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2º Bto.
[TEMA 6] LA POBLACIÓN
ESPAÑOLA
INTRODUCCIÓN
1. FUENTES PARA EL ESTUDIO DE LA POBLACIÓN
2. EVOLUCIÓN Y DISTRIBUCIÓN
Evolución
Distribución
3. LA DINÁMICA NATURAL
La natalidad y la fecundidad
La mortalidad y la esperanza de vida
El crecimiento natural o vegetativo
ANEXOS
1
INTRODUCCIÓN
La geografía de la población es la rama de la geografía que se encarga del estudio de las
relaciones entre la población y el espacio. Para ello la geografía de la población se apoya en ciencias
auxilares como la demografía que analiza cuantitativamente la población y proporciona datos
estadísticos procedentes de diferentes fuentes. En España, las más importantes son el censo, el
padrón municipal y el registro civil.
A 1 de enero de 2020, España contaba con 47.332.614 habitantes (datos oficiales dic. 2020). Cifra
que se verá mermada, con total seguridad este año, debido a las repercusiones del Covid-19 * en el presente
año.
Otro de los factores destacables es el paulatino éxodo rural que ha dejado a muchos municipios
del interior, sobre todo en ambas Mesetas con una población envejecida y acentuando la llamada
“España vaciada”. Los retos para el futuro pasan por tratar de buscar planes de conciliación
familiar y justicia social que sustenten la ampliación de la base de una población cada vez más
envejecida. Rejuvenecer un país envejecido de tendencia a envejecer más con el paso de los años,
asumiendo que suponen un riesgo para el sostenimiento del sistema de pensiones y sanitario. La
recuperación de espacios rurales abandonados que se enfrentan a graves dificultades para poder
sobrevivir, que sufren las consecuencias de la despoblación y toda una serie de repercusiones
derivadas de cuestiones sociales, políticas, económicas y geográficas forman parte de los retos para
el futuro de la población. A pesar del tímido avance en algunos municipios rurales que se nutren de
sabia nueva procedente de grandes poblaciones, a tenor de la pandemia que ha hecho de los
munipicios de la España vaciada o vacía un entorno proclive a desarrollar las actividades laborales
y familiares.
Comenzó de forma clara en la segunda mitad del siglo XIX y se prolongó hasta el último cuarto
del siglo XX. Se caracterizó por un importante crecimiento de la población, resultado del
mantenimiento de unas elevadas tasas de natalidad y una notable disminución de la mortalidad.
Más tarde, comenzaría la reducción de la natalidad, sobre todo en las áreas urbanas.
Se inició en el último cuarto del siglo XX y llega hasta nuestros días. Se caracteriza por un
descenso de la natalidad y la mortalidad, de modo que el crecimiento natural es muy pequeño y
tiende a cero.
Distribución
Factores geográficos: el clima y la altitud. El clima hace que el interior de España sea
continentalizado con temperaturas extremas, mientras que en las costas las temperaturas sean
todo el año suaves. Las montañas suponen un desafío para las comunicaciones y el desarrollo
agrícola. Por eso las personas prefieren vivir en los llanos y en las costas.
Factores demográficos. Son la dinámica natural y la estructura de las diferentes poblaciones. Este
factor consolida el contraste interior-litoral. El interior tiene menor crecimiento natural y una
estructura de población envejecida, frente a un litoral de población más joven. En lo que a
población rural y urbana se refiere diremos que últimamente han perdido importancia los
municipios de menos de 10.000 habitantes frente a la significación adquirida por ciudades
grandes y medias. El poder de atracción de la ciudad se basa en la posibilidad de empleo,
mejores servicios y comunicaciones, mayor amplitud vital. Las áreas urbanas crecen más
rápidamente que las rurales. Sin embargo los territorios más dinámicos son las periferias urbanas
y no el centro de las ciudades que aumentan de forma lenta o incluso pierden población. Todo
ello debido al “éxodo rural” por el que la población del campo se ha desplazado y concentrado
en torno a los focos de la industria y los servicios de las ciudades. Junto a la actividad económica,
un factor muy importante en la distribución de la población en cada provincia ha sido la
capitalidad administrativa, es decir, las capitales de provincia se han convertido en focos de
atracción.
El proceso histórico iniciado por la población española en el siglo XVIII y continuado en el siglo
XIX y XX (con la década de los sesenta como aceleración y consolidación final) nos presenta una
distribución de la población española cada vez más concentrada, ampliando la dicotomía entre el
interior semivacío y la periferia muy densa y más urbanizada.
De esta forma, la zona litoral, los archipiélagos balear y canario, las plazas de soberanía y, sobre
todo, la Comunidad de Madrid, se encuentran densamente pobladas. En cambio, el interior
peninsular va camino de convertirse en un área de vacío demográfico (Comunidades de Castilla y
León, Castilla-La Mancha, Extremadura y Aragón).
