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Elecciones parlamentarias y

lucha de clases en Venezuela


¿Cuál es la estrategia de la izquierda?

Leander Pérez G.1

1
Leander Pérez G. es un socialista venezolano, con diplomas en Liderazgo
Social y Político de la Universidad Metropolitana, Gobernabilidad, Gerencia
Política y Gestión Pública de la Universidad Católica Andrés Bello y Política e
Ideología del Instituto Pedagógico Latinoamericano y del Caribe (Cuba).

2
Índice

Introducción 4
I. El ajuste del gobierno y la degeneración del PSUV 9
II. La dependencia de la izquierda y los intentos de reorganización 14
III. Una estrategia y un programa para la conquista del poder 22
IV. ¿Qué se puede esperar del Partido Comunista? 28
V. El debate interno en Patria Para Todos 36
VI. Análisis técnico electoral 43
VII. Posibles riesgos 55
VIII. El día después de las elecciones 58

3
Introducción

Ni siquiera en medio de la pandemia mundial desatada por el


coronavirus, la política venezolana se ha detenido. En las últimas
semanas, mientras buena parte de la población está en cuarentena
“social”, se conoció que la derecha ha intentado ingresar armamento
para promover, por enésima vez, un cambio de gobierno; le siguió la
declaración de voceros del departamento de justicia norteamericano,
mediante la cual colocaban precio a la cabeza de Maduro y de varios
altos funcionarios civiles y militares de su administración; luego,
vendrían los ofrecimientos de Trump, a través de Mike Pompeo y Elliot
Abrams, de un acuerdo político con Maduro para que éste diera paso
a un gobierno de transición, y para presionar, iniciaba una operación
militar “antinarcóticos” en el caribe.

Esta política de la zanahoria y el garrote, más que decisión, lo que


refleja es una profunda frustración al no haber podido colocar,
durante todo el año pasado y parte de este, a su títere Guaidó en
Miraflores. Ante la desesperación, y la crisis derivada de no haber
tomado medidas a tiempo para enfrentar el coronavirus, Trump
desecha a sus títeres nacionales y toma en sus inestables manos el
control de la situación.

Por otro lado, la pandemia ha evidenciado aún más la bancarrota del


gobierno imaginario de Guaidó, que aún con todo el apoyo que logró
reunir en su gira internacional (que lo llevó del foro mundial de Davos
a la Casa Blanca), no logra que sus “medidas” sean acatadas siquiera
dentro de la misma oposición, convirtiéndose en la burla de los
radicales de extrema derecha y en un estorbo para otros dirigentes a
su alrededor.

4
El gobierno, que tampoco ha dejado de hacer política, ha resultado
fortalecido por su manejo de la situación causada por el COVID-19. La
excepcionalidad de las circunstancias, ha requerido medidas de
distanciamiento social que impiden las protestas callejeras, mientras
que la cuarentena hace depender aún más a los pobres de las ayudas
y subsidios. Sin embargo, la crisis que pudiese generar una mayor
paralización de la actividad económica aún no ha mostrado sus
verdaderas dimensiones, por lo que debemos seguir atentos al
desarrollo de los acontecimientos.

Esta coyuntura, empero, no debe desviar nuestra atención de otros


hechos políticos, que, si bien han escapado por ahora de la agenda
pública, mantienen su vigencia. Entre estos, destaca la inminencia de
las elecciones parlamentarias y las negociaciones que entre el
gobierno y distintas fracciones de la oposición se venían dando antes
de la pandemia para alcanzarlas. Cuál debe ser la estrategia de la
izquierda para el próximo periodo de la lucha de clases y cuál la táctica
electoral para la contienda que se avecina, son debates que no pueden
perderse de vista durante la cuarentena, so pena de que el fin de la
misma nos encontremos con escenarios para los cuales no estemos
preparados.

Ciertamente, las elecciones no resolverán los problemas que enfrenta


el país, esto lo sabemos. Pero una táctica electoral acertada, en el
marco de una estrategia general concebida desde la lucha de clases, sí
que puede poner a la izquierda en la vía correcta para convertirse en
esa alternativa revolucionaria que tanta falta le hace al pueblo. Para
ello, es necesario romper la falsa polarización entre gobierno y
oposición, y develar la verdadera lucha entre los burgueses

5
(tradicionales, optimistas2, “patriotas” o “revolucionarios”3) y los
trabajadores. Este trabajo, busca precisamente aportar elementos
para ese debate.

Partimos de un breve análisis de la situación actual, que nos ayude a


comprender el viraje derechista del gobierno a través de sus propias
medidas y la degeneración del PSUV que éstas implican. De allí
continuamos con un examen general de la izquierda, de los motivos
estructurales e ideológicos de su dependencia con el gobierno, pero
también de las posibilidades de unidad e independencia que se han
venido desarrollando a partir de las luchas contra la arremetida
conjunta de burgueses y terratenientes en el marco de las medidas del
gobierno. Destaca en este apartado, como un referente para la
izquierda, la Unión Comunera y su lema “los que quieran socialismo,
vengan con nosotros”, actor clave de nuestro planteamiento.

En el tercer apartado de este trabajo, concentra nuestro


planteamiento estratégico en términos generales. Una estrategia
basada en la lucha de clases como centro de la actividad política de la
izquierda, que parte del apoyo a las luchas defensivas que han venido
protagonizando los trabajadores, campesinos y comuneros, pero que
se plantea como horizonte la toma del poder. En este marco

2
Recientemente, un grupo de empresarios entre los que destaca Alberto
Vollmer (presidente de Ron Santa Teresa), se presentaron al país como
“optimistas anónimos”, ya que confían en que el gobierno está llevando a
cabo un viraje similar al de la reforma China conducida por Deng Xiaoping.
Para demostrar su optimismo, Vollmer vendió un millón de acciones en la
Bolsa de Caracas, y prevé llegar a los 6 millones de acciones para recaudar 3
millones de dólares.

3
Con los nombres de “patriotas” o más recientemente de “revolucionarios”,
el gobierno se refiere a la burguesía que ha nacido y florecido a su amparo.

6
estratégico es que se plantea la táctica electoral, centro de este
trabajo, y que podemos sintetizar como alianza entre los partidos de
izquierda con el movimiento popular.

Tomando como actor principal (pero no único) del poder popular a la


Unión Comunera, en los apartados cuarto y quinto buscamos la
contraparte partidista para la alianza electoral que hemos planteado.
Para ello, analizamos las posibilidades de una ruptura del Partico
Comunista (PCV) y del Partido Patria Para Todos (PPT) con el PSUV.
Para esto, hacemos una revisión de algunos de los planteamientos
ideológicos con los cuales se justifica la alianza política con el PSUV y
el respaldo al gobierno, a la vez que examinamos algunas de sus
tácticas electorales más recientes. El PPT, por su apertura y por los
debates que se han venido desarrollando en su interior, sale de esta
comparación como el candidato con mayores posibilidades para
establecer una política independiente de alianza con el movimiento
popular, algo que, sin embargo, aún no está definido y que debe
esperar hasta la Asamblea Nacional del Partido que ya ha convocado
el secretariado nacional del partido.

En el sexto apartado, se aborda en detalle la táctica electoral


planteada. Lo primero a considerar, serán dos grandes antecedentes:
Las elecciones de alcaldes de 2017, y las de concejales de 2018, ambas
con baja participación de los sectores mayoritarios de la oposición. En
el primer caso, evaluaremos las candidaturas de Eduardo Samán en
Caracas y la de Ángel Prado en Lara; mientras que en las elecciones de
concejales lo fundamental será la comparación de las alianzas hechas
por los partidos. De ambos casos, lo fundamental será extraer las
lecciones que nos sirvan para la próxima contienda.

Los aspectos técnico-electorales también tienen su espacio en este


trabajo, por ello, luego de los antecedentes analizaremos las

7
condiciones en las que se desarrolla la elección y las acciones a tomar
para superar el ventajismo y control institucional del PSUV. Por último,
para cerrar este sexto apartado, consideraremos las implicaciones
políticas que pueden tener los incendios en centros estratégicos de
resguardo de material electoral, con la consiguiente destrucción de
máquinas. Esto, ciertamente abre la posibilidad de volver a un conteo
manual de votos, lo que dificultaría el trabajo de la izquierda.

Como sabemos que la izquierda no está sola en la cancha,


intentaremos señalar los posibles riesgos a los que se enfrentarán los
actores principales de nuestro planteamiento. Esta tarea, se facilita en
la medida en que ya hemos podido observar la aplicación de la
estrategia de castigos y recompensas que el gobierno usa para
controlar y desactivar la amenaza opositora. No podemos descartar
que, en mayor o menor grado, los mecanismos que sirven para dividir
y derrotar a la derecha: coerción, negociación y barreras
institucionales, sean usado contra la izquierda para impedir que
disputemos la hegemonía.

Por último, y a manera de conclusión, nos planteamos una cuestión


central del análisis estratégico: cómo determinar el éxito o el fracaso
de nuestro planteamiento. Ciertamente, lo cuantitativo será un
elemento a tener en consideración, pero más allá de lo numérico,
elementos cualitativos como la capacidad de lucha y movilización, la
creación de referentes nacionales y la independencia de clase, serán
decisivos.

La tendencia que ha marcado el gobierno, y que ha comenzado a ser


aplaudida por capitalistas “optimistas”, es a seguir sacrificando la
revolución en los altares de la acumulación capitalista. Esto, lleva
irreparablemente a una ruptura entre el PSUV y el movimiento
popular, algo que se ha podido constatar desde 2018. Queda de parte

8
de los principales actores de la izquierda, seguir sosteniendo una
alianza con quienes los golpean selectiva pero asertivamente, o
construir una alternativa revolucionaria sobre la base de la lucha en
todos los frentes al capitalismo. Reconocer que nuestra lucha es
existencial, debe hacernos recordar las palabras de Ribas: “no
podemos optar entre vencer o morir, necesario es vencer”, y nosotros
¡Venceremos!

9
I. El ajuste del gobierno y la degeneración del PSUV

Cada vez se hace más evidente a los ojos del pueblo el viraje derechista
del gobierno. Antes, se le podía criticar su reformismo, ahora, se le
combate más bien por aplicar contrarreformas, por ir arrebatando a
los trabajadores, campesinos y al pueblo en general las conquistas
obtenidas en revolución.

En el ámbito laboral, el gobierno ha venido llevando a cabo una política


agresiva contra los derechos de los trabajadores. En principio, el
gobierno actuaría por la vía de la omisión de sus funciones, siendo
cómplice de despidos masivos, mientras se acumulan en las
inspectorías del trabajo reclamos y solicitudes de reenganche por
despidos injustificados, o aplicando medidas de contención salarial
disimuladas (decretando aumentos que están muy por debajo de la
inflación). Sin embargo, a partir de 2018, con el Plan de Recuperación
Económica, el gobierno pasaría a implementar medidas mucho más
fuertes con el fin de generar confianza en los capitalistas. Una de estas
fue la aplicación del Memorándum 2792 del ministerio del trabajo, que
da una fachada “legal” a atropellos como despidos masivos
(prohibidos por la Ley del Trabajo bajo cualquier circunstancia), el
incumplimiento de las contrataciones colectivas (que son un derecho
constitucional) o la reducción de salarios y la perdida de beneficios si
éstos se consideraban muy onerosos para el patrón4.

