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Contexto histórico
La crisis moral de la Iglesia católica había llevado a muchos cristianos a plantear una fuerte crítica a
los pontífices. En Alemania, esa crítica concluyó en la Reforma protestante iniciada en 1517 por
Martín Lutero.
En este contexto, los pontífices se vieron en la necesidad de tomar medidas drásticas para evitar
que la cristiandad continuara disgregándose. El Concilio de Trento pretendió en un principio
establecer un diálogo con los protestantes para fijar puntos en común, pero en durante su
desarrollo, frente a la negativa a ceder de ambas partes, terminó fijando estrategias combativas
para consolidar el poder del catolicismo.
El Concilio de Trento fue un concilio convocado por el papa Pablo III para intentar resolver la crisis
en la que estaba sumida la Iglesia católica a partir de la Reforma protestante. Entre 1545 y 1563 se
realizaron un total de 25 sesiones plenarias en las que se trataron todos los puntos de la doctrina y
la disciplina eclesiástica. Los temas fueron discutidos por comisiones supervisadas por los legados
pontificios y aconsejadas por especialistas, en su mayor parte jesuitas, designados por los
pontífices.
Las resoluciones emanadas de esas sesiones fueron aprobadas por el papa Pío IV el 24 de enero de
1564.
Este concilio desarrollado en la ciudad de Trento, en el norte de Italia, tuvo tres etapas:
• Papa Pablo III: La primera, entre 1545 y 1549, con interrupciones, Se trataron los temas de
doctrina cuestionados por los protestantes. Esta etapa se vio entorpecida por los
conflictos entre el papa y el emperador del Sacro Imperio, Carlos V, quien intentaba
imponer sus principios en el Concilio para evitar la separación de los príncipes
protestantes alemanes.
• Papa Julio III: La segunda etapa se extendió entre 1551 y 1552. A estas reuniones
asistieron algunos príncipes alemanes y delegados del luteranismo. Ante la imposibilidad
de llegar a un acuerdo, resurgieron las tensiones y el Concilio se suspendió nuevamente.
• Pío IV: La tercera, sesionó entre 1562 y 1563. Durante esta etapa se hizo evidente que la
separación de los territorios protestantes era inevitable y las discusiones se centraron en
las reformas a la Iglesia católica necesarias para reforzar su posición y mantener a sus
fieles.
El Concilio de Trento estableció los principios de la Iglesia católica romana en distintos aspectos:
En el dogma:
En la pastoral:
Comentarios Finales
A1
Aunque no consiguió reunificar la cristiandad, el Concilio de Trento supuso para la Iglesia católica
una profunda catarsis.
Se convocó como respuesta a la Reforma Protestante para aclarar diversos puntos doctrinales.
También abolió los ritos eucarísticos locales, respetando solo aquellos que atestaban de más de
dos siglos de antigüedad (rito mozárabe, rito lionés, rito ambrosiano) y estableció el rito de la
ciudad de Roma conocido como Misa Tridentina, como rito de toda la iglesia latina. Desde un
punto de vista doctrinal, es uno de los concilios más importantes e influyentes de la historia de la
Iglesia católica.
A2
Contra los protestantes, que admitían como única autoridad infalible la de las Escrituras,
afirmó que la tradición (las enseñanzas recibidas por los Apóstoles por medio oral, y
conservadas a través de los siglos en los textos de los Padres Apostólicos, de los Padres del
desierto y de los Padres de la Iglesia, la sucesión petrina ininterrumpida del Primado de
Roma y los Concilios) constituye, con las Escrituras, uno de los fundamentos de la fe, y
recomendó para el estudio bíblico, la Biblia Vulgata, traducción latina hecha por San
Jerónimo, sobre textos griegos de los primeros siglos.
Confirmó y definió los dogmas y prácticas rechazadas por los protestantes (presencia real
de Cristo en la Eucaristía, justificación por la fe y por las obras, conservación de los siete
sacramentos, las indulgencias, la veneración de la Virgen María y los santos, etc.), fijando
con nitidez la frontera entre la ortodoxia y las nuevas herejías, consumando la
diferenciación clara entre la Iglesia Apostólica y los movimientos reformadores surgidos
del luteranismo.
Adoptó medidas para asegurar a la Iglesia un clero más moral y más instruido (prohibición
del casamiento de los sacerdotes, prohibición de acumular beneficios, obligación de
residencia para obispos y curas, creación de seminarios para la formación de sacerdotes,
etc.).
Fortificó la jerarquía y, con ello, la unidad católica, al afirmar enérgicamente la supremacía
del papa, «Pastor Universal de toda la Iglesia» e, implícitamente, su superioridad sobre los
concilios.
GRACIAS