Los rasgos principales de la distribución espacial de la población española son los siguientes:
La periferia muy poblada: todo el litoral está muy poblado, aunque hay excepciones como
Lugo, Almería, Granada o Huelva.
El interior muy poco poblado: con las excepciones de las áreas metropolitanas de Madrid,
Sevilla, Valladolid y Zaragoza.
Una población muy urbanizada: las áreas metropolitanas citadas concentran grandes
efectivos de población, de tal forma que los municipios medianos y pequeños que
representan el 80% del territorio, solo representan el 25% de la población.
3. LA DINÁMICA NATURAL
La dinámica natural o movimiento natural de una población es la variación de la población de un
lugar que depende únicamente del comportamiento demográfico de sus habitantes, es decir, de los
nacimientos y las defunciones que se producen en ella y que explicarían su crecimiento o
decrecimiento si no existiesen movimientos migratorios.
La natalidad y la fecundidad
La mortalidad inició su descenso a finales del siglo XIX, acelerándose a principios del siglo XX.
Varios factores explican esta evolución: una mejor alimentación, los avances en medicina, una
mayor higiene y la disponibilidad de más recursos económicos.
Esta caída de la mortalidad es una de las razones por la que España presenta una de las
esperanzas de vida más altas del mundo, alcanzando los 83 años. Alcanza valores más altos en las
mujeres (85 años) que en los varones (80 años).
El crecimiento natural o vegetativo
Las migraciones son los movimientos de población de su lugar habitual de residencia a otros
lugares por diferentes motivos (económicos, sociales, culturales, políticos, religiosos, etc) y pueden
ser voluntarios o forzosos, interiores o exteriores, pueden ser temporales o definitivos. Los
movimientos migratorios se clasificación en inmigración (llegada) y emigración (salida). Los
movimientos regulares de población por motivos laborales en el día son conocidos como
movimientos pendulares. Ida y vuelta en el día. Si se deben a motivos políticos (persecución,
protección de personas, etc) se trata de asilo o refugio. Con características específicas ya que estas
migraciones son de carácter forzoso.
La alta natalidad de las zonas rurales, las crisis agrarias y la incipiente mecanización de ciertas
tareas agrícolas propició desde el último tercio del siglo XIX un intenso éxodo rural, que alcanzó su
auge en los años sesenta y principios de los setenta del siglo XX. En este momento las regiones
emisoras de población eran Galicia, las dos Castillas, Extremadura Andalucía; y las receptoras, el País
Vasco, Cataluña, Madrid, el litoral levantino y los dos archipiélagos.
A partir de 1975 el éxodo rural ha perdido intensidad frente a las migraciones interurbanas. En la
actualidad las grandes ciudades se han convertido ahora en emisoras de emigrantes a favor de los
municipios de sus áreas metropolitanas.
Desde los inicios de la Edad Moderna hasta finales del siglo XX, en España han predominado los
movimientos de salida de población, principalmente por motivos económicos, pero también por
causas políticas
Entre mediados del siglo XIX y 1960 predominó la emigración transoceánica hacia Cuba
(española hasta 1898), el resto de Iberoamérica, Estados Unidos y Canadá. Las colonias francesas del
Norte de África (especialmente Argelia) acogieron igualmente un contingente importante de
emigrantes españoles. Otros territorios receptores de inmigrantes españoles fueron las Filipinas
(posesión nuestra hasta 1898) y Australia.
Entre 1960 y 1973 predominó la emigración hacia Europa (Francia, la República Federal de
Alemania y Suiza sobre todo). Con la crisis de 1973 se produjo una importante migración de
retorno.
Entre 1975 y 2010 España paso de país de emigrantes a país de inmigrantes, presentando saldo
migratorio positivo. Hasta 1994, las entradas se debieron al retorno de emigrantes españoles. A
partir de este año primó la inmigración extranjera.
La inmigración extranjera
En cuanto a la estructura por sexo, en España nacen más varones que mujeres, siendo el ratio de
masculinidad de 96% de varones por cada 100 mujeres (datos de 2017), pero la mortalidad es más
alta entre los varones que las mujeres, las cuales tienen una mayor esperanza de vida. Los
movimientos migratorios también descompensan la sex ratio, pues la población de inmigrantes
resulta abrumadoramente masculina en el caso de los de procedencia africana y europea y
mayoritariamente femenina en la sudamericana y la asiática.
Respecto a la estructura por edad, en nuestro país desde el año 2000 la población anciana supera
a la juvenil y en los últimos años (desde 2015) rebasa el 18%. El incremento de la población mayor
se vincula con el descenso de la natalidad y la elevada esperanza de vida.
