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Este documento resume la densidad de población en España según un mapa del gobierno. Muestra que las áreas más densas son Madrid, la periferia peninsular, Baleares y Canarias, mientras que las menos densas son el interior peninsular. Esta distribución se debe a factores históricos como la industrialización y urbanización desde el siglo XIX, así como movimientos migratorios recientes. La densidad está vinculada a la disponibilidad de servicios.
Este documento resume la densidad de población en España según un mapa del gobierno. Muestra que las áreas más densas son Madrid, la periferia peninsular, Baleares y Canarias, mientras que las menos densas son el interior peninsular. Esta distribución se debe a factores históricos como la industrialización y urbanización desde el siglo XIX, así como movimientos migratorios recientes. La densidad está vinculada a la disponibilidad de servicios.
Este documento resume la densidad de población en España según un mapa del gobierno. Muestra que las áreas más densas son Madrid, la periferia peninsular, Baleares y Canarias, mientras que las menos densas son el interior peninsular. Esta distribución se debe a factores históricos como la industrialización y urbanización desde el siglo XIX, así como movimientos migratorios recientes. La densidad está vinculada a la disponibilidad de servicios.
corocromático que representa la densidad de población
en España. Su fuente es la web de Fomento del Gobierno de España. Para comenzar debemos definimos densidad de población por la distribución espacial de los habitantes. La densidad general en España tiene un valor moderado e inferior a la media de la Unión Europea, pero este dato esconde fuertes contrastes. Tal y como queda señalado en el mapa las áreas más densamente pobladas son Madrid, la periferia peninsular, Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla. Mientras que las áreas de baja densidad se localizan en el interior peninsular. Esta distribución se debe a una evolución donde han intervenido diversos factores. Entre mediados del siglo XIX y la crisis de 1975 tiene lugar la época industrial donde la tasa de urbanización experimentó un gran crecimiento superando la población urbana a la rural. Este hecho es consecuencia de factores administrativos como la división provincial que impulsó el crecimiento de las ciudades elegidas como capitales. Así Madrid capital y centro financiero del Estado, queda reflejada en el mapa con una alta densidad al igual que las regiones periféricas donde el crecimiento natural y la instalación de actividades económicas atrajeron a la población. Existen también causas económico-sociales, como el desarrollo de la industria moderna, que dieron lugar al traslado de la población rural a áreas industrializadas las cuales podemos observar en el mapa: estas son, Asturias, País Vasco, Cataluña y posteriormente los ejes del Ebro y Mediterráneo. Desde la crisis de 1975 tiene lugar la época postindustrial donde la tasa de urbanización desacelera su crecimiento. Esta circunstancia responde a que debido la crisis de 1975 se produce la desindustrialización lo que conlleva al declive de ciudades. Como podemos apreciar en el mapa las más afectadas fueron las situadas en el eje cantábrico. No obstante, tal y como muestra el mapa sigue conservando su preeminencia en el área castellano-manchega, sur de Madrid y litoral mediterráneo. En la actualidad, la difusión de la población y de las actividades terciarias refuerzan el contraste de población convirtiéndose Madrid y los ejes Mediterráneo y del Ebro en áreas receptores de inmigración extranjera lo que da lugar a su alta densidad. Como podemos observar en el mapa la baja densidad de población se localiza en el interior peninsular donde han permanecido las actividades agrarias. Los incidentes de las diferentes etapas han provocado movimientos migratorios tanto interiores como exteriores de la población española, estos son los responsables de los desequilibrios territoriales que presenta el mapa propuesto. La salida de españoles al extranjero afectó a la reducción de población en el país, así como en su distribución pues la distinta participación de las regiones en las corrientes migratorias ha contribuido a los desequilibrios actuales en el reparto espacial de la población. Hay que llamar la atención sobre la distribución territorial de las ciudades: se caracteriza por un centro peninsular de mayor aglomeración urbana, Madrid y en la periferia principales aglomeraciones urbanas mientras que existe un espacio interior poco urbanizado con excepciones como Zaragoza donde predominan ciudades medias y pequeñas. Las zonas urbanas coinciden con los puntos de mayor densidad que vemos en el mapa, porque la densidad urbana es mayor que la rural. Todo ello se vincula con los servicios de los que pueda disponer la comunidad. De este modo, aquellas áreas más densamente pobladas disfrutaran de una economía más dinámica la cual ofrecerá servicios como el transporte, sanitarios, educativos, que aumentaran la calidad de vida de los ciudadanos. Por el contrario, aquellas zonas prácticamente deshabitadas sufrirán escasez de servicios ya que estas áreas no son rentables económicamente. En conclusión, podemos observar cómo la densidad de población de un país refleja las condiciones socioeconómicas del mismo. En los últimos años, hay una clara tendencia a intentar repoblar esa “España vaciada” en busca de estabilidad y mayor comodidad, sin embargo, todavía sigue siendo clave la búsqueda de oportunidades laborales en los centros económicos de nuestro país.