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Semana 1

Historiografía del
discurso mundial

Lectura
La historia como proceso
narrativo de construcción
de sentido.

Charlois Allende, A. J. (2008). La historia como proceso narrativo de


construcción de sentido. Diálogo entre Hayden White y la construcción
de sentido. En: Signo y Pensamiento, vol. XXVII, núm. 53, julio-
diciembre, 2008, pp. 162-173. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá.
Recuperado de: https://www.redalyc.org/pdf/860/86011529010.pdf

Material compilado con fines académicos, se prohíbe su


reproducción total o parcial sin la autorización de cada autor.
History as a narrative process in the
construction of meaning. Dialogue
between Hayden White and the
construction of meaning.

Facing the difficulties of establishing a relationship Ante la dificultad de establecer una línea de relación
between the academia fields of history and communi- entre los campos académicos de la historia y la comu-
cations, beyond the simplest aspects of methodological nicación, más allá de las simples herramientas metodo-
tools, the objective of this article is to propose a debate lógicas, en este artículo se propone una discusión entre
between the theorical approaches of the American la propuesta teórica del historiador norteamericano
historian Hayden White and different authors whom Hayden White y distintos autores que han permitido
have given the possibilities of articulating a theorical estructurar un lugar común teórico en torno a la pro-
common place surrounding the social sensemaking ducción social de sentido y su análisis. En este intento
and its analysis. In this attempt of placing the debate de sacar el debate en torno al carácter del discurso
of the, historiographical discourse characteristics out historiográfico del campo académico de la historia, se
of the field of academic history, the text proposes an propone una articulación en dos ejes de diálogo entre
articulation in two dialog axis between authors: the los autores: el carácter narrativo del discurso científico
narrative characteristics of the scientific discourse and y la relación entre productor y receptor. A través de este
the relationship between producer and receptor of viaje es posible encontrar vías de entendimiento entre el
the discourse. In this theorical travel it is possible to discurso histórico y la producción de sentido social.
encounter ways of understanding between the histori-
cal discourse and the social sensemaking.

Keywords: Linguistic turn, sense construction, history Palabras Clave: Giro lingüístico, construcción de sen-
discourse, productor, receptor. tido, discurso histórico, productor, receptor.
Submission date: April 22th, 2008 Recibido: Abril 22 de 2008
Acceptance date: May 15th, 2008 Aceptado: Mayo 15 de 2008

Origen del artículo


Este texto forma parte del marco teórico de la tesis de maestría del autor titulada “Ficciones de la historia e
historias en ficción. El tramado de la historia en el formato de la telenovela mexicana. El caso de Senda de
Gloria”. Tesis presentada en la maestría en Comunicación Social del Departamento de Comunicación Social
de la Universidad de Guadalajara, México, 2007.

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Adrien José Charlois Allende*

La historia como proceso narrativo de


construcción de sentido. Diálogo entre
Hayden White y la construcción de sentido

Trabajar sobre el discurso histórico es a veces


un problema. ¿Desde dónde abordarlo?, ¿desde
dónde calificarlo?, ¿qué elementos deben ser toma-
dos en cuenta para establecer su veracidad? Estas
son preguntas que siempre flotan en el aire al leer
historiografía. Sin embargo, hay elementos más
allá de la materialidad del discurso que facilitan su
lectura; hay aspectos contextuales que reposicionan
los enfoques, por divergentes que sean, respecto a
una temática eminentemente histórica.

* Adrien José Charlois Allende. Mexicano. Maestrante de la Maestría en Comunicación Social del Departamento de Co-
municación Social de la Universidad de Guadalajara, México, y Licenciado en Historia por la misma universidad. Correo
electrónico: adriencharlois@hotmail.com

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Hay autores que, a lo largo del siglo xx, autor ha hecho frente a sus críticos. Así, pues, en
pero especialmente en el último cuarto del siglo, distintos textos, de otros tantos autores, se han
restaron importancia a cuestiones que parecían encontrado claves para sustentar los principios de
centrales en el quehacer histórico, para elevar a esta propuesta teórica.
objetos de análisis otros como la postura del autor
respecto al objeto, la literalidad, etc. Este tipo de En este sentido, el presente texto es un intento
autores, muy identificados con la deconstrucción por lograr una conciliación entre distintos enfoques
discursiva propuesta desde múltiples enfoques de respecto a la producción de sentido, el discurso
la ciencia social, han tratado de desmitificar la académico y otros tantos elementos que, a lo largo
centralidad de algunos recursos que el positivismo de su desarrollo, podremos ir articulando.
había puesto como inapelables en la construcción
historiográfica. La historia según Hayden White
Otro grupo de preguntas podría surgir si
vamos más allá de la academia de la historia y En un primer momento parece necesario referirse
observamos la multitud de discursos históricos a los planteamientos centrales respecto al discurso
que atraviesan la cotidianidad de las sociedades. histórico del autor que nos interesa. Este autor se
¿Qué es la novela histórica?, ¿dónde situamos a su considera como el primer historiador que, desde
homóloga televisiva?, ¿qué hay con todos aquellos los Estados Unidos, planteó una versión narrati-
trazos de memoria colectiva que rodean otros vista de la historia. Hayden White, a partir de la
tantos aspectos de la constitución de las culturas? obra con la que inaugura su pensamiento historio-
En resumen, ¿qué pasa con todas aquellas narra- gráfico Metahistoria. La imaginación histórica en la
tivas históricas que se sitúan afuera del quehacer Europa del siglo xix (1973), plantea como primer
historiográfico académico? argumento la centralidad del discurso como
Las respuestas a estas interrogantes no están fuente de análisis historiográfico. Formalista por
solucionadas en la totalidad; sin embargo, pro- definición, argumenta que la forma y el contenido
puestas no han faltado. Desde ambos lados del son lo mismo. Por medio de este argumento de
Atlántico e, incluso, desde los estudios subalternos fondo, White se enfrenta de inicio a algunos de
asiáticos, ha habido intentos por incluir estas narra- los supuestos del oficio del historiador; a saber,
tivas que han sido marginales, al ser calificadas la centralidad del documento, la metodología de
poco menos que de falaces. análisis y, en general, las reglas impuestas por
Para realizar este ensayo se ha reconocido el positivismo historiográfico desde que Lepold
un aspecto. Hay debates que surgen al margen von Ranke o Charles Victor Langlois y Charles
de las discusiones académicas de la historia que Seignobos, a finales del siglo xix y principios del
permiten relocalizar el debate. En este intento, se xx, atrajeron ciertos principios incuestionables del
pretende abonar a dicho debate por medio de la pensamiento de Comte a la labor historiográfica.
puesta en común de diversos autores, en quienes Para motivos de este ensayo, dos trabajos
se han encontrado claves para la comprensión de revisados del autor se consideran centrales: Meta-
la producción de sentido. Con éstos se trata de historia. La imaginación histórica en la Europa del
encontrar puntos que refuerzan y consolidan una siglo xix (1973) y El texto histórico como artefacto
teoría de particular interés para este trabajo, el cual literario (2003). El primero podría ser considerado
se inserta en la construcción de un marco teórico el planteamiento inicial de su teoría de la cons-
para analizar la telenovela histórica. trucción del texto histórico; el segundo sería una
El enfoque teórico en cuestión está enmarcado revisión, en distintos artículos, de dicha teoría y
en una propuesta de análisis historiográfico de una respuesta a las muchas críticas a las que ha
Hayden White, y en las recapitulaciones que el estado sujeta la obra y la teoría.

