Está en la página 1de 6

COUNSELLING (RELACION DE AYUDA)

El counselling es casi sinónimo de relación de ayuda tal como esta expresión se está utilizando
en el contexto latino. Es un modo de relación en el que una persona experta trata con otra que
está en situación de crisis; alguna dificultad sobrevenida con ocasión de problemas
relacionales, de salud, de trabajo, familiares, emocionales, de empresa, éticos, etc. Ante la
dificultad de manejar dicha dificultad sin un acompañamiento externo, el experto le ayuda a
explorar cuanto vive y a buscar dentro de sí los mejores recursos para salir al paso de las
dificultades. Con el counselling se pretende ayudar a mejorar las relaciones (especialmente las
problemáticas), cambiar las conductas destructivas para uno mismo y para los demás, adquirir
destrezas para vivir más efectivamente y adaptarse a las situaciones siendo protagonista de las
mismas, más que víctima.

El counselling es casi sinónimo de relación de ayuda tal como esta expresión se está utilizando
en el contexto latino. Es un modo de relación en el que una persona experta trata con otra que
está en situación de crisis; alguna dificultad sobrevenida con ocasión de problemas
relacionales, de salud, de trabajo, familiares, emocionales, de empresa, éticos, etc. Ante la
dificultad de manejar dicha dificultad sin un acompañamiento externo, el experto le ayuda a
explorar cuanto vive y a buscar dentro de sí los mejores recursos para salir al paso de las
dificultades. Con el counselling se pretende ayudar a mejorar las relaciones (especialmente las
problemáticas), cambiar las conductas destructivas para uno mismo y para los demás, adquirir
destrezas para vivir más efectivamente y adaptarse a las situaciones siendo protagonista de las
mismas, más que víctima.

¿Cómo ayudar a las personas que se encuentran mal, a las personas que sufren porqué tienen
alguna dificultad en su propia familia, consigo mismos, en el ámbito laboral, porqué han
perdido un ser querido o lo están perdiendo? ¿Cómo hacer que la relación sea un encuentro
terapéutico que alivie el sufrimiento?

El counselling es una forma de acompañar a las personas que se encuentran mal. Todos
queremos ayudar a los demás. Espontáneamente nos salen fácilmente expresiones echas,
aprendidas como por contagio en la escuela, en la familia, sin embargo, no siempre estas
expresiones echas, estos tópicos con los que respondemos son eficaces y ayudan de verdad a
la persona que está sufriendo.

El counselling, que es difícil de traducir decimos los que nos movemos en este campo, es una
forma de relación de ayuda que sirve para que una persona competente, preparada, se
acerque a otra que se encuentre mal, que está sufriendo por cualquier motivo, y le acompañe
a explorar lo que le pasa a iluminar las dificultades que está atravesando, a identificar los
recursos que tiene dentro de sí y que hay a su alrededor y quizás no esté aprovechando.

Es una forma de acompañamiento para personas que se encuentran mal, que se puede
aprender, se estudia, en algunos países es una profesión, en otros países, cómo en el nuestro,
se aprende para aplicarlo a profesiones que ya por su propia naturaleza son de encuentro y de
ayuda a los demás. Es el caso de medicina, de enfermería, de trabajo social, de animador
sociocultural, es el caso de los abogados, de los profesores, de quien quiere hacer de tutor o
quien quiere ayudar en otros roles de voluntariado y en la propia familia.

Estudiar counselling es trabajarse a sí mismo, es acompañar a interiorizar un conjunto de


actitudes, es entrenarse en unas cuantas habilidades de comunicación para conseguir que el
encuentro sea una experiencia terapéutica, una posibilidad de iluminar, desvelar el mundo
interior y conectar recursos y dificultades para ayudarse a sí mismos y ser más felices. Tomar
las mejores decisiones en situaciones complejas, discernir en medio de las oscuridades que nos
encontramos y vivir también, sanamente, las dificultades que no se pueden cambiar.

