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PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

FACULTAD DE CIENCIAS
CARRERA DE BIOLOGÍA

MIOLOGÍA DE MANOS Y PIES DE Hyla labialis (Peters 1863) Y DE

Eleutherodactylus bogotensis (Peters 1863)

LINA MARÍA SALGAR ESPINOSA

TRABAJO DE GRADO
Presentado como requisito parcial
Para optar al título de

BIÓLOGA

Bogotá, D. C., Colombia, 2003


”La Universidad Javeriana no se hace responsable por los conceptos emitidos
por sus alumnos en sus trabajos de tesis. Sólo velará porque no se publique
nada contrario al dogma y a la moral católica y por que las tesis no contengan
ataques personales contra persona alguna, antes bien se vea en ellas el anhelo
de buscar la verdad y la justicia”.

Artículo 23 de la Resolución Nº 13 de julio de 1946


MIOLOGÍA DE MANOS Y PIES DE Hyla labialis (Peters 1863) Y DE
Eleutherodactylus bogotensis (Peters 1863)

LINA MARÍA SALGAR ESPINOSA

APROBADO

Julio Mario Hoyos


Director

John D. Lynch Andrés R. Acosta


MIOLOGÍA DE MANOS Y PIES DE Hyla labialis (Peters 1863) Y DE
Eleutherodactylus bogotensis (Peters 1863)

LINA MARÍA SALGAR ESPINOSA

Angela Umaña Luz Mercedes Santamaría

Decana Facultad de Ciencias Directora de la Carrera


Agradecimientos

A Julio Mario por su guía y por confiarme este trabajo.


A los profesores que durante mi carrera me aportaron sus conocimientos,
pero sobre todo a los que además de buenos profesionales son buenos
profesores. A Saúl por prestarme los equipos y por los comentarios
oportunos.
A todos los del Laboratorio de Herpetología: a Andrés por sus consejos y a
Paula, Cristina, Adriana y Aleja por acompañar con buena música nuestro
trabajo en el laboratorio; a ellos por los buenos ratos de rulo.
A mis padres por enseñarme a exigirme y dar lo mejor de mí, a ellos y a mis
hermanos por acompañarme y apoyarme durante este proyecto y durante
toda mi carrera. A Santa por darme ánimo en los malos momentos y por
interesarse en lo que no comprende (aún estando lejos).
A Dios por que a lo largo de toda mi carrera me enseñó a ser persona
humana antes que profesional.
Tabla de contenidos
Página

1. Introducción 1

2. Antecedentes bibliográficos 3
2.1. Acerca de Hyla labialis y Eleutherodactylus bogotensis 3
2.2. Definición de anatomía y morfología 4
2.3. Músculos 5
2.3.1. Forma 5
2.3.2. Función 7
2.4. Morfología de manos y pies 8
2.4.1. Estudios osteológicos 9
2.4.2. Estudios miológicos 11
2.5. Morfología de manos y pies en la filogenia 11
2.6. Adaptación miológica de manos y pies al ambiente 14

3. Materiales y métodos 15
3.1. Diseño de la investigación 15
3.2. Población de estudio y muestra 15
3.3. Disecciones 16
3.4. Descripciones 16
3.5. Nomenclatura 17
3.6. Análisis de la información 18

4. Resultados 20
4.1. Eleutherodactylus bogotensis 20
4.1.1. Músculos del antebrazo 20
4.1.1.1. Superficie dorsal 20
4.1.1.2. Superficie ventral 24
4.1.2. Músculos de las manos 28
4.1.2.1. Superficie dorsal 28
4.1.2.2. Palma 37
4.1.3. Músculos de los pies 47
4.1.3.1. Superficie dorsal 47
4.1.3.2. Planta 56
4.2. Hyla labialis 72
4.2.1. Músculos del antebrazo 72
4.2.1.1. Superficie dorsal 72
4.2.1.2. Superficie ventral 76
4.2.2. Músculos de las manos 81
4.2.2.1. Superficie dorsal 81
4.2.2.2. Palma 91
4.2.3. Músculos de los pies 104
4.2.3.1. Superficie dorsal 104
4.2.3.2. Planta 114

5. Discusión 132
5.1. Músculos del antebrazo 132
5.1.1. Superficie dorsal 132
5.1.2. Superficie ventral 138
5.2. Músculos de las manos 143
5.2.1. Superficie dorsal 143
5.2.2. Palma 165
5.3. Músculos de los pies 194
5.3.1. Superficie dorsal 194
5.3.2. Planta 208
5.4. Variaciones y diferencias intraespecíficas 240
5.5. Condiciones para Eleutherodactylus bogotensis
y para Hyla labialis no reportadas anteriormente 245

6. Conclusiones 251

7. Recomendaciones 253

8. Literatura citada 254


Indice de Tablas
Página

Tabla 1. Variaciones unilaterales y bilaterales en cada ejemplar 243

Indice de figuras
Página
Eleutherodactylus bogotensis
Figura 1. Región superficial del dorso del antebrazo 21
Figura 2. Región profunda del dorso del antebrazo 23
Figura 3. Región superficial de la cara ventral del antebrazo 25
Figura 4. Región profunda de la cara ventral del antebrazo 27
Figura 5. Región superficial del dorso de la mano 29
Figura 6. Superficie dorsal de la mano 30
Figura 7. M. abductor ulnocarpalis 34
Figura 8. Región profunda del dorso de la mano 34
Figura 9. Región superficial de la palma 38
Figura 10. Mm. lumbricales breves digiti IV 38
Figura 11. Región profunda de la palma 43
Figura 12. Región superficial de la cara dorsal del tarso 48
Figura 13. Región superficial del dorso del pie 49
Figura 14. Región profunda del dorso del pie 52
Figura 15. Región superficial de la cara ventral del tarso y
algunos músculos de los dedos 57
Figura 16. Región superficial de la planta. Músculos de los dedos 58
Figura 17. Mm. lumbricales breves digiti III, IV y V 63
Figura 18. M. abductor brevis plantaris digiti V 63
Figura 19. Región profunda de la cara ventral del tarso 66
Figura 20. Contrahentis digiti I y II 66
Figura 21. Región profunda de la planta. Músculos de los dedos 67

Hyla labialis
Figura 22. Región superficial del dorso del antebrazo 73
Figura 23. Región profunda del dorso del antebrazo 75
Figura 24. Región superficial de la cara ventral del antebrazo 77
Figura 25. Región profunda de la cara ventral del antebrazo 80
Figura 26. Región superficial del dorso de la mano 82
Figura 27. Superficie dorsal de la mano 83
Figura 28. Músculos del lado interno del dedo II 84
Figura 29. Región profunda del dorso de la mano 87
Figura 30. Región superficial de la palma 92
Figura 31. Variaciones intraespecíficas en músculos de los
dedos II y IV 94
Figura 32. Región profunda de la palma 99
Figura 33. M. adductor proprius digiti V 102
Figura 34. Región superficial de la cara dorsal del tarso 105
Figura 35. Región superficial del dorso del pie 106
Figura 36. Región profunda del dorso del pie 110
Figura 37. Región superficial de la cara ventral del tarso y
algunos músculos de los dedos 115
Figura 38. Región superficial de la planta. Músculos de los dedos 116
Figura 39. Variaciones intraespecíficas en músculos de los
dedos I y V 117
Figura 40. Mm. lumbricales breves digiti III, IV y V 122
Figura 41. Región profunda de la cara ventral del tarso 125
Figura 42. Región profunda de la planta. Músculos de los dedos 126
Figura 43. Contrahentis digiti I 126
Anexos

Anexo1. Nomenclatura y sinonimias


Anexo 2. Lista de abreviaturas
Anexo 3. Variaciones intraespecíficas
Anexo 4. Diferencias entre Hyla labialis y Eleutherodactylus bogotensis
Resumen

El presente estudio es un aporte a los conocimientos sobre la morfología de


anuros colombianos, en el que se describe la musculatura del antebrazo,
manos y pies de Hyla labialis y de Eleutherodactylus bogotensis,
examinando para cada una de las especies dos hembras y dos machos
colectados en el Parque Nacional Natural Chingaza (Cundinamarca,
Colombia). Para ambas especies se observaron diferencias intraespecíficas
y aun más se hallaron variaciones unilaterales en un mismo individuo;
también se encontraron dimorfismos sexuales a nivel de los músculos de las
manos y se identificaron caracteres de las manos, antebrazo y pies no
reportados por otros autores, así como también se reconocieron dos
músculos no descritos hasta el momento: el m. flexor antibrachii profundus
del antebrazo para H. labialis y el m. abductor ulnocarpalis de las manos
para E. bogotensis. Asimismo en H. labilais se identificaron condiciones
que sólo se han registrado para otras especies de la familia Hylidae.
Abstract

The present study is a contribution to the knowledge about morphology of


Colombian frogs. Forearms, hands and foot morphology of two males and
two females of both Hyla labialis and Eleutherodactylus bogotensis are
described. Specimens were collected at the Parque Nacional Natural
Chingaza (Colombia, Cundinamarca). For both species were observed
intraespecific variations and were discovered unilateral variations in the same
specimen. Sexual dimorphism in hands, and forearms, hands and foot
characters not reported before were found. Likewise, two new muscles are
described: the m. flexor antibrachii profundus for the forearm in Hyla labialis,
and the m. abductor ulnocarpalis for the hand in Eleutherodactylus
bogotensis. In like manner, was identified some conditions present in H.
labialis that only had been reported for others Hylidae species.
1. Introducción
En sistemática, la morfología es ampliamente usada en la clasificación
de los taxones y en las reconstrucciones filogenéticas. Es así que en anuros
se ha pretendido involucrar la morfología del autopodio de miembros
anteriores y posteriores para tales fines (e.g. Liem 1970, Egan 1995, Burton
1998b, Faivovich 2002), aunque se han realizado más estudios a nivel de
huesos (e.g. Shubin y Alberch 1986, Paukstis y Brown 1991, Laurent y Farezi
1990, Fabrezi 1992, 1993, 1996, 2001) que a nivel de músculos (e.g. Dunlap
1960, Andersen 1978, Burton 1996, 1998a), y en general de las manos hay
más información que de los pies. En especies colombianas no se ha
trabajado profundamente la anatomía de anuros y tampoco se ha investigado
la miología de manos y pies, por lo que se escogieron Hyla labialis (Hylidae)
y Eleutherodactylus bogotensis (Leptodactylidae) examinando dos
individuos de cada sexo en cada especie, colectados en el Parque Natural
Nacional Chingaza, con el fin de describir la musculatura de manos y pies de
éstas, determinando si hay dimorfismos sexuales, reconociendo las
semejanzas y diferencias miológicas entre las dos especies y determinando
si estas dos presentan condiciones no reportadas para otras especies.
Teniendo en cuenta que se pretende comprobar la utilidad de los
músculos de manos y pies como caracteres en la sistemática de anuros, se
requiere de investigaciones morfológicas que aporten herramientas para ser
usadas en posteriores estudios de este tipo, pues algunos trabajos han
mostrado que características miológicas de esta parte del cuerpo sí pueden
llegar a ser útiles en este campo (Burton 1996, 1998a, 1998b, Faivovich
2002), esto sumado a lo que sugirieron autores como Burton (1998a) en el
sentido de que son necesarios estudios en Neobatrachia para revelar la
utilidad de los caracteres miológicos de manos en la determinación de las
relaciones intrafamiliares.
Así, este trabajo descriptivo en anuros del grupo Neobatrachia (sensu
Ford y Canatella 1993) es un aporte a la información morfológica de especies
colombianas que enriquece nuestro conocimiento para estudiar la
clasificación de los anuros y aporta elementos para la resolución de
relaciones filogenéticas no resueltas.
2. Antecedentes bibliográficos

2.1. Acerca de Hyla labialis y de Eleutherodactylus bogotensis


Eleutherodactylus bogotensis Peters (Leptodactylidae) pertenece a
uno de los 16 géneros de la familia Leptodactylidae –Eleutherodactylus
Duméril y Bibron, 1841- que han sido reportados para Colombia (Acosta
2000) y fue incluido en el grupo de Eleutherodactylus unistrigatus por
Lynch (1976). Según Acosta (2000) esta especie sólo ha sido reportada en
el departamento de Cundinamarca (Colombia) en altitudes desde los 2600m
hasta 3500m, aunque Ardila y Acosta (2000) incluyeron en su distribución
geográfica, el páramo de Palacio (La Calera, Cundinamarca) a 3600m. Se
encuentra bajo las piedras o troncos durante el día y al parecer coloca los
huevos allí mismo presentando desarrollo directo (Hoyos 1991a, Ardila y
Acosta 2000).
Hoyos (1991a) reportó un alto polimorfismo en los ejemplares del
Parque Nacional Natural Chingaza, en donde encontró que estos poseen una
longitud corporal promedio de 20.63mm en machos y de 25.19mm en
hembras (Hoyos 1991a).
Por su parte, Hyla labialis Peters (Hylidae) hace parte de uno de los
14 géneros de la familia Hylidae -Hyla Laurenti, 1768- reportadas hasta el
momento en este país (Acosta 2000). La distribución geográfica de esta
especie abarca los departamentos de Boyacá, Cundinamarca y Norte de
Santander, encontrándose en altitudes que van desde los 1600m hasta los
3650m (Acosta 2000). Según Hoyos (1991b) los ejemplares del Parque
Nacional Natural Chingaza coinciden con la subespecie Hyla labialis krausi
Hellmich reportada por Cochran y Goin (1970). Es la especie de mayor
tamaño encontrada en el páramo y subpáramo de Chingaza, con una
longitud corporal promedio de 50.5 mm y a su vez es la subespecie de mayor
tamaño (Hoyos 1991b); se encuentra en charcas en la noche y de día puede
observarse bajo las piedras; los huevos se encuentran rodeados de una
masa gelatinosa en charcas y lagunas, donde también se desarrollan
observándose allí los renacuajos (Hoyos 1991b, Ardila y Acosta 2000).

2.2. Definición de anatomía y morfología


La anatomía se preocupa por describir los componentes y la
organización del cuerpo mientras que la morfología estudia la anatomía, pero
también explica las estructuras y patrones estructurales (Hildebrand 1988).
Para un mayor entendimiento de la morfología son necesarios conocimientos
sobre fisiología, biomecánica, ecología y etología pues es así que se pueden
comprender los patrones estructurales (Hildebrand 1988); en el caso de la
morfología apendicular de los anuros es interesante debido a las
modificaciones que permiten la locomoción saltatoria (Duellman y Trueb
1986).
Los aportes de la morfología se extienden entonces a áreas como
veterinaria, paleontología, patología, fisiología y otras que requieren de un
profundo conocimiento de las estructuras (Hildebrand 1988), pero también
contribuye a la tecnología pues con conocimientos morfológicos y estudio de
la biomecánica, se hacen y mejoran los diseños de naves y máquinas
(Hildebrand 1988).
La morfología, además, provee evidencias de los procesos evolutivos
(Hildebrand 1988). Cuando los patrones estructurales son estudiados en
términos de evolución, la morfología debe relacionarse con ciencias que
provean evidencias evolutivas incluyendo la paleontología, paleobiología y
taxonomía (Hildebrand 1988). Este punto es interesante pues las especies
son “descendientes modificados de especies ancestrales” (Hildebrand 1988)
y en estos términos la anatomía y morfología aportan valiosos conocimientos
para las reconstrucciones filogenéticas y de hecho los caracteres
morfológicos son los más usados en sistemática para la clasificación de los
taxones.
Los caracteres anatómicos pueden ser: (1)morfométricos, dan
información de tamaño y forma; (2)caracteres cuantitativos discontinuos, es
decir da un número de estructuras contenidas y (3)caracteres cualitativos que
describen (Zug 1993).

2.3. Músculos

2.3.1. Forma
Los dos extremos del músculo son el origen y la inserción; el lugar
donde éstos dos se dan y el tipo de origen o inserción de los músculos son
unos de los factores más importantes en las descripciones musculares. Se
considera que el extremo proximal del músculo es el origen; si tiene varias
cabezas se nombra de acuerdo al número, es decir, bicipital, tricipital, etc
(Romer y Parsons 1986). Hildebrand (1988) planteó que el origen es el
extremo que presenta una unión al hueso relativamente fija y que la inserción
es el extremo cuya unión al hueso es relativamente libre, sin embargo, el
mismo autor plantea que el que un extremo sea un poco más fijo o libre que
el otro puede variar, pues ello depende de la postura y otros factores.
Los tendones son cuerdas compactas de fibras de colágeno, cuya
finalidad es transmitir el tirón causado por los músculos a los huesos,
permitiendo a los músculos mover partes del esqueleto, así se concentra la
fuerza en un área menor contribuyendo a la precisión de los movimientos y
de esta manera la distribución del peso y el contorno del cuerpo es
controlado para contribuir a la velocidad, agilidad y resistencia (Hildebrand
1988).
El músculo esquelético está envuelto por tejido conectivo que se
fusiona con las fibras del tendón. Para unirse al hueso, el tendón fusiona sus
fibras con las del periostio que recubre el hueso. Pero la unión músculo-
hueso también puede suceder directamente al hueso, siendo que el tejido
conectivo que rodea el músculo se continúa con el tejido conectivo que rodea
el hueso (Hildebrand 1988). En algunas ocasiones, para distribuir las
fuerzas sobre áreas más amplias, los músculos también pueden unirse a
hojas planas de tejido conectivo llamadas aponeurosis, en lugar de insertarse
en un hueso (Hildebrand 1988). Los músculos se originan o insertan
mediante tendones o directamente en el hueso llamándose origen o inserción
carnosa o pinnada.
La forma de los músculos también se involucra en la descripción de
los mismos. Algunas formas son (Hildebrand 1988):
Banda, es el diseño básico.
Lágrima, uno de los extremos es ahusado.
Huso o fusiforme, cada extremo es ahusado.
Hojas, son extensiones planas.
Abanico, planos en un extremo y fruncido en el otro.
Las características de un mismo músculo dentro de una especie responden a
una condición típica para el taxón o a variaciones; Raikow et al. (1990)
definieron una condición típica como aquella que ocurre en la mayoría de
ejemplares de una especie determinada y también definieron una variante
como una condición presentada bilateral o unilateralmente en la minoría de
individuos de la especie. Raikow et al. (1990) reconocieron varias categorías
de variantes y sus implicaciones para los análisis filogenéticos, éstas son:
• Variantes menores: variaciones sutiles de talla, forma, proporciones o
posición del músculo, posiblemente son resultado de causas no
biológicas (e.g. efectos de la fijación o de la contracción del músculo en el
momento de la muerte, o pueden reflejar un estado nutricional) por lo que
no es recomendable usarlas en análisis filogenéticos.
• Variantes incongruentes: músculos que pueden estar malformados y se
reconocen como anormales y no funcionales.
• Variantes miméticas: son condiciones atípicas para una especie pero se
encuentran como condición típica en otras; fácilmente puede causar
errores en los análisis filogenéticos.
• Variantes singulares: variaciones únicas e inequívocamente diferentes a
la condición típica de la especie; son congruentes funcionalmente y no se
encuentran en otros taxones como condición típica ni como variantes.
• Variantes explosivas: un músculo mismo muestra una diferentes
variaciones y alta frecuencia esas variaciones; tales variantes pueden
caer en más de una de las categorías anteriores.

2.3.2. Función
Los músculos proporcionan soporte y al crear tensión a lo largo del eje
de sus fibras se acortan logrando el movimiento de un hueso o cierran
espacios (Hildebrand 1988). Los músculos se clasifican según su función en:
extensores, los que abren una articulación; flexores los que la cierran (Romer
y Parsons 1986).
Aductores, mantienen un segmento dirigido hacia la línea media del cuerpo o
al eje del miembro; abductores, hacen lo opuesto a los aductores (Hildebrand
1988).
Elevadores, alzan un segmento; depresores, cumplen una función inversa a
los elevadores (Hildebrand 1988).
Protactores, mueven una parte alejándola de su base; retractores, la traen de
vuelta (Hildebrand 1988).
Constrictores, comprimen espacios; dilatadores expanden espacios
(Hildebrand 1988).
Rotadores, permiten girar un segmento sobre su eje (Hildebrand 1988).
Supinadores, giran las palmas y plantas hacia arriba; pronadores, giran las
palmas y plantas hacia abajo (Hildebrand 1988).
Como se pudo observar hay músculos que cumplen funciones
opuestas a otros, éstos son llamados antagónicos, mientras que aquellos
que complementan o suplen la función de otros, son llamados sinérgicos
(Hildebrnad 1988).
De otra parte éstos se nombran de acuerdo a su función (e.g. m.
abductor pollicis), a su forma (e.g. m. lumbricalis longus digiti V) o posición
(e.g. m. interphalangealis digiti IV) (Hildebrnad 1988). Para el caso concreto
de manos la mayoría de éstos reciben su nombre de acuerdo a su función y
hacen parte de conjuntos de músculos flexores y extensores que flexionan o
extienden los dedos, transversos y abductores que permiten juntar o separar
los dedos o aductores que cierran la mano acercando el dedo V y el
prepollex hacia la línea media (Burton 1998a).

2.4. Morfología de manos y pies


Al hablar de descripción miológica se involucra también los huesos
pues son necesarios para determinar dónde se originan e insertan los
músculos, lo cual hace necesario tener claro algunos conceptos.
Se llama mano a la región que comprende el carpo, metacarpo y falanges e
igualmente, el pie incluye el tarso, metatarso y falanges, donde el carpo y el
tarso son las áreas proximales y las falanges las estructuras más distales
(Romer y Parson 1986). En anuros el número de huesos carpianos y
tarsianos es variable debido a pérdidas y fusiones de los mismos y en cuanto
a los dedos, presentan cuatro metacarpianos, un prepollex y las falanges
(Duellman y Trueb 1986, Fabrezi 1993). Por su parte, los pies contienen
cinco metatarsianos, un prehallux y las falanges (Duellman y Trueb 1986).

Aunque las investigaciones de Gaupp (1896), Dunlap (1960),


Andersen (1978), Davies y Burton (1982), Burton (1983, 1996, 1998a,
1998b), Egan 1995 y Faivovich (2002) muestran que hay variaciones para el
origen e inserción los músculos de las manos y pies así como ausencias de
estos y otras diferencias, se ha identificado una serie de conjuntos de
acuerdo a músculos que se han considerado homólogos (Andersen 1978,
Egan 1995): mm. tendines superficiales, mm. lumbricales (breves, longi),
mm. flexores ossei metacarpus/metatarsus, mm. flexores teretes, mm.
extensores breves superficiales, mm. extensores breves medii, mm.
extensores breves profundi, mm. transversi metacarpus/metatarsus. Ya que
cada dedo presenta un músculo de cada grupo, Andersen (1978) planteó que
muchos de los músculos existentes para cada dedo de las manos son series
homólogas de los otros dedos y que igualmente pasa esto para los músculos
de los dedos de los pies. Este autor también sugirió que debido a que todos
los conjuntos de músculos mencionados anteriormente se encuentran tanto
en manos como en pies, a excepción de los músculos del prepollex y del
prehallux, los conjuntos de músculos de la cara dorsal de las manos son
series homólogas a los músculos de la cara dorsal de los pies así como
aquellos palmares son homólogos a los plantares y por último resaltó que la
“tendencia” evolutiva tanto en manos como en pies es hacia el aumento del
número y complejidad muscular como resultado de la división de las cabezas
musculares.

