Acondicionamiento Lumínico UNIDAD I

UNIDAD I
NOCIONES FUNDAMENTALES

1. El Mecanismo Visual.
Se compara frecuentemente al ojo humano con una cámara fotográfica, a la que se le parece en mu-
chos aspectos. Ambos tienen una lente que lanza una imagen invertida contra una superficie sensible a la luz:
la película en la máquina fotográfica, la retina en el ojo. El párpado corresponde al obturador fotográfico. En
frente de la lente fotográfica hay un diafragma, que puede abrirse o cerrarse para regular la cantidad de luz en-
trante en la máquina, mientras que enfrente de la lente, en el ojo, existe el iris, que lleva a cabo la misma fun-
ción.
Sin embargo, esta analogía no puede ser llevada demasiado lejos. Existen importantes diferencias
entre el ojo y la cámara fotográfica. El ojo es un órgano viviente y es extraordinariamente adaptable, operando
sobre un campo de niveles de iluminación que varían entre límites mayores a la relación de un millón a uno.
Además, los cambios continuos necesarios para la buena visión bajo condiciones que continuamente varían, se
hacen automáticamente, sin ningún esfuerzo consciente.

2. Partes constitutivas del ojo y sus funciones.

PÁRPADO: Pliegue de piel que protege el ojo, y que bajo condiciones de luz extremadamente brillantes, ayu-
da a regular la cantidad de luz que llega a él.

CÓRNEA: Porción transparente de la membrana exterior que rodea al ojo. Sirve como parte del sistema refrac-
tor.

IRIS: Es la parte coloreada del ojo (azul, marrón, etc.), que funciona como un diafragma, controlando la can-
tidad de luz que penetra en él.

PUPILA: Abertura en el centro del iris, a través de la cual la luz

entra en el ojo. El tamaño de la abertura de la pupila se controla
por la acción de músculos involuntarios.

LENTE O CRISTALINO: Es una cápsula transparente tras el iris,

cuya forma se puede cambiar para enfocar objetos a diferentes dis-
tancias.

MÚSCULOS CILIARES: Anillo de músculos que ajustan automáticamente la tensión sobre las lentes, cam-
biando así su curvatura y enfocando objetos lejanos o cercanos.

RETINA: La superficie sensitiva al fondo del ojo que recibe las impresiones de luz. Contiene una delicada pe-
lícula de fibras nerviosas que divergen del nervio óptico, y que terminan en minúsculas estructuras con forma
de conos y de bastoncillos.

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CONOS: Son los receptores en la retina que hacen posible, la discriminación de los detalles finos y la percep-
ción del color. Son insensibles a los bajos niveles de iluminación. Se encuentran principalmente concentrados
cerca del centro de la retina, con la mayor parte en la fóvea, que es un área de 0,3 mm de diámetro, aproxima-
damente, compuesta solamente por conos.
Es precisamente en la fóvea, en donde el ojo involuntariamente enfoca la imagen del objeto que
debe ser examinado minuciosamente.

BASTONCILLOS: Son los receptores en la retina, sensibles a bajos niveles de iluminación, pero que no reac-
cionan al color. Existen solo fuera de la región foveana, aumentando en número a medida que aumenta su dis-
tancia a la fóvea. Las regiones periféricas de la retina en donde solo se encuentran bastoncillos, no favorecen
una visión precisa, pero son altamente sensibles al movimiento y a las oscilaciones luminosas.

PUNTO CIEGO: Este es el punto de la retina, por donde el nervio óptico, que conduce las sensaciones de luz
al cerebro, entra en el ojo. En este punto, no hay bastoncillos ni conos, y por consiguiente, un estímulo de luz
no provoca sensación alguna.

3. El Espectro Radiante.
La luz es energía radiante con capacidad de producir sensaciones visuales. La energía visible es una
pequeñísima parte del Espectro Electromagnético, enorme cantidad de energía radiante que se desplaza a tra-
vés del espacio en forma de ondas electromagnéticas.
La longitud  entre las crestas de dos ondas conse-
cutivas, es la longitud de onda de la radiación. Como el produc-
to de la longitud de onda  por la frecuencia n es igual a la velo-
cidad (v =  . n), y ésta es constante, la frecuencia n resulta inver-
samente proporcional a la longitud de onda  (n = v / ).
Todas estas radiaciones son similares, en cuanto a la naturaleza y a la velocidad con que se despla-
zan (v = 300.000 km/s). En cambio, difieren entre sí en su longitud de onda, su frecuencia y la forma de mani-
festarse.
El espectro conocido actualmente, abarca desde los rayos cósmicos con una longitud de onda de
-15
1 x 10 cm y una frecuencia de 3 x 1025 ciclos/s, hasta la corriente alterna de 60 ciclos y con longitud de onda
de 4.988 km.

