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Grupo Colina

El comando de Liberación, también conocido como el “escuadrón de la muerte” o por


llevar en honor al capitán de infantería José Pablo Colina Gaige. Tuvo la finalidad de
combatir el terrorismo con terror en el gobierno de Alberto Fujimori; los cuales estuvieron
implicados en muchos operativos realizados en el Perú en el transcurso de su mandato.
Los integrantes que conformaron este grupo fueron los siguientes; Alberto Fujimori (Dio
las órdenes), Vladimiro Montesinos Torres (asesor), Santiago Martin Rivas (capitán del
grupo), Carlos Pichilingue Guevara (Jefe administrativo), Pedro Suppo Sánchez
(coordinador), Jesús Sosa Saavedra (jefe subgrupo), Fernando Rodríguez Zabalbeascoa
(Teniente coronel), Rogelio Carbajal García, Arturo Pino Díaz (agente), Wilmer Yarlequé
Ordinola (agente), Orlando Vera Navarrete (agente), Fernando Lecca Esquén (agente),
Héctor Alvarado (agente), Hiver Arteaga (agente), José Alarcón Gonzales (agente), José
Tena Jacinto (informante), Julio Chuqui Aguirre (agente), entre otros más que estuvieron
implicados con ellos.
Como antes mencionado este grupo participó en diversos operativos, de los cuales podemos
destacar tres, “El operativo Barrios altos” “Masacre de Santa” “Masacre de la cantuta”;
estos operativos se llevaron a cabo en el Perú bajo el mandato de Alberto Fujimori en los
cuales hubo mucho conflicto con la población, como también una parte de la población que
apoyó estas acciones cometidas.

Operativos Barrios Altos


Este operativo se llevó a cabo el 3 de noviembre de 1991, en una casona ubicada en Jirón
Huanta #840- Barrios Altos. En donde en el transcurso de una pollada fueron asesinados 16
personas y un niño de 8 años por el grupo colina.
Todo empieza en el año de 1989 en el que el agente del SIE, Douglas Arteaga alias
“Abadía” como parte de la operación telaraña logra infiltrarse en el grupo de sendero
Luminoso en donde Abadía descubre que dicho local servía para esconder terroristas que
venían de provincias para cometer asesinatos o atentados, como el ya acontecido “Atentado
contra los Húsares de Junín”; Así mismo Abadía descubriría que este grupo utilizaba
triciclos de helado para esconder y transportar armamento, municiones y explosivos, en
donde también descubriría la regla de oro “Nunca admitas que eres del partido”.
El 3 de noviembre de 1991 se le comunica a Abadía que se organizará una gran pollada en
la casona ubicada en Jirón Huanta #840- Barrios altos, al costo de 2.50; el motivo de dicha
pollada era para arreglar un desagüe con todo lo recaudado. Finalmente se logra vender
tickets de pollada por lo cual a Abadía se le hacía sospechoso, pues el monto que se obtuvo
no era suficiente para arreglar el desagüe, por lo que empezó a investigar y se percató que
dicha pollada solo era una fachada para que altos mandos del grupo sendero luminoso
puedan reunirse e intercambiar información para poder organizar algún futuro atentado.
Abadía e informa sobre esto a sus superiores, los cuales ordenan al Santiago Martín Rivas
(Capitán del grupo colina) que entrenara a un equipo de elite para que pueda ejecutar
dicho operativo de forma exitosa.
Santiago Martin Rivas organizaría a su grupo de la siguiente manera, 2 parejas de un
hombre y una mujer ingresarían a la pollada como enamorados, otros 2 agentes se
quedarían en la entrada de la casona verificando que nadie salga ni entre en el transcurso
del operativos, 3 agentes ubicados cruzando la calle vestidos de civiles se harían pasar
como testigos sumando y restando información a las autoridades, finalmente el 3 de
noviembre a las 9 pm Martín Rivas, Carlos Pichilingue y otros 13 agentes más ingresarían a
la pollada con maletines gritando “cervezas, cervezas” de los cuales sacaron fusiles con
silenciadores y con la ayuda de Abadía lograron separar entre niños, ancianos, mujeres e
integrantes del grupo sendero.
Ya estando separados, los agentes del grupo colina arremete contra ellos sin pensarlo dos
veces y en el transcurso de esos disparos un niño de 8 años salta sobre su padre exclamando
“no le disparen a mi padre” al cual le impacta una bala y muere junto a estos “terroristas”;
esa misma noche a las 12 pm los integrantes que participaron en este operativo se reunían
en las afueras de Lima en una playa militar para celebrar el cumpleaños número 33 del
capitán del grupo y jefe del operativo Santiago Martin Rivas.
La operación duró alrededor de 10 minutos, fue tan rápido que en el segundo piso de esa
casona había una fiesta con el resto de invitados, los cuales no se percataron del suceso no
hasta después que llegaron las autoridades; el operativo fue tan limpio como para no
involucrar al estado y fue tan sangriento como para dejarle un mensaje claro a sendero,
pues el objetivo de esta operación nunca fue capturar e interrogar a los integrantes del
grupo sendero que estaban en la pollada, la finalidad de este operativo fue dejarles un
mensaje al grupo sendero Luminoso, el cual fue el siguiente, “Sé dónde estás, con quienes
estas y para destruirte puedo ser peor que tú”.