La estructura económica de la población
En nuestro país la tasa de actividad ha registrado un notable incremento con la llegada de los
inmigrantes (desde finales de los noventa), pero en los últimos años (desde 2013) registra un
descenso progresivo. Respecto a la tasa de desempleo, España presenta habitualmente valores muy
altos respecto a otros países europeos. La crisis económica la elevó hasta cifras preocupantes,
alcanzándose el 26% en el 2013. Desde entonces ha ido descendiendo.
Respecto a las divisiones profesionales. La población activa se distribuye entre los sectores
económicos primario, secundario y terciario. Durante el siglo XX, España ha seguido el mismo
proceso que el resto de los países desarrollados, pasando del predominio del sector primario al
secundario entre 1960 y 1975 y del secundario al sector terciario a partir de 1980 (tercerización de la
economía). Esta evolución se vio frenada por la Guerra Civil y la Posguerra, período en el que la
ocupación en el sector primario se recuperó y el sector secundario retrocedió.
En el período 2000 - 2007 destacó el período de auge del sector de la construcción, que se
transformó en el más dinámico de la economía española. La crisis afectó con especial dureza a las
empresas dedicadas a esta actividad. La recuperación se inició a partir de 2014.
Enlaces: https://www.ine.es/index.htm
CONCLUSIÓN.
España se enfrenta en los próximos años a un reto de difícil solución, relacionado con la dinámica
de la población. Las proyecciones indican que la población envejecerá, que habrá menos
nacimientos y que no se garantiza en reemplazo generacional (habrá más población en edad adulta
que jóvenes), menos población en edad laboral y, por tanto, menos trabajadores que coticen a la
Seguridad Social, que es ola encargada de garantizar unos servicios sociales básicos para el Estado
de Bienestar. El reto para sostener las pensiones, las nuevas tendencias del mercado laboral, la
financiación de servicios sociales esenciales, están en peligro de no voltear la tendencia al
envejecimiento de la población. La actual coyuntura laboral derivada de la pandemia, dificulta una
pronta superación de un mal endémico de los últimos años. Cada vez se tienen menos hijos y a una
edad más tardía.
La población se concentra en los núcleos más grandes en busca de nuevas oportunidades y con
mayor acceso a todo tipo de servicios, y muchos jóvenes titulados tienen que buscar oportunidades
laborales en el exterior, ante la falta de ofertas dignas del mercado laboral nacional.
La pandemia Ciovid-19 se presenta como un aliciente para buscar nuevos modelos económico-
sociales que partan de la base de conciliar la vida laboral y familiar, con teletrabajo, con la apuesta
de nuevos empleos que faciliten la posibilidad de poder conciliar la carrera profesional y vital y con
la adaptación y racionalización de horarios que posibiliten tener tiempo disponible para, poco a
poco, recuperar la tendencia de natalidad en España, que vendría acompañada de una recuperación
económica y un progreso an nivel social, demográfico y, por ende, global.
ANEXOS
1. Las pirámides representadas muestran la estructura por edad y sexo de la población española
en dos fechas distintas. Obsérvelas y conteste:
a) Identifique a qué período histórico corresponde cada una de las pirámides de la población y
por qué.
La pirámide de la izquierda se corresponde con el período comprendido entre 1958 y 1975, el
desarrollismo, en el que la mejora de la situación económica y la política natalista del
franquismo provocaron que se disparara la natalidad (baby boom). Se advierte un
estrechamiento en las cohortes de 20 a 24 años (nacidos entre 1936 – 1940) debido a que la
natalidad se redujo enormemente durante la Guerra Civil e inmediata posguerra. La pirámide
es del año 1960.
La pirámide de la derecha se corresponde con la época actual: una población envejecida con un
paulatino descenso de la población joven, si bien se observa que rejuvenece en los dos últimos
escalones o cohortes con un ligero repunte de la natalidad debido a la inmigración extranjera.
La pirámide es del año 2011.
b) Señale las principales diferencias entre la estructura poblacional representada en cada caso.
La pirámide de 2011 presenta una forma de urna, característica de países desarrollados, con
una baja natalidad y un alta esperanza de vida. Este modelo de pirámide indica una población
envejecida (menos del 25% de jóvenes y más del 12% de ancianos).
A partir de los años sesenta del pasado siglo, la progresiva implantación de la infraestructura
sanitaria logró disminuir la mortalidad y aumentar la esperanza de vida. La natalidad se
recupera en este período con el llamado «baby boom», aunque el éxodo rural provocó que a lo
largo de la década disminuyese el número de hijos por mujer. La causa es que el modelo de
familia pasó del tradicional al actual, pues las familias numerosas eran frecuentes en el ámbito
rural, pero escasas en el urbano.