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TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA

SALACIVIL

Auto Supremo: 388/2016

Sucre: 19 de abril 2016

Expediente: CB-139-14-S

Partes: Luzgarda Eulalia Delgado Ramos. c/ José Luis Román Ganggini.

Proceso: Ruptura unilateral, división y partición de bienes y declaratoria de

unión libre o de hecho.

Distrito: Cochabamba.

VISTOS: El recurso de casación en la forma y en el fondo de fs. 824 a 826 vta., interpuesto por José
Luis Román Ganggini contra el Auto de Vista Nº 24/2014 de fecha 10 de octubre de 2014, cursante
de fs. 819 a 821 vta., pronunciado por la Sala de Familia, Niñez y Adolescencia del Tribunal
Departamental de Justicia de Cochabamba, en el proceso ordinario de Ruptura unilateral, división
y partición de bienes y declaratoria de unión libre o de hecho seguido por Luzgarda Eulalia
Delgado Ramos contra José Luis Román Ganggini, la respuesta al recurso de fs. 839 a 844, la
concesión de fs. 845; el Auto Supremo Nº 98/2015 de 11 de febrero de fs. 852 a 854 vta., la
Sentencia Constitucional Plurinacional 1081/2015-S2 de 27 de octubre; los antecedentes del
proceso, y;

I. ANTECEDENTES DEL PROCESO:

I.1. El Juez Segundo de Partido de Familia de la ciudad de Cochabamba, dictó la Sentencia Nº


289/2012 de 06 de diciembre de 2012, cursante de fs. 655 a 661 vta., declarando Improbada la
demanda de reconocimiento de Unión conyugal libre o de hecho y consiguiente ruptura unilateral
y división y partición de bienes de fojas 56 planteada por Luzgarda Eulalia Delgado Ramos, e
Improbadas las excepciones perentorias opuestas a la demanda. Asimismo, como lo principal
arrastra lo accesorio se dejan sin efecto todas las medidas provisionales adoptadas en el presente
proceso. Con costas a la actora.

I.2. Resolución de primera instancia que es apelada por la parte demandante Luzgarda Eulalia
Delgado Ramos, mediante escrito de fs. 669 a 674 y vta., que mereció el Auto de Vista Nº 24/2014
de 10 de octubre de 2014, cursante de fs. 819 a 821 vta., que en lo relevante fundamenta que por
Sentencia de fecha 05 de marzo de 2007se declaró separados legalmente a Emperatriz Eva Chávez
Wu y José Luís Román Ganggini, y por sentencia consentida de fecha 07 de abril de 2008 se
declaró disuelto el vínculo matrimonial contraído por los nombrados esposos, y por sentencia de
fecha 01 de septiembre de 2008 se canceló la respectiva partida matrimonial; que el certificado de
nacimiento de fs. 1 acredita el nacimiento de la menor que responde al nombre de Jannely Leonor
Román Delgado en la ciudad de Santa Cruz en fecha 5 de octubre de 2007 teniendo como a sus
progenitores a José Luís Román Ganggini y Luzgarda Eulalia Delgado Ramos; que las literales de fs.
24 a 33 por el que el demandado adquiere las casetas Nº 292 y 314 en la que se consigna a
Luzgarda Eulalia Delgado Ramos como co-deudora; que las literales de fs. 39 a 42 acreditan que la
demandante suscribió con el Fondo de la Comunidad una Línea de Crédito Rotativa Nº 1223/2009
en la que se hace constar la intervención del demandado en su condición de cónyuge y codeudor;
que los testigos de cargo manifiestan que a los contendientes los veían juntos en el ambiente
comercial de la ciudad de Cochabamba quienes eran conocidos y considerados como marido y
mujer además de realizar viajes entre Cochabamba y Santa Cruz por su actividad comercial a la
que se dedicaban radicando en ambas ciudades; que las literales de fs. 212 acredita el nacimiento
del menor Danilo Octavio Román Esquivel en la ciudad de Santa Cruz en fecha 13 de agosto de
2011 teniendo como a sus padres a José Luís Román Ganggini y Elsy Emilene Esquivel Vargas; que
si bien el demandado a momento de iniciar su relación libre o de hecho con la demandante, se
encontraba aún unido en matrimonio con Emperatriz Eva Chávez Wu, pero no es menos cierto que
él ya se encontraba separado legalmente de su esposa según sentencia de fecha 05 de marzo de
2007, y cuando aún se encontraba conviviendo juntos con la demandante, por sentencia de fecha
7 de abril de 2008 se declaró disuelto el vínculo matrimonial contraído entre la Sra. Emperatriz Eva
Chávez Wu y José Luís Román Ganggini, estableciéndose por consiguiente la libertad de estado del
demandado, extremos estos que no fueron debidamente valorados por el A quo en la Sentencia
apelada, habiendo por el contrario la actora con dicha prueba acreditado su pretensión,
cumpliendo con la carga de la prueba impuesta por el art. 1283 del Código Civil y 375 de su
procedimiento, por lo que al haber la A quo declarado improbada la demanda ha obrado
incorrectamente; en ese antecedente Revoca la Sentencia apelada y de contrario declara Probada
la demanda e Improbada las excepciones perentorias opuestas a la demanda; en consecuencia se
declara el reconocimiento de la unión libre o de hecho de los contendientes Luzgarda Eulalia
Delgado Ramos y José Luis Román Ganggini con los mismos efectos similares al matrimonio civil,
estableciéndose su vigencia desde el 05 de marzo de 2007 hasta el mes de octubre del año 2010.
Asimismo, se declara la ruptura unilateral de dicha unión concubinaria por decisión unilateral del
demandado, quien hizo abandono del hogar conyugal en el mes de octubre de 2010. Entre las
medidas complementarias se adopta las siguientes: a) Se fija asistencia familiar a favor de la niña
Jannely Leonor Román Delgado, en la suma provisional de Bs. 1.000.- mensual que debe pagar el
demandado, en forma oportuna a partir de su citación legal con la demanda, bajo apercibimiento
de ley; b) Respecto a los bienes muebles, inmuebles, activos, pasivos y otros que se hubieran
obtenido durante la vigencia de la unión libre o de hecho de los contendientes, se reserva su
averiguación y acreditación conforme a derecho para ejecución de sentencia. Sin costas por la
revocatoria.

I.3. Resolución de alzada que es recurrida de casación en la forma y en el fondo por la parte
demandada, que obtiene el presente análisis.

II. DEL CONTENIDO DEL RECURSO DE CASACIÓN, Y SU RESPUESTA:

II.1. De las presuntas infracciones que expone la parte recurrente, se extrae en calidad de resumen
lo siguiente:

1. Acusa la violación de los arts. 90 y 204 del Código de Procedimiento Civil, los arts. 5, 46, 158,
159 y 172 del Código de Familia, por ser normas procesales de orden público y de cumplimiento
obligatorio por los jueces inferiores.

