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natal La Ceiba para estudiar magisterio en la escuela normal Pedro Nufio.Un 13 de julio, la hermosa joven
visitó el batallón militar de comunicaciones de Tegucigalpa para pedir la liberación de un amigo ceibeño,
Mabel fue sola pero sin imaginar que esa visita acabaría con su inocencia, sueños y su vida.
Este caso en 2021 puede ser uno más de los asesinatos a mujeres que pasan a diario en el país, pero sucedió
hace 29 años, uno de los primeros feminicidios mediáticos en Honduras, una historia que ha traspasado las
décadas sin justicia.
El 15 de julio de este mismo año (1991), dos días después de su desaparecimiento, fue encontrado su
cadáver en una hondonada de la quebrada “El Sapo” en el sector conocido como Cerro Grande, entre el
barrio El Chile y El Berrinche de Tegucigalpa.
La violación y asesinato de Riccy Mabel Martínez Sevilla en julio de 1991 ha capturado los
titulares y la atención nacional por año en Honduras, que causó indignación generalizada,
que se manifiesta en manifestaciones y otras acciones públicas, y ha sido descrito como una
prueba del grado de impunidad de los los militares.
Riccy Mabel Martínez, un estudiante adolescente en una escuela normal, desapareció el 13
de julio 1991 después de visitar el Batallón de Comunicaciones en las afueras de
Tegucigalpa, para solicitar la liberación de su novio, Rubén Hurtado Padilla, que había sido
contratado para cumplir en éste (La Prensa 16 de febrero 1998, ibíd. 14 de febrero 1997).
Su cuerpo fue encontrado el 15 de julio de 1991 por un arroyo, que presenten signos de
violación (ibíd.).
Uno de los principales sospechosos en la violación y el asesinato era el jefe del batallón, el
coronel Angel Castillo Maradiaga, cuya voz fue identificada por el director de su
universidad como la que de forma anónima llamados a dar la ubicación de su cuerpo (ibid.).
Los exámenes forenses de la ropa de la víctima llevada a cabo por los Estados Unidos de la
Oficina Federal de Investigaciones (FBI) mostró que la actividad sexual de al menos cuatro
hombres, el vello púbico y el semen encontrado en sus ropas se encontraron para que
coincida con el coronel (ibíd.).
Un sargento, Santos Eusebio Ilovares Funez, se presentó ante los tribunales, tres días
después que afirman haber sido responsables del crimen y fue encarcelado (ibíd. 04 de
octubre 1996), aunque más tarde declaró que había sido forzado a hacerlo por los agentes
en los puestos (ibíd. 16 de febrero 1998). En agosto de 1991 el coronel Angel Castillo
Maradiaga y al personal del ex jefe del batallón, Ovidio Cuello Andino, fueron detenidos,
pero este último fue lanzado en enero de 1992 (ibíd. 04 de octubre 1996).
Tanto el coronel y un sargento fueron detenidos en la Penitenciaría Central en 1991 y
condenado en 1993 a penas de prisión de 16 años y medio y 10 años y medio,
respectivamente, por los tribunales penales de justicia, María Antonieta de Castro (ibíd.).
La sentencia fue rechazada por un tribunal de apelación alegando errores de procedimiento
en el juicio, pero fue ratificado más tarde por el mismo juez en 1995 (ibíd. 04 de octubre
1996). El tribunal de apelaciones aceptó la pena después de revisar las correcciones a los
errores de procedimiento, y pasó el caso a la Corte Suprema de Justicia (CSJ), que ratificó
la condena (ibíd.). Sin embargo, Castillo Maradiaga presentó un recurso de casación
"(recurso de casación); después de revisar este recurso legal, la CSJ rechazó la sentencia y
devolvió el caso al tribunal de apelaciones para su revisión (ibíd.). El 2 de octubre de 1996,
el tribunal de apelaciones anuló la sentencia y devolvió el caso al tribunal penal (ibíd.). En
este punto, el sargento Ilovares Funez alegó inocencia y declaró que se había atribuido la
responsabilidad por el crimen bajo la presión de un coronel Herber Morales Munguía, jefe
del destacamento de C-2, que supuestamente le dijo Ilovares Funez que recibiría una casa,
el sueldo y liberación al cabo de dos años, sin embargo, afirmó Fúnez Ilovares desde su
celda que se ha recibido sólo ocho meses de sueldos "(ibid., ibíd. 14 de febrero 1997).
En febrero de 1997 la justicia penal, José Octavio Calix dijo que el sargento había matado
Ilovares Funez Riccy Mabel Martínez Sevilla en la noche del 13 de julio 1991, después de
intento de violación de ella, y lo condenó a 15 años de prisión, mientras que al mismo
tiempo, absolviendo a coronel Ángel Castillo Maradiaga de toda culpa (ibíd.). Calix
Justicia afirmó que el adolescente no fue violada, a pesar de las pruebas forenses en sentido
contrario, y condenó al sargento por homicidio simple [traducido por diversos informes de
Inglés-idioma como "asesinato en segundo grado"] (ibid.).
El tribunal de apelaciones ratificó más tarde en parte de esta frase, en la limpieza del
coronel de cualquier responsabilidad y la condena a 10 Ilovares Funez años y medio por
violación, el cambio del mandato anterior de 15 años por asesinato (ibíd. 16 de febrero
1998). Semanas antes de esta decisión judicial de un testigo clave, helados proveedor
Esteban García, quien afirmó haber visto a la adolescente a bordo de un coche idéntico al
del coronel, fue golpeado hasta morir por una pandilla en un aparente robo (ibíd.). La
familia de la adolescente, que rechazó públicamente la absolución del coronel, nunca acusó
al sargento de participar en el crimen, sin embargo, el sargento declaró que renunciaba a
reclamar su inocencia, ya que de haber sido encarcelado por más de siete años le permitiría
en busca de su liberación (ibíd., ibíd. 14 de febrero 1998).
El Comité para la Defensa de los Derechos Humanos y el joven grupo de teatro de El
Manchen presentó una obra de teatro en noviembre de 1996 en San Pedro Sula a partir del
caso de Riccy Mabel Martínez (ibíd. 15 de noviembre 1996).
Esta respuesta fue preparada después de investigar información accesible al público que
dispone actualmente la Dirección de Investigación dentro de las limitaciones de tiempo.
Esta respuesta no es, y no pretende ser, concluyentes respecto a las ventajas de cualquier
reclamación particular a la condición de refugiado o asilo
Hubo detenidos
Cientos de pobladores, en su mayoría normalista, se manifestaron en las
calles, exigiendo la investigación y la captura para los despiadados
agresores.
Otra historia
Su novio, Rubén Hurtado Padilla un mes antes había sido reclutado para
cumplir el servicio militar obligatorio, por lo que Riccy Mabel decidió
visitar sola el Primer Batallón de Comunicaciones ubicado en las Tapias a
las afueras de Tegucigalpa, con la sana y noble finalidad de solicitar la
pronta liberación de su novio, el día sábado 13 de Julio de 1991 a eso de
las 3 de la tarde.