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La palabra

Una sola palabra te puede animar y a la vez derrumbar o dime que sucedió cuando
escuchaste o leíste un: “eres una insensible, egoísta, egocéntrica, vete al carajo, eres una
porquería”, esas palabras te han marcado, te han destruido, te llevan a perder la confianza
en ti misma, hacen que el temor y la inseguridad se apoderen de ti, sí, así como me ha
sucedido cuando él, lo expresaba y lo decía a manera de “charla”, pero lo que él no sabe es
que eso trabaja lentamente en el subconsciente y hace que poco a poco te lo creas; bien dice
un amigo mío: “La palabra tiene poder”. En esta medida también puedo decir que las
palabras van respaldas por acciones, de lo contrario caemos en aquel dicho: “las palabras se
las lleva el viento, las acciones ni un huracán”, típica frase emitida por una niña dolida y
resentida por tantas aquellas veces en las cuales esas palabras fueron solo eso: palabras, las
cuales se quedaron en el aire deambulando, quedando ahí, en un pasado triste y amargo.
Recuerdo que alguna vez leí algo que decía que la palabra era algo bonito y que inspiraba y
quizás el autor de aquel texto tenga razón, pero hoy, yo me atrevo a contradecir o tal vez a
dar un punto de vista negativo frente al asunto, o dime tú, querido lector, ¿nunca te han
defraudado o herido con palabras? Sabes que sí, todos alguna vez hemos pasado por
situaciones similares. También hay palabras no dichas, si mi querido amigo, me refiero a
aquellas palabras que se han quedado atragantadas por miedo a herir al otro o tal vez por
miedo a decir cosas no debidas, pero … ¿Quién piensa en eso cuando lo hacen contigo?
Nadie. Cuantas veces has escrito cartas y se han quedado sin ser enviadas, mensajes de
texto que por temor a la reacción del otro, te arrepientes de enviarlo y lo borras. La palaba
tiene la facilidad de ocultar, por ejemplo cuando dices: “Estoy bien”, ¡Mentira! No lo estás,
quieres gritar, que la tierra se abra y te trague, que te abracen, quieres dejar todo a la deriva,
pierdes las fuerzas para luchar; pero prefiere ocultar lo que sientes tras un simple y frio:
“Estoy bien”.

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