Las mieles estudiadas reúnen las características de calidad recogidas en la
legislación a excepción del contenido de sacarosa en el caso de la miel de castaño, encina y mil flores y de la suma de glucosa y fructosa para la miel. Estas pequeñas variaciones pueden estar asociadas al origen botánico y la diversidad botánica del área geográfica de producción, ya que todos los demás parámetros estudiados entran dentro de los valores recogidos en la norma de calidad. Los programas de control y mejora de la calidad de la miel en el sector productivo están permitiendo poner en el mercado un producto con todas las garantías de calidad, con la finalidad de conseguir la seguridad alimentaria y proteger los intereses de los consumidores.