4
Sobre las implicaciones del memorándum 2792 del Ministerio del Trabajo,
sustento “legal” del ajuste laboral, recomendamos el artículo publicado por
la redacción de Izquierda Diario ¿Qué es el Memorando 2792 y por qué los
trabajadores deben exigir su anulación? Disponible en

10
En el campo, el gobierno ha venido devolviendo a los terratenientes y
antiguos latifundistas tierras que fuesen otorgadas por Chávez a
campesinos y comuneros. Este proceso, se ha dado de múltiples
formas, ya sea por el hostigamiento directo por parte de
terratenientes y bandas armadas, que han llegado incluso a asesinar a
los campesinos, como por la “mediación” del Estado a través de los
cuerpos de seguridad, que aplican desalojos permitidos por juzgados
o el mismo ministerio de tierras.

En la imagen, una
familia campesina del
estado Mérida cuya
casa fue destruida
durante un desalojo
arbitrario.

Foto: TatuyTV.

Esta reprivatización, no solo se da sobre la tierra, sino también sobre


un buen número de industrias que fuesen expropiadas o fundadas por
Chávez y entregadas a sus trabajadores. La privatización se ha dado de
múltiples maneras, ya sea por la concesión a una empresa privada

http://www.laizquierdadiario.com.ve/DOCUMENTO-Que-es-el-Memorando-
2792-y-por-que-los-trabajadores-deben-exigir-su-anulacion

11
sobre los bienes de una empresa pública, por el cambio de la
composición accionaria de una empresa mixta, o por la entrega
directa. Lo importante, es señalar que más allá de los mecanismos
aplicados, y para satisfacción de la derecha, lejos quedaron los
tiempos de las expropiaciones, ahora es tiempo de las privatizaciones5.

Todo este proceso se da a la par que los servicios públicos colapsan,


entregando al pueblo en manos de mafias que hacen grandes negocios
prestando servicios privados como el agua, a través de cisternas; el
gas, a través de la distribución; o el trasporte, donde se eliminó el
pasaje estudiantil, el subsidio a la tercera edad y donde se cobran
precios que desde hace tiempo no respetan ninguna Gaceta.

Por si fuese poco, si la revolución bolivariana se caracterizaba una


mayor democratización de la vida social del país, en la situación actual
la crítica revolucionaria es perseguida; a quienes denuncian los casos
de corrupción se les arresta por cargos irrisorios6, negándoseles
incluso la presunción de inocencia y el debido proceso. Todo esto,

5
Para un acercamiento al tema de las privatizaciones, recomendamos el
artículo Privatizar es Traicionar, disponible en
https://www.marxist.com/privatizar-es-traicionar.htm

6
Recientemente, dos jóvenes gerentes de Petróleos de Venezuela, Alfredo
Chirinos y Aryenis Torrealba, fueron detenidos bajo el pretexto de haber
filtrado información sensible a la Agencia Central de Inteligencia
norteamericana (CIA). El gobierno, usa como argumentos que estos poseían
información sobre la comercialización de petróleo, informaciones que son
públicas en diversos sitios web. La verdad, es que ambos jóvenes
revolucionarios estaban denunciando casos de corrupción entro de la
industria.

12
mientras en los barrios reviven las viejas prácticas policiales y las
ejecuciones extrajudiciales (violando el derecho humano a la vida)7.

La nueva imagen de las


fuerzas especiales es la
muerte.

Esto, que es solamente una fracción del relato, difícilmente podría


considerarse como obra de un gobierno de izquierda, y más bien, se
parece mucho a las practicas comunes de un gobierno derechista
cuando atraviesa una recesión.

Por otro lado, queda demostrado como las tendencias burguesas


dentro del PSUV, que había comenzado como un partido policlasista,
terminaron por engullendo a las tendencias revolucionarias (cuando

7
Sobre las ejecuciones extrajudiciales en los barrios, recomendamos leer la
declaración del colectivo de derechos humanos Surgentes, que fue
refrendado por un buen número de organizaciones de base del poder
popular. El comunicado se encuentra disponible en
http://www.surgentes.org.ve/wp-
content/uploads/2019/12/DECLARACIO%CC%81N-NO-EJECUCIONES-EN-EL-
BARRIO-Nov.2019-1.pdf

13
no purgándolas). Los otrora dirigentes sindicales, se convirtieron
dentro del aparato del partido en furibundos defensores de medidas
anti obreras que sonrojarían a cualquier funcionario del Fondo
Monetario Internacional; de militantes, devinieron en funcionarios
fieles al servicio de la burguesía o incluso en nuevos burgueses.

El PSUV de la actualidad, se ha convertido en un partido burgués más


de la política venezolana, en el que las disputas internas no se dan ya
respecto a diferencias ideológicas sino, en función a los intereses
económicos de las distintas fracciones personales. Por eso, cuando
compañeros que insisten en mantener alianzas con el gobierno nos
señalan que “hay una lucha interna entre tendencias revolucionarias y
burguesas”, nuestra respuesta es retarlos a que señalen a un solo
ministro que esté llevando a cabo acciones encaminadas hacia el
socialismo, o que por lo menos esté llevando a cabo reformas que
tengan un carácter progresivo.

Difícilmente, después de múltiples purgas a lo interno de la burocracia,


se podrá encontrar un dirigente que se aparte de las políticas que
aplica el gobierno. Aquellos que señalan que hay una pugna interna
entre una fracción revolucionaria y otras burguesas a lo interno del
gobierno no sólo se engañan a sí mismos, sino que, de forma
consciente o inconsciente, engañan a sectores proletarios de
vanguardia8.

8
Uno de los grupos que mantiene su apoyo al gobierno en base a este
argumento es el movimiento Gayones.

14
II. La dependencia de la izquierda y los intentos de
reorganización

Ante la total y evidente degeneración del PSUV, cuesta entender como


todavía la mayoría de los partidos que se denominan de izquierda, y
que forman parte del Gran Polo Patriótico, se mantienen en alianza
con éste. Lo mismo ocurre con el denominado “voto duro” del
chavismo, que si bien refleja signos de mengua, sigue aglutinando a un
importante sector de la población.

Una de las explicaciones que podemos dar sobre este fenómeno tiene
que ver con el problema de la dirección política, específicamente, con
la relación entre las masas y su dirección durante un determinado
proceso. Trotsky, señala en el prólogo de la Historia de la Revolución
Rusa, que “El rasgo característico más indiscutible de las revoluciones
es la intervención directa de las masas en los acontecimientos
históricos”9. Esto, fue lo que ocurrió en Venezuela con la llegada de
Hugo Chávez, y fue este fenómeno, este despertar político, el que unió
a millones de personas con la dirección de la revolución bolivariana.

En Clase, partido y dirección, el revolucionario ruso señalaría un


elemento que es fundamental para entender los mecanismos de
orden subjetivo que explican la identificación de muchos con el
gobierno, según este, “En general, los obreros no rompen fácilmente

9
Trotsky, L. (1932). Prólogo. In Historia de la Revolución Rusa. Disponible en
https://www.marxists.org/espanol/trotsky/1932/histrev/tomo1/prologo.ht
m

15
con los partidos que les han despertado a la vida consciente”10, e
incluso, estos pueden “…‘tolerar’ durante bastante tiempo a una
dirección que ya ha sufrido una total degeneración interna”11; tal como
ocurre con el PSUV.

Este vínculo sentimental entre las masas y Chávez, es el principal


capital político del gobierno de Maduro, razón por la cual, aunque
estén aplicando políticas diametralmente opuestas a las de Chávez, no
dejen de usar la imagen del comandante con fines propagandísticos.
Este lazo afectivo, ciertamente une aún a un buen número de
compañeros honestos con la defensa del gobierno, a la que identifican
erróneamente con la defensa de la revolución bolivariana.

El vínculo de Chávez con


las masas es el principal
capital político del
gobierno de Maduro.

10
Trotsky, L. (2016). Clase, partido y dirección. América Socialista No.13. p.
59

11
Ibidem. p. 57.

16
Por otro lado, están los elementos de orden estructural. Estos, tienen
que ver con las condiciones propias del capitalismo rentista
venezolano, e influyen a su vez en las características del sistema
político y el Estado: la superestructura.

Luego de la caída del dictador Marcos Pérez Jiménez, la burguesía


venezolana (apoyada por el imperialismo norteamericano) adoptaría
un sistema político “democrático”, en el que, a diferencia del régimen
policiaco anterior que privilegiaba la coerción, su hegemonía sobre la
sociedad se viera garantizada a través de la generación de consenso.

Según Gramsci,

“El hecho de la hegemonía presupone indudablemente


que se tomen en cuenta los intereses y las tendencias de
los grupos sobre los cuales la hegemonía será ejercida,
que se forme un cierto equilibrio de compromiso, esto es,
que el grupo dirigente haga sacrificios de orden
económico-corporativo, pero también es indudable que
tales sacrificios y tal compromiso no pueden afectar a lo
esencial, porque si la hegemonía es ético-política, no
puede dejar de ser también económica, no puede dejar
de tener su fundamento en la función decisiva que el
grupo dirigente ejerce en el núcleo decisivo de la
actividad económica”12.

En Venezuela, si bien se evidencian características comunes con el


resto de las democracias burguesas, la burguesía no tuvo que hacer
mayores sacrificios en el orden económico frente a los trabajadores,

12
Gramsci, A. (1999). Algunos aspectos teóricos y prácticos del
“economismo” (Q 13, § 18) en Cuadernos de la cárcel. Tomo V. p. 42. (negritas
propias).

17
ya que la renta petrolera permitió atender, no sin antes corporativizar,
a los sindicatos y demás sectores de la sociedad sin tener que meterse
la mano directamente en los bolsillos.

El régimen puntofijista, se soportaba por un consenso creado entre los


partidos de la oligarquía, la iglesia católica, los militares, la burocracia
sindical y los empresarios, manteniendo la “paz social” a través de la
distribución desigual de la renta. En el caso concreto de la burocracia
sindical, esto se dio a través de la conformación de la Central de
Trabajadores de Venezuela, brazo laboral de Acción Democrática.

Trotsky, respecto a la degeneración de los sindicatos y su función de


policía política, señala lo siguiente:

“El capitalismo monopolista está cada vez menos ansioso


de ajustarse a la independencia de los sindicatos. Exige
de la burocracia reformista y de la aristocracia obrera,
que picotean las migajas de su mesa de banquete, que se
transformen en su policía política ante los ojos de la clase
obrera”13.

Solo que en Venezuela, estas migajas que según el revolucionario ruso


“caen de la mesa” de la burguesía, son las migajas de la renta
petrolera.

Con algunas modificaciones (sobre todo de los actores y de la


distribución de la renta), este fue el mismo sistema heredado por la
revolución bolivariana. Un sistema cuyo fin es la generación de apoyos
por la vía de corporativizar a las organizaciones de la sociedad civil.
Esta, es la principal razón práctica de los intentos de crear una

13
Trotsky, L. (1940). Los sindicatos en la época del imperialismo. Disponible
en https://www.marxists.org/espanol/trotsky/1940s/sindicat.htm

18
burguesía “patriota” o “revolucionaria” frente a la burguesía
tradicional, de crear una burocracia sindical “bolivariana” frente a una
burocracia sindical puntofijista, de las continuas concesiones
económicas a las fuerzas armadas y de las recientes concesiones a la
iglesia católica (entre las que destaca la remodelación de templos) y
evangélica (otorgándoles una universidad).

