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Clase 1.

Las últimas décadas del período indiano y las Reformas Borbónicas en Chile
Antes de entrar de lleno en las causas de la Independencia (clase n. 3) y su desarrollo (clase
n. 4), es necesario tocar dos puntos: la realidad chilena antes del proceso emancipador (clase n. 1) y
las doctrinas imperantes durante esa época en Europa (clase n. 2).
Las reformas borbónicas en América tuvieron como objetivo general hacer eficaz el gobierno de
las Indias. Para ello se desarrolló una fuerte Administración Pública en torno a oficinas centralizadas,
se integró la Hacienda al Gobierno, se separó la Judicatura que mantuvo su antigua estructura de
oficios, se militarizó el poder (recordar el cambio de subrogación del Gobernador en cuanto Presidente
de la Real Audiencia a Capitán General), se marcó una mayor autonomía entre los reinos indianos. En
1798 Carlos IV declara la independencia del Perú, “como siempre debió entenderse”.
Estas reformas fueron aplicadas en el reino de Chile durante el s. XVIII, transformando las
distintas materias en que se estructuraba el gobierno: Gobierno, Hacienda, Guerra y Justicia (recordar
último capítulo de Historia del Derecho). Significaron adelanto material y eficacia en el Gobierno, todo
lo que redundó en una mejora en la calidad de vida de los habitantes del reino: educación, caminos,
comercio, etc. Además, este proceso coincidió con una generación muy ilustre de autoridades,
comenzando por los gobernadores, que son recordados hasta el día de hoy, por ejemplo Ambrosio O
´Higgins. En este clima no existía una mayor animadversión general contra la Corona.
Si existía, y las mismas reformas borbónicas ayudaron a fortalecerlo, un creciente patriotismo, un
orgullo de nuestra tierra y de su historia esforzada. Pero no se contraponía a la lealtad que se debía al
Rey. Por otra parte, no había una lucha enconada entre criollos y peninsulares –como si se dio en otras
zonas– por los cargos y las distintas clases sociales vivían en paz. Un ejemplo claro de esta fidelidad
fue el férreo apoyo a los argentinos frente al intento inglés de conquistar Buenos Aires en 1806: se
ofreció al Gobernador Muñoz de Guzmán organizar un batallón de Patriotas Nobles en previsión de un
posible ataque a Chile y cuando se supo de la victoria se hizo una colecta para socorrer a las viudas y
huérfanos de los caídos en defensa de la soberanía real.
El arzobispo de Granada, Moscoso y Peralta, escribía al Rey en esta época: “La conservación de
aquel país depende enteramente de la tranquilidad de España. Cualquier turbación en su gobierno, la
dominación extranjera, sobre todo, aun cuando fuese pasajera y momentánea, movería en las regiones
de América el deseo natural de evitar igual suerte…”1.

1
Eyzaguirre, Jaime; Ideario y ruta de la emancipación chilena”; Editorial Universitaria; 29ª edición; 2006; Santiago; p.
90.
2. Doctrinas jurídicas de la época: Codificación y Constitucionalismo
Durante el s. XVII se desarrolló en Francia y los reinos de influencia germana una nueva
corriente a partir de la Escuela del Humanismo Jurídico, que teniendo elementos comunes con la
vertiente española de la Escuela del Derecho Natural de origen divino, formó una doctrina distinta: el
Iusnaturalismo Racionalista. Esta doctrina jurídica se basó en la Filosofía del Derecho Natural
Racionalista cuyo fundador fue Hugo Grocio (1583-1645). Frente a las guerras de religión originadas
tras el surgimiento del protestantismo y que provocaron la ruptura de la unidad político-religiosa de
Europa, Grocio, quien era un protestante practicante, planteó la necesidad de buscar normas comunes a
todos los hombres independiente de su religión, para evitar nuevos conflictos. Para esto propuso crear
un derecho "como si Dios no existiera", que se basara en la naturaleza humana. Por esto también es
considerado por varios autores como el padre del Derecho Internacional.
Basándose en esta idea, sus seguidores rompieron con toda la tradición de la filosofía
escolástica, y con su manifestación jurídica: el Derecho Común 2. A este incipiente presupuesto se
unieron otros elementos imperantes en la época:
a) revisionismo crítico: fruto del desarrollo científico surgirá una gran confianza en las fuerzas
de la razón, a la luz de la cual se deben revisar los presupuestos históricos del pensamiento y el actuar.
Este movimiento lo iniciará René Descartes con su famoso presupuesto: "Cogito, ergo sum" (Pienso,
luego existo). El nuevo derecho natural también será fruto de esta revisión especulativa y ya no se
fundará en la autoridad derivada de un hombre (como puede ser Justiniano) ni de Dios (la Revelación).
b) metodología de las ciencias exactas: al igual que estas ciencias organizan su estudio
descomponiendo los elementos de los distintos fenómenos físicos para medirlos, analizarlos y
recomponerlos en torno a fórmulas matemáticas, los iusnaturalistas descompondrán la realidad social,
jurídica y política en sus distintos elementos constitutivos (derechos, poderes, obligaciones, etc.) para
volver a componerlos en torno a fórmulas axiomáticas.
c) construccionismo filosófico: no se plantea como un pensamiento jurídico que se va a
desarrollar a la par que el derecho vigente, como ocurrió con el derecho romano clásico o el derecho
indiano que se desarrollaron a medida que las circunstancias los ameritaban, sino como una filosofía
racional que se construye teóricamente de un modo perfecto (como en un laboratorio) y luego intentará
enfrentar al derecho vigente para reformarlo conforme a sus planteamientos.
Este modo de ver el derecho lo aplican al estudio del Derecho Romano, que trataron de
sistematizar en torno a conceptos generales y abstractos. Por ejemplo, si el Derecho Romano clásico
distinguía distintos estatutos de personas conforme a sus circunstancias, el iusnaturalista construyó el
concepto abstracto de sujeto sobre el cual estableció una serie de conceptos y reglas. Otro ejemplo, la
protección de los derechos construida de modo práctico a través de los siglos por la acción de los
juristas romanos, medievales e indianos fue sustituida por garantías elaborados abstractamente y que
deben ser defendidas como verdaderos derechos por los gobernantes (por ejemplo, la clásica fórmula
racionalista: La Constitución garantiza a todos los individuos el derecho a…). Los racionalistas usan el
estudio del derecho romano como base para su nuevo derecho natural abstracto, que deberá regir a las
naciones modernas, reformando y superando al antiguo derecho de origen Común.

2
En Historia del Derecho se mencionó el Derecho Común y las 3 escuelas o doctrinas que lo desarrollaron: los
Glosadores, los Comentaristas y los Humanistas. Se explicó cómo, en la medida que estudiaban el Derecho Romano,
buscaron diversos objetivos motivados por las circunstancias de cada época: hacer regir el mismo Derecho Romano
justinianeo, usarlo como fuente para interpretar el naciente Derecho Real o considerarlo una recopilación tardía que
permitiría conocer el Derecho Romano clásico. También se explicó su estrecha relación con la mentalidad teocéntrica
imperante en la Edad media. La Filosofía racionalista rompe esta tradición jurídica y cultural al usar el estudio del
Derecho Romano para elaborar un nuevo Derecho abstracto, dando por superado el Derecho Romano.
Más allá de los aspectos doctrinales, que más adelante fueron dejados de lado, el gran aporte
del iusracionalismo será implantar los ideales de certeza, claridad, seguridad y fijeza en la
aplicación del derecho. Esta meta motivará toda una corriente codificadora en el s. XIX, que más que
una filosofía se presentará como una técnica acorde a las necesidades de una nueva época, y que
significará la especialización y codificación paulatina de derecho vigente en sus distintas facetas:
derecho público y privado, penal y procesal, comercial y canónico.