2.4.1. Estudios osteológicos


Entre los estudios realizados sobre los huesos de anuros se
encuentran los de Howes y Ridewood (1888) quienes señalaron que para
Hylidae las características de manos y pies permanecen constantes a lo
largo de la familia; también está el trabajo de Gaupp (1896) que involucra en
su estudio los huesos de manos y pies. Uno de los estudios más completos
que se han llevado a cabo acerca de la osteología de manos y pies es el de
Andersen (1978) quien hizo descripciones osteológicas para bastantes
especies de anuros.
Respecto a los pies, Shubin y Alberch (1986) presentaron en su
estudio sobre la evolución los miembros algunas conclusiones acerca de las
modificaciones de los miembros posteriores de anuros sosteniendo que el
alargamiento del tibiale y el fibulare se debe a una adaptación al tipo de
locomoción. También se han hecho estudios sobre la ontogenia de los
huesos de los pies como los de Fabrezi (1993) quien estableció que la
condición plesiomórfica es aquella donde se pueden reconocer
individualmente los elementos tarsales y por tanto los estados apomórficos
resultan de fusiones del elemento tarsal proximal, distal o de ambos o bien,
de una reducción de tales elementos. De otra parte Fabrezi (1993) notó que
el desarrollo ontogenético de la osteología tarsiana de Hylidae es similar a la
de Leptodactylidae y que para las especies de estas dos familias el pie
consta de tibiale y fibulare fusionados en los extremos, tarso distal 3-2, tarso
distal 1, elemento Y y prehallux; contrastando con lo planteado por Howes y
Ridewood (1888) ya mencionado anteriormente, Fabrezi (2001) anotó que en
Hylidae el prehallux puede tener 2, 3 o 4 elementos y en Leptodactylidae
puede presentar 2 o 3 elementos.
Tanto en Hylidae como en Leprodactylidae el carpo presenta ulnare,
radiale, elemento Y, carpo distal 5-4-3, carpo distal 2 y prepollex (Fabrezi y
Barg 2001) aunque Fabrezi (1992) resaltó que el carpo distal 3 en algunas
especies de Leptodactylidae está libre y en otras de esta misma familia el
carpo distal 2 está fusionado con el elemento Y. Tal y como se anotó para
el prehallux, el número de elementos del prepollex no es igual en todas las
especies: Fabrezi (2001) reconoció que para Hylidae consta de 2 o 3
elementos y para Leptodactylidae de 3 elementos.
Otros estudios que profundizan en el desarrollo ontogenético y validez
de los caracteres osteológicos del carpo para los análisis filogenéticos
desarrollados por Fabrezi (1992, 1996), Laurent y Fabrezi (1990), Fabrezi y
Alberch (1996), el trabajo de estos últimos se centra en el desarrollo
osteológico del autopodio y sus implicaciones evolutivas y filogenéticas.
2.4.2. Estudios miológicos
Entre los estudios sobre descripciones de músculos está el de Dunlap
(1960) quien investigó la musculatura de los pies de bastantes especies de
anuros incluyendo en su trabajo una especies de Leptodactylidae e Hylidae;
también Andersen (1978) hizo la descripción miológica de manos y pies para
37 especies de diferentes familias y aunque incluyó seis hílidos sólo una
especie es del género Hyla y entre los seis leptodactílidos que trabajó
ninguna es de Eleutherodactylus. En su trabajo, además de describir los
músculos presentó estados de carácter para éstos aplicando la morfología
carpal y tarsal en la sistemática y es quizá el trabajo más amplio realizado
para manos y pies. Egan (1995) por su parte estudió la miología y osteología
de la mano de Leptodactylidos australianos (Myobatrachidae) y realizó
análisis filogenéticos con base en las descripciones realizadas con el fin de
aclarar relaciones entre las subfamilias Limnodynastinae, Myobatrachinae y
Rheobatrachinae, para ello incluyó en su estudio una especie de
Eleutherodactylus -Eleutherodactylus achatinus. Burton (1998a, 1998b)
describió los músculos de las manos de leptodactílidos neotropicales,
definiendo estados de carácter para algunos de estos músculos y presentó
tendencias evolutivas de algunos caracteres. En sus estudios, Burton
(1998a, 1998b) examinó especies de Eleutherodactylus y de Hyla.
Otros estudios son los de Gaupp (1896) para Rana esculenta
(Ranidae) y fue uno de los pioneros en la descripción completa de la
morfología de anuros; también están los trabajos de Davies y Burton (1982) y
Burton (1983) quienes describieron la musculatura de Rheobatrachus silus
(Leptodactylidae) y Phrynomantis stictogaster (Microhylidae)
respectivamente.

2.5. Morfología de manos y pies en la filogenia


Se ha considerado que el número de huesos carpianos pueda ser de
interés filogenético para relaciones a altos niveles, siendo que los grupos
“avanzados” presentan menos huesos carpianos que los “primitivos”, es
decir, el estado apomórfico se presenta en las especies o taxones
supraespecíficos donde dichos elementos se encuentran en menor número
ya sea por fusión o por pérdida (Andersen 1978, Fabrezi 1992). Laurent y
Fabrezi (1990) realizaron una hipótesis filogenética sobre el carpo de los
anuros con base en su osteología y Ford y Cannatella (1993) resaltaron
algunas características osteológicas proponiendo un arreglo filogenético para
Neobatrachia pero no mencionan características miológicas para las familias
(por lo menos para Hylidae y Leptodactylidae). Sin embargo, estudios más
recientes de Fabrezi (1992, 1996) y Fabrezi y Barg (2001) han demostrado
que morfologías carpales semejantes pueden darse por diferentes
secuencias en el desarrollo ontogenético. Fabrezi (1992) afirmó que la
morfología carpal no es por sí misma un carácter que pueda polarizarse en el
análisis filogenético del orden y sugiere que es quizá en la ontogenia donde
se debe buscar información sobre la evolución carpal en los anuros, lo cual
es apoyado por Fabrezi y Alberch (1996). Aún así, Egan (1995) propuso que
las variaciones osteológicas del carpo pueden ser informativas a un bajo
nivel taxonómico o en determinadas ocasiones dentro de una misma familia.
Es así que se ha intentado reconocer caracteres o estados de carácter
en la miología de manos que sean útiles en la sistemática, por ejemplo, que
sean únicos de determinado taxón, es decir autapomorfias. Dunlap (1960)
en su estudio sobre los músculos de los miembros posteriores, planteó
algunos músculos de pies que pueden tener valor en sistemática y
posteriormente Burton (1983) observó en Phrynomantis stictogaster
(Microhylidae) estados de carácter en músculos de manos y pies no
compartidos con otras especies. También Burton (1996) reconoció en
músculos de las manos estados de carácter para identificar géneros de
Pelodryadinae (Hylidae). De la misma manera este autor encontró para los
género Ceratophrys, Vanzolinus y Pleurodema (Leptodactylidae)
caracteres no compartidos por otras especies soportando la monofilia de
cada uno de estos géneros y además con datos de músculos de las manos
comunes entre algunos géneros, planteó grupos supragenéricos dentro de
Leptodactylidae. Burton (1998b) identificó en los músculos de la mano una
apomorfia para Centrolenidae y polarizó estados de carácter, sugiriendo
estados primitivos y derivados concretos en determinados músculos.
Otro caso en el cual se ha intentado resolver relaciones filogenéticas fue
dado también por Burton (1998b) para Dendrobatidae, pues su estudio
soporta con evidencias de la musculatura de la mano, la hipótesis que
propone a Dendrobatidae como grupo hermano de Hylodinae en lugar de
Ranoidea.

Duellman (2001) presentó entre las características de la familia Hylidae y


de las subfamilias de esta, caracteres miológicos de las manos y
posteriormente Faivovich (2002) llevó a cabo un estudio cladístico del
género Scinax (Hylidae) encontrando en los músculos de manos y pies
sinapomorfias para dos grupos: catherinae y rubra; también comprobó la
monofilia del género Scinax con caracteres que incluyen estados de
carácter de músculos de las manos.

En su trabajo sobre huesos y músculos de manos en leptodactílidos


australianos (Myobatrachidae), Egan (1995) concluyó que con un grupo de
datos pequeño las politomías son inevitables y que por tanto es necesario
incorporar más datos tantos morfológicos como moleculares para tener
mayor claridad de las relaciones filogenéticas de las especies. De otra parte,
Burton (1998b) sostuvo que la utilidad de dichos caracteres para aclarar
relaciones filogenéticas entre familias no había sido del todo demostrada
aún. Así que aunque se han hallado en músculos de manos y pies estados
de carácter propios de un grupo dado, es pertinente continuar con
investigaciones que sustenten o nieguen las hipótesis dadas por los
diferentes autores acerca de su utilidad en la filogenia.
2.6. La adaptación miológica de manos y pies al ambiente
Se ha discutido que como manos y pies están en contacto directo con
el ambiente, la morfología carpal y tarsal varía según el hábito de las
especies, para lograr adaptarse a ello (Andersen 1978, Burton 1996, 1998b).
Sanders y Davies (1984) encontraron relación en la miología apendicular en
anuros según el hábito de las especies pero no propiamente en las manos o
en los pies, sosteniendo que existe cierta variación de los miembros
posteriores según si son cavadores y entre diferentes tipos de cavadores.
Sin embargo, al parecer la miología de manos y de pies es más útil como
carácter en la sistemática y es poco eficaz al relacionarla con el hábito,
según algunos resultados obtenidos por Egan (1995) y Burton (1998a). Egan
(1995) concluyó que no hay variaciones mayores en las especies de
leptodactílidos acuáticos australianas, sosteniendo que en general son muy
similares al patrón típico de Leptodactylidae y Burton (1996, 1998a) tampoco
encontró adaptaciones particulares al tipo de vida acuático concluyendo que
estas adaptaciones no siempre suceden. Andersen (1978) y Burton (1998a)
plantearon algunos estados de carácter de músculos de las manos que
pueden estar relacionados al tipo de vida arbóreo o a escalar, no obstante
Burton (1998a) sugirió que los caracteres de la miología carpal reflejan la
historia evolutiva del grupo antes que los caracteres adaptativos.
3. Materiales y métodos

3.1. Diseño de la investigación


Es una investigación descriptiva en la que se estudió la miología del
autopodio de miembros anteriores y posteriores de Eleutherodactylus
bogotensis y de Hyla labialis, usando cuatro ejemplares por especie, con el
fin de describir los músculos de las manos y de los pies de cada una de ellas,
identificando si existen dimorfismos sexuales a este nivel y si presentan
condiciones no reportadas para otras especies.
La preparación de los ejemplares, así como el estudio miológico de los
mismos, se llevó a cabo en el Laboratorio de Herpetología de la Pontifica
Universidad Javeriana.

3.2. Población de estudio y muestra


Se examinó tanto la mano izquierda como la derecha y el pie derecho
e izquierdo en cuatro ejemplares, dos machos y dos hembras, de Hyla
labialis (hembras: MUJ-439, MUJ-896; machos: MUJ-440, MUJ-620) y de
Eleutherodactylus bogotensis (hembras: MUJ-052, MUJ-687; machos:
MUJ-481, MUJ-465) para un total de ocho ejemplares que pertenecen a la
colección de anuros del Laboratorio de Herpetología de la Pontificia
Universidad Javeriana; todos ellos fueron colectados en el Parque Nacional
Natural Chingaza, a una altura de 3200 m.
Los ocho ejemplares en los cuales se describió la miología de manos y
pies fueron previamente fijados en formol al 10% y preservados en alcohol
etílico al 70% y en ejemplares previamente transparentados de
Eleutherodactylus bogotensis (MUJ-466 y MUJ-093) y de Hyla labialis
(sin catalogar), se observaron las estructuras óseas de manos y pies para
precisar los lugares de origen e inserción de los músculos.
3.3. Disecciones
El estudio se realizó con la ayuda de un estereoscopio marca Wild y
un equipo de disección; el procedimiento seguido para las disecciones es el
llevado a cabo por Andersen (1978). Se hicieron un total de ocho
disecciones en cada ejemplar: dos palmares, dos plantares, dos dorsales de
las manos, dos dorsales de los pies:
º Disección palmar: se realizó una incisión circular en integumento del
brazo y luego una incisión longitudinal sobre el integumento a lo largo de la
superficie ventral del antebrazo hasta la palma. Luego el integumento fue
despellejado e invertido hacia los extremos distales de los dedos.
º Disección dorsal de la mano: una vez realizada la disección palmar la
musculatura dorsal es visible.
º Disección plantar: se hizo una incisión circular en el integumento del
muslo, haciendo en seguida una incisión longitudinal a lo largo de la
superficie ventral hasta la superficie plantar. El integumento fue despellejado
e invertido hacia los extremos distales de los dedos.
º Disección dorsal del pie: una vez realizada la disección plantar, la
musculatura dorsal del pie se pudo observar.
Para poder observar los músculos más profundos se levantaron o
cortaron los más superficiales con el fin de dejar en el mejor estado posible
los ejemplares.

3.4. Descripciones
En cada ejemplar se observaron tanto el miembro derecho como el
izquierdo y además de los músculos de las manos y pies de las dos
especies, se describieron los músculos del antebrazo pues algunos de éstos
se articulan en la mano (e.g m. extensor digitorum communis longus, m.
flexor carpi ulnaris).
Para poder distinguir los músculos con claridad se usó la solución
“Weigert” (Bock y Shear 1972) que es una variación de la solución de lugol;
es apropiada pues tiñe de color naranja los músculos permitiendo ver la
dirección de las fibras musculares y es reversible al aplicar alcohol de nuevo.
Esta se aplicó constantemente sobre los músculos durante la observación y
descripción de los mismos. La preparación de la solución de Weigert es:
1.0g de yodo
2.0g de yoduro de potasio
100ml de agua destilada.
La observación de los huesos se hizo en ejemplares de ambas
especies preservados en glicerina y previamente transparentados mediante
el procedimiento propuesto por Dingerkus y Uhler (1977). Este
procedimiento de tinción diferencial permite diferenciar las estructuras óseas
de las cartilaginosas, aplicando azul de alcian para teñir cartílagos y rojo de
alizarina para los huesos.
Para la descripción de los músculos las variables estudiadas en cada
ejemplar de cada especie son: el lugar y tipo (pinnado o tendinoso) de
origen, la forma, el tamaño relativo, la disposición espacial y el lugar y tipo de
inserción (pinnado o tendinoso). Para cada especie se registraron las
diferencias de dichas variables entre los individuos con el fin identificar
variaciones intraespecíficas o dimorfismos sexuales.
A la vez que se hicieron las descripciones, se realizaron los dibujos
correspondientes con una cámara de dibujo (Olympus SZH10) mostrando lo
más claramente posible para cada músculo el origen, forma, tamaño relativo,
relación con otros músculos e inserción.

3.5. Nomenclatura
Los nombres son en latín; para los músculos del antebrazo
corresponden a la nomenclatura utilizada por Burton (1983) y Duellman y
Trueb (1986) mientras que para los músculos de las manos y pies se siguió
la nomenclatura usada por Dunlap (1960) y Andersen (1978) (Anexo 1).
Además se estableció para cada músculo una abreviatura con la que es
identificado en las figuras (Anexo 2).
Teniendo en cuenta la nomenclatura para los músculos seguida por los
diferentes autores (Dunlap 1960, Liem 1970, Andersen 1978, Davies y
Burton 1982, Burton 1983, 1996, 1998a, 1998b, Duellman y Trueb 1986,
Egan 1995, Fabrezi y Langone 2000, Duellman 2001, Faivovich 2002) se
registraron las sinonimias para los músculos del antebrazo, mano y pie.
Andersen (1978) presentó para cada uno de los músculos la nomenclatura
seguida por Gaupp (1896) y estos se incluyeron en la tabla de sinonimias del
presente trabajo.
Para actualizar los nombres de las especies y géneros usados por
Dunlap (1960) y Andersen (1978) se siguió la clasificación de Frost (2002)
(en línea). Al citar por primera vez el grupo se nombra según aparece en el
trabajo de Dunlap (1960) o de Andersen (1978) y entre paréntesis el nombre
actual según la base de datos de Frost (2002) y con este nombre se sigue
citando al grupo a lo largo del texto.

3.6. Análisis de la información


Raikow et al. (1990) definieron una condición típica como aquella que
se encuentra en la mayoría de los ejemplares de la especie y una variación
como la que se encuentra en la minoría de los ejemplares de la especie.
Teniendo en cuenta lo anterior, se hicieron comparaciones entre los
ejemplares de cada una de las especies para establecer cuál es la condición
típica y cuáles las variaciones así como para establecer si presentan
dimorfismos sexuales. De esta manera, para cada músculo se describió
tanto la condición típica para la especie así como la variación observada en
caso de presentarse.
Se elaboraron tablas de diferencias intraespecíficas para Hyla labialis
y para Eleutherodactylus bogotensis y se clasificaron dichas variaciones
de acuerdo a las categorías propuestas por Raikow et al. (1990); de esta
manera se identificó si en estas dos especies existen variaciones
intraespecíficas que sean fácilmente confundibles con caracteres típicos y se
estableció cuáles músculos tienen alta frecuencia de variabilidad para cada
una de estas dos especies.
Comparando las descripciones dadas para Hyla labialis y para
Eleutherodactylus bogotensis se identificaron las diferencias y semejanzas
entre ellas y se elaboró una tabla de diferencias entre las dos especies;
asimismo, comparando los resultados obtenidos para estas dos especies con
los datos de las investigaciones de Gaupp (1896), Liem (1970), Dunlap
(1960), Andersen (1978), Davies y Burton (1982) Burton (1983, 1996, 1998a,
1998b), Duellman y Trueb (1986), Egan (1995), Fabrezi y Langone (2000),
Duellman (2001) y Faivovich (2002) para especies de las mismas familias o
diferentes, se reconocieron aquellas condiciones presentes en Hyla labialis
y en Eleutherodactylus bogotensis que no se habían reportado para otras
especies.
4. Resultados

4.1. Eleutherodactylus bogotensis

4.1.1. Músculos del antebrazo

4.1.1.1. Superficie dorsal


Región superficial (Figura 1)
M. epicondylocubitalis (Epicondcub.): es un músculo superficial del lado
externo del antebrazo que tiene doble origen: por una parte del epicóndilo
lateral del húmero, con un tendón ancho común con el m. extensor carpi
ulnaris y por otra pinnadamente en el cóndilo medial del húmero. A lo largo
de su longitud sus fibras se disponen bipinnadamente con las del m.
epitrochleocubitalis; se dispone entre el m. extensor digitorum communis
longus y el m. epitrochleocubitalis articulándose a lo largo del margen
externo del radioulna hasta el extremo distal del mismo donde presenta una
inserción común a la del m. epitrochleocubitalis, en el mismo punto donde se
origina el m. palmaris brevis.

M. extensor carpi ulnaris (Ext. carp. uln.): corre en medio del m. extensor
digitorum communis longus y el m. epicondylocubitalis, cubriendo el origen
del m. abductor indicis longus y poniéndose en contacto distalmente con las
fibras de origen del m. palmaris brevis. Se origina en el epicóndilo lateral del
húmero mediante dos tendones: el más externo es ancho y común con uno
de los tendones de origen del m. epicondylocubitalis, mientras el otro tendón
es delgado y común al m. extensor digitorum communis longus. Se extiende
sobre el margen externo del radioulna insertándose pinnadamente en la
superficie dorso lateral del carpo distal 5-4-3. Algunas fibras se fusionan con
Figura 1. Región superficial del dorso antebrazo de Eleutherodactylus
bogotensis. MUJ-052. Escala: 1mm.
el m. epicondylocubitalis distalmente y proximalmente algunas fibras se
fusionan con el m. extensor digitorum communis longus.

M. extensor digitorum communis longus (Ext. dig. com. long): se origina en el


epicóndilo lateral del húmero mediante dos cabezas: la más lateral se
origina mediante un tendón delgado común al m. extensor carpi ulnaris,
músculo con el que algunas fibras proximales se fusionan, mientras que la
cabeza más interna se origina con un tendón corto común con la cabeza
lateral del m. extensor carpi radialis, estando fusionado proximalmente con
este último músculo.
Estos dos grupos de fibras están fusionadas en el quinto proximal y luego el
músculo se separa en dos cabezas que se insertan en los metacarpos de la
siguiente manera: la cabeza externa se articula con un tendón largo y
delgado en el metacarpo V, en el mismo punto de inserción del m. abductor
brevis dorsalis digiti V; la cabeza interna se inserta con un delgado tendón
hacia la región proximal del metacarpo IV, entre el m. extensor brevis
superficialis digiti IV y el m. extensor brevis medius digiti IV.

Región profunda (Figura 2)


M. abductor indicis longus (Abd. ind. long): músculo plano que se origina a lo
largo del tercio medio de la superficie dorsal del radioulna, sobre el lado
lunar, corre ventral al m. extensor carpi ulnaris y al m. extensor digitorum
communis longus, haciéndose estrecho en su extremo distal para insertarse
con un tendón corto en el punto medio de la longitud del metacarpo II, lateral
al m. abductor indicis brevis dorsalis (ver también figura 5).

M. extensor carpi radialis (Ext. carp. rad.): presenta dos cabezas con
orígenes independientes: la cabeza más interna se origina pinnadamente del
borde anterior del húmero y corre dorsal al m. flexor antibrachii lateralis
superficialis mientras que la cabeza externa es más robusta y se origina del
2A 2B

Figura 2. Región profunda del dorso del antebrazo de E. bogotensis. MUJ-052. Escala: 1mm. En la figura 2A se
cortó el m. extensor digitorum communis longus. En la figura 2B se cortaron también el m. extensor carpi radialis y el
m. abductor indicis longus.
cóndilo lateral del húmero con un tendón corto, común con el m. extensor
digitorum communis longus. La cabeza lateral externa está fusionada
proximalmente con el m. extensor digitorum communis longus. Las fibras de
las dos cabezas corren diagonalmente fusionándose distalmente y
continuándose con un tendón ancho que cubre la cabeza distal del radioulna
y se inserta en un carpo distal.

M. flexor antibrachii lateralis superficialis (Fl. antbr. lat. sup.): se encuentra


ubicado hacia el margen interno del antebrazo limitando medialmente con el
m. flexor antibrachii medialis, su origen es amplio y se lleva a cabo en la
cresta lateral del húmero, en medio de las dos cabezas del m. extensor carpi
radialis; distalmente pasa ventral al m. abductor indicis longus y se inserta a
lo largo del borde interno del radioulna, hasta su extremo distal.

M. flexor antibrachii lateralis profundus (Fl. antbr. lat. prof): se presenta como
dos cabezas que se originan independientemente entre sí en el cóndilo distal
del húmero mediante un tendón cada una; se encuentra del lado externo al
m. flexor antibrachii lateralis superficialis y ventralmente al m. extensor carpi
radialis. Las dos cabezas convergen en una sola que se articula a lo largo
del dorso del radioulna, hasta su extremo distal.

4.1.1.2. Superficie ventral


Región superficial (Figura 3)
M. epitrochleocubitalis (Epitrochcub.): músculo superficial del lado externo
del antebrazo que se encuentra en medio del m. epicondylocubitalis y el m.
palmaris longus. El origen es doble: por una parte es pinnado y ocurre en el
cóndilo medial del húmero, contiguo al origen del m. epicondylocubitalis y por
otra parte hacia el lado interno en el cóndilo distal del húmero con un tendón
Figura 3. Región superficial de la cara ventral del antebrazo de E.
bogotensis. MUJ-052. Escala 1mm
delgado, común con el m. palmaris longus. Es parcialmente cubierto por la
cabeza externa del m. palmaris longus y sus fibras convergen pinnadamente
a lo largo de su longitud con las del m. epicondylocubitalis, articulándose a lo
largo del margen externo del radioulna hasta el cóndilo distal.

M. palmaris longus (Palm. long.): es robusto, es el más superficial de los


músculos de la región ventral presentando dos cabezas: la medial, se
origina del epicóndilo medial del húmero con un grueso tendón, común con el
m. flexor carpi ulnaris y la cabeza lateral se origina del cóndilo distal con un
delgado tendón común con el m. epitrochleocubitalis. Las dos cabezas
convergen y se continúan con un tendón grueso que pasa ventral al m.
palmaris brevis y llega a la aponeurosis palmaris.

M. palmaris brevis (Palm. br.): este músculo pequeño se encuentra en la


región distal del antebrazo originándose en la cara externa del extremo distal
del radioulna y se extiende diagonalmente hacia la aponeurosis palmaris
pasando dorsalmente al m. palmaris longus y cubriendo el extremo distal del
radioulna así como la superficie palmar del ulnare, insertándose en la cara
dorsal de la aponeurosis palmaris.

M. flexor carpi radialis (Fl. carp. rad.): corre medial al m. palmaris longus, se
origina en la cara ventral e interna del extremo distal del húmero y pasa
ventral a la mitad proximal del m. flexor antibrachii ediales, fusionándose
distalmente con el m. flexor carpi ulnaris y articulándose pinnadamente en el
ulnare.

Región profunda (Figura 4)


M. flexor carpi ulnaris (Fl. carp. uln.): es dorsal al m. palmaris longus,
originándose con un grueso tendón común a éste y se extiende hacia la
mano limitando con el m. flexor carpi radialis, presentando una inserción
4A 4B

Figura 4. Región profunda de la cara ventral del antebrazo de E. bogotensis. MUJ-025. Escala: 1mm. En
la figura 4A se cortó el m. palmaris longus. En la figura 4B también se cortaron los mm. flexores carpi.
común con éste, en el ulnare. Por otra parte unas fibras se separan en el
punto medio de la longitud del músculo y se fusionan a la superficie dorsal y
distal del m. palmaris longus.

M. flexor antibrachii medialis (Fl. antbr. med.): músculo voluminoso que se


origina en el cóndilo medial del húmero encontrándose hacia el lado interno
del antebrazo dorsalmente al m. palmaris longus y al m. flexor carpi radialis,
pasa dorsal (profundo) al m. flexor carpi radialis y se inserta en la superficie
ventral del radioulna hasta su extremo distal, extendiéndose hacia el lado
interno del mismo, donde limita con el m. flexor antibrachii lateralis
superficialis.

M. ulnocarpalis (Ulncarp.): este músculo triangular y pequeño se origina a lo


largo de la mitad distal de la superficie palmar del radioulna, dorsal al m.
palmaris longus y corre medial al m. epitrochleocubitalis y lateral al m. flexor
carpi ulnaris y al m. flexor antibrachii medialis. Su fuerte tendón de inserción
pasa dorsal al m. palmaris brevis y se articula en la cara palmar del ulnare
(ver también figura 11).

4.1.2. Músculos de las manos

4.1.2.1. Superficie dorsal

Región superficial (Figuras 5 y 6)


M. abductor indicis brevis dorsalis (Abd. ind. br. dors.): este músculo
superficial es el más interno de los músculos del metacarpo II. Se origina
pinnadamente en el elemento Y y recubre la superficie dorsal e interna del
metacarpo II pasando del lado interno a la inserción del m. abductor indicis
Figura 5. Región superficial del dorso de la mano de E. bogotensis. MUJ-
052. Escala: 1mm
Figura 6. Superficie dorsal de la mano de E. bogotensis. Se cortaron el
m. extensor digitorum communis longus y el m. abductor indicis longus. MUJ-
052. Escala: 1mm
longus y limitando con el m. extensor indicis brevis medius indicis; se articula
pinnadamente en la cara interna del extremo distal del metacarpo II.