Gracias a la revolución bolivariana, el pueblo en general, y el comunero


en lo particular, se han convertido en sujetos protagónicos. Razón por
la cual el Estado burgués a través de su burocracia, ha hecho todos los
intentos posibles para cooptar y domesticar a estas organizaciones a
través de la dependencia financiera. El peligro de la democracia
participativa y del desarrollo de las organizaciones comunales para el
Estado burgués es evidente, la incorporación de las comunas al
sistema, despojándolas de su carácter revolucionario, es la estrategia
de la burocracia.

Ahora, la aplicación de estos mecanismos ideológicos o económicos


para la generación de consenso tienen sus límites (de lo contrario no
hubiese llegado Chávez al poder), los cuales se relacionan
directamente con los ciclos de auge y recesión capitalista. Marx,
señalaba que “No es la conciencia del hombre la que determina su ser,
sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia”14,
lo que explica cómo ante la imposibilidad del gobierno para seguir
generando consenso en medio de la crisis económica a través de la
distribución de la renta, y ante la aplicación de las medidas que hemos
señalado antes, las contradicciones entre el discurso y la acción del
gobierno estén generando a su vez una ruptura con su base social.

14
Marx, C. (1980). Prólogo de la contribución a la crítica a la crítica de la
economía política. In Progreso (Ed.), Obras Escogidas Tomo I. Moscú. p. 270.

19
Este proceso de divorcio de las masas con su dirección es dinámico, el
gobierno intenta detenerlo con propaganda, chantajes e incluso, si
puede permitírselo, alguna concesión, pero la tendencia actual es a
que se siga agravando por el viraje derechista y el paquete de
contrarreformas que están afectando directamente a la base de la
revolución.

En la medida en que las grietas entre el gobierno y las organizaciones


revolucionarias se han ahondando, también se ha dado un proceso de
autoorganización y reagrupamiento de los que están enfrentando las
medidas del gobierno y defienden sus conquistas. Este proceso no se
ha dado de manera uniforme en los distintos sectores, en el sector de
los trabajadores, podemos destacar las luchas de 2018, que
aglutinaron a enfermeras, trabajadores del Metro de Caracas, del
sector eléctrico y de las telecomunicaciones (CANTV y Movilnet), entre
otros empleados del sector público no solo de la capital, sino también
del interior del país, y que desembocó en la creación de la
Intersectorial de Trabajadores de Venezuela (ITV)15. También en 2018
se dio la icónica Marcha Campesina Admirable16, que logró unificar a
la izquierda chavista detrás de sentidas reivindicaciones: justicia por
los asesinatos de campesinos, cese del despojo de tierras por parte del
ministerio y protección de las autoridades frente a los ataques de los
terratenientes.

15
Al respecto, recomendamos el artículo Movilizaciones obreras del 8 de
noviembre: balance y conclusiones, disponible en
https://luchadeclases.org.ve/?p=6809

16
Sobre la marcha campesina admirable y sus causas recomendamos la
lectura del artículo La Marcha Campesina Admirable y la lucha de clases en el
campo, disponible en https://luchadeclases.org.ve/?p=6593

20
En el primero de los casos, la debilidad de la izquierda y el oportunismo
de los dirigentes sindicales de la derecha llevaron a la división de la
ITV. Los dirigentes de la derecha calcularon que podían usar la fuerza
acumulada de los trabajadores para apoyar el golpe de Estado de
Guaidó en enero de 2019, pero sus acciones solo llevaron a la
intersectorial al descrédito. En el segundo caso, las esperanzas en el
gobierno de algunos dirigentes campesinos los llevó a aceptar mesas
de negociación, que cual válvulas de escape, hicieron medrar el
empuje que había tomado el movimiento, además de introducir
divisiones entre la dirección.

Joven durante la marcha


campesina portando la bandera
que ondeara Ezequiel Zamora en
la guerra federal. En ella se lee:
“Tierra y hombres libres”.

Foto: TatuyTV.

Más allá de las derrotas, este es un proceso que no se ha detenido y


que ha servido para aleccionar a la izquierda, no solo sobre el carácter
cada vez más represivo del gobierno, sino también sobre la urgencia
de la unidad con independencia de clase.

Una de las iniciativas que rescata el espíritu unitario y de lucha por el


socialismo es el de la construcción de la Unión Comunera, que como
hiciera la Marcha Campesina, ha logrado unificar a buena parte de la
izquierda chavista, convirtiéndose en un referente de lucha. En uno de

21
sus editoriales, los compañeros de TatuyTv, que han venido
acompañando todo el desarrollo de los encuentros regionales, definen
a la unión comunera como “una iniciativa que se viene gestando a
partir de los esfuerzos de articulación de diferentes comunas y
organizaciones populares en el país. Pretende ser ‘un espacio que
articule las luchas del pueblo chavista por la construcción del
socialismo’”17. Su lema “Los que quieran socialismo, vengan con
nosotros”, tiene un enorme contenido simbólico en el momento en el
que el gobierno ha abandonado el socialismo como horizonte y brinda
una esperanza a quienes luchan por rescatar el legado del comandante
Chávez.

Imagen de la Unión
Comunera. “El Chavismo
no se arrodilla”.

Foto: Unión Comunera.

La Unión Comunera, junto con las empresas ocupadas bajo un genuino


control obrero, están entre las principales referencias para los
socialistas del país. Por esta razón, cuando en adelante se hable de
alianza con el poder popular, este se hará en un doble sentido: en el

17
TatuyTv. (2020). ¡Rumbo a la Unión Comunera! Disponible en
https://www.tatuytv.org/editorial-rumbo-a-la-union-comunera/

22
sentido amplio que le dan los compañeros del PPT en sus debates y
que se expresó tácticamente durante las elecciones a concejales; y en
un sentido estricto como alianza estratégica de los partidos con los
elementos más avanzados (y organizados) del poder popular reunidos
en la Unión Comunera.

23
III. Una estrategia y un programa para la conquista del
poder

Parafraseando a Marx, no basta con entender la realidad ¡hay que


transformarla! En este sentido, comprender el momento histórico que
vivimos debe servirnos para plantear una estrategia y un programa
que nos guie hacia salida revolucionaria a la crisis. Este apartado, no
pretende agotar las posibilidades de este debate, sino más bien servir
de provocación para que otros se sumen, y así, en conjunto, construir
una estrategia unitaria de la izquierda revolucionaria.

Si observamos, la mayoría de las luchas de los últimos años han tenido


un carácter defensivo: luchas contra los despidos masivos y las
privatizaciones, por la defesa del poder adquisitivo del salario y de los
beneficios contractuales, contra el despojo de las tierras entregadas
por Chávez o recuperadas por los campesinos y comuneros
organizados, contra los asesinatos en el campo y en los barrios, o por
el acceso a servicios como el agua, el gas o la electricidad. Todas estas
luchas son de vital importancia, y el deber de la izquierda es apoyarlas
y estimularlas.

Maneiro, señalaba respecto a estas luchas lo siguiente:

Cada combate cotidiano, cada lucha reivindicativa,


debe servir, tiene que servir y en fin de cuentas ésa es
nuestra tarea, a la elevación de la combatividad
popular al aumento de su conciencia revolucionaria. Si
de alguna manera rebajamos el contenido, la calidad
revolucionaria de las luchas populares, no importa cuán
exitosos sean los combates reivindicativos concretos, no
pasaremos de ser gestores queridos por las masas y ser

24
eso, sólo eso, está muy por debajo de lo que exige nuestra
condición de revolucionarios18

En una primera instancia, la lucha nos debe servir para detener el


avance de nuestros enemigos, derrotando el ajuste que está aplicando
el gobierno, y que descarga la crisis sobre los hombros del pueblo
mientas permite la acumulación de capital por parte de la burguesía
nacional y las trasnacionales. Todo esto, sin descuidar el contenido
revolucionario de las luchas, la elevación de la conciencia del pueblo a
través de su propia experiencia. En otras palabras, es tarea de la
izquierda usar las luchas defensivas para acumular fuerzas
(organización y capacidad de movilización) que nos permitan lanzar
una ofensiva revolucionaria.

Esta pugna entre el capital y el trabajo, que tiene un carácter


existencial, implica el manejo de todas las formas de lucha, desde las
formas legales e institucionales, pasando por la movilización activa y
las medidas de fuerza, hasta la violencia revolucionaria contra las
agresiones y en defensa de la vida de nuestros compañeros. Todo esto
en el marco de una estrategia general orientada hacia la toma del
poder. Hasta ahora, nuestro problema ha sido la aplicación de
distintas formas de lucha como estrategias separadas con objetivos
difusos, y no como tácticas de una sola estrategia unitaria de la
izquierda. Por otro lado, y antes de centrarnos en la lucha electoral,
que es el fin de este trabajo, hay que destacar que los métodos de
lucha deben ser métodos revolucionarios. ¿Qué significa esto?
Significa que hay que ser coherentes con la situación actual, por
ejemplo: no podemos usar como método el establecimiento de mesas

18
Maneiro, A. (2016). Escritos de filosofía y política. (Ministerio del Poder
Popular para la Agricultura Productiva y Tierras, Ed.) (2da ed.). Barquisimeto.
p. 121.

25
de negociación con el gobierno a la primera oportunidad, si tomamos
en cuenta que el gobierno ha incumplido los acuerdos firmados tanto
con partidos (PCV y PPT) como con la Marcha Campesina. Las mesas
de negociación sólo serán efectivas si la movilización y la presión de
calle se mantienen. La huelga, la toma de tierras y la protesta callejera,
son todas medidas que deben aplicarse en conjunto con medidas
legales e institucionales.

La presión popular es
indispensable para
sostener una
negociación efectiva.
Sin presión, la
negociación es
conciliación.

En la imagen: Lucha de
las enfermeras en
2018.

Foto: La Izquierda
Diario Venezuela.

En el campo electoral, la situación actual reclama de la alianza entre


el movimiento popular y los partidos que no se han convertido hasta
ahora en apéndices del PSUV, aquellos que aún conservan cierta
independencia. Se nos dirá que las elecciones, y mucho menos las
parlamentarias, son la solución a los problemas que enfrentamos, y en
eso estamos de acuerdo, no son LA SOLUCIÓN, pero enfrentar al
gobierno, a la derecha y al imperialismo en todos los escenarios, como
forma de disputar la hegemonía, si forma parte de la solución.

26
Uno de nuestros más grandes errores, ha sido dejar la institucionalidad
burguesa intacta y en manos de los burócratas y burgueses. Mientras,
disputamos contra las medidas del gobierno y contra la avanzada de la
burguesía, pero contradictoriamente hemos dado nuestro apoyo
precisamente a los que aplican esas medidas y sirven a los intereses
de los capitalistas. Esta contradicción, sostenida a lo largo del tiempo,
no escapa a la vista de la gente, que cuando hemos lanzado alguna
candidatura independiente, nos ha señalado el estar en alianza con el
gobierno. Si somos coherentes, no podemos criticar al gobierno,
denunciar su abierto y descarado viraje a la derecha, y luego pedirle
a la gente en las elecciones que vote por el PSUV con argumentos
ideológicos. El deslinde electoral también debe ser parte de nuestra
estrategia, debemos dejarle claro a la gente que no apoyamos de
ninguna manera estas medidas y de que estamos dispuestos a asumir
nosotros mismos el poder.