El Constitucionalismo y su implantación en Hispanoamérica


El primer aspecto que se intentó codificar, aún vigente la filosofía iusracionalista, fue el derecho
público: la organización de los nuevos estados modernos, defensores de la igualdad de todos los
individuos, que vendrían a reemplazar el despotismo de la época anterior. Y estos primeros códigos,
que tenían características propias y objetivos especiales, recibieron un nombre propio y especial:
Constitución. La primera manifestación del movimiento codificador será el Constitucionalismo.
Con la Ilustración surgió una visión abstracta de la sociedad, como conjunto de individuos con
iguales derechos, que vino a reemplazar la antigua visión de la sociedad, de procedencia medieval. Ésta
última concibe la sociedad como una comunidad o cuerpo orgánico, compuesto de familias, que tiene
su origen en la naturaleza social del ser humano y en último término, en su Creador. A esta nueva forma
de entender la sociedad corresponde una nueva concepción del poder, también abstracto. Si la sociedad
es el conjunto de individuos, originada en un pacto común y no en su naturaleza, el poder será la
voluntad general que se deriva de ellos, y no tendrá ningún límite. Por tanto, el individuo frente a la
sociedad estará aislado e impotente.
Antiguamente el poder se consideraba como algo limitado, por las normas de la naturaleza
humana a la cual servía, y en último término por la Ley Divina, de la cual se originaba. Esto se
manifestaba en una serie de instituciones y contrapesos: el poder temporal se distinguía del espiritual,
la rebelión ante la tiranía, la suplicación de la ley injusta, los juicios de residencia y visitas, etc. Ahora
no, conceptualmente el poder no tiene límite ni contrapeso, por lo que los constitucionalistas,
conscientes del peligro que significa esta postura, señalaron que si bien el poder no tiene límite, si lo
tiene su ejercicio. Y para limitar este ejercicio lo deben sustentar 3 sujetos diferentes: un que dicte las
normas, otro que las ejecute y un tercero que las aplique: poderes legislativo, ejecutivo y judicial.
Para garantizar el respeto de ambos elementos se debía dictaruna Ley Fundamental que los
recoja: la Constitución. De este modo, el gobierno constitucional ya no tendrá como objeto el buen
gobierno de la época medieval ni la felicidad pública del absolutismo ilustrado, sino la garantía de los
derechos abstractos de los individuos recogidos en una constitución. De este modo se pensará que, en el
caso de fracasar un régimen constitucional, su defecto no estará en el mal funcionamiento de las
instituciones o el correcto desempeño de las personas, sino en la imperfecta redacción de la
Constitución caída y se buscará la solución dictando otro texto abstracto más perfecto. Así surgió una
confianza absoluta en los textos constitucionales, desde los cuales se intentará moldear la realidad.
Los autores de esta nueva doctrina son franceses que miran hacia las instituciones de origen
inglés: la institucionalidad consuetudinaria de Inglaterra y los estatutos de las 13 colonias inglesas en
Norteamérica, que sirven de base a la dictación de una Constitución escrita en Estados Unidos tras su
independencia (1787). Siguiendo su ejemplo se dictan las primeras constituciones francesas tras la
revolución: 1791, 1793, 1795, 1799 y 1814. Por tanto, tanto la elaboración como los primeros
ejercicios prácticos del Constitucionalismo surgieron fuera del mundo español, pero igual serán un
modelo para las nuevas repúblicas sucesoras ya que no estaban en condiciones de generar sistemas
propios ni de adecuar estas doctrinas a su realidad (como si fue capaz la Monarquía española de
moldear los fundamentos de la ilustración francesa en una vertiente nacional y católica en el s. XVIII).
Con la Independencia no terminan los conflictos al interior de las nuevas naciones, sino que se
acentúa una crisis institucional ya que comienza una lucha por el poder. Durante el período indiano el
poder, representado por la monarquía, siempre había sido un factor aglutinante de la sociedad. Ahora
que la Corona ha desparecido, ese poder se convierte en un objeto de lucha entre las distintas facciones,
contienda que durara hasta el asentamiento del Estado Constitucional, en que canalizara ese
enfrentamiento a través de los moldes institucionales del gobierno republicano. Este asentamiento se
produce en distintos momentos en cada país latinoamericano, según sus propias circunstancias. Es un
proceso complejo, que se desarrolla en 20 países distintos con más de 200 constituciones escritas entre
1811 y la actualidad.
Respecto a los elementos de la doctrina Constitucional, se puede señalar que los tradicionales
–garantías individuales y división de poderes– ya tenían antecedentes en la América indiana. A ellos se
suma un tercer elemento nuevo:
a) Las garantías individuales no son una novedad respecto del sistema indiano, aunque difieren en
su presentación, aunque en el régimen monárquico se configuraban como derechos concretos y en el
sistema constitucional se presentaban bajo formas abstractas, iguales para todos los individuos.
b) Respecto de la división de poderes hay dos aspectos: la separación de la judicatura que no
significó una novedad respecto al sistema vigente, especialmente tras las reformas borbónicas, y la
dualidad Gobierno-Parlamento que sí es totalmente extraña al sistema indiano, en el que siempre las
funciones ejecutivas y legislativas se identificaron en los distintos niveles de la administración. Y será
este último aspecto el que costará asimilar: el Ejecutivo se presentará con una fuerza y poder que no
tendrá el Legislativo. Todas las crisis institucionales de este nuevo período se derivan de conflictos
entre estos 2 poderes, nunca por conflictos sobre las garantías individuales en sí o por una lucha de
poder de la judicatura. Baste pensar en el caso de Chile y sus crisis de 1981, 1924 y 1973.
c) En los países hispanoamericanos surgió un tercer elemento, ajeno a la teoría original, enraizado
en la realidad religiosa y cultural del continente: el reconocimiento oficial de la Iglesia y la
confesionalidad del Estado. Este nuevo elemento se recogió en todas las constituciones chilena hasta
1925. Se mantuvo así viva la distinción y complementación entre el poder temporal y el espiritual de
origen monárquico por un siglo más.
3. Causas remotas e inmediatas de la Independencia
Hispanoamérica presentó una gran estabilidad social durante el período indiano. Casi no se
conocieron revoluciones en un sentido técnico, sino que tan sólo revueltas en las que no se pretendía
cambiar la visión imperante del mundo, sino tan sólo lo que se consideraba un mal gobierno o una mala
decisión. Por ejemplo ajusticiamiento del Virrey Blasco Núñez de Vela por aplicar Leyes Nuevas, o la
destitución del gobernador Acuña y Cabrera por el Cabildo de Concepción.
En la España de fines del siglo XVIII ya había una fisura doctrinal entre los defensores de la
antigua tradición escolástica española (que desarrolló la trilogía Dios-Pueblo-Rey fundada en la
doctrina de san Isidoro de Sevilla, usada durante la Reconquista y reformulada por el derecho natural
humanista de Francisco Suárez) y los defensores de las doctrinas absolutistas que la casa de Borbón
trae a España con su advenimiento al poder en 1700. Estas diferencias influyeron más en el período
anterior a 1810 y en el movimiento juntista que las doctrinas iusracionalistas desarrolladas en Francia
en el s. XVIII. Estas últimas, en cambio, predominan después de 1810, cuando se busca un fundamento
ideológico de origen no español a la emancipación y a la organización de la nueva república.
El detonante de la independencia fue la reclusión del rey Fernando VII por Napoleón y la
invasión francesa a la península ibérica. De todos modos se pueden señalar algunas circunstancias
anteriores en América que facilitaron el ambiente, las llamadas causas remotas de la independencia:
1. El monopolio comercial:
En los inicios del período Indiano el comercio entre América y la Península se organizó a través
de un sistema oficial de Flotas que buscaba defender la travesía de los ataques de piratas y corsarios. La
ruta oficial llegaba a las Antillas. Recién en 1719 se permitió una ruta directa entre Cádiz y Chile a
través del Cabo de Hornos y en 1778 se libera el comercio con los demás puertos de la península y
entre los reinos americanos. En el caso de Chile, este sistema de Flotas, debido a la lejanía física,
significó un retraso en el desarrollo económico, un estímulo al contrabando y, lo que es peor, la
aceptación social del mismo3.
Pero la "Ordenanza para el Libre Comercio" de 1778 al facilitar el comercio también produjo un
desequilibrio en la balanza de pagos del reino, ya que se debían importar la mayoría de los bienes
manufacturados y como contrapartida sólo se exportaba algo de cobre a España y productos agrícolas a
Perú. Jugó en contra la política de la Corona de impedir el surgimiento de industrias en América para
priorizar el desarrollo de la península. El secretario de Tribunal del Consulado, Anselmo de la Cruz, en
sus memorias de 1807 y 1809 aboga por la implantación de industrias en Chile como el modo más
eficaz de desarrollar el reino.
Este desequilibrio económico y la necesidad de fomentar el desarrollo de la manufactura
nacional explican que la libertad total de comercio con cualquier potencia fuera discutida
acaloradamente por 2 meses en la Junta de Gobierno antes de decretarla el 21-II-1811. Y que las
razones que primaran para su aprobación fueran más políticas que económicas, ya que reflejaba un
anhelo de autonomía y desarrollo. Fue impulsada por Juan Martínez de Rozas, a quien lo había
animado en este sentido Bernardo O´Higgins, quien tras su estadía en Inglaterra captaba mejor el
alcance de esta medida.

