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DELITO DE
HOMICIDIO DE MUJER (FEMINICIDIO)
Los protocolos de investigación criminal y debido proceso legal dentro del contexto del sistema
penal acusatorio y adversarial que implementado en el Estado de Chihuahua a partir del año 2007,
tiene como objetivo primordial contribuir en la protección y defensa de los derechos humanos;
aportando mecanismos que auxilien a erradicar el feminicidio como la forma más grave y extrema
de discriminación contra las mujeres.La violencia contra este sector de la población constituye uno
de los principales obstáculos para lograr una sociedad igualitaria y plenamente democrática.
Esta clase de instrumento técnico-jurídico y administrativo abarca todos los casos de Homicidio
Doloso de una mujer (“Por el simple hecho de ser mujeres) y los Homicidios de Mujer que engloban
una serie de fenómenos que van desde la violencia sistémica y la impunidad. Asimismo, aborda la
investigación de casos determinados desde el punto de vista médico-forense como muertes
accidentales o suicidios, haciendo la verificación correspondiente para descartar cualquier
probabilidad de que se pretenda simular una situación de esta naturaleza con el propósito del
ocultamiento de un homicidio de mujer con rasgos de misoginia o de género y que buscan encubrir
en muchos casos los agresores de este tipo de comportamientos.
Para la adecuada prevención de este tipo de crímenes, cada Entidad Federativa debe evaluar cuál
es la forma prevalente del feminicidio o femicidio, las circunstancias en que se cometen, a fin de
determinar también los factores de riesgo que conducen a darle sustento fáctico a la construcción
de políticas públicas de prevención a efecto de que, junto a otras acciones generen una sinergia
dirigida a la erradicación de este grave fenómeno que paradójicamente continua presentándose en
la posmodernidad. Por ello, un Estado que no cuente con información estadística clara y precisa
sobre el índice y características de este delito, difícilmente podrá cumplir con su obligación de
prevenciónde esta forma extrema de violencia contra las mujeres.
Las evidencias físicas y biológicas son el material probatorio sensible que aporta la
información de calidad para el esclarecimiento del hecho, su forma y modo de
presentarse, los instrumentos u objetos empleados para realizarlo, las condiciones que
estuvieron presentes en el desarrollo de la muerte, etc., entre otros datos de mayor
interés criminalístico, como la búsqueda sistematizada y localización de evidencias en el
cuerpo y ropas de la víctima. El manejo sistematizado y metodológico de los elementos de
prueba que aporta la evidencia, indefectiblemente llevan a obtener el conocimiento
cierto sobre el probable autor de la conducta dolosa dirigida a suprimir la vida de una
mujer por razones de género o de un genuino comportamiento misógino.
Algunos homicidios dolosos de mujeres deben investigarse de acuerdo a los criterios que
adopta este Protocolo de Investigación Criminalística, bajo determinados lineamientos
que facilitan el esclarecimiento de hechos que contienen un alto grado de complejidad
por la forma de presentarse. Para ello, el Protocolo de Investigación del Feminicidio
observará en su caso, los lineamientos aplicables del instrumento internacional para
investigación de Homicidios de género denominado como Protocolo de Minnesota. En
razón de que, la naturaleza de este tipo de muertes violentas de mujeres tienen notas
distintivas asociadas a una relación entre víctima y agresor; o bien, entre autoridades o
terceros interesados en suprimir la vida de mujeres por cuestiones de género. O también,
los aspectos del perfil de agresor que aunque no exista relación sentimental o de otra
naturaleza con la mujer puede llegar a realizar el homicidio atendiendo a su formación
familiar de orden patriarcal con un ingrediente adicional como es la misoginia.
El protocolo para su investigación y debido proceso legal busca alcanzar a través de su aplicación, previo
su entrenamiento, el desarrollo de capacidades y destrezas en fiscales, policías, peritos y personal
especializado, con la finalidad de asegurar la sinergia necesaria para institucionalizar la perspectiva de
género. Su aplicación dará vigencia a las políticas integrales de respeto a los derechos humanos de las
mujeres contenidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), así como en la
Convención sobre la Eliminación de Todos las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), la
Convención sobre los Derechos de la Niñez, la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y
Erradicar la Violencia contra la Mujer (Belém Do Pará) y demás instrumentos internacionales en la
materia.