M. extensor indicis brevis superficialis (Ext. ind. br. sup.): el origen pinnado
de este músculo fusiforme es en el ulnare, se extiende hacia el dedo II
lateralmente al m. extensor brevis medius indicis siendo cubierto
proximalmente por el m. extensor digitorum communis longus. Sus fibras no
alcanzan el extremo distal del metacarpo, continúandose con un tendón
delgado que se articula en la base de la falange 1.

M. extensor brevis superficialis digiti III (Ext. br. sup. III): pertenece al
conjunto de músculos que se origina en el ulnare y se extiende hacia los
dedos. Su origen pinnado está cubierto por la inserción del m. extensor carpi
ulnaris y corre sobre el dedo III insertándose mediante un tendón largo, en el
límite entre el metacarpo III y la falange proximal. Un grupo de fibras del
margen interno de este músculo se separan para articularse distalmente en
el dorso del metacarpo III con un tendón muy delgado. En machos no hay un
grupo de fibras sino un tendón muy delgado que sale directamente del
músculo insertándose en el mismo punto que en las hembras.

M. extensor brevis superficialis digiti IV (Ext. br. sup. IV): presenta dos
cabezas que se originan pinnadamente y de manera independiente. El
origen de la cabeza más interna tiene lugar en el ulnare y está cubierta por la
inserción del m. extensor carpi ulnaris, mientras que el origen de la cabeza
más externa no es cubierto por éste y sucede en el carpo distal 5-4-3 en el
mismo punto de origen del m. extensor brevis superficials digiti V. Estas dos
cabezas se fusionan y pasan del lado externo a la inserción de la cabeza
media del m. extensor digitorum communis longus cubriendo (es dorsal) la
cabeza interna del mm. extensores breves profundi digiti IV. Distalmente,
cada cabeza presenta un tendón, los cuales se fusionan formando una fascia
que se continúa con un tendón amplio y que recubre la articulación
metacarpo III -falange 1 insertándose en la base de la falange proximal.
Unas fibras de la cabeza interna se articulan al metacarpo IV, en el mismo
punto de inserción de la parte interna del m. extensor digitorum communis
longus.

M. extensor brevis superficialis digiti V (Ext. br. sup. V): se origina hacia el
margen lateral del carpo distal 5-4-3 pinnadamente, contiguo a la inserción
del m. extensor carpi ulnaris y al punto de origen del m. extensor brevis
superficialis digiti IV. Es tan amplio que al extenderse sobre el metacarpo V
cubre la cabeza externa del mm. extensores breves profundi digiti V y
parcialmente la cabeza interna del mm. extensores breves profundi digiti V;
su inserción se da con un amplio tendón en la base de la falange 1.
Proximalmente está fusionado con el m. abductor brevis digiti V.

M. abductor brevis digiti V (Abd. br. V): es el más externo de los músculos
del metacarpo V. Su origen es pinnado y tiene lugar en la superficie
dorsolateral del carpo distal 5-4-3, a este nivel las fibras están fusionadas
con el m. extensor brevis superficialis digiti V, disponiéndose del lado externo
a este músculo recubriendo la mitad proximal del metacarpo V; se hace
agudo distalmente articulándose en el punto medio de la longitud de este
metacarpo, cerca al punto de inserción de la cabeza externa del m. extensor
digitorum communis longus. Contiguo al extremo distal de este músculo se
encuentra el origen del m. extensor brevis distalis digiti V, pero en la hembra
MUJ-687 y el macho MUJ-481 no es tan claro el límite entre los dos
músculos, como sí lo es en la hembra MUJ-052 y el macho MUJ-465.

M. abductor ulnocarpalis (Abd. ulncarp.): es un pequeño músculo que se


origina pinnadamente en la cara externa del extremo distal del radioulna, en
el mismo punto de origen del m. palmaris brevis y que se extiende
longitudinalmente hacia el carpo distal 5-4-3, donde se lleva a cabo su
inserción pinnada contiguo al origen de los mm. extensores breves
superficiales digiti IV y V y del m. abductor brevis digiti V (Figura 7).

Región Profunda (Figuras 6 y 8)


M. extensor indicis brevis medius (Ext. ind. br. med): es delgado y fusiforme,
se origina en el radiale, contiguo al m. abductor indicis brevis dorsalis,
músculo con el cual limita lateralmente a lo largo de su longitud, pero pasa
del lado externo a la inserción del m. abductor indicis longus. Está
parcialmente cubierto por el m. extensor indicis brevis superficialis y la
articulación ocurre en la última falange mediante un tendón.

M. extensor brevis medius digiti III (Ext. br. med. III): tiene un origen pinnado
en el radiale, dorsal al origen del m. extensor breivs medius digiti IV y corre
medial al m. extensor brevis superficialis digiti III, cubriendo proximalmente la
cabeza interna del mm. extensores breves profundi digiti III. Aunque es un
músculo robusto sus fibras no alcanzan el extremo distal del metacarpo III,
prolongándose con un tendón delgado, que se inserta en la base de la
falange 1. Unas fibras del margen externo de este músculo, se insertan
pinnadamente en el dorso del metacarpo III, contiguo al punto de inserción
del grupo de fibras del m. extensor brevis sueprficialis digiti III que allí se
articulan.

M. extensor brevis medius digiti IV (Ext. br. med. IV): es un músculo


pequeño que se origina en el radiale pinnadamente, ventral al m. extensor
brevis medius digiti III. Se extiende hacia el dedo IV disponiéndose del lado
interno de la inserción de la cabeza interna del m. extensor digitorum
communis longus y del m. extensor brevis superficialis digiti IV. Sus fibras
solo alcanzan la mitad de la longitud del metacarpo pero se continua con un
Figura 7. M. abductor ululnocarpalis.
Vista dorsal lateral. MUJ-052. Escala Figura 8. Región profunda del dorso de la mano de E. bogotensis. Se
1mm removieron los mm. extensores breves superficiales. MUJ-052. Escala : 1mm
delgado y largo tendón que se sitúa en medio de las cabezas interna y media
del mm. extensores breves profundi digiti IV insertándose en la base de la
falange 1. Unas fibras de la región proximal se fusionan con la cabeza
interna del mm. extensores breves profundi digiti IV .

M. extensor indicis brevis profundus (Ext. ind. br. prf): consta de una cabeza
en forma de huso que se observa superficialmente aunque su origen es
profundo al m. extensor indicis brevis superficialis. Se origina en el extremo
proximal del metacarpo II y se inserta con un largo tendón en la última
falange del dedo II. Corre lateral con respecto al m. extensor indicis brevis
superficialis, siendo el más externo de los músculos de este dedo y
cubriendo la inserción del m. transversus metacarpi 1.

Mm. extensores breves profundi digiti III (Ext. br. prf. III): son dos cabezas
fusiformes que recubren los lados del metacarpo III. La cabeza más interna
tiene su origen hacia el lado interno de la base del metacarpo III y corre
sobre la superficie dorso medial de éste, cubriendo el origen del m.
transversus metacarpi 1; se articula con un largo tendón en la última falange.
De ora parte, la cabeza del lado externo presenta su origen en la base del
metacarpo III, ventral (profundo) al origen de la cabeza interna del mm.
extensores breves profundi digiti IV. Está parcialmente cubierto por el m.
extensor brevis superficialis digiti III, extendiéndose sobre el margen dorso
lateral del metacarpo III, cubriendo la inserción del m. transversus metacarpi
2 e insertándose en la última falange con un largo tendón.

Mm. extensores breves profundi digiti IV (Ext. br. prf. IV): consta de tres
cabezas que cubren el dorso del metacarpo IV: la más interna presenta dos
partes, una superficial que se origina en la base del metacarpo III,
dorsalmente al origen de la cabeza externa del mm. extensores breves
profundi digiti III y una parte profunda cubierta por la superficial originándose
en la región proximal del metacarpo IV; estas dos partes convergen a todo lo
largo de su longitud y se extienden sobre la superficie dorsomedial del
metacarpo IV, insertándose por un tendón común en la última falange.
Por otro lado una segunda cabeza se origina en el extremo proximal del
metacarpo IV encontrándose ventral al m. extensor brevis superficialis digiti
IV y pasa lateral a la inserción de la cabeza media del m. extensor digitorum
communis longus recubriendo todo el dorso del metacarpo IV e insertándose
pinnadamente en la articulación metacarpo IV-falange 1.
La tercera cabeza también consta de dos partes. Una parte superficial que
tiene lugar en el extremo proximal del metacarpo V extendiéndose hacia el
dedo IV ventralmente al m. extensor brevis superficialis digiti IV y distalmente
se fusiona con la cabeza profunda, mientras que la parte más profunda se
origina en el extremo proximal del metacarpo IV y recubre la superficie lateral
de éste. Una vez las dos partes se fusionan, esta cabeza sigue su recorrido
por el margen dorsolateral, alcanzando a cubrir el extremo distal metacarpo
IV e insertándose con un tendón largo en la última falange.

Mm. extensores breves profundi digiti V (Ext. br. prf. V): consta de dos
cabezas: la del lado interno se origina en el extremo proximal del metacarpo
IV cubierto por la parte superficial de la cabeza externa del mm. extensores
breves profundi digiti IV; recubre el borde dorsal e interno del metacarpo V
cubriendo el origen del m. transversus metacarpi 3, extendiéndose hasta
cubrir la cara interna de la articulación metacarpo V-falange y se continua
con un largo tendón que corre a lo largo del borde interno del dedo V hasta
insertarse en la última falange.
La cabeza del lado externo se origina en el extremo proximal del metacarpo
V, recubriendo el dorso de este metacarpo y está completamente cubierto
por el m. extensor brevis superficialis digiti V; su inserción pinnada se da en
el extremo distal del metacarpo V.
M. extensor brevis distalis digiti V (Ext. br. dist. V): se origina a lo largo de la
mitad distal de la superficie lateral externa del metacarpo V, limitando con el
extremo distal del m. abductor brevis digiti V, disponiéndose del lado externo
respecto a la cabeza externa del mm. extensores breves profundi digiti V y se
continúa con un largo tendón que se inserta en la última falange.

4.1.2.2. Palma

Región Superficial (Figuras 9 y 10)


Aponeurosis palmaris (Ap. palm.): cubre todo el carpo distal 5-4-3 y hacia el
lado externo es más delgada que hacia el lado interno. El tendón de
inserción del m. palmaris longus se articula en su margen proximal y de otra
parte el m. palmaris brevis se articula pinnadamente en la superficie dorsal.
Del margen distal se originan los tendo superficiales de los dedos III IV y V,
así como la cabeza externa del m. lumbricalis brevis digiti V.

M. adductor pollicis (Add. pols.): músculo en forma de abanico cuyo origen


pinnado es en el borde interno del carpo distal 5-4-3, cubierto por la
aponeurosis palmaris y se encuentra proximal con respecto al origen del m.
lumbricalis brevis indicis. Se extiende hacia el prepollex, cubriendo la
inserción del m. abductor pollicis e insertándose a lo largo de la superficie
palmar del prepollex.

M. flexor indicis superficialis proprius (Fl. ind. sup. prp.): músculo fusiforme
que se origina pinnadamente en el margen interno del carpo distal 5-4-3, en
el mismo punto del m. flexor teres indicis. Se dispone en medio del m.
lumbricalis brevis indicis y el m. flexor teres indicis continuándose con un
tendón largo que no llega hasta la segunda falange, insertándose en el
extremo distal de la falange 1.
Figura 10. Mm. llumbricales breves
Figura 9. Región superficial de la palma de E.bogotensis. MUJ-052. Escala digiti IV. MUJ-487 (mano izquierda).
1mm Escala 1mm
Tendo superficialis & Caput profundum tendo superficialis digiti III (T. sup. c.
prf. III): este complejo está conformado por el tendón superficialis, el cual se
origina hacia el lado interno de la aponeurosis palmaris extendiéndose hacia
el dedo III y por el m. caput profundum, cuyo origen está en el carpo distal 5-
4-3, cubierto por la aponeurosis palmaris. El m. caput profundum se articula
sobre la superficie dorsal del tendo superficialis sin cubrirlo totalmente y e
tendón se inserta en la última falange.

Tendo superficialis aponeurosis palmaris pro digiti IV (T. sup. prodig. IV): este
tendón se origina de la aponeurosis palmaris, lateral al origen del tendo
superficialis digiti III, se extiende a lo largo del dedo IV y se introduce a lo
largo del m. lumbricalis longus digiti IV estando completamente cubierto por
él, pasa en medio de los dos músculos del m. interphalangealis digiti IV y se
articula en la última falange.

M. tendo superficialis aponeurosis palmaris pro digiti V (T. sup. prodig. V):
este tendón se origina de la aponeurosis palmaris, contiguo a la cabeza
externa del m. lumbricalis brevis digiti V y lateral al origen del tendo
superficialis aponeurosis palmaris pro digiti IV. Se extiende hacia el dedo V,
disponiéndose a lo largo del m. lumbricalis longus digiti V y pasando en
medio del m. interphalangealis digiti V hasta insertarse en la base de la
última falange.

M. lumbricalis longus digiti IV (Lumbr. long. IV): es un músculo relativamente


corto y en forma de huso cuyas fibras se originan directamente del tendo
superficialis prodigiti IV, ocupando la mitad distal de este tendón
envolviéndolo totalmente y se inserta en la base de la falange 2 mediante
dos tendones que son cubiertos (corren dorsal) por el tendo superficialis
prodigiti IV.
M. lumbricalis longus digiti V (Lumbr. long. V): las fibras de este músculo
fusiforme se originan directamente de la base del tendo sueprificialis
aponeurosis palmaris pro digiti V y algunas fibras alcanzan a originarse de la
aponeurosis palmaris. Se extiende sobre el tendo superficialis pro digiti V
recubriendolo totalmente y se articula en la base de la falange 2 con dos
tendones largos y delgados que son cubiertos por el tendo superficialis
aponeurosis palmaris pro digiti V.

M. lumbricalis indicis brevis (Lumbr. ind. br.): se origina sobre el margen


interno del carpo distal 5-4-3 mediante un tendón delgado y su inserción se
presenta en la base de la falange 1 con un corto tendón. Este músculo en
forma de huso corre del lado interno al m. flexor indicis superficialis proprius y
cubre parcialmente (es ventral) al m. opponens indicis, es el más interno de
los músculo superficiales del dedo II pero su extremo proximal está cubierto
(dorsal) por el m. adductor pollicis.

M. lumbricalis brevis digiti III (Lumbr. br. III): es un músculo tan ancho que
corresponde casi a la totalidad de la anchura del metacarpo III y es cubierto
parcialmente por el tendo superficialis & caput profundum tendo superficialis
digiti III se origina mediante un tendón muy corto en el carpo distal 5-4-3,
laterodorsal al origen del caput profundum. Su amplia inserción es mediante
un tendón corto y ancho en el extremo distal del metacarpo III y en la base
de la falange proximal.

Mm. lumbricales breves digiti IV (Lumbr. br. IV) (figura 10): el origen tiene
lugar en el tendo superficialis aponeurosis palmaris prodigiti IV. Presenta dos
cabezas, la más interna se origina directamente del borde interno del tendo
superficialis prodigiti IV, desde su base en el límite con la aponeurosis
palmaris. El origen es proximal al del m. lumbricalis longus digiti IV y corre
medial y parcialmente dorsal al este último músculo y la inserción es con un
corto tendón en la base de la falange 1.
La otra cabeza es externa respecto al tendo superficialis aponeurosis
palmaris pro digiti IV. Esta cabeza delgada se origina del borde externo del
tendo sueprficialis aponeurosis palmaris pro digiti IV, proximal al m.
lumbricalis longus digiti IV, se ubica dorsal al m. lumbricalis longus y a la
cabeza interna del m. lumbricalis brevis digiti IV, articulándose en la base de
la falange 1 dorsal al tendo superficialis pro digiti IV. Sus fibras no alcanzan a
ser tan largas como las de la cabeza interna del m. lumbricalis brevis digiti IV
y por tanto su delgado tendón de inserción es largo. La cabeza externa del
m. lumbricalis brevis digiti IV sólo se presentó en la mano derecha del macho
MUJ-465 y en la mano izquierda de las dos hembras y del macho MUJ-487.

Mm. lumbricales breves digiti V (Lumbr. br. V): son dos cabezas elongadas
de las cuales la más interna se origina con un tendón largo y delgado en el
carpo distal 5-4-3, contiguo al origen del m. lumbricalis brevis digit III. Se
dispone diagonalmente hacia el dedo V corriendo ventralmente al m.
adductor proprius digiti V y distalmente es medial al m. lumbricalis longus
digiti V, insertándose en la base de la falange 1 con un corto tendón.
Mientras que la cabeza externa tiene un origen tendinoso de la aponeurosis
palmaris, lateral al origen del tendo superficialis prodigiti V, extendiéndose
lateralmente al m. lumbricalis longus digiti V y articulándose en la base de la
falange 1 con un tendón corto.

M. flexor teres indicis (Fl. t. ind.): es el más externo de los músculos


superficiales del dedo II. Se origina pinnadamente en el carpo distal 5-4-3, en
el mismo punto de origen del m. flexor indicis superficialis proprius
disponiéndose lateralmente al m. flexor indicis superficialis proprius y
ventralmente al m. transversus metacarpi 1, éste músculo fusiforme se
inserta en la falange basal con un tendón corto.
Mm. interphalangealis digiti IV (Intphal. IV): son dos músculos que se originan
pinnadamente en la cara ventral de la base de la falange 1 del dedo IV y que
se disponen a lo largo de la falange proximal cubriendo la superficie
ventromedial y ventrolateral, siendo el del lado interno más robusto que el
lateral externo. La inserción de cada músculo es independiente articulándose
mediante un tendón corto en la superficie ventral de la base de la falange 2.
El tendo superficialis aponeurosis palmaris pro digiti IV y los tendones de
inserción del m. lumbricalis longus digiti IV pasan entre éstos dos músculos
cubriéndolos parcialmente.

Mm. interphalangealis digiti V (Intphal. V): al igual que los mm.


interphalangealis digiti IV, son dos músculos que se originan pinnadamente
en la cara palmar de la base de la falange 1 del dedo V disponiéndose a lo
largo de la falange proximal y cubriendo la superficie ventromedial y
ventrolateral. En medio de ellos corre el tendo superficialis aponeurosis
palmaris pro digiti V y los tendones de inserción del m. lumbricalis longus
digiti V, cubriendo parcialmente la superficie ventral de los dos músculos. De
la misma manera los dos músculos convergen distalmente pero no se tocan,
por lo que sus inserciones son independientes; éstas se llevan a cabo
mediante dos tendones cortos en la cara palmar de la base de la falange 2.

Región Profunda (Figura 11)


M. opponens indicis (Op. ind.): se origina en el carpo distal 5-4-3
pinnadamente y se articula en a lo largo del metacarpo II hasta su extremo
distal. Se encuentra dorsal al m. lumbricalis brevis indicis y al m. flexor indicis
superficiales proprius recubriendo la cara ventral del matecarpo II, limitando
con el m. transversus metacarpi 1.
11A 11B

Figura 11. Región profunda de la palma de E. bogotensis. MUJ-052. Escala: 1mm. Se removieron los mm.
lumbricales breves, excepto la cabeza interna de los mm. lumbricales breves digiti V en la figura 11A. En la figura 11B se
removió el m. adductor proprius digiti V.
M. abductor pollicis (Abd. pols.): este músculo presenta un amplio origen
pinnado en el extremo distal del radioulna y en el borde interno del ulnare. Se
dispone diagonalmente hacia el prepollex, articulándose pinnadamente en el
margen proximal de éste. Su inserción está cubierta (es dorsal al) por el m.
adductor pollicis.

M. flexor ossis metacarpi digiti III (Fl. os. metc. III): su origen pinnado tiene
lugar en el carpo distal 5-4-3 dorsal al origen del m. adductor proprius digiti V
y se extiende hacia el dígito III articulándose pinnadamente a lo largo de los
dos tercios distales del mismo hasta el límite con falange proximal. Ocupa
gran parte de la cara palmar del metacarpo II limitando medialmente con el
m. flexor teres digiti III y con el origen del m. transversus metacarpi 1.

M. flexor ossis metacarpi digiti IV (Fl. os. metc. IV): es un músculo robusto y
ancho que se origina del carpo distal 5-4-3 con un tendón corto, a la altura de
la base del metacarpo V y su inserción pinnada ocupa la mitad distal de la
superficie ventral del metacarpo IV. Proximalmente es dorsal (profundo) al m.
adductor proprius digiti V, corre hacia el dedo IV limitando por el lado interno
con el m. flexor teres digiti IV y cubriendo el origen del m. transversus
metacarpi 2.

M. flexor teres digiti III (Fl. t III): está cubierto por el m. lumbricalis brevis digiti
III, limita lateralmente con el m. flexor ossis metacarpi digiti III ocupando toda
la cara medial del metacarpo III así como la región distal de la superficie
ventral de éste. Su origen se presenta en la superficie interna del extremo
proximal del metacarpo III, dorsalmente al m. transervus metacarpi 1 y se
articula con un tendón corto en la cara palmar de la base de la falange 1.

M. flexor teres digiti IV (Fl. t. IV): se origina en el extremo proximal e interno


del metacarpo IV dorsalmente al m. transversus metacarpi 2 y la inserción se
lleva a cabo en la cara ventral de la base de la falange 1, con un corto
tendón. Se encuentra ubicado dorsal al m. lumbricalis brevis digiti IV y
limitando por el lado externo con el m. flexor ossis metacarpi digiti IV
recubriendo el margen interno y la superficie ventral-distal del metacarpo IV.

M. flexor teres digiti V (Fl. t. V): su origen directo abarca los dos tercios
proximales del margen ventromedial del metacarpo V, articulándose con un
corto tendón en la base de la falange 1. Se encuentra en el lado interno del
metacarpo V ventralmente al m. transversus metacarpi 3, disponiéndose
dorsalmente a la cabeza interna del m. lumbricalis brevis digiti V y al m.
adductor proprius digiti V.

M. adductor proprius digiti V (Add. prp. V): es un músculo ancho cuyo origen
pinnado tiene lugar del carpo distal 5-4-3 a la altura de la base del metacarpo
III, ventral al origen del m. flexor ossis metacarpi digiti III y cubriendo también
el origen del m. flexor ossis metacarpi digiti IV. A partir de su origen se
extiende diagonalmente hacia el dedo V siendo entonces parcialmente
cubierto (dorsal) por el m. lumbricalis longus digiti V y por la cabeza interna
del m. lumbricalis brevis digiti V. Se articula pinnadamente en el extremo
distal del metacarpo V, en medio de la inserción de la cabeza interna del m.
lumbricalis brevis digiti V y el m. abductor secundus digiti V.

M. opponenes digiti V (Op. V): se origina pinnadamente en el carpo distal 5-


4-3, lateralmente al m. flexor ossis metacarpi digiti IV y la inserción también
pinnada ocurre en el extremo distal de la cara palmar del metacarpo V. Es
dorsal a la cabeza externa del m. lumbricalis brevis digiti V, cubriendo la
superficie ventral del metacarpo V y en su recorrido se fusiona parcialmente
con el m. abductor primus digiti V y m. abductor secundus digiti V hacia la
región distal.
M. abductor secundus digiti V (Abd. sec. V): los mm. abductor primus digiti V
y abductor secundus digiti V están fusionados formando un solo músculo, el
cual de acuerdo a su posición y cubrimiento puede corresponder al m.
abductor secundus digiti V. Es un músculo triangular cuyo origen directo es
en el carpo distal 5-4-3 y en el ulnare, cerca al origen del m. palmaris brevis.
Recubre la superficie ventrolateral y laterodorsal del metacarpo V. La
inserción se lleva a cabo en parte pinnadamente a lo largo del margen lateral
del metacarpo V, hasta su extremo distal y en parte mediante un tendón en el
extremo distal del mismo.

M. transversus metacarpi 1 (Tr. metc. 1): es un músculo plano y amplio,


visible al separar los dedos II y III y que se origina en la mitad proximal de la
superficie palmar del metacarpo III y se extiende hacia el dedo II
articulándose a lo largo de la cara ventral del metacarpo II. El origen se
presenta dorsal al m. lumbricalis brevis digiti III y medial a la inserción del al
m. flexor ossis metacarpi digiti III, mientras que la inserción es dorsal al m.
flexor indicis superficialis proprius.

M. transversus metacarpi 2 (Tr. metc. 2): se origina en el tercio proximal de la


superficie ventral del metacarpo IV dorsalmente al m. lumbricalis brevis digiti
IV y medial al m. flexor ossis metacarpi digiti IV. Este músculo plano se
inserta a lo largo de todo el borde externo del metacarpo III siendo
parcialmente cubierto por el m. flexor ossis metacarpi digiti III.

M. transversus metacarpi 3 (Tr. metc. 3): músculo plano y angosto que se


origina en el borde interno del extremo distal del metacarpo V dorsalmente al
m. flexor teres digiti V y se inserta en el extremo distal del margen externo del
metacarpo IV, siendo ésta un poco más amplia que el origen.
M. intercarpalis (Intcarp.): sus fibras se originan directamente del borde
interno de la superficie palmar del ulnare, ventral al m. palmaris profundus y
se articula pinnadamente en el margen proximal de la superficie palmar del
carpo distal 5-4-3. Este músculo está cubierto (es dorsal a la) por la
aponeurosis plamaris y por el m. palmaris brevis.