El counselling se aprende, hay que desaprender, desaprender estas tendencias espontaneas y


entrenarse en el difícil arte de escuchar centrados en la persona. Quién aprende a escuchar se
convierta a sí mismo en medicina para los demás, porqué la escucha tiene un auténtico valor
terapéutico.

o resulta fácil traducir la palabra counselling, decimos todos los que la utilizamos. Consejo,
relación de ayuda, asesoramiento psicológico… Todas ellas se quedan pobres o no recogen
cuanto en inglés –e importada también a nuestro diccionario- queremos decir. Sin embargo,
cada vez hablamos más de counselling en los ámbitos de salud, de intervención social, de
problemas familiares, en organizaciones o empresas y en diferentes contextos de la vida
personal y profesional.

Qué es el counselling

En los últimos años, están surgiendo programas de formación en counselling destinados a


profesionales y voluntarios (quizás más profesionales) que realizan sus tareas en diferentes
ámbitos donde se practican relaciones de ayuda. Existe en este momento el máster en
counselling impartido por el Centro de Humanización de la Salud en Tres Cantos (Madrid) y en
Barcelona, ambos de la Universidad Ramón Llull.

En realidad, el counselling es casi sinónimo de relación de ayuda tal como esta expresión se
está utilizando en la bibliografía española. Es un modo de relacionarse una persona experta en
ayudar con otra en situación de crisis. Esta vive alguna dificultad sobrevenida con ocasión de
problemas relacionales, de salud, de trabajo, familiares, emocionales, de empresa, éticos, etc.,
y difícilmente maneja dicha dificultad sin un acompañamiento externo que le ayude a explorar
cuanto vive y a buscar dentro de sí los mejores recursos para salir al paso de las dificultades.
Por eso necesita ayuda.

Aunque la traducción más literal de la palabra counselling sería “consejo”, es obvio que no
significa dar consejos, sino acompañar a la persona o al grupo que vive la dificultad a ayudarse
a sí mismo. Este acompañamiento pretende ayudar al “cliente”, “usuario” o como le queramos
llamar, a clarificar cuanto está en juego en su situación problemática, a concretar también
cuanto desea mejorar y a adquirir las habilidades y el compromiso concreto por hacer lo que
vaya determinando en el proceso para superar las dificultades, afrontarlas sanamente o vivir lo
más pacíficamente posible con las dificultades que no sean superables.

Qué pretende el counselling

Con el counselling se pretende ayudar a mejorar las relaciones (especialmente las


problemáticas), cambiar las conductas destructivas para uno mismo y para los demás, adquirir
destrezas para vivir más efectivamente y adaptarse a las situaciones siendo protagonista de las
mismas, más que como víctima.

Para conseguirlo, el ayudante o counsellor (asesor, consejero), acompaña al otro a clarificar


cuanto vive, a identificarlos recursos con los que cuenta, a movilizarlos y a comprometerse
activamente en el afrontamiento de las dificultades.

En realidad resulta espontáneo hacerse la pregunta sobre qué distingue al counselling de otras
formas de ayuda clásicas, como las que puedan prestar los profesionales del trabajo social, de
la medicina, del acompañamiento espiritual o los psicólogos. En efecto, no faltan reacciones
contrarias al counselling movidas también por un cierto temor de que éste, si se llega a
profesionalizar como en otros países, le “coma un poco el terreno” a los profesionales de la
psicología.

Y no resulta fácil establecer las líneas divisorias entre la cada vez más conocida “relación de
ayuda”, el counselling, la psicología clínica y la psicoterapia. Todas estas formas de relación
tienen en común la clara voluntad de acompañar a una persona a afrontar sus dificultades y –a
excepción de la relación de ayuda, que es expresión más genérica-, se practican en ámbitos de
alguna manera profesionalizados, que no son los exclusivos en los que los seres humanos nos
ayudamos unos a otros.