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El planteamiento central del que parte la una novela. De esta manera, los acontecimientos
teoría de este autor es que las narrativas históricas tienen un valor neutral, ya que el mismo conjunto
son “ficciones verbales cuyos contenidos son tanto puede servir para distintos tipos de relato histórico
inventados como encontrados y cuyas formas tienen que proporcionan diferentes interpretaciones y
más en común con sus homólogas en la literatura a los cuales se les otorgan distintos significados
que con las de las ciencias” (White, 2003, p. 109). (White, 2003, pp. 113-114).
Así, para White, cualquier representación histórica Para el autor, la coherencia de una serie de
es un intento de explicación de acontecimientos hechos, entonces, es más la coherencia del relato
pasados, dándoles la forma y la sustancia de un que la de los acontecimientos. Esta coherencia se
proceso narrativo. logra al adaptar los datos a los requerimientos del
Esta visión que guía la obra de Hayden relato. De esta manera, entiende: “las ‘presuntas
White tiene diversas implicaciones. Para el autor, continuidades históricas’ que el historiador pre-
la principal de ellas, que también resulta central tende encontrar en el registro son ‘obtenidas sola-
en este proyecto, radica en que el análisis de la mente a partir de esbozos fraudulentos’ impuestos
obra historiográfica, más allá del análisis de sus por el historiador sobre el registro” (White, 2003,
fuentes y métodos de obtención de testimonios, p. 124).
se debe centrar en la manera como se traman los Hayden White plantea que el discurso histó-
acontecimientos, y reconocer, en primer instante, la rico se trama a partir de dos factores. En un primer
importancia del retorno a la metáfora, la figuración lugar está la intención del historiador de dotar
y la trama, en lugar de la regla de la literalidad, una serie de acontecimientos de un significado
la conceptualización y el argumento (propios de particular. Es en este momento cuando White
la historiografía cientificista de fines del siglo identifica la operación de ficcionalización inherente
xix y el xx), como componentes de un discurso a toda obra histórica (White, 2003, p. 115). En un
historiográfico (White, 2003, p. 49). segundo momento, el historiador toma en cuenta
Estos elementos del discurso histórico son el contexto desde el que escribe; es decir, la forma
importantes, dado que las historias representadas en que trama su historia se relaciona, también, con
“ganan parte de su efecto explicativo a través de las audiencias de esa historia. El historiador está
su éxito en construir relatos a partir de meras inmerso en una cultura que determina las formas
crónicas; y los relatos, a su vez, son construidos posibles de conformar el relato.
a partir de crónicas por medio de una operación Hayden White describe este doble proceso de
que en otra parte he llamado tramados” (White, la siguiente manera:
2003, pp. 111-112). Así, para el autor, nin-
gún conjunto de datos, incluso armados
ya como una crónica –es decir, en un paso
anterior a la trama–, puede constituir un relato,
sino elementos que se incorporan a éste mediante
un proceso donde se les da énfasis, se les supri- El historiador com-
men o subordinan, se les da caracterización, se parte con su audiencia nociones
les asignan motivos, se le da al tramado tono y generales de las formas que las situacio-
punto de vista. nes humanas significativas deben adquirir en
En general, lo que plantea White es que virtud de su participación en los procesos específicos
el acontecimiento no es un factor explicativo de dotación de sentido que lo identifican como
hasta que el historiador lo somete a los procesos,
estrategias, técnicas y herramientas a las que
normalmente un escritor somete los elementos de

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miembro de un cierto legado cultural. Cuando se


enfrenta al proceso de estudio de un conjunto dado
de acontecimientos, comienza a percibir la posible
forma narrativa que tales acontecimientos pueden
adoptar. En su relato acerca de cómo este conjunto
de acontecimientos adquirió la forma que percibe
como inherente, el historiador trama su narración
como un relato de tipo particular. El lector, inmerso
en el proceso de seguir la narración del historiador
sobre tales acontecimientos, gradualmente se da
cuenta de que el relato que está leyendo corresponde
a un tipo determinado: novela, tragedia, comedia,
sátira, épica o cualquier otro. Y cuando ha percibido
la clase o el tipo al que pertenece el relato que está
leyendo, experimenta el efecto de que los aconteci-
mientos del relato le han sido explicados. En este
punto el lector no sólo ha seguido exitosamente el
relato, sino que ha captado su esencia, lo ha com-
prendido. (White, 2003, pp. 116-117)

Por lo anterior, para White, las narrativas Pierre Bourdieu, en su libro sobre sociología y
históricas no son sólo modelos de acontecimientos cultura (1990), plantea de manera similar la idea
y procesos pasados, sino enunciados metafóricos de la producción de un discurso académico. Para
que sugieren una relación de similitud entre éstos y Bourdieu, el discurso producido no es autónomo,
los tipos de relato que convencionalmente usamos sino una resultante tanto de la competencia del
para dotar a los acontecimientos de nuestras vidas locutor como del mercado lingüístico en el que se
de significados culturalmente reconocidos (White, inserta su discurso. Es decir, el discurso (en este
2003, p. 120). Por lo anterior: “la narrativa histórica caso el discurso histórico) depende tanto de las
media así entre los acontecimientos reportados competencias del productor como de las condi-
en ella, por un lado, y la estructura de la trama ciones sociales de recepción: “nunca aprendemos
pregenérica convencionalmente usada en nuestra el lenguaje sin aprender, al mismo tiempo, sus
cultura para dotar de significados a los aconte- condiciones de aceptabilidad” (Bourdieu, 1990,
cimientos y situaciones no familiares, por otro” p. 122). De esta manera, este sociólogo francés
(White, 2003, p. 121) propone comprender que una parte importante
De esta manera, los acontecimientos a los del capital de las propiedades de una producción
que se refiere una trama histórica dada son (formato) depende de la estructura de públicos
familiarizados por el lector, no sólo por tener más receptores.
información sobre dichos acontecimientos, sino White ejemplifica en su obra primaria, por
porque el historiador le ha mostrado la manera medio del análisis de las obras de diversos autores
como los datos se ajustan a un proceso compren- del siglo xix, cómo opera el proceso de ficcionali-
sible terminado: “una estructura de trama con la zación en la trama de la historia. Al analizar las
que está familiarizado en la medida en que forma obras, White reconoce tres momentos en los que
parte de su propio legado cultural” (White, 2003, se puede explicar a un autor y sus textos historio-
p. 117). gráficos: por la trama (la forma de la crónica), por

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El primer punto que salta a la vista en la