4.1.3. Músculos de los pies

4.1.3.1. Superficie dorsal

Región superficial (Figuras 12 y 13)


M. tarsalis anticus (T. ant.): este músculo voluminoso se origina en el
extremo distal del tibiofíbula mediante un tendón común con el m. extensor
digitorum communis longus, pero se separa cerca al origen disponiéndose
parcialmente dorsal a este músculo. Sus fibras se extienden diagonalmente
hacia el tibiale articulándose a lo largo de los dos tercios distales o mitad
distal del borde dorsal e interno de este hueso, logrando una forma bipinada
junto con el m. tarsalis posticus con el que limita a lo largo de su recorrido y
es cubierto distalmente por el m. extensor brevis superficialis hallucis.

M. extensor digitorum communis longus (Ext. dig. com. long.): su origen se


lleva a cabo en la cara ventral del extremo distal del tibiofíbula con un tendón
largo común con el m. tarsalis anticus, al cual cubre parcialmente. Se
dispone a lo largo de la región del tarso pasando dorsal a los mm. extensores
breves superficiales hallucis y digiti II; este músculo ahusado se inserta
pinnadamente hacia el lado interno de la región proximal del metatarso III, en
medio del m. extensor brevis superficialis digiti III y la cabeza interna de los
mm. extensores breves profundi digiti III.
Figura 12. Región superficial de la cara dorsal del tarso de E.
bogotensis. MUJ-052. Escala: 1mm
Figura 13. Región superficial del dorso del pie de E. bogotensis. Se
cortó el m. extensor digitorum communis longus. MUJ-052. Escala: 1mm
M. abductor brevis dorsalis digiti V (Abd. br. dor. V): es el más externo de los
músculos de la cara dorsal de la región del tarso, paralelo al m. extensor
digitorum communis longus, originándose en todo lo largo de la longitud del
fibulare recubriendo el margen dorsal y externo del mismo. Este músculo
pasa dorsal al origen de los mm. extensores breves superficiales digitorum y
se articula pinnadamente en el primer tercio del metatarso V tocándose con
la cabeza externa de los mm. extensores breves profundi digiti V.

M. extensor brevis superficialis hallucis (Ext. br. sup. hal.): éste es el más
proximal de los mm. extensores breves superficiales digitorum originándose a
lo largo del segundo tercio del dorso del fibulare cubierto por el m. abductor
brevis dorsalis digiti V y parcialmente ventral al m. extensor brevis
superficialis digiti II. Es un músculo plano que se extiende hacia el dedo I
pasando ventral al m. extensor digitorum communis longus y presentando
doble inserción: una cabeza se separa y se articula mediante un tendón
plano en el borde distal del prehallux, mientras que la mayor parte del
músculo se inserta pinnadamente en la cara dorsal del extremo proximal del
metatarso I lateralmente al m. abductor brevis dorsalis hallucis.

M. extensor brevis superficialis digiti II (Ext. br. sup. II): es un músculo plano
cuyo amplio origen tiene lugar pinnadamente en la superficie dorsal del
fibulare, distal al m. extensor brevis superficialis hallucis. Es más amplio que
los mm. extensores breves superficiales digiti III y IV y se dispone ventral al
m. extensor digitorum communis longus insertándose pinnadamente en el
punto medio de la longitud del metatarso II, lateral a la cabeza interna del m.
extensor brevis profundi digiti II. De la superficie ventral de este músculo se
separa un grupo de fibras que parecen extenderse hacia el dedo I pero se
articulan nuevamente con un tendón al m. extensor brevis superficialis digit II.
M. extensor brevis superficialis digiti III (Ext. br. sup. III): es delgado, plano y
su origen se da en la superficie dorsal del fibulare distalmente al m. extensor
brevis superficialis digiti II; se extiende hacia el dedo III encontrándose del
lado externo a la inserción del m. extensor digitorum communis longus. Sus
fibras llegan hasta el punto medio de la longitud del metatarso III y se
continúa con un tendón largo y ancho que se inserta en la base de la falange
1. Un pequeño haz de fibras se articula en el dorso del metatarso III en el
mismo punto de inserción del m. extensor digitorum communis longus.

M. extensor brevis superficialis digiti IV (Ext. br. sup. IV): son dos cabezas
largas que corren paralelas sobre el metatarso IV originándose
pinnadamente en el extremo distal del fibulare; proximalmente unas fibras de
la cabeza más externa se fusionan a la cabeza más interna. La cabeza del
lado interno es cubierta parcialmente por el m. extensor brevis superficialis
digiti III mientras que la más externa alcanza a cubrir el extremo proximal de
la cabeza interna del m. extensor brevis profundi digiti V. Sus fibras no
alcanzan el extremo distal del metatarso IV articulándose cada cabeza con
un tendón amplio y relativamente largo en la base de la falange 1.

Región profunda (Figuras 13 y 14)


M. abductor brevis dorsalis hallucis (Abd. br. dor. hal.): es el más interno de
los músculos del dedo I, originándose pinnadamente en el elemento Y e
insertándose a lo largo del margen dorsomedial del metatarso I hasta el
extremo distal de este. Proximalmente es cubierto por el m. extensor brevis
superficialis hallucis y limita por el lado externo con el m. extensor brevis
dorsalis hallucis

M. extensor brevis dorsalis hallucis (Ext. br. dor. hal.): el origen tiene lugar
pinnadamente en el tarso distal 1 y se encuentra del lado externo a la
Figura 14. Región profunda del dorso del pie de E. bogotensis. Se
removieron los mm. extensores breves superficiales. MUJ-052. Escala:
1mm
inserción del m. extensor brevis superficialis hallucis, limitando también con
el m. abductor brevis dorsalis hallucis e insertándose con un tendón corto en
la base de la falange 1.

M. extensor brevis medius hallucis (Ext. br. med. hal.): el origen de este
músculo delgado se lleva a cabo en el extremo distal del fibulare en el mismo
punto de origen del m. extensor brevis medius digiti II, está cubierto al m.
extensor brevis superficialis digiti II y se extiende hacia el dedo I haciéndose
agudo distalmente pero sus fibras llegan a la región proximal del metatarso I
continuándose con un largo tendón que pasa en medio del m. extensor
brevis profundus hallucis y el m. extensor brevis dorsalis hallucis y se inserta
en la base de la falange 1.

M. extensor brevis medius digiti II (Ext. br. med. II): en su origen las fibras se
confunden con las del m. extensor brevis superficialis digiti II llevándose a
cabo pinnadamente en el extremo distal del fibulare contiguo al m. extensor
brevis medius hallucis y aunque es delgado es un poco más robusto que este
último. Las fibras llegan hasta la mitad de la longitud del metatarso II
pasando del lado externo a la inserción del m. extensor brevis superficialis
digiti II y se continúa con un tendón largo hasta insertarse en la base de la
falange 1. Algunas fibras se articulan en el dorso del metatarso II en el
mismo punto de inserción del m. extensor brevis superficialis digiti II.

M. extensor brevis profundus hallucis (Ext. br. prf. hal.): se encuentra hacia
el lado externo del metatarso I originándose en el extremo proximal de este y
recubriendo su superficie dorsal y lateral externa, articulándose en la última
falange con un tendón largo.

Mm. extensores breves profundi digiti II (Ext. br. prf. II): está conformado por
dos cabezas fusiformes: la más interna se origina pinnadamente en el
extremo proximal del metatarso I, lateral al origen del m. extensor brevis
profundi hallucis y corre del lado interno a la inserción del m. extensor brevis
superficialis digiti II presentando una inserción tendinosa en la base de la
falange 1. De otra parte, el origen de la cabeza externa se da en el extremo
proximal del metatarso II y recubre el margen externo del metatarso II
insertándose con un largo tendón en la última falange.

Mm. extensores breves profundi digiti III (Ext. br. prf. III): presenta dos partes
que cubren el margen interno y externo del metatarso III de la siguiente
manera: la parte más interna tiene lugar pinnadamente en el extremo
proximal del metatarso II, lateral al origen de la cabeza externa de los mm.
extensores breves profundi digiti II, disponiéndose del lado interno de la
inserción del m. extensor digitorum communis longus. Distalmente se divide
en dos cabezas de las cuales, la más interna, presenta una inserción
tendinosa en la base de la falange 1 mientras que la más externa se inserta
en la base de la falange 2 con un tendón largo. Por otro lado, la parte más
externa se origina en el punto subproximal del metatarso III contiguo a la
inserción del m. extensor digitorum communis longus y se inserta con un
largo tendón en la última falange.

Mm. extensores breves profundi digiti IV (Ext. br. prf. IV): son dos cabezas en
forma de huso que recubren el dorso y los lados del metatarso IV. La cabeza
interna se origina del extremo proximal del metatarso III tocándose con la
cabeza externa de los mm. extensores breves profundi digiti III y se extiende
hacia el dedo IV separándose proximalmente en dos partes: una parte
superficial que está en el lado interno del metatarso IV y se inserta en la
última falange con un tendón largo y una parte profunda (que está cubierta
parcialmente por la parte superficial) cuyas fibras se observan diagonalmente
articulándose en todo lo largo del dorso del metatarso IV hasta su extremo
distal.
La cabeza otra cabeza está en el lado externo del metatarso IV originándose
en el tercio medio de la longitud del dorso del metatarso IV extendiéndose a
lo largo de la región distal del metatarso IV siendo cubierto por el m. extensor
brevis superficialis digiti IV. Sus fibras alcanzan a cubrir la cara externa de la
articulación metatarso-falange y se articula en la última falange con un largo
tendón.

Mm. extensores breves profundi digiti V (Ext. br. prf. V): al igual que los mm.
extensores breves profundii digiti II, III y IV presenta dos cabezas en forma
de huso que se originan en el extremo proximal del metatarso V en el límite
con el fibulare. La cabeza más interna se encuentra del lado interno
respecto al m. abductor brevis dorsalis digiti V recubriendo la superficie
dorsal e interna del metatarso V y la cabeza externa recubre el margen
dorsal y externo de este metatarso pero proximalmente unas fibras se
originan del lado interno al m. abductor brevis dorsalis digiti V y otras del lado
externo de este músculo. Proximalmente las fibras de las dos cabezas se
tocan formando una bipinnación y la inserción de cada cabeza se da
mediante un tendón largo en la última falange.

M. abductor proprius digiti IV (Abd. prp. IV): se origina en el extremo proximal


de la cara interna del metatarso V y se orienta hacia el dedo IV insertándose
a lo largo de la mitad proximal de la cara externa del metatarso IV. Este
músculo plano está completamente cubierto por la cabeza interna de los mm.
extensores breves profundi digiti V y por la cabeza externa de los mm.
extensores breves profundi digiti IV.
4.1.3.2. Planta

Región superficial (Figuras 15 y 16)


Aponeurosis plantaris (Ap. plant.): se origina del extremo distal del m.
plantaris longus disponiéndose a lo largo de la región del tarso cubriendo el
m. tarsalis posticus, el m. plantaris profundus y el m. flexor digitorum brevis
superficialis. Es gruesa aunque lateral y distalmente se hace más delgada y
se extiende hacia los dedos alcanzando a cubrir la región proximal de los
metatarsos. De esta aponeurosis se originan los tendines superficiales
hallucis, digiti II, digiti III, m. lumbricalis longus digiti III, mm. lumbricales
breves hallucis, digiti II, digiti III y la cabeza interna del mm. lumbricales
breves digiti IV. En ella se articulan el m. plantaris profundus, el m.
transversus plantae proximalis y el m. transversus plantae distalis.

M. abductor prehallucis (Abd. prehal.): músculo corto que origina del borde
interno y distal de la aponeurosis plantaris, en común con el m. abductor
brevis plantaris hallucis y se inserta hacia el lado interno de la región
proximal del prehallux pinnadamente.

M. abductor brevis plantaris hallucis (Abd. br. plan. hal.): el origen de la


aponeurosis plantaris, es común con el m. abductor prehallucis. Es un grupo
de fibras muy delgado que distalmente se separa del m. abductor prehallucis
extendiéndose hacia el dedo 1, pasando del lado externo del prehallux para
insertarse con un tendón corto en el borde interno del extremo proximal del
metatarso I. Distalmente está cubierto por el m. lumbricalis brevis hallucis.

Tendo superficialis hallucis (T. sup. hal.): este tendón se origina de la


esquina distal interna de la aponeurosis plantaris, lateral al origen del m.
Figura 15. Región superficial de la cara ventral del tarso de E. bogotensis y
algunos músculos de los dedos. MUJ-052. Escala: 1mm. El tendón distal del
m. flexor digitorum brevis superficiales y el m. transversus plantae distalis están
recubiertos por la aponeurosis plantaris pero son visibles superficialmente.
Figura 16. Región superficial de la planta de E. bogotensis. Músculos de los
dedos. MUJ-052. Escala: 1mm. El m. transversus plantae distalis está cubierto por
la aponeurosis plantaris pero es visible superficialmente.
lumbricalis brevis hallucis, corriendo sobre el margen interno de la superficie
ventral del m. opponens hallucis y articulándose en la última falange.

Tendo superficialis pro digiti II (T. sup. prodig. II): el origen se da en el


margen distal de la aponeurosis plantaris lateral al origen del tendo
superficialis hallucis y la inserción es en la última falange. En su recorrido se
encuentra íntimamente relacionado con el m. lumbricalis brevis digiti II.

Tendo superficialis pro digiti III (T. sup. prodig. III): se origina del borde distal
de la aponeurosis plantaris lateralmente al m. lumbricalis longus digit III y se
extiende hacia el dedo III estando en estrecha relación con la superficie
ventral del m. lumbricalis longus digiti III, pasando en medio de los mm.
interphalangeales digiti III e insertándose en la última falange.

Tendo superficialis pro digiti IV (T. sup. prodig. IV): este tendón se origina del
tendón distal del m. flexor digitorum brevis superficialis junto con el tendo
superficialis pro digiti V, disponiéndose hacia el dedo IV, dorsalmente al m.
lumbricalis longissimus digiti IV y lateral al m. lumbricalis longus digiti IV. A lo
largo de la falange 1 este tendón corre del lado externo a los tendones de
inserción del m. lumbricalis longus digiti IV y m. lumbricalis longissimus digiti
IV para insertarse en la última falange.

Tendo superficialis pro digiti V (T. sup. prodig. V): se origina del tendón distal
del m. flexor digitorum brevis sueprficialis y se extiende hacia el dedo V
siendo cubierto por el m. lumbricalis longus digiti V y corriendo paralelo a los
tendones de inserción del m. lumbricalis longus digiti V articulandose en la
última falange.

M. lumbricalis longus digiti III (Lumbr. long. III): es un músculo fusiforme cuyo
origen tendinoso tiene lugar en la aponeurosis plantaris, proximalmente al
origen del m. lumbricalis brevis digiti III y se dispone medialmente al tendo
superficialis pro digiti III encontrándose distalmente en estrecha relación con
éste tendón. En su recorrido cubre parcialmente al m. lumbricalis brevis digiti
III y su tendón de inserción corre a lo largo de la falange 1, paralelo y del lado
interno al tendo superficialis pro digiti III, articulándose en la base de la
falange 2.

M. lumbricalis longus digiti IV (Lumbr. long. IV): presenta forma triangular, es


más pequeño que el m. lumbricalis longissimus digiti IV y está en estrecha
relación con el tendo superficialis pro digiti IV, originándose del borde interno
de este tendón cerca a la aponeurosis plantaris. Se mantiene medial
respecto al tendo superficialis pro digiti IV y proximal al m. lumbricalis
longissimus digiti IV; su largo tendón de inserción está cubierto por éste
músculo y se dispone a lo largo de la falange 1 medial al tendón de inserción
del m. lumbricalis longissimus digiti IV articulándose en la base de la falange
2.

M. lumbricalis longissimus digiti IV (Lumbr. longis. IV): este músculo en


forma de huso es más largo que el m. lumbricalis longus digiti IV y al igual
que éste, se origina directamente del tendo superficialis pro digiti IV al cual
cubre ventralmente. Se halla del lado externo y distal al m. lumbricalis longus
dgiti IV y se continúa con un tendón largo que corre a lo largo de las falanges
1 y 2 paralelo al tendo superficialis pro digiti IV hasta articularse en la base
de la falange 3.

M. lumbricalis longus digiti V (Lumbr. long. V): es voluminoso y de aspecto


rollizo, sus fibras se originan directamente del extremo proximal del tendo
superficialis pro digiti V y se mantiene en estrecha relación con éste
rodeándolo y escondiéndolo completamente a lo largo de toda la región
metatarsiana. Se articula en la base de la falange 2 con dos tendones
delgados que corren uno a cada lado del tendo superficialis pro digiti V.

M. lumbricalis brevis hallucis (Lumbr. br. hal.): su origen tiene lugar en el


margen distal de la aponeurosis plantaris del lado interno respecto al tendo
superficialis hallucis, disponiéndose hacia el lado interno de la cara ventral
del metatarso I e insertándose en la base de la falange 1 con un tendón
corto. En cuanto a su forma, tiende a ser aplanado y proximalmente es más
amplio siendo agudo distalmente.

M. lumbricalis brevis digiti II (Lumbr. br. II): presenta un origen amplio de la


aponeurosis plantaris, que se da en el mismo punto de inserción del m.
transversus plantae distalis y se inserta en la base de la falange 1 mediante
un tendón corto. Es un músculo voluminoso que se encuentra cubriendo casi
la totalidad de la anchura de la cara plantar del metatarso II y sobre el cual
(ventral a él) se extiende el tendo superficialis pro digiti II.

M. lumbricalis brevis digiti III (Lumbr. br. III): se origina con un tendón largo y
delgado del borde distal de la aponeurosis plantaris, dorsalmente al origen
del m. lumbricalis brevis digiti II y corre del lado interno del metatarso III
insertándose en el extremo proximal de la falange 1 por medio de un tendón
corto. Presenta forma de huso, angosto proximalmente y se encuentra
parcialmente dorsal al m. lumbricalis longus digiti III, cubriendo el m. flexor
teres digiti III.

Mm. lumbricales breves digiti IV (Lumbr. br. IV): presenta dos cabezas
alargadas que están a los lados del metatarso IV, paralelas a los mm.
lumbricalis longus y longissimus digiti IV. La cabeza del lado interno se
origina mediante un tendón largo en la aponeurosis plantaris y se inserta en
la base de la falange 1 con un tendón corto, su origen es lateral al origen del
m. lumbricalis longus digiti III y corre hacia el dedo IV pasando sobre el m.
flexor ossis metatarsi digiti III ubicándose en el lado interno del metatarso IV.
La cabeza del lado externo se origina en el cartílago plantar a la altura del
dedo V mediante un tendón corto común con la cabeza interna de los mm.
lumbricales breves digiti V compartiendo también algunas fibras de la región
proximal con éste músculo. Este músculo aplanado se orienta hacia el lado
externo del metatarso IV, cubierto parcialmente por el m. lumbricalis
longissimus digiti IV y al igual que la cabeza interna se inserta en la base de
la falange 1 con un tendón corto.

Mm. lumbricales breves digiti V (Lumbr. br . V) (Figura 17): al igual que los
mm. lumbricales breves digiti IV, son dos cabezas y se originan en el
cartílago plantar de la siguiente manera: el primero se origina con un corto
tendón común a la cabeza externa de los mm. lumbricales breves digiti IV y
también comparten algunas fibras proximalmente mientras que el segundo
también se origina con un tendón corto pero es independiente. La cabeza
interna de los mm. lumbricales breves digiti V es alargado y se ubica dorsal al
m. lumbricalis longus digiti V, se separa en dos cabezas cerca al punto medio
de su longitud que corren paralelas y se articulan pinnadamente en la cara
ventral y hacia el lado interno del extremo distal del metatarso V. La cabeza
externa del m. lumbricalis brevis digiti V es ahusado, presenta un origen
tendinoso y se encuentra en el lado externo del metatarso V corriendo
paralelo al m. lumbricalis longus digiti IV e insertándose en la base de la
falange 1 con un tendón corto.

M. abductor brevis plantaris digiti V (Abd. br. plan. V) (Figura 18): presenta
forma triangular, su origen es tendinoso y se lleva a cabo en la cara externa
del cóndilo distal del fibulare; se dispone sobre el margen externo del
metatarso V, parcialmente dorsal a la cabeza externa de los mm. lumbricales
Figura 17. Mm. lumbricales breves digiti III, IV y V de E. Figura 18. M. abductor brevis plantaris
bogotensis. MUJ-052. Escala: 1mm. Se cortaron los mm. lumbricales digiti V de E. bogotensis. Vista lateral del
longus. dedo V. MUJ-052. Escala 1mm
breves digiti V, articulándose a todo lo largo del margen externo de este
metatarso hasta su extremo distal.

Mm. interphalangeales digiti III (Intphal. III): son dos músculos


completamente independientes que se encuentran a lo largo de la falange 1.
Un músculo se origina en la cara interna de la base de la falange 1
disponiéndose sobre la superficie ventral e interna de esta falange, y el otro
músculo tiene lugar en la cara externa del extremo proximal de la falange 1
extendiéndose sobre la superficie ventral y lateral de la falange 1. Ambos
músculos se articulan en la región ventral de la base de la falange 2 con
inserciones tendinosas e independientes entre sí.

Mm. interphalangeales proximales digiti IV (Intphal. prox. IV): son dos


músculos delgados que al igual que los Mm. interphalangeales digiti III se
originan uno a cada lado del extremo proximal de la falange 1 y se disponen
a lo largo de esta falange cubriendo su superficie ventral interna y ventral
externa e insertándose en la cara ventral de la falange 2 mediante dos
tendones independientes. En medio de ellos pasan los tendones de
inserción del m. lumbricalis longus digiti IV, del m. lumbricalis longissimus
digiti IV y el tendo superficialis pro digiti IV.

Mm. interphalangeales distales digiti IV (Intphal. dist. IV): dos cabezas


delgados que están en la falange 2, en medio de los cuales corren el tendo
superficialis pro digiti IV y el tendón de inserción del m. lumbricalis
longissimus digiti IV. El músculo más interno se origina en la cara interna de
la base de la falange 2 y se extiende sobre la cara ventral hasta insertarse en
la base de la falange 3 con un tendón pequeño. El músculo más externo se
origina en el margen lateral del extremo proximal de la falange 2, también
cubre ventralmente esta falange y se articula en la base de la falange 3 con
un tendón corto.
Mm. interphalangeales digiti V (Intphal. V): consta de dos cabezas que se
originan a los lados de la base de la falange 1 y son independientes entre sí
disponiéndose a lo largo de la falange 1 sobre las cara ventral de ésta hasta
insertarse en la base de la falange 2 con un tendón cada cabeza.

Región profunda (Figuras 19, 20 y 21)


M. plantaris profundus (Plan. prf.): su origen en el ligamentum calcanei es
ventral al origen del m. flexor digitorum brevis superficialis. Este amplio
músculo corre dorsalmente a la aponeurosis plantaris cubriendo el m. tarsalis
posticus y articulándose en la superficie dorsal de esta aponeurosis hasta el
nivel del prehallux y del m. transversus plantae proximalis.

M. flexor digitorum brevis superficiales (Fl. dig. br. sup.): el origen de este
músculo fusiforme se da en el ligamentum calcanei parcialmente dorsal al
origen del m. plantaris profundus, músculo con el cual limita a lo largo de su
recorrido sobre el fibulare. Está cubierto por la aponeurosis plantaris y
distalmente pasa ventral al m. transversus plantae proximalis haciéndose
agudo y terminando en un tendón fuerte que se divide en dos partes dando
lugar al tendo superficialis pro digiti IV y tendo superficialis pro digiti V.

M. tarsalis posticus (T. post.): este músculo voluminoso se dispone a lo largo


del tibiale completamente cubierto por el m. plantaris profundus y
originándose en el ligamentum calcanei interno al origen del m. plantaris
profundus; corre paralelo al m. flexor digitorum brevis superficialis y
distalmente se toca con el m. transversus plantae proximalis. Se articula a lo
largo de la cara dorsal e interna del tibiale hasta el cóndilo distal del mismo.
19A 19B

Figura 19. Región profunda de la cara ventral del tarso de E. bogotensis.


MUJ-052. Escala: 1mm. En la figura 19A no se pintó la aponeurosis plantaris y en
la figura 19B se removieron el m. flexor digitorum brevis superficiales y el m.

Figura 20. Mm. contrahentis digiti I y digiti II. Músculos profundos de la cara
ventral de los dedos I y II de E. bogotensis I. MUJ-687. Escala: 1mm
Figura 21. Región profunda de la planta de E. bogotensis. Músculos de los dedos. MUJ-052. Escala: 1mm. Se
removieron los mm. lumbricales breves, mm. lumbricalis longus, m. opponens hallucis y m. contrahentis digiti II.
M. transversus plantae proximalis (Tr. plant. prox.): tiene forma de banda, se
dispone transversalmente desde su origen en el extremo distal del fibulare
hasta su inserción en la cara dorsal de la aponeurosis plantaris a nivel del
cóndilo distal del tibiale, pasando ventralmente al m. flexor digitorum brevis
superficialis y cubriendo el extremo distal del m. tarsalis posticus.

