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1.1.

Fuentes Formales

Las fuentes formales son los procedimientos mediante los cuales se llegó a la creación de

la norma jurídica, se trata de los documentos, textos y libros en los que está recogida

formalmente la ley, o algunos de sus segmentos, ya sea que se encuentren vigentes o que

hayan sido derogadas a favor de otras nuevas.

En ello se incluye también el proceso mismo de su elaboración y promulgación. Puede

tratarse de la costumbre, de la doctrina, de los tratados internacionales, etc. Por ejemplo,

la legislación llevada a cabo en el parlamento de un país, acorde al reglamento mismo que

explicita sus funciones y sus capacidades. (ConceptoDe, s.f.)

1.1.1. La Constitución

Es un texto codificado de carácter jurídico-político, surgido de un poder

constituyente, que tiene el propósito de constituir la separación de poderes, definiendo

y creando los poderes constituidos (legislativo, ejecutivo y judicial), que antes de la

constitución estaban unidos o entremezclados, define sus respectivos controles y

equilibrios además es la ley fundamental de un Estado, con rango superior al resto de

las normas jurídicas, fundamentando (según el normativismo) todo el ordenamiento

jurídico, incluye el régimen de los derechos y libertades de los ciudadanos, también

delimitando los poderes e instituciones de la organización política. (Quesada, 2015)

1.1.2. La Legislación

Se refiere al conjunto de todas aquellas normas de aplicación general dictadas por los

órganos del Poder Legislativo, así como aquellas dictadas por órganos del Poder

Ejecutivo en los casos que éste ejerce potestades legislativas.


Se define también como un cuerpo de leyes que regulan una determinada materia o al

conjunto de leyes de un país a través del cual se ordena la vida, es decir, lo que se

conoce como ordenamiento jurídico y que establece aquellas conductas

y acciones aceptables o rechazables de un individuo, institución, empresa, entre otras

en el país.

La legislación de un estado democrático, por ejemplo, está conformada por la

Constitución nacional que se establece como la norma madre y suprema y luego por

las leyes nombradas anteriormente y que son el producto del trabajo del poder

legislativo y aquellas manifestaciones reglamentarias potestad del Poder Ejecutivo,

como ser las reglamentaciones, decretos, tratados, convenciones, disposiciones,

contratos, etc.

Hay dos concepciones básicas acerca del origen de la legislación u ordenamiento

jurídico. Por un lado la corriente normativa señala que el ordenamiento está expresado

en un conjunto de normas que se entienden y se rigen con una serie de juicios de

valor, creencias y convicciones. Y por otro lado, la corriente institucional supone que

ese orden estará establecido por la sociedad, por aquellos mecanismos que aplican y

producen las normas y por todas aquellas instituciones y criterios de aplicación.

1.1.3. La ley

En los sistemas jurídicos continentales (civil law), es la fuente más importante. En los

países que integran el sistema anglosajón (common law), la fuente primordial es la

jurisprudencia. (Hilda, 2008)

Según (Santaella, 2005):

“El vocablo ley, puede entenderse en un sentido amplio, como toda norma

dictada por autoridad competente, no solo el Poder Legislativo. Así serían


leyes las Constituciones, las ordenanzas municipales, los decretos del Poder

Ejecutivo, los edictos policiales, entre otros.”

La ley tiene dos elementos:

 Material: Es la materia misma del acto, esto es la norma general,

abstracta y obligatoria que regula la conducta humana.

 Formal: Es la norma creada por el poder legislativa.

Características:

 Generalidad: La ley comprende a todos aquellos que se encuentran en las

condiciones previstas por ella, sin excepciones de ninguna clase.

 Obligatoriedad: Tiene carácter imperativo-atributivo, es decir, que por

una parte establece obligaciones o deberes jurídicos y por la otra otorga

derechos. Esto significa que siempre hay una voluntad que manda, que

somete, y otra que obedece. La ley impone sus mandatos, incluso en

contra de la voluntad de sus destinatarios. Su incumplimiento da lugar a

una sanción, a un castigo impuesto por ella misma.

 Permanencia: Se dictan con carácter indefinido, permanente, para un

número indeterminado de casos y de hechos, y sólo dejará de tener

vigencia mediante su abrogación, subrogación y derogación por leyes

posteriores.

 Abstracta e impersonal: Las leyes no se emiten para regular o resolver

casos individuales, ni para personas o grupos determinados, su

impersonalidad y abstracción las conducen a la generalidad.

 Se reputa conocida: Nadie puede invocar su desconocimiento o

ignorancia para dejar de cumplirla.


1.1.4. La Costumbre

Es una norma que no emana de la manifestación de voluntad de un órgano

determinado, esto es, nadie la dicta, sino que es el resultado de un simple

comportamiento uniforme y constante, practicado con la convicción que corresponde

a una obligación jurídica.

Su valor en nuestro ordenamiento depende de su conformidad o disconformidad con

la ley, del valor que ésta pueda atribuirle en determinados casos y de la materia en

que puede ser invocada. Por ejemplo, en materia comercial se admite que

determinados asuntos sean resueltos conforme a la costumbre.