3
Por ejemplo, está registrado que entre 1788 y 1810 recalaron 257 buques norteamericanos en Chile, y que al menos 22
de ellos eran claramente de contrabando (cfr. Eyzaguirre, Jaime; ob. cit.; p. 65). En ocasiones la misma autoridad
participaba del contrabando: recordar que una de las causas de la destitución del Gobernador García Carrasco en 1810
fue su participación en el escándalo del Scorpión, fragata inglesa de contrabando apresada y cuyo botín fue repartido por
el Gobernador.
2. La expulsión de los Jesuitas 1767:
La Compañía de Jesús había llegado a Chile en el Siglo XVI (1593) y era la más influyente de
todas las órdenes. Ejercían una gran influencia en el país en diversos temas: educación, desarrollo
económico (producción agrícola y fomento de la industria artesanal), ciencias y salud pública
(administraban la única farmacia). En el ámbito político influían directamente, porque gran parte de los
dirigentes se habían educado con ellos y las principales familias del reino tenían un hijo dentro de la
orden. Esta influencia despertó los recelos de la corona y ordenó su expulsión delos territorios de la
Corona. Los bienes de los Jesuitas fueron rematados en pública subasta y no volvieron a Chile, sino
hasta mediados del Siglo XIX.
La expulsión se considera causa de la independencia por sus efectos:
a) Un retroceso en el desarrollo del país (más de 50 años, según Encina). Se cierran numerosos
establecimientos educacionales, por ejemplo 14 en el Obispado de Santiago y se entrega además la
regencia de la Real Universidad de San Felipe.
b) Se produce un empobrecimiento, porque los bienes de los jesuitas no son bien administrados
y dejan de producir. Además, estos bienes, que serán vendidos en pública subasta, darán lugar a nuevos
mayorazgos (con el consiguiente problema social posterior).
c) Desde el punto de vista político por primera vez se pone en tela de juicio una decisión del rey,
pues la población la rechaza abiertamente. Esto debilita el vínculo de adhesión popular al rey o a la
corona.
3. Rivalidad entre criollos y peninsulares y surgimiento de espíritu "nativo":
Existían ciertas diferencias -aunque se discute su magnitud real 4- para la elección de los cargos
públicos, pues las autoridades tendían a preferir a los peninsulares por sobre los criollos en los cargos
directivos de instituciones ejecutivas y judiciales, como la Real Audiencia. Por ello, durante el s. XVIII
se busca equilibrar la distribución de cargos trayendo americanos a la península y nombrando
americanos en cargos de otros reinos de las Indias.
4. Independencia de EE.UU.
Es causa de la independencia nacional, pues España contribuyó a la derrota de los ingleses
mandando tropas y artillería. España reconoció la independencia de estas colonias y en este momento
se obligó a reconocer la independencia de sus propios reinos. Algunos dicen que en este momento
España políticamente pierde su imperio.
5. Influencia de las ideologías propias de la ilustración
Se discute el papel que pueden haber jugado algunas doctrinas políticas provenientes del
extranjero, especialmente el iusracionalismo francés y el liberalismo inglés. Además de la influencia su
contenido se cuestiona la extensión que puede haber alcanzado su difusión entre los criollos. En general
se considera que su conocimiento fue restringido antes del inicio del proceso de emancipación y que su
mayor influjo fue posterior al estallido de éste. De todos modos, algunos criollos conocieron de cerca
las doctrinas liberales por sus viajes (Bernardo O'Higgins que estuvo en Inglaterra entre 1794 y 1799,
donde se contactó con el venezolano Francisco de Miranda, de ideas separatistas), libros y mercadería
de contrabando con símbolos (por ejemplo, de la independencia norteamericana).
4
Por ejemplo, en 1810 en Chile los siguientes cargos estaban detentados por criollos chilenos: Gobernador interino:
Mateo de Toro y Zambrano; Obispo electo de Santiago: José Antonio Martínez de Aldunate; Oidores de la Real
Audiencia: José de Santiago Concha y José Santiago Martínez de Aldunate; Superintendente de la Casa de Moneda: José
Santiago Portales; Administrador General de la Aduana: Manuel Manso; y, Asesor de la Capitanía General: José Gaspar
Marín. Cfr. Eyzaguirre, Jaime; ob. cit.; 57.
Por otra parte, los hechos que detonaron el inicio del proceso emancipador se conocen como
causas inmediatas de la Independencia, y se refieren a los hechos en España y Chile que llevaron a la
instalación de una Junta de Gobierno el 18 de septiembre de 1818. Ante la prisión de Fernando VII los
súbditos americanos tuvieron que decidir entre aceptar el gobierno de la resistencia peninsular o de
formar sus propias juntas en defensa de los intereses del Rey. En varios reinos primó esta última
postura, y quiénes dieron el primer paso fueron los criollos de Buenos Aires, el 25 de mayo de 1810.
Pero el virrey del Perú se opuso y buscó por todos los medios impedir el desarrollo de estas juntas.
En Chile, la Real Audiencia había destituido en julio de 1810 al gobernador interino Francisco
Antonio García Carrasco por acusaciones de corrupción y nombrado a Mateo de Toro y Zambrano, por
aplicación de la Ordenanza Militar que exigía subrogar el cargo con el militar de más alta graduación.
Anciano de 84, ya vacilante de carácter, no supo enfrentar los acontecimientos que se vinieron por
delante: los criollos de ideas avanzadas se oponían al reconocimiento del gobierno peninsular, en
cambio la Real Audiencia, el Cabildo Eclesiástico y los españoles más renombrados lo apoyaban. De
Toro y Zambrano finalmente reconoció el gobierno peninsular, pero a los pocos días también aceptó la
reunión de un Cabildo Abierto en Santiago para discutir la situación.
El Cabildo fue fijado para el 18 de septiembre y no fue propiamente abierto, ya que se convocó
por medio de esquelas a sus invitados. El Procurador del Cabildo, José Miguel Infante, señaló los
argumentos para crear una Junta citando las Siete Partidas, que en la ley 3ª del título 15 de la 2ª Partida
expresa que en caso de estar cautivo el soberano, no habiendo nombrado antes regente del reino, se
establezca una junta de gobierno nombrándose sus vocales por los mayorales del reino, sus prelados,
hombres ricos y hombres honrados. Y Junta se eligió ese día, Junta cuyo fin se manifiesta en el
juramento prestado por sus miembros de "usar fielmente de su ministerio, defender este reino hasta con
la última gota de su sangre, conservarlo al Señor Don Fernando VII y reconocer el Supremo Consejo
de Regencia"5.
Las principales obras de la Primera Junta Nacional de Gobierno fueron:
1. Decretó la libertad de comercio, para lo cual se dicta un reglamento el 21 de febrero de 1811
(es la primera ley republicana de Chile) que establecía que se podía comerciar libremente
con todos los buques neutrales, salvo los franceses, en los puertos de Talcahuano, San Vi-
cente, Valparaíso y La Serena.
2. Estableció la igualdad de acceso a los cargos públicos de peninsulares y criollos.
3. Estableció relaciones con la junta de Buenos Aires.
4. Convocó al Primer Congreso Nacional que representaría a todo el país y ante el cual la Junta
de Gobierno depondría el mando. Para esto dictó un reglamento electoral con voto censita-
rio que elegiría 36 diputados.
El Cabildo de Santiago estimó insuficiente esta cantidad aumentando el número a 12, por lo que
finalmente se eligieron 42 diputados. El día de las elecciones el coronel español Tomás de Figueroa se
amotinó e intentó disolver la Junta, fracasó y se refugió en la Iglesia de Santo Domingo. Juan Martínez
de Rozas, perteneciente al grupo exaltado, ordenó sacarlo del templo y fue condenado a muerte pocas
horas después. Esto generó un gran rechazo de los vecinos de Santiago hacia los exaltados y el Congre-
so elegido fue mayoritariamente moderado (adherían al Rey, pero querían reformas graduales)6.

5
Acta del Cabildo Abierto de 18 de septiembre de 1810. Cfr. Valencia Avaria, Luis; "Anales de la República"; Editorial
Andrés Bello; 2a edición; 1986; p. 5.
6
En definitiva, el Congreso estuvo integrado por 40 miembros, porque Valdivia no designó diputados y el de Huasco se
inhabilitó. De los 40, 4 fueron realistas, 24 moderados y 12 exaltados independentistas.
4. La Patria Vieja (1811-1814) y la Reconquista (1814-1817)
a) El primer Congreso Nacional
Las sesiones del Primer Congreso Nacional se iniciaron el 4 de Julio de 1811 como un homena-
je al primer país independiente de América y la solemne apertura se lleva a cabo en el recinto de la
Real Audiencia. El Congreso asume las funciones de Gobierno de la Junta. Pero Concepción mediante
sus Diputados reclamó el hecho que la ciudad de Santiago hubiese elegido 12 Diputados. Ante ello se
produce gran confusión y ante el fracaso inminente del Congreso se nombra una Junta de Gobierno pre-
sidida por Martínez de Rozas en la cual se delega el poder ejecutivo.
Las principales obras del primer Congreso fueron:
1. Por los nexos de la Real Audiencia con el Motín de Figueroa se suprimió y reemplazó por
un Tribunal de Apelaciones.
2. Estableció la llamada Ley de Libertad de Vientre, que disponía que los hijos nacidos de es-
clava nacían libres y que no se permitía más la compra–venta de esclavos dentro del reino.
3. Creó una nueva provincia hacia el norte, Coquimbo, con capital en La Serena.
4. Dictó el “Reglamento para el arreglo de la autoridad ejecutiva provisoria de Chile”.
Este primer Reglamento Constitucional fue aprobado el 14 de agosto de 1811 y rigió únicamen-
te hasta el 2 diciembre de 1811, fecha en que el Congreso Nacional fue disuelto por José Miguel Carre-
ra. Consta de un total de 19 artículos más un pequeño preámbulo. Se limitó a fijar de modo provisorio
las características del gobierno y sus atribuciones hasta el regreso del monarca legítimo Fernando VII.
No existen antecedentes acerca de sus autores. Estableció:
ÓRGANO EJECUTIVO (arts. 10 a 18): llamado Junta Gubernativa o Autoridad Ejecutiva,
radica en 3 miembros elegidos por el Congreso, quienes se turnan la Presidencia por meses y ejercen el
poder a nombre del rey.
ÓRGANO LEGISLATIVO (arts. 1 a 8): está a cargo del Congreso Nacional, que es
claramente el órgano central del reglamento. El Congreso debía prestar su consentimiento a la mayor
parte de los actos de la Junta, debía conducir las relaciones exteriores, tenía el supremo control sobre
las armas y ejerce el vicepatronato real sobre la Iglesia.
ÓRGANO JUDICIAL (art. 9): sólo se menciona que el Ejecutivo no conocerá las causas de
justicia entre partes. En la práctica se mantienen los tribunales de la Monarquía, salvo la Real
Audiencia.
REFORMA DEL REGLAMENTO: no se contemplaba un mecanismo de reforma, pero el
artículo 19 establecía que: “Su duración es pendiente de la Constitución del caso, y no formada ésta en
el perentorio término de 1 año, expirara en él la Comisión.”
VIGENCIA (art. 19): depende de la dictación de un texto constitucional definitivo (condición)
pero de no dictarse expira en el plazo perentorio de un año.

