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Masacre de Santa
Este acontecimiento ocurrió el 2 de mayo de 1992, la masacre de santa fue el asesinato de 9
campesinos llevado a cabo en la madrugada por el grupo colina, esto ocurrió en la provincia
de Santa en el departamento de Ancash, en donde el grupo colina bajo las órdenes del
servicio de inteligencia nacional (SIN) vestían chompas negras, pantalones verde olivo, se
cubrían los rostros con pasamontañas de color negro, excepto uno que tenía el rostro
descubierto, que vestía buzo color celeste turquesa y zapatillas., ingresaron en los poblados
de La Huaca, Javier Heraud y San Carlos así golpeando, amenazando y obligando a nueve
campesinos vinculados a movimientos sindicales y gremiales a subir a camionetas.
El grupo colina sabría sobre estos 9 campesinos porque anteriormente en la fecha del 30 de
abril, estos se reunirían en una casa ubicada en Miraflores para así recibir información de
supuestos senderistas por parte de los Fung, Los dueños del molino San Dionisio de Santa;
Tras llevar a cabo la masacre, los paramilitares pintaron grafitis pro-senderistas como parte
de una operación de bandera falsa. Los cuerpos fueron arrojados en tres fosas comunes
ubicadas en Huaca Corral (La Libertad)
El testimonio de uno de los hijos de Pedro Lopez Gonzales(Victima), redacta que él tenía 8
años cuando esto ocurrió y acostumbraba dormir con su padre por lo que esa madrugada los
despiertan miembros del grupo colina para esposar a su padre, también cuenta que el al salir
del cuarto veía todo eso y empezó a llorar y los acostaron al suelo y le apuntaron con un
arma diciendo “cállense”, y después llevándose a su padre.
Las víctimas fueron exhumadas e identificadas el 4 de agosto de 2011 (19 años después de
sus asesinatos) y enterradas de nuevo el 13 de noviembre del mismo año; el gobierno
peruano emitió una disculpa formal hacia los familiares de las víctimas en nombre del
estado; también a las familias de las víctimas se les entregó un premio denominado “Premio
Especial de Derechos Humanos” el cual reconoce la incansable e inquebrantable voluntad
de los deudos.
Las víctimas fueron las siguientes, Carlos Alberto Barrientos Velásquez, Roberto
Barrientos Velásquez, Denis Atilio Castillo Chávez, Federico Coquis Velásquez, Gilmer
Ramiro León Velásquez, Pedro Pablo López Gonzáles, Jesús Manfredo Noriega Ríos,
Carlos Martín Tarazona More y Jorge Luis Tarazona More.
Masacre de la cantuta
Este operativo se llevó a cabo el 18 de Julio de 1992, y tuvo lugar en Lima en donde Un
profesor universitario y nueve estudiantes de la Universidad Nacional Educación Enrique
Guzmán y Valle (conocida como La Cantuta debido al nombre de la zona donde se
encuentra) fueron secuestrados y desaparecidos por el grupo colina.
El secuestro ocurrió de tal manera, en la madrugada del 18 de julio de 1992, dos días
después del atentado de Tarata miembros del SIE, así como dirección de inteligencia del
ejército recibieron la orden de intervenir la residencia universitaria de la Cantuta para
capturar a sospechosos de ser los perpetradores del atentado de Tarata, Un convoy enrumbó
a la UNE con el objetivo de "devolver el golpe de Tarata" que, según el reporte del agente
José Tena, los culpables del atentado terrorista estaban en la universidad, Aunque en un
principio se dio la orden de captura, Santiago Martín Rivas, el jefe de las operaciones,
cambió la orden por ejecuciones. El Grupo Colina ingresó al campus y seleccionó a los
sospechosos de acuerdo a la información de agentes infiltrados como alumnos y con la
colaboración de un profesor que se les unió con el rostro cubierto con unos pasamontañas
para evitar ser reconocido, el profesor era Octavio Mejía Martel. Se les obligó a
arrodillarse, con las manos en la nuca y mirando al piso. De los 40 internos fueron
separados 9 mientras decían: "Malditos Terrucos, así que ustedes eran las cabezas, ahora ya
se acabó, esto se acabó”, Al grupo de los estudiantes se les unió el profesor Hugo Muñoz
siendo todos trasladados a un descampado
En abril de 1993, un grupo de oficiales militares peruanos liberaron anónimamente un
documento detallando los eventos en La Cantuta. Su documento señalaba que el escuadrón
de la muerte Colina había secuestrado, torturado y asesinado a las víctimas enterrándolas en
una fosa común. Posteriormente, En junio de 1993 el reciclador Justo Vicente que se
ubicaba por la zona en la que ocurrió la masacre junto a su amigo Guillermo catacora,
entregaron un plano con la revista SÍ quienes publicaron en julio del mismo año. Los
análisis forenses que se les realizaron a los cadáveres y huesos encontrados de distintas
zonas mostraban signos de tortura y de ser ejecutados con un disparo en la nuca. Tal como
se señaló durante una investigación iniciada por el Congreso, miembros de las Fuerzas
Armadas exhumaron, incineraron, y volvieron a enterrar los cuerpos en otra ubicación.
Las víctimas de esta masacre fueron las siguientes Bertila Lozano Torres, Dora Oyague
Fierro, Luis Enrique Ortiz Perea, Armando Richard Amaro Cóndor
Robert Édgar Teodoro Espinoza, Heráclides Pablo Meza, Felipe Flores Chipana, Marcelino
Rosales Cárdenas, Juan Gabriel Mariños Figueroa, Hugo Muñoz Sánchez (profesor).
Finalmente, tras todos estos operativos se les denunció como participes de estos asesinatos
por lo que se les aplicó la ley de Amnistía; La ley de amnistía fue revocada al final del
gobierno de Fujimori en 2000, y el 21 de marzo de 2001, la fiscal estatal, Nelly Calderón
procesó a Fujimori, acusándolo de ser uno de los "coautores" de la masacre y aportando
pruebas. que Fujimori, actuando con Vladimiro Montesinos, controlaba el grupo como
colina. Los fiscales argumentaron que el grupo no habría cometido delitos de esa magnitud
sin las órdenes o el consentimiento expreso de Fujimori, y que la formación y las
actividades del grupo eran parte de una política subversiva general que incluía abusos
contra los derechos humanos.
Por lo cual después la Corte estableció que como tales, resultaba inadmisible la aplicación
de leyes de amnistía o cualquier otro tipo de excluyente que obstaculizara la investigación y
sanción de los responsables. En ese sentido, señaló en el caso Barrios Altos que las leyes de
amnistía dictadas durante el gobierno de Fujimori, que sirvieron para exonerar a los
responsables de este tipo de violación de derechos humanos, carecían de efectos jurídicos.
A pesar de estas medidas, los casos continúan abiertos ante la Corte Interamericana, pues
siguen existiendo medidas ordenadas que el Estado no ha cumplido. En efecto, las últimas
resoluciones de cumplimiento de sentencia de 2009 (caso La Cantuta) y 2012 (caso Barrios
Altos) evidencian que al Estado peruano aún le falta concluir con investigaciones, pagar
reparaciones y realizar medidas simbólicas; como también los restos de cinco víctimas del
caso La Cantuta aún tienen paradero desconocido y por lo que hoy en día el ex presidente
Alberto Fujimori estaría pagando su condena por todo lo ocurrido.