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4. El Espectro Visible.
El ojo humano es sensible solamente a la energía contenida dentro de los límites del llamado espec-
tro visible, que es aquella estrecha zona del espectro que comprende las longitudes de onda que varían de
3.800 A° a 7.600 A° (angstrom). (1 A° = 10-7 mm = 10-4 m).

5. Color.
El color de la luz viene determinado por su longitud de onda. La energía en el extremo de las cortas
longitudes de onda del espectro visible comprendida entre los 3.800 A° (0,38 m) hasta aproximadamente los
4.500 A° (0,45 m), produce la sensación del color violeta. Las longitudes de onda más largas del espectro vi-
sible, desde aproximadamente unos 6.300 A° (0,63 m) hasta 7.600 A° (0,76 m), aparecen como de color ro-
jo. Entre éstas, están las longitudes de onda que el ojo percibe de color azul (4.500 a 4.900 A°), de color verde
(4.900 a 5.600 A°), amarillo (5.600 a 5.900 A°) y naranja (5.900 a 6.300 A°), es decir, los colores del arco iris.
La región del espectro inmediata al extremo de las largas longitudes de onda del espectro visible, se llama in-
frarroja (por debajo del rojo); junto al extremo de las cortas longitudes de onda, está la región ultravioleta
(más allá del violeta).
Ni las radiaciones infrarrojas ni las ultravioletas pueden ser vistas por el ojo humano, pero ambas
tienen aplicaciones que interesan a veces a los luminotécnicos.

6. Espectro de una Fuente de Luz.

El espectro de una fuente de luz, puede ser:

a) Contínuo: incluyendo todas las longitudes de on-

da visual. Un filamento de tungsteno tiene un espec-
tro contínuo.

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b) Lineal: contiene una sola longitud de onda. Radiación

monocromática, producción de un solo color.
Ejemplo de este tipo de espectro, son las lámparas de so-
dio a baja presión (luz amarilla).

c) Banda espectral: contiene unos pocos grupos de longitu-

des de onda. Las lámparas de mercurio, tienen este tipo de
espectro.

Un espectro de energía uniforme, esto es, poseyendo todas las longitudes de onda visual, en igual
cantidad, produce la sensación del color blanco o de luz blanca. La luz solar del mediodía, se aproxima a un
espectro de éste tipo.

7. La Temperatura del color.

Es un término usado para describir el color de una fuente de luz, mediante la comparación de ésta
con el color del cuerpo negro, o sea del radiante perfecto teórico. Como cualquier otro cuerpo incandescen-
te, el cuerpo negro cambia de color a medida que aumenta su temperatura, adquiriendo al principio el tono de
un rojo sin brillo, para luego alcanzar el rojo claro, el naranja, el amarillo y finalmente el blanco, el blanco azu-
lado y el azul. El color de la llama de una vela, es similar al de un cuerpo negro calentado a unos 1.800° K (La
escala de temperatura Kelvin tiene su punto cero a –273 °C), y la llama se dice, entonces, que tiene una tempe-
ratura del color de 1.800 °K. La luz de una lámpara de filamento de tungsteno de 100 W, está mucho más cerca
del blanco y el cuerpo negro debe calentarse, aproximadamente, hasta los 2.875 °K para igualarlo. De ahí que
se diga, que esta lámpara tiene una temperatura del color de 2.875 °K.
La temperatura del color no es en realidad una medida de temperatura. Define solamente el co-
lor, y solo puede ser aplicado a fuentes de luz que tengan una gran semejanza de color, con el cuerpo negro.
El color de las lámparas de mercurio, sodio y de las fuertemente coloreadas no coinciden con el del cuerpo ne-
gro a ninguna temperatura, por lo que ni pueden ser comparadas con él, ni se les puede asignar ninguna tempe-
ratura de color.

8. Leyes Fundamentales de Radiación.

a) Ley de la inversa de los cuadrados: La iluminación o nivel de iluminación, medida en lux, es inversamente
proporcional al cuadrado de la distancia existente entre la fuente de luz y la superficie iluminada.

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b) Ley del coseno: La iluminación o nivel de iluminación, medida en lux, es proporcional al coseno del ángulo
de incidencia (ángulo formado por la dirección del rayo incidente, y la normal a la superficie en el punto de in-
cidencia).

Teniendo en cuenta la curva de distribución luminosa, puede conocerse fácilmente, el ángulo

más conveniente a formar entre, la vertical y la dirección del rayo incidente.

c) La luz se desplaza en línea recta, a menos que sea modificada su trayectoria o re-dirigida mediante ele-
mentos reflectores, refractores o difusores.

d) Las ondas luminosas pasan unas a través de otras, sin alteración de ninguna de ellas. Por ejemplo, un
rayo de luz roja pasará a través de un rayo de luz azul, sin cambiar ni la dirección ni el color.

e) La luz es invisible al pasar a través del espacio, excepto si algún medio (como el polvo) la disperse en la
dirección del ojo.