Masacre de Santa
Este acontecimiento ocurrió el 2 de mayo de 1992, la masacre de santa fue el asesinato de 9
campesinos llevado a cabo en la madrugada por el grupo colina, esto ocurrió en la provincia
de Santa en el departamento de Ancash, en donde el grupo colina bajo las órdenes del
servicio de inteligencia nacional (SIN) vestían chompas negras, pantalones verde olivo, se
cubrían los rostros con pasamontañas de color negro, excepto uno que tenía el rostro
descubierto, que vestía buzo color celeste turquesa y zapatillas., ingresaron en los poblados
de La Huaca, Javier Heraud y San Carlos así golpeando, amenazando y obligando a nueve
campesinos vinculados a movimientos sindicales y gremiales a subir a camionetas.
El grupo colina sabría sobre estos 9 campesinos porque anteriormente en la fecha del 30 de
abril, estos se reunirían en una casa ubicada en Miraflores para así recibir información de
supuestos senderistas por parte de los Fung, Los dueños del molino San Dionisio de Santa;
Tras llevar a cabo la masacre, los paramilitares pintaron grafitis pro-senderistas como parte
de una operación de bandera falsa. Los cuerpos fueron arrojados en tres fosas comunes
ubicadas en Huaca Corral (La Libertad)
El testimonio de uno de los hijos de Pedro Lopez Gonzales(Victima), redacta que él tenía 8
años cuando esto ocurrió y acostumbraba dormir con su padre por lo que esa madrugada los
despiertan miembros del grupo colina para esposar a su padre, también cuenta que el al salir
del cuarto veía todo eso y empezó a llorar y los acostaron al suelo y le apuntaron con un
arma diciendo “cállense”, y después llevándose a su padre.
Las víctimas fueron exhumadas e identificadas el 4 de agosto de 2011 (19 años después de
sus asesinatos) y enterradas de nuevo el 13 de noviembre del mismo año; el gobierno
peruano emitió una disculpa formal hacia los familiares de las víctimas en nombre del
estado; también a las familias de las víctimas se les entregó un premio denominado “Premio
Especial de Derechos Humanos” el cual reconoce la incansable e inquebrantable voluntad
de los deudos.
Las víctimas fueron las siguientes, Carlos Alberto Barrientos Velásquez, Roberto
Barrientos Velásquez, Denis Atilio Castillo Chávez, Federico Coquis Velásquez, Gilmer
Ramiro León Velásquez, Pedro Pablo López Gonzáles, Jesús Manfredo Noriega Ríos,
Carlos Martín Tarazona More y Jorge Luis Tarazona More.

