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TOTALITARISMOALEMÁN

El totalitarismo se refiere a una manera de gobernar, donde se opone a la división de poderes, a las
libertades individuales y de expresión, es decir, que tiende a controlar cada uno de los aspectos de
la sociedad, el nazismo en Alemania a partir del arribo al poder de Adolf Hitler y hay quienes
posicionan al fascismo italiano y al franquismo en España como otros ejemplos de totalitarismo.
El desarrollo de los totalitarismos se sitúa en los comienzos de los años 20, cuando en Italia se
hace con el poder el italiano Benito Mussolini. A partir de entonces empieza a tomar forma un
régimen en ese país en que los espacios políticos empiezan a ser cada vez menos. El Estado se
convierte en una entidad que busca abarcarlo y controlarlo todo y donde era más común el
encarcelamiento y en algunos casos la muerte. El nazismo en Alemania, comparte muchas de esas
características, aunque es preciso señalar que las llevó hacia extremos hasta entonces
desconocidos en el mundo occidental.
Es una forma de gobierno en la que se ejerce el terror como práctica constante, el sistema
de partidos es prohibido o clausurado y se busca imponer la ideología oficial de la
conducción del Estado sobre la sociedad. Mientras que en lo que respecta a la economía,
se planifican y se organizan los medios para la realización de esos planes. En los casos
soviético y alemán, dicha planificación económica está relacionada con la
industrialización y su objetivo es la consolidación de un aparato militar, lo que inició una
serie de conflictos que dieron lugar a la Segunda Guerra Mundial, entre 1939 y 1945.

Especificidadesdel nazismo
El totalitarismos se caracterizan por ejercer el terror como práctica de dominación y control sobre
la sociedad, este terror es dirigido hacia las personas con un fin específico: se vinculan a
disidencias políticas mayoritariamente, mientras que, en el nazismo, es de apartar los márgenes de
la legalidad y de los derechos a un amplio conjunto de seres humanos. Ejemplo: el caso de los
hombres y mujeres de religión judía, personas considerados por el nazismo como prescindibles de
la sociedad, como si no se tratara de seres humanos. Es allí donde radica una de las tragedias más
resonantes del siglo XX y de la humanidad.

Una naciónencrisis
El Imperio Alemán y el Austro-húngaro se disuelven y en su lugar surgieron nuevos países con
regímenes democráticos. Entre 1920 y 1930 los países con democracias consolidadas desde
finales del siglo XIX (Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos, Suecia, entre otros), resisten los
embates de la Gran Depresión mientras que aquellos países desfavorecidos por los términos del
Tratado de Versalles son fuertemente desequilibrados producto de la generalizada crisis
económica. Las inversiones estadounidenses habían jugado un papel muy importante en la
reconstrucción de Alemania porque la Gran Depresión tuvo un efecto durísimo sobre Alemania.
Los inversionistas quebraron, perdieron la confianza y se resguardaron, dejando de participar en
las economías en recuperación y desfinanciando a Alemania. La consecuencia inmediata fue una
estrepitosa caída del empleo, que rondó hacia 1933, los 6 millones de desempleados.
El Tratado de Versalles fue el acuerdo al que llegaron los países que participaron en la
Primera Guerra Mundial (1914-1918). Mientras Francia, Inglaterra y Rusia salieron
beneficiadas por los términos del acuerdo, la derrotada Alemania se vio en la obligación
de resarcir económicamente y a tolerar la ocupación de tropas extranjeras en regiones
estratégicas para su desarrollo.
En este clima de tensión emergen las SA (Secciones de Asalto) con base en el Partido
Nacional Socialista Alemán, presidido por un excombatiente de la Primera Guerra
Mundial, Adolf Hitler. Estas formaciones paramilitares lo apoyaron en su intento de golpe
de Estado en 1923 por el cual fue condenado a cinco años de prisión. Tras ser indultado
unos meses después, cambia su estrategia política a través de una fuerte campaña de
propaganda. La Gran Depresión de 1930 y el descontento generalizado de la población
permitió que en el curso de cuatro años Hitler se posicionara como canciller de la
República en 1933, y un año después, hacia 1934 concentró los poderes de presidente y
canciller. A partir de entonces se disolvieron los partidos políticos, y comenzó la afiliación
forzosa de los ciudadanos al partido nazi. Es decir, se conformó como dictadura de partido
único.