discusión es el de la naturaleza literaria de la
producción de sentido en las ciencias sociales.
Este argumento no es exclusivo de la postura de
Hayden White; en el último cuarto del siglo xx
se le ha caracterizado como el “giro lingüístico”
en las ciencias sociales. Con este argumento se
pone en evidencia la naturaleza eminentemente
literaria del discurso científico, más allá de las
bases epistemológicas, teóricas y metodológicas
inherentes al trabajo de investigación.
Hayden White lo retoma en la labor histórica
como parte de los pasos posteriores a la consoli-
dación de la crónica de hechos reales, los cuales
pueden obtenerse por medio del trabajo de inves-
tigación histórica. Pero, como él mismo especifica,
los datos por sí solos no tienen ningún sentido, sino
es aquel que el historiador le otorga por medio de
distintos procesos: la trama, la argumentación y
la ideología.
Esta postura semeja a aquella que según
el argumento (forma de argumentación) y por la Stuart Hall (1997, p. 49) sostiene parte del pen-
ideología (refleja la ética y las asunciones que el his- samiento foucaultiano respecto al discurso como
toriador tiene sobre la vida). Es en este momento constructo del poder. Foucault rechaza el criterio
cuando el autor integra ciertos elementos del de verdad en las ciencias humanas a favor de la
análisis historiográfico con elementos del análisis idea del “régimen de verdad”, es decir, “la voluntad
literario y estético, entendiendo que la obra histó- de hacer a las cosas verdaderas” implícita en el
rica va más allá de la revelación de datos, ya que se discurso científico, lo cual se relaciona con las prác-
articula de maneras particulares, dependiendo no ticas de poder en el campo científico. Este régimen
sólo de las intenciones del autor, sino del contexto de verdad para Foucault no existe más allá de
sociohistórico en el que se encuentra. un contexto, de ahí que el discurso histórico no
funcione más allá de los límites estructurales desde
El carácter narrativo donde es producido. Aunque White se asumiera
de la producción de sentido científico como un crítico de Foucault (Ruíz-Domènec,
2000, p. 130), este aspecto de su postura lo acerca
Dos puntos resultan centrales en la discusión a la obra del filósofo francés.
que se intenta establecer con diferentes autores, De la misma manera, Anthony Giddens (1984)
tomando en cuenta que éstos no necesariamente plantea, desde su postura teórica de la estructu-
hacen planteamientos en torno a las especificidades ración, que el discurso científico, en este caso el
del campo histórico. Los puntos esenciales que se histórico, es producido por medio de un proceso de
resaltarán enseguida parece que van más allá del doble hermenéutica. Si extendemos esta propuesta
campo histórico y abarcan parte de la discusión, no al entendimiento que White tiene del discurso
sólo en torno a la naturaleza de las ciencias sociales, histórico, el investigador genera interpretaciones de
sino sobre aspectos referidos a la producción de interpretaciones previas de los actores de análisis, es
sentido. decir, los documentos en los que basa su discurso.

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De esta manera, la propuesta de una ficcio- De forma similar, al hablar de representaciones


nalización inherente al trabajo histórico no suena dentro de una cultura, Stuart Hall (1997) plantea
tan descabellada en el entendimiento de que todo que, en cuanto las representaciones dan sentido a
trabajo científico social es un abordaje construido la cultura, entre éstas puede encontrarse el discurso
por medio de interpretaciones de elementos de histórico. Para Hall, las representaciones actúan
análisis, en su mayor parte, previamente inter- o, más bien, se crean, por medio de dos procesos.
pretados. Este es uno de los mayores elementos En primer lugar, hay una representación mental,
que llevan a White a pensar en que el tramado la cual es más un acto individual por medio del
del discurso histórico tiene el mismo nivel de cual el sujeto interpreta y da sentido al mundo
selectividad, articulación y ficcionalización que dependiendo del sistema de imágenes y conceptos
un discurso literario. creados en la mente, lo cual permite referirse al
John B. Thompson (1990), a su manera y mundo tanto adentro como afuera de nuestras
desde su explicación de la hermenéutica profunda cabezas. En un segundo momento, el lenguaje
como herramienta de análisis de la cultura, asume funciona como el otro sistema de representación,
en parte esta posición. Para este autor, la fase de que permite la creación de mapas conceptuales
interpretación/reinterpretación de su modelo comunes en el proceso total de creación de sentido.
metodológico representa una síntesis donde se Por medio de signos se representan conceptos que
articula la construcción creativa del significado de son compartidos a través del lenguaje en un pro-
lo interpretado, al explicar, interpretativamente, ceso de construcción común de sentido. Es decir,
lo que se representa o dice. Pero como las formas en el juego de engranaje de estos dos sistemas de
simbólicas ya están preinterpretadas por los sujetos representación se construye el sentido, por medio
que constituyen el mundo sociohistórico, entonces, de signos que representan cosas o conceptos, es
al aplicar una hermenéutica profunda en realidad decir, por medio del lenguaje. Este planteamiento
estamos reinterpretando. respecto al papel que desempeña el discurso es
similar al proceso de estructuración y lectura del
discurso histórico que, según White, opera en el
proceso de tramado de la historia.
En este punto de convergencia es Paul Ricoeur
quien mayormente se aproxima a la distinción

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del carácter eminentemente literario del discurso. Aunque Ricoeur va más allá en el sentido de
Incluso, White reconoció en este autor francés una otorgarle a la metáfora un todo explicativo, que reside
mente lúcida del siglo xx. Aunque no se refería a en su capacidad de producir un excedente de sentido,
la obra que se cita en este momento, podemos ver se acerca a White en cuanto encuentra en la misma
las similitudes evidentes de ambas propuestas. materialidad lingüística la potencialidad de descifrar
Ricoeur (1995) cree en la hermenéutica como los códigos de la producción de sentido. Hayden
un poderoso recurso analítico. Si bien en algunos White lo aplica específicamente al caso del discurso
momentos de su carrera académica defendió el histórico, pero nos da la evidencia para permitir
símbolo como unidad de análisis de la obra lite- asumir que cualquier producción discursiva tiene, en
raria, plantea que es por medio de la metáfora, el fondo, una explicación metafórica y, por lo tanto,
como licencia retórica, que es posible analizar el literaria, más allá de su condición científica.
texto y su excedente de sentido. A través de un
breve recorrido plantea, en general, la teoría de la La relación productor-receptor
metáfora, según la cual, ésta representa una forma
discursiva que permite ir más allá de la literalidad, La segunda parte de lo que se recupera aquí de la
al asignar a figuras retóricas valores y significados teoría de Hayden White que valdría la pena poner
preexistentes. La metáfora tiene, pues, funciones en relación con distintos autores es el eje existente
definidas dentro del texto que permiten llevarlo entre el sujeto productor de discurso histórico y el
más allá de la linealidad lingüística. receptor, como una condicionante de la configu-
El intento de Ricoeur de explicar la metáfora ración de la narrativa. Ésta se podría plantear, de
tiene un fin: acercar la complejidad externa de los acuerdo con Hayden White, así:
símbolos con explicaciones posibles a través de Se observa y estudia como relato sobre el
la misma metáfora. Este acto lo realiza el autor mundo, como género discursivo –estructura
a lo largo de tres momentos. En primer lugar, temporal–, como organización del conocimiento,
identifica el núcleo semántico de un símbolo –representación de determinados acontecimientos
por medio de la estructura de sentido de las o de su memoria–, como producto estético, como
expresiones metafóricas. Por otro lado, subraya posibilidad de comunicar y explicar el conoci-
la necesidad de aislar el estrato no lingüístico de miento” (Pappe, 2005, pp. 56-57).

Pero más allá de la estrategia discursiva, la


narrativa, en este caso la científica, se constituye
como una relación entre locutor y receptor: “[es]
una perspectiva para captar el significado o el
los símbolos, por un método de contraste, a través funcionamiento de los fenómenos comunicativos;
de la función metafórica del lenguaje. En tercer es una matriz de comprensión y explicación de las
lugar, Ricoeur plantea que por medio de esta obras de comunicación” (Rincón, 2006, p. 95).
comprensión nueva de los símbolos dará origen En este sentido, la labor histórica, según
a nuevos desarrollos de la teoría de la metáfora, White, es la acción de construir un tramado de
permitiéndole así concatenarse con la teoría clásica hechos, no sólo de acuerdo con la construcción
en nuevas posibilidades virtualmente asequibles de sentido que de ellos haga el propio historiador,
y actualmente ocultas. sino en el entendido de que existe una necesidad de