M. transversus plantae distalis (Tr. plant. dist) (Figuras 15, 16, 17): al igual
que el m. transversus plantae proximalis presenta forma de banda y se
origina en el cartílago plantar extendiéndose hacia el dedo I cubriendo los
tarsos distales 1, 2 y 5-4-3, así como también el extremo proximal de los
metatarsos 2, 3 y 4-5 y se inserta en la cara dorsal de la aponeurosis
plantaris, limitando con los mm. lumbricales breves digitorum que se originan
en esta aponeurosis.

M. intertarsalis (Intars.): se origina a lo largo de la cara dorsal e interna del


fibulare y del margen externo del tibiale, hallándose en medio de estos dos
huesos. Sus fibras son oblicuas disponiéndose hacia el extremo distal donde
se fusionan tibiale y fibulare donde se continúa con un tendón que se
encuentra dorsal al m. transversus plantae proximalis y se articula en la
superficie ventral del elemento Y. Este músculo es cubierto por el m. flexor
digitorum brevis superficialis y por el m. tarsalis posticus a lo largo de su
recorrido y distalmente por el m. transversus plantae proximalis.

M. opponens hallucis (Op. hal.): su origen es pinnado y tiene lugar en el


extremo proximal del metatarso II dorsal a la aponeurosis plantaris y al m.
transversus plantae distalis. Es un músculo amplio que se ensancha
cubriendo casi la totalidad de la superficie plantar del metatarso I,
manteniéndose en estrecha relación con el tendo superficialis hallucis,
limitando medialmente con el m. lumbricalis brevis digiti I y cubriendo
parcialmente el m. contrahentis digiti I; se articula de la base de la falange 1
con un tendón corto.

M. contrahentis digiti I (Contr. I) (Figura 20): se origina pinnadamente en el


tarso distal 2-3 dorsal al m. tansversus plantae distalis y se extiende hacia el
dedo I disponiéndose ventralmente al m. transversus metatarsus 1 y
profundo (dorsal) al m. opponens hallucis. Su inserción tendinosa se lleva a
cabo en el extremo proximal de la falange 1 del dedo I y algunas fibras se
articulan a lo largo del metatarso I.

M. contrahentis digit II (Contr. II) (Figura 20): es un grupo de fibras delgado


con origen en la superficie plantar del tarso distal 2-3, que se dispone hacia
el dedo II en medio del m. flexor teres digiti II y del m. flexor ossis metatarsi
digiti II, insertándose pinnadamente en la articulación metatarso II-falange.
En la hembra MUJ-052, en el pie derecho del macho MUJ-465 y en el pie
izquierdo del macho MUJ-481, no se encontró este músculo.

M. flexor ossis metatarsi digiti II (Fl. os. mett. II): músculo voluminoso cuyo
origen ocurre en el tarso distal 2-3 con un tendón ancho. Proximalmente es
dorsal al m. transversus plantae distalis, corre ventral al m. tansversus
metatarsus 2 y es parcialmente cubierto por el m. lumbricalis brevis digiti II.
Su inserción se da a lo largo de la superficie ventral del metatarso II
ocupando los dos tercios distales de éste.

M. flexor ossis metatarsi digiti III (Fl. os. mett. III): músculo voluminoso cuyo
origen se lleva a cabo con un tendón largo en la cara externa del fibulare
distalmente, disponiéndose hacia el dedo III cubriendo parcialmente al m.
transversus metatarsus 3. La inserción se da a todo lo largo de la superficie
ventral del metatarso III contiguo al m. flexor teres digiti III y a la inserción del
m. transversus metatarsus 2.
M. flexor ossis metatarsi digiti IV (Fl. os. mett. IV): el origen de este músculo
robusto es en la cara externa del extremo distal del fibulare con un tendón
largo cerca al origen del m. flexor ossis metatarsi digiti III. Se extiende sobre
el dedo IV dorsal a la cabeza externa de los mm. lumbricales breves digiti IV
y a los mm. lumbricales longus y longuissimus digiti IV, disponiéndose del
lado externo respecto al m. flexor teres digiti IV e insertándose a lo largo de
la superficie ventral y lateral externa del metatarso IV, limitando con la
inserción del m. transversus metatarsus 3.

M. flexor teres digiti II (Fl. t. II): es dorsal al m. trnsversus metatarsus 1


proximalmente, originándose a lo largo de la mitad proximal del metatarso II y
se inserta en la cara ventral de la base de la falange 1 con un tendón corto.
Se encuentra recubriendo el margen interno del metatarso II, siendo cubierto
por el m. lumbricalis brevis digiti II y estando en contacto por el lado externo
con el m. flexor ossis metatarsi digiti II.

M. flexor teres digiti III (Fl. t. III): se encuentra en el margen interno del
metatarso III dorsal m. transversus metatarsus 2, originándose a lo largo de
los dos tercios proximales de este hueso. Aunque proximalmente se halla en
la superficie dorsomedial del metatarso III, este delgado músculo se
extiende hacia la cara ventral cubierto por el m. lumbricalis brevis digiti III,
limitando lateralmente con el m. flexor ossis metatarsi digiti III e insertándose
en la superficie plantar de la base de la falange 1. Su inserción tendinosa
ocurre dorsal al m. lumbricalis longus digiti III.

M. flexor teres digiti IV (Fl. t. IV): músculo corto y delgado que se origina en
el tercio distal de la cara plantar del metatarso IV y se articula con un tendón
corto en la superficie ventral del extremo proximal de la falange 1. Se
encuentra dorsal al m. lumbricalis longuissimus digiti IV y distal a la inserción
del m. transerversus metatarsi 3, limitando con el extremo distal del m. flexor
ossis metatarsi digiti IV.

M. flexor teres digiti V (Fl. t. V): es un músculo delgado cubierto por la


cabeza interna del m. lumbricalis brevis digiti V y se origina hacia el lado
interno del tercio distal de la superficie ventral del metatarso V, limitando con
el m. abductor brevis plantaris digiti V. Su inserción es tendinosa y se da en
la cara ventral de la base de la falange 1 profundo al tendo superficialis pro
digiti V.

M. transversus metatarsus 1 (Tr. mett. 1): músculo plano que se origina a


todo lo largo del borde externo del metatarso I dorsalmente al m. contrahentis
digiti I y se articula en el tercio proximal de la cara ventral del metatarso II
pasando ventralmente al m. flexor teres digiti II.

M. transversus metatarsus 2 (Tr. mett. 2): es relativamente angosto


originándose a lo largo de los dos tercios proximales del borde externo del
metatarso II dorsalmente al m. flexor ossis metatarsi digiti II y se dispone
hacia el dedo III articulándose en el primer tercio del margen interno del
metatarso III, ventral al m. flexor teres digiti III.

M. transversus metatarsus 3 (Tr. mett. 4): este músculo plano se origina a


todo lo largo del borde externo del metatarso III, dorsalmente al m. flexor
ossis metatarsi digiti III y se inserta en el tercio proximal del metatarso IV
medial al m. flexor ossis metatarsi digiti IV y al contrario de los mm. transversi
metatarsi 1 y 2, éste no alcanza a tocarse en su inserción con el m. flexor
teres digiti IV.
4.2. Hyla labialis

4.2.1. Músculos del antebrazo

4.2.1.1. Superficie dorsal

Región superficial (Figura 22)


M. epicondylocubitalis (Epicondcub.): músculo superficial que se encuentra
en el lado externo del antebrazo, se origina con un corto tendón en el
epicóndilo distal del húmero y corre por el margen externo del antebrazo
siendo parcialmente cubierto por el m. extensor carpi ulnaris y extendiéndose
entre éste y el m. epitrochleocubitalis. Se articula a todo lo largo de la
superficie dorsolateral del lado ulnar del radioulna, hasta su extremo distal.

M. extensor carpi ulnaris (Ext. carp. uln.): se origina con un tendón en el


epicóndilo lateral del húmero. Corre del lado externo del m. extensor
digitorum communis longus y medialmente al m. epicondilocubitalis,
cubriendo parcialmente al m. abductor indicis longus e insertándose
mediante un tendón amplio en el ulnare. La porción proximal del m. abductor
brevis digiti V recubre la inserción de este músculo.

M. extensor digitorum communis longus (Ext. dig. com. long): este músculo
plano es el más superficial del antebrazo dividiéndose en dos partes
proximalmente y se extiende hacia la mano para articularse en los dedos III,
IV y V; la mayoría de las fibras se originan en la diáfisis del húmero
directamente aunque también tiene un tendón de origen amplio y ancho en el
epicóndilo distal lateral del mismo. La parte más interna del m. extensor
digitorum communis longus es más delgada que la parte externa y se articula
pinadamente en la superficie externa del metacarpo III, entre el m. extensor
brevis superficialis digiti III y el m. extensor brevis medius digit III.
Figura 22. Región superficial del dorso del antebrazo de Hyla labialis.
MUJ-439. Escala: 1mm
La parte externa del m. extensor digitorum communis longus se divide a
nivel del punto medio de su longitud resultando dos cabezas de inserción: la
cabeza más externa se inserta pinadamente en la superficie lateral externa
del metacarpo V entre el m. extensor brevis superficialis digiti V y el m.
abductor brevis digiti V, mientras la inserción de la otra cabeza ocurre
pinadamente en la superficie lateral externa del metacarpo IV entre el m.
extensor brevis medius digiti IV y la cabeza media del m. extensor brevis
profundus digiti IV.

Región profunda (Figura 23)


M. abductor indicis longus (Abd. ind. long.): este músculo es más robusto en
machos que en hembras, en hembras tiende a ser más plano. Se origina a
lo largo de la región distal de la mitad proximal del radioulna en el lado lunar,
cubierto por el m. extensor carpi ulnaris. Se extiende diagonalmente hacia el
dedo II pasando ventralmente al m. extensor digitorum communis longus,
haciéndose angosto distalmente y cubriendo el m. abductor brevis dorsalis
con un tendón ancho y corto mediante el cual se inserta en el borde distal del
prepollex (ver figura 28).

M. extensor carpi radialis (Ext. carp. rad.): este músculo es más robusto en
machos que en hembras, siendo notoriamente más gruesa la rama interna.
Presenta dos cabezas: el origen de la más interna es cubierto por el m.
anconeus del brazo y tiene lugar a lo largo de la mitad distal del borde
anterior del húmero, del lado interno del m. extensor digitorum communis
longus y pasa dorsal al m. flexor antibrachii lateralis superficialis y la cabeza
más externa se origina carnosamente en el epicóndilo lateral del húmero
ventralmente al m. extensor digitorum communis longus. Esta última cabeza
corre ventral al m. extensor digitorum communis longus, cubre el m. extensor
lateralis profundus y converge con la más interna pasando ventralmente al m.
abductor indicis longus. Se continúan con un tendón amplio que cubre el
Figura 23. Región profunda del dorso del antebrazo de H. labialis. MUJ-439. Escala: 1mm
epicóndilo distal del radioulna y luego se hace más delgado y se extiende
hasta articularse al radiale.

M. flexor antibrachii lateralis superficialis (Fl. ant. lat. sup.): es robusto y se


encuentra limitando con el m. flexor antibrachii lateralis profundus en la cara
dorsal del antebrazo y por el lado interno con el m. flexor antibrachii medialis.
Presenta un origen carnoso en la superficie dorsal del húmero, que se
extiende desde la región distal de este hueso hasta el cóndilo distal del
mismo; está cubierto proximalmente por el m. anconeus del brazo y se
encuentra en medio de las dos cabezas del m. extensor carpi radialis,
pasando ventralmente al m. abductor indicis longus y la cabeza medial del m.
extensor carpi radialis lo cubre parcialmente. Se inserta a lo largo del borde
interno del radioulna, hasta su extremo distal.

M. flexor antibrachii lateralis profundus (Fl. ant. lat. prof.): formado por dos
partes estrechamente relacionadas que se disponen paralelas a lo largo de la
cara dorsal del radioulna estando cubiertas por la cabeza externa del m.
extensor carpi radialis. Se originan en el epicóndilo lateral del húmero
entralmente a la cabeza externa del m. extensor carpi radialis, mediante un
fuerte y corto tendón cada una. Se insertan a lo largo de la mitad distal del
dorso del radioulna, hasta el cóndilo distal, generando una forma bipinnada.

4.2.1.2. Superficie ventral

Región superficial (Figura 24)


M. epitrochleocubitalis (Epitrochcub.): se observa superficialmente y su
origen se lleva a cabo en el epicóndilo distal del húmero, dorsal al (es
cubierto por) m. palmaris longus. Se dispone a lo largo del lado externo del
antebrazo entre el m. epicondilocubitalis y el m. palmaris longus
articulándose a lo largo de la superficie ventrolateral del lado ulnar del
Figura 24. Región superficial de la cara ventral del antebrazo de H. labialis.
MUJ-439. Escala: 1mm
radioulna, hasta su extremo distal donde es cubierto por el m. palmaris
brevis.

M. palmaris longus (Palm. long.): se origina del epicóndilo medial del húmero
cubriendo (ventral) al m. epitrochleocubitalis, corriendo en medio de este
músculo y del m. flexor carpi ulnaris. Distalmente presenta dos tendones, de
los cuales el más externo pasa ventralmente al m. palmaris brevis, mientras
que el más interno pasa dorsal a este último. De la superficie dorsal del
extremo distal del m. palmaris longus se origina un amplio tendón que
converge con el tendón externo que pasa ventral al m. palmaris brevis dando
lugar al tendo superficialis prodigiti V. El tendón más interno se articula por
una parte con el tendón de inserción del m. palmaris brevis formando la
aponeurosis palmaris y por otra parte se continúa formando el tendo
superficialis prodigiti IV.

M. palmaris brevis (Palm. br.): está estrechamente relacionado con el m.


palmaris longus; es un músculo corto y triangular que se origina de la cara
externa de la parte distal del borde ulnar del radioulna y se extiende
diagonalmente cubriendo la inserción del m. epitrochleocubitalis así como el
extremo distal de la ulna y todo el ulnare articulándose en la aponeurosis
palmaris. Este músculo es dorsal al tendón mas externo del m. palmaris
longus y es ventral al tendón más interno del mismo músculo.

M. flexor carpi radialis (Fl. carp. rad.): músculo superficial cuyo amplio origen
se da en el tercio distal de la cara ventral del húmero, abarcando también
una parte del cóndilo. Cubre la superficie ventral del m. flexor antibrachii
medialis y está en medio del m. flexor carpi ulnaris y el m. flexor antibrachii
lateralis superficialis. Distalmente se hace agudo convergiendo en el punto
medio de su longitud con el m. flexor carpi ulnaris, articulándose en común a
éste en el elemento Y cerca al origen del m. abductor indicis brevis dorsalis,
con un tendón. Es más voluminoso en machos que en hembras.

M. flexor carpi ulnaris (Fl. carp. uln.): es delgado, se observa


superficialmente en la cara ventral del antebrazo, originándose en el
epicóndilo medial del húmero parcialmente dorsal al m. palmaris longus.
Corre del lado interno del m. palmaris longus y converge con el m. flexor
carpi radialis en el punto medio de su longitud, presentado una inserción
común en el elemento Y.

Región profunda (Figura 25)


M. flexor antibrachii medialis (Fl. antbr. med.): es el más voluminoso de los
músculos de la cara ventral del antebrazo; se origina en el cóndilo medial del
húmero dorsalmente al m. flexor carpi ulnaris. En su recorrido es cubierto
por el m. flexor carpi ulnaris y por el m. flexor carpi radialis y se articula a lo
largo de toda la superficie ventral e interna del radioulna hasta el cóndilo
distal limitando por el lado externo con el m. ulnocarpalis y medialmente con
el m. flexor antibrachii lateralis superficialis.

M. ulnocarpalis (Ulncarp.): es un músculo corto pero robusto cuyo origen


directo se lleva a cabo en el punto medio de la longitud del radioulna,
encontrándose profundo al (dorsal) m. palmaris longus. Se dispone entre el
m. epitrochleocubitalis y el m. flexor antibrachii medialis, haciéndose agudo
distalmente para insertarse mediante un grueso tendón en el ulnare, cerca al
origen del m. intercarpalis (ver figura 33A).

M. flexor antibrachii profundus (Fl. antbr. prf.): músculo que presenta un


origen directo en la cara ventral del extremo distal del húmero y que es
cubierto por el m. flexor carpi radialis. Este músculo plano se encuentra en
Figura 25. Región profunda de la cara ventral del antebrazo de H. labialis.
MUJ-439. Escala: 1mm
medio del m. flexor antibrachii medialis y el m. flexor antibrachii lateralis
superficialis y se inserta a lo largo de la mitad proximal del borde interno del
radioulna, contiguo al m. flexor antibrachii medialis.

4.2.2. Músculos de las manos

4.2.2.1. Superficie dorsal

Región Superficial (Figuras 26 y 27)


M. abductor indicis brevis dorsalis (Abd. ind. br. dors.) (Figura 28): músculo
que tiene un origen pinnado en el elemento Y, cubierto por el m. abductor
indicis longus. Recubre la superficie dorsal del prepollex, limitando por el
lado interno con el m. extensor indicis brevis medius y articulándose en el
elemento distal del prepollex con una inserción pinnada, proximal a la
inserción del m. abductor indicis longus.

M. extensor indicis brevis superficialis (Ext. ind. br. sup.): presenta forma de
banda, es el más lateral de los mm. extensores superficiales digitorum y el
músculo de mayor tamaño del dedo II. Se origina mediante un tendón amplio
que abarca el ulnare y el epicóndilo distal del radioulna y se extiende sobre el
metacarpo II pasando ventralmente al m. extensor digitorum communis
longus y al m. extensor carpi ulnaris e insertándose mediante un tendón
ancho en la última falange. Este tendón de inserción es común con el tendón
de inserción de la cabeza interna del m. extensor indicis brevis profundus.
Es más robusto en machos que en hembras.
Figura 26. Región superficial del dorso de la mano de H. labialis. MUJ-
439. Escala: 1mm
Figura 27. Superficie dorsal de la mano de H. labialis. MUJ-439. Escala: 1mm.
Se cortó el m. extensor digitorum communis longus y el m. abductor indicis
longus.
Figura 28. Músculos del lado interno del dedo II. MUJ-440. Escala: 1mm
M. extensor brevis superficialis digiti III (Ext. br. sup. III): se origina mediante
un amplio tendón común con el m. extensor brevis superficialis digiti IV, en el
ulnare y en el borde distal del radioulna. Corre hacia el dedo III pasando
ventralmente a las dos cabezas de inserción más internas del m. extensor
digitorum communis longus (antebrazo). Su origen es medial al origen del m.
extensor indicis brevis superficialis y ventral al m. extensor carpi ulnaris
(antebrazo). Se inserta pinnadamente en el punto medio de la longitud dorso
del metacarpo III, entre el m. extensor brevis medius digiti III y la cabeza
externa del mm. extensores breves profundi digiti III. Este músculo es más
robusto en machos que en hembras.

M. extensor brevis superficialis digiti IV (Ext. br. sup. IV): es el músculo más
amplio de la región dorsal del dedo IV. Se origina en el ulnare en común con
el m. extensor brevis superficialis digiti III, lateral a la inserción del m.
extensor carpi ulnaris. A nivel del punto medio de su longitud
aproximadamente, se separa en dos haces que corren paralelos y cuyas
fibras no alcanzan la porción distal del metacarpo, continuándose con un
amplio tendón que se inserta en la parte media de la falange 1. Unas fibras
del margen interno de este músculo se fusionan a la cabeza central del m.
extensor digitorum communis longus que se inserta en el metacarpo IV y
otras fibras de la región proximal del m. extensor brevis superficialis digiti V
se fusionan al m. extensor brevis superficialis digiti IV.

M. extensor brevis superficialis digiti V (Ext. br. sup. V): es el músculo más
amplio del dorso del dedo V. Se origina en el ulnare, en el mismo punto de
inserción del m. extensor carpi ulnaris e interno respecto al origen del m.
abductor brevis digiti V. Pasa ventral a la cabeza más externa del m.
extensor digitorum communis longus, y presenta un amplio tendón que
cubre la región distal del dorso del metacarpo V y se divide en dos tendones
delgados que corren a lo largo de la falange 1 articulándose en el extremo
distal de esta. Unas fibras de este músculo se fusionan al m. extensor brevis
superficialis digiti IV proximalmente.

M. abductor brevis digiti V (Abd. br. V): se origina pinnadamente en el ulnare


y se extiende sobre el metacarpo V, insertándose a lo largo de la superficie
lateral externa de éste; su origen es en el mismo punto donde se inserta el
m. extensor carpi ulnaris (antebrazo).

Región Profunda (Figuras 28 y 29)


M. extensor indicis brevis medius (Ext. ind. br. med.): su origen pinnado tiene
lugar en el radiale dispuesto ventralmente al m. abductor indicis longus y del
lado interno al m. extensor indicis brevis superficiales. Un grupo de fibras se
inserta directamente en el prepollex, ventral al tendón de inserción del m.
abductor indicis longus y otro grupo se inserta a lo largo de la base del dorso
del metacarpo II.

M. extensor brevis medius digiti III (Ext. br. med. III): se origina en el carpo
distal 5-4-3. Su origen es pinnado y se da ventralmente al m. extensor indicis
brevis superficialis extendiéndose hacia el dedo III, cubriendo parcialmente la
cabeza media del mm. extensores breves profundi digiti III y pasando
medialmente respecto a la inserción de la cabeza interna del m. extensor
digitorum communis longus pero sus fibras sólo llegan hasta la mitad de la
longitud del metacarpo III, continuándose con un tendón largo que se inserta
en la base de la falange 1. Proximalmente unas fibras se separan del
músculo para articularse en el dorso del metacarpo III contiguo a la inserción
del m. extensor digitorum communis longus.
Figura 29. Región profunda del dorso de la mano de H. labialis. MUJ-439.
Escala: 1mm
M. extensor brevis medius digit IV (Ext. br. med. IV): músculo delgado que
se origina en el carpo distal 5-4-3 de una manera penniforme, contiguo al
origen del m. extensor brevis medius digiti III y que corre hacia el dedo IV.
Sus fibras no alcanzan la mitad de la longitud del metacarpo IV,
continuándose con un tendón largo y delgado que pasa en medio de la
inserción de la cabeza media del m. extensor digitorum communis longus y la
cabeza interna del mm. extensores breves profundi digiti IV, quedando
cubierto por este último músculo y la cabeza media del mm. extensores
breves profundi digiti IV. La inserción tendinosa se lleva a cabo, en la base
de la falange 1.

Mm. extensores indicis breves profundi (Ext. ind. br. prf) (Figura 28):
presenta dos partes que se extienden a ambos lados del metacarpo II. La
parte más interna se origina en el extremo proximal del metacarpo II cubierto
por el m. extensor indicis brevis medius, recubre la superficie dorsal del
metacarpo II articulándose en la última falange con un tendón que es común
para la inserción del m. extensor indicis brevis superficialis. La parte más
externa se origina del carpo distal 2, cerca de la cabeza interna del mm.
extensores breves profundi digiti III, cubriendo la superficie dorsolateral
externa del metacarpo II e insertándose con un tendón largo y delgado en la
última falange. Unas fibras de esta parte externa se fusionan con fibras del
la superficie ventral del m. extensor indicis brevis superficiales.

Mm. extensores breves profundi digiti III (Ext. br. prf. III): consta de tres
cabezas que tienen un origen pinnado: la cabeza más interna se origina en el
extremo proximal del metacarpo II cerca al origen de la cabeza externa del
m. extensor indicis brevis profundus y recorre el lado interno del metacarpo
III, insertándose mediante un largo tendón en la última falange. La cabeza
media presenta dos partes, la parte interna se origina en la superficie dorsal
del extremo proximal del metacarpo III y está cubierta por el m. extensor
brevis medius digiti III, disponiéndose sobre el dorso de este hueso, pasando
del lado interno de las inserciones del m. extensor brevis superficialis digiti III
y del m. extensor digitorum communis longus e insertándose en la base de la
falange 1, mientras que la parte externa tiene su origen en el punto medio de
la longitud de la superficie dorsal del metacarpo III, contiguo al punto de
inserción del m. extensor digitorum communis longus y del lado externo
respecto al m. extensor brevis medius digiti III, articulándose a lo lago de la
mitad distal del dorso del metacarpo III.
La cabeza más externa se origina hacia el lado externo del extremo proximal
del metacarpo III. Proximalmente está cubierto (ventral) por la cabeza
interna del mm. extensores breves profundi digiti IV, pasa lateral a la
inserción del m. extensor brevis superficialis digiti III cubriendo el lado
externo del metacarpo III. Sus fibras se extienden a lo largo de la falange 1 y
se inserta con un tendón en la última falange.

