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PRÁCTICA NO.

1
TEMA:
El yo en un mundo social
PARA REALIZAR EN FORMA INDIVIDUAL (5 PTOS.):

Tania Moreta Montero


100531860

1. Defina Reflectores e ilusiones.


El efecto de reflector significa que pensamos estar en el centro del
escenario, por lo que de manera intuitiva sobreestimamos el grado en
que los demás dirigen su atención a nosotros.

Al estar profundamente conscientes de nuestras emociones, a menudo


sufrimos de una ilusión de transparencia. Si estamos felices y lo
sabemos, entonces de seguro nuestro rostro lo mostrará. Y suponemos
que los demás se darán cuenta. De hecho, podemos ser más confusos
de lo que pensamos. Además de pensar que nuestras emociones son
transparentes, también sobreestimamos la visibilidad de nuestras
equivocaciones sociales y deslices mentales en público. El efecto de
reflector y la ilusión relacionada de transparencia son solo dos ejemplos
de la interacción entre
nuestro sentido del yo y nuestros mundos sociales.

Los entornos sociales afectan nuestra autoconciencia.


Cuando somos el único miembro de nuestra raza, género o nacionalidad
dentro de un grupo, nos damos cuenta de cómo diferimos de los demás
y de la manera en que ellos reaccionan hacia nuestra diferencia.

Las relaciones sociales ayudan a definir nuestro sentido del yo.


En nuestras diversas relaciones, tenemos yo es diversos, como señalan
Susan Andersen y Serena Chen. Nuestra manera de pensar acerca de
nosotros mismos se relaciona con la persona con la que estamos en el
momento. Y cuando las relaciones cambian, es posible que también
cambie nuestro autoconcepto Nuestro sentido del yo organiza nuestros
pensamientos, sentimientos y acciones y nos permite recordar nuestro
pasado, evaluar nuestro presente y proyectar nuestro futuro y, por ende,
comportarnos en forma adaptativa.
2. ¿Qué nos enseñan de nosotros mismos?
El sesgo en beneficio propio, la falsa modestia y el autosabotaje revelan la
profundidad de nuestras preocupaciones respecto de la autoimagen. A
diversos grados, manejamos continuamente las impresiones que creamos.
Ya sea que deseemos impresionar, intimidar o parecer indefensos, somos
animales sociales que damos una presentación ante un público. El deseo
humano de aceptación social es tan grande que puede llevar a las personas al
riesgo de dañarse por medio del tabaquismo, los atracones de comida, el sexo
prematuro o el consumo de alcohol y drogas (Rawn y Vohs, 2011).
La autopresentación se refiere al anhelo de presentar una imagen deseada,
tanto hacia un público externo (otras personas), como ante un público interno
(nosotros mismos).

3. ¿A que llamamos Autoconcepto?: ¿Quién soy? (conteste


realizando una breve semblanza sobre usted)
Es lo que sabemos y creemos de nosotros mismos.
Que quiero y las razones, por cual lo quiero y como quiero hacerlo para
lograrlo.
4. ¿A que llamamos Comparaciones sociales?
Una manera es a través de las comparaciones sociales (Festinger,
1954). Los demás nos ayudan a definir los estándares según los cuales
nos definimos como ricos o pobres, listos o tontos, altos o bajos: nos
comparamos con ellos y consideramos en qué diferimos.
5. Hable brevemente sobre: El yo y la cultura
En algunas personas, en especial aquellas de las culturas occidentales
industrializadas, el individualismo prevalece. La identidad está contenida
dentro de uno mismo. Convertirse en adulto implica separarse de los
padres, volviéndose autosuficiente, y definir el propio yo independiente
personal. La propia identidad (como individuo único con capacidades,
rasgos, valores y sueños particulares) continúa siendo algo bastante
constante. El individualismo prospera cuando la gente experimenta
riqueza, movilidad, urbanismo, prosperidad económica y medios de
comunicación masiva, y cuando las economías se alejan de la
manufactura hacia las industrias informáticas.
La mayoría de las culturas nativas de Asia, África y América Central y
Sudamérica dan mayor valor al colectivismo, al respetar al grupo e
identificarse con él. En estas culturas, la gente, es más autocrítica y se
enfoca menos en una perspectiva positiva de sí misma a pesar de las
variaciones individuales y subculturales, los investigadores siguen
considerando al individualismo y al colectivismo como variables
culturales genuinas.
6. Describa el Individualismo creciente dentro de las culturas
Las culturas también pueden cambiar con el tiempo y muchas parecen
estarse volviendo más individualistas.
Una manera de observar este fenómeno es utilizando el Google Books
Ngram
Viewer, que muestra el uso de términos y frases en el texto completo de
cinco millones de libros desde el siglo XIX).
Este patrón de mayor individualismo también aparece en libros en ocho
idiomas diferentes en todo el. Mientras más individualista es la época o
el lugar, más niños reciben nombres únicos. Estos cambios demuestran
un principio que va más allá del nombre: la interacción entre los
individuos y la sociedad.