9. Factores de Visibilidad.
La investigación ha demostrado que la visión depende de cuatro variables primarias, asociadas al
objeto visual: su tamaño, su brillo, el contraste de brillo entre él y sus alrededores inmediatos, y el tiempo con-
cedido para verlo.

a) Tamaño: El tamaño del objeto, es el factor más generalmente aceptado y reconocido en el proceso visual.
Cuanto mayor sea el objeto en términos de ángulo visual, es decir, cuanto mayor sea el ángulo bajo el cual se
ve el objeto, más rápidamente podrá ser visto.

b) Brillo: Uno de los factores primordiales para la visibilidad, es el brillo. El brillo de un objeto, depende de la
intensidad de luz incidiendo sobre él, y de la proporción de ésa luz reflejada en la dirección del ojo. Una super-
ficie blanca tendrá un brillo mucho mayor, que una superficie negra, recibiendo la misma iluminación.

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Cuanto más obscuro sea un objeto o trabajo visual, mayor será la iluminación necesaria para obtener el mismo
brillo, y en circunstancias similares, para obtener una visibilidad igual.

c) Contraste: Tan importante es para el proceso visual, el nivel general de brillos, como el contraste en brillo o
en color entre el objeto visual y su fondo inmediato. Altos niveles de iluminación compensan, en parte, con-
trastes escasos de brillo, y son de gran ayuda donde las condiciones de bajo contraste no pueden ser evitadas.

d) Tiempo: El proceso visual no es instantáneo, requiere tiempo. De nuevo puede ser usada aquí, la máquina
fotográfica para explicar lo siguiente; una fotografía puede ser tomada con muy poca luz, si la exposición es
lo suficientemente larga; pero para una exposición instantánea, se requiere una gran intensidad de luz. El ojo
puede ver detalles minúsculos bajo niveles bajos de iluminación, si se le da el tiempo necesario, y si se prescin-
de de la fatiga visual. Pero se requiere más luz, para una visión rápida.
El factor tiempo es particularmente importante, cuando el objeto visual está en movimiento. Los
niveles altos de iluminación, en realidad, hacen que los objetos en movimiento parezcan moverse más despa-
cio, y aumentan notablemente su visibilidad.
Tamaño, brillo, contraste y tiempo están mútuamente relacionados y son interdependientes. Dentro
de ciertos límites, una deficiencia en uno de ellos, puede ser resuelta por un ajuste de otro u otros de los restan-
tes. En la mayor parte de los casos, el tamaño es un factor fijo del trabajo visual; pero el brillo, el contraste y el
tiempo son susceptibles de algún grado de modificación. Entre éstos, el brillo y el contraste están, en general,
bajo el control directo del luminotécnico, y si se emplean con propiedad pueden ser de una ayuda extraordina-
ria, para vencer condiciones desfavorables de tamaño pequeño y de tiempo limitado para la visión.

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10. Curva Standard de Visibilidad (Diurna y Nocturna).

El ojo no es igualmente sensible a la energía de todas las

longitudes de ondas o colores. Experimentos llevados a cabo sobre
un amplio número de personas sometidas a observación, han demos-
trado la existencia de una curva de sensibilidad del ojo que da la res-
puesta del ojo normal a iguales cantidades de energía de diferentes
longitudes de ondas de luz.

La sensibilidad máxima reside en el amarillo-verdoso, a una longitud de onda de alrededor de

5.550 A°, mientras que comparativamente, la sensibilidad en los extremos azul y rojo del espectro es muy
baja. Esto significa que, se necesitan aproximadamente, nueve unidades de energía roja de una longitud de
onda de 6.500 A° para producir el mismo efecto visual o brillo que una unidad de amarillo-verdoso.
La curva normal de sensibilidad del ojo, está basada en la visión de conos, esto es, en los niveles
normales durante el día en los que la sensación de visión está efectuada principalmente por los conos de la
retina.
A muy bajos niveles de iluminación, los conos cesan de
funcionar y los bastoncillos se ocupan de todo el proceso visual. En
la visión de bastoncillos, aparece una nueva curva de sensibilidad
del ojo, de la misma forma que la curva normal, pero desplazada
480 A° hacia el extremo azul del espectro. Esta traslación, conoci-
da bajo el nombre de Efecto Purkinje desplaza la sensibilidad má-
xima del ojo de los 5.550 A° (0,555 m) a los 5.070 A° (0,507 m).
Las influencias del Efecto Purkinje, son importantes en las instalaciones de iluminación cuando se
trata de niveles muy bajos, y el no tenerlo en cuenta al efectuar medidas de valores de brillo e iluminación,
puede conducir a graves errores.

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