2. Refiere que el recurrente no gozaba de libertad de estado dentro de las fechas y tiempos
indicados por la demandante, que recién en septiembre de 2008 se canceló su partida
matrimonial, reiterando que jamás tuvo una convivencia con estabilidad, singularidad y fidelidad
con la demandante, por ende no pudo existir unión libre o de hecho. En base a dicho argumento,
acusa la infracción de lo normado en el art. 46 del Código de Familia, art. 63.II de la Constitución
Política del Estado que establece las condiciones para el reconocimiento SIN IMPEDIMENTO
LEGAL, indicando que no concurre dicho presupuesto, toda vez que no contaba con libertad de
estado.

3. En base a lo normado en el art. 254 del Código de Procedimiento Civil acusa al Ad quem de
haber otorgado más de lo pedido, vulnerando lo establecido en el art. 236 del mismo cuerpo
normativo.

Por dichos motivos, solicita que se dé lugar a la nulidad del Auto de Vista, confirmando la
Sentencia dictada en obrados, declarando improbada la demanda de reconocimiento de Unión
Libre o de Hecho.

II.2. De la respuesta al recurso de casación:

Del contenido del memorial de contestación al recurso de casación, en lo pertinente y esencial se


resume lo siguiente:

Refiere que de la lectura atenta del memorial presentado por el adverso, se evidencia que el
demandado como de costumbre intenta dilatar el presente proceso a fin de conseguir su
cometido, que en este caso es seguir usufructuando sus bienes y por ende su persona continúe
pagando una deuda que no solo es suya, conforme documentales que cursan en obrados y a
mayor abundamiento acompaña, el Tribunal de segunda instancia con una correcta valoración de
la prueba aportada por esta parte, declara probada la demanda planteada por su persona, con una
adecuada interpretación y aplicación de las normas legales que rigen este ordenamiento jurídico y
sin recurrir en ningún error de hecho ni de derecho, en la apreciación y valoración de las pruebas
aportadas por esta parte que constituyen más del 80% de los actuados.

Agrega que el demandado José Luís Román Ganggini, se aprovechó de su buena fe, para quitarle
todos los bienes gananciales que adquirieron, haciéndole creer que era un hombre soltero,
actuando en todos sus actos de su vida civil en Bolivia como soltero, para posteriormente firmar
contratos como su cónyuge, presentando documentos como su cónyuge, realizando trámites en
migración como soltero, presentándose ante su familia y sus amistades como su cónyuge, y al
presente pretende quedarse con todo, incluso con su buena fe, con sus ganas de vivir, con su
esperanza por la vida.

Concluye que la prueba evidencia que nadie le obligó al demandado a firmar documentos de
préstamo de dinero en su condición de cónyuge, que nadie le obligó a realizar sus trámites como
soltero en Bolivia, todos estos actos que respaldan su demanda los realizó él mismo de manera
voluntaria, por tanto de manera voluntaria estos actos voluntarios constituyen los requisitos de un
hogar y una vida común, que al presente se pretende minimizar. Con referencia al segundo acápite
de dicho artículo se tiene que tomar en cuenta las circunstancias del presente proceso en razón a
que el demandado se aprovechó de su buena fe para obtener ventajas.

Por lo expuesto, rechaza el recurso planteado por el demandado.


III. DOCTRINA APLICABLE AL CASO:

III.1. En relación a la congruencia de las resoluciones:

La Sentencia Constitucional 0816/2010-R de 02 de agosto, citando a su vez a la SC 0670/2004-R de


04 de mayo, refirió que: “…el art. 236 del CPC, marca el ámbito de contenido de la resolución a
dictarse en apelación, pues estipula que la misma, deberá circunscribirse precisamente a los
puntos resueltos por el inferior y que además hubieren sido objeto de apelación y fundamentación,
de manera que el juez o tribunal ad quem, no puede omitir pronunciarse sobre los puntos apelados
como tampoco ir más allá de lo pedido, salvo en los casos en que los vicios de nulidad constituyan
lesiones a derechos y garantías constitucionales como cuando la nulidad este expresamente
prevista por ley…”.

De manera específica con relación a la congruencia de las resoluciones judiciales en segunda


instancia, la SCP Nº 0363/2012-R de 22 de junio señaló: “en ese sentido, el Tribunal Constitucional
anterior, en uniforme criterio, en la SC 0890/2010- R de 10 de agosto, estableció que: “En cuanto a
la pertinencia entre el recurso de apelación, resolución apelada y lo resuelto en el auto de vista, es
una condición esencial para asegurar a los justiciables que en la decisión de su recurso los
superiores en grado tienen delimitado su campo de acción para emitir su resolución, limites que se
expresan precisamente en la fundamentación de agravios prevista por el art. 227 del CPC, como
por el contenido de lo resuelto en la sentencia apelada, marco del cual el tribunal de alzada no
puede apartarse”.

La Jurisprudencia Constitucional ha desarrollado asimismo el principio de congruencia en la


Sentencia Constitucional Nº 0486/2010-R de 5 de julio, donde ha razonado que: "El principio de
congruencia, responde a la pretensión jurídica o la expresión de agravios formulada por las partes;
la falta de relación entre lo solicitado y lo resuelto, contradice el principio procesal de congruencia;
la Resolución de primera y/o segunda instancia, debe responder a la petición de las partes y de la
expresión de agravios, constituyendo la pretensión jurídica de primera y/o segunda instancia…".
Razonamiento que es reiterado por el actual Tribunal Constitucional Plurinacional, a través de las
Sentencias Constitucionales Plurinacionales Nº 0255/2014 y Nº 0704/2014.

En relación a la congruencia externa e interna el Auto Supremo Nº 651/2014 de 06 de noviembre


ha razonado: “…en relación a la congruencia de las resoluciones judiciales orienta su comprensión
desde dos acepciones; primero, relativo a la congruencia externa, la cual se debe entender como el
principio rector de toda determinación judicial, que exige la plena correspondencia o coincidencia
entre el planteamiento de las partes (demanda, respuesta e impugnación y resolución) y lo
resuelto por las autoridades judiciales, en definitiva, es una prohibición para el juzgador considerar
aspectos ajenos a la controversia, limitando su consideración a cuestionamientos únicamente
deducidos por las partes; y, segundo, la congruencia interna, referido a que, si la resolución es
comprendida como una unidad congruente, en ella se debe cuidar un hilo conductor que le dote de
orden y racionalidad, desde la parte considerativa de los hechos, la identificación de los agravios,
la valoración de los mismos, la interpretación de las normas y los efectos de la parte dispositiva; es
decir, se pretenden evitar que, en una misma resolución no existan consideraciones contradictorias
entre sí o con el punto de la misma decisión”.