7. ¿Cómo se entiende la relación de los términos de Cultura y cognición?


En su libro The Geography of Thought (La geografía del pensamiento;
2003), el psicólogo Richard Nisbett sostiene que el colectivismo también
conduce a diferentes formas de pensar. Las culturas colectivistas
también promueven un mayor sentido de pertenencia y más integración
entre el yo y los otros. En una cultura colectivista, la meta de una vida
social es apoyar a las comunidades que rodean al individuo y armonizar
con ellas, por el contrario, en las sociedades más individualistas
seprivilegia mejorar el propio yo y tomar decisiones independientes.

8. Hable brevemente sobre Cultura y autoestima


En las culturas colectivistas, la autoestima tiende a ser maleable
(específica del contexto) en lugar de estable (perdurable entre
situaciones). Para quienes provienen de culturas individualistas, la
autoestima es más personal y menos relacional. Si la identidad personal
de un individuo occidental se ve amenazada, se sentirá más enojado y
triste que cuando se amenaza su identidad colectiva, las
personas en países individualistas persisten más cuando tienen éxito,
porque el éxito eleva la autoestima. Los individualistas occidentales
gustan de hacer comparaciones con los demás cuando estas elevan su
autoestima. Los colectivistas asiáticos hacen comparaciones (a menudo
en sentido ascendente, con aquellos que tienen mejor desempeño) de
modos que facilitan la superación personal. Es frecuente que en las
culturas colectivistas el conflicto se presente entre grupos; las culturas
individualistas engendran mayor conflicto (y delincuencia y divorcios)
entre individuos.

9. Defina Autoconocimiento
“Conócete a ti mismo” exhortaba un antiguo oráculo griego.
Seguramente lo intentamos. Formamos con facilidad creencias acerca
de nosotros mismos y quienes pertenecemos a las culturas occidentales
no dudamos en explicar por qué nos sentimos y actuamos como lo
hacemos. Pero ¿qué tan bien nos conocemos a nosotros mismos?
“Existe una cosa y solo una cosa en todo el universo de
la que sabemos más que lo que podríamos conocer a través de la
observación externa”, señalaba C.S. Lewis (1952, pp. 18-19). “Esa única
cosa es [nosotros mismos].
De modo que, ¿cómo puede mejorar sus proyecciones personales? La
mejor forma es ser más realista sobre cuánto tiempo necesitó para sus
tareas en el pasado. En apariencia, la gente subestima el tiempo que le
tomará hacer algo porque recuerdan incorrectamente que las tareas
anteriores requirieron menos tiempo del que en realidad se ocupó en
ellas (Roy et al., 2005). Otra estrategia útil es estimar cuánto tiempo se
necesitará para cada paso de un proyecto. Si Lao Tse tenía razón:
“Quien conoce a los demás alcanza la sapiencia. Quien se conoce a sí
mismo alcanza la
iluminación”, entonces parecería que la mayoría de la gente tiene más
sapiencia que iluminación.

10. ¿Qué es la Predicción de nuestros sentimientos?