La unidad entre el movimiento popular y los partidos de izquierda,


debe darse en base a un acuerdo político y no en base a un interés
simplemente electoral, este acuerdo, debe ser un programa mínimo a
defender tanto dentro como fuera de la Asamblea Nacional de forma
unitaria. Por nuestra parte, proponemos que este programa contenga
las siguientes reivindicaciones:

▪ La devolución, con indemnización por daños, de las


tierras arrebatas por los terratenientes a los
campesinos y comuneros.
▪ La liberación inmediata de los trabajadores,
campesinos y comuneros detenidos arbitrariamente.
▪ Que se investigue y se castigue a los autores materiales
e intelectuales de los asesinatos a campesinos.
▪ El cese de las privatizaciones y la investigación de los
casos de corrupción asociados.

27
▪ El cese de los despidos y el renganche de los
trabajadores despedidos.
▪ El establecimiento de un salario mínimo igual a la
canasta básica, en cumplimiento con el artículo 91 de
la constitución.
▪ La derogación inmediata del infame memorándum
2792 del ministerio del trabajo.
▪ La confiscación de los bienes de los golpistas y
corruptos.
▪ La conformación de una comisión que investigue los
feminicidios ocurridos en el país y brinde apoyo a los
familiares de las víctimas.
▪ La intervención de los cuerpos de seguridad y el
enjuiciamiento de los funcionarios involucrados en
desalojos arbitrarios de campesinos y asesinatos
extrajudiciales.

Este acuerdo, en base a un programa mínimo, debe servir a toda la


militancia de izquierda para tener un control sobre sus diputados,
exigiéndoles una actitud revolucionaria en todo momento dentro del
parlamento. A diferencia de los diputados que son electos por el
PSUV, cuya fidelidad se debe al gobierno que los puso allí, los
diputados del poder popular se deben a quienes los han elevado
hasta esa posición. Además, por ser ellos mismos dirigentes obreros,
campesinos y comunales, su futuro está ligado al de su clase y deben
responder de sus decisiones ante las asambleas que los hayan
postulado.

Sin embargo, hay algo que debemos tener en consideración, la


resistencia del gobierno incluso ante estas reivindicaciones.

28
Trotsky, señalaba que, en su fase de decadencia, para el capitalismo
“cualquier reivindicación seria del proletariado y hasta cualquier
reivindicación progresiva de la pequeña burguesía, conducen
inevitablemente más allá de los límites de la propiedad capitalista y del
Estado burgués”19.

Fabricio Ojeda (1929-1966), es


un ejemplo de parlamentarismo
revolucionario. Denunció la
barbarie del puntofijismo en el
parlamento, y luego tomó las
armas para enfrentarlo.

Esto lo hemos podido ya comprobar. El gobierno, ha demostrado que


si quiere mantener la confianza que ha venido ganando de parte de la
burguesía (recordemos a los empresarios “optimistas”), no puede
permitirse si quiera estas reivindicaciones. De lo contrario, la marcha
campesina hubiese logrado sus objetivos, o las distintas
manifestaciones obreras hubiesen logrado vencer el infame
memorándum 2792. Si esto no se ha conseguido hasta ahora, es
porque el gobierno no puede ceder, en medio de la crisis, sin tener que

19
Trotsky, L. (2019). El programa de transición. (Centro de Estudios Socialistas
Carlos Marx, Ed.) (1era ed.). Ciudad de México. p. 34.

29
sacrificar el interés de la burguesía. De igual forma, ceder ante las
presiones para que se investigue la actuación de los cuerpos policiales
y militares, supondría para el gobierno atentar contra instituciones
que le brindan “estabilidad”. Por esta razón, estas reivindicaciones,
este programa mínimo, llevan inexorablemente a plantearse medidas
de transición a socialismo.

Volviendo nuevamente a Trotsky, este señala que:

“Es preciso ayudar a la masa, en el proceso de la lucha, a


encontrar el puente entre sus reivindicaciones actuales y
el programa de la revolución socialista. Este puente debe
consistir en un sistema de reivindicaciones transitorias,
partiendo de las condiciones actuales y de la conciencia
actual de amplias capas de la clase obrera a una sola y
misma conclusión, la conquista del poder por el
proletariado”20.

De esta forma, podremos ver como la lucha contra el memorándum


2792, que es una lucha por mantener los puestos de trabajo y por un
salario digno, necesariamente a exigir una escala móvil de salarios, que
en venezolano significa defender el artículo 91 de la CRBV: salario
mínimo igual a la canasta básica. Así mismo, la resistencia de la
burguesía ante esta medida, nos lleva a la necesidad de abolir el
secreto contable y comercial, para develar las ganancias de la
burguesía. Todo esto, plantea la necesidad del control obrero sobre la
economía.

En el campo, la lucha contra los desalojos arbitrarios y por la defensa


de la comuna, toca los intereses de los terratenientes, pero también
del propio Estado burgués, y pone en estrecha alianza a los

20
Ibidem. p. 33.

30
trabajadores del campo con los de la ciudad. Luego de recuperar sus
tierras, los campesinos y comuneros se enfrentan a la necesidad de
créditos para poder producir, si los bancos siguen en manos privadas,
estos créditos irán irremediablemente a parar a manos de la
burguesía, y lo mismo ocurre si los bancos se encuentran en manos de
la burocracia. La única forma de que los campesinos puedan echar
mano del crédito, es con la nacionalización y centralización de la banca
en manos de los trabajadores.

De igual forma, luchar contra los asesinatos extrajudiciales en los


barrios, o exigir se tomen medidas contra los feminicidios, implica
cambiar la función de la policía, de un organismo represor, a un cuerpo
democrático y controlado por los trabajadores.

Todo esto, no podrá alcanzarse únicamente a través de mecanismos


parlamentarios, sino que necesariamente involucrará la lucha y
movilización popular. Involucra plantearse la toma del poder, y para
eso debemos prepararnos.

31
IV. ¿Qué se puede esperar del Partido Comunista?

Hasta ahora, este trabajo ha girado en torno a generalidades,


pudiéndose resumir la táctica electoral como la alianza entre los
partidos de izquierda con el movimiento popular, en el marco de una
estrategia general de lucha de clases. Sin embargo, quedarnos
meramente en enunciados abstractos sería rehuir a problemas
verdaderamente estratégicos, entre ellos, quiénes son los actores.

El primer partido que puede venir a la mente de cualquier militante de


la izquierda venezolana es el Partido Comunista, y no es por nada, se
trata del partido de izquierda más antiguo y con mayor tradición del
país. Sin embargo, más allá del aura que envuelve al partido de los
mártires venezolanos, históricamente su estrategia ha dejado mucho
que desear21. Si bien no es el fin de este trabajo un análisis de las
decisiones del partido en cada coyuntura, si conviene analizar las
razones que esgrime el PCV para mantener su respaldo “critico” al
gobierno, lo que anula sus posibilidades de jugar un papel de primer
orden en una alianza con el poder popular.

Hasta ahora, el PCV no se plantea una alianza político electoral con


partidos de izquierda (como el PPT) para presentarse como una fuerza
independiente del PSUV. Su principal argumento, es que habría que
mantener la unidad con el PSUV en un frente antiimperialista,

21
No por nada Alfredo Maneiro, señala en sus Notas sobre organización y
política que “el PCV lucia a nuestros ojos y es una evidencia que también a los
ojos de la mayoría de los venezolanos, como un partido políticamente
ineficaz”, entendiendo la eficacia política como “la capacidad de cualquier
organización política para convertirse en alternativa real de gobierno y para,
eventualmente, llegar a dirigir éste”. Maneiro, A. (2016). Óp. Cit. p. 57.

32
garantizando la liberación nacional primero, para luego proponerse ir
hacia el socialismo.

Bajo este pretexto, el PCV apoyaría en 2018 la candidatura de Nicolás


Maduro para un segundo periodo presidencial, aun cuando un análisis
marxista demostraba que la tendencia general del gobierno era a
proseguir virando cada vez más hacia la derecha. Y no es que faltasen
quienes les señalaran la oportunidad para llevar a cabo la línea política
de su Comité Central de “deslindar, confrontar y acumular”, por el
contrario, la Corriente Marxista a través de diversos comunicados los
exhortó a ser consecuentes con su propia línea política, a deslindarse
de un gobierno que ya mostraba una clara tendencia burguesa y servil
a los interés económicos imperialistas, y a confrontarlo con métodos
revolucionarios para acumular fuerzas que sirviesen para tomar el
poder y poner rumbo hacia el socialismo.

Maduro siendo
proclamado como
candidato por el PCV
para las elecciones
presidenciales de
2018.

Foto: José Luis Díaz


Aranguren, AVN.

33
Como en toda elección, ciertamente existía una posibilidad de que el
gobierno resultase derrotado, pero esta posibilidad era mínima, tal
como señalamos al Buró Político del partido en dos reuniones previas
a su XIV conferencia nacional (en la que se elegiría el candidato). Por
un lado, el gobierno había derrotado la insurrección opositora de 2017
y había escogido una Asamblea Nacional Constituyente con plenos
poderes para revocar a los demás poderes públicos, como en efecto lo
hizo al asumir poderes legislativos y nombrar un nuevo fiscal general.
A la elección constituyente le siguieron la elección de alcaldes y
gobernadores, en la que el gobierno volvía a derrotar por paliza a una
oposición cada vez más dividida y desmoralizada. En ese contexto, y
ante la total desorientación de la derecha, es que el gobierno adelanta
las elecciones presidenciales, y es ante esta nueva e inminente derrota
en la que tanto el G4 (bloque mayoritario de la oposición conformado
por Primero Justicia, Voluntad Popular, Acción Democrática y Un
Nuevo Tiempo) como los sectores radicales (la fracción conformada
por Vente Venezuela y Alianza Bravo Pueblo), deciden abstenerse,
señalando como colaboracionistas del gobierno a quienes participasen
en la contienda electoral. Todo esto, sin mencionar todos los
mecanismos clientelares sobre los cuales entraremos en detalle en los
siguientes apartados. Es decir, el resultado estaba cantado, el
gobierno iba a elecciones porque se sabía vencedor.

Los resultados de la elección demostrarían lo acertado de este análisis,


que como señalamos, no se hace a posteriori, sino que se discutió
previamente a la elección del candidato del PCV con su dirección
política. Maduro, obtendría resultaría vencedor con el 67,84% de los
votos válidos escrutados, mientras que Henri Falcón sería derrotado
con el 20,93% y Javier Bertucci con el 10,82%. Entre ambos candidatos
opositores no se llegaba siquiera la mitad de los votos obtenidos por
el gobierno, lo que significa que ni aun sacando el PCV 1 millón de

34
votos (lo que hubiese sido una hazaña tomando en cuenta que lo
habría tenido que lograr sin financiamiento del gobierno y con su
propia maquinaria electoral), hubiesen puesto en peligro la victoria de
Maduro. Lo que sí se hubiese logrado, aún sin obtener una gran
cantidad de votos, habría sido construir una referencia electoral para
la izquierda.