III.2. Sobre la fundamentación y motivación de las resoluciones judiciales:


En la Sentencia Constitucional 0012/2006-R de 4 de enero, respecto a la motivación de las
resoluciones se ha razonado que: “La motivación de los fallos judiciales está vinculada al derecho
al debido proceso y a la tutela jurisdiccional eficaz, (…), y se manifiesta como el derecho que tienen
las partes de conocer las razones en que se funda la decisión del órgano jurisdiccional, de tal
manera que sea posible a través de su análisis, constatar si la misma está fundada en derecho o
por el contrario es fruto de una decisión arbitraria…”.

De igual manera la SC 2023/2010-R de 9 de noviembre estableció que: “…la motivación no


implicará la exposición ampulosa de consideraciones y citas legales, sino que exige una estructura
de forma y de fondo, pudiendo ser concisa, pero clara y satisfacer todos los puntos demandados,
debiéndose expresar las convicciones determinativas que justifiquen razonablemente su decisión
en cuyo caso las normas del debido proceso se tendrán por fielmente cumplidas; al contrario,
cuando la resolución aun siendo extensa no traduce las razones o motivos por los cuales se toma
una decisión, dichas normas se tendrán por vulneradas…”, criterio reiterada por la SC 1054/2011-R
de 1 de julio”.

Por otra parte, en la Sentencia Constitucional Plurinacional Nº 0903/2012 de 22 de agosto, se ha


señalado que: “…la fundamentación y motivación de una resolución que resuelva cualquier
conflicto jurídico, no necesariamente implica que la exposición deba ser exagerada y abundante de
consideraciones, citas legales y argumentos reiterativos, al contrario una debida motivación
conlleva que la resolución sea concisa, clara e integre en todos los puntos demandados, donde la
autoridad jurisdiccional o en su caso administrativa, exponga de forma clara las razones
determinativas que justifican su decisión, exponiendo los hechos, realizando la fundamentación
legal y citando las normas que sustentan la parte dispositiva de la resolución; en suma se exige que
exista plena coherencia y concordancia entre la parte motivada y la parte dispositiva de un fallo”.

En la Sentencia Constitucional Plurinacional 0075/2016-S3 de 8 de enero sobre la fundamentación


y motivación de una resolución se ha concretado: “…es una obligación para la autoridad judicial
y/o administrativa, a tiempo de resolver todos los asuntos sometidos a su conocimiento, exponer
las razones suficientes de la decisión adoptada acorde a los antecedentes del caso, en relación a
las pretensiones expuestas por el ajusticiado o administrado; pues, omite la explicación de las
razones por las cuales se arribó a una determinada resolución, importa suprimir una parte
estructural de la misma”.

III.3. En relación a la disolución del matrimonio y sus efectos:

En el Auto Supremo Nº 265/2013 de 23 de mayo, se razonó lo siguiente: “…el art. 129 del Código
de Familia sobre la causa de disolución del matrimonio, ésta se disuelve por Sentencia ejecutoriada
de divorcio, que es concordante con lo establecido en el art. 141 del mismo cuerpo normativo, que
señala: “(DISOLUCION DEL MATRIMONIO) La Sentencia de divorcio disuelve el matrimonio desde el
día en que pasa en autoridad de cosa juzgada”, por lo que la disolución del vínculo matrimonial
ocurre cuando la Sentencia adquiere la calidad de cosa juzgada, siendo los actos posteriores en
ejecución de Sentencia como la cancelación de la partida matrimonial a efectos de registro. Bajo
éste análisis, el art. 515 del Código de Procedimiento Civil señala que “Las Sentencias recibirán
autoridad de cosa juzgada: 1) Cuando la ley no reconociere en el pleito otra instancia ni recurso…”.
Quedando determinada que la autoridad de cosa juzgada le es a la Sentencia, cuando
procesalmente no proceden contra ella otros medios impugnatorios que permitan modificarla, y es
desde ese momento que adquiere su autoridad y eficacia”. Resolución que es clara al señalar que
la disolución del vínculo matrimonial se da desde que la Sentencia adquiere calidad de cosa
juzgada.

III.4. Sobre la separación de los esposos y sus efectos:

De manera preliminar corresponde referir que el autor Félix C. Paz Espinoza en su Libro “Derecho
de Familia y sus Instituciones”, segunda edición, Edit. Gráfica “Gonzáles”, La Paz-Bolivia, 2002, pág.
280 a 281, al realizar el estudio sobre la separación de cuerpos, menciona las clases y diferencias
entre las separaciones, las que según su naturaleza jurídica tienen connotaciones y efectos
diferentes, diferenciándolas en: “4.1. La separación personal y provisional de los cónyuges. Es
aquella que se produce como consecuencia del inicio de la acción del divorcio vincular, es
determinada como una medida provisional inmediata por la autoridad judicial que conoce el caso,
otorgando las garantías y seguridades necesarias a los esposos. Esta separación tiene vigencia
únicamente mientras dura la tramitación del proceso y termina si se produce el divorcio…Esta
especie jurídica tiene la particularidad de producir dos efectos: 1. Respecto de la esposa, servirá
para determinar la paternidad de los hijos que pudiese concebir posteriormente, pues, estando
separados los cónyuges, se presume que ya no pueden tener acceso carnal. 2. A partir de la fecha
que se determina la separación conyugal, los bienes que cada uno pudiera adquirir posteriormente
no formarán parte de la comunidad de gananciales, porque se reputarán bienes propios con
beneficio y disposición exclusiva. 4.2. La separación de hecho, libre, voluntaria y consentida. Es
aquella por la que los esposos optan por separarse con consentimiento mutuo o por decisión
unilateral de uno de ellos, hecho que más tarde es admitido por el otro, sin que reclame la
restitución del hogar por más de dos años continuos e ininterrumpidos, sin posibilidades de
reconciliación; separación consentida que luego puede ser fundada para la acción del divorcio
basado en la causal prevista en el art. 131 del Código de Familia. 4.3. La separación judicial de los
esposos. Se refiere al instituto jurídico que es materia de estudio, la que se diferencia de las demás
porque la separación es producto de una decisión judicial emitida dentro de un proceso especial
denominado de “separación judicial de los esposos”; en este caso, el proceso se funda en una
acción invocada en una o más causales específicas señaladas en el artículo 152 del Código de
Familia, y merecer una sentencia que alcance ejecutoría”.

Ahora bien, sobre el tema en cuestión, el art. 151 del Código de Familia establece que: “ La acción
de los esposos puede limitarse a la simple separación”. Por su parte el art. 155 (Efectos de la
separación) del mismo compilado familiar dispone: “La separación hace cesar la vida común y
disuelve la comunidad de gananciales dejando subsistente el vínculo matrimonial”.