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transmitir dicho tramado a un universo virtual de proceso cognoscitivo de comprensión del discurso
lectores, y, por lo tanto, la articulación debe tener está presente un factor central: la memoria, que el
formas reconocibles que permitan que el propio autor divide en memorias a corto y largo plazo.
público establezca sentidos construidos en el acto Estos elementos permiten asumir que el
de su propia lectura. usuario de una lengua no es una máquina de
Umberto Eco (1973), al plantear que la vida procesamiento de reglas gramaticales. Por el con-
social es un sistema complejo de signos, coincide trario, en el proceso de comprensión del discurso,
en que el proceso de producción de sentido es el lector recibe información que es tratada por
más complejo que aquello que una visión posi- medio de los mecanismos de la memoria, sobre
tivista podría plantear. Para Eco, la semiótica es todo la memoria a largo plazo, que le permiten
la encargada de tratar la constitución interna de estructurar el sentido y enmarcarlo en una serie
las unidades semánticas o culturales, en cuanto de cogniciones previas, otorgándole sentido.
están regidas por leyes semióticas. Éstas no son Van Dijk plantea que por medio de este
sólo objetos, sino medios de significación. Pero las proceso el lector va generando “hechos” que
unidades no existen en el vacío, éstas existen en son unidades de información compleja que sólo
relación con otras unidades culturales del mismo generan sentido a partir de su coherencia de otras
campo semántico, a la vez que están engarzadas unidades. Hecho, en este sentido, recuerda el hecho
en una cadena de referencias continuas a otras histórico de White, el cual por sí solo no tiene nin-
unidades de campos semánticos completamente gún valor hasta que se le asigna sentido por medio
diferentes. Las unidades trabajan así en sistemas de su coherencia con otros, constituyendo así un
que están en perpetua referencia con otros sistemas discurso histórico. Este proceso de interrelación
en el acto de la construcción de sentido. Éstas se de hechos (generados en una memoria de corto
definen por la posición y relación que mantienen plazo) se produce a través de la memoria de largo
con otras unidades del sistema. Las unidades y plazo, asignándole así una estructura al discurso
los sistemas pertenecen a culturas y dentro de durante su comprensión.
ellas actúan. Siendo éste un modelo ideal, Van Dijk matiza
Menos esquemático y con mayor énfasis en el proceso por medio de las transformaciones. Es
la hermenéutica como herramienta de compren- decir, para el autor una información no es siempre
sión, White plantea de la misma manera que la idéntica, sufre transformaciones y permutaciones
construcción del sentido histórico está más allá que generan una comprensión siempre dinámica
del proceso de investigación. Éste, por medio de del discurso. Esto permite entender que el proceso
la narrativa construida, se inserta en un sistema cognoscitivo es, más que reproductivo, construc-
mayor de signos que generan una relación, no sólo tivo. Así, la comprensión del discurso no puede
en la propia construcción del sentido histórico a ser siempre lineal, en el proceso de comprensión
través del tramado, sino en la relación que ese hay operaciones relacionadas con la memoria,
tramado tiene con la cultura en la cual se inserta las transformaciones y los reconocimientos que
y para la cual dota de significado elementos y hacen de éste un momento dinámico que produce
procesos históricos, construyéndolos a partir de múltiples significados. Ello también implica que
meros datos. la comprensión del discurso no sólo sea múltiple,
Por otro lado, a partir de los avances que ha sino, a la vez, contextual. Para Van Dijk, los
hecho la psicología cognoscitiva, Teun van Dijk procesos de comprensión del discurso tienen una
(1980) plantea que es posible entender que en el temporalidad, en cuanto los mecanismos por

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los que funcionan se activan según la situación podría considerarse la producción historiográfica,
contextual del productor y del lector. como un texto susceptible de análisis semiótico.
El proceso anteriormente descrito funciona, En ese sentido, sólo puede ser codificado y deco-
según este autor, no sólo en el acto de comprensión, dificado desde ese sistema semiótico (desde esa
sino, también, en el de producción. Los mismos cultura o, si se quiere, desde la interacción de las
esquemas se aplican al revés para quienes dan memorias de Van Dijk).
coherencia a una serie hechos. La diferencia Por lo anterior, dice el autor que, desde esta
radica en la accesibilidad previa del productor a perspectiva, todo análisis cultural es finalmente un
una conceptualización general del asunto y tipo análisis del discurso, con todas sus implicaciones
del discurso. El esquema funciona para Van teórico-metodológicas, comenzando por consi-
Dijk como una macroestructura de generación y derar que el único marco hermenéutico de una
comprensión de discursos. cultura es ella misma. A partir de esta concepción,
En coherencia con Hayden White, Van Dijk el sistema semiótico puede ser analizado desde su
reconoce que el proceso de producción de sentido, totalidad o desde cada uno de los sujetos que lo
tanto en el productor como en el lector, no es componen, ya que en ellos se encuentran interio-
unívoco ni lineal. En este proceso entran en juego rizadas las formas de codificación/decodificación
no sólo los multicitados factores contextuales, sino de los textos. En una parte posterior confirma que
mecanismos de la memoria que, por medio de este mundo cultural o sociocultural une mente,
su activación, permiten establecer articulaciones cuerpo y cultura en la producción de signos.
entre el texto y el contexto, entre el productor Eliseo Verón (1987) plantea una aproximación
(historiador), quien asigna a una secuencia de similar, según la cual el sistema productivo de
acontecimientos una estructura narrativa propia, y discursos (operaciones) deja huellas en los pro-
el lector, quien a su vez es capaz de descifrarla en ductos, y que éste puede ser reconstruido a partir
relación con los marcos interpretativos existentes de la manipulación de los segundos elementos
en su propia memoria. En este sentido, el discurso del discurso (el discurso mismo y las representa-
histórico no puede estar dado por la simple bús- ciones que de él se hacen), es decir, los sentidos
queda de datos, sino que el proceso de interrelación producidos. Otras dos hipótesis sostienen esta
de éstos en una sola narrativa tiene su propio rol teoría: primero, toda producción de sentido es
en la construcción, por un lado, y apropiación, por necesariamente social; y, segundo, todo fenómeno
el otro, de sentido histórico. social es un proceso de producción de sentido. Esta
Regresando a la semiótica, en el ánimo de con- doble hipótesis sólo toma forma si se considera la
firmar esta idea, es de especial utilidad el texto de producción de sentido como discursiva.
Herón Pérez Martínez (2003) respecto a la semió- Así, el análisis de los discursos sociales abre
tica de la cultura. Aunque el autor plantea que este camino a la construcción social de lo real. La
campo es un edificio en construcción, reconoce la materialidad de análisis no es otra que los discursos
existencia de acercamientos fundamentales. Éstos sociales, los cuales son configuraciones espacio-tem-
se encuentran sustentados en la consolidación de porales de sentido. Estas condiciones contextuales
los modelos peirceanos y saussureanos. La visión pueden ser de dos tipos –de acuerdo con el autor–,
predominante en este sentido es la que considera a de producción y de reconocimiento, según el lugar
la cultura como un sistema de signos relacionados del fenómeno donde se enfoque el análisis.
entre sí, jerárquica y funcionalmente. Desde ahí Entendido de esta manera, los objetos del
se ha considerado a todo acto humano, entre éstos análisis del discurso son sistemas de relaciones que