La unidad del PCV, con una dirección reformista, totalmente


degenerada y servil a los intereses de las multinacionales y la
burguesía, no representa una posición consecuentemente
antimperialista. No hay una contradicción entre la lucha por el
socialismo y la lucha contra el imperialismo, tampoco un orden
preestablecido, la mejor forma de luchar contra el imperialismo es
luchando HOY contra los intereses de la burguesía y las
multinacionales, pero también contra la burocracia entreguista.
Luchar por e socialismo (lo que implica sostener una posición de
independencia de clase frente al gobierno) es la única manera de hacer
frente a las agresiones del imperialismo.

Otro de los argumentos del PCV para la alianza con el gobierno, habría
sido el lograr sacarle al PSUV la firma de un acuerdo político22, acuerdo
que, dicho sea de paso, distaba mucho del borrador original propuesto
por los comunistas. En las reuniones que sostuvimos con el PCV,
señalamos que el gobierno sería incapaz de cumplir con dicho
acuerdo, no sólo por su tendencia a liberalizar la economía y descargar
la crisis sobre los hombros de los trabajadores, sino también por sus
tendencias autocráticas (que el PCV llamaba sectarias), y que

22
El texto de Acuerdo Unitario Marco PSUV-PCV puede consultarse en el
siguiente enlace: https://prensapcv.wordpress.com/2018/02/28/acuerdo-
unitario-marco-psuv-pcv/

35
impedirían que se conformasen los órganos de consulta inter-partidos
que los comunistas proponían con el PSUV. Aún ante las advertencias,
el Buró Político del PCV propuso a su conferencia apoyar la
candidatura de Maduro en base a este acuerdo, ya que, de no
cumplirlo, tendrían la oportunidad de “denunciarlo” y
“desenmascararlo” frente a las masas.

Sí es verdad que hay que hacer un trabajo en todos los escenarios


posibles para seguir desenmascarando al gobierno, hay que hacerlo en
los barrios, en el campo, en el parlamento e incluso a nivel
internacional, sin embargo, el PCV solo intenta “desenmascarar” al
gobierno cuando se acercan elecciones, aumentando la crítica y las
presiones para ponerse en una mejor situación de negociación con el
PSUV y luego volver a su actitud conciliadora.

Si ante la elección presidencial se aludía al riesgo de permitir por


“imprudentes” la llegada al poder de la derecha encabezada por
Falcón23, dicha amenaza no existía en la elección de concejales de
2019, y sin embargo el PCV tampoco en esa oportunidad decidió ir en
una alianza independiente del PSUV con otros partidos de izquierda o
con el poder popular. Entonces, el PCV no solo fue en una alianza
estrecha con el PSUV (que había prometido distribuir entre los demás

23
Durante su campaña, Henri Falcón, junto a su principal asesor económico
Rodríguez, propuso la dolarización del país. Un plan que para llevarse a cabo
requeriría de la privatización de empresas públicas, una nueva apertura
petrolera y el endeudamiento con organismos financieros internacionales.
Maduro, quien criticaría dicha propuesta, terminaría aplicando un paquete
similar, pero por otros medios: dolarización de facto, que consideraría una
“bendición”, privatizaciones de empresas y servicios públicos bajo la fachada
de alianzas estratégicas y concesiones de gestión y administración al sector
privado, y medidas anti obreras y antipopulares que señalamos en primer
apartado de este trabajo.

36
partidos del Gran Polo Patriótico entre el 13% y 14% de total de cargos
a concejales disponibles en la elección), sino que incluso en casos en
los que inscribió candidaturas propias, realizó un cambio de
candidatos para apoyar al PSUV, por lo que en la boleta electoral podía
darse la apariencia de existir un candidato distinto, pero en los hechos
el voto de los militantes del PCV iba a contar para el candidato del
gobierno.

El resultado de esta alianza, fue la obtención de más de 100 cargos,


aun cuando el PPT (que lanzaría candidatos propios en alianza con el
poder popular) le sacase alrededor de 100 mil votos de ventaja y
obtuviese diez veces menos concejales. Esta vez, la dirigencia del PCV
no tenía ninguna justificación o pretexto para la alianza con el
gobierno, pues al igual que en la elección anterior la derecha promovía
la abstención, esto deja en claro que la estrategia del partido estaba
dirigida únicamente a obtener cargos.

De lo anterior, se pueden extraer algunas concusiones respecto al


partido. La primera y más evidente, es la adaptación del PCV (al igual
que otros partidos comunistas) al régimen burgués, lo que se
demuestra además en las formas de lucha que ha adoptado en los
últimos años, y que consisten en generar movilizaciones y protestas
que acaban en mesas de negociación con el gobierno y, con suerte, en
acuerdos que luego son ignorados o incumplidos. Estos métodos
típicos del parlamentarismo burgués y válidos quizá ante un gobierno
reformista (del que obviamente se pueden obtener reformas), son una
de las principales causas de creciente agotamiento de los
trabajadores, campesinos y estudiantes que siguen al PCV y que,
estando dispuestos a luchar, chocan con una dirección conciliadora.

Lo segundo, y de carácter más estructural (que examinamos cuando


evaluamos las causas de la dependencia de la izquierda), tiene que ver

37
con las formas de rentismo político que han desarrollado la mayoría
de los partidos venezolanos, y que consiste en acceder a cargos
dentro del Estado para así poder echar mano de una cuota de la renta
petrolera y sostener con ello las finanzas de la organización. Con esto
no queremos decir que se acuda necesariamente a mecanismos
ilegales de financiamiento, dígase corrupción, sino que tanto cargos
en la administración pública como cargos de elección obtenidos en
base a alianzas con el gobierno, permiten al partido “liberar”
(garantizar un sueldo) a parte de sus militantes para la actividad
política, sin mencionar las prebendas como el coste de viáticos para
participar en actividades internacionales. Por último, y como
consecuencia de las dos anteriores, el partido se ha convertido en un
fin en sí mismo, anteponiéndose a las necesidades de la revolución y
adoptando un total pragmatismo que choca con cualquier análisis
verdaderamente marxista. En otras palabras, el PCV no es un partido
que pretenda tomar el poder y que esté dispuesto para ello a correr
riesgos como ser ilegalizado o perder la tarjeta por una acción del TSJ
(sobre esto volveremos más adelante en el apartado sobre los riesgos),
sino que se conforma con mantenerse como el partido histórico de los
comunistas y mártires venezolanos, se conforma con la gloria y
tranquilidad de la que gozan las estatuas. Sobre esto último, Maneiro
señalaría que:

A diferencia de la mayoría de los partidos comunistas


latinoamericanos, el PCV ha conocido periodos de
agigantada importancia política. El problema consiste en
que antes, durante y después de cada uno de ellos, el PCV
ha permanecido siempre idéntico a sí mismo. De esta
manera, ningún acontecimiento ningún éxito, ningún
fracaso alteraba en nada su estructura, su estilo, sus
dirigentes. El partido devino rígido e inmutable, su

38
disciplina una relación grotesca, todo él un fin en sí
mismo24.

Esta cita de Maneiro puede explicar la razón por la cual el PCV presenta
cada una de sus acciones como una victoria, desde lograr sentarse con
un viceministro alrededor de una interminable mesa de negociación,
hasta firmar un acuerdo con el PSUV que jamás se cumplirá. Sus
dirigentes se han tornado incapaces de reconocer sus errores, porque
al igual que los héroes míticos, el glorioso Partido Comunista no puede
equivocarse.

Por lo anterior, y a menos que ocurra un hecho de trascendental


importancia que conmueva al país y al Partido Comunista, se puede
adelantar que el PCV no romperá su alianza con el partido de gobierno.
Lamentablemente, la visión etapista y la estrategia errada del PCV,
impiden que éste desempeñe un papel revolucionario en este periodo.

24
Maneiro, A. (2016). Óp. Cit. p. 58. (negritas propias).

39
V. El debate interno en Patria Para Todos

Ciertamente hay otros partidos, además del Partido Comunista y


Patria Para Todos que debieran, por una u otra razón ser examinados
como posibles actores, entre estos pudiésemos señalar al MEP25,
TUPAMARO26, UPV27 o incluso Podemos28, sin embargo, por razones

25
El Movimiento Electoral del Pueblo (MEP), fue el partido que inscribió la
candidatura de Eduardo Samán (ex ministro de Chávez que estuvo al frente
de la expropiación de la cadena de supermercados Éxito, luego llamada
Bicentenario) para la alcaldía del municipio Libertador del Distrito Capital, y
aunque luego cedería a las presiones del PSUV para apoyar a su candidata
Erika Farías, permitió que el PCV y el PPT pudiesen recurrir al cambio de
candidato para apoyar a Samán.

26
El movimiento TUPAMARO, es un partido en donde la formación política se
mezcla con la instrucción militar. Actualmente, llevan adelante una
experiencia de producción agrícola (con fundos denominados tupareñas) que
les ha permitido beneficiar a las poblaciones aledañas y desarrollar un trabajo
político. Son además el único partido del Gran Polo Patriótico, distinto del
PSUV, que cuenta entre sus militantes con un ministro (Hipólito Abreu,
Ministro de Trasporte), razón por la cual sería difícil una ruptura con el partido
de gobierno.

27
UPV, el partido de Lina Ron, ha sido históricamente un partido rebelde con
el que se identifican gran número de colectivos.

28
Como partido, Podemos dista mucho de ser un partido revolucionario,
intentando ser más bien parte de la maquinaria electoral del Gran Polo
Patriótico. Sin embargo, llama la atención su alianza con el Movimiento Alexis
Vive y su apoyo a estos comuneros en el 23 de Enero durante las elecciones
de concejales.

40
de espacio, y también debido a su debate interno, nos enfocaremos
en este apartado en el PPT.

Por lo menos desde la elección presidencial de 2018, a lo interno del


PPT se ha venido dando una interesante discusión respecto a la alianza
con el PSUV y su respaldo al gobierno. Entonces, al igual que el PCV, el
partido inició una discusión para determinar si se apoyaba la
candidatura de Maduro para otro periodo presidencial. El debate
dividió al partido en dos, entre quienes consideraban que no se podía
seguir apoyando al gobierno, y los que, al igual que el PCV, esgrimían
argumentos “antiimperialistas” para mantener el apoyo.

Las condiciones de ese debate distaban mucho de ser las condiciones


actuales, en primer lugar, la mayoría de las fuerzas chavistas no
consideraban ese momento como oportuno para romper con el
gobierno, y en mayor o menor medida guardaban esperanzas en un
posible giro a la izquierda, lo que aunado a la ausencia de liderazgos
fuertes con carácter nacional dentro de la izquierda29, dificultaba
impulsar una candidatura independiente que no fuese vista como la
candidatura de un solo partido. Por otro lado, estaba el método

29
En realidad, existían al menos dos candidatos que sí reunían estas
características. El primero de ellos era Eduardo Samán, que durante su
campaña como candidato a la Alcaldía del municipio Libertador del Distrito
Capital había logrado capitalizar el descontento de buena parte de la
izquierda chavista; el otro era Ángel Prado, dirigente de la Comuna El Maizal,
quién había logrado triunfar con la tarjeta del PPT en el municipio Simón
Planas del Estado Lara y a quién el CNE desconocía como vencedor
(adjudicando en su lugar al miembro del Movimiento Gayones y candidato
del PSUV Jean Ortiz). Sin embargo, en el primer caso, Samán se había retraído
del escenario político tras su derrota en caracas, lo que lo anulaba como
posible candidato, mientras que, en el caso de Prado, quién si hubiera podido
contar con un gran respaldo chavista, apoyaba entonces la candidatura de
Maduro, quizá también por temor a las represalias en contra de la comuna.