Hay entre estas expresiones una cierta progresión hacia la gravedad de la dificultad que vive la
persona a la que se pretende ayudar, hasta llegar al trastorno psicopatológico necesitado de
psicoterapia. Pero, en mi opinión, no es incompatible su desarrollo simultáneo por
profesionales distintos, ofreciendo apoyo complementario una y otra intervención. Hay
también indicaciones específicas para ellas, tanto más cuanto más grave es la problemática del
ayudado y más competencia específica se requiere por parte del ayudante. Es obvio que la
psicoterapia está reservada a los psicoterapeutas entrenados y que la intervención psicológica
sólo la puede realizar un psicólogo debidamente adiestrado.

Ahora bien hay numerosas situaciones en la vida en las que muchas personas no se
encuentran bien a causa de problemáticas diferentes, a causa de relaciones insanas consigo
mismo y con los demás, a causa de conductas no saludables para alcanzar un modo
gratificante de vivir la propia vida. Son situaciones en las que se experimenta la necesidad de
un cierto “consejo”, algún tipo de “orientación” o “apoyo” para alumbrar las tinieblas
experimentadas, los bloqueos emocionales, relacionales o de conducta. Situaciones como
problemas en el trabajo, la decisión o no de cambiar, la elección de una u otra carrera,
problemas de pareja, con los hijos o los padres, etc., enfermedades con fuerte impacto
emocional, pérdidas significativas, duelos difíciles, necesidad de realizar procesos de
integración social, y otras, en las que un experto debidamente adiestrado en counselling
puede ofrecer una ayuda significativa mediante su relación para lograr un más alto nivel de
felicidad, de gratificación, de eficacia, de adaptación, de salud en el modo de vivir la propia
vida, incluida la enfermedad.

En todas estas situaciones, el consejero intentará promover el máximo de autonomía de la


persona a la que quiere acompañar, proporcionándole estrategias para estimular el cambio
después de haberle garantizado una aceptación incondicional, haberle comprendido con su
actitud empática y haberse mostrado auténtico en la relación.

Quién y dónde realiza el counselling

En cierta manera, la historia de la humanidad es historia de acompañamiento recíproco


ofreciéndose apoyo unos a otros porque “no es bueno que el hombre esté solo”. Ahora bien,
en algunos países, más en el ámbito anglosajón, se ha promovido esta figura con carácter
profesional, como lo van haciendo otras figuras también en nuestro país, como la de mediador
familiar, por ejemplo.

Los Centros de Escucha surgidos también en España a raíz del primero en Madrid (Centro de
Escucha San Camilo), en realidad, lo que hacen es counselling, con la particularidad –podría
discutirse- de ser un servicio gratuito.

Más interesante resulta, a mi juicio, promover la formación en counselling de aquellos


profesionales que, ejerciendo profesiones de ayuda por su propia naturaleza y encontrándose
con personas en serias dificultades, necesitan capacitarse en destrezas para ayudar mediante
el recurso de la relación.

Es el caso de los trabajadores sociales, diplomados en enfermería, médicos, pedagogos,


maestros, abogados, psicólogos, mediadores, orientadores familiares, agentes de pastoral,
tutores, así como los directivos de las organizaciones (empresas y otras) que tienen que
realizar su trabajo afrontando dificultades e intentando resolverlas no sólo centrados en los
problemas, sino en las personas.

Si bien no tenemos la suficiente tradición de formación en counselling y, por tanto, no hay


suficientes expertos, no se han resuelto posibles problemáticas como la delimitación
profesional, los criterios de derivación a otros profesionales, etc. Pero las experiencias
existentes en nuestro país dan buenos resultados si los que realizan este tipo de relación de
ayuda –de manera formal o en el ejercicio de su profesión- han sido debidamente entrenados
con un buen programa. Los existentes en la actualidad comparten la mayoría de las
características y se inspiran en modelos de referencia similares, con su base en el no-
directivismo de C. Rogers y su desarrollo posterior por parte de otros autores como R. Carkhuff
o G. Egan.