b) El gobierno de José Miguel Carrera y el Reglamento provisorio de 1812


En agosto de 1811 llega al país José Miguel Carrera, de 25 años, procedente de España, donde
había combatido en defensa del rey Fernando VII. Todos vieron en él a un aliado: los realistas ya que
se trataba de un aristócrata que había batallado en favor de Fernando VII en la península; los modera-
dos ya que se trataba de un miembro de una connotada familia de Santiago y los exaltados ya que intu-
yeron que se trataba de un joven audaz. Él se da cuenta que el proceso de emancipación se estancaba y
buscó acelerarlo: dio tres golpes de estado sucesivos, clausuró el Congreso y nombró una Junta de Go-
bierno que presidió. En esta Junta dio participación a Martínez de Rozas para involucrar a Concepción,
cupo que asumió interinamente Bernardo O'Higgins. Finalmente, las fuerzas de Concepción se amoti-
naron bajo la dirección de Martínez de Rozas, quien es derrotado y deportado a Argentina donde falle-
ce en 1813.
Las principales obras del gobierno de José Miguel Carrera son:
1. Transparentó un afán de independencia y buscar un ideal republicano de gobierno, con medidas
como usar símbolos patrios (bandera nacional de tres franjas horizontales azul, blanco y amari-
llo, escudo de armas con dos lemas “Después de las tinieblas, la luz” y “Por consejo o por espa-
da”, y la primera escarapela.
2. Publicación del primer periódico “La Aurora de Chile”, editado por fray Camilo Henríquez.
Permitiría propagar la idea liberal e independentista.
3. Fundación del Instituto Nacional y de la Biblioteca Nacional.
4. Se establecen relaciones diplomáticas con EE.UU. a través del cónsul Joel Roberts Poinsett
(agente confidencial del presidente Madison).
5. Se dicta la ley de elecciones en 1813, que reemplaza al Reglamento de 1810.
6. Organiza el ejército y la dirección de las primeras campañas contra las fuerzas realistas envia-
das desde el Perú por el virrey Márquez de Abascal
7. Se dicta el Reglamento Constitucional Provisorio de 26 de octubre de 1812, lo que disminuyó
las críticas de quienes lo acusaban de querer perpetuarse en el poder.
Inicialmente el cónsul de EEUU, Joel Poinsett, había presentado un proyecto de reglamento,
basado en la carta de Filadelfia, el cual no fue considerado viable por Carrera. Éste nombró una
comisión encargada del estudio del proyecto que no llegó a acuerdos. Fue sucedida por otra comisión,
en casa del mismo cónsul Poinsett, la cual elaboró el reglamento que fue promulgado el 26 de octubre.
Luego fue ratificado por suscripciones a través de un registro público que se abrió en la Sala del
Consulado. El texto contaba de 27 artículos precedidos de un preámbulo doctrinario. Los hechos
políticos y militares posteriores determinaron su derogación, la que fue declarada por la reunión de la
junta de Corporaciones el 6 de octubre de 1813. Las principales materias que trata son:

DISPOSICIONES GENERALES:
Art. 1: La religión del Estado es la católica apostólica (no se menciona romana)
Art. 2: El pueblo hará su Constitución por medio de sus representantes.
Art. 3: El rey es Fernando VII, que aceptará esta Constitución en el mismo modo que la de la
península.
Art. 5: Ningún decreto, providencia u orden que emane de cualquier autoridad o tribunales de fuera del
territorio de Chile tendrá efecto alguno y los que intentaren darle valor serán castigados como reos de
Estado.
Arts. 15 a 24: Se establecen por 1ª vez ciertos derechos fundamentales: recurso de amparo o habeas
corpus (art. 15), legalidad de los procesos (arts. 18 a 21), libertad de imprenta (art. 23), inviolabilidad
del papel y de los sellos, del hogar y de las cosas (art. 16), igualdad ante la ley y libertad personal (art.
24).
ÓRGANO EJECUTIVO (arts. 3 y 4): denominado “Junta Superior Gubernativa”, tiene sede
en Santiago y está compuesta de 3 miembros que se turnan la presidencia cada 4 meses. Gobiernan en
nombre del Rey. Hay 2 secretarios: uno para los negocios del Reino y otro para la correspondencia del
exterior.
ÓRGANO LEGISLATIVO (arts. 7 a 11): radica en un Senado de 7 miembros, renovables
cada 3 años, elegidos por las provincias (2 Coquimbo, 2 Concepción y 3 Santiago). Sus atribuciones
son los grandes negocios de la Patria. El sistema electoral estaba basado en suscripciones. Los cabildos
se mantienen electivos.
ÓRGANO JUDICIAL (art. 17): habría tribunales y jueces ordinarios y se establece por 1ª vez
la independencia del Poder Judicial.
VIGENCIA Y REFORMA DEL REGLAMENTO (art. 27): el Reglamento se remitiría a las
provincias para que se sancionara y se observaría hasta que los pueblos manifestasen sus ulteriores
resoluciones de un modo más solemne.

c) Las primeras batallas por la independencia y el Reglamento para el Gobierno provisorio de 1814.
José Miguel Carrera y Bernardo O'Higgins se enfrentaron a partir del año 1811, por lo que O
´Higgins terminó abandonando la Junta en que lo había nombrado Carrera. En el intertanto el Virrey
Abascal, viendo que Chile actuaba como un país virtualmente independiente, envió tres expediciones
para doblegar a las fuerzas patriotas y restablecer el régimen realista7.
A comienzos del año 1814, en marzo, se tuvo noticia en Santiago de la llegada de la segunda
expedición comandada por Gabino Gainza, que rápidamente avanzó hacia el norte y tomó Talca. El pá-
nico cundió en Santiago y por ello el 7 de Marzo se convocó un Cabildo abierto en la capital que solici-
tó la renuncia de la Junta y designó Director Supremo al coronel de milicia penquista, Francisco de la
Lastra. Se volvió a concentrar el órgano ejecutivo en una sola persona.
De la Lastra, para organizar el nuevo gobierno nombró una comisión de cinco miembros con el
fin de redactar un Reglamento Constitucional, acorde a las nuevas circunstancias. El proyecto fue exa-
minado y aprobado por la Junta de Corporaciones, y promulgado el 17 de marzo de 1814. Se le deno-
mina así: Reglamento Constitucional de 17 de marzo de 1814. Oficialmente rigió hasta el 2 de octubre
7
Una primera expedición viene en 1813 al mando del Brigadier Antonio Pareja. Desembarca en Chiloé y Valdivia y reúne
un ejército de 2.000 hombres con los que llega a San Vicente, se apodera rápidamente de la provincia de Concepción y
avanza hasta Linares. Recluta a su paso a 5.000 hombres. Carrera lo combate en Yerbas Buenas con 4.600 hombres con
resultados inciertos. Pareja cae enfermo y se encierra en Chillán, Carrera recupera Concepción y pone sitio a Chillán, pero
debe retirarse por el invierno. Más adelante un cuerpo realista ataca a Carrera en El Roble, quién se salva arrojándose al Río
Itata. Carrera es arrestado por los realistas y el mando de las tropas patriotas fue confiado a Bernardo O’Higgins.
A principios de 1814 desembarca una segunda expedición bajo el mando de Gabino Gainza que O’Higgins
enfrenta sin un resultado definitivo. Por mediación de un oficial inglés ambas fuerzas se reúnen a orillas del Río Lircay el 3
de Mayo de 1814 y celebran el denominado Tratado de Lircay por el cual los realistas dejarían el país y los patriotas
reconocerían la soberanía del rey y se comprometían a enviar diputados a las Cortes, subsistiendo mientras el gobierno
patriota. Sin embargo ninguna de las partes cumplió el acuerdo y el gobierno patriota no reconoció el tratado. Los realistas
dejan libres a los hermanos Carrera, quienes se dirigen a la capital, sublevan a la guarnición de Santiago, derrocan a De la
Lastra y designan una nueva Junta de Gobierno presidida por José Miguel. Carrera desconoce el Reglamento de 1814, por lo
que se rige por el de 1812. Estalla una verdadera guerra civil entre las fuerzas de Carrera y O'Higgins, enfrentándose en la
batalla de las Tres Acequias el 26 de Agosto de 1814.
Paralelamente, el Virrey Abascal, envió una tercera expedición comandada por Mariano Osorio, quien desembarca
con 5.000 hombres el 13 de agosto en Talcahuano. Carrera y O'Higgins llegan a un acuerdo para enfrentarlo, pero no sobre
el lugar para entablar la batalla: O'Higgins elige concentrar sus tropas en Rancagua y Carrera en Angostura del Paine. El 1°
y 2 de Octubre de1814 Osorio derrota a O’Higgins en el Desastre de Rancagua, las tropas de Carrera desertan y los patriotas
deben huir hacia Mendoza, donde un batallón argentino comandado por Las Heras ayudó a los exiliados.
siguiente, fecha del Desastre de Rancagua, con el que se reinicia la reconquista española. Constó de 13
artículos más un título no articulado. Es un texto de escasa técnica que solo persigue reglamentar el
ejercicio del gobierno de un modo básico:
ÓRGANO EJECUTIVO (arts. 1 a 13): radica en un Director Supremo con facultades
amplísimas e ilimitadas. Excepto algunas decisiones en las necesita el acuerdo del Senado: tratados de
paz, declaraciones de guerra, establecimiento de comercio e impuestos. Dura 18 meses y está sujeto a
Juicio de residencia. En caso de ausencia o impedimento lo subroga el "Gobernador Intendente" de
provincia. Tiene 3 secretarios de Gobierno, Guerra y Hacienda, son elegidos por la Junta de
Corporaciones.
ÓRGANO LEGISLATIVO (título sin articulado): establece un Senado, que consta de 7
miembros nombrados por el Director Supremo a propuesta en terna de la Junta de Corporaciones por 2
años.
ÓRGANO JUDICIAL Y REFORMA DEL REGLAMENTO: no hay normas.
Tras la derrota de Rancagua, una parte de las fuerzas patriotas emigra a Argentina, donde
continuó la pugna entre los bandos carrerino y o'higginista. Con el desastre de Rancagua termina el
período denominado Patria Vieja y comienza La Reconquista.