Carlos Morales Guillen en su obra “Código de Familia, Concordado y Anotado”, al realizar el


comentario del art. 155 del Código de Familia, señala: “La sentencia hace cesar la vida en común,
desde que fue dispuesta la separación personal (art. 388). Así, resultaría carácter retroactivo para
la sentencia de separación. En el divorcio ese efecto se produce desde que la sentencia pasa en
autoridad de cosa juzgada, pero el art. 141 (ruptura del vínculo), esta excluido de las normas
relativas al divorcio aplicables a la separación (art. 154). Tiene importancia establecer la situación,
para los fines de las relaciones patrimoniales de la sociedad conyugal con terceros. Y como el art.
142 es aplicable a la separación, respecto de la disolución de la sociedad conyugal (separación de
bienes con su secuela de libre administración y disposición de los gananciales que corresponden a
cada cónyuge), es indudable que en los dos aspectos que menciona el art., la separación tiene
efectos retroactivos al momento en que ésta fue decretada aun provisionalmente por el juez (art.
388). Para ser oponible la sentencia a terceros, debe ser registrada conforme disponen los arts.
1531 del c.c. y 398 del Código…

El vínculo matrimonial subsiste. Esto es, el matrimonio mantiene todos sus efectos, excepto la vida
en común que desaparece, porque disuelto el hogar no hay deber de cohabitación, y la comunidad
de gananciales se liquida con los efectos señalados en el art. 126”.

Gonzalo Castellanos Trigo en su Libro “Derecho de Familia”, Edit. Gaviota del Sur S.R.L., Sucre-
Bolivia, 2011, Pag. 177, refiere que: “En algunos casos y por motivos especiales los cónyuges no
desean o no pueden divorciarse; sin embargo, no quieren seguir haciendo vida en común porque se
ha convertido la convivencia en intolerable, pueden directamente optar por la separación de
cuerpos; es decir, los cónyuges sin divorciarse simplemente pueden separarse de cuerpos y seguir
casados jurídicamente”.

El autor Félix C. Paz Espinoza en su Libro “Derechos de las Familias, Violencia Familiar, Teoría,
Historia y Doctrina”, Edit. “El Original - San José”, La Paz- Bolivia, 2015, pag. 369 a 371, sobre los
efectos que produce la separación señala: “…La Sentencia ejecutoriada que declara la separación
judicial de los cónyuges, produce efectos diferentes a los del divorcio vincular, aunque guardan
cierta similitud en algunos aspectos relativos a los de orden personal, familiar y patrimonial…
Efectos personales de los esposos: a) La acción de la separación de los esposos debilita
incuestionablemente los lazos del matrimonio, pero no logra disolverlos, el vínculo jurídico queda
subsistente, razón por la que los cónyuges se encuentran impedidos de contraer nuevo matrimonio
a riesgo de cometer el delito de bigamia o incurrir en adulterio; de la misma forma, se hallan
limitados para constituir una relación de hecho, porque ambos no cuentan con libertad de estado.
b) La separación judicial produce la cesación de la vida en común de los esposos…”. En relación a
los efectos patrimoniales señala: “Con la separación judicial, cesa la sociedad económica conyugal,
es decir, la comunidad de gananciales…”.

Por otra parte, a manera de ilustración en relación al proceso de “Separación convencional y


divorcio ulterior” que hubo sido sustanciado en la República del Perú por el ahora recurrente, el
autor peruano Alex F. Plácido V., en su Libro “Manual de Derecho de Familia”, Edit. Gaceta
Jurídica, segunda edición, Lima- Perú, octubre de 2002, págs. 185 al 212, en su Capítulo IV (El
Régimen de Decaimiento y Disolución del Matrimonio), al referirse a la separación personal y el
divorcio vincular, imprime: “La separación personal, que no disuelve el vínculo matrimonial, y el
divorcio vincular constituyen situaciones que la ley prevé, frente al conflicto matrimonial. La
separación personal se limita a autorizar a los cónyuges a vivir separados sin que ninguno de ellos
readquiera la aptitud nupcial, en tanto que tras el divorcio vincular los cónyuges pueden volver a
contraer nuevo matrimonio”; el mismo autor al referirse a los sistemas de separación personal y
divorcio vincular, y al sistema adoptado por el derecho peruano concreta: “Nuestro Código Civil de
1984 -puesto de manifiesto más aún, con la reforma introducida por la Ley 27495- sigue un
sistema mixto y complejo, en que caben diversas vías para obtener la separación personal y el
divorcio vincular. Así: a) admite el mutuo consentimiento (separación convencional) únicamente
para invocar la separación de cuerpos, la que puede convertirse después en divorcio vincular…d)
permite el divorcio ulterior cuando se declara la separación de cuerpos por cualquier causa…”;
asimismo al referirse a la separación convencional y el divorcio ulterior señala: “Los actuales
sistemas legislativos admiten el mutuo consentimiento, tanto en la separación personal o de
cuerpos como en el divorcio vincular…La conversión de la separación personal aprobada por el juez
en divorcio, es decir el divorcio ulterior, puede ser solicitada por cualquiera de los cónyuges luego
de transcurridos seis meses desde la notificación de la sentencia de separación…El Juez expedirá
sentencia, luego de tres días de notificada la otra parte sobre el pedido formulado…y declarará
disuelto el vínculo matrimonial si comprueba los presupuestos para su procedencia: la legitimidad
para obrar del solicitante y el transcurso del plazo legal mínimo legal de seis meses. Procede la
consulta de la sentencia que declara el divorcio ulterior, si ésta no es apelada…”. De igual manera,
sobre los efectos de la separación personal respecto a los cónyuges refiere que: “…la separación
de cuerpos determina la suspensión de los deberes de cohabitación y de débito conyugal: origina el
fenecimiento y la liquidación de la sociedad de gananciales y la entrada en vigencia ipso jure del
régimen de separación de patrimonios…”; en tanto que en relación a los efectos del divorcio
vincular tratándose de los cónyuges concreta entre los varios efectos que: “…el divorcio determina
la disolución del vínculo matrimonial…”. De donde se infiere que los efectos de la separación así
como del divorcio, en la legislación peruano son similares a la nuestra, es decir, que la resolución
de simple separación declarada (separación judicial de los esposos) determina la separación de
cuerpos y la terminación de la comunidad de gananciales, en tanto, que la resolución de divorcio
ejecutoriado determina la disolución del vínculo jurídico conyugal.

III.5. En relación a la unión conyugal libre o de hecho:

La Constitución Política del Estado, promulgada el 7 de febrero de 2009 en su art. 63-II prescribe:
“Las uniones libres o de hecho que reúnan condiciones de estabilidad y singularidad y sean
mantenidas entre una mujer y un hombre sin impedimento legal, producirán los mismos efectos
que el matrimonio civil, tanto en las relaciones personales y patrimoniales de los convivientes
como en lo que respecta a las hijas e hijos adoptados o nacidos de aquellas”.

Nuestra economía jurídica y la normativa preceptuada por el art. 158 del Código de Familia
dispone: “Se entiende haber unión conyugal libre o de hecho cuando el varón y la mujer,
voluntariamente, constituyen hogar y hacen vida común en forma estable y singular, con la
concurrencia de los requisitos establecidos por los artículos 44 y 46 al 50. Se apreciarán las
circunstancias teniendo en consideración las particularidades de cada caso”. Asimismo el art. 159
del mismo compilado familiar regula que: “Las uniones conyugales libres o de hecho que sean
estables y singulares producen efectos similares al matrimonio, tanto en las relaciones personales
como patrimoniales de los convivientes. Pueden aplicarse a dichas uniones las normas que regulan
los efectos del matrimonio, en la medida compatible con su naturaleza, sin perjuicio de las reglas
particulares que se dan a continuación”.

