchar al exilio. En muchas ocasiones, la literatura se
convertirá en un mero medio de evasión de la realidad que en líneas generales será una
manera de divertirse y de olvidar los horrores de la guerra. También encontramos una
literatura de exaltación patriótica y de apoyo al nuevo régimen. Poco a poco irán
surgiendo algunas voces disidentes, que dejan entrever su descontento ante la situación
política y social del país, muchas veces a través de ideas existencialistas.

 Años cincuenta: el realismo social


En los años cincuenta, la literatura comienza a ser cauce expresivo de ciertas protestas e
inquietudes sociales, aún débiles y acalladas por la censura. A medida que avanza la
década, se va dejando sentir una ligera relajación en cuanto a la censura y la represión
sufrida por la población. Los escritores aprovechan para empezar a escribir una literatura
más comprometida, que ha recibido el calificativo de literatura social. Opinan que la
literatura puede ser un medio para intentar cambiar la realidad social del país, una manera de
luchar contra las injusticias a través de la palabra. Su objetivo es ofrecer el testimonio de la
realidad española desde una conciencia ética y cívica. Se empieza a rechazar la
literatura de evasión para pasar a escribir obras que reflejen la sociedad del momento, con
su falta de libertad, su desigualdad, la injusticia y la miseria, generalmente bajo una estética
realista.
Dentro de la novela social, podemos distinguir dos corrientes diferenciadas:
- El objetivismo. Toma como referencia el nouveau roman francés, del que aprende
técnicas como el objetivismo descriptivo, la recreación en el entorno, la simultaneidad.
Desaparece la figura del narrador o su papel se reduce al máximo. Condensación
en el tiempo y en el espacio. Protagonistas individuales que representan problemas
de una clase social. Gran predominio del diálogo, que se adapta a la forma de
expresarse de cada uno de los personajes. Las historias siguen un orden narrativo
lineal, sin dar saltos en el tiempo. A veces la trama la conforman multitud de pequeñas
historias entrelazadas.

Karmengo Andre Maria,


Virgen del Carmen, 17 - 01400 - Laudio / Llodio (Araba-Álava)
Telefonoa: 94 672 05 05 - Faxa: 94 672 10 57
http://www.laudioalde.eus - rruiz@laudioalde.eus
- El realismo crítico. Pese a tener muchos rasgos en común con el objetivismo, la
condensación espacio-temporal, el orden lineal, o incluso la desaparición del narrador,
se diferencia de este en que en estas novelas hay una intención de crítica social
mucho más directa y explícita. Los temas de las novelas son variados, pero siempre
tienen como fondo la sociedad española de la época. Dentro de esta temática
encontramos novelas sobre el mundo rural u obrero, sobre los barrios marginales de la
periferia, acerca de la frivolidad de la burguesía o incluso libros de viajes.

Los temas recurrentes son el desaliento, la insatisfacción, la soledad en medio de la


sociedad, y el recuerdo de la guerra y sus consecuencias. Los novelistas indagan tanto en la
España urbana como en la rural. Los principales campos temáticos de los narradores del
medio siglo son: la vida del campo, la ciudad, el mundo de trabajo y las relaciones
laborales, la vida de la burguesía. Los protagonistas son seres solitarios que viven aislados
dentro de sus barrios o grupos. Es una soledad que nace de la desconexión entre ricos y
pobres, campo y ciudad, pueblo y Estado. La razón última de esa soledad está en la división
de los españoles, recrudecida por la guerra. El estilo se caracteriza por la deliberada pobreza
léxica y por una tendencia a recoger los aspectos más superficiales de los registros
lingüísticos populares o coloquiales. No obstante, no es un estilo descuidado, pues en
bastantes obras se muestra un notable interés por lo formal. Estos autores aportaron
novedades, pero el contenido es prioritario frente a la experimentación técnica.
En la literatura española de esta época debemos destacar la literatura del exilio. Se trata
de una literatura caracterizada por una temática de evocación de la España perdida, la
nostalgia de la patria, el doloroso recuerdo de la Guerra Civil, la angustia del destierro, la
soledad…

 La literatura entre 1960 y 1975


Con el comienzo de la década de los sesenta se va a producir un acercamiento de los
escritores españoles a las corrientes literarias que se habían venido desarrollando en Europa
y América desde principios de siglo. De este modo, asistiremos a un ligero desgaste de la
literatura social, en beneficio de nuevas formas de expresión y de nuevas técnicas literarias
que afectarán tanto a los temas como a las formas. Básicamente, le renovación de la
creación novelística se fundamenta en estos factores:
- Los lectores, que asisten a un nuevo panorama socio-económico, se sienten cansados
de la novela social, centrada en los aspectos críticos y desinteresada en la forma.
- El desengaño de la función social de la novela conduce a una revalorización de los
aspectos formales y a la recuperación de la imaginación y del subjetivismo, lo que
favorece los elementos líricos.
- La irrupción de la novela hispanoamericana y el reconocimiento de la obra de los
autores exiliados contribuyeron al florecimiento de esta nueva etapa.

En la novela aparecerá una preocupación por la renovación de las técnicas narrativas, a


partir de pautas marcadas por los grandes novelistas extranjeros, como Kafka, James Joyce
o Faulkner, y por los narradores del boom de la novela hispanoamericana, sobre todo
Vargas Llosa, García Márquez y Julio Cortázar.
Esta renovación afectará a aspectos como el narrador – muy a menudo convertido en un
mero observador-, los personajes, el argumento o la cronología de los acontecimientos
narrativos pero también al lenguaje, al uso de los signos de puntuación o la tipografía
empleada.

Karmengo Andre Maria,


Virgen del Carmen, 17 - 01400 - Laudio / Llodio (Araba-Álava)
Telefonoa: 94 672 05 05 - Faxa: 94 672 10 57
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