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Introducción
¿Por qué Latinoamérica es tan proclive a abrazar discursos anticapitalistas? ¿Han sido los
opacar lo logrado por los gobiernos liberales? Las últimas elecciones presidenciales en el Perú
designaron como el nuevo líder del ejecutivo al candidato de un partido político de izquierda
señalado de corrupción: Pedro Castillo; quien, para sorpresa de sus votantes, ha confesado
públicamente no estar preparado para gobernar, lo que demuestra que el ex docente de Chota no
es la persona idónea para dirigir el Perú, pero, aun así, su campaña política tuvo gran aceptación
en la población. Dicha situación amplió nuestra visión y pudimos rescatar un reciente patrón en
hegemonía de la izquierda sobre las políticas liberales en la región, pues a quienes los votantes
prefieren son a los candidatos que se postulan bajo la mencionada postura política. Sin embargo,
para desdicha de la población, muchos de estos gobiernos regidos por la izquierda política no
consiguieron los resultados esperados por el colectivo, como Lula Da Silva en Brasil, López
Obrador en México o, más cercano, Castillo Terrones en Perú. Pese a ello, los votantes confiaron
en ellos a comparación de sus adversarios de políticas liberales, y la razón que pudimos extraer
para la ocurrencia de este fenómeno fue la práctica del discurso anticapitalista, de manera que
cada uno de los presidentes de izquierda política basó su campaña en contra del capitalismo que,
hasta hace poco, había sido la ideología predominante en la región. Frente a este panorama, nos
Latinoamérica? Desde nuestra perspectiva, nosotros sostenemos que la asimilación del discurso
expondremos las principales razones que nos orientaron a este veredicto, entre las que se refleja
estatistas históricamente ineficaces, pues pretende desplazar toda política liberal sin importar su
probada efectividad. Por ende, durante la fase electoral, a través de este tipo de discursos
contraria a su agenda política, las cuales, en concreto, son las políticas liberales o “neoliberales”
(un término que suelen emplear de forma despectiva); es de este modo que consigue destacar
durante la campaña electoral de cualquier país latinoamericano frente a sus adversarios. Acerca
de lo que desea el anticapitalismo, es alarmante que aún un grupo influyente persista en gobernar
sobre principios que, al aplicarse, según la trayectoria registrada, han destruido la economía de
contraria, cuyo cimiento debe perdurar para el bien de la prosperidad económica de un país.
Sobre ello, datos de Our World in Data (s. f.) respaldan la validez de las probadas políticas
capitalistas y el por qué no deben ser desplazadas. Para empezar, con respecto al cambio del
ingreso o PIB per cápita (indicador de productividad y desarrollo económico) anual a nivel
mundial, tal como se puede apreciar en la Figura 1, ha aumentado a lo largo de los años
conforme el capitalismo se ha ido estableciendo y en 2019 cerró con un crecimiento del 75%.
Figura 1
Ahora, centrándonos en Latinoamérica, en el año 2018 los países que más gozaban de
libertad económica eran Chile, Uruguay y Perú, y los que no, Venezuela, Cuba y Bolivia. A
continuación, se revisó el ingreso per cápita de estos países y resultó que, efectivamente,
aquellos con mayor libertad económica mostraban márgenes de crecimiento más positivos,
visible en la Figura 2.
Figura 2
capaz de denostar las políticas de probado éxito para imponer sus propias “recetas” que, si bien
han afectado profundamente a cuanto país latinoamericano las ha aplicado; por lo cual es de
necesidad inmediata evadirlas y mantener las políticas liberales que nos mantienen en constante
crecimiento económico.
sin sustento que, como puede esperarse, no se cumplen. Sin embargo, muchos electores
minimizan esta problemática pues, para ellos que han experimentado incesantes campañas, no
existe novedad no diferencia, pues la aplicación de las falsas promesas también la aplican los
candidatos sumados a partidos capitalistas. Si bien es verdad que las promesas fraudulentas de
campaña no son exclusivas de los anticapitalistas, el señalar que “son igual de nocivas” no es
correcto. Efectivamente, los dirigentes políticos, actuales o a lo largo de la historia, han sabido
destinar su mensaje para que este genere mayor impacto. Es de tal forma que dirigen
comprenden entre obras públicas, programas sociales y otras estrategias de desarrollo; las cuales
no son más que parte de una táctica política engañosa que asegura la satisfacción inmediata de
aquellos desniveles de la sociedad a cambio de la suma a sus movimientos. En ese sentido, como
liberal, pues el capitalismo también ha incurrido en él, la peligrosidad del que sea aplicado por la
antítesis recae en que, dada su posición, puede aparentar ante la gente la existencia de
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fundamento. Dado que las ideologías opuestas al capitalismo no eran fuertemente representadas
en los gobiernos hasta hace pocos años, que un candidato anticapitalista se postule con
capitalista porque, a diferencia de este último conocido, a los anticapitalistas se les cede un
que, según ellos, el motivo por el cual las desigualdades han primado en el territorio
latinoamericano es por el “inicuo sistema capitalista” y que, si optan por ellos, todas estas
desigualdades serán saldadas de inmediato porque sus políticas son contrarias a lo ya constituido.
Por supuesto que, si este discurso logra convencer a la masa, esta será grandemente afectada,
pues habrá apostado por una ideología cuya gobernabilidad es insostenible. En suma, aunque
divulgar engañosas promesas electorales es injustificable, en cualquier caso, el que esta táctica
sea aplicada por políticos anticapitalistas es peligroso porque esto genera la oportunidad perfecta
para que estas personas puedan hacerse en el poder ante un público embaucado.
población para que prospere su plan político porque, de esta manera, se asegura de inducir
fuertes sentimientos negativos, como el odio y el recelo, los cuales son difíciles de dispersar. En
ese sentido, su discurso se vuelca siempre hacia un supuesto enemigo que conspira para
puede adoptar diferentes categorías: ricos, extranjeros, empresarios, etc., pero siempre atentará
en contra de los vulnerables. En pocas palabras, para ellos siempre existen víctimas y victimarios
y, por tanto, es indispensable que aparezca un «salvador» que ponga fin a la conspiración
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que este creará. Esto es particularmente notorio en el caso del «socialismo del siglo xxi».
“antipueblo”. Él dice encarnar al “pueblo” y, por tanto, quien esté en contra de sus
pretensiones estará siempre, por definición, en contra del «pueblo» y del lado del
“antipueblo”, lo que significa que debe ser marginado o eliminado. (Kaiser y Álvarez,
2016, p. 27)
indispensable enfrentar a la población. Asimismo, los discursos de odio que dan lugar a la
injustificado.
Conclusión
peligroso para el panorama político de un país, más aún si este tiene intenciones presidenciales;
esto se debe a que esta clase de prédica está acompañada de intenciones de imponer políticas
estáticas y desplazar las liberales, de promesas electorales no confiables por no tener sustento
odio y recelo que suelen permanecer por mucho tiempo. Sin duda, los defensores del
anticapitalismo saben cómo perpetuarse para hacerse con el poder mediante tácticas repudiables;
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sin embargo, mientras el interés de estos políticos persista, está en el pueblo reflexionar sobre los
mensajes que recibimos de cualquier medio e informarnos para no ser encandilados por
Referencias