Por su parte, sobre la constitución de la comunidad de gananciales, el art. 101 del Código de
Familia, aplicable al presente caso de autos por disposición del art. 159 del Código de Familia,
establece que: “El matrimonio constituye entre los cónyuges, desde el momento de su celebración,
una comunidad de gananciales que hace partibles por igual, a tiempo de disolverse, las ganancias
o beneficios obtenidos durante su vigencia, salvo separación judicial de bienes en los casos
expresamente permitidos.
La comunidad se constituye aunque uno de los cónyuges tenga más bienes que el otro o sólo tenga
bienes uno de ellos y el otro no”.

De igual manera el art. 167 del mismo compilado familiar dispone: “La unión conyugal libre
termina por la muerte o por voluntad de uno de los convivientes, salvo en este último caso la
responsabilidad que pudiera sobrevenirle”.

III.6. Sobre la Ruptura Unilateral y las Uniones irregulares:

EL art. 169 del Código de Familia preceptúa que: “En caso de ruptura unilateral, el otro conviviente
puede pedir inmediatamente la división de los bienes comunes y la entrega de la parte que le
corresponde, y si no hay infidelidad u otra culpa grave de su parte, puede obtener, careciendo de
medios suficientes para subsistir, se le fije una pensión de asistencia para sí y en todo caso para los
hijos que queden bajo su guarda…”

De otro lado, el art. 172 del mismo compilado familiar dispone que: “No producen los efectos
anteriormente reconocidos, las uniones inestables y plurales, así como las que no reúnen los
requisitos prevenidos por los artículos 44 y 46 al 50 del presente Código, aunque sean estables y
singulares.

Sin embargo en este último caso pueden ser invocados dichos efectos por los convivientes, cuando
ambos estuvieron de buena fe, y aun por uno de ellos, si sólo hubo buena fe de su parte, pero no
por el otro.

Queda siempre a salvo el derecho de los hijos”.

El autor Félix C. Paz Espinoza en su Libro “Derecho de Familia y sus Instituciones”, segunda edición,
Edit. Gráfica “Gonzáles”, La Paz-Bolivia, 2002, pág. 269 al 271, al referirse a las uniones irregulares
remarca que: “…en estas uniones irregulares en las que no se han dado cumplimiento con las
condiciones y requisitos señalados en los Arts. 44 y 46 al 50, aunque siendo estables y singulares,
no generan los efectos del concubinato, tal el caso de quienes no han alcanzado la edad necesaria,
no cuentan con libertad de estado, estén vinculados por el parentesco de consanguinidad en los
grados que prohíbe la ley o existen relaciones de afinidad en línea directa, o existan vínculos de
adopción o medie prohibición por la existencia del homicidio consumado; pero también podemos
incluir en el caso de la falta de singularidad y estabilidad, aquellos casos en los que los hombres
hacen vida simultánea con varias mujeres o viceversa.

7.1. Efectos. El parágrafo segundo de este artículo nos habla de la existencia de la unión putativa,
ello supone la unión estable y singular, y uno de los convivientes tenga algún impedimento para
contraer el matrimonio con el otro y éste ignore tal situación, en ese caso la unión surtirá sus
efectos respecto al conviviente que estuvo de buena fe; de otra forma, si ambos estuvieron de
buena fe en la unión de hecho, no obstante haber impedimento como para contraer el matrimonio,
la unión surtirá sus efectos para ambos; empero, si ambos estuvieron de mala fe, la relación de
hecho no surtirá efectos respecto a ninguno de ellos” (Las negrillas y subrayado son nuestras).

III.7. Respecto a la protección pública y privada de la Familia, y el orden público:

El art. 4 del Código de Familia dispone que: “La familia, el matrimonio y la maternidad gozan de la
protección del Estado.
Esa protección se hace efectiva por el presente Código, por disposiciones especiales y por las que
proveen a la seguridad y asistencia de la familia o de sus miembros en esferas determinadas. La
familia se halla también protegida por las instituciones que se organicen para este fin bajo la
vigilancia del Estado”.

En tanto que el art. 5 del mismo compilado familiar preceptúa que: “Las normas del derecho de
familia son de orden público y no pueden renunciarse por voluntad de los particulares, bajo pena
de nulidad, salvo en los casos expresamente permitidos por ley”.

Carlos Morales Guillen en su obra “Código de Familia, Concordado y Anotado”, al realizar el


análisis del art. 5 del Código de Familia, concreta: “…se entiende por norma de orden público
aquella que tiene relación con la protección y el aseguramiento del interés general
inmediatamente y del interés particular mediatamente, a diferencia de las reglas del derecho
privado (el civil particularmente, por ejemplo) que protege en forma inmediata el interés privado y
sólo de una manera mediata mira al interés público (Bielsa). O, como dice Chiovenda (Instituciones
de Derecho procesal civil), son normas que regulan la vida de relación teniendo en mira el interés
de todos (bien público).

Su nota característica es que no puede renunciarse ni modificarse ni transigirse sobre ellas, en


convenciones particulares.

Ha de hacerse lo que mandan y como ellas mandan”.

Félix C. Paz Espinoza en su Libro “Derecho de Familia y sus Instituciones”, segunda edición, Edit.
Gráfica “Gonzáles”, La Paz-Bolivia, 2002, pág. 17, al conceptualizar el Derecho de Familia refiere:
“El derecho de Familia, como instituto jurídico especial, se ocupa de regir las relaciones jurídicas
entre personas unidas por vínculos del parentesco, de donde viene a constituirse en el conjunto de
normas jurídicas que regulan las relaciones familiares.

Sus normas son imperativas porque pertenecen al ámbito del orden público”.

III.8. En relación a la valoración de la prueba:

El Auto Supremo Nº 146/2015 de 06 de marzo, ha señalado que: “…se ha establecido por este Alto
Tribunal que la valoración de la prueba en general compete privativamente a los Jueces de grado,
siendo soberanos en su valoración con facultad incensurable en casación para decidir la causa,
tomando en cuenta las pruebas esenciales y decisivas, tal como se infiere de los arts. 1286 del
Código Civil y 397 de su Procedimiento”.