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todo producto significante mantiene con sus condi- relación entre autor, obra y público, permitieron
ciones de generación y con sus efectos. Los factores dialogar con campos como el de la comunicación,
externos del discurso no se consideran como tales, ya la semiótica y el análisis del discurso, para contex-
que quedan insertos en éste. De la misma manera, tualizar y reposicionar afirmaciones de un autor
las condiciones de producción están implícitas, americano altamente criticado por sus pares. En
tanto en las gramáticas de producción como en las ese sentido, historia y comunicación no están tan
gramáticas de reconocimiento, y se hacen presentes alejadas como se podría pensar. Las reflexiones
en las operaciones de asignación de sentido en las epistemológicas que desde sus inicios han aflorado
materias significantes. Según Verón, este sistema en el campo de la comunicación permiten a otras
teórico puede ser aplicado a una gran variedad de de las llamadas ciencias sociales reposicionar sus
fenómenos y dominios, con tal de que aporten a planteamientos fundamentales.
la producción de sentido y que estén definidos en Finalmente, este texto permite extraer el dis-
relación con funcionamientos discursivos. curso histórico de los lugares donde mayormente
se les ha asignado un lugar único: las academias.
Reflexiones finales A partir de esta perspectiva, es posible ir más allá
del texto académico de la historia para observar
Esta reflexión respecto a una obra ampliamente
criticada por historiadores se planteó compren-
diendo –por medio de la revisión de distintas pos-
turas respecto al análisis discursivo, provenientes
de distintos enfoques teóricos y materialidades de
estudio– que la teoría de Hayden White respecto a
la forma como se narrativizan los hechos históricos
no está aislada de corrientes paralelas que se han
dado en otras ciencias sociales, en especial en los
campos de la comunicación, la semiótica o los
estudios culturales.
No se trató de hacer lo que podría parecer
una defensa a capa y espada de Hayden White
como teórico de la historiografía moderna, sino
de dar un paso lateral para su reconocimiento por
medio de distintos enfoques. Los fundamentos
aportados para una teoría de la construcción de
sentido han permitido trasladar el debate de las
materialidades de la producción histórica a los
procesos de narratividad inherentes y a la construc-
ción de sentido histórico, objetivo para el cual se
hace historiografía. Este viaje a través de dos ejes
de la teoría narrativa de White posibilita ir más
allá de las discusiones historiográficas en torno al
carácter de la labor histórica, para darle un lugar
a su producto dentro de los textos que establecen
un sentido a las sociedades.
Dos elementos de la obra de Hayden White,
la ficcionalización de la narrativa histórica y la

172
Signo y Pensamiento 53 · pp 162-173 · julio - diciembre 2008 | La historia como proceso narrativo de construcción de sentido.

todos aquellos productos o fenómenos que actúan Van Dijk, T. A. (1980), “Discurso, cognición y
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173
Semana 1
Historiografía del
discurso mundial

Lectura
Formas de historia cultural.

Burke, P. (2000). Formas de historia cultural. Alianza editorial. Madrid.


Tr. Urrutia, B. pp. 65-85 Recuperado de: https://es.slideshare.net/
Antichristian333/burke-peter-formas-de-historia-cultural

Material compilado con fines académicos, se prohíbe su


reproducción total o parcial sin la autorización de cada autor.
Semana 1
Historiografía del
discurso mundial

Lectura
La comunicación en el
discurso histórico.

Calderón García, J. D. (2013). La comunicación en el discurso histórico:


(RE) pensarla como conocimiento. En: Razón y palabra. Primera
Revista Electrónica en Iberoamérica Especializada en Comunicación.
Universidad de los Hemisferios. Ecuador. Recuperado de: https://www.
redalyc.org/articulo.oa?id=199528904033

Material compilado con fines académicos, se prohíbe su


reproducción total o parcial sin la autorización de cada autor.
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LA COMUNICACIÓN EN EL DISCURSO HISTÓRICO: (RE) PENSARLA COMO


CONOCIMIENTO.
José David Calderón García1

Resumen
La comunicación como conocimiento es lenguaje. Este lenguaje de la comunicación tiene la
peculiaridad de ser creado, así, el saber de la comunicación son las narraciones que mediante el
lenguaje se hacen del mismo. Dichas narraciones son representaciones en forma de discurso, un
texto científico, un discurso histórico. En este trabajo me he planteado pensar la comunicación
desde su forma última, como un texto científico (conocimiento) producido por agentes que
buscan darle legitimidad a un campo, a partir de la reproducción continua.

Palabras clave
Historia, Comunicación, Lenguaje, Lugar social, Campo.

Abstract
Communication as knowledge is language. This language of communication has the peculiarity
of being created, hence, the know-how of communication are narrations through language of the
same. Such narrations are representations in a speech, scientific text, and historical lecture forms.
In this work I have established to think of communication in its last form, like a scientific text
(knowledge) produced by agents who seek out legitimacy in a field, parting from the continuous
reproduction.

Keywords
History, communication, language, social place, Field.

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Introducción
…somos lenguaje, el lenguaje es más que sangre.
Mihai Nadin

El lenguaje no es únicamente el conjunto de sonidos articulados con que el hombre manifiesta lo


que piensa o siente, como versa una definición de diccionario. El lenguaje es una estructura más
compleja; es palabra, imagen y sonido; es olor y sabor, es representación simbólica que permite
la acción comunicativa. En suma, es el lazo más fuerte de interacción social.

La comunicación como conocimiento2 es lenguaje escrito, este tiene la peculiaridad de ser


creado, así, los saberes de la comunicación son las narraciones que mediante el lenguaje escrito
se hacen del mismo. Dichas narraciones son representaciones en forma de discurso, un texto
científico-académico3, un discurso histórico.4

En este trabajo se plantea (re) pensar la comunicación como un texto escrito de cualidades
científica e histórica (conocimiento) producido por agentes que buscan darle legitimidad a un
campo, a partir de la reproducción continua que deriva en un saber acumulado.

Validar el supuesto y cumplir el objetivo plantea algunas dificultades teórico-metodológicas a


saber:
a).- Porque el discurso (científico e histórico) es una producción individual a partir de
otras producciones individuales elaboradas en distintos espacios-tiempo. Un discurso a
partir de otro (s) discurso (s).

b).- Porque los productores de este discurso (científico e histórico) son objeto de su
práctica. El producto es un discurso científico que comunica la comunicación, es decir la
estructuración del campo de la comunicación a partir de la comunicación.

¿Cuál sería la alternativa teórico-metodológica para re-pensar la comunicación como


conocimiento, es decir como discurso científico e histórico producido por agentes que buscan
darle legitimidad a un campo?

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Buscando respuesta se atrae un argumento de Eduardo Vizer, quien invita a pensar la


comunicación, al hacerlo sugiere entre otras cosas elaborar modelos heurísticos creativos desde
perspectivas ontológicas, epistemológicas y axiológicas. Aunque reconoce que es una empresa
ambiciosa, tal vez utópica, señala que una metateoría que cubra estas perspectivas será sin duda
una contribución favorable para fortalecer el campo (Vizer, 2003)

Atendiendo esta sugerencia, es que se analizan, discuten, comparan, entrecruzan y apropian


conceptos elaborados por Pierre Bourdieu (Campo, Habitus) y Michel De Certeau (Discurso
histórico, Lugar social) buscando trascender la actitud reflexiva hacia el (re) pensar.

De pensar, y repensar la comunicación

Pensar, es en sí un acto racional exclusivo de la especie humana mientras no se demuestre lo


contrario, es decir, ejercitar una facultad reflexiva. La comunicación ha sido pensada de formas
distintas desde que nació con pretensiones de ciencia, como disciplina, como campo y como
objeto de estudio. Así las cosas, diversos autores invitan a pensarla desde algunos ángulos.

Martín Barbero señala que debemos pensar la comunicación como tarea antropológica, es decir
desde la cultura, tomando en cuenta el estado de fragmentación, descentramiento y
desterritorialización del campo. Él propone configurar un nuevo mapa que guíe la trama
comunicativa de la cultura, una nueva geografía donde la investigación supere el nivel de
denuncia y pase a ser el ingrediente renovador de los modelos y las prácticas de la comunicación
pública, esto significa un reordenamiento de los modos de pensar la comunicación (Martín
Barbero, 2002) Mientras que Vizer sugiere la necesidad de modelos heurísticos basados en la
cooperación crítica del conocimiento acumulado, como parte constitutiva de una “disciplina”
exitosa (Vizer, 2003)

Curran en cambio, sugiere repensar la comunicación pero partiendo del estudio de los medios
masivos (Curran, 1998) En la misma dirección Gumucio insinúa una idea equivalente cuando
pone en evidencia la emergencia de los medios alternativos y la posibilidades que tienen de

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romper con la unidireccionalidad y asimetría entre los medios masivos y la sociedad (Gumucio,
2004).