Mm. extensores breves profundi digiti IV (Ext. br. prf. IV): es un conjunto de
tres cabezas que cubren la superficie dorsal del metacarpo IV. La cabeza
del lado interno se origina pinnadamente en el extremo proximal del
metacarpo III, cubriendo (dorsal al) el extremo proximal de la cabeza externa
del mm. extensores breves profundi digiti III y se extiende hacia dedo IV,
cubriendo la cara medial del metacarpo IV e insertándose con un tendón
largo en la última falange de este dedo.
De otra parte, la cabeza la cabeza media presenta dos partes que se
originan en el punto subproximal del metacarpo IV dejando libre el extremo
proximal y que corren paralelas recubriendo el dorso de éste; el origen de la
parte del lado interno se da en el dorso del metacarpo IV ventral al m.
extensor brevis superficialis digiti IV y proximalmente hace contacto con el m.
flexor teres digiti IV; pasa del lado externo de la inserción de la cabeza media
del m. extensor digitorum communis longus articulándose pinnadamente
hacia el lado interno del extremo distal del metacarpo IV. Por otro lado la
parte del lado externo se origina en el mismo punto que origen de la cabeza
interna pero su articulación se da hacia el lado externo del extremo distal del
metacarpo IV pinnadamente.
Una tercera cabeza, la más externa se origina en la cara externa del extremo
proximal del metacarpo IV, cerca al origen del la cabeza media del mm.
extensores breves profundi digiti IV. Corre ventralmente al m. extensor
brevis superficialis digiti IV y cubre la superficie dorsolateral externa del
metacarpo. Sus fibras se extienden a lo largo de la falange 1 cubriendo su
margen externo e insertándose mediante un tendón largo en la última
falange.

Mm. extensores breves profundi digiti V (Ext. br. prf. V): son dos cabezas.
La más interna es más delgada que la cabeza externa y se origina
pinnadamente del lado interno de la región proximal del metacarpo V
extendiéndose sobre el dedo V, cubriendo medialmente este metacarpo y el
primer tercio de la falange 1 y se articula con un largo tendón en la última
falange. Distalmente, por el lado interno, limita con la cabeza interna del m.
extensor brevis distalis digiti V. De otra parte la cabeza más externa tiene su
origen pinnado en el extremo proximal del dorso del metacarpo V y recubre
el dorso del metacarpo, limitando por el margen interno con la cabeza interna
del mm. extensores breves profundi digiti V. Distalmente se separa en dos
haces de fibras, de los cuales el más interno es parcialmente cubierto por el
m. extensor brevis superficiales digiti V y se inserta en el extremo distal de la
falange 1 con un tendón común a este último músculo. Mientras que el haz
de fibras más externo está totalmente cubierto por el amplio tendón de
inserción del m. extensor brevis superficiales digiti V y se articula en la base
de la falange proximal mediante este tendón.
M. extensor brevis distalis digiti II (Ext. br. dist. II): su origen se da en la
superficie lateral externa del extremo distal del dorso del metacarpo II,
contiguo a la inserción del m. transversus metacarpi 1 y se dispone al lado
externo del dedo II cubriendo el margen lateral de la articulación metacarpo
II-falange y de la falange 1 e insertándose con un tendón largo en la última
falange.

Mm. extensores breves distalis digiti V (Ext. br. dist. V): presenta dos
cabezas que se originan pinnadamente en el metacarpo V distalmente,
extendiéndose a lo largo de las falanges del dedo V. La cabeza del lado
interno se origina en la cara interna del extremo distal del metacarpo V y sus
fibras revisten el margen interno de la articulación metacarpo V-falange, así
como de las falanges 1 y 2. Esta cabeza se hace más delgada hacia la
falange media (falange 2), cubriendo sólo la región proximal de esta falange
y continuándose con un tendón que se inserta en la última falange. La
cabeza del lado externo se origina en la cara externa del extremo distal del
metacarpo V mediante dos grupos de fibras, uno interno respecto al extremo
distal del m. abductor brevis digiti V y el otro lo hace del lado externo. Se
extiende cubriendo el lado externo de la articulación metacarpo V-falange y
de la falange 1, insertándose en la base de la última falange con un largo
tendón.

4.2.2.2. Palma

Región Superficial (Figura 30)


Aponeurosis palmaris (Ap. palm): el tendón interno de inserción del m.
palmaris longus y el tendón de inserción del m. palmaris brevis convergen
distalmente y se fusionan en una pequeña y gruesa aponeurosis triangular
de la cual se origina el tendo superficialis del dedo III.
Figura 30. Región superficial de la palma de H. labialis. MUJ-439. Escala:
M. adductor pollicis (Add. pols.): presenta forma de abanico, es el músculo de
mayor tamaño de la palma y su origen no alcanza a ser cubierto por la
aponeurosis palmaris. Sus fibras se originan directamente en el carpo distal
5-4-3 y se extienden hacia el extremo distal del propollex, insertándose
pinnadamente a lo largo de toda la superficie ventral de este hueso, dejando
libre su borde distal y cubriendo parcialmente la región proximal del dedo II y
la inserción del m. abductor pollicis.

M. flexor indicis superficialis proprius (Fl. ind. sup. prp.): presenta un origen
penniforme en el carpo distal 5-4-3, contiguo al origen del m. lumbricalis
brevis indicis y se continúa con un tendón largo que a nivel de la articulación
falange 1-falange 2 se separa en dos partes que se articulan en la última
falange del dedo II . Este músculo en forma de huso se encuentra en medio
de el m. flexor teres indicis y el m. lumbricalis brevis indicis.
En el macho MUJ-440 este músculo aparentemente tiene una cabeza de
más, que es más profunda y se origina en común con la otra cabeza de este
músculo y con el m. flexor teres digiti II (Figura 31A). Distalmente las dos
cabezas convergen para articularse en la última falange mediante un tendón
común.

Tendo superficialis & Caput profundum tendo superficialis digiti III (T. sup. c.
prf.): es un largo tendón que se origina de la aponeurosis palmaris, corre por
la cara ventral del m. caput profundum en el metacarpo III y antes de su
inserción, a nivel de la articulación falange 1-falange 2, se bifurca en dos
partes cortas que se insertan en la última falange.
Caput profundum: músculo fusiforme y alargado que se origina en el carpo
distal 5-4-3 y por su cara ventral, hacia el punto medio de su longitud, está
estrechamente relacionado con el tendo superficialis digiti III. Se inserta en la
última falange mediante el tendo superficialis digiti III.
31A 31B

Figura 31. Variaciones intraespeciíficas en H. labialis en músculos de los dedos II y IV. Figura 32A: M. flexor
indicis superficialis proprius con dos cabezas. Figura 32B: origen tendinoso del mm. lumbricalis brevis digiti IV. MUJ-
440. Escala: 1mm
Tendo superficialis aponeurosis palmaris pro digiti IV (T. sup. prodig. IV): este
tendón se origina como prolongación del tendón de inserción del lado interno
del m. palmaris longus y corre a lo largo del dedo IV, pasando en medio del
m. interphalangealis digiti IV. Presenta una bifurcación en su extremo distal
insertándose mediante las dos partes resultantes en la última falange. Hacia
la mitad distal del metacarpo IV, en el borde interno de este tendón se origina
el m. lumbricalis brevis digiti IV y distal a este músculo se origina el m.
lumbricalis longus digiti IV, el cual rodea el m. tendo superficialis aponeurosis
palmaris pro digiti IV sin cubrirlo totalmente.

Tendo superficialis aponeurosis palmaris pro digiti V (T. sup. prodig. V): este
largo tendón se origina como continuación de dos de los tendones distales
del m. palmaris longus, que convergen de la siguiente manera: el tendón de
inserción del m. palmaris longus que pasa ventral al m. palmaris brevis se
fusiona distalmente con un tendón amplio que procede de la cabeza del m.
palmaris longus que pasa dorsal al m. palmaris brevis. Proximalmente el
tendo superficialis aponeurosis palmaris pro digiti V es amplio y hacia la
mitad distal del metacarpo V está estrechamente relacionado con el m.
lumbricalis longus digiti V. Corre a lo largo de la cara palmar del dedo V
pasando en medio del m. interphalangealis digiti V y a nivel de la articulación
falange 2-falange 3 se separa en dos partes que se insertan en la última
falange. De su borde interno, proximal al m. lumbricalis longus digiti V, sale
un tendón que presenta un delgado grupo de fibras que se articulan en la
base de la falange 1. En el macho MUJ-440 esta condición sólo se presenta
en la mano izquierda.

M. lumbricalis longus digiti IV (Lumbr. long. IV): las fibras de este músculo
fusiforme se originan directamente del tendo superficialis aponeurosis
palmaris pro digiti IV, ocupando la mitad distal de este tendón rodeándolo, sin
cubrirlo totalmente. Es un músculo robusto y de corta longitud que se inserta
en la base de la falange 2 con un delgado tendón que corre dorsal (es
cubierto) al tendo superficialis aponeurosis palmaris pro digiti IV.
Unas fibras de la parte proximal de este músculo se separan y se articulan
hacia el lado externo de la base de la falange 1 con un largo tendón. Este
grupo de fibras es más robusto en hembras que en machos; en los dos
machos estas fibras se presenta sólo en la mano izquierda.

M. lumbricalis longus digiti V (Lumbr. long. V): se origina directamente del


tendo superficialis aponeurosis palmaris pro digiti V, aproximadamente en el
punto medio de la longitud del metacarpo V, corriendo a lo largo de la
superficie dorsal de la mitad distal de este tendón. Este músculo fusiforme
cubre el extremo distal del m. adductor proprius digiti V y su inserción se
lleva a cabo en la base de la falange 2 del dedo V con un tendón que corre
dorsal (es cubierto) al tendo superficialis aponeurosis palmaris pro digiti V.

M. lumbricalis indicis brevis (Lumbr. ind. br.): se origina con un tendón corto y
delgado en el carpo distal 5-4-3, contiguo al origen del m. adductor pollicis.
Este músculo fusiforme se dispone a lo largo del dedo II, medial al m. flexor
indicis superior proprius, cubriendo parcialmente el m. opponens indicis.
Mediante un tendón corto se inserta en la parte basal de la falange 1 del
dedo II.

M. lumbricalis brevis digiti III (Lumbr. br. III): músculo en forma de huso cuyo
origen se lleva a cabo en el carpo distal 5-4-3 con un tendón largo y delgado,
medialmente al origen del m. caput profundum; se ensancha distalmente
ocupando todo el lado interno del metacarpo III y su inserción se da en la
base de la falange 1 del dedo III con un tendón corto y amplio.

M. lumbricalis brevis digiti IV (Lumbr. br. IV): se origina del margen interno
del tendo superficialis aponeurosis palmaris pro digiti IV, proximal al origen
del m. lumbricalis longus digiti IV, disponiéndose del lado interno de este
músculo. Su inserción penniforme ocurre en el límite entre el extremo distal
del metacarpo IV y la base de la falange 1.
En la hembra MUJ-439 y el macho MUJ-620 se originan directamente del
tendo superficialis aponeurosis palmaris pro digiti IV y las fibras se alcanzan
a tocar con las fibras de la parte proximal del m. lumbricalis longus digiti IV.
En la hembra MUJ-896 y en el macho MUJ-440, el origen es mediante un
tendón que no alcanza a hacer contacto con las fibras del m. lumbricalis
longus digiti IV (Figura 31B).

M. lumbricalis brevis digiti V (Lumbr. br. V): presenta un largo tendón de


origen en el carpo distal 5-4-3 y se extiende sobre la superficie ventral del m.
abductor primus digiti V articulándose con un tendón corto en la base de la
falange 1. Es delgado, elongado y se dispone del lado externo del m.
lumbricalis longus digiti V siendo parcialmente cubierto por él.

M. flexor teres indicis (Fl. t. ind): es el más externo de los músculo


superficiales del dedo II. Presenta forma de huso y su origen se da en el
carpo distal 5-4-3 con un tendón pequeño, lateral al origen del m. flexor
indicis superficialis proprius y medial al del m. lumbricalis brevis digit III. Corre
sobre la superficie ventral del m. transversus metacarpi 1 y se inserta en la
base de la falange 1 del dedo II con un tendón corto.

Mm. interphalangeales digiti IV (Intphal. IV): son dos músculos de tamaño


similar que corren a lo largo de la falange 1 del dedo IV y son tan amplios
que cubren la superficie palmar de esta falange. Se originan pinnadamente
en la base de la falange 1 y convergen distalmente pero sin hacer contacto
entre ellos articulándose en la base de la falange 2 con tendones
independientes. El músculo interno corre por la superficie ventromedial y el
externo corre totalmente ventral. En medio de éstos dos músculos se
encuentra el tendo superficialis aponeurosis palmaris pro digiti IV y el tendón
de inserción del m. lumbricalis longus digiti IV.

Mm. interphalangeales digiti V (Intphal. V): son dos músculos que corren a lo
largo de los lados de la falange 1 del dedo V, cubriendo la superficie ventral
de esta falange y están separados por el tendo superficialis aponeurosis
palmaris pro digiti V el cual, junto con el tendón de inserción del m.
lumbricalis longus digiti V pasa en medio de ellos. Se originan pinnadamente
en el extremo proximal de la falange 1 y se articulan con tendones
independientes en la base de la falange 2. El músculo interno corre
ventromedialmente mientras que el externo es totalmente ventral. Estos dos
músculo convergen en su extremo distal pero no hacen contacto.

Región Profunda (Figura 32)


M. opponens indicis (Op. ind.): su origen, dorsal (profundo) al origen del m.
lumbricalis brevis indicis, es en el carpo distal 5-4-3 con un tendón corto.
Gran parte de su longitud limita con el m. adductor pollicis, y su inserción
ocurre a lo largo de toda la superficie palmar del metacarpo II, hasta el
extremo distal del mismo. Proximalmente está cubierto por el m. lumbricalis
brevis indicis y por el m. adductor pollicis.

M. abductor pollicis (Abd. pols.): se origina mediante un tendón corto y fuerte


en el extremo distal del radioulna, dorsal al m. ulnocarpalis. Es un músculo
amplio cuyas fibras se orientan diagonalmente hacia el prepollex,
articulándose pinnadamente en el borde proximal de este hueso. Su extremo
distal está cubierto por el m. adductor pollicis.
Figura 32. Región profunda de la palma de H. labialis. . MUJ-620. Escala: 1mm
Se removieron los mm. lumbricales breves y la aponeurosis palmaris, se cortó el m.
adductor proprius digiti V y no se dibujaron los mm. interphalangeales.
M. flexor ossis metacarpi digiti III (Fl. os. metc. III): este músculo fusiforme es
el más voluminoso del dedo III. Su origen tiene lugar en el borde anterior del
carpo distal 5-4-3 con un tendón grueso y amplio, dorsal (profundo) al m.
adductor proprius digiti V y medial al origen del m. flexor ossis metacarpi digiti
IV. Se dispone lateralmente al m. flexor teres digiti III recubriendo el lado
externo de la región ventral del metacarpo III y se articula en la base de la
falange 1 con un tendón corto.

M. flexor ossis metacarpi digiti IV (Fl. os. metc. IV): presenta un origen
tendinoso en el borde anterior del carpo distal 5-4-3, profundo al m. adductor
proprius digiti V y se articula, con un tendón corto en la base de la falange1.
Este músculo voluminoso es el de mayor tamaño del dedo IV y se encuentra
del lado externo del m. lumbricalis longus digiti IV, recubriendo la superficie
palmar del metacarpo IV.

M. flexor teres digiti III (Fl. t. III): se origen pinnado ocupa los dos tercios
proximales de la superficie ventral e interna del metacarpo II insertándose en
la base de la falange 1 con un tendón corto. Se encuentra ubicado dorsal al
m. lumbricalis brevis digiti III y al m. transversus metacarpi 1, cubriendo la
cara interna y ventral del metacarpo III.

M. flexor teres digiti IV (Fl. t. IV): se origina pinnadamente en el extremo


proximal de la cara dorsal del metacarpo IV, dejando libre el cóndilo proximal
y se inserta en la cara palmar de la base de la falange 1 con un tendón corto.
Su origen es contiguo al origen de la cabeza interna del m. extensor brevis
profundus digiti IV, músculo con el cual sus fibras alcanzan a tocarse. Se
extiende hacia la cara ventral del metacarpo IV dorsalmente al m. lumbricalis
brevis digiti IV y al m. transversus metacarpi 2, recubriendo el lado interno de
este hueso.
M. flexor teres digiti V (Fl. t. V): se origina pinnadamente en el extremo
proximal de la cara interna del metacarpo V, recubriendo su superficie
ventromedial y articulándose en la base de la falange 1 pinnadamente. Es
ventral al m. transversus metacarpi 3 y dorsal al m. adductor proprius digiti V.

M. adductor proprius digiti V (Add. prp. V) (Figura 33): es el músculo más


voluminoso del dedo V. Se origina en el margen distal del carpo distal 5-4-3,
mediante un tendón amplio y fuerte, a la altura del metacarpo III, cubriendo el
extremo proximal del m. flexor ossis metacarpi digiti lV y se extiende hacia el
dedo V recubriendo la superficie palmar del metacarpo V. La inserción es
pinnada y se da en el extremo distal del metacarpo V dorsal al m. lumbricalis
longus digiti V, limitando por lado externo con el m. flexor teres digiti V.
La mano derecha de la hembra MUJ-439, presenta dos cabezas de inserción
que se articulan independientemente en el extremo distal del metacarpo V: la
cabeza más interna se inserta medialmente respecto al m. flexor teres digiti
V, y la externa lo hace lateral al m. flexor teres digiti V.

M. abductor primus digiti V (Abd. prim. V) (Figura 33A): músculo largo cuyo
origen pinnado tiene lugar en el extremo anterior de la cara palmar del carpo
distal 5-4-3 y corre sobre el dedo V, recubriendo el margen externo del
metacarpo V y limitando medialmente con el m. adductor proprius digiti V. Se
articula pinnadamente en la cara externa del extremo distal de este
metacarpo.
Se fusiona con el m. abductor secundus digiti V desde su extremo proximal
en la hembra MUJ-896 y en la mano izquierda del macho MUJ-440. En la
mano derecha del macho MUJ-440 se encontró fusionado con el m. abductor
secundus digiti V en el extremo distal, mientras que en la hembra MUJ-439 y
en el macho MUJ-620 estos dos músculos son separados totalmente, no
presentan fusión alguna.
33A 33B

Figura 33. M. adductor proprius digiti V en H. labialis. Figura 33A: inserción doble. MUJ-439 (mano derecha). Figura 32B:
inserción simple. MUJ-440. Escala: 1mm. Se removieron los mm. lumbricales breves.
M. abductor secundus digiti V (Abd. sec. V)(Figura 33A): es el músculo más
externo del metacarpo V, sus fibras se originan directamente en el margen
ventrolateral del ulnare, proximalmente es amplio y distalmente se angosta
insertándose a lo largo del margen externo del metacarpo V hasta su
extremo distal.
El m. abductor secundus digiti V se fusiona con el m. abductor primus digiti V
desde su extremo proximal en la hembra MUJ-896 y en la mano izquierda del
macho MUJ-440. Se encontró fusionado con el m. abductor primus sólo a
nivel del extremo distal, en la mano derecha del macho MUJ-440. En la
hembra MUJ-439 y el macho MUJ-620 estos dos músculos son separados
totalmente.

M. transversus metacarpi 1 (Tr. metc. 1): músculo triangular que se hace


visible al separar los dedos 1 y 2, pues de lo contrario no se diferencia
claramente. Se origina a lo largo de la mitad proximal de la cara palmar del
metacarpo III, ventral al origen del m. flexor teres digiti III y dorsal al m.
lumbricalis brevis digiti III. Se inserta a lo largo de la superficie lateral externa
del metacarpo II, dorsal al m. flexor teres digiti II.

M. transversus metacarpi 2 (Tr. metc. 2): se origina en el tercio proximal de la


cara ventral del metacarpo IV dorsal al m. lumbricalis brevis digiti IV. Este
músculo plano se ubica ventral al origen del m. flexor teres digiti IV y se
dispone hacia el dedo III insertándose a lo largo de los dos tercios proximales
de la superficie externa del metacarpo III, dorsal al m. flexor ossis metacarpi
digiti III.

M. transversus metacarpi 3 (Tr. metc. 3): músculo plano que se origina en el


tercio medio de la superficie palmar del metacarpo V, dorsal al m. flexor teres
digiti V y se articula a lo largo del tercio distal del borde lateral del metacarpo
IV, dorsal al m. flexor ossis metacarpi digiti IV.
M. intercarpalis (Intcarp) (figura 33A): su origen directo tiene lugar en el
ulnare y su inserción, también directa se da en la parte basal del carpo distal
5-4-3.

4.2.3. Músculos de los pies

4.2.3.1. Superficie dorsal

Región superficial (Figuras 34 y 35)


M. tarsalis anticus (T. ant.): hace parte del conjunto de músculos de la región
tarsal, originándose en el extremo distal del tibiofíbula en común con el m.
extensor digitorum communis longus con el cual se mantiene fusionado
proximalmente y se separa de él para insertarse a lo largo de los tres cuartos
distales del tibiale. Sus fibras se disponen diagonalmente poniéndose en
contacto con el m. tarsalis posticus y en su recorrido es parcialmente cubierto
por el m. extensor digitorum communis longus y distalmente es ventral al m.
extensor brevis superficialis hallucis.

M. extensor digitorum communis longus (Ext. dig. com. long.): músculo


fusiforme que se encuentra a lo largo del dorso de la región tarsiana,
originándose en el extremo distal del tibiofíbula mediante un tendón fuerte
común con el m. tarsalis anticus, músculo con el que también sus fibras
están fusionadas proximalmente. La inserción es tendinosa y se lleva a cabo
en la región proximal del dorso del metatarso III, en medio de la cabeza
interna de los mm. extensores breves profundi digiti III y el m. extensor brevis
superficialis digiti III.
Figura 34. Región superficial de la cara dorsal del tarso de H. labialis.
MUJ-439. Escala: 1mm
Figura 35. Región superficial del dorso del pie de H. labialis. MUJ-620.
Escala: 1mm. Se cortó el m. extensor digitorum communis longus.
M. abductor brevis dorsalis digiti V (Abd. br. dor. V): se origina a lo largo del
dorso y del lado externo del fibulare dejando libre el extremo proximal y
cubriendo el origen de los mm. extensores breves superficales digiti V. A lo
largo de su recorrido limita con el m. extensor digtorum communis longus
insertándose pinnadamente en el extremo proximal del metatarso V proximal
al origen de la cabeza externa de los mm. extensores breves profundi digiti
V.

M. extensor brevis superficialis hallucis (Ext. br. sup. hal.): es un músculo


plano que se origina a lo largo del segundo tercio del fibulare cubierto por el
m. abductor brevis dorsalis digiti V. En su origen es el más proximal de los
mm. extensores breves superficiales digitorum y se extiende diagonalmente
hacia el dedo I pasando ventralmente al m. extensor digitorum communis
longus. La inserción se da de la siguiente manera: por una parte unas
fibras se articulan pinnadamente en el borde distal del prehallux y por otra
parte en el metatarso I con dos cabezas, una cabeza presenta una inserción
longitudinal a lo largo de la mitad proximal del metatarso I, del lado externo a
la cabeza interna del m. extensores breves profundi hallucis y la otra cabeza
se inserta en la base de la falange 1 con un tendón largo común con el m.
extensor brevis medius hallucis.

M. extensor brevis superficialis digiti II (EXt. br. sup. II): al igual que el m.
extensor brevis superficialis hallucis es plano y se origina en el fibulare pero
su origen es más distal y no es tan amplio. Se encuentra ventralmente al m.
extensor digitorum communis longus y al m. abductor brevis dorsalis digiti V
extendiéndose hacia el dedo II e insertándose por una parte en el punto
medio de la longitud del dorso del metatarso II pinnadamente, limitando con
la cabeza interna de los mm. extensores breves profundi digiti II y por otra
parte en la base de la falange 1 mediante un tendón ancho y largo común
con el m. extensor brevis medius digiti II.
M. extensor brevis superficialis digit III (EXt. br. sup. III): este músculo amplio
se origina en el fibulare distalmente y corre sobre el dorso del metatarso III
pasando del lado externo al m. extensor digitorum communis longus y
cubriendo la cabeza externa de los mm. extensores breves profundi digit III.
Se separa en dos cabezas a nivel de la región proximal del metatarso III y
sus fibras no alcanzan el extremo distal de este metatarsiano; cada cabeza
se continúa con un tendón plano y ancho, la cabeza interna se inserta en la
base de la falange 1 y la cabeza externa en la base de la falange 2 en común
con el m. extensor brevis medius digiti III.

M. extensor brevis superficialis digiti IV (EXt. br. sup. IV): presenta dos
cabezas alargadas con orígenes independientes pero comparten fibras
proximalmente. Se originan pinnadamente en el extremo distal del fibulare
cerca al origen del m. extensor brevis superficialis digiti III, disponiéndose a lo
largo del dorso del metatarso IV pero las fibras no alcanzan su extremo distal
continuándose cada cabeza con un tendón y articulándose de la siguiente
manera: la cabeza más interna se inserta con un tendón en la base de la
falange 1 y la cabeza externa con un largo tendón que se inserta en la base
de la falange 2.

M. extensor brevis superficialis digiti V (EXt. br. sup. V): se origina en el


punto subproximal de la superficie interna del metatarso V tocándose con el
m. abductor brevis dorsalis digiti V y se extiende sobre el metatarso V
recubriéndolo hasta su extremo distal y paralelo a los mm. extensores breves
profundi digiti V insertándose con un tendón largo en la última falange.
Región profunda (Figura 36)
M. abductor brevis dorsalis hallucis (Abd. br. dor. hal.): se encuentra en el
borde interno de la cara dorsal del metatarso I, es corto, delgado y se origina
pinnadamente en el elemento proximal del prehallux; distalmente sus fibras
se confunden con la cabeza interna de los mm. extensores breves
superficiales hallucis insertándose a lo largo de la mitad proximal del
metatarso I, limitando con la inserción del m. extensor brevis superficialis
hallucis.