Respecto a lo anterior el Auto Supremo Nº 410/2015 de 09 de junio, ha concretado que: “…es


facultad privativa de los Jueces de grado, apreciar la prueba de acuerdo a la valoración que les
otorga la ley y cuando ésta no determina otra cosa, podrán hacerlo conforme a su prudente
criterio o sana crítica, según dispone el art. 1286 del Código Civil concordante con el art. 397
parágrafo I de su procedimiento.  En esta tarea jurisdiccional, la examinación de la prueba es de
todo el universo probatorio producido en proceso, siendo obligación del Juez el de valorar en la
Sentencia las pruebas esenciales y decisivas, conforme cita el art. 397 parágrafo II del código
adjetivo de la materia”.
Por otra parte el Auto Supremo Nº 184/2015 de 11 de marzo, al referirse a los principios generales
que rigen a las pruebas judiciales ha especificado que: “…el principio de la unidad de la prueba”,
que establece que el conjunto probatorio del proceso forma una unidad y como tal, debe ser
examinado y merituado por el Órgano Jurisdiccional, confrontando las diversas pruebas, señalar
sus concordancias, discordancias y concluir sobre el convencimiento global que se forme de ellas,
es decir; que las pruebas deben ser apreciadas en forma conjunta de acuerdo al valor que les
asigna la ley o a las reglas de la sana critica. “Principio de la comunidad de la prueba”, establece
que la prueba no pertenece a quien la suministra, es inadmisible pretender que esta favorezca a la
parte que la allega al proceso, una vez incorporada legalmente al proceso, debe tenérsela en
cuenta para determinar la existencia o inexistencia del hecho sobre el cual versa, sea que resulte
favorable a quien la propuso o al adversario”.

IV. FUNDAMENTOS DE LA RESOLUCIÓN:

En cumplimiento a la Sentencia Constitucional Plurinacional Nº 1081/2015-S-2 de 27 de octubre,


corresponde absolver el recurso de casación en la forma y en el fondo, en el orden que fue
considerado por dicho Tribunal:

1. Sobre su acusación de violación de los arts. 90 y 204 (254) del Código de Procedimiento Civil,
vinculado a su denuncia de que el Ad quem ha otorgado más de lo pedido, vulnerando lo
establecido en el art. 236 y 254 del Código de Procedimiento Civil; que en interpretación de la Sala
Segunda del Tribunal Constitucional Plurinacional se resume en incongruencia de las fechas que no
se tomó en cuenta para determinar su desvinculación matrimonial dentro de su proceso de
matrimonio substanciado en la República de Perú, y pronunciarse respecto si existía o no
pertinencia en la resolución del Ad quem, para determinar la fecha a partir de la cual el
matrimonio del ahora accionante resulta disuelto legalmente.

1.1. Al respecto, corresponde referir que de la revisión de antecedentes se evidencia que la parte
actora Luzgarda Eulalia Delgado Ramos por memorial de fs. 56 a 59 vta., complementada por
escrito de fs. 63, interpone demanda ordinaria cuya pretensión principal concreta Ruptura
unilateral, división y partición de bienes y declaratoria de unión libre o de hecho, fundamentando
que con el ahora demandado José Luis Román Ganggini, decidieron convivir desde el mes de enero
de 2006 hasta el 31 de octubre de 2010.

Sin embargo, del Acta de Matrimonio de fs. 218 y 637 a 638 de obrados, correspondiente a la
Oficina Registral del Distrito La Victoria (Municipalidad De La Victoria), Partida de Matrimonio del
Libro Nº 49, Folio Nº 612623, se conoce el matrimonio realizado entre José Luís Román Ganggini y
Emperatriz Eva Chávez Wu en fecha 27 de junio de 2002 en la Municipalidad De La Victoria del
Departamento de Lima de la República del Perú. Asimismo, del reverso de la misma acta así como
de la Inscripción Personal de fs. 221, emitido por Gilmer Marrufo Aguilar, Registrador Público,
Zona Registral Nº IX - Sede Lima, de la Superintendencia Nacional de los Registros Públicos
(SUNARP), se conoce que: “Por Sentencia de fecha 05.03.2007 expedida por la Juez del 15º
Juzgado Especializado de Familia, Dra. Nancy Coronel Aquino, Especialista legal María Torres
Rodríguez, se declaró separados legalmente a don Emperatriz Eva Chávez Wu y José Luís Román
Ganggini y por sentencia consentida de fecha 07.04.2008 expedida por la Juez del 15º Juzgado
Especializado de Familia, Dra. Nancy Coronel Aquino, especialista legal María Torres Rodríguez, se
declaró disuelto el vínculo matrimonial contraído por don Emperatriz Eva Chávez Wu y José Luís
Román Ganggini…”, prueba documental que se encuentra ratificada por las literales de fs. 220,
222 a 228.

De donde se infiere que por Sentencia de fecha 05 de marzo de 2007 la Juez del 15º Juzgado
Especializado de Familia, declaró separados legalmente a Emperatriz Eva Chávez Wu y José Luís
Román Ganggini. En tanto que por Sentencia de fecha 07 de abril de 2008 expedida por la Juez del
15º Juzgado Especializado de Familia, se declaró disuelto el vínculo matrimonial contraído por
Emperatriz Eva Chávez Wu y José Luís Román Ganggini; resoluciones que fueron debidamente
inscritas por ante el Registro Público, Zona Registral Nº IX - Sede Lima, dependiente de la
Superintendencia Nacional de los Registros Públicos (SUNARP), correspondiente a la Municipalidad
De La Victoria del Departamento de Lima de la República del Perú.

En consecuencia, conforme al principio de verdad material podemos concluir refiriendo que con la
Sentencia de simple separación de fecha 05 de marzo de 2007 se dispuso el cese de la vida común
y disuelto la comunidad de gananciales del matrimonio Román-Chávez, que fue efectuado en la
República del Perú, consiguientemente, la separación de cuerpos y la disolución de la comunidad
de gananciales del referido matrimonio se retrotrae en sus efectos hasta fecha 05 de marzo de
2007; sin embargo, el vínculo jurídico conyugal del referido matrimonio se mantuvo vigente desde
fecha 27 de junio de 2002 hasta 06 de abril de 2008, siendo posteriormente disuelto por sentencia
ejecutoriada de divorcio de fecha 07 de abril de 2008, fecha desde la cual el ahora demandado
contó con libertad de estado.

1.2. Por otro lado, conforme a la doctrina aplicable desarrollada en el subpunto III.7, los arts. 4 y 5
del Código de Familia de manera imperativa disponen que los Tribunales de Instancia deben
resguardar el interés superior de la familia, el matrimonio y la maternidad y que además las
normas del derecho de familia son de orden público, de consiguiente los Tribunales de Instancia se
encuentran compelidos a fallar en dicha orientación. Criterio que también se encuentra
actualmente compendiado en los arts. 4, 6-a) y 7 de la Ley Nº 603.