La estrategia combinada hacia la conquista del poder


La disputa por el poder político del país se llevó a cabo de dos maneras: mediante la participación
permanente en las elecciones para el Parlamento y a través de la violencia como mecanismo
intimidatorio. Esta combinación de reconocimiento de las reglas del juego democrático y del uso
de la violencia para intimidar a los oponentes políticos, fue característica del nazismo y fue
fundamental en su ascenso al poder en 1933 y cuando Hitler logró el puesto de canciller con una
mayoría absoluta en el parlamento.
El régimen de la República Alemana estipulaba que el poder recaía sobre un canciller que era
elegido por el presidente de la nación. Es decir, el poder legislativo podía trabar las decisiones del
canciller, y quien tenía la palabra en última instancia ante una situación conflictiva, era el
presidente. Esta división de poderes estaba garantizada por la constitución.

El Führer
Hitler asume el puesto de canciller en enero de 1933. Un mes después el edificio sufre un incendio
muy importante cuyo origen hasta el día de hoy no está claro, pero que para el momento
identificación de unos culpables: los comunistas. Eso habilitó que fueran proscriptos y
perseguidos. Ese incendio también impulsó a que se confirieran los atributos del poder legislativo
al canciller, es decir a Hitler, concentrando sobre él cada vez mayor poder. Ahora él dictaba las
leyes. En agosto de 1934 fallece el presidente de la República, Paul von Hindenburg, quedando
así libre el camino para que Hitler se hiciera con el último espacio que le faltaba conquistar.
Mediante la realización de un referéndum, se convocó a la ciudadanía a votar en favor o en contra
de fusionar los cargos de canciller y de presidente, siendo abrumadora la cantidad de votos en
favor: de un total de aproximadamente 45 millones de habitantes, 38 millones votaron por el sí,
mientras que solo se expresaron por el no, 4 millones y medio. Es preciso remarcar, que el marco
en el que se desarrolló este plebiscito, estuvo marcado por el recurso a los grupos de choque con
los que contaba el nazismo, las SA –secciones de asalto- que intimidaban y presionaban en
favor de la unificación de poderes. De este modo, Alemania no tenía ya ni poder legislativo, ni
canciller ni presidente sino, un Führer.

El final de la República y el comienzo del Tercer Reich


Con la concentración del poder en Hitler, se desmoronaba el régimen republicano iniciado en 1918
y se habilitaba a esta nueva conducción de la nación alemana de reconsiderar las imposiciones del
Tratado de Versalles y a desarrollar su proyecto de consolidación.Empieza a tomar forma el
totalitarismo alemán.Las fuerzas armadas apoyaban este nuevo momento político, las clases
propietarias confiaban en que se lograrían concretar sus intereses, gran parte de la sociedad
alemana, muchos desempleados y empobrecidos por la crisis económica, tenían esperanzas en esta
nueva fuerza política, los políticos disidentes perseguidos, capturados y enviados a los primeros
campos de concentración en el interior de Alemania.

Vivir bajo la esvástica


El comienzodel Terror
Con un control absoluto, el Estado alemán implementó un conjunto de prácticas de
persecución, reclusión y asesinato. Los primeros campos de concentración se ubicaron en
algunas ciudades de Alemania, donde fueron recluidos, maltratados y destinados a la
ejecución de trabajos forzados. Dachau y Büchenwald fueron dos de ellos.
¿Quiénes fueron esos primeros perseguidos?
Los opositores al régimen provenían de diversos posicionamientos, por lo que fueron
recluidos: comunistas, socialdemócratas, demócrata- cristianos, anarquistas, como así
también homosexuales, testigos de Jehová, etc.
Muchos murieron por la dureza de las condiciones y otros por haber sido directamente
asesinados, aunque es preciso señalar que, durante los primeros años del nazismo, no se
llevó adelante la ejecución sistemática en campos de exterminio de seres humanos, como
sí comenzará a suceder a partir de 1939.