M. extensor brevis dorsalis hallucis (Ext. br. dor. hal.): se origina


pinnadamente en el elemento Y y se extiende sobre el dorso del metatarso I
articulándose a lo largo de la mitad distal del mismo y también con un tendón
corto en la base de la falange1 del dedo I. Proximalmente es ventral al m.
extensor brevis superficialis hallucis y corre del lado externo del m. abductor
brevis dorsalis hallucis y de la cabeza interna de los mm. extensores breves
profundi hallucis.

M. extensor brevis medius hallucis (Ext. br. med. hal.): está completamente
cubierto por el m. extensor brevis superficialis hallucis; para observarlo es
necesario cortar el m. extensor brevis superficialis hallucis cerca de su origen
para no cortar el m. extensor brevis medius hallucis pues están en estrecha
relación. Este músculo delgado se origina pinnadamente en el extremo distal
del fibulare, cerca al punto de fusión con el tibiale y proximal respecto al
origen del m. extensor brevis medius digiti II, extendiéndose ventralmente al
m. extensor brevis superficialis hallucis e insertándose en la base de la
falange 1 del dedo I mediante un tendón largo común con este último
músculo.
36A 36B

Figura 36. Región profunda del dorso del pie de H. labialis. Se removieron los mm. extensores breves superficiales.
Figura 36A: mm. extensores breves medii. Figura 36B: músculos profundos de todos los dedos. Se removieron los mm.
extensores breves medii. MUJ-620. Escala: 1mm
M. extensor brevis medius digiti II (Ext. br. med. II): este músculo delgado
también presenta su origen en el extremo distal del fibulare, contiguo al m.
extensor brevis medius hallucis. A lo largo de su recorrido es completamente
cubierto por el m. extensor brevis superficialis digiti II, músculo con el que
presenta una inserción común mediante un tendón en la base de la falange 1
del dedo II y por otra parte algunas fibras se articulan con un tendón corto en
el dorso del metatarso II, en el mismo punto de inserción del m. extensor
brevis superficialis digiti II.

M. extensor brevis medius digiti III (Ext. br. med. III): es pequeño, delgado y
se encuentra cubierto por el m. extensor brevis superficialis digiti III,
originándose con un tendón amplio en el cóndilo distal del fibulare, corre del
lado externo a la inserción del m. extensor digitorum communis longus y se
articula en la base de la falange 2 mediante un tendón común con el m.
extensor brevis superficialis digiti III.

Mm. extensores breves profundi hallucis (Ext. br. prf. hal.): presenta dos
cabezas que corren a los lados de la cara dorsal del metatarso I. La cabeza
más externa es fusiforme y está cubierta parcialmente por el m. extensor
brevis superficialis hallucis originándose a lo largo del margen dorsal y
externo del metatarso I, tocándose proximalmente con la cabeza interna de
los mm. extensores breves profundi digiti II. La inserción tiene lugar en la
última falange con un tendón largo que corre a lo largo del lado externo del
dedo.
De otra parte, la cabeza interna se encuentra distalmente al m. abductor
brevis dorsalis hallucis con el cual sus fibras se confunden. Las fibras de la
cabeza interna de los mm. extensores breves profundi hallucis se originan a
todo lo largo del margen interno del metatarso I y también en la mitad distal
de la cara dorsal de este metatarsiano, pasando del lado interno a la
inserción del m. extensor brevis superficialis hallucis e insertándose con un
tendón corto hacia la cara interna de la base de la falange 1.

Mm. extensores breves profundi digiti II (Ext. br. prf. II): son dos cabezas en
forma de huso que se disponen una a cada lado de la superficie dorsal del
metatarso II. La cabeza del lado interno se origina con un tendón corto y
delgado en el extremo proximal del metatarso I contiguo a la cabeza externa
de los mm. extensores breves profundi hallucis y pasa del lado interno al m.
extensor brevis superficialis digiti II insertándose mediante un tendón corto
en el extremo proximal de la falange 1; la cabeza externa se origina a lo largo
del borde externo del metatarso II y se inserta en la última falange con un
largo tendón. Proximalmente hace contacto con la cabeza interna de los
mm. extensores breves profundi digiti III y a lo largo de su recorrido está
cubierto por el m. extensor brevis superficialis digiti II.

Mm. extensores breves profundi digiti III (Ext. br. prf. III): al igual que los
otros mm. extensores breves superficiales digitorum, presenta dos cabezas
fusiformes que corren a lo largo de los lados del metatarso III. La cabeza del
lado interno se origina con un tendón corto y delgado en el extremo proximal
del metatarso II cerca a la cabeza externa de los mm. extensores breves
profundi digiti II y se dispone del lado interno al m. extensor brevis
superficialis digiti III. Por su parte la cabeza externa esta cubierta por el m.
extensor brevis superficialis digiti III originándose a lo largo del margen dorsal
y externo del metatarso III, pasando del lado externo a la inserción del m.
extensor digitorum communis longus. La cabeza interna presenta doble
inserción, por una parte hacia la cara interna del extremo proximal de la
falange 1 con un tendón corto y por otra parte en la base de la falange 2 con
un tendón largo, mientras que la cabeza externa se inserta en la última
falange mediante un tendón largo.
Mm. extensores breves profundi digiti IV (Ext. br. prf. IV): son dos cabezas
que se disponen de la siguiente manera: la cabeza más interna se origina
con un tendón largo en el extremo distal del tibiale a nivel de la base del
metatarso III y se extiende sobre el lado interno del metatarso IV
insertándose en la cara interna de la base de la falange 1 con un tendón
corto y también con otro tendón largo en la base de la falange 3. El origen
de la cabeza externa se da a lo largo de los tres cuartos distales de la
superficie dorsal y lateral externa del metatarso IV siendo cubierto por el m.
extensor brevis superficialis digiti IV, sus fibras se extienden a lo largo de la
falange 1 cubriendo el lado externo de la misma y se inserta con un tendón
largo en la última falange.

Mm. extensores breves profundi digiti V (Ext. br. prf. V): son dos cabezas
que cubren la superficie dorsal y lateral externa del metatarso V,
proximalmente se encuentran hacia el lado externo del m. abductor brevis
dorsalis digiti V y permanecen fusionadas separándose en el tercio distal del
metatarso V. El origen de la cabeza más externa se lleva a cabo a lo largo
del dorso del metatarso V cubriendo la superficie dorsal y lateral externa de
éste e insertándose en la última falange con un largo tendón. La cabeza más
interna es triangular con el ápice hacia el extremo proximal originándose a lo
largo del dorso del metatarso V paralelo a la cabeza externa y del lado
externo al m. extensor brevis superficialis digiti V articulándose en la base de
la falange 1 con un tendón corto.

M. abductor propius digiti IV (Abd. prp. IV): es un músculo amplio que se


encuentra en medio de los dedos IV y V originándose a lo largo de la cara
interna de la mitad proximal del metatarso V ventralmente al m. extensor
brevis superficialis digiti V, sus fibras se disponen diagonalmente hacia el
dedo IV, insertándose a lo largo del margen externo de la mitad proximal del
metatarso IV ventralmente a la cabeza externa de los mm. extensores breves
profundi digiti IV.

4.2.3.2. Planta

Región superficial (Figuras 37 y 38)


Aponeurosis plantaris (Ap. plant.): es amplia y gruesa, se origina del
extremo distal del m. plantaris longus extendiéndose sobre el m. tarsalis
posticus, m. tarsalis anticus, m. flexor digitorum brevis superficialis y
parcialmente sobre el m. abductor brevis dorsalis digiti V. De esta extensa
aponeurosis se originan los tendines superficiales hallucis, digiti II y
parcialmente el del dedo III, también los mm. lumbricales breves digitorum y
el m. lumbricalis longus digiti III articulándose en ella el m. plantaris
profundus, m. transversus platae proximalis, m. transversus plantae distalis.

M. abductor prehallucis (Abd. prehal.): presenta un origen amplio del borde


interno de la aponeurosis plantaris, proximal y parcialmente dorsal al origen
del m. abductor brevis plantaris hallucis, extendiéndose hacia el prehallux e
insertándose pinnadamente en el margen proximal e interno de éste.
Algunas fibras de este músculo corto se fusiona en su origen con el m.
abductor brevis plantaris hallucis.
En el macho MUJ-440 este músculo es más amplio proximalmente y el m.
abductor brevis plantaris hallucis es más delgado (figura 39A).

M. abductor brevis plantaris hallucis (Abd. br. plan. hal.): músculo elongado
cuyo origen se da en el margen medial de la aponeurosis plantaris, contiguo
al m. abductor prehallucis, con el cual se fusionan algunas fibras
proximalmente y se dispone a lo largo del margen interno del metatarso I
limitando medialmente con el prehallux. La inserción se da en el metatarso I
de la siguiente manera: por una parte en la región proximal pinnadamente y
Figura 37. Región superficial de la cara ventral del tarso de H. labialis y
algunos músculos de los dedos. MUJ-620. Escala: 1mm. El tendón distal del
m. flexor digitorum brevis superficialis y el m. transversus plantae distalis están
recubiertos por la aponeurosis plantaris pero se observan superficialmente.
Figura 38. Región superficial de la planta de H. labialis. Músculos de los
dedos. MUJ-439. Escala: 1mm.
39A 39B

Figura 39. Variaciones intraespecíficas en H. labialis en músculos de los


dedos I y V. Figura 39A: tamaño e inserción simple del m. abductor brevis
por otra parte con un tendón delgado que no llega al extremo distal del hueso
y que corre por el borde interno del metatarso I escondiéndose entre las
fibras del m. opponens hallucis. En el macho MUJ-440 la inserción ocurre
con un tendón corto en el punto medio de la longitud del metatarso I y no
presenta una segunda inserción (figura 39A).

Tendo superficialis hallucis (T. sup. hal.): se origina del margen anterior
interno de la aponeurosis plantaris contiguo al m. lumbricalis brevis hallucis y
distal al origen del m. abductor brevis plantaris hallucis. Corre sobre el
margen externo del m. lumbricalis brevis hallucis extendiéndose a lo largo del
dedo I y separándose en dos partes a nivel de la articulación falange 1-
falange 2 con las cuales se inserta en la falange distal.

Tendo superficialis pro digiti II (T. sup. prodig. II): se origina de la


aponeurosis plantaris y corre hacia el dedo II manteniéndose en estrecha
relación con la mitad distal del m. lumbricalis brevis digiti II. La inserción se
lleva a cabo de la siguiente manera: a nivel de la articulación falange 1-
falange 2 el tendón se bifurca presentando dos partes cortas que se articulan
en la última falange.

Tendo superficialis pro digiti III (T. sup. prodig. III): se origina del tendón
distal del m. flexor digitorum brevis superficialis y por otra parte con un
tendón delgado y débil que se origina de la aponeurosis plantaris contiguo al
m. transversus plantae distalis. Se extiende a lo largo del dedo III
disponiéndose sobre la superficie ventral del m. lumbricalis longus digiti III y
pasando en medio del m. interphalangealis digiti III. Antes de su inserción
distalmente este tendón se separa en dos partes que se insertan en la última
falange. El m. flexor digitorum brevis superficialis es un músculo tarsiano,
por lo que no aparece en las figuras de los dedos de los pies sino en las
figuras del tarso.
Tendo superficialis pro digiti IV (T. sup. prodig. IV): es el tendón medio que
se origina del tendón distal del m. flexor digitorum brevis superficialis, está
cubierto por el m. lumbricalis longus digiti IV y parcialmente por el m.
lumbricalis longissimus digiti IV. Se dispone a lo largo de la falange proximal
paralelo y del lado externo a los tendones de inserción del m. lumbricalis
longus digiti IV y del m. lumbricalis longissimus digiti IV y a nivel de la
articulación falange 3-falange 4 presenta una bifurcación insertándose en la
última falange mediante las dos partes resultantes.

Tendo superficialis pro digiti V (T. sup. prodig. V): es el tendón más externo
de los tres que se originan del tendón distal del m. flexor digitorum brevis
superficialis, cerca del tendo superficialis pro digiti IV. Se extiende a la lo
largo del m. lumbricalis longus digiti V sin ser cubierto por éste, corre paralelo
al tendón de inserción del m. lumbricalis longus digiti V y a nivel de la
articulación de la falange 3-falange 4 se separa en dos partes mediante las
cuales se inserta en la última falange.

M. lumbricalis longus digiti III (Lumbr. long. III): su origen se da en la


aponeurosis plantaris mediante un tendón corto común con la cabeza interna
de los mm. lumbricales breves digiti IV y se inserta en la base de la falange 2
con un tendón delgado que corre paralelo y del lado interno al tendo
superficialis pro digiti III. Es fusifome pero distalmente es más agudo que
proximalmente, alcanza a cubrir parcialmente al m. flexor ossis metatarsi digit
III y limitando medialmente con el m. lumbricalis brevis digiti III.

M. lumbricalis longus digiti IV (Lumbr. long. IV): se origina en el extremo


proximal del tendo superficialis pro digiti IV cubriéndolo a lo largo de su
recorrido. El extremo distal es más amplio que el proximal, limita distalmente
con el m. lumbricalis longissimus digiti IV y se continúa con un tendón que
corre a lo largo de la falange 1, del lado interno del tendón de inserción del
m. lumbricalis longissimus digiti IV insertándose en la base de la falange 2.

M. lumbricalis longissimus digiti IV (Lumbr. longis. IV): se encuentra distal al


m. lumbricalis longus digiti IV, originándose del tendo superficialis pro digiti IV
cubriéndolo parcialmente y permaneciendo en estrecha relación con él. Al
contrario del m. lumbricalis longus digiti IV, este músculo fusiforme
proximalmente es más amplio que distalmente y se articula en la base de la
falange 3 mediante un tendón largo que corre a lo largo de las falanges 1 y 2,
en medio del tendo superficialis pro digiti IV y del tendón del m. lumbricalis
longus digiti IV.

M. lumbricalis longus digiti V (Lumbr. long. V): músculo fusiforme y robusto


cuyo origen se lleva a cabo en el tendo superficialis pro digiti V
pinnadamente, a nivel del punto medio de la longitud del metatarso V y se
mantiene íntimamente relacionado con éste tendón pero no lo recubre
completamente. La inserción se da en la base de la falange 2, mediante un
tendón largo que corre del lado externo del tendo superficialis pro digiti V.

M. lumbricalis brevis hallucis (Lumbr. br. hal.): se origina de la aponeurosis


plantaris y se extiende a lo largo del metatarso I insertándose en el extremo
proximal de la falange 1 mediante un tendón corto que recubre el extremo
distal del metatarso I y la base de esta falange, hacia el lado interno del
tendo superficialis hallucis, tendón que corre el ventral a este músculo. Este
músculo amplio es aplanado y tiene forma de huso aunque proximalmente es
más amplio que en su extremo distal.

M. lumbricalis brevis digiti II (Lumbr. br. II): músculo en forma de huso cuyas
fibras se originan directamente de la aponeurosis plantaris cerca a la
inserción del m. transversus plantae distalis. Se encuentra del lado interno
del tendo superficialis pro digiti II, con el cual está estrechamente relacionado
distalmente y la inserción tendinosa ocurre en la base de la falange 1.

M. lumbricalis brevis digiti III (Lumbr. br. III) (Figura 40): músculo fusiforme y
amplio que se encuentra del lado interno del m. lumbricalis longus digiti III
con origen de la aponeurosis plantaris mediante un tendón corto que es
dorsal al origen del tendo superficialis pro digiti II y la inserción es mediante
un tendón corto en el extremo proximal de la falange 1.

Mm. lumbricales breves digiti IV (Lumbr. br. IV) (Figura 40): presenta dos
cabezas fusiformes que se encuentran a los lados del metatarso IV: la
cabeza interna se origina de la aponeurosis plantaris con un tendón común al
m. lumbricalis longus digiti III y se dispone del lado interno a los mm.
lumbricalis longus y longissimus digiti IV, hasta insertarse en la base de la
falange 1 con un tendón corto. De otra parte la cabeza externa de los mm.
lumbricales breves digiti IV también presenta un origen tendinoso de la
aponeurosis plantaris pero común con la cabeza interna de los mm.
lumbricales breves digiti V, se extiende sobre el metatarso V parcialmente
cubierto por los mm. lumbricalis longus y longissimus digiti IV y su inserción
tendinosa tiene lugar en la base de la falange 1.

Mm. lumbricales breves digiti V (Lumbr. br. V) (Figura 40): está conformado
por dos cabezas fusiformes, de las cuales el origen de la más interna tiene
lugar en la aponeurosis plantaris con un tendón común a la cabeza externa
de los mm. lumbricales breves digiti IV y proximalmente se separa en dos
partes, la más externa es más pequeña que la más interna y se disponen
una a cada lado del tendo superficialis pro digiti V siendo parcialmente
cubiertas por el m. lumbricalis longus digiti V. Las dos partes convergen en
el punto medio de la longitud del metatarso V y la inserción ocurre en la base
de la falange 1 con un tendón corto. La cabeza externa del mm. lumbricales
Figura 40. Mm. lumbricales breves digiti III, IV y V de H. labialis. MUJ-439.
Escala: 1mm. Se removieron los tendines superficiales y los mm. lumbricales
longus.
breves digiti V se origina en la esquina distal del lado externo de la
aponeurosis plantaris con un tendón largo y se extiende sobre el margen
externo del metatarso V cubriendo parcialmente al m. abductor brevis
plantaris digiti V e insertándose hacia el lado externo de la base de la falange
1 con un tendón corto.

M. abductor brevis plantaris digiti V (Abd. br. plan. V): su forma es triangular
con el ápice hacia el extremo distal, se origina con un tendón amplio y largo
de la cara externa del extremo distal del fibulare articulándose en el margen
externo del metatarso V hasta el extremo distal de éste, limitando con la
cabeza externa de los mm. lumbricales breves digiti V y con el m. flexor teres
digiti V. En el macho MUJ –440 este músculo no alcanza el extremo distal
del metatarso V (figura 39B).

Mm. interphalangealis digiti III (Intphal. III): estas dos cabezas delgadas
corren paralelas a lo largo la superficie plantar de la falange 1 del dedo III,
alcanzando a cubrirla lateralmente. Se originan en la base de la falange 1
independientemente y se insertan en la base de la falange 2 con un tendón
corto cada uno; en medio de ellos pasa el tendo superficialis pro digiti III y el
tendón de inserción del m. lumbricalis longus digiti III.

Mm. interphalangealis proximalis digiti IV (Intphal. prox. IV): dos cabezas que
se encuentran cubriendo la superficie ventral y los lados de la falange 1 del
dedo IV presentando tanto el origen como la inserción independiente entre sí.
El origen de cada una ocurre en la base de la falange 1 y la inserción es en
el extremo distal de la falange 2 con un tendón corto. El tendo superficialis
pro digiti IV y los tendones de inserción de los mm. longus y longissimus digiti
IV se extienden en medio de estos dos músculos.
Mm. interphalangealis distalis digiti IV (Intphal. dist. IV): son dos cabezas
delgados que corren paralelas a lo largo la cara plantar y del borde interno y
externo de la falange 2 del dedo IV. Se originan en el extremo proximal de la
falange 2 independientemente y se insertan en la base de la falange 3 con un
tendón corto cada una, encontrando en medio de ellos dos el tendo
superficialis pro digiti IV y el tendón de inserción del m. lumbricalis
longissimus digiti IV.

Mm. interphalangealis digiti V (Intphal. V): consta de dos cabezas que se


originan en la base de la falange 1 del dedo V, una a cada lado del tendo
superficialis pro digiti V el cual, junto con el tendón de inserción del m.
lumbricalis longus digiti V, corre en medio de estas dos cabezas. Cada una
se articula en el extremo proximal de la falange 2 con un tendón corto.

Región profunda (Figuras 41, 42 y 43)


M. plantaris profundus (Plan. prf.): músculo amplio que se origina en el
ligamentum calcanei y se extiende a lo largo de la región del tarso
encontrándose del lado interno al m. flexor digitorum brevis superficialis
cubriéndolo parcialmente y está cubierto ventralmente por la aponeurosis
plantaris con la que se mantiene en estrecha relación a lo largo de su
recorrido e insertándose a lo largo de la cara dorsal de ésta hasta la altura
del extremo distal del fibulare.

M. flexor digitorum brevis superficialis (Fl. dig. br. sup.): el origen de este
músculo ahusado se da en el ligamentum calcanei extendiéndose sobre el
fibulare, parcialmente dorsal al m. plantaris profundus, y pasando
ventralmente al m. transversus plantae proximalis. Distalmente termina en
un tendón grueso que se ramifica en tres tendones de los cuales el más
41A 41B 41C

Figura 41. Región profunda de la cara ventral del tarso de H. labialis. En la figura 41A no se dibujó la aponeurosis
plantaris, en la figura 41B se removió el m. plantaris profundus y el m. transversus plantae distalis y en la figura 41C se
removió el m. flexor digitorum brevis superficialis. Las rayas punteadas de los mm. transversus plantae proximalis y distalis
y del m. plantaris profundus muestran el extremo que se inserta en la aponeurosis plantaris. MUJ-620. Escala: 1mm
Figura 42. Región profunda de la planta de H. labialis. Músculos de los
dedos. MUJ-439. Escala: 1mm. Se removieron los mm. lumbriccales breves.

43A 43B

Figura 43. M. contrahentis digiti I en H. labialis. MUJ-439. Escala: 1mm. Se


levantó el m. opponens hallucis. En la figura 43B se cortó la cabeza superficial.
interno es el tendo superficialis pro digiti III, el medio el tendo superficialis pro
digiti IV y el más externo es el tendo superficialis pro digiti V.

M. tarsalis posticus (T. post.): músculo voluminoso que recubre la superficie


ventral e interna del tibiale. Su origen se lleva a cabo con un tendón amplio
en el ligamento calcanei, dorsal al m. plantaris profundus y su inserción es a
lo largo del tibiale alcanzando el extremo distal de este hueso.

M. transversus plantae proximalis (Tr. plant. prox.): es pequeño, triangular,


presenta forma de banda y su origina carnoso se da en el extremo distal del
fibulare, extendiéndose transversalmente hacia el lado interno del tarso
pasando dorsalmente al m. flexor digitorum brevis superficialis y
articulándose en la aponeurosis plantaris contiguo a la inserción del m.
plantaris profundus y cubriendo el extremo distal del m. tarsalis posticus.

M. transversus plantae distalis (Tr. plant. dist.): este músculo pequeño


presenta forma de almohadilla, su origen se lleva a cabo en la aponeurosis
plantaris contiguo al tendón de inserción del m. flexor digitorum brevis
superficialis y se extiende diagonalmente para insertarse en la aponeurosis
plantaris cerca al origen del tendo superficialis pro digiti II y de los mm.
lumbricales breves digiti II y digiti III (ver figura 37).

M. intertarsalis (Intars.): se encuentra en medio del tibiale y del fibulare


originándose a lo largo de la superficie ventral e interna del fibulare y algunas
fibras del margen externo y proximal del tibiale, articulándose en la cara
plantar del elemento Y mediante un tendón fuerte que pasa sobre el cóndilo
distal del tibiale siendo cubierto por el m. transversus plantae proximalis.
Está dorsal al m. flexor digitorum brevis superficialis y está parcialmente
cubierto por el m. tarsalis posticus.
M. opponens hallucis (Op. hal.): el origen de este músculo, amplio y grueso,
tiene lugar pinnadamente en el tarso distal 1; sus fibras son oblicuas
extendiéndose hacia el dedo I e insertándose a todo lo largo de la superficie
ventral e interna del metatarso I, hasta su extremo distal. Medialmente es
parcialmente cubierto por el m. lumbricalis brevis hallucis y dorsal a él
(profundo) se encuentra la cabeza más profunda del m. contrahentis digiti I.

M. contrahentis digiti I (Contr I) (Figura 43): este músculo tiene dos partes:
una cabeza elongada que se origina con un tendón corto en el tarso distal 1 y
se encuentra en el lado externo del metatarso I ventral al m. transversus
metatarsi 1 siendo parcialmente cubierto por el m. opponens hallucis. La otra
parte es más profunda y presenta forma de abanico, está ubicada
dorsalmente al m. opponens hallucis cubriendo la inserción del m.
transversus metatarsus 2, originándose a lo largo de los dos tercios
proximales de la superficie ventral del metatarso I, de manera que su margen
interno está relacionado con el metataro I y su margen externo es libre.
Distalmente las dos cabezas del m. contrahentis digiti I convergen
compartiendo el tendón de inserción el cual se articula en la base de la
falange 1 del dedo I, aunque en el macho MUJ-440 están más relacionados
pues no sólo comparten el tendón de inserción, sino que las fibras de ambas
porciones convergen distalmente.
El macho MUJ-620 no tiene la cabeza profunda sólo aquella que se origina
en el tarso distal 1.