d) La Reconquista (1814-1817)
Durante este período existen dos gobernadores en Chile, Mariano Osorio y Francisco Casimiro
Marcó del Pont. El primero gobernó entre octubre de 1814 y diciembre de 1815, fecha en la cual fue re-
movido por intentar aplicar de modo mesurado las medidas tomadas en contra de los patriotas. El se-
gundo fue más drástico y estuvo influenciado por el cruel y abusivo sargento de los Talaveras Vicente
San Bruno. En América todas las provincias vuelven a manos españolas, salvo las argentinas. Fernando
VII reasumió como monarca y desconoció la Constitución Liberal promulgada por la Junta de Cádiz en
1812. Algunas medidas que se aplican en esta época son:
1. Se impusieron contribuciones extraordinarias a las familias patriotas, el secuestro de sus bienes
y se exilió a destacados dirigentes a la Isla Juan Fernández.
2. Se suprimieron todas las instituciones del período anterior. Por ejemplo, se clausuró el Instituto
y la Biblioteca Nacional, se derogó la Ley de Libertad de Comercio y se reabrió la Real Audien-
cia, eliminando el Tribunal Supremo creado por el primer Congreso Nacional.
3. Se establecieron los Tribunales de Justificación y Vindicación (venganza).
Mientras tanto, los patriotas se organizaron en Mendoza con la ayuda del gobernador José de
San Martín. A comienzos de 1817 se terminó de preparar el Ejército Libertador compuesto de 4.500
hombres, en su mayoría chilenos. El brigadier español Rafael Maroto al mando de 1.600 hombres fue
derrotado por la división de O'Higgins en Chacabuco el 12 de Febrero de 1817. La noticia del triunfo
patriota llegó rápidamente a Santiago y el 15 de febrero los patriotas entraron en Santiago y fueron re-
cibidos con euforia. Marcó del Pont huyó a Valparaíso, pero fue detenido camino a San Antonio.
5. La Patria Nueva y el gobierno de Bernardo O’Higgins (1817-1823)
El día 15 de febrero de 1817 se reúne un Cabildo Abierto al que concurren 210 vecinos de San -
tiago, en el que se elige como Director Supremo del país a José de San Martín. Sin embargo, éste re-
chazó el nombramiento porque pretendía seguir luchando por la independencia de Perú. Al día siguien-
te, el 16 de febrero, se reunió de nuevo el Cabildo Abierto y volvió a ofrecerle el mando a San Martín,
quien nuevamente lo rehusa. El Cabildo le ofrece entonces el cargo a Bernardo O’Higgins, que aceptó
y asumió sus funciones como Director Supremo sin más límites a su poder que el obrar según su ele-
mental prudencia. Comenzó una nueva etapa en la Historia del Chile republicano: la Patria Nueva.
En el gobierno de O'Higgins se pueden distinguir 2 etapas. Una primera fue desde su elección el
17 de febrero de 1817 hasta la salida de la Expedición Libertaria del Perú en agosto de 1820: es el pe-
ríodo de sus máximas glorias militares y civiles, de la organización y estructuración del país a partir de
la nada. La segunda, que fue desde 1820 hasta su abdicación el 28 de enero de 1823, estuvo marcada
por la influencia del impopular ministro Rodríguez de Aldea y por yerros políticos que lo enemistaron
con los principales actores de la sociedad: la aristocracia, la Iglesia y el Ejército. Bernardo O'Higgins
fue más militar y caudillo que estadista y mandatario. No supo interpretar un sentimiento de respeto por
el gobierno legal e impersonal, de aversión al caudillismo, que se había forjado durante siglos de esta-
bilidad institucional indiana en los chilenos y que permanecía vivo.
Entre las obras de su gobierno destacan:
1. Se reabrió el Instituto Nacional y la Biblioteca Nacional.
2. Se hicieron varias obras públicas: alumbrado público en Santiago, se construye el Canal del
Maipo, se transforma el basural de la Cañada en la Alameda de las Delicias.
3. Creó el Cementerio General de Santiago y un cementerio para disidentes en Valparaíso.
4. Eliminó las peleas de gallos y las corridas de toros.
5. iólos títulos nobiliarios y los escudos de armas, pero los reemplazó por la legión del mérito. In-
tenta suprimir la institución de los mayorazgos, sin lograrlo.
6. Creó la Escuela Militar en 1817 y la Escuela Naval en 1818, formando también la primera Es-
cuadra Nacional que iría a liberar Perú.
7. Se acuñaron monedas con el sello patrio y se diseñan nuevos símbolos patrios.
8. Se enviaron agentes diplomáticos al extranjero.
9. Promulgó dos textos constitucionales en los años 1818 y 1822:

a) Constitución Provisoria para el Estado de Chile, de 23 de octubre de 1818.


Tras la batalla de Maipú, con la independencia ya consolidada, en Santiago se celebró un nuevo
Cabildo Abierto, que acordó pedir al Director Supremo convocar a un Congreso, establecer una Junta
Directoral de 3 miembros, declarar la vigencia de la Ley de Imprenta de 1813, nombrar embajadores en
aquellos Estados que reconocen la independencia de Chile, dictar una ley general de amnistía y nom-
brar una comisión que redactase un Reglamento Constitucional provisorio, texto que regiría hasta la
reunión del Congreso solicitado, ante el cual O'Higgins tendría que deponer el mando. Esta serie de pe-
ticiones limitaban el poder de O'Higgins, quien sólo aceptó la de nombrar una comisión para dictar un
reglamento constitucional provisorio.
En estas circunstancias, el cónsul de EEUU, W. Worthington presentó a O’Higgins un proyecto
constitucional que reproducía para Chile las instituciones de su país, texto sobre el cual O’Higgins no
se pronunció. La Comisión redactora le presentó al Director Supremo un proyecto de texto a comienzos
de agosto de 1818 y O’Higgins decidió someter el proyecto a plebiscito en el territorio liberado (desde
Copiapó hasta Cauquenes) y dictó un reglamento para la realización del referéndum. El voto fue
censitario (varones, padres de familia, con capital, renta u oficio) y consistía en firmar en un libro a
favor o en uno en contra que estuvieron abiertos durante 4 días. La suscripción a favor fue unánime, el
texto se sancionó y fue jurado el 23 de octubre de 1818.
La apreciación global de la Constitución de 1818 fue que estableció una supremacía absoluta de
O’Higgins, pero éste respetó el funcionamiento de las instituciones durante su vigencia. El texto se
compone de cinco títulos divididos en capítulos y estos en artículos más un preámbulo doctrinario.
TÍTULO I. Derechos y deberes de las personas.
Se inicia con un catálogo de Garantías Constitucionales, siguiendo el modelo francés. Es la
primera Constitución que comienza así.
Entre los DERECHOS destacan:
- libertad personal, salvo esclavos (art. 1°) y mantiene vigente la ley de vientres (art. 12).
- garantías procesales: legalidad de los procesos, libertad provisional, racionalidad de las penas.
- inviolabilidad del hogar y de la correspondencia.
- libertad de imprenta.
- algunos derechos sociales: garantiza goce de tranquilidad y felicidad por parte del Director
Supremo y sus funcionarios, y su obligación de alivianar la miseria de los desgraciados
Respecto de los DEBERES se consagraron algunos de carácter cívico tradicionales como:
obedecer la ley y la autoridad, y contribuir a los gastos del Estado. Además, se establecieron otros de
contenido moral (art. 4, obligación de dirigir acciones conforme al principio moral: No hagas a otro lo
que no quieres hagan contigo).
TÍTULO II. Religión del Estado.
Es la Católica, Apostólica y romana, única y exclusiva del Estado de Chile.
TÍTULO III. Poder Legislativo.
Se estableció un Congreso, pero como no se podía elegir todavía, se confiaba a un Senado de 5
miembros elegidos por el Director Supremo con atribuciones como velar por la observancia de la ley
por parte del Ejecutivo y prestar su consentimiento al Director Supremo en ciertas materias: imponer
contribuciones, pedir empréstitos, declarar guerra y paz, firmar tratados comerciales.
TÍTULO IV. Poder Ejecutivo.
Radicó en un Director Supremo, su elección ya está verificada según lo ocurrido (no señala
plazo). En lo sucesivo se haría por el libre consentimiento de las provincias. Está dotado de amplias
atribuciones como cuidar el fomento de la población, de la agricultura, industria, comercio y minería.
Le corresponde ejercitar elementos propios del patronato como el derecho de presentación y tenía
ciertas limitantes, por ejemplo, no intervenir en negocios judiciales, y las autoridades quedan sujetas a
juicio de residencia al término de su mandato.
TÍTULO V. Poder Judicial.
Se establece un Supremo Tribunal Judiciario, elegido originalmente por el Director Supremo y
luego por el mismo tribunal a propuesta en terna. Bajo éste hay un Cámara de Apelaciones y bajo ella
Jueces letrados. Deben juzgar conforme a las leyes, cédulas y pragmáticas que rigen, a excepción de las
que pugnan con el actual sistema de gobierno, en cuyo caso se consulta al Senado.
VIGENCIA: A pesar de su carácter provisorio tuvo vigencia de 4 años, hasta 1822.
MECANISMO DE REFORMA: por el propio Senado.