41
empleado dentro del PPT para dirimir controversias de este tipo: el
consenso, por lo que después de arduos debates, se impuso la opción
más “segura” para mantener la unidad: la candidatura de Maduro.

Sin embargo, los debates no acabaron allí, y es así como meses


después para las elecciones de concejales del 9 de diciembre de 2018,
el PPT lanzaría candidaturas independientes en alianza con dirigentes
de base y líderes del movimiento popular (algo que analizaremos en
mayor detalle en el apartado siguiente). Cabe destacar que, si bien el
PPT pudo mantener la alianza con el PSUV para dichas elecciones, y
echar mano de ese 14% que les proponía el PSUV a sus aliados (tal
como hizo el PCV), aprovecharon que las mismas no eran unas
elecciones decisivas para probar una estrategia distinta, haciendo
política con propuestas diferenciadas y poniendo su tarjeta en muchos
casos al servicio del poder popular. Otro hecho importante, es que ese
debate aún no se ha cerrado.

Recientemente, el secretariado nacional del partido ha convocado a


su Asamblea Nacional, su mayor órgano de decisión (equivalente a los
congresos de los partidos y organizaciones marxistas), para discutir
entre otras cosas su posición frente al gobierno y las posibles alianzas
en las próximas elecciones parlamentarias. Esto, da su vez un doble
sentido a la consigna que se ha podido observar recientemente en los
murales del partido: “Hacia la Asamblea Nacional”, que da un mensaje
interno a sus militantes sobre la convocatoria del secretariado al inicio
de los debates, y un mensaje externo a sus electores que muestra la
disposición del partido de ganar puestos en el parlamento.

La convocatoria a la su Asamblea, ha venido acompañada de un


reimpulso de la actividad partidista y del inicio de discusiones en todas
sus estructuras. Su secretario general Rafael Uzcátegui, ha venido
acompañando a través de una gira nacional, casi todas estas

42
reuniones, en las que además de activistas del partido, han participado
miembros de movimientos sociales, aliados y amigos del PPT. La
apertura del partido a las opiniones y críticas de otras organizaciones
ha sido un elemento distintivo, que muestra que el partido no está
cerrado sobre sí mismo, sino que, por el contrario, se enriquece con la
discusión interna.

En la imagen, Rafael
Uzcátegui, secretario
general del PPT,
debatiendo con
miembros del partido
en Guárico.

Foto: Prensa Lucha


de Clases.

En uno de estos encuentros efectuado el 23 de febrero en San Juan de


los Morros, se pudo evidenciar la calidad de estas discusiones y las
distintas posiciones respecto al tema electoral, trasversal a todos los
movimientos organizados en mesas de trabajo. Cada mesa presentó a
la plenaria, como resultado de sus discusiones, un análisis de la
situación actual nacional y en los territorios, reivindicaciones por las
cuales se debía luchar en conjunto, exigencias al secretariado y su
posición frente a la política de alianzas electores del partido.

43
Nuevamente, por razones de espacio, nos enfocaremos solo en los
temas que sean de interés para este trabajo.

Respecto a la política electoral del partido, trabajadores, jóvenes y


mujeres mostraron una posición firme en la necesidad cambiar la
política de alianzas del partido, deslindarse del gobierno y el PSUV y
lanzar candidatos independientes en alianza con el poder popular. En
el caso de las mujeres, durante su discusión se evaluaron tres
opciones: mantener la alianza con el PSUV, ir en dupla con el PCV o ir
con los movimientos sociales. En cuanto a los productores, su vocero
(quién se identificó como “presidente” del movimiento de
productores por la patria) señaló que el movimiento aún no había
tomado una decisión respecto a la política electoral del partido, pero
que independientemente de la política adoptada por el partido, sí
querían postular sus candidatos a diputados. Además de esto, el
vocero de los productores colocó sobre la mesa el debate sobre el
modelo económico que debía defender el partido, señalando que no
se podía caer en dogmatismo acerca de la propiedad privada de los
medios de producción, sino que se podían conciliar el capital y el
trabajo.

El debate de Guárico, al que asistieron activistas de Aragua, Carabobo,


Caracas, Miranda, Lara, Yaracuy, Portuguesa y Mérida, es una muestra
de cómo está el partido puertas adentro, mientras que la divergencia
política entre pactar nuevamente con el PSUV o con el poder popular
ha servido además para demarcar dos grandes bloques dentro del
partido. Por un lado, estarían los reformistas. Éstos, se han
acostumbrado a hacer política desde los cargos que el gobierno les
puede ceder en cada elección sin tener que disputarlos en la calle, por
esta razón, responden más a los intereses de la burocracia que a los
intereses de las masas (de las que no depende su reelección). No se
conciben separados de sus cargos, por lo que son capaces de sacrificar

44
el futuro político de la organización (que va acumulando sobre su
espalda las consecuencias del viraje derechista del PSUV), en beneficio
propio. Esta concepción que demuestra cierto oportunismo, es
además una concepción liberal, por lo que no sorprende que entre de
los que quieren estrechar alianzas con el PSUV se encuentren además
los que aspiran hacer otro tipo de negocios con el gobierno y
defienden la necesidad de crear una burguesía nacionalista, “patriota”
o “revolucionaria” (como la nombrara el “Zar de la tierra” Castro
Soteldo).

Alfredo Maneiro sigue


siendo inspiración para los
revolucionarios en el PPT.

Por el contrario, quienes apuestan a la alianza con los movimientos


sociales y el poder popular, reconocen que el futuro político de la
organización está en manos de los trabajadores, campesinos y
jóvenes. Por lo general, son la base militante que no tienen nada que
perder y que no esperan nada de la burocracia. No tienen deudas que
pagar con el poder, por lo que apuestan a elevar los niveles de deslinde
y confrontación, no para pasarse a la derecha, sino para rescatar el
legado de Alfredo Maneiro y de Hugo Chávez. A este campo
revolucionario, es fácil ganar a quienes por miedo a que el partido

45
quede aislado, mantienen una posición conservadora de alianza con el
PSUV, a quienes aún identifican el gobierno con la revolución
bolivariana, porque, a fin de cuentas, se trata de activistas honestos
que parten de un análisis errado. Ante la evidencia y los argumentos,
se vuelven firmes defensores de la línea correcta y elevan la consigna
de “construir una alternativa revolucionaria”.

La apertura del partido, y la disposición de su secretario general Rafael


Uzcátegui de tender puentes con la izquierda chavista para enfrentar
el viraje derechista del gobierno, plantean además un deber para la
izquierda y la intelectualidad revolucionaria: presionar y aportar a la
discusión del partido. Esto no se pudiera hacer con partidos cerrados
sobre sí mismos o con franquicias del PSUV, pero puede hacerse con
el PPT y debe hacerse ahora. La autonomía de los partidos, y que ellos
mismos tomen sus decisiones en base a sus discusiones internas es
una realidad, pero escudarse en eso para no criticarlos es caer en
posiciones liberales que no responden al interés de la revolución. Hay
que ponerse a la altura que la situación requiere.

46
VI. Análisis técnico electoral

Analizada la situación, trazado un programa y una estrategia para la


lucha, y tras un examen las posibles alianzas políticas y actores, es
momento de desarrollar en detalle la táctica electoral que ha
motivado este trabajo.

a. Antecedentes

La alianza entre partidos políticos de izquierda y el movimiento


popular que se ha venido planteando en este trabajo no es una
propuesta descabellada, aventurera ni mucho menos novedosa, por el
contrario, existen antecedentes de la aplicación de esta táctica en
distintos lugares y circunstancias, la tarea entonces es sacar el máximo
de lecciones que ha dejado la experiencia.

Comencemos por las elecciones municipales de 2017. En dicha


elección, hay dos casos que destacan y que merecen ser estudiados, la
candidatura del ex ministro Eduardo Samán en Caracas, y la del
comunero Ángel Prado en Lara. En el primer caso, tenemos un
candidato con peso propio, que había sido ex ministro del presidente
Chávez durante los mejores años de la revolución y que había estado
al frente de un buen número de expropiaciones. La candidatura de
Samán, logró una primera ruptura dentro del chavismo, entre quienes
apostaban a una radicalización de la revolución y quienes se
manifestaban a favor de la burocracia. Esta situación, que iba más allá
de los límites del municipio libertador, fue vista por la dirección del
PSUV como una amenaza directa a su hegemonía, razón por la cual
echaron mano de cualquier método para torpedear su candidatura.

Una de las principales trabas fue la de no permitir que el nombre de


Samán saliese en la boleta electoral, aun cuando los partidos que lo

47
apoyaban (el PPT y el PCV) habían realizado el cambio de candidato en
el lapso correspondiente. Ante los reclamos interpuestos, el CNE no
dio ninguna respuesta, la idea, como se verá en el caso de Ángel Prado,
sería desconocer su victoria si éste lograba sumar más votos que la
candidata del gobierno Erika Farías30. Los resultados, sin embargo, no
dieron la oportunidad de implementar el “plan B” del gobierno, Samán
perdería ante la maquinaria del PSUV por un amplio margen,
reconociendo los resultados ante su comando de campaña la misma
noche.

Otro caso de gran relevancia, fue el de la candidatura del comunero


Ángel Prado para la alcaldía del municipio Simón Planas del estado
Lara, como parte de una estrategia de la comuna para poner las
instituciones y espacios de poder al servicio del pueblo y del proyecto
socialista. La candidatura de Prado, al igual que la de Samán, fue
saboteada por todos los medios desde el gobierno, que al no poder
resolver problemas políticos por los medios políticos que le son
propios, acudía a medidas administrativas. En el caso de Prado, su
candidatura fue anulada arbitrariamente por el CNE, quienes
señalaron que éste no podía ser candidato a alcalde por ocupar un
cargo en la Asamblea Nacional Constituyente. Por esta razón, las
tarjetas de los partidos que lo inscribieron como candidato fueron
anuladas, entre ellas la del PCV.

Cabe destacar que mientras a Prado se le negó el permiso solicitado a


la directiva de la constituyente para ser candidato, esta misma

30
Erika Farías, la candidata del PSUV, había sido electa como gobernadora del
estado Cojedes en 2012, cargo que dejaría vacante para ser ministra de
comunas en 2016. En 2017, deja su cargo en el ejecutivo para postularse
como constituyente también por el estado Cojedes, y sorprendentemente,
ese mismo año, aparece en Caracas para postularse como candidata como
alcaldesa del municipio libertador.

48
directiva había aprobado permisos similares para miembros de la
burocracia para participar en las elecciones regionales y municipales,
entre ellos, los constituyentes Aristóbulo Isturiz (quién perdería en
Anzoátegui), Carmen Meléndez (actual gobernadora de Lara), Héctor
Rodríguez (actual gobernador de Miranda) y hasta a la entonces
constituyente por el estado Cojedes Erika Farías [!], para que fuese
candidata a la alcaldía del municipio Libertador del Distrito Capital. Los
reclamos de Prado en Caracas, en plena campaña y acompañado por
más de 600 personas, fueron además otro motivo para la unidad de la
izquierda.