Masacre de la cantuta
Este operativo se llevó a cabo el 18 de Julio de 1992, y tuvo lugar en Lima en donde Un
profesor universitario y nueve estudiantes de la Universidad Nacional Educación Enrique
Guzmán y Valle (conocida como La Cantuta debido al nombre de la zona donde se
encuentra) fueron secuestrados y desaparecidos por el grupo colina.
El secuestro ocurrió de tal manera, en la madrugada del 18 de julio de 1992, dos días
después del atentado de Tarata miembros del SIE, así como dirección de inteligencia del
ejército recibieron la orden de intervenir la residencia universitaria de la Cantuta para
capturar a sospechosos de ser los perpetradores del atentado de Tarata, Un convoy enrumbó
a la UNE con el objetivo de "devolver el golpe de Tarata" que, según el reporte del agente
José Tena, los culpables del atentado terrorista estaban en la universidad, Aunque en un
principio se dio la orden de captura, Santiago Martín Rivas, el jefe de las operaciones,
cambió la orden por ejecuciones. El Grupo Colina ingresó al campus y seleccionó a los
sospechosos de acuerdo a la información de agentes infiltrados como alumnos y con la
colaboración de un profesor que se les unió con el rostro cubierto con unos pasamontañas
para evitar ser reconocido, el profesor era Octavio Mejía Martel. Se les obligó a
arrodillarse, con las manos en la nuca y mirando al piso. De los 40 internos fueron
separados 9 mientras decían: "Malditos Terrucos, así que ustedes eran las cabezas, ahora ya
se acabó, esto se acabó”, Al grupo de los estudiantes se les unió el profesor Hugo Muñoz
siendo todos trasladados a un descampado
En abril de 1993, un grupo de oficiales militares peruanos liberaron anónimamente un
documento detallando los eventos en La Cantuta. Su documento señalaba que el escuadrón
de la muerte Colina había secuestrado, torturado y asesinado a las víctimas enterrándolas en
una fosa común. Posteriormente, En junio de 1993 el reciclador Justo Vicente que se
ubicaba por la zona en la que ocurrió la masacre junto a su amigo Guillermo catacora,
entregaron un plano con la revista SÍ quienes publicaron en julio del mismo año. Los
análisis forenses que se les realizaron a los cadáveres y huesos encontrados de distintas
zonas mostraban signos de tortura y de ser ejecutados con un disparo en la nuca. Tal como
se señaló durante una investigación iniciada por el Congreso, miembros de las Fuerzas
Armadas exhumaron, incineraron, y volvieron a enterrar los cuerpos en otra ubicación.
Las víctimas de esta masacre fueron las siguientes Bertila Lozano Torres, Dora Oyague
Fierro, Luis Enrique Ortiz Perea, Armando Richard Amaro Cóndor
Robert Édgar Teodoro Espinoza, Heráclides Pablo Meza, Felipe Flores Chipana, Marcelino
Rosales Cárdenas, Juan Gabriel Mariños Figueroa, Hugo Muñoz Sánchez (profesor).
Finalmente, tras todos estos operativos se les denunció como participes de estos asesinatos
por lo que se les aplicó la ley de Amnistía; La ley de amnistía fue revocada al final del
gobierno de Fujimori en 2000, y el 21 de marzo de 2001, la fiscal estatal, Nelly Calderón
procesó a Fujimori, acusándolo de ser uno de los "coautores" de la masacre y aportando
pruebas. que Fujimori, actuando con Vladimiro Montesinos, controlaba el grupo como
colina. Los fiscales argumentaron que el grupo no habría cometido delitos de esa magnitud
sin las órdenes o el consentimiento expreso de Fujimori, y que la formación y las
actividades del grupo eran parte de una política subversiva general que incluía abusos
contra los derechos humanos.
Por lo cual después la Corte estableció que como tales, resultaba inadmisible la aplicación
de leyes de amnistía o cualquier otro tipo de excluyente que obstaculizara la investigación y
sanción de los responsables. En ese sentido, señaló en el caso Barrios Altos que las leyes de
amnistía dictadas durante el gobierno de Fujimori, que sirvieron para exonerar a los
responsables de este tipo de violación de derechos humanos, carecían de efectos jurídicos.
A pesar de estas medidas, los casos continúan abiertos ante la Corte Interamericana, pues
siguen existiendo medidas ordenadas que el Estado no ha cumplido. En efecto, las últimas
resoluciones de cumplimiento de sentencia de 2009 (caso La Cantuta) y 2012 (caso Barrios
Altos) evidencian que al Estado peruano aún le falta concluir con investigaciones, pagar
reparaciones y realizar medidas simbólicas; como también los restos de cinco víctimas del
caso La Cantuta aún tienen paradero desconocido y por lo que hoy en día el ex presidente
Alberto Fujimori estaría pagando su condena por todo lo ocurrido.

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