De consiguiente su acusación en sentido de que al establecer una fecha distinta a la consignada en


la demanda principal en relación al tiempo de inicio de la separación de hecho (enero de 2006)
sería “ultra petita” por lo que correspondería rechazarla ya que infringiría el principio de
congruencia, no se encuentra debidamente sustentada en derecho, toda vez que conforme al
orden público de que están investidas las normas del derecho de familia, y en aplicación inclusive
del principio del “iura novit curia” que se traduce en la necesaria libertad con que debe contar el
sentenciante para subsumir los hechos alegados y probados por las partes, dentro de las
previsiones normativas que rijan el caso, por lo que correspondía y corresponde en la especie
precisar la fecha de inicio y culminación de la relación de hecho demandada, e incluso subsumir
dichos hechos en la norma material que sea aplicable al caso en concreto. Lo que conforme a su
razonamiento hizo el Ad quem, por lo que su reclamo se hace infundado.

2. En relación a su denuncia de que el recurrente no gozaba de libertad de estado dentro de las


fechas y tiempos indicados por la demandante, por lo que jamás tuvo una convivencia con
estabilidad, singularidad y fidelidad con la demandante, por ende no pudo existir unión libre o de
hecho, porque recién en septiembre de 2008 se canceló su partida matrimonial, vinculada a su
acusación de infracción del art. 46 del Código de Familia y art. 63-II de la Constitución Política del
Estado.
Conforme a la doctrinal legal desarrollada en el apartado III de la presente resolución, el Código de
Familia, Ley Nº 996, reconoce el matrimonio de hecho siempre que esta goce de estabilidad y
singularidad, con la concurrencia de los requisitos establecidos por los arts. 44 y 46 al 50 del
Código de Familia, esto es, que los convivientes cuenten con la edad establecida por ley, que
tengan libertad de estado, que no tengan vínculo consanguíneo, que exista ausencia de afinidad,
que se cumpla con la prohibición por vínculos de adopción, y la inexistencia de crimen contra el
cónyuge de la otra parte. Asimismo, si bien dicho compilado familiar preceptúa que las uniones
irregulares no producen los efectos anteriormente reconocidos, prevenidos por los arts. 44 y 46 al
50 del referido código, aunque sean estables y singulares; empero, regula también que los efectos
del párrafo segundo del art. 72 del Código de Familia, supone la unión estable y singular, sin
embargo, de mala fe uno de los convivientes oculta su impedimento para contraer nuevo
matrimonio con el otro y éste ignora tal situación, como sería el caso por ejemplo el de ocultar la
libertad de estado, en ese caso se establece que la unión conyugal surtirá sus efectos respecto al
conviviente que estuvo de buena fe en dicha relación.

Ahora bien, en el caso de autos, de la contestación a la demanda se conoce que el ahora


demandado llegó a radicar en Bolivia desde el 09 de noviembre de 1999 procediendo a regularizar
sus documentos (fs. 268 a 274 y vta.), sin embargo este contrajo matrimonio con la Sra.
Emperatriz Eva Chávez Wu en la República del Perú en fecha 27 de junio de 2002 (fs. 218 y 637),
en consecuencia al radicar en nuestro país este conocía y sabía que se encontraba casado en la
República del Perú, empero, este su estado civil de casado, de manera reiterativa fue ocultado de
mala fe por el ahora recurrente, conforme se evidencia de las cédulas de identidad de fs. 267 y de
la declaración jurada efectuada en Migración Cochabamba de fs. 157 a 158, donde figura como
soltero.

En ese antecedente, conforme al principio de comunidad de la prueba se conoce también que el


ahora demandado inició una relación de hecho voluntariamente consentida, establece y singular
con la parte actora desde el 05 de marzo 2007 hasta 06 de abril de 2008, relación de hecho que
además con la disolución del vínculo conyugal del actor contó con el requisito de libertad de
estado desde fecha 07 de abril de 2008 para extenderse hasta fecha 30 de octubre de 2010,
conforme se conoce de la prueba documental consistente en: Testimonio de la Escritura Pública
Nº 704/2006 de fecha 12 de mayo de 2006, donde la ahora actora declara que la compra
efectuada por su conviviente José Luís Román Ganggini, es de su exclusiva propiedad, por lo que
renuncia a su cuota ganancialicia, en consecuencia lo declara a él como único y legítimo
propietario; del Certificado de nacimiento de fs. 1, que acredita descendencia en dicha relación
con el nacimiento de su hija Jannely Leonor Román Delgado, cuyo nacimiento data de fecha 05 de
octubre de 2007 (fs. 1), luego registrada por sus progenitores por ante el Consulado General del
Perú (fs. 2); del Testimonio de la Escritura Pública Nº 1223/2009 de fecha 01 de septiembre de
2009, donde el demandado concurre en calidad de cónyuge de la acreditada y codeudora Luzgarda
Eulalia Delgado Ramos, haciendo constar el primero que simplemente se identificará como
cónyuge de la acreditada y codeudora, constituyéndose además el ahora recurrente en dicho
documento en codeudor solidario, mancomunado e indivisible y autoriza expresamente que su
cuota ganancialicia también forme parte de la garantía ofrecida; del Testimonio de la Escritura
Pública Nº 1.660/2010 de fecha 03 de agosto de 2010, donde el demandado, se apersona en su
calidad de cónyuge y codeudor, ratificando para efectos del contrato que simplemente se
identificará como cónyuge de la acreditada y codeudora Luzgarda Eulalia Delgado Ramos,
instrumentos públicos en los cuales el demandado de manera libre ha manifestado y consignado
ante la autoridad pública y la sociedad su relación de hecho con los efectos que implica dicha
situación, por lo mismo dichos documentos tienen además la eficacia jurídica establecida por los
arts. 1289 del Código Civil y 399-I del Código de Procedimiento Civil; los mismos que se encuentran
plenamente ratificados por las fotografías de diferentes actividades sociales en las cuales se ve al
ahora recurrente compartiendo con el entorno social y familiar de la ahora actora (fs. 18 a 20); por
las literales de fs. 4 a 14 que acreditan compra de mobiliario de hogar durante las gestiones 2005 a
2009; por las fotografías de fs. 43 a 44, 353 que acredita el traslado de varios muebles
correspondientes a una familia y no a una sola persona; por la denuncia de fecha 03 de noviembre
de 2010 asentada por la actora por ante la Brigada de Protección a la Familia donde hace constar
que su concubino José Luís Román le agredió psicológicamente (fs. 50 a 52); por el detalle de
movimiento de la cuenta de las partes emitido por el Banco F.I.E donde se registra las fechas de 17
de marzo de 2010 hasta el 30 de noviembre de 2010 (fs. 106 a 107); por el certificado de fs. 154
donde se hace constar la transferencia de vehículos presuntamente correspondientes a la
comunidad de gananciales efectuada por el ahora recurrente en fechas 10, 11 y 16 de noviembre
de 2010; por el informe de fs. 155 a 158 emitido por el Director Distrital de Migración de la ciudad
de Santa Cruz, donde se hace constar que el registro de domicilio de José Luís Román Ganggini es
en la Avenida Nueva Asunción Nº 699; por el Informe psicosocial de fs. 170 a 172 y vta. donde se
hace constar la relación de hecho sostenida por las partes ahora en litigio; por la boleta bancaria
de fs. 354 donde se consigna el domicilio del demandado. Prueba documental que se halla
corroborada por las declaraciones de los testigos de cargo (fs. 469 a 473) quienes conoce de la
relación de hecho por más de cinco años desde la gestión 2006 hasta el noviembre de 2010 y
manifiestan que a las partes ahora en litigio los veían juntos en el ambiente comercial de la ciudad
de Cochabamba, quienes eran conocidos y considerados como marido y mujer, que el bautizo de
su hija se hizo en su casa ubicado en la calle Esteban Arce, que se entraban a su cuarto a dormir,
además que realizaban viajes entre Cochabamba y Santa Cruz por la actividad comercial a la que
se dedicaban, radicando en ambas ciudades.