Ángel Prado,
dirigente de la
Comuna el Maizal.

Foto: Comuna El
Maizal.

Al igual que con Samán, el CNE no colocaría el nombre de Ángel Prado


en la tarjeta del PPT, aunque había constancia de que estos habían
realizado un cambio de candidato en el lapso legal correspondiente
para ello. En cambio, aparecía el nombre del candidato del PSUV y
miembro del movimiento Gayones, Jean Ortiz. Prado, ganaría las
elecciones con un 57,45% de los votos en la tarjeta del PPT, sin

49
embargo, los 9.287 votos obtenidos serían computados para el
candidato del PSUV, desconociendo la voluntad del pueblo. En este
caso, el gobierno no sólo tendría que recurrir al “plan B” para
desconocer la victoria de los comuneros, sino que, para imponer a su
candidato, tuvieron que militarizar el pueblo y reprimir las protestas
durante semanas. La victoria del pueblo, así fuese en un pequeño
municipio de Lara, era algo que el Gobierno Nacional no podía
permitirse, so pena de que el ejemplo de los comuneros fuese la chispa
que encendiese la pradera y debilitara la hegemonía del PSUV.

Las candidaturas de Samán en Caracas y Prado en Lara, fueron hechos


importantísimos para la izquierda, ya que sentaban precedentes de
unidad e independencia de los partidos de izquierda, dejaban en
evidencia las tendencias antidemocráticas del gobierno, y
encontraron a buena parte de la izquierda en una misma lucha. La
comparación entre ambas experiencias, deja ver además que las
típicas maquinarias electorales de los partidos eran insuficientes para
hacer frente al PSUV, y que los mejores resultados se obtenían cunado
existía de por medio un trabajo productivo sobre el territorio y la
organización popular. Otra diferencia, fue que mientras en el caso de
Samán éste se apartó de la política, desperdiciando todo el capital
político acumulado, Prado se mantuvo (y se mantiene) al frente de la
lucha, lo que lo ha convertido en un referente nacional para toda la
izquierda.

El otro antecedente de gran importancia es la elección de concejales


de diciembre de 2018, en la que el PPT lanzó candidaturas
independientes al PSUV en 22/23 estados del país. Ya desde las
elecciones de gobernadores en las que la oposición había sufrido una
abrumadora derrota, los partidos del denominado Grupo de los 4 o
G4, conformado por los partidos mayoritarios de la derecha, habían
adoptado la táctica abstencionista. Esta situación, brindaba la

50
oportunidad de deslindarse del PSUV y lanzar candidaturas
independientes, ya que la oposición no era, como demostraron los
resultados, una amenaza real.

La táctica del PPT guardaba similitud a la aplicada por el partido


brasileño Socialismo y Libertad (PSOL)31, el cual, siendo un partido-
plataforma con diversas corrientes internas, aplica procesos de
primarias que permiten la participación electoral de organizaciones sin
tarjeta. En el caso del PPT, no hubo un proceso de primaras, sino que
el proceso de candidaturas se hizo en base a alianzas con partidos
amigos sin tarjeta y organizaciones de base. La ventaja de esta táctica,
era que se aprovechaba una de las cualidades del partido (el poseer
una tarjeta), para estrechar lazos con dirigentes con trabajo en los
territorios y un verdadero liderazgo, lo que además buscaba sumar
votos al partido en una elección en la que se pronosticaba una fuerte
abstención.

Más allá de los posibles errores en la escogencia de algún candidato


“coleado”, que aprovechase para meterse en la elección, la táctica
general resultó correcta y convirtió al PPT en la primera fuerza
electoral de la izquierda de la contienda. Sumando los resultados de
los votos lista de cada municipio el PPT obtuvo un total de 277.566
votos32, lo que representó una diferencia de más de 100.000 votos con
respecto al PCV (aliado en la mayoría de los municipios al partido de
gobierno), quienes obtuvieron tan solo 173.800. Este dato no puede
pasarse por alto, ya que históricamente, el PCV había sido el partido
que lograba acumular el descontento con el PSUV, y demuestra que

31
No confundir con el Partido venezolano del mismo nombre (PSL).
32
En adelante, los datos presentados son de elaboración propia, tomando
como fuente los resultados ofrecidos por el CNE y que están disponibles en
http://www.cne.gob.ve/divulgacion/cm2018

51
los electores son capaces de notar cuando se presenta una
alternativa real y de izquierda al PSUV.

Si hacemos un análisis más minucioso de los resultados, podremos


observar que el peor resultado del PPT fue en el único estado en el que
mantuvo una alianza con el PSUV, esto fue en el estado Amazonas, en
donde obtuvo 205 votos. En el caso del PCV ocurre todo lo contrario,
siendo su mejor resultado en el Estado Monagas, donde lanzó
candidaturas propias y obtuvo 21.580 votos, sacando una diferencia al
PPT de 18.000 votos. Este resultado del PCV, ayuda a confirmar lo que
hemos venido señalando sobre la necesidad de construir una
alternativa revolucionaria, pero, lamentablemente, la estrategia (no la
táctica) del PCV está orientada a obtener un mayor número de cargos,
valiéndose como hemos señalado antes, de ser el partido que
históricamente había concentrado el voto rebelde de la izquierda.

Otro resultado que vale la pena consultar, el del municipio Simón


Planas, allí, el PPT no solo sacó más votos que el PCV (128 votos), sino
que le ganó a elección al PSUV con 5.015 votos. En este caso,
sorprende que el PCV haya preferido mantener la alianza con el
gobierno a sabiendo que éstos usurpaban la alcaldía del municipio en
la que había resultado ganador Ángel Prado. Nuevamente, se
demuestra que no se puede engañar al pueblo.

b. Lucha desigual y condiciones electorales

La lucha contra el gobierno, en cualquier ámbito, es a todas luces


desigual, pero en el campo electoral, la asimetría se hace más que
evidente por el control institucional que posee y por las políticas
clientelares que éste ha venido desarrollando. Sin embargo, hay que
tener en cuenta que no hay ningún mecanismo, por más sofisticado,
que sea infalible y que resista al pueblo organizado en movimiento.

52
La primera ventaja que posee el gobierno es su acceso casi ilimitado a
la renta del país, lo que le permite implementar toda una serie de
mecanismos clientelares para influenciar el voto de la población.
Entre estos, tenemos la entrega regular de bonos por vía del carnet de
la patria (que se debe escanear en puntos rojos después de ejercer el
voto), programas de “becas” como chamba juvenil y la asignación de
bolsas de comida a bajo costo a través de los CLAP. Tanto el carnet de
la patria como los CLAP, son dispositivos altamente sofisticados ya que
logran reunir una gran cantidad de información y llegar incluso hasta
la puerta de nuestros hogares. Ninguna maquinaria electoral de
ningún partido llega tan lejos como éstos.

Por otro lado, está el control de las instituciones. En los casos de Prado
y Samán, este control sobre el CNE le permitió al gobierno, sin ninguna
vergüenza, torpedear sus candidaturas con todo tipo de medidas
administrativas, y en el caso de Prado, incluso desconocer su victoria.
Además de esto, está el control de los medios de comunicación
públicos, que impiden una campaña en igualdad de oportunidades.
Por último, está el miedo sembrado por la derecha sobre supuestas
violaciones al secreto del voto, algo que termina por beneficiar al
gobierno, quien ejerce presión para que los empleados públicos
asistan votar.

La situación de ventaja del gobierno no debe ser motivo para el


desánimo de la izquierda, por el contrario, estas medidas se han hecho
necesarias precisamente porque la influencia moral del PSUV se ha ido
debilitando a pasos agigantados. Tal como señalamos antes, estas
medidas tienen sus límites y poco a poco irán cediendo ante la
combatividad del pueblo.

En primer lugar, la izquierda debe tener trazado un plan electoral


antes de presentarse a la contienda, de allí la importancia se pensar

53
estos temas antes y no durante la campaña. Las negociaciones y
acuerdos, e incluso la escogencia de los candidatos, es algo que la
izquierda debe tener con anterioridad, evitando con esto que el
gobierno aplique medidas administrativas como las que se tomaron
con Ángel Prado y Eduardo Samán. Hasta ahora, la planificación
electoral ha sido sumamente artesanal, mientras que tanto el
gobierno como la oposición cuentan con técnicos y asesores
electorales.

Además de esto, es necesario contar con un buen número de


voluntarios que sirvan de testigos en cada mesa electoral. La
maquinaria actual de los partidos está muy lejos de poder garantizar
esto, he ahí una de las principales ventajas del trabajo en el territorio
de los consejos comunales y las comunas. Los testigos son la columna
vertebral de la lucha electoral, evitando el voto asistido o la
propaganda electoral dentro de los centros por parte del gobierno,
una de sus principales ventajas cuando controlan la totalidad de las
mesas electorales. La mejor maquinaria, como se demostró en Simón
Planas, es el poder popular consiente de su deber.

Por último, está el propio sistema electoral, las reglas del juego. En el
caso de cuerpos colegiados como lo son la Asamblea Nacional, las
Asambleas Legislativas de los estados y los Concejos Municipales, la
Ley Orgánica de Procesos Electorales establece un sistema cuyo
basado en el principio mayoritario, dejando de lado la representación
proporcional y de las minorías.

Manuel Rachadell, señala sobre la elección de parlamentarios que, de


acuerde a la LOPE:

En total de los 165 diputados a elegir, 113 se escogerán


en circunscripciones nominales (incluyendo los 3
diputados indígenas, que se eligen en circuitos

54
uninominales especiales) y sólo 52 por representación
proporcional. Obsérvese el contraste con lo dispuesto en
la LOSYPP33, en la cual el voto lista determinaba la
cantidad de escaños que correspondían a cada
organización política, y el voto nominal establecía quiénes
eran los elegidos, es decir, que ambos principios se
aplicaban plena y armónicamente34. (145)

Además de dar un mayor peso a la elección nominal por sobre


la elección por lista, el método en que los diputados por lista se
distribuyen también favorece a los partidos grandes, razón por
la cual Rachadell señala que:

“…en el nuevo sistema electoral es prácticamente


imposible aplicar la representación proporcional, dado
que ésta [la LOPE] se limita a elegir dos o tres
parlamentarios en cada entidad federal. Cuando se eligen
dos diputados por representación proporcional, le
corresponde normalmente uno a la organización política
que llega en primer lugar, y otro a la segunda, salvo que
la primera duplique a la segunda, en cuyo caso se lleva los
dos representantes, pero a los demás nada le toca”35.

33
Ley Orgánica del Sufragio y Participación Política (LOSYPP) de 1997.

34
Rachadell, M. (2010). El sistema electoral en la Ley Orgánica de Procesos
Electorales. Provincia: Revista Venezolana de Estudios Territoriales, N° 23
(enero-junio), p. 145.

35
Ibidem.

55
Este sistema de elección mayoritario, favorece a las dos principales
mayorías: el gobierno36 y el G4 opositor, quienes, gracias a sus
maquinarias electorales, se quedan con los escaños asignados
nominalmente (para lo cual hace falta solo tener mayoría simple de
votos), y se reparten los dos o tres escaños asignados por lista, dejando
a los partidos que no estén en alianza con ellos sin representación.