EL protocolo para la investigación del Feminicidio contiene reglas mínimas que se exigen como
requisitos en investigaciones de calidad marcadas por estándares internacionales, dando prevalencia a
la perspectiva de género para la investigación del Homicidio de una mujer, o niña.
Profundiza dicho protocolo en la causa y el móvil criminal, con el objeto de generar estadística
cualitativa y cuantitativa. Describe los actos de investigación criminalística y procesales que cada
funcionario e empleado responsable del caso deberá observar. Esto permitirá la evaluación y medición
de los resultados eficientes o ineficientes en las indagaciones y consignaciones de probables imputados.
Impulsa y desarrolla la actividad de coordinación que habrá de seguir el funcionario o empleado con
otras autoridades federales, estatales o municipales facultados para el conocimiento de este fenómeno,
a efecto de que, intervenga de acuerdo a las facultades derivadas del sistema penal acusatorio y
adversarial, añadiendo las que derivan de otras leyes federales y estatales aplicables.
Incorpora las reglas técnico-científicas forenses (como las relativas a la preservación del ADN) que
permiten asegurar y conservar en los Laboratorios de Criminalística, las evidencias físicas o biológicas
obtenidas del lugar de los hechos delictivos o las escenas complementarias de orden criminal, a través de
la cadena de custodia. Documenta las conclusiones del análisis de las evidencias que han proporcionado
los especialistas en sus informes periciales y, finalmente, establecen un apartado para la ponderación
del valor indiciario que corresponde a cada evidencia a efecto de que sea relacionada con otros
elementos de prueba. Esta última actividad reflejará la eficiencia y conocimientos del investigador en
aspectos técnicos manejados con la óptica de la perspectiva de género y marcará la pauta para obtener
un proceso penal oral exitoso en beneficio de las víctimas.
Los protocolos tipo comprenden una serie de recomendaciones sobre uno de los temas más relevantes
en el proceso penal acusatorio y oral, las reglas para la obtención, desahogo y valoración de los medios de
prueba añadiendo el tópico de la perspectiva de género que hace al investigador o funcionario
desarrollar otras capacidades y habilidades que le permitirán escudriñar sobre la información real que
subyace sobre todo en medios de prueba donde la víctima o sus testigos aportan datos sobre el tipo de
agresor y la naturaleza y magnitud de la agresión sufrida. Además con la sugerencia o recomendación de
medios de prueba típicos o extraordinarios que pueden desahogarse en algunos casos de delitos de
género como el Feminicidio o Femicidio (Homicidio doloso de mujer), Violencia Familiar, Lesiones,
Violación, Abusos Sexuales, Incumplimientos de la Obligación Alimentaria, etc., atendiendo a
variables determinadas por la región o territorio (Ejemplo: zona urbana, zona fronteriza y zona rural).
Describen los diversos actos procesales bajo guías programáticas argumentativas, que habrán de
realizar los intervinientes en el procedimiento de investigación (fiscales, peritos, policías, personal
especializado, acusador coadyuvante, victimas indirectas, autoridades facultadas por la legislación
procesal) hasta la conclusión del proceso penal oral que culminará con una sentencia definitiva.
El manejo de la información derivada del Protocolo para el Feminicidio conducirá sin lugar a dudas al
establecimiento e institucionalización de la perspectiva de género en este tipo de investigaciones.
Además, se tendrá información suficiente para las estrategias de coordinación de proyectos que
lleven a identificar perfiles de ocurrencia, acciones de prevención e intervención, análisis y
modificación de anteriores patrones de comportamiento policial y judicial que eliminan la
revictimización de los familiares de las víctimas directas. Todo ello, en aras de una investigación y
proceso penal exitoso, que acompañado de acciones de atención integral a las víctimas directas
conducirán a generar una cultura de respeto a los derechos humanos de las mujeres, contribuyendo a
la eliminación de esta forma de violencia a través de la oportuna y efectiva sanción penal.