Lasleyesde Nüremberg
Las leyes de Nüremberg fue un conjunto de disposiciones establecidas por el régimen nazi donde
se reglamentaban las condiciones para ser ciudadano alemán. Éstas fueron con el objetivo de
delimitar quiénes podían ser alemanes y quiénes no. Los alemanes judíos no podían ser iguales
ante la ley que sus compatriotas cristianos, porque desde la perspectiva de los nazis, los judíos
eran otra “raza”, y se los consideraba una raza inferior y peligrosa.
Ley de ciudadanía del Reich

Artículo 1ro: 1. Será considerado ciudadano con todas las responsabilidades inherentes todo aquel
que disfrute de la protección del Reich alemán y que por ello esté en especial deuda con él.
2. La ciudadanía se adquiere de acuerdo con las normas que establecen las leyes del Reich.
Artículo 2do: 1. La ciudadanía del Reich se limitará a los connacionales de sangre alemana o afín
que hayan dado prueba a través de sus acciones de su voluntad y disposición de servir al pueblo y
al Reich alemán con lealtad.
Ley para la protección de la sangre y el honor alemanes: imbuidos de la conciencia de
que la pureza de la sangre alemana constituye la condición imprescindible para la
continuidad del pueblo alemán y animados por la voluntad indeclinable de asegurar el
futuro de la nación alemana para todos los tiempos, se sanciona la siguiente ley:
Artículo 1. Quedan prohibidos los matrimonios entre judíos y ciudadanos de sangre
alemana o afín. Los matrimonios celebrados en estas condiciones son nulos aún si se
hubiesen celebrado en el extranjero.
Artículo 2. Quedan prohibidas las relaciones extramatrimoniales y sexuales entre judíos
y ciudadanos de sangre alemana o afín
Artículo 3. Los judíos no podrán emplear en su hogar a ciudadanas de sangre alemana o
afín menores de 45 años.
Artículo 4. Queda prohibido a los judíos izar la bandera del Reich, pero sí están
autorizados a exhibir los colores judíos, bajo protección estatal
Artículo 5. Quien infrinja las prohibiciones establecidas será castigado
con pena de presidio.

El totalitarismo alemán avanza


Las leyes de Nüremberg definieron quiénes eran alemanes “puros” y quiénes no, y prohibieron las
relaciones entre sí. Este avance sobre la sociedad, delimitando con quiénes es lícito y legal
relacionarse es una muestra de la pretensión del régimen totalitario de controlar a la población.
Pero no será el único ejemplo.

Los objetivos sobre el régimen intentó avanzar, modificando los planes de estudio, el contenido de
las asignaturas se ajustó a los intereses del nazismo y los prejuicios antisemitas fueron fuertemente
difundidos en la enseñanza. Tal es así, que los y las estudiantes alemanes judíos fueron objeto de
humillaciones, por lo que fueron abandonando sus estudios. Los alemanes judíos debieron emigrar
de su país, al colegio Pestalozzi, en la ciudad de Buenos Aires, fundado en 1934 con el objetivo de
ser un colegio alemán opositor al régimen nazi y recibió a muchos que ya no podían estudiar en
Alemania por ser judíos.
Otro frente de conflicto fue el catolicismo del 40% de la población alemana, porque los
nazis pretendían controlar a las instituciones dependientes de la Iglesia Católica. El
nacionalsocialismo pretendía hacerse con los espacios, los lugares que frecuentaba la
sociedad alemana, los clubes deportivos, de formación en diferentes profesiones, de
lectura, y las organizaciones católicas eran muy abundantes en muchas regiones del país.
La tensión fue creciendo conforme se hacía más fuerte desde la asunción de todos los poderes en
Hitler, por lo que, en 1937, el papa Pío XI escribe y publica la encíclica “Con ardiente
preocupación”, en la que advierte los peligros que comporta el nazismo para la cristiandad y para
la humanidad toda por su carácter racista y la violencia que promovía.
La economía nazi
Los nazis impulsaron un conjunto económico a cuatro años, es decir, planes cuatrienales en los
que se proponían objetivos y plazos para desarrollarlos. Así, consiguieron dirigir la economía
en un sentido de crecimiento y recuperación en relación a la situación previa producto de la
Crisis del 30.
Uno de los principales proyectos de recuperación de la economía estuvo centralizado en las obras
públicas que permitieron contratar mucha fuerza de trabajo para la construcción de rutas y
autovías que conectan hasta el día de hoy las principales ciudades alemanas.
Una medida en apoyo fue la dirección desde el Estado, de una empresa de fabricación de
automóviles. Así tiene lugar hacia 1937 la creación y difusión del “automóvil del pueblo”, o
Volkswagen.
El Estado nazi, que prohibió las organizaciones sindicales, las reemplazó y obligó a los
trabajadores a afiliarse a una entidad creada en 1933 llamada “Fuerza a través de la alegría”, que
buscaba controlar a los trabajadores en sus lugares de trabajo, favoreciendo el acceso a los
distintos bienes que se promovía, desde los autos del pueblo, vacaciones y buenas
remuneraciones. De este modo, el nazismo controlaba que los trabajadores alemanes no buscaran
amparo en otras entidades disidentes a los nazis. Las afiliaciones se hicieron de manera forzosa.