No cabe duda de que, en pocos años, tendremos más profesionales expertos en el


acompañamiento en situaciones de dificultad y serán bienvenidos especialmente en los
contextos donde la vulnerabilidad humana requiere de buenos ayudantes.

El término inglés counselling, no tiene traducción literal al castellano. Por ello,

los términos más utilizados para nombrarlo son: “consejo asistido”, “relación de ayuda”,

“consejería”, “asesoramiento terapéutico”, y “acompañar a la persona a ayudarse a sí

mismo” (Bermejo, 2011, Bermejo, 2015). Es decir, se aplica para acompañar a las

personas a que logren empoderarse y afrontar constructivamente los momentos críticos

de la propia vida, en el marco de una psicología humanista y positiva (Bermejo, 2011,

2015, Oré y Villacieros, 2015 y Universidad Internacional de Valencia, 2016). Bermejo y Santos
(2015) señala que el counselling es una relación de ayuda en

la que interactúan dos protagonistas: por un lado, la persona que sufre una situación

difícil o problemática y que requiere ayuda; y por el otro, la persona que ayuda a

descubrir esa situación o problema difícil que puede ser social, familiar, laboral, de

pareja, duelo o enfermedad. Es decir, es un acompañamiento que permite clarificar

posturas y a tomar decisiones que contribuyan a encontrar equilibrio emocional ante las

dificultades (Bermejo y Santos, 2015; Centro de Humanización, 2017).

Asimismo, para Gladding, Kaplan y Tarydas (2014, p. 366) el counselling

En base a las definiciones encontradas sobre el counselling, para el presente

estudio se utilizará el enfoque que los religiosos Camilos aplican en sus Centros de

Escucha en España (Bermejo, 2011; 2017). Esta congregación asume que el counselling

es una relación de ayuda y eso implica un acompañamiento de una persona experta en

afrontamiento, hacia otra que está en situación de crisis. Asimismo, la definen como el

arte de acompañar a la persona a ayudarse a sí mismo, una suerte de relación que hace

surgir una mejor apreciación y expresión de los recursos latentes del individuo y un uso
más funcional de estos. Para ello, la persona asume el protagonismo de su recuperación

y se considera responsable de la misma, no la víctima (Arias, 2007; Barreto, Díaz y

Saavedra, 2010; Bermejo 2015; Centro de humanización de salud 2017, Oré y

Villacieros, 2015).

De otro lado, cabe señalar que los términos que se utilizarán en la presente

investigación para nombrar a la técnica y a los sujetos que interactúan en ella, serán:

counselling o consejería; escucha o consejero, y escuchado. En algunos casos, durante

la aplicación de la entrevista y desde la perspectiva del investigador, se nombra al

escuchado como participante.

Por su parte, Bermejo

y Santos (2015) plantea que estas actitudes deben contar con las siguientes

características: la escucha activa (actitud de escuchar), respuesta empática (es el tipo de

respuesta que el ayudante brinda a la persona que necesita ayuda), asertividad (permite

manejar los sentimientos), personalización (se pretende que el ayudado o escuchado se

haga cargo de su propio problema) y confrontación (es acompañar al ayudado a ser

consciente de las posibles contradicciones entre lo que piensa o expresa entre sus

palabras y obras).

Acerca de la escucha, es necesario enfatizar que, cuando las personas se sienten

escuchadas muestran interés por asistir, participan y se abren a la experiencia de narrar

21

sus dificultades personales a la persona que lo escucha; existe una mutualidad, a través

de la confidencialidad. Al respecto, Vásquez (2005) señala que la escucha activa

consiste primero en guardar silencio y escuchar al otro con total atención, “poniendo

énfasis en lo que pasa aquí y ahora, en su marco de referencia interno” (p. 1), es decir,

tratar de captar el significado de las emociones y

También podría gustarte