Muchas de las grandes decisiones de la vida implican la predicción de
nuestros sentimientos futuros. ¿Casarse con esa persona conducirá a
estar contento el resto de su vida? ¿Ingresar a esta profesión conducirá
a un trabajo satisfactorio? ¿Ir a esas vacaciones producirá una
experiencia feliz? ¿O los resultados más probables serán el divorcio, el
agotamiento laboral y la decepción vacacional? A veces sabemos cómo
nos sentiremos si reprobamos el examen, ganamos ese gran juego o
aliviamos nuestras tensiones con una caminata de media hora.
Sabemos qué nos entusiasma y qué nos provoca ansiedad o
aburrimiento. Otras veces, es posible que pronostiquemos
incorrectamente nuestras respuestas.

11. ¿Qué es La sabiduría y las ilusiones del autoanálisis?


Entonces, es frecuente que nuestras intuiciones estén completamente
equivocadas acerca de qué nos influye y qué sentiremos y haremos.
Pero no exageremos la situación. Cuando las causas de nuestra
conducta son evidentes y la explicación correcta se ajusta a nuestra
intuición, nuestras autopercepciones serán precisas (Gavanski y
Hoffman, 1987). Cuando las causas de la conducta son obvias para un
observador, por lo común también son obvias para nosotros.

Timothy Wilson (1985, 2002) presenta una audaz idea: analizar por qué
nos sentimos como nos sentimos produce, de hecho, que nuestros
juicios sean menos precisos. Tenemos un sistema de actitudes duales.
Nuestras actitudes automáticas implícitas e inconscientes hacia alguien
o algo con frecuencia difieren de nuestras actitudes explícitas,
controladas en forma consciente (Gawronski y Bodenhausen, 2006;
Nosek, 2007).
Cuando alguien dice que toma decisiones confiando en sus
corazonadas, se está refiriendo a sus actitudes implícitas (Kendrick y
Olson, 2012). Wilson señala que, aunque las actitudes explícitas pueden
cambiar con relativa facilidad, “las actitudes implícitas, como los viejos
hábitos, cambian con mayor lentitud”. Sin embargo, con la práctica
repetida, las nuevas actitudes habituales pueden reemplazar a las
anteriores.
12. Describa la Naturaleza y el poder motivador de la autoestima.
En primer lugar, debemos decidir cuánta autoestima tenemos. ¿La
autoestima es la suma de todos los puntos de vista sobre nuestro yo a lo
largo de diversos ámbitos? Si nos consideramos personas atractivas,
atléticas, inteligentes y destinadas a ser ricas y amadas, ¿tendremos
alta autoestima? Sí, señalan Jennifer Crocker y Connie Wolfe (2001),
cuando nos sentimos bien respecto de los ámbitos (apariencia,
inteligencia o lo que sea) que son importantes para nuestra autoestima:
“Es posible que una persona tenga una autoestima que está
estrechamente relacionada con el buen desempeño
escolar y ser físicamente atractiva, en tanto que otra tal vez la relacione
con ser amada por Dios por su adhesión a las normas morales”. En
consecuencia, la primera persona sentirá una elevada autoestima
cuando la hagan sentir inteligente y atractiva, en tanto que la segunda se
sentirá así cuando la hagan sentir moral. Pero Jonathon Brown y Keith
Dutton (1994) argumentan que esta perspectiva “ascendente” de la
autoestima no es completa. Creen que la dirección de la causalidad
también va en sentido contrario. La gente que se valora en términos
generales (aquellos con alta autoestima) tiene mayor probabilidad de
valorar su apariencia, capacidades y demás. Si usted piensa que es
bueno para las matemáticas, entonces será más probable que tenga un
buen desempeño en esa materia. Aunque la autoestima general no
pronostica muy bien el desempeño académico, el autoconcepto
académico (el hecho de que usted considere que es bueno en la
escuela) sí lo hace (Marsh y O ‘Mara, 2008).