Actualmente, el gobierno está llevando a cabo negociaciones con


sectores “progresistas” o moderados de la oposición, y entre los
posibles acuerdos, está el retornar a un sistema que permita la
representación de las minorías. Cabe destacar que no sólo la oposición
está a favor de la representación proporcional de las minorías, sino
que esta también ha sido una exigencia del PCV y del PPT37.

Nicolás Maduro junto a


Claudio Fermín, partes de
la mesa de negociación
nacional.

Foto: Contrapunto.

36
Hasta las elecciones parlamentarias de 2015, este método había favorecido
sobre todo al gobierno. Sin embargo, en dichas elecciones, la
sobrerrepresentación de las mayorías favorecería a la oposición.

37
En el caso del PPT, este partido incluso se había negado a dar su voto a favor
de LOPE, que fue aprobada con los votos del PSUV y del PCV. Rachadell, M.
Óp. cit. p. 141.

56
Si bien la lucha por condiciones democráticas de participación es
necesaria, hay que destacar que esta no debe convertirse en el centro
de una campaña. Decirle a los trabajadores y campesinos que primero
hay que conseguir condiciones favorables para participar, para luego
desde un escaño parlamentario defender sus derechos sería hacer
parlamentarismo burgués. El deslinde, al igual que la lucha por
defender los derechos del pueblo, deben darse con o sin condiciones
para disputar puestos en el parlamento, eso es lo que distingue a un
revolucionario de un timorato reformista.

c. Sobre el voto manual y la quema de las máquinas


electorales

Como se desprende de lo anterior, el sistema electoral vigente obliga


a los partidos pequeños a ir en una alianza con los partidos más
grandes. Es un sistema que empuja en los hechos al bipartidismo y que
sólo puede convenir al gobierno y a los sectores mayoritarios de la
oposición. Por esta razón, el posible retorno a la representación
proporcional de las minorías ha supuesto una contradicción para el
PSUV: Por un lado, están las negociaciones con sectores moderados
de la oposición, a quienes el gobierno busca incentivar a través de una
reforma de la LOPE que garantice que, aún siento estas minorías,
puedan verse representados de forma proporcional a los votos
obtenidos. Mientras que, por otro lado, se estimula que partidos de
izquierda “se lancen” aparte y compitan electoralmente con el PSUV,
ya que, de igual forma, aún sin ganar la elección, se verían
representados.

Con el incendio de los galpones del CNE en Mariche, el 7 de marzo de


2020, en el que según Tibisay Lucena se quemaron más de 49.323
máquinas de votación y otros materiales electorales, la contradicción
que enfrentaba el gobierno podría desaparecer, ya que un retorno al

57
voto manual sólo beneficiaría a los partidos que pudiesen tener
testigos en cada una de las mesas electorales del país.

La extrema derecha aplaudió el incendio, ya que esto les facilitará su


trabajo de criticar el sistema electoral, cantar “fraude” y llamar a la
abstención. Sin embargo, para los partidos minoritarios, la cuestión se
pone cuesta arriba ya que las maquinas daban garantía de
trasparencia, y solo se tenía que luchar contra el ventajismo y la
asistencia del voto. Las implicaciones políticas de este “sabotaje”
(como llamó la rectora Lucena al incendio) aún están por verse, sin
embargo, hay que adelantar que el retorno a la votación manual sería
un revés para la democracia venezolana.

58
VII. Posibles riesgos

La táctica electoral planteada, de una alianza entre partidos de


izquierda con el poder popular, conlleva también ciertos riesgos que
deben tenerse en consideración, y que están asociados a elementos
que ya hemos revisado con anterioridad como el control de la renta,
de las instituciones y del aparato represivo del Estado. Estos riesgos,
podemos dividirlos en: el empleo directo de la coerción, los intentos
de cooptación y división de partidos y el movimiento popular, hasta el
empleo de las instituciones para desactivar lo que el gobierno
considere amenaza su hegemonía.

Ya en el pasado, el gobierno ha venido aplicando esta estrategia de la


zanahoria y el garrote, tanto con la oposición de derecha, como con la
disidencia chavista, impidiendo que surja una alternativa a izquierda o
derecha que pueda capitalizar el descontento acumulado. Así, vemos
como a sectores moderados de la derecha se le dan incentivos para la
participación electoral en el marco de la democracia burguesa o se les
ofrecen jugosos negocios, mientras se persigue judicialmente a los
dirigentes de sectores más radicales. Lo anterior, sirve además para
que sectores extremistas de la derecha señalen a cualquiera que se
siente a negociar como colaboracionistas del “régimen”, redundando
en mayores divisiones. Por si fuese poco, cuando el gobierno ha
logrado que las divisiones lleguen incluso al seno de algún partido,
entonces busca neutralizarlos por la vía judicial, dirimiendo las
diferencias internas desde fuera y entregando la tolda a algún aliado.

La izquierda, también ha recibido su buena dosis de esta estrategia. En


primer lugar, el gobierno acude a tratar de ejercer presión sobre la
izquierda a través de la distribución de la renta, negando el acceso a
recursos necesarios para la inversión productiva en las comunas, o

59
facilitándolos según su necesidad de desactivar alguna lucha. En este
mismo sentido va la cooptación de dirigentes menos comprometidos
con la lucha y con su propia clase, a quienes se les pueden ofrecer
cargos dentro de la burocracia o recursos para que abandonen o
traiciones una lucha, cuando no a su propio partido. Por esta razón, no
sería una sorpresa que ante el avance de las tendencias de izquierda
dentro del PPT, haya quienes intenten generar una ruptura que,
siendo dirimida por el TSJ, entregue la tolda azul en manos de un
aliado del PSUV, convirtiéndola en otra franquicia más de la
burocracia. De igual forma, debe tenerse en cuenta la aplicación de
este método a lo interno de las comunas.

En la imagen, el
diputado José
Brito exigiendo al
TSJ revertir su
expulsión del
partido Primero
Justicia y
elecciones
internas.

Foto: El Estímulo.

Cuando no es posible generar estos “acuerdos”, o no se ha logrado


romper la unidad del movimiento, entonces el gobierno recurre al
garrote, a la persecución directa de los dirigentes o al saboteo (muchas
veces criminal) de las experiencias productivas. Esto lo hemos visto en
innumerables casos, entre ellos, la detención de los 9 comuneros del
Eje Socialista en Barinas y de dirigentes obreros, la recurrente quema

60
o descarga de desechos en los alrededores de la Comuna El Maizal, el
desalojo de comuneros de empresas agrícolas recuperadas por la
comuna, el uso de los cuerpos de seguridad del Estado para reprimir
marchas (como ocurrió durante la segunda marcha campesina en
Caracas), entre otras acciones.

En momentos en los que se enfrenta el ataque despiadado del poder,


el papel de la dirección y de los cuadros se convierte en un factor
decisivo que puede llevar al movimiento a la victoria o a la derrota.
Trotsky, señala en su trabajo Clase, partido y dirección, que, durante
el curso de una revolución:

“Cuando los acontecimientos se suceden a un ritmo


acelerado un partido débil puede convertirse en un
partido poderoso, con la única condición de que
comprenda con lucidez el curso de la revolución y de que
posea cuadros probados que no se dejen exaltar por las
palabras o aterrorizar por la represión”38.

La Unión Comunera, como el actor con mayores niveles de


organización, en alianza con partidos de izquierda como el PPT y con
otras organizaciones obreras y populares, tiene todo el potencial de
convertirse en la organización de vanguardia de los socialistas
venezolanos para reavivar la moribunda revolución bolivariana, pero
como señala Trotsky, esto exige de sus dirigentes una lúcida
comprensión del momento actual, porque con cuadros probados y
valientes sabemos que cuenta.

38
Trotsky, L. (2016). Óp. Cit. p. 59.

61
VIII. El día después de las elecciones

Conversando con “el negro” Uzcátegui, éste nos preguntaba a un


grupo de camaradas ¿cuántos diputados hacían falta para hacer
política parlamentaria? Podríamos responder que los suficientes para
conformar una fracción, o en un sistema como el nuestro, los
necesarios para poder aprobar algunas leyes, sin embargo, la
respuesta de Uzcátegui fue “uno (1): el necesario para pararse en
nombre del partido y decir lo que haga falta decir para defender los
intereses del pueblo, los demás son ganancia”. Este cuestionamiento,
nos lleva a otros de vital importancia: ¿cómo medir los resultados de
nuestra táctica?, ¿cómo saber si hemos acertado o si por el contrario
vamos por mal camino?

Para los amigos del gobierno, será fácil responder que la línea que
divide la victoria de la derrota, en una campaña independiente o en
alianza con el poder popular, dependerá de si se logra una mayoría de
escaños en un cuerpo colegiado o no. Éstos verían nuestro fracaso aún
si se obtuviese el 49% de los puestos, señalando que no era el
momento y justificando un retorno a los brazos (o a la cola) del PSUV.

Si bien el análisis cuantitativo es importante, no lo es menos el análisis


cualitativo si lo que se quiere es afinar la estrategia. En este sentido,
cobra una mayor importancia el hecho de construir una referencia
electoral para la izquierda (porque en otros campos ya las hay), que el
simple computo numérico de votos o escaños. Demostrar que la
izquierda puede unificarse con independencia de clase, representaría
un salto en la calidad de las luchas que hemos visto hasta el momento
y tendría un efecto atrayente y moralizador. Pero nada de esto es
nuevo, ya en los antecedentes hemos repasado experiencias de este
tipo, en las que no solo se ha hecho “sangrar” al PSUV, sino que

62
también se ha demostrado que, sin importar todas sus ventajas,
pueden ser derrotados por el pueblo.

La verdadera victoria no tiene necesariamente que ver con el número


de diputados electos (que seguramente no serán tan pocos como
argumentan los amigos del gobierno), tiene que ser con la política que
estos diputados desarrollen al día siguiente de ser electos, con si se
convierten en tribunos del pueblo o no, y esto lo saben en el PSUV. A
ellos, no les interesa que exista una fracción patriótica, comunal, o
como se dé a llamar, en la Asamblea Nacional (ni en ningún otro
espacio), que señale las contradicciones del gobierno, que hable sobre
la necesidad de derogar el memorándum 2792, de investigar los
asesinatos en el campo y en los barrios, de detener las privatizaciones
o garantizar un salario mínimo igual a la canasta básica. Esta, sería la
pesadilla de una burocracia que se ha acostumbrado a mandar sin
escuchar jamás una réplica del pueblo.

Los reformistas, seguramente dirán que no es el momento, que hay


que ir lentamente ganando espacios hasta llegar finalmente a tomar
el poder. Por otro lado, los más “come flores”, nos dirán que no es
necesaria la alianza con los partidos políticos, que el poder popular no
tiene nada que buscar con ellos, solo para luego, cuando llegue el
momento de votar, decirnos que no queda de otra que votar por el
PSUV, por el mal menor. No se puede dudar de que hay quienes hacen
estos señalamientos con la mejor intención del mundo, pero mientras
ellos dudan, la revolución está siendo traicionada.

Si somos capaces de organizarnos y unirnos, si le damos al pueblo la


oportunidad de escoger, el día después de las elecciones tendremos la
satisfacción de haber hecho lo correcto y una enorme responsabilidad,
la de no traicionar el mandato popular.

63

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