La arianización de la economía
Los nazis fundaban su proyecto político en la superioridad de la raza aria.Era un pueblo que había
sido de los primeros en poblar Europa y que no se había mezclado con otras “razas”. Afirmaban
que los alemanes eran los directos descendientes de los arios, y que en el proyecto de construcción
de la “Gran Alemania” que estaban llevando a cabo, los judíos eran un problema porque
contaminaban la pureza de esa supuesta raza. De este modo, el ministerio de Economía nazi,
promovió un conjunto de leyes para “arianizar”, es decir, para despojar a los judíos de sus bienes.
Muchos pequeños y medianos comerciantes habían sufrido los boicots y los ataques violentos
contra sus negocios. Un ejemplo muy importante fue el caso de KaDeWe, una tienda de Berlín
que durante mucho tiempo fue el símbolo de la innovación en materia de comercio a gran escala,
uno de los primeros grandes centros comerciales de varios pisos y que vendía una amplia gama de
productos. Sin embargo, pese a las importantes ganancias que generaba este centro comercial a la
economía nacional alemana, sus propietarios eran judíos y debieron forzosamente ceder su
titularidad a personas no judías y debieron verse privados de sus ingresos, despojados de sus
empresas tuvieron que irse de su país o enfrentar el presidio.
Testigos del terror
Los campos de concentración fueron los lugares donde los nazis mantuvieron prisioneros. Cuando
los nazis se expandieron por Europa, llevaron este modelo hacia otros países, en especial a
Polonia. Allí levantaron Auschwitz, quizás el centro de exterminio más grande y mejor conocido
de todos los que emplearon los nazis en la ejecución del asesinato masivo de seres humanos. Aquí
hay una selección de testimonios de personas que pasaron por diferentes campos de
concentración, algunos sobrevivieron y otros no pudieron hacerlo.
Edgar Wilfeuer, es sobreviviente del holocausto y vive en nuestra ciudad. Él dice lo siguiente:
Prácticamente los niños que lograron sobrevivir fueron aceptados y tolerados por los nazis. La
regla general era: cuando llega gente al campo de exterminio se hacía una selección y a esa
selección la hacía un médico o cualquier capo o sargento nazi. Todos los que eran jóvenes menores
de 14 años, viejos mayores de 50, mujeres embarazadas o con muchos niños, todos los que
parecían enfermos y hasta el que tenía anteojos o cuya cara no le gustara al tipo que hacía la
selección, iban a la cámara de gas. Así que era muy poca la posibilidad de que los niños
sobrevivieran. Si quedaron algunos era para los fines de algunos estudios médicos o experimentos
como lo hacía el doctor Méngüele. Pero siempre los niños estaban separados de los adultos y los
padres, apartados, ni siquiera tenían piedad por ellos. En los campos sí había niños, pero estaban
separados porque también los mataban, mataban a todos. Muchas familias llegaron con muchos
niños. Los chicos que eran un poco mayores podían servir para trabajar. Lo que pasaba era que a
cada rato venían camiones y se los llevaban, así que si quedo alguno fue por una rara suerte.

Julius Hollander, también sobrevivió a Auschwitz y emigró hacia la Argentina, desde


Buenos Aires afirma:
Mi papá, por ejemplo, tenía un negocio de telas, y los nazis le pusieron un interventor, un
alemán jubilado que no sabía nada de nada. Después, dijeron que no podíamos vivir en
determinados barrios y nos pusieron a todos los judíos juntos. Cuando nos tuvieron a
todos ahí, pusieron alambres de púas, paredones, y nos encontramos con que estábamos
dentro de un gueto. Porque todo esto no empezó en el campo de concentración,
previamente fuimos hacinados en el gueto, donde tuvimos una vida terrible durante más
de un año. Fue terrible, muy feo, en una habitación vivíamos 50 personas. Nos cortaban la
luz, el agua, había falta de comida. Pero a pesar de esto, se formaban grupos para estudiar,
nunca se dejó de estudiar