b) Constitución Política del Estado de Chile, de 30 de octubre de 1822.


A lo largo del gobierno de Bernardo O’Higgins fue creciendo la oposición de distintos sectores
sociales. La aristocracia se distanció tras la abolición de sus títulos nobiliarios y su intentó de terminar
con los mayorazgos, que salvaguardaban su poder económico. La misma muerte de los Carrera en el
exilio deterioró su imagen. Algunas medidas que afectaron a la Iglesia, como la confiscación de
algunos bienes (la Escuela Militar se estableció en el patio de los padres agustinos y el Instituto
Nacional se anexó al Seminario Conciliar para que éste lo sustentara con sus rentas), la creación del
Cementerio General para evitar el entierro en los templos y del Cementerio de Disidentes en
Valparaíso, medidas represivas contra el clero realista, que incluyó el destierro del Obispo de Santiago
Mons. Rodríguez Zorrilla, también le restaron el apoyo de esta institución. Por último, el descuido del
Ejército del Sur también le había enemistado con el Intendente de Concepción, Ramón Freire. A esto se
debe sumar las malas cosechas de 1822 y un terremoto del mismo año que destruyó Valparaíso.
En este contexto O'Higgins anunció en mayo de 1822 la organización del Congreso estipulado
en la Constitución de 1818. Convocó por medio de un decreto la elección de una comisión preparatoria.
Se elegiría a un representante por cada municipalidad con obligación de que fuese oriundo de aquel lu-
gar, pero O’Higgins intervino las elecciones mandando esquelas a las provincias que “sugerían” el
nombre a elegir. A pesar del escándalo producido la Convención fue inaugurada el 23 de junio del
1822. O’Higgins presentó su renuncia ante ella, la que fue rechazada. Acto seguido la Convención se
dedicó a tratar asuntos legislativos (pasando de una convención preparatoria a una legislativa). El 28 de
septiembre de 1822 se le ordena a la Convención que redacte un proyecto de constitución, con lo que
pasa a tener un carácter constituyente. El proyecto tuvo como base un texto preparado por Rodríguez
Aldea basado en Constitución española de 1812 y fue aprobada por la propia convención. Tras su apro-
bación, el Director Supremo dispuso con fecha 30 de octubre de 1822 el cúmplase, la publicación, im-
presión y circulación del texto.
Es la más completa de las constituciones dictadas hasta la fecha: se compone de un preámbulo
doctrinario y de 248 artículos agrupados en 10 títulos divididos capítulos. A pesar de ser la primera que
se dictó con carácter definitivo (el art. 246° establecía que no podía variarse sin expresa orden de los
pueblos manifestada solemnemente a sus representantes), rigió muy poco tiempo, hasta enero de 1823,
en que se declaró su abolición. Había nacido desprestigiada por la influencia del impopular Ministro
Rodríguez Aldea en su redacción, la intervención en la elección de la convención preparatoria, el
establecimiento de una nueva división territorial interna que significaba la supresión de las
Intendencias, y especialmente que establecía la elección del Director Supremo ya efectuada por un
período de 6 años y su reelección por 4 años más, lo que significaba que O'Higgins podría seguir 10
años más en el poder.
Se produjo un levantamiento en las provincias de Concepción, encabezado por Ramón Freire, y
de Coquimbo comandado por Miguel Luis Irarrázaval. El 28 de enero de 1823 se convocó un Cabildo
abierto en Santiago ante el que abdicó O’Higgins (inicialmente se opone al Cabildo, pero renunció al
recordársele que su poder provenía también de un cabildo). Se resolvió que O’Higgins designara una
Junta de Gobierno con carácter provisorio y se nombró una Comisión encargada de redactar un
reglamento constitucional también provisorio. Acto seguido O’Higgins se trasladó a Valparaíso y luego
a Perú donde permanece hasta su muerte en 1842.

El texto de la Constitución establece algunos principios políticos fundamentales:


- la soberanía de la Nación, cuyo ejercicio se delega conforme a la Constitución (art. 1°).
- la independencia de la Monarquía Española (art. 2°).
- declara en su art. 3° los límites del territorio. (N: despoblado de Atacama; S: Cabo de Hornos; E: mar
pacífico; O: Los Andes) Esto fue un error.
- las fuentes de la nacionalidad (naturales por nacimiento y sangre, y legales por matrimonio y
nacionalización) (art. 4° y 5°).
- la igualdad ante la ley, ante los cargos y cargas públicas y algunas obligaciones morales (al igual que
en la Constitución de 1818) (art. 6° a 9°).

Establece un Gobierno representativo, compuesto de 3 poderes: Ejecutivo, Legislativo y


Judicial (art. 12° y 13°). La ciudadanía se otorga a los chilenos mayores de 25 años o casados mayores
de 18 y que sepan leer y escribir, pero esto se exigiría desde 1833 (art. 14° y 15°). Se consagra a la
religión católica, apostólica y romana con exclusión de cualquier otra (art. 10° y 11°).

Por 1ª vez se establece un Congreso bicameral compuesto por un Senado integrado por algunos
funcionarios públicos (ex Directores Supremos, Ministros, Obispos, etc.) y una Cámara de Diputados
elegidos en forma indirecta (art. 17° a 22°). Existe también una Corte de Representantes constituida por
7 individuos elegidos por la Cámara más los ex Directores Supremos, que actúa en receso del Congreso
y vela por la observancia de la Constitución (art. 61°).

El Poder Ejecutivo radica en el Director Supremo. Dura 6 años con reelección por 4 más. Es
elegido por el Congreso por los 2/3 de sus miembros. Se declara que la 1ª elección es la hecha por
convención del 22 (art. 80° a 84°). Está dotado de amplias facultades, pero más restringidas que la
Constitución de 1818. Mantiene el Exequátur y el Derecho de Representación. En caso de peligro
inminente del Estado, el Congreso le puede otorgar facultades extraordinarias (art. 98° y 121°). Está
asesorado por 3 ministros de Estado designados por él: Gobierno y Relaciones Exteriores, Hacienda,
Guerra y Marina (art. 124°). Respecto al Gobierno interior se eliminan las Intendencias y el territorio se
divide en Departamentos a cargo de jueces mayores llamados Delegados Directoriales, que presidirán
los Cabildos (art. 142°, 143° y 146°).

El Poder Judicial está compuesto por un Tribunal Supremo de Justicia, una Cámara de
Apelaciones y Tribunales Letrados. Existen además jueces de paz que intentan conciliar a los litigantes
(art. 158° y 160°).