La comunicación puede ser (re) pensada. Quizás en el sentido que decía Wallerstein en otro
contexto pero adaptado a esta discusión. “Cuando nuevas evidencias importantes socavan viejas
teorías y las predicciones no se cumplen, nos vemos obligados a repensar nuestras premisas”
(Wallerstein, 1998: 3)

Un buen punto de partida es la propuesta de Vizer, quien formula que la comunicación tiene dos
objetos claros: el lenguaje y los medios, en este momento interesa el lenguaje escrito, es decir, la
comunicación como conocimiento. Entonces es necesario aclarar oscuridades que el concepto
encierre en sí mismo, y en su significado, si se quiere semántico. ¿Qué es la comunicación?
Tamaño problema.

Un concepto en definitiva, en la medida en que condensa una experiencia histórica, articula redes
semánticas, lo que le confiere un carácter inevitablemente plurívoco (Koselleck, 2001) y aunque
ningún diccionario, ninguna filología, ninguna gramática puede integralmente dar cuenta de la
variedad, la riqueza, la grandeza y la vitalidad de un sola palabra (Juarroz, 2003) se puede ofrecer
un significado partiendo por ejemplo, de las pertinentes aportaciones que Pasquali realiza.

La propuesta se basa en una refundación semántica de dos conceptos que se usan indistintamente
como sinónimos pero que son dos cosas distintas: “Comunicación” e “Información”. Respecto al
primero, afirma que es un término rescatado ante el advenimiento de los medios masivos como el
teléfono, telégrafo, fonógrafo, etc. En cuanto al segundo, es un término que tiene sus orígenes
más remotos en la época clásica, destinado a connotar la imposición de una idea o un principio y
que en épocas recientes ha sido adoptada por el periodismo como uno de sus hijos más
predilectos. La diferencia entre ambos es que “información” es más imperfecta que
comunicación, dicha noción ya de por sí limitativa y desocializante respecto del de
“comunicación” recibe una limitación al reducírsele a un mero acceso a mensajes ajenos,
amputándola de su mitad participativa, creadora y emisora de mensajes propios (Pasquali, 2005:
37-45)

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Enrique Sánchez menciona al respecto citando a Prieto y Blanco:


La comunicación es un proceso fundamental, “esencial” de las sociedades
humanas. Cuando de comunicación humana hablamos, nos referimos al proceso de
producción de sentido mediante el intercambio de señales y mensajes entre sujetos
humanos […] Los mensajes consisten en señales codificadas sobre materias
significantes diversas, como el lenguaje (hablado, en un nivel de codificación,
escrito, en otro nivel). Los mensajes significan a partir de convenciones históricas
y culturalmente generadas, por medio de las cuales producimos sentido, más o
menos en común, lo cual permite la comunicación humana (Sánchez, 2005: 17)

(Re) pensar la comunicación como conocimiento, es analizarla y reflexionarla como lenguaje


humano, y como lenguaje escrito, es decir, como una práctica humana. Pues representa una
alternativa teórico-metodológica para conocer el proceso de estructuración y configuración de un
campo científico a partir de la elaboración de un discurso que es científico y es histórico.

La comunicación como discurso histórico. Configuración del campo de la comunicación a


partir de la comunicación

La comunicación no es una ciencia. Es un objeto de estudio.


Tampoco es una disciplina, por lo menos en el sentido fuerte que
denota sinonimia de “disciplina” con “ciencia”, aunque incluye los
dominios humanísticos. La comunicación es (o debería ser) un objeto
privilegiado de prácticamente todas las ciencias y disciplinas sociales o
humanas […] no hay disciplina pero si hay campo en el sentido de Bourdieu.
Enrique Sánchez Ruiz.

Hablar de la comunicación como discurso histórico significa ofrecer una reflexión teórica de
cómo se lleva a cabo el proceso de producción del discurso, a partir de qué elementos se
construye, y qué características formales tiene el lugar donde se genera. La investigación social
es una práctica y su resultado un discurso, que es científico y es histórico, porque quien lo
construye, lo hace a partir de uno que no es el suyo basado en reglas y procedimientos lógico-

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racionales, y es objeto de su misma práctica. Es una marca indeleble que pocas veces nos
detenemos a meditar.

¿Cómo se construye el campo? El referente teórico obligado para hablar de “campo” es Pierre
Bourdieu, ya que su propuesta es suficientemente operativa para conceptualizar el campo de la
comunicación. Algunos estudios sobre comunicación acuden a estos supuestos Fuentes (2004),
Ramírez (2004), De la Torre (2004), Vasallo de López (1999). En este trabajo se recurrió también
a Bourdieu con la intención de comparar y entrecruzar conceptos con Michel De Certeau para
explicar de una manera alternativa, cómo los investigadores construyen y estructuran el campo de
la comunicación a partir de la comunicación.

Bourdieu y las nociones de “campo” y “habitus”.

Según Bourdieu el mundo social se estructura en campos, constituidos a partir de la relación entre
diversos agentes e instituciones. Descartando la idea de “interacciones” o “vínculos
intersubjetivos” sostiene que la acción social se fundamenta en las relaciones objetivas que
existen entre dichos agentes, independientemente de la conciencia y voluntad individuales, en
dichas relaciones se fundamenta su definición de campo (Bourdieu, 1995)

En términos analíticos, un campo puede definirse como una red o una configuración de relaciones
objetivas entre posiciones. Estas posiciones se definen objetivamente en su existencia y en las
determinaciones que imponen a sus ocupantes, ya sean agentes o instituciones por su situación
(situs) actual y poder (o de capital) –cuya posesión implica el acceso a las ganancias específicas
que están en juego dentro del campo- y, de paso, por sus relaciones objetivas con las demás
posiciones (dominación, subordinación, homología) (Bourdieu, 1995: 65)

En la comunicación hay un campo,5 un campo donde se llevan a cabo esas relaciones entre
agentes e instituciones, los agentes son los productores y reproductores del conocimiento
científico en este caso los estudiosos de la comunicación. Las instituciones también cumplen la
función de agente pero en una dimensión más amplia ya que escapa a la individualidad del

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estudioso de la comunicación, las instituciones pueden ser entre otras la familia, el Estado, y la
Universidad, etc. Bourdieu también enfatiza que dichos agentes son poseedores de un capital, es
decir, el conocimiento que dichos agentes producen y reproducen, y esto les confiere poder, ya
que “una especie de capital es el factor eficiente en un campo dado, como arma y como apuesta;
permite a su poseedor ejercer un poder, una influencia, por tanto, existir en un determinado
campo” (Bourdieu, 1995: 65).

Hasta aquí tenemos dos cosas claras: el campo es un espacio científico al menos para la
comunicación, pero en la misma medida es un espacio político donde las relaciones de poder se
sostienen en la competencia entre los agentes poseedores de capital cultural (conocimiento) es
pues un campo de fuerzas, o en palabras de Bourdieu un campo de juego.