13. Defina la Motivación de la autoestima.


La mayoría de las personas se sienten muy motivadas para conservar
su autoestima. De hecho, los estudiantes universitarios prefieren
aumentar su autoestima que comer su comida favorita, participar en su
actividad favorita, ver a sus mejores amigos, beber alcohol o recibir un
salario (Bushman etal., 2011). Eso significa que, increíblemente, ¡la
autoestima era más importante que la pizza, el sexo y la cerveza! ¿Qué
sucede cuando su autoestima se ve amenazada; ¿por ejemplo, por un
fracaso o una comparación poco halagadora con alguien más? Cuando
los hermanos varones tienen niveles notablemente diferentes en
capacidad, por ejemplo, uno es un gran atleta y el otro no, informan no
llevarse bien (Tesser et al., 1998). El mal de muchos incita a reírse de
los demás. Las amenazas para la autoestima también ocurren entre
amigos, cuyo éxito puede ser más amenazante que el de personas
desconocidas (Zuckerman y Jost, 2001). El nivel de autoestima también
hace la diferencia. En general, las personas con alta autoestima
reaccionan ante una amenaza a su autoestima compensándola
(culpando a otro o esforzándose más en la siguiente oportunidad). Esas
reacciones les ayudan a preservar sus sentimientos positivos acerca de
sí mismos. Por su parte, las personas
con baja autoestima tienen mayor probabilidad de culparse a sí mismas
o darse por vencidas (VanDellen et al., 2011). ¿Qué subyace a la
motivación de mantener o mejorar la autoestima? Mark Leary (1998,
2004b, 2007) cree que la autoestima es similar a un indicador de
combustible. Las
relaciones permiten sobrevivir y prosperar, de modo que el indicador de
autoestima, ante la amenaza del rechazo social, nos motiva a actuar con
mayor sensibilidad hacia las expectativas ajenas.

14. Realice un esquema que contenga las: Compensaciones de la


autoestima baja en comparación con la autoestima alta.
Las personas con baja autoestima son más vulnerables a la ansiedad, la
soledad y los trastornos de la conducta alimentaria. Cuando se sienten
mal o amenazados, aquellos con niveles bajos de autoestima
frecuentemente asumen una perspectiva negativa frente a todo. Se
percatan y recuerdan las peores conductas de los demás y piensan que
sus parejas no los aman (Murray et al., 2002; Vorauer y Quesnel, 2013).
Aunque la gente con baja autoestima no elige parejas menos deseables,
se inclinan a creer que sus parejas los critican o rechazan. Tal vez como
resultado están menos satisfechas con sus relaciones (Fincham y
Bradbury, 1993). También es más probable que dejen esas relaciones.
Por desgracia, tratar de elevar una baja autoestima mediante la
repetición de frases positivas (como “Soy una persona que despierta
amor”) es contraproducente; de hecho, produce que la gente con baja
autoestima se sienta peor (Wood et al., 2009).