Se consagran garantías individuales (art. 198° a 229°): legalidad del proceso, libertad
provisional, legalidad de las penas, libertad de trabajo, libertad de conciencia y opinión, inviolabilidad
de las cartas y se prohíbe la Inquisición.
Un título se dedicó a consagrar el deber del Estado de asegurar la educación pública, la que
deberá ser uniforme en todas las escuelas. Establece que habrán escuelas en todas las poblaciones, en
las que se enseñe religión, leer, escribir, contar y sobre los deberes del hombre en sociedad.
6. Crisis institucional y ensayos, facciones y caudillos (1823-1827)
Se estima que el tradicional término "anarquía" con el que se conoce esta época no sería bien
utilizado para definirla, ya que significa “sin gobierno”, lo que no corresponde exactamente a lo
ocurrido en Chile. Más apropiado parece denominarla período de intentos o ensayos de gobierno que
provocan un desconcierto y desórdenes inmediatos, pero cuyas consecuencias preparan el advenimiento
de una organización estable. En el momento significaron un colapso de las instituciones y de la
seguridad interior del país, con gran aumento de la delincuencia y de la crisis económica. Bernardino
Bravo Lira señala que “Se precipita así Chile en un estado de anarquía similar al de los demás países
de América española, pero de corta duración y sin caracteres sangrientos. Se suceden uno en pos de
otro los gobiernos, los congresos, los ensayos constitucionales, en medio de la lucha de las facciones
por el poder, sostenida por teóricos y caudillos”8.
Durante esta época se destacan algunas agrupaciones o bandos políticos, que no llegan a
conformar lo que actualmente entendemos por partidos:
- Pipiolos: se les designaba despectivamente así (el término deriva del piar de los pollos).
Propiciaban la libertad absoluta, aun cuando esa libertad provocara la inestabilidad en el país. Si
hubieren tenido lema podría haber sido: “la libertad aún en la anarquía”. Eran anti O`Higginistas. Sus
líderes fueron Ramón Freire y Francisco Antonio Pinto.
- Los Pelucones: la expresión alude a las pelucas empolvadas de los oidores de la Real
Audiencia (representan la tradición). Para ellos lo esencial era el orden, aunque este orden trajera
consigo una restricción importante de las libertades. Su lema habría sido “el orden aún en el
despotismo". Sus líderes eran José Tomás Ovalle, Francisco Ruiz-Tagle, Juan Egaña y su hijo Mariano,
y Agustín Eyzaguirre.
- Los Federalistas: es una rama del extrema del liberalismo que respaldaba el sistema federal de
gobierno, tomando como base el exitoso modelo norteamericano. Sus líderes fueron José Miguel
Infante y Manuel Aniceto Padilla.
- Los Estanqueros: es un grupo muy pequeño, liderado por Diego Portales. Ansían “la libertad
dentro del orden”. Toman su nombre del fracaso del negocio del estanco del tabaco que Portales
atribuía al desorden imperante en la administración del Estado.
- Los O´Higginistas: aspiraban al regreso de O’Higgins pensando que su vuelta pondría fin a la
anarquía. Eran pocos y su principal exponente fue José Rodríguez Aldea.
- Los Carrerinos: más que bando político era un grupo de opinión, que tenía en común la
enemistad al gobierno de O’Higgins y el recuerdo de la obra patriótica precursora de la familia Carrera
y su sufrimiento. Era inspirado básicamente por doña Javiera Carrera.
Algunas obras de estos años son:
- Para financiar las arcas fiscales, se estableció en 1822 un monopolio sobre la venta de taba-
co, licores y naipes. Fue el llamado estanco del tabaco, cuya organización se confió a una
empresa privada formada por Diego Portales y José Antonio Cea (Portales y Cea Ltda.). De
las ganancias obtenidas el Gobierno cobraría una cantidad anual. Sin embargo, el estanco
fracasó debido al desorden y al contrabando o mercado negro.
- Se abolió la esclavitud en línea con la normativa iniciada por la Ley de Libertad de Vientres.
- Se envió a Mariano Egaña a Londres como embajador extraordinario para negociar el pago
del empréstito contratado en el gobierno de Bernardo O'Higgins para financiar la Expedi-
8
Bravo Lira, Bernardino; Historia de las Instituciones de Chile e Hispanoamérica; ob. cit.; p. 132.
ción Libertadora del Perú. Esta misión tuvo un efecto importante: Egaña contrató a don An-
drés Bello, quien llega a Chile en 1829.
- Llegó la misión del Vaticano presidida por el obispo Juan Muzi, para estudiar la posibilidad
de reconocer la Independencia Nacional.
- Se incorporó Chiloé a la soberanía nacional en 1826, en el gobierno de Ramón Freire, al de-
rrotar a las tropas realistas que permanecían en la isla.
- Se realizan obras de tipo educacional, como el Colegio para Señoritas y el Liceo de Hom-
bres de Concepción.
Dentro de este período, estudiaremos brevemente tres intentos de organización institucional: la
Constitución moralista de Juan Egaña, el ensayo federal patrocinado por José Miguel Infante y la
Constitución Liberal dictada durante el gobierno de Francisco Antonio Pinto.

a) Constitución Política del Estado de Chile, de 29 de diciembre de 1823.


Ramón Freire no reconoció la nueva junta nombrada al abdicar O’Higgins y avanzó con sus
tropas sobre Santiago. Luego de varias negociaciones asumió como Director Supremo Provisorio y
convocó a un Congreso Nacional, que comenzó a sesionar en agosto de 1823. Se nombró una Comisión
redactora presidida por Juan Egaña, quien recogió en el proyecto varias ideas de un primer proyecto
que había realizado en 1813, durante la Patria Vieja.
Juan Egaña era uno de los hombres más cultos de su época, un teórico imbuido de las ideas de
la Ilustración y que tenía una gran admiración por las instituciones griegas y romanas. Buscó mejorar al
ciudadano mediante premios a la virtud cívica y castigos a los vicios, estableciendo una gran cantidad
de reglas que asemejan el texto más a un Catecismo que a una Constitución, y que de hecho la hicieron
impracticable. Estando prohibida su reforma por el mismo texto, ante las dificultades de hacerla regir,
se propuso la suspensión de su vigencia en julio de 1824 y finalmente se declaró insubsistente a
principios de 18259. La Constitución exigía la aprobación de al menos 37 reglamentos
complementarios, de los cuales ninguno se dictó.
El texto está formado por 277 artículos, divididos en 24 títulos. Algunos puntos destacados:
i) La cabeza del poder ejecutivo es un Director Supremo elegido popularmente por 4 años y
puede ser reelecto por los 2/3 de los sufragios. Esta asesorado por un órgano consultor denominado
“Consejo de Estado”, cuerpo colegiado corporativo integrado por una dignidad eclesiástica, un jefe
militar, un inspector de rentas fiscales, ex-Directores Supremos y dos rectores de economía nombrados
por el Director Supremo (el Consejo de Estado se vuelve a restablecer en la Constitución de 1833).
ii) El Congreso era bicameral, compuesto por un Senado de 9 miembros y una Cámara Nacional
de entre 50 y 200 diputados. El primero sancionaba las leyes propuestas por el Ejecutivo y cuidaba de
su observancia; velaba por la moralidad nacional y llevaba un registro público para proponer a la
Cámara Nacional los ciudadanos que podrían ser nombrados beneméritos. La Cámara aprobaba las
leyes y las propuestas de beneméritos del Senado, y definía los conflictos entre el Director y el Senado.
iii) El poder judicial radicaba en una estructura jerárquica de tribunales, encabezada por una
Corte Suprema de Justicia, integrada por 4 ministros, 1 presidente y un procurador (son vitalicios).
Bajo ella estaba la Corte de Apelaciones y Jueces ordinarios (esta estructura establecida es la única
parte de la Constitución de 1823 que perduró).

9
Por ley de 10-I-1825 se acordó "Declárese insubsistente en todas su partes la Constitución dada por el Congreso
Constituyente de 1823". Cfr. Boletín de Leyes y Decretos del Gobierno, Libro 2, Boletín n. 9.
iv) Se dedicaba un capítulo a la moralidad pública, en el que se establecía que era deber del
Estado formar un Código Moral que reglamentara los aspectos de la vida social, formando hábitos,
ejercicios, placeres, virtudes cívicas, etc.
v) La Carta tenía un carácter permanente. Por lo tanto, el texto era irreformable con aspiración
de pétreo. Se establecía un procedimiento especial que era muy rebuscado.

b) Las leyes Federales, de julio de 1826.


