El proceso es similar a la receta tradicional, hasta el momento de freírlas en la sartén,
que se sustituye por la 'airfryer'. Las torrijas es uno de los dulces más tradicionales de estos meses, por su vinculación con la Semana Santa. No obstante, los paladares no entienden de fiestas y son bienvenidas independientemente de la época del año. Aunque el sabor de las torrijas tradicionales tienen pocos detractores, también se pueden cocinar en la freidora de aire. El tipo de pan es una de las cuestiones que más discrepancias generan en torno a las torrijas. Mientras que unos optan por el especial de torrijas que se puede encontrar en algunas panaderías, los hay que se decantan por el brioche, más blando y que desde hace unos años se ha popularizado para este postre. Sin embargo, en la mayoría de las casas se opta por el tradicional pan duro de unos días antes, ya que también es una manera de aprovecharlo. El secreto que regalan muchos cocineros va más allá del pan: es necesario un buen remojado. Se debe infusionar la leche con azúcar (unos 100 miligramos por cada litro), una rama de canela y la peladura de un limón sin la parte blanca, que amarga. Se bañan las rebanadas de pan en leche, durante una hora si se quieren muy jugosas, y a continuación se rebozan en huevo batido por ambas caras. Hasta este punto de la receta, la elaboración es compartida por la forma tradicional y la de freidora de aire. En lugar de freírlas en la sartén con aceite de girasol, se dispone un papel vegetal de horno sobre la cesta de la 'airfryer'. Un truco para darles bien la vuelta es untar con unas gotas de aceite el papel. Entonces, ya se pueden colocar las rebanadas sin superponerlas. Si tienen un tamaño normal de barra de pan, se podrán poner dos cada vez.