El genocidio
El totalitarismo alemán al invadir otros países y expandirse por Europa aplicó el mismo criterio
de segregación contra las personas judías, gitanas y contra aquellos que se resistieran a la
ocupación. El desenlace del proceso que tiene lugar a partir de 1939 es el exterminio de entre
aproximadamente 5.800.000 y 6.000.000 de personas. Ese es el número de seres humanos que
fueron despojados de sus derechos ciudadanos y de sus pertenencias, separados de sus familiares,
trasladados a los campos de exterminio, sometidos a maltratos y explotaciones físicas y finalmente
asesinados en los centros de exterminio. La gran mayoría de ellos fueron asesinados solamente
por ser judíos.
El termino genocidio significa la destrucción de una nación o de un grupo étnico. Esta nueva
palabra está formada por dos partes: genos, del griego antiguo (raza, tribu), la segunda, de un
sufijo latino, cidio, (matanza, asesinato). Se aplica a planes coordinados de acciones diversas,
tendientes a la destrucción de los fundamentos esenciales de la vida de grupos nacionales, con el
fin de aniquilarlos como tales.
Este plan abarca diferentes objetivos: la desintegración de las instituciones sociales y políticas, de
la cultura, la lengua, los sentimientos nacionales, la religión y la existencia económica de grupos
nacionales, así como la aniquilación de la seguridad personal, la libertad, la salud, la dignidad e
incluso la vida misma de los miembros de esos grupos. El genocidio, tiene como blanco el grupo
nacional como entidad, y las acciones emprendidas tienen como blanco a los individuos, no en
cuanto tales sino en su calidad de miembros del grupo nacional.
Otros ejemplos tristemente célebres de exterminaciones masivas de seres humanos, son el
genocidio contra los armenios del año 1915, perpetuado por el Estado turco, el de Ruanda
en África, de 1994 en el que un grupo étnico fue exterminado casi en su totalidad por obra
de un gobierno detentado por miembros de otro grupo distinto. La guerra de los Balcanes
en los años 90, los desplazamientos forzados acompañados de asesinatos masivos en la
Unión Soviética durante el terror implantado por Stalin, a las prácticas ejercidas por las
dictaduras latinoamericanas en el último cuarto del siglo XX, son muestras de prácticas
genocidas a lo largo del tiempo y del mundo.

La memoria contra el olvido, la negación y la injusticia.


La justicia entendida como la reparación en términos sociales y económicos de las faltas cometidas
por unos seres humanos contra otros, no escapa al tratamiento que merecen los genocidas. Los
juicios de Nüremberg expusieron el horror de las víctimas del holocausto que lograron sobrevivir, y
determinó grados de culpabilidad entre los jerarcas nazis y sus colaboradores. Sin embargo,
muchos de los responsables de la matanza, eludieron la pena por lo que hicieron durante el
exterminio y recién fueron condenados a penas que variaron desde la prisión hasta la pena de
muerte con el correr de los años. Algunos de ellos, inclusive recientemente, pese a su avanzada
edad
Allí donde la justicia actúa de manera imperfecta o tardía, la necesidad de la sociedad afectada por
las prácticas genocidas de mantener vivo el recuerdo de lo sucedido, de las víctimas y de sus
familiares de dar cuenta de lo que les pasó, es donde interviene la memoria.
El Estado alemán de la posguerra asumió responsabilidades de los crímenes del nazismo,
penalizando cualquier expresión de simpatía con el régimen, solicitando el perdón al
pueblo judío por lo acontecido, asumiendo la reparación económica hasta nuestros días a
los ya ancianos sobrevivientes del terror. Los campos de exterminio que quedaron en pie,
son museos, lugares donde se puede aprender y recorrer los mismos espacios que
atravesaron los asesinados. Los Estados del mundo han reconocido el holocausto. Nuestro
país es uno de ellos y en la ciudad de Buenos Aires se encuentra un museo en memoria
del genocidio nazi.
Sin embargo, las expresiones de odio destinadas a revalorizar las ideas que impulsó el
nazismo han sobrevivido. Numerosos grupos reclaman ser legítimos herederos del ideal
nazi, sosteniendo posiciones que justifican la superioridad racial, el antisemitismo, la
xenofobia, la violencia y el autoritarismo.

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