En todo momento, el estado de las relaciones de fuerza entre los jugadores [agentes] es lo que
define la estructura del campo: podemos imaginar que cada jugador tiene, frente sí, pilas de
fichas de diferentes colores [la parcelación disciplinar sostenida en identidades diferenciadas por
los objetos de estudio: historiadores, antropólogos, sociólogos, etc.] correspondientes a las
diferentes especies de capital que posee, de manera que su fuerza relativa en el juego, su posición
en el espacio de juego y, asimismo, sus estrategias de juego, sus jugadas, más o menos
arriesgadas, más o menos prudentes, más o menos subversivas o conservadoras, dependen del
volumen global de sus fichas y de la estructura de las pilas de fichas, al mismo tiempo que del
volumen global de la estructura del capital. (Bourdieu, 1995: 65)

Los agentes determinan el devenir del campo dependiendo del capital cultural (científico) que
posean y el poder que les confiera, ya que los agentes poseen un doble carácter al posicionarse en
el interior del campo: son científicos y políticos. Como científicos construyen teorías y
metodologías (producen y reproducen conocimiento) y como políticos las conservan, y las
subvierten.

Surge una duda ¿Cuáles son los límites de cada campo? La respuesta estriba en el tipo de capital
científico que posean entre sus pares, el tipo de discurso científico (histórico) que producen en
torno a la estructuración del campo al que pertenece y por el cual apuestan todas sus fichas.

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Otro de los conceptos centrales de la propuesta teórica de Bourdieu es, el concepto de habitus, ya
que está intrínsecamente ligado al de “campo”. Al respecto nos dice que habitus: es un sistema
socialmente construido de disposiciones estructuradas y estructurantes, adquiridos mediante la
práctica y siempre orientada a funciones prácticas (Bourdieu, 1995: 83) es importante tomarlo en
cuenta porque:

La relación entre el habitus y el campo es, ante todo, una relación de condicionamiento: el campo
estructura el habitus, que es producto de la necesidad inmanente de este campo o de un conjunto
de campos más o menos concordantes; las discordancias pueden ser el origen de habitus
divididos, incluso desgarrados […] el habitus contribuye a constituir el campo como mundo
significante, dotado de sentido y valía, donde vale la pena desplegar las propias energías
(Bourdieu, 1995: 88)

Con la anterior idea se puede inferir que existe una relación dialógica entre el habitus-campo-
habitus. Entonces si quisiera examinar la estructuración del campo se deberá analizar los habitus
de los agentes, “los diferentes sistemas de disposiciones que éstos adquirieron mediante la
interiorización de un tipo determinado de condiciones sociales y económicas, y que encuentran
en una trayectoria definida dentro del campo considerado, una oportunidad más o menos
favorable de actualizarse” (Bourdieu, 1995: 70)

De Certeau y la noción de “discurso histórico” y “lugar social”.

Michel de Certeau, científico social francés ¿historiador? que escapa a los encasillamientos
disciplinares que impone la academia, sugiere una interesante reflexión en torno a la práctica
científica, particularmente se refiere a la escritura de la historia.

En uno de los capítulos del libro La escritura de la historia nos ofrece una explicación de cómo
se realiza lo que él denomina la operación historiográfica (producir un discurso histórico) Parte
de una serie de cuestionamientos auto- reflexivos: ¿qué fabrica el historiador, cuando hace

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historia? ¿En qué trabaja? ¿Qué produce? ¿De qué se trata este oficio? (De Certeau, 1993) Al
hacerse estas preguntas se da cuenta de que existe una marca indeleble, la particularidad del lugar
desde donde él habla. Hablar es decir, decir es escenificar, plasmar textualmente un discurso,
“producir” un discurso.

De Certeau, nos recuerda que Marx decía: producir es una práctica. Para vivir es necesario ante
todo, beber, comer, construir donde habitar etc. Para satisfacer estas necesidades vitales el ser
humano necesita producir. De la misma forma al escribir historia el historiador se convierte en
productor, en este caso de un discurso. El “producto” es un discurso y es necesariamente
histórico, no por ser elaborado por historiadores, sino por ser una forma de lenguaje escrito
condicionado por el lugar social de quien lo produce en un espacio y tiempo determinado.

Siguiendo los consejos de Marx, De Certeau señala: en economía, cuando producimos


acumulamos trabajo y generamos capital; de igual forma, el discurso es una forma de capital 6
producido a partir de una operación historiográfica (Trabajo). El trabajo es pues una actividad
técnica destinada a producir, “operar” es trabajar. El historiador realiza un trabajo bajo la forma
de operación y produce un discurso, pero el trabajo no concluye ahí ya que resta lo más
importante, analizar la relación entre el producto, el productor, y el lugar de producción.

Es aquí donde surge la noción de “lugar social” concepto que ayuda a dilucidar cómo se
construye el discurso histórico. ¿Por qué interesa el lugar de producción? Porque es una marca
indeleble que representa la particularidad del lugar desde donde habla el productor de ese
discurso, ya que estará configurado en relación con ese lugar.

Entonces el “lugar social”7 es el lugar de producción socioeconómica, política y cultural, pero


sobre todo el espacio relacionado con una institución histórica (La familia, el Estado, La
Universidad), con un saber acumulado y el uso de técnicas y herramientas específicas (prácticas
científicas) el discurso producido está condicionado por el lugar social en relación con la
institución histórica. ( De Certeau, 1993) Ver figura 1.

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Figura 1.

Relación entre un lugar y la


Varios procedimientos de
Institución.
análisis.
(Lugar social e Institución
(Prácticas científicas)
histórica)

OPERACIÓN
HISTORIOGRÁFICA

La construcción de un texto.
(Discurso histórico)

Resumiendo. La operación historiográfica se refiere a la combinación de un “lugar social” de


prácticas científicas y de una escritura. Toda operación historiográfica se enlaza con un lugar de
producción socioeconómica, política y cultural, y en ese sentido el discurso histórico producido
en torno a la construcción del campo de la comunicación está configurado por el “lugar social” de
los productores de ese discurso (los estudiosos de la comunicación)

Comunicar la estructuración del campo de la comunicación. Apuntes metodológicos para


(des) armar

Se ha señalado que se explicará cómo se ha estructurado el campo de la comunicación a partir de


la comunicación, es decir, a partir del discurso científico (histórico) producido. Es momento de
hacerlo a partir de referencias empíricas.

Las referencias para este ejercicio pueden ser tomadas de estudios ya realizados, por ejemplo
aquellos que realizan sistematizaciones documentales como lo son los trabajos de Fuentes (1998,
2003a, 2003b, 2005a, 2005b, 2008) donde realiza una voluminosa sistematización documental de
la producción de discurso histórico sobre la comunicación en México durante los últimos
cincuenta años. El trabajo de Mattelart y Mattelart (1997), puede ser otra referencia, al ofrecer un

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extraordinario esfuerzo de erudición histórica mostrando lo que él considera como una “historia
de las teorías de la comunicación”.

El volumen de estas obras, sobre todo la de Fuentes, plantea algunos desafíos metodológicos,
para caracterizar el lugar social de los distintos agentes que han contribuido con sus discursos
histórico-científicos a la edificación del campo. Sin embargo las opciones se pueden diversificar
e incluso simplificar si tomamos como punto de partida un orden cronológico-espacial, y de ahí
subdividir a corrientes epistemológicas, escuelas de pensamiento, entornos institucionales,
campos académicos, hasta llegar al espacio individual donde el agente se pregunta ¿Qué produce
el comunicólogo cuando escribe sobre comunicación?

Un segundo paso es descartar la producción que no cumpla con el carácter científico-académico.


Es decir lo que no represente un aporte, en calidad de capital cultural, por no efectuar el
procedimiento convencional de generación de conocimiento: argumentos lógicos a partir de
razonamientos y pruebas. Una aportación al campo debe estar fundado en argumentos de
cualidad científica (episteme) y no meramente opinativas (doxa) para de esta forma cumplir un
status marcado por los cánones académicos.