Por otra parte, las facturas adjuntas por la parte demandada de fs. 229 a 233 datan desde fecha 30
de noviembre de 2010 hasta 27 de enero de 2011, es decir que son posteriores a la conclusión de
la relación de hecho; asimismo, las notas de remisión y los recibos de fs. 234 a 240 corresponden a
terceras personas que no son parte del presente caso de autos; los recibos de fs. 241 a 251, 254 a
257, 260 a 261, 263 a 266, 462 no cumplen con las leyes tributarias, de consiguiente no se
constituyen en pruebas idóneas y fehacientes; igualmente los contratos de arrendamiento de fs.
258 a 259 y vta. y 262 y vta., así como las literales de fs. 279 a 291, 427 a 435 no desvirtúan la
prueba detallada en el párrafo anterior porque se constituyen en domicilios transitorios y
correspondientes a la actividad de comercio que desarrolla el demandado; los que en definitiva
son desvirtuados por el informe de fs. 155 a 158 emitido por el Director Distrital de Migración de
la ciudad de Santa Cruz, donde se hace constar que el registro de domicilio de José Luís Román
Ganggini es en la Avenida Nueva Asunción Nº 699, así como por el contrato de arrendamiento de
fs. 252 a 253, además por las declaraciones testificales de cargo y especialmente la declaración
testifical de Norah Jauregui de Fernández (fs. 471) quien como testigo directo y presencial
atestigua que conoce a las partes ahora en litigio por más de cinco años, que los conoció porque él
ocupó su casa en alquiler sin embargo y que al mes le vio a la Sra. Luzgarda en la casa se imagina
que el Sr. Román la trajo y ella comenzó a vivir ahí, que: “lo que quiere decir es que ellos han vivido
en su casa de Santa Cruz, no sé si como concubinos o casados no sé pero vivían en pareja pero
vivían bien…Yo sé que ellos vivieron desde el año 2006 hasta el 02 de noviembre de 2010, el que se
llevó las cosas cargando en dos movilidades ya antes vivían ellos mal, la Sra. Luzgarda no estaba
en la casa le comenté este hecho a mi hijo y el sacó fotos cuando él se estaba yendo saco las fotos
a los carros, desocupó todo en 20 minutos…Si es cierto ellos vivían en mi casa en Santa Cruz donde
funcionaba una fábrica de jeans de pantalones…” corroboradas por las literales de fs. 512 a 513.
En tanto que los testigos de descargo de (fs. 475 a 480 y vta.), no son concordantes en tiempos y
lugares, en más no conocen a la actora a pesar de que es él mismo demandado quien sostenía que
desarrollaba una actividad comercial con ella, lo que en definitiva no ha sido demostrado
fehacientemente, lo que les resta credibilidad a dichas atestaciones.

De donde se infiere que de forma libre, voluntaria y consentida las partes ahora en litigio
constituyeron un mismo domicilio, desarrollando una misma actividad de trabajo de forma
conjunta, procreando a la vez descendencia en dicha relación, constituyendo de esta manera un
hogar y haciendo vida en común en forma estable y singular.

Sin embargo, se debe dejar claramente establecido que desde fecha 27 de junio de 2002 hasta 06
de abril de 2008, el ahora demandado no contaba con el requisito de la libertad de estado, porque
ocultando su estado civil concurrió de mala fe a la relación de hecho desde el 05 de marzo 2007
hasta el 06 de abril de 2008, constituyendo de esta manera una relación de hecho irregular pues
no se había disuelto el vínculo conyugal de su anterior matrimonio que se había realizado en la
República del Perú, sin embargo, de la prueba analizado se evidencia que en el presente caso de
autos la conviviente concurrió a dicha relación de buena fe, extremos estos que no han sido
desvirtuados por la parte demandada, pues la buena fe se presume y quien alega mala fe debe
probarla, por lo que en mérito a los efectos que dispone el segundo párrafo del art. 172 del Código
de Familia, la relación de hecho irregular produce efectos similares al matrimonio conforme
establece el art. 159 del mismo Código de Familia, tanto en las relaciones personales como
patrimoniales de los convivientes en relación al conviviente que concurrió de buena fe y no así en
relación a quien concurrió de mala fe. Lo que corresponde aplicar en la especie.

Por otra parte, se debe precisar asimismo que una vez que se hubo disuelto el vínculo conyugal del
ahora demandado, por sentencia ejecutoriada que se hubo emitido por la Juez del 15º Juzgado
Especializado de Familia en la República del Perú, su relación de convivencia en este país se ha
constituido en una relación libre o hecho propiamente dicha con todos los efectos que establecen
los arts. 158 y 159 del Código de Familia, esto es, desde fecha 07 de abril de 2008 hasta el 30 de
octubre de 2010, de consiguiente tiene todos los efectos del matrimonio, en consecuencia se
hacen partibles por igual la comunidad de gananciales correspondientes a dicha fecha.

Por todo lo examinado, podemos concluir refiriendo que el impedimento legal acusado por la
parte recurrente, no resulta suficiente como para cambiar la decisión asumida por el Tribunal de
Alzada.

En consecuencia, el presente caso, corresponde resolver en la forma prevista por el art. 220-II del
Código Procesal Civil. Con la aclaración que los fundamentos aquí expuestos son los que aclaran y
complementan el Auto de Vista Nº 24/2014 de 10 de octubre de 2014.
POR TANTO: La Sala Civil del Tribunal Supremo de Justicia del Estado Plurinacional de Bolivia, con
la facultad conferida por el art. 42.I num. 1) de la Ley del Órgano Judicial de 24 de junio de 2010, y
en aplicación del art. 220.II del Código Procesal Civil, declara INFUNDADO el recurso de casación
en la forma y en el fondo de fs. 824 a 826 vta., interpuesto por José Luis Román Ganggini contra el
Auto de Vista Nº S-24/2014 de 10 de octubre de 2014, cursante de fs. 819 a 821 vta., pronunciado
por la Sala de Familia, Niñez y Adolescencia del Tribunal Departamental de Justicia de
Cochabamba. Con costas y costos.

Se regula honorario profesional en la suma de Bs. 1.000.-

Regístrese, comuníquese y devuélvase.

Relator: Mgdo. Rómulo Calle Mamani.

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