Desde el punto de vista jurídico llamamos costumbre a la norma de conducta nacida

en la práctica social y considerada como obligatoria por la comunidad. Su núcleo

originario es un uso o práctica social, pero se diferencia de los usos sociales, en

general en que la comunidad lo estima obligatorio para todos de forma que su

violación acarrea una responsabilidad de tipo jurídico y no meramente una

reprobación social. La costumbre no es por tanto, la fuente de Derecho estable que se

desarrolla majestuosamente en una evolución lenta y casi imperceptible, según creía

la doctrina tradicional, sin que puedan ser también una fuente dinámica y que

representa una fácil adaptación a los cambios sociales que experimenta una

comunidad determinada. Por otro lado la costumbre se define como aquel uso

implantado en una colectividad y considerado por ésta como jurídicamente

obligatoria; es el derecho nacido consuetudinariamente. (Quijano, 2002)

1.1.5. Principios generales de derecho


Los principios generales del derecho son los enunciados normativos más generales

que a pesar de no haber sido integrados formalmente en los ordenamientos jurídicos

particulares, recogen de manera abstracta el contenido de un grupo de ellos. Son

conceptos o proposiciones de naturaleza axiológica o técnica que informan la

estructura, la forma de operación y el contenido mismo de las normas, grupos

normativos, conjuntos normativos y del propio derecho como totalidad.

Estos principios son utilizados por los jueces, los legisladores, los creadores de

doctrina y por los juristas en general, sea para integrar derechos legales o para

interpretar normas jurídicas cuya aplicación resulta dudosa. (Quisbert, 2009)

Los principios generales del derecho tienen tres funciones que tienen incidencia

importante en las normas del ordenamiento, estas son: la función creativa, la función

interpretativa, y la función integradora.

 La función creativa establece que antes de promulgar la norma jurídica, el

legislador debe conocer los principios para inspirarse en ellos y poder

positivizarlos.

 La función interpretativa implica que al interpretar las normas, el operador

debe inspirarse en los principios, para garantizar una cabal interpretación.

 La función integradora significa que quien va a colmar un vacío legal, debe

inspirarse en los principios para que el derecho se convierta en un sistema

hermético.

1.1.6. La Doctrina

Podría definirse la doctrina como un sistema de opiniones o postulados científicos,

frecuentemente con la pretensión de posesión de validez general. En el ámbito


jurídico, doctrina significa el conjunto de opiniones efectuadas en la interpretación de

normas por los conocedores del derecho y forma parte de las fuentes del derecho,

aunque en un lugar muy secundario. (Cuadrado, 2011)

Comprende las opiniones y teorías sustentadas por los autores exponiendo su criterio

acerca de una determinada materia. No tiene fuerza legal obligatoria y su

trascendencia dependerá del reconocimiento otorgado al autor o en la mayor o menor

fundamentación de las teorías que sustenta. Se recurre habitualmente a la doctrina de

los autores para la interpretación o aclaración de los preceptos legales a fin de lograr

su aplicación al caso concreto, pero como se dijo, no gozan de fuerza obligatoria.

Por otro lado se define la doctrina como los estudios de carácter científico que los

juristas realizan acerca del derecho, ya sea con el propósito puramente teórico de

sistematización de sus preceptos, ya con la finalidad de interpretar sus normas y

señalar las reglas de su aplicación. (Quesada, 2015)

Los conocedores y estudiosos del Derecho, reconocidos en ese ámbito por sus

publicaciones, se denominan doctrinarios, y el conjunto de sus opiniones constituyen

la doctrina. Si bien no puede usarse exclusivamente para sustentar la defensa de un

abogado, ni menos aún la sentencia de un Juez, es usual que se la utilice para apoyar

el sustento de la interpretación de la ley aplicada en el caso. En México es

considerada una fuente delegada.

1.1.7. La Jurisprudencia

Es el conjunto de pronunciamientos dictados por aquellos que tienen la facultad de

interpretar las normas jurídicas y su aplicación y adaptación al caso concreto. En la

práctica, se compone de los fallos o sentencias emanados de los tribunales, sean


ordinarios o administrativos, que contienen las reglas conforme a las cuales se ha

realizado la adaptación del derecho escrito a las circunstancias de la realidad.

Constituyen fuentes en cuanto aclaran la forma como puede o debe entenderse una

norma jurídica, pero no es vinculante, en el sentido que la interpretación sostenida en

un caso puede variar en otro.

En el Derecho Romano, la jurisprudencia era definida, tal como expresa el Digesto

siguiendo las palabras de Ulpiano, como “el conocimiento de las cosas divinas y

humanas. Ciencia de lo justo y de lo injusto”, aludiendo más que a las decisiones de

los jueces, a la ciencia del derecho. Así aparece el jurista como la persona autorizada

para decidir sobre lo justo y lo justo, basado en su conocimiento, siguiendo la postura

de los filósofos griegos que sostenían que las decisiones debían ser tomadas por los

sabios, únicos capaces de llegar a la verdad. (Soriano, 1999)

Actualmente, la jurisprudencia es el conjunto de sentencias concordantes, dictadas por

los jueces en casos similares. Cuando un juez decide una cuestión sobre un tema

determinado, sienta un precedente, que podrá ser alegado por quien reclama un

derecho semejante, y el Juez, el mismo u otro, en su nueva sentencia, puede utilizarla.

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