Se pueden rastrear otras evidencias empíricas, a un nivel quizás más micro. El estudio
bibliométrico realizado por Ramírez es muy útil y fértil, ya que en él analiza de manera
cuantitativa los artículos producidos (discurso científico-histórico) al interior de tres revistas
académicas Comunicación y Sociedad, editada por la Universidad de Guadalajara; Estudios sobre
las Culturas Contemporáneas editada por la Universidad de Colima; y Versión. Estudios de
Comunicación y Política editada por la UAM. (Ramírez, 2004)

El lugar social de los agentes productores estará configurado en dos sentidos con los datos que
aporta este estudio:

1. El discurso que producen está configurado en relación a la institución histórica (la


universidad a la que pertenecen, y de la que provienen)

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2. Su discurso está construido a partir de sus referentes teóricos (el análisis de las citas que
realiza Ramírez es muy conveniente)

El lugar social de los agentes productores está configurado por el modelo hegemónico
norteamericano y europeo como lo revela el estudio de Ramírez al encontrar que “en términos
generales se detecta un predominio de citas a autores y obras europeas, por ejemplo la obra de los
franceses Pierre Bourdieu, y Michel De Certeau, del inglés Anthony Giddens, y del Alemán
Jürgen Habermas, (Ramírez, 2004: 75)

Tal como nos recuerda Fuentes, la única alternativa al menos en América Latina es la formación
de agentes académicos (posgrados) para producir socialmente sentido sobre la producción social
de sentido, ya que serviría para ganar terreno a la legitimación del campo, ganando autonomía y
poder que podrá generar explicaciones más plausibles y orientadoras de las transformaciones en
curso en el mundo. La profesionalización es indispensable ante la realidad educativa en general
en América Latina, y las condiciones particulares de los estudiantes de comunicación en nuestro
país (Fuentes, 2003a)

Entonces el posgrado es el lugar estratégico donde se hace más visible el lugar social de los
agentes en formación, es el espacio donde se les puede dotar de un capital que le de mayor
legitimidad al campo ya que este puede ser hecho a la medida de las necesidades del campo, es
decir puede ser modelado por los agentes más avanzados a partir de las experiencias de su propio
lugar social, no como chauvinismo disciplinar, sino como agentes constructores de un campo.
Veamos como está configurado el “lugar social” de los agentes formados en el campo de la
comunicación a partir del estudio que realiza De la Torre a través del análisis de las tesis
(discurso histórico, científico) producidas en tres programas de maestría mexicanos.

En su análisis incluye tres programas de posgrado ofertados por tres instituciones educativas
mexicanas, UNAM, UIA, ITESM. En su análisis realizado a las tesis producidas en estos tres
programas encuentra los siguientes resultados:

1. Predominan los estudios sobre medios: (televisión, prensa e Internet)

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2. Predominan los estudios empíricos


3. Predomina la metodología del análisis de contenido.
4. Tendencia a la formación de docentes y de especialistas en comunicación, que a la
formación de investigadores.
5. Este puede ser el hallazgo más desconcertante: muchas de las tesis terminan siendo un
trabajo pobremente fundamentado, o un proceso comunicativo inconsistente con su
propio marco metodológico. ( De la Torre, 2004)

Con los resultados preliminares que ofrece De la Torre se puede concluir que el “lugar social” de
estos agentes está configurado indudablemente a partir de la institución histórica (la universidad
en la que están formados: planta de profesores, tutores, asesores, referencias teórico-
metodológicas) y evidencia que el discurso que producen exhibe dificultades y no representa un
aporte sustantivo a la configuración del campo, ya que su capital cultural en el sentido Bourdiano
es reducido. Entonces, la configuración del campo tiene que necesariamente poner atención en el
“lugar social” de los agentes que está formando, ya que de eso dependerá la solidez de la
estructura de un campo que está configurándose.

A manera de conclusión. ¡La comunicación como conocimiento es un discurso!

¿Por qué atraer a Michel De Certeau y Pierre Bourdieu a una discusión donde se sugiere (re)
pensar la comunicación? Porque la comunicación como conocimiento es un discurso histórico, o
mejor dicho en su forma última es un discurso producido a partir de varios discursos
condicionado por el lugar social del productor del mismo, además de que al mismo tiempo es una
forma de comunicar la comunicación.

El campo académico de la comunicación está siendo estructurado a partir de la comunicación, a


través de la reproducción crítica de discursos históricos, pero no es una mera comparecencia o
acumulación arbitraria, sino una competencia lúdica en sentido Bourdeauiano donde los agentes
configurados por su “lugar social” reúnen sus pilas de fichas (capital científico) y le dan sentido
al campo, es decir producen discurso científico que le da legitimidad al campo.

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Número 84 Septiembre - noviembre 2013
RAZÓN Y PALABRA
Primera Revista Electrónica en Iberoamerica Especializada en Comunicación.
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Ahora vale preguntarse: ¿Es válido reducir al lenguaje (escrito) esta forma de acceder y construir
la realidad social? Se puede criticar el pretender que todo es lenguaje, pero como negar que el
discurso histórico, todo él, es lenguaje escrito.

¿Para que sirve (re) pensar la comunicación, como conocimiento? El campo de la comunicación
está configurándose a través del lenguaje escrito, no de manera única y determinista, sino como
una pieza más de la estructura en edificación. Reflexionar sobre nuestra propia práctica es una
forma de contribuir, si se quiere, ontológicamente a la estructuración del campo, al reflexionar
desde el “lugar social” de quien escribe este discurso, sobre un campo en edificación.

En el fondo, este trabajo es un esfuerzo por romper con el mediocentrismo y despertar un interés
teórico en un campo que no agota sus posibilidades, pues habrá que entender que la
comunicación no es exclusiva de los medios y que la cooperación teórica interdisciplinaria puede
fortalecer el campo de la comunicación. Sin embargo la afirmación pende de una paradoja, ya
que el “medio” no deja de estar presente (revistas, tesis, etc.) La comunicación está abierta y en
movimiento.

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1
Licenciado en Historia y Maestro en Comunicación por la Universidad de Guadalajara. Coordinador del libro
“Voces de la República: un recorrido de 200 años por la historia de México (2010). Autor del libro: “La
comunicación política de los opinadores. Una propuesta metodológica para el análisis de la prensa de opinion en
México (2012); Premio Nacional de trabajos recepcionales CONEICC (2010).
2
Conocimiento es entendido como el resultado epistémico de un procedimiento científico con reglas y
procedimientos lógico-racionales.
3
Discurso estructurado mediante el lenguaje escrito con un argumento lógico y coherente, cuyo principio básico es
la demostración a través de razonamientos válidos. En adelante cuando se hable de discurso científico se entenderá
que se refiere a la producción académica dentro del campo de la comunicación.
4
¿Qué es un discurso histórico? Es la representación narrativa (a través del lenguaje escrito) de objetos y símbolos
en un tiempo y espacio determinados. En palabras de Michel De Certeau es el resultado de una práctica científica a
partir de la relación entre un lugar social, varios procedimientos de análisis y la construcción de un texto. (De
Certeau, 1993)
5
En adelante cada vez que se refiera a la noción de campo propuesta por Bourdieu, debe entenderse que se refiere al
campo de la comunicación.
6
Debemos recordar que Bourdieu utiliza la metáfora de las “pilas de fichas” como una forma de capital que les
otorga poder a los agentes del campo, de la misma forma el capital de los agentes será el discurso que producen, en
el sentido de De Certeau.
7
La noción de “lugar social” podría estar emparentada con la de habitus, para este análisis prefiero utilizar el
primero por considerarlo más funcional con la reflexión teórica que estoy presentando.

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