Las personas con alta autoestima tienen mayor probabilidad de ser


desagradables, interrumpir y sermonear a los demás en lugar de a sí
mismos (en contraste con la gente más modesta y tímida que tiene baja
autoestima). “Mi conclusión es que el autocontrol vale diez veces más
que la autoestima”.
Narcisismo: el hermano engreído de la autoestima La autoestima
elevada se vuelve especialmente problemática cuando atraviesa la
frontera del narcisismo o produce una idea inflada de uno mismo.
La mayoría de las personas con alta autoestima valora tanto los logros
individuales como las relaciones con los demás. En general, los
narcisistas tienen alta autoestima, pero pasan por alto la parte de
ocuparse de los demás (Campbell et al., 2007; Jones y Brunell, 2014). El
narcisismo va más allá de una autoestima muy alta; las personas con
elevada autoestima piensan que son valiosas y buenas, pero los
narcisistas creen que son mejores que los demás (Brummelman et al.,
2016).
15. ¿Qué es la autoeficacia?
El psicólogo de Stanford, Albert Bandura (1997, 2000, 2008), capturó el
poder del pensamiento positivo en su investigación y teorías acerca de
la autoeficacia (qué tan competentes nos sentimos en una tarea). Creer
en nuestra propia competencia y eficiencia es benéfico (Bandura et al.,
1999; Maddux y Gosselin, 2003). Los niños y adultos con fuertes
sentimientos de autoeficacia son más persistentes, menos ansiosos y
depresivos. También tienen vidas más sanas y son más exitosos en un
sentido académico. En la vida diaria, la autoeficacia nos conduce a
ponernos metas desafiantes y a persistir. Cuando se presentan
problemas, una fuerte sensación de autoeficacia conduce a la gente a
permanecer en calma y a buscar soluciones, en lugar de rumiar en sus
incapacidades. La competencia más la persistencia es igual a logro. Y
con el logro, la autoconfianza aumenta. La autoeficacia, como la
autoestima, aumenta con los logros alcanzados con dificultad.
Autoeficacia y autoestima suenan parecido, pero son conceptos
diferentes. Si usted cree que puede hacer algo, eso es Autoeficacia.
16. ¿Cuándo decimos que se ha dado El sesgo en beneficio propio?
La mayoría tenemos una buena reputación ante nosotros mismos. En
los estudios de autoestima, incluso la gente con bajas puntuaciones
responde en el rango intermedio de posibles puntuaciones (alguien con
baja autoestima responde a afirmaciones como “Tengo buenas ideas”
con alguna expresión que establece cierto matiz, como “un poco” o “a
veces”). En un estudio con personas de 53 países, la puntuación
promedio de autoestima estuvo en el nivel intermedio en todos los
países (Schmitt y Allik, 2005). Una de las conclusiones más provocativas
de la psicología social que, sin
embargo, está firmemente establecida, es la potencia del sesgo en
beneficio propio: una tendencia a percibirse a uno mismo de manera
favorable.
17. De una explicación de los sucesos positivos y negativos
En docenas de experimentos se ha encontrado que la gente acepta el
crédito cuando se le dice que ha tenido éxito. Atribuyen el éxito a su
capacidad y esfuerzo, pero atribuyen el fracaso a factores externos,
como la mala suerte o la “imposibilidad” inherente al problema (Campbell
y Sedikides,1999; Wang et al., 2017.
Este fenómeno de atribuciones en beneficio propio (atribuir los
resultados positivos a uno mismo y Esto podría ocurrir por una buena
razón: hacer atribuciones en beneficio propio activa áreas cerebrales
que se asocian con la recompensa y el placer (Seidel et al., 2010). Las
atribuciones en beneficio propio contribuyen a las discordias maritales, a
la insatisfacción laboral y a los puntos muertos en las negociaciones
(Kruger y Gilovich, 1999). No es sorpresa que las personas divorciadas
casi siempre culpen del divorcio a sus parejas (Gray y Silver, 1990) o
que a menudo los gerentes atribuyan el bajo desempeño a la falta de
capacidad o esfuerzo de los trabajadores, en tanto que estos últimos
culpan a los factores externos, como la carga de trabajo excesiva o a
sus compañeros difíciles (Imai, 1994; Rice, 1985). Este punto ciego del
sesgo puede tener graves consecuencias durante los conflictos. Si usted
está negociando con su compañera de departamento acerca de quién
debe ocuparse de determinadas labores domésticas y cree que ella
tiene una perspectiva sesgada de la situación, es mucho más probable
que se enoje (Pronin y Ross, 2006). En apariencia, consideramos que
somos objetivos y que todos los demás tienen un sesgo. No sorprende
que peleemos, porque cada uno está convencido de estar en lo correcto
y libre de sesgos. durante los conflictos. Si usted está negociando con
su compañera de departamento acerca de quién debe ocuparse de
determinadas labores domésticas y cree que ella tiene una perspectiva
sesgada de la situación, es mucho más probable que se enoje (Pronin y