Las ideas federalistas adquirieron gran peso después del fracaso de la Constitución moralista. Se
buscaba dotar al país de una nueva estructura organizativa y se miraba con simpatía esta posibilidad por
la difusión que tenían sus ideas entre algunos políticos como José Miguel Infante, los modelos cercanos
de Estados Unidos y Argentina, la permanente autonomía buscada por Coquimbo y Concepción y por
el atractivo de un sistema liberal después de los ensayos previos de carácter autoritario. Simon Collier
señaló que el federalismo será una forma extrema de liberalismo: se dividía el poder también
geográficamente, para que existieran órganos ejecutivos y legislativos en cada provincia como una
forma de controlar el poder central y evitar la tiranía.
Freire decidió finalizar la independencia material del país e inició la conquista de Chiloé, último
bastión en manos de los españoles. Delegó el poder en un Consejo Directorial presidido por José
Miguel Infante, quien aprovechó esta oportunidad para implementar una organización federal y dictó
en enero de 1826 el Proyecto para la Administración de las Provincias en el que decretó la división del
país en ocho provincias: Coquimbo, Aconcagua, Santiago, Colchagua, Maule, Concepción, Valdivia y
Chiloé. Cada provincia tendría una Asamblea Provincial compuesta de Diputados y con múltiples
funciones: legislativas y administrativas, constituir los municipios, elegir los jueces y otros
funcionarios, determinar la forma de elegir al Gobernador, organizar las milicias, sustentar los servicios
locales, fomentar la educación, etc. Inicialmente designaron también a los gobernadores.
Freire regresó triunfante del sur y convoca un nuevo Congreso Nacional que asumió sus
funciones el 4 de julio de 1826. Este Congreso estaba dominado por los federalistas y a los pocos días
dictaron las llamadas Leyes Federales, que irán organizando al país sin que se hubiera aprobado
todavía un estatuto constitucional de este tipo. Las principales son:
- se cambió el título de Director Supremo por Presidente de la República. Asumió como
Presidente Provisional Manuel Blanco Encalada.
- se declaró la República Federal. Infante señaló en el debate: “Creo que este es el día en que
empiezan a temblar los tiranos y los hombres libres a llenarse de consuelo al oír decir: federación…”.
La ley señalaba “La República de Chile se constituye por el sistema federal, cuya constitución se
presentará a los pueblos para su aceptación”.
- se estableció la elección de Gobernadores-Intendentes, Cabildos y Párrocos.
El Congreso designó el 7 de julio una Comisión encargada de redactar un proyecto de
Constitución Federal, que fue presentado el 19-I-1827. Contemplaba un Ejecutivo débil, compuesto
por un Presidente y un Vicepresidente, duraría 3 años sin reelección, con atribuciones limitadas y
requería acuerdo del senado para la elección de sus ministros. El Legislativo constaba de una Cámara
de Senadores (2 por cada asamblea provincial), una Cámara de representantes (en relación a la
población, 1 cada 15.000 habitantes) y un Consejo de Gobierno presidido por el Vicepresidente y
compuesto de un Senador por provincia, que sesionaba durante el receso del Congreso. El poder
judicial estaba compuesto por Cortes y Juzgados nacionales distribuido por el país y tribunales propios
de cada provincia. La Corte Suprema sería elegida por las asambleas.
7. La fracaso de la constitución Liberal de 1828.
La nueva organización federal establecida por las leyes de julio intensificó el caos
administrativo, económico, político en que estaba sumido al país desde hace unos años: la
administración pública en la práctica no funcionaba y la inseguridad había crecido mucho (en 1826 se
cometieron 600 asesinatos en Santiago, y los campos estaban entregados a montoneros y ladrones). Las
provincias, que inicialmente habían acogido con entusiasmo el nuevo sistema pensando que
solucionaría sus problemas, al darse cuenta de su real situación de pobreza y rivalidades internas lo
terminaron criticando. El Presidente Blanco Encalada renunció en septiembre de 1826 y lo reemplazó
el vicepresidente Agustín de Eyzaguirre, quien no era favorable al régimen.
Por ello, cuando la comisión encargada de redactar un proyecto de Constitución Federal
presentó su propuesta a principios de 1827 al Congreso, a los pocos días se produjo un motín en
Santiago contra el federalismo. Eyzaguirre dejó el gobierno y fue elegido Ramón Freire como
Presidente provisorio, quien luego renunció, asumiendo el Gobierno el Vicepresidente Francisco
Antonio Pinto. El Congreso no llegó a aprobar el proyecto de Constitución Federal y fue disuelto por
Pinto junio. Se designó una Comisión Nacional Provisoria que derogó las Leyes Federales, previa
consulta a las Asambleas provinciales, poniendo fin al Régimen Federal. Sólo subsistirán dos leyes:
la denominación de Presidente de la República y la división administrativa del país en 8 provincias.
Se puede señalar que la nueva división territorial impulsada por Infante llevaba en sí el fracaso
del nuevo sistema: en Chile las tres provincias que ya existían tenían ciertas rivalidades y autonomía
(Coquimbo, Santiago y Concepción), pero al fraccionarse el país en 8, las nuevas jurisdicciones no
tuvieron la suficiente envergadura para sustentar su propio gobierno y economía.
Se reorganizaron las fuerzas políticas, y comenzaron a ejercer mayor influencia los liberales.
Simon Collier los llama liberales moderados en contraposición a los federalistas. En enero de 1828
Pinto convocó la elección de un nuevo Congreso, en el que predominó esta corriente, aunque con
sospecha de fraude en las elecciones. El Congreso designó una Comisión para elaborar un proyecto
constitucional, que estaba constituida entre otros por Francisco Ramón Vicuña y José Miguel Infante.
En marzo esta Comisión presentó un proyecto sobre Bases de la Constitución que fue estudiado a partir
de junio. El texto fue revisado por don José Joaquín de Mora y se cree que en gran parte fue obra
suya10. Fue aprobado por el Congreso Constituyente a inicios de agosto de 1828 y fue promulgado el 8
del mismo mes. Entre los actos de celebración se llamó Constitución a la ciudad de Nueva Bilbao.
Se considera que esta Constitución es de gran perfección técnica. Era un texto breve y claro,
cuyas fuentes se remiten a las Constituciones francesas de 1791 y 1793 y a la española de 1812. Era de
tendencia liberal y recogía varios elementos federalistas por el poder que confirió a las Asambleas
provinciales. Se dice que no respondía a realidad chilena de esos años, sino que estaba hecha para una
nación más adelantada. Por la crítica situación de inseguridad y desorganización hacía falta un poder
central fuerte que pudiera restablecer el orden y el respeto a las instituciones por sobre los intereses y
ambiciones individuales, pero se establecía un presidente debilitado, que no podía asumir facultades
extraordinarias, y numerosas elecciones que mantendrían al país en un clima de permanente agitación
política. Como señala Gabriel Amunátegui en su Manual de Derecho Constitucional: "Así como la
Constitución de 1822 sirvió de base para la Constitución de 1833, debemos observar que las reformas
que a ésta se introdujeron, a partir de 1874, se inspiraron en la Constitución liberal de 1828".
Durante su vigencia tuvo lugar la denominada “Revolución de 1829”, motivada por el fraude

10
De origen español, este literato, poeta y profesor, fue desterrado de su Patria por sus ideas contrarias al absolutismo de
Fernando VII. Asilado en Londres, viajó a Argentina y desde allí pasó a Chile invitado por Francisco Antonio Pinto. Se
discute el grado de influencia que tuvo realmente en el texto de 1828. El mismo señaló en una carta que escribió una
mitad y luego los federalistas se impusieron.
habido en la elección del vicepresidente, que llevó a los Pelucones al poder en defensa de su
cumplimiento (razón por la cual no la dejaron sin efecto, sino que la modificaron conforme a los
procedimientos que ella misma establecía).
El texto de la Constitución se componía de un preámbulo de carácter doctrinario y de 134
artículos agrupados en 13 capítulos. Parte este texto con una carta del vice-Presidente Francisco
Antonio Pinto a la Nación toda. Consagraba aquí como soberana a la nación, habló del sistema
representativo y de que la Carta actual buscaba limitar la autoridad, dándole primacía a la consagración
de libertades fundamentales. De allí que a este texto se le llame el “Ensayo Liberal”. Sus principales
disposiciones fueron:
CAPÍTULO I a IV. Principios Fundamentales: Soberanía Nacional, Régimen Representativo,
Límites del territorio, Garantía de las Libertades Públicas. La religión oficial es la Católica, Apostólica
y Romana, pero agrega: “que nadie sería molestado por sus opiniones privadas” (art. 4).
CAPÍTULO V. De la división de poderes: se establece que el ejercicio de la soberanía, que la Nación
delega en las autoridades que constituye, se divide en 3 poderes que se ejercen separadamente.
CAPÍTULO VI. Del Poder Legislativo: era bicameral con:
- Senado: 2 Senadores por cada Asamblea Provincial. Duran 4 años con reelección.
- Cámara de Diputados: elegida directamente en torno a la población. 1 diputado por cada
15000 has. Y fracción superior a 7000. Duran 2 años con reelección.
En receso del Congreso existe la Comisión Permanente con un senador por cada Provincia.
CAPÍTULO VII. Del Poder Ejecutivo: radicaba en un Presidente y en Vicepresidente (única
Constitución que establece esta figura) electos en forma indirecta, duran 5 años sin reelección. Sus
atribuciones eran severamente limitadas. Era electo por mayoría absoluta, si no la había el Congreso
elegiría al Presidente entre las mayorías RESPECTIVAS y al Vicepresidente de entre las mayorías
INMEDIATAS (art. 72).
CAPÍTULO IX. Del Poder Judicial: mantuvo la estructura de Corte Suprema (5 miembros), Cortes
de Apelaciones y Jueces letrados.
CAPÍTULO X. Del gobierno y administración interior: se establecieron las asambleas provinciales,
que se componían de miembros elegidos directamente por el pueblo. Entre sus atribuciones podían
nombrar los Senadores, proponer en terna nombramientos de Intendentes y jueces letrados, establecer
municipalidades y fiscalizar sus presupuestos, distribuir contribuciones entre los pueblos de la
provincia, velar por el cumplimiento de la Constitución y de la ley electoral. También se regulan los
Intendentes y las Municipalidades.
CAPITULO XII. Disposiciones varias: se estableció la igualdad ante la ley, se declararon abolidos
los mayorazgos, no reconocía ningún tribunal fuera de su territorio.
CAPÍTULO XIII. Vigencia y Reforma: la Constitución solo podría reformarse o adicionarse en
1836, para lo cual el Congreso convocaría a una Gran Convención.
Francisco Antonio Pinto había señalado que renunciaría si era elegido presidente bajo la nueva
constitución, por lo que la elección del vicepresidente era fundamental. Al hacer el escrutinio de los
votos Pinto resultó elegido presidente, pero la segunda y tercera mayoría recayeron en políticos
conservadores, por lo que el Congreso proclamó vicepresidente a la cuarta mayoría, Francisco Ramón
Vicuña. Frente a este atentado se levantó el ejército del sur encabezado por José Joaquín Prieto y los
liberales se apertrecharon en Santiago bajo el mando de Ramón Freire. Luego de varias escaramuzas el
ejército liberal fue derrotado en la batalla de Lircay el 17 de abril de 1830.

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