Ross, 2006). En apariencia, consideramos que somos objetivos y que
todos los demás tienen un sesgo. No sorprende que peleemos, porque
cada uno está convencido de estar en lo correcto y libre de sesgos.
18. Que es el Optimismo poco realista.
El optimismo predispone a un enfoque positivo de la vida. H. Jackson
Brown (1990, p. 79) indicaba que “El optimista se asoma todas las
mañanas por la ventana y dice: ‘Buenos días, Dios’. El pesimista se
asoma por la ventana y dice: ¡Mi Dios, es de día!”. Algunos estudios con
más de 90 000 personas en 22 culturas revelan que la mayoría de los
seres humanos están más inclinados al optimismo que al pesimismo
(Fischer y Chalmers, 2008; Shepperd et al., 2013, 2015.
19. ¿A qué se le llama Falso consenso y singularidad?
Tenemos la curiosa tendencia a mejorar nuestra autoimagen a través de
sobreestimar o subestimar qué tan parecida es la forma de pensar y
actuar de los demás respecto a la nuestra. En asuntos de opinión,
encontramos apoyo para nuestras posturas sobreestimando qué tanto
concuerdan los demás: un fenómeno que se conoce como efecto del
falso consenso (Krueger y Clement, 1994b; Marks y Miller, 1987; Mullen
y Goethals, 1990. Cuando nos portamos mal o fallamos en una tarea,
nos tranquilizamos pensando que tales errores también son comunes.
Después de que una persona le
miente a otra, el mentiroso empieza percibir a la otra persona como
deshonesta (Sagarin et al.,1998). Si sentimos deseo sexual hacia
alguien es posible que sobreestimemos el deseo recíproco del otro.
Suponemos que los demás piensan y actúan como nosotros: “Miento,
pero ¿no todo el mundo lo hace?”. Si falseamos nuestras declaraciones
de impuestos, fumamos o mejoramos nuestra apariencia, es probable
que sobreestimemos la cifra de otras personas que hacen lo mismo.
El proverbio dice que “No vemos las cosas como son, sino como
somos”. Asimismo, es más probable que pasemos tiempo con personas
que comparten nuestras actitudes y comportamientos y que, en
consecuencia, juzguemos al mundo a partir de las personas que
conocemos. Así, es posible que consideremos que nuestras fallas son
relativamente normales, en tanto que nuestras virtudes son
relativamente excepcionales. En resumen, el sesgo en beneficio propio
se presenta en forma de
atribuciones que nos favorecen, comparaciones autocomplacientes,
optimismo ilusorio y falso consenso relacionado con nuestros propios
errores.
20. Diga ¿Cómo maneja la gente su autopresentación?
Hasta este momento, hemos visto que el yo está en el centro de
nuestros mundos sociales, que la autoestima y la autoeficacia rinden
algunos dividendos y que el sesgo en beneficio propio influye en las
evaluaciones de uno mismo. Quizá se haya preguntado: ¿las
expresiones dirigidas a mejorar la imagen de uno mismo siempre son
sinceras? ¿Las personas tienen los mismos sentimientos en privado que
los que expresan de manera pública o simplemente exhiben un rostro
positivo mientras
viven con dudas acerca de sí mismas? AUTOSABOTAJE A veces la
gente sabotea sus
oportunidades de éxito creando impedimentos que hacen que el éxito
sea menos probable, lo cual se conoce como autosabotaje.
21. ¿Cómo es el Manejo de impresiones?
El sesgo en beneficio propio, la falsa modestia y el autosabotaje revelan
la profundidad de nuestras preocupaciones respecto de la autoimagen.
A diversos grados, manejamos continuamente las impresiones que
creamos. Ya sea que deseemos impresionar, intimidar o parecer
indefensos, somos animales sociales que damos una presentación ante
un público. El deseo humano de aceptación social es tan grande que
puede llevar a las personas al riesgo de dañarse por medio del
tabaquismo, los atracones de comida, el sexo prematuro o el consumo
de alcohol y drogas (Rawn y Vohs, 2011).
La autopresentación se refiere al anhelo de presentar una imagen
deseada, tanto hacia un público externo (otras personas), como ante un
público interno (nosotros mismos).
22. Reflectores e ilusiones: ¿qué nos enseñan de nosotros
mismos?
El efecto de reflector significa que pensamos estar en el centro del escenario,
por lo que de manera intuitiva sobreestimamos el grado en que los demás
dirigen su atención a nosotros.
Al estar profundamente conscientes de nuestras emociones, a menudo
sufrimos de una ilusión de transparencia. Si estamos felices y lo sabemos,
entonces de seguro nuestro rostro lo mostrará. Y suponemos que los demás se
darán cuenta. De hecho, podemos ser más confusos de lo que pensamos.
Además de pensar que nuestras emociones son transparentes, también
sobreestimamos la visibilidad de nuestras equivocaciones sociales y deslices
mentales en público. El efecto de reflector y la ilusión relacionada de
transparencia son solo dos ejemplos de la interacción entre nuestro sentido del
yo y nuestros mundos sociales.

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