M. contrahentis digiti II (Contr. II): es elongado y delgado, sus fibras se


originan del tarso distal 2-3, contiguo al origen del m. opponens hallucis y se
extienden hacia el dedo II cubriendo la inserción del m. transversus
metatarsus 1 y pasando en medio del m. flexor ossis metatarsi digiti II y del
m. flexor teres digiti II. Distalmente se hace agudo continuándose con un
tendón delgado que se encuentra estrechamente relacionado con el m. flexor
teres digiti II y se articula en la base de la falange 1 en el mismo punto de
inserción del m. flexor teres digiti II.
El macho MUJ-440 no presenta este músculo.

M. flexor ossis metatarsi digiti II (Fl. os. mett. II): el origen de este músculo
voluminoso es cubierto por el tendón de origen del m. abductor brevis
plantaris digiti V y se da en la cara externa del extremo distal del fibulare con
un tendón amplio y largo común a los mm. flexores ossei metatarsi digiti III y
IV. Proximalmente es dorsal al m. transversus plantae distalis y corre a lo
largo del dedo II hacia el lado externo del m. lumbricalis brevis digiti II
disponiéndose ventralmente al m. transversus metatarsus 2 e insertándose a
lo largo de los dos tercios distales de la superficie ventral del metatarso II.

M. flexor ossis metatarsi digiti III (Fl. os. mett. III): se origina en la cara
externa del extremo distal del fibulare mediante un tendón largo y amplio que
es común a los mm. flexores ossei metatarsi digiti II y IV. Este músculo es
robusto, largo y se dispone ventralmente a la inserción del m. transversus
metatarsus 3, parcialmente dorsal al m. lumbricalis longus digiti III,
insertándose a lo largo de los dos tercios distales del metatarso III, ocupando
la superficie ventral y lateral externa de éste.

M. flexor ossis metatarsi digiti IV (Fl. os. mett. IV): al igual que los otros mm.
flexores ossei metatarsi, es voluminoso, largo y se origina con un tendón
ancho común con los mm. flexores ossei metatarsi digiti II y III que es
cubierto por el tendón de origen del m. abductor brevis plantaris digiti V, se
extiende dorsal a la cabeza externa del mm. lumbricales breves digiti IV para
insertarse a lo largo de los dos tercios distales del metatarso IV. Distalmente
se abre en dos grupos de fibras, en medio de las cuales pasa el m.
transversus metatarsus 4 insertándose un grupo de fibras dorsal al m.
transversus metatarsus 4 y el otro ventral a éste.
M. flexor teres digiti II (Fl. t. II): su origen tiene lugar en el extremo proximal
de la cara interna del metatarso II hallándose dorsal al m. transversus
metatarsus 1 en su extremo proximal y disponiéndose hacia la superficie
ventral del metatarso II estando completamente cubierto por el (dorsal al) m.
lumbricalis brevis digiti II e insertándose en la base de la falange 1 con un
corto tendón.

M. flexor teres digiti III (Fl. t. III): este músculo delgado se encuentra ubicado
dorsal al m. lumbricalis brevis digiti III limitando por el lado externo con el m.
flexor ossis metatarsi digiti III. Se origina a lo largo de los dos tercios
proximales de la superficie interna del metatarso III dorsal al m. transversus
metatarsus 2 y se extiende hacia la cara plantar insertándose mediante un
tendón corto en la base de la falange 1, dorsal al m. lumbricalis brevis digiti
III.

M. flexor teres digiti IV (Fl. t. IV): se origina a lo largo de los dos tercios
proximales del margen interno y ventral del metatarso IV dorsamente al m.
transversus metatarsus 3 disponiéndose hacia la superficie ventral adyacente
al m. flexor ossis metatarsi digiti IV. La inserción de este largo músculo se
lleva a cabo con un tendón corto en la base de la falange 1 estando cubierta
por el m. lumbricalis longissimus digiti IV y el tendo superficiales pro digiti IV.

M. flexor teres digiti V (Fl. t. V): su origen se lleva a cabo hacia el lado
interno de los dos tercios proximales de la cara plantar del metatarso V
desde el punto subproximal del mismo. Es dorsal a la cabeza interna de los
mm. lumbricales breves digiti V, extendiéndose a lo largo de este metatarso
limitando con el m. abductor brevis plantaris digiti V y pasando ventralmente
a la inserción del m. transversus metatarsus 4 hasta insertarse en la base de
la falange 1 con un corto tendón.
M. transversus metatarsus 1 (Tr. mett. 1): músculo plano que se origina a
todo lo largo del borde externo del metatarso I y se extiende hacia el dedo II
donde se articula a lo largo de la mitad proximal de la superficie plantar del
metatarso II. Tanto el origen como la inserción están cubiertas por los mm.
contrahentes digitorum I y II respectivamente.

M. transversus metatarsus 2 (Tr. mett. 2): su amplio origen ocupa todo lo


largo de la cara ventral del metatarso II limitando con la inserción del m.
transversus metatarsus 1 y se dispone hacia el dedo III articulándose en el
primer tercio de la superficie plantar del metatarso III ventralmente al m.
flexor teres digiti III.

M. transversus metatarsus 3 (Tr. mett. 3): al igual que los mm. transversi
metatarsi 1 y 2, es un músculo plano cuyo origen es más amplio que la
inserción, teniendo lugar en la superficie ventral de la mitad proximal del
metatarso III y articulándose a lo largo de la cara plantar del primer tercio del
metatarso IV. Tanto el origen como la inserción están cubiertas por el m.
flexor ossis metatarsi del dedo correspondiente y además la inserción es
ventral al m. flexor teres digiti IV.

M. transversus metatarsus 4 (Tr. mett. 4): este músculo en forma de banda


es angosto y presenta su origen levemente más amplio que la inserción,
originándose en el extremo distal del metatarso IV en medio de las dos
cabezas del m. flexor ossis metatarsi digiti IV (ver descripción) e insertándose
en la cara ventral del extremo distal del metatarso V dorsalmente al m. flexor
teres digiti V.
5. Discusión

5.1 Músculos del antebrazo

5.1.1. Superficie dorsal

Región superficial
Mientras que en Hyla labialis el m. epicondylocubitalis presenta un
origen sencillo, en Eleutherodactylus bogotensis es doble, de esta manera
el origen en el epicóndilo lateral del húmero hallado en Hyla labialis es
similar a lo descrito para Rana esculenta (Ranidae) (Gaupp 1896) y
Phrynomantis stictogaster (Microhylidae) (Burton 1983). Gaupp (1896)
describió el m. epicondylocubitalis y el m. epitrochleocubitalis como un solo
músculo llamado m. anconaei s. extensor antibrachii por lo cual describió dos
orígenes, pero para la cabeza de dicho músculo que corresponde al m.
epicondylocubitalis, no encontró más que un origen del epicóndilo lateral del
húmero, mientras que el doble origen establecido para Eleutherodactylus
bogotensis es reportado por Duellman y Trueb (1986).
Por otra parte, la inserción de este músculo identificada en ambas especies
del presente trabajo es la única condición descrita hasta el momento (Gaupp
1896, Davies y Burton 1982, Burton 1983, Duellman y Trueb 1986).

El origen del m. extensor carpi ulnaris en el epicóndilo lateral del


húmero, es la única condición que ha sido descrita (Gaupp 1896, Davies y
Burton 1982, Burton 1983, Duellman y Trueb 1986). A diferencia de un único
tendón de origen encontrado en Hyla labialis, Eleutherodactylus
bogotensis presenta dos tendones, uno de los cuales es común al m.
extensor digitorum communis longus. Burton (1983) describió que el tendón
de origen de este músculo es común al m. extensor digitorum communis
longus en Phrynomantis stictogaster (Microhylidae), lo que es similar en E.
bogotensis pero esta última especie además presenta otro tendón. De esta
manera, el origen encontrado en Hyla labialis, es similar al descrito por
Gaupp (1896) para Rana esculenta (Ranidae) y Duellman y Trueb (1986)
(quienes se basaron en datos para Rana esculenta y también tomaron
resultados de otros autores), pero el descrito para Eleutherodactylus
bogotensis, no ha sido reportado antes.
La inserción del m. extensor carpi ulnaris en el carpo distal 5-4-3
hallada en Eleutherodactylus bogotensis difiere de lo que se encontró en
Rheobatrachus silus, especie de la misma familia (Leptodactylidae), en la
cual hay una doble inserción que ocurre en el ulnare y en el epimisio del
metacarpo IV (Davies y Burton 1982) pero es similar a la inserción descrita
para Phrynomantis stictogaster (Microhylidae) (Burton 1983). De otra
parte, Gaupp (1896) mostró en Rana esculenta (Ranidae) una inserción
doble, de las cuales una es en el ulnare y la otra en carpo distal, mientras
que Duellman y Trueb (1986) la describieron en la cara externa de los
huesos carpianos pero no especificaron en cuales. Así que se podría decir
que la única articulación en el ulnare presentada en Hyla labialis no se ha
reportado antes.

Andersen (1978) encontró que el origen del m. extensor digitorum


communis longus en Osornophryne bufoniformis (Bufonidae) es en el
antebrazo, pero Gaupp (1896), Andersen (1978), Duellman y Trueb (1986) y
Burton (1983, 1998a) hallaron el origen en el epicóndilo lateral del húmero
para las especies de sus trabajos, similar a lo que se encontró en
Eleutherodactylus bogotensis. Burton (1996) describió para la subfamilia
Pelodryadinae (Hylidae) el origen en el húmero y Faivovich (2002) lo reportó
en el margen distal del húmero para los hílidos que trabajó, entonces el
origen que abarca tanto la diáfisis del húmero como su epicóndilo lateral
hallado en Hyla labialis, puede ser similar a lo descrito por estos dos
autores. De otra parte, en Eleutherodactylus bogotensis el origen ocurre
mediante dos tendones comunes al m. extensor carpi radialis y al m.
extensor carpi ulnaris, diferente a Rana esculenta (Ranidae) en la cual el
origen es común al m. flexor antibrachii lateralis superficialis (Gaupp 1896) y
a Rheobatrchus silus (Leptodactylidae) (Davies y Burton 1982); pero es
similar a lo observado por Burton (1983), quien describió que en
Phrynomantis stictogaster (Microhylidae) el origen es común con los mm.
extensores carpi.
La inserción del m. extensor digitorum communis longus se da en los
dedos II, III, IV y V o en algunos de ellos, pero el punto de inserción sobre
cada dedo no es el mismo en las diferentes especies (Gaupp 1986,
Andersen 1978, Davies y Burton 1982, Burton 1983, Egan 1995, Burton
1996, 1998a, Faivovich 2002). Sólo en Osornophryne bufoniformis
(Bufonidae) la inserción se da en los cuatro dedos (Andersen 1978), pues no
hay otros reportes de la presencia de la inserción en el dedo II. La inserción
en los metacarpos IV y V presentada en Eleutherodactylus bogotensis, la
reportó Andersen (1978) para especies de Myobatrachidae, Pelobatidae y
Bufonidae entre otras familias y en Leptodactylus pentadactylus,
Telmatobius niger y Caudiverbera caudiverbera (Leptodactylidae), y Egan
(1995) la encontró en especies de leptodactílidos australianos de
Limnodynastinae y Myobatrachinae (Myobatrachidae) aunque en estas
especies la inserción no es en el hueso sino en el m. extensor brevis
superficialis del dedo correspondiente. De igual manera Burton (1998a)
describió que en géneros de Leptodactylidae incluyendo muchas especies de
Eleutherodactylus la inserción se lleva a cabo en los dedos IV y V, pero en
ningún caso reportó que ocurra en el hueso metacarpiano sino en el epimisio
de los músculos extensores o en las falanges proximales del dedo
respectivo. En Leptodactylidae, Leptodactylus melanonotus,
Physalaemus pustulosus y Atelognathus patagonicus (Andersen 1978),
Rheobatrachus silus (Davies y Burton 1982) y algunas especies de
Eleutherodactylus (Burton 1998a) presentaron la inserción del m. extensor
digitorum communis longus en los dedos III, IV y V, así como la mayoría de
leptodactílidos australianos (Myobatrachidae) que estudió Egan (1995), por lo
que dentro de la familia Leptodactylidae no se ha reportado la inserción en
los dedos IV y V directamente en los metacarpos correspondientes tal como
sucede en Eleutherodactylus bogotensis, pero sí en Litoria havina
(Hylidae) (Egan 1995).
Al igual que lo encontrado en Hyla labialis, en todas las especies de
Hylidae este músculo tienen tres inserciones que ocurren directamente en los
metacarpos III, IV y V (Andersen 1978, Burton 1996, Faivovich 2002),
excepto en Litoria havina (Egan 1995) y algunas especies de la subfamilia
Pelodryadinae que estudió Burton (1996) en las cuales la inserción tiene
lugar sólo en los metacarpos IV y V. Cabe anotar que en especies de
Scinax (Hylidae) la inserción en el dedo IV se lleva a cabo no sobre el
metacarpo sino en el tendón del m. extensor brevis medius digiti IV
(Faivovich 2002).

Región profunda
El origen del m. abductor indicis longus en el lado ulnar del
radioulna, indentificado en Hyla labialis y Eleutherodactylus bogotensis,
también se ha descrito para especies de otras familias como
Disscoglossidae, Bufonidae, Pseudidae, Pipidae, Microhylidae, Ranidae,
entre otras (Gaupp 1896, Andersen 1978, Burton 1983). En Hylidae sólo se
ha planteado el origen en el radioulna (Andersen 1978, Burton 1996),
mientras que en Leptodactylidae se ha encontrado que el origen es del
radioulna, o del cóndilo lateral del húmero, en común con el m. extensor
digitorum communis longus, o ambos orígenes (Andersen 1978, Burton
1998a). Por su parte Egan (1995) encontró que el origen de este músculo en
leptodactílidos australianos (Myobatrachidae) es del radioulna y también de
la región del hombro. Cabe aclarar que en el género Eleutherodactylus no
se ha reportado un origen diferente al del radioulna.
La inserción en el prepollex hallada en Hyla labialis no ha sido
reportada antes y en Hylidae se ha descrito en el dorso del metacarpo II
(Andersen 1978) o en la fascia del m. extensor indicis brevis medius (Burton
1996).
En Eleutherodactylus bogotensis, la inserción se encontró en el
metacarpo II, lo cual sí se ha descrito en leptodactílidos y especies de otras
familias como Ranidae, Myobatrachidae y Bufonidae entre otros (Gaupp
1896, Andersen 1978, Egan 1995). En Rheobatrachus silus
(Leptodactylidae) la inserción es en el tendón de inserción del m. extensor
indicis brevis superficialis (Davies y Burton 1982) y en los leptodactílidos
estudiados por Burton (1998a) es en el epimisio del m. extensor indicis brevis
medius. Así, en la familia Leptodactylidae se han encontrado diferentes
estado de carácter para la inserción de este músculo.
El que este músculo sea más robusto en machos que en hembras de
Hyla labialis y Eleutherodactylus bogotensis, especialmente en la primera
especie, coincide con lo señalado por otros autores para especies
Leptodactylidae y Myobatrachidae (Egan 1995, Burton 1998a).

Tanto en Hyla labialis como Eleutherodactylus bogotensis, el m.


extensor carpi radialis presenta dos cabezas con orígenes similares en las
dos especies, carácter que fue reportado por Davies y Burton (1982) para
Rheobatrachus silus (Leptodactylidae); por Burton (1983) para
Phrynomantis stictogaster (Microhylidae) y por Duellman y Trueb (1986).
P. stictogaster (Microhylidae) presenta una condición similar a
Eleutherodactylus bogotensis, pues además de el origen en el húmero, el
tendón del epicóndilo lateral es común con el m. extensor digitorum
communis longus (Burton 1983). En cuanto a la inserción en los huesos
carpianos encontrada en las dos especies, sólo cabe resaltar que en
Phrynomantis stictogaster (Microhylidae) (Burton 1983) es en varios de
estos huesos mientras que Rheobatrachus silus (Leptodactylidae) la
presenta en el carpo distal solamente (Davies y Burton 1982), contrario a la
inserción simple en el radiale hallada en H. labialis.

Aunque el m. flexor antibrachii lateralis superficialis en Rana


esculenta (Ranidae) (Gaupp 1896) y en Rheobatrachus silus
(Leptodactylidae) (Davies y Burton 1982) presenta dos cabezas, una
originada del margen externo del húmero y otra del cóndilo distal,
Eleutherodactylus bogotensis e Hyla labialis tienen una sola cabeza,
coincidiendo con Phrynomantis stictogaster (Microhylidae) (Burton 1983).
Igualmente, la inserción es similar en Hyla labialis y en Eleutherodactylus
bogotensis, pero difiere de lo descrito para Rana esculenta (Ranidae) en la
cual se da en los carpos (Gaupp 1896) y de lo que se estableció para
Rheobatrachus silus (Leptodactylidae) pues en esta especie, si bien es en
el radioulna, ocurre mediante dos cabezas, una a cada lado de este hueso
(Davies y Burton 1982). Además tampoco coinciden con la inserción para
Phrynomantis stictogaster (Microhylidae) pues aunque es en el radioulna,
también posee un tendón de inserción común al m. flexor antibrachii lateralis
medius que se articula en el epicóndilo distal del radioulna (Burton 1983), lo
que no se encontró en Hyla labialis ni en Eleutherodactylus bogotensis.
De esta manera, en general no hay reportes semejantes a la inserción simple
en el radioulna observada en H. labialis y E. bogotensis.

Tanto el origen como la posición del m. flexor antibrachii lateralis


profundus en Hyla labialis y Eleutherodactylus bogotensis resulta muy
similar entre estas dos especies y con Phrynomantis stictogaster
(Microhylidae) (Burton 1983). Sin embargo no coincide con la descripción de
Gaupp (1896) para Rana esculenta (Ranidae), en la cual éste es cubierto
por el m. flexor antibrachii lateralis superficialis y no por el m. extensor carpi
ulnaris como sucede en Hyla labialis, Eleutherodactylus bogotensis y
Phrynomantis stictogaster.
La inserción que se observó tanto en Hyla labialis como en
Eleutherodactylus bogotensis difiere de lo hallado en Rana esculenta
(Ranidae) (Gaupp 1896) y Phrynomantis stictogaster (Microhylidae)
(Burton 1983), pues en éstas se articula en el borde interno y en la cara
ventral del radioulna respectivamente.

5.1.2. Superficie ventral


Región superficial
Respecto al m. epitrochleocubitalis, el origen reconocido por Gaupp
(1896) para Rana escuelenta (Ranidae) y por Duellman y Trueb (1986) es
similar en Hyla labialis pero difiere de lo que encontró Burton (1983) para
Phrynomantis stictogaster (Microhylidae), descripción que es similar a lo
hallado en Eleutherodactylus bogotensis pues en estas dos especies el
origen es doble y comparte el tendón de origen con el m. palmaris longus. El
lugar de inserción para este músculo observado en H. labialis y E.
bogotensis no presentó diferencias con Rana escuelnta (Ranidae) (Gaupp
1896) y Phrynomantis stictogaster (Microhylidae) (Burton 1983), sin
embargo en E. bogotensis este músculo converge con el m.
epicondylocubitalis pinnadamente, condición descrita por Gaupp (1896) para
Rana esculenta (Ranidae).

Los resultados obtenidos para el lugar de origen del m. palmaris


longus en Hyla labialis y en Eleutherodactylus bogotensis es común con
lo planteado para otras especies (Gaupp 1896, Liem 1970, Andersen 1978,
Davies y Burton 1982, Burton 1983, Duellman y Trueb 1986, Egan 1995,
Burton 1996, Burton 1998a). De otra parte Eleutherodactylus bogotensis
comparte con Rana esculenta (Ranidae) (Gaupp 1896), Rheobatrachus
silus (Leptodactylidae) (Davies y Burton 1982) y con todas las especies que
examinó Andersen (1978) el tipo de origen que es común con el m. flexor
carpi ulnaris, pero a diferencia de estas especies en E. bogotensis el origen
es doble presentando la segunda cabeza en común con el m.
epitrochelocubitalis similar a Phrynomantis stictogaster (Microhylidae); sin
embargo en esta última especie la segunda cabeza de origen es
independiente. Resumiendo, la presencia de dos cabezas de origen cada
una en común con otro músculo observado en E. bogotensis, es una
condición no descrita antes, mientras que el origen simple de este músculo
en H. labialis es usual.
En cuanto a la inserción del m. palmaris longus, se han identificado
diferentes estados según la cantidad de cabezas de inserción que presente y
si se articula en la aponeurosis palmaris directamente o si sus tendones de
inserción dan lugar a los tendines superficiales digitorum (Gaupp 1896, Liem
1970, Andersen 1978, Davies y Burton 1982, Burton 1983, Duellman y Trueb
1986, Egan 1995, Burton 1996, 1998a) (ver aponeurosis palmaris y tendo
superficialis digiti III, IV y V). La primera condición nombrada se encontró en
E. bogotensis y coincide con lo reportado para Rana esculenta (Ranidae)
(Gaupp 1896), para la mayoría de especies trabajadas por Andersen (1978),
para Phrynomantis stictogaster (Microhylidae) (Burton 1983), para
leptodactílidos australianos (Myobatrachidae) (Egan 1995) y para los
leptodactílidos que estudió Burton (1998a); dentro de Leptodactylidae este
músculo da lugar directamente a algunos tendines superficiales digitorum
solamente en algunos Eleutherodactylus (Burton 1998a). Contrario a esto
en la familia Hylidae es común que uno o varios tendines superficiales
digitorum se originen del m. palmaris longus como es en Hyla labialis, en los
hílidos que observó Egan (1995) y en la subfamilia Pelodryadinae (Burton
1996); Andersen (1978) anotó que en los hílidos la inserción es doble pero
siempre en la aponeurosis directamente.

Respecto al origen del m. palmaris brevis, lo descrito por Liem


(1970), Gaupp (1896), Andersen (1978), Davies y Burton (1982), Egan
(1995), Burton 1996, 1998a) es similar a lo observado en Hyla labialis y
Eleutherodactylus bogotensis, no obstante Liem (1970) planteó que el
origen ocupa el tercio distal del radioulna, pero en H. labialis y E.
bogotensis es más angosto. Por otra parte, el origen simple y directo en el
radioulna que se encontró en ambas especies difiere del doble origen
reportado por Andersen (1978) para algunas especies entre ellas
Caudiverbera caudiverbera (Leptodactylidae), en las que hay una segunda
cabeza de origen que proviene del ulnare y de lo hallado por Burton (1983)
para Phrynomantis stictogaster (Microhylidae) en la que la segunda
cabeza de origen es común con el m. epicondylocubitalis y el m.
epitrochleocubitalis.
En cuanto a la inserción, Hyla labialis y Eleutherodactylus
bogotensis no presentaron diferencias significativas con lo reportado por
Liem (1970), por Gaupp (1896) para Rana esculenta (Ranidae), Andersen
(1978) para especies de Leptodatylidae y otras familias, Davies y Burton
(1982) para Rheobatrachus silus (Leptodactylidae), Burton (1983) para
Phrynomantis stictogaster (Microhylidae), Egan (1995) para leptodactílidos
australianos (Myobatrachidae) y Burton (1998a) para leptodactílidos. Sin
embargo, la inserción en la aponeurosis ocurrida en las anteriores especies
no es el único estado descrito para la inserción pues Andersen (1978)
encontró que en Cyclorana australis, Phyllomedusa hypocondrialis, P.
bicolor, Pahcymedusa dacnicolor, Hyla faber (Hylidae) y Brachycephalus
ephippium (Brachycephalidae) este músculo sirve de origen para algunos
tendo sueprficalies, lo que también reportó Burton (1996) para la subfamilia
Pelodryadinae (Hylidae) y antes había sido descrito por Liem (1970).
Tendiendo en cuenta que en H. labialis se articula en la aponeurosis
palmaris muy cerca al origen del tendo superficialis digiti III, entonces en
Hylidae existen diferentes estados de inserción del m. palmaris longus,
resultando común en esta familia la estrecha relación entre el m. palmaris
brevis y los tendines superficiales.
Región profunda
En Hyla labialis y Eleutherodactylus bogotensis el origen del m.
flexor carpi radialis es similar al de Rana esculenta (Ranidae) (Gaupp
1896), Rheobatrachus silus (Leptodactylidae) (Davies y Burton 1982) y a lo
descrito por Faivovich (2002) para especies de Hylidae, pero en
Phrynomantis stictogaster (Microhylidae), no se presenta ese amplio
origen sino que se limita a ocupar el epicóndilo distal del húmero (Burton
1983). En ninguna de las dos especies del presente trabajo se observó que
el origen del m. flexor carpi radialis sea contiguo al m. coracobrachialis, lo
que reportó Faivovich (2002) para algunos hílidos del género Scinax.
La inserción no es coincidente para las especies que han sido
estudiadas, pues en Hyla labialis es una inserción simple en el elemento Y y
en Eleutherodactylus bogotensis es en el radiale, mientras que en
Phrynomantis stictogaster (Microhylidae), Rheobatrachis silus
(Leptodactylidae) y Rana esculenta (Ranidae) la inserción es doble, mas no
en los mismos huesos para las tres especies (Gaupp 1896, Davies y Burton
1982, Burton 1983). Por otra parte, en Rheobatrachus silus
(Leptodactylidae) la inserción es en parte en común con el m. flexor
antibrachii lateralis superficialis y en parte con el m. flexor carpi ulnaris
(Davies y Burton 1982), mientras que en H. labialis y E. bogotensis
solamente es común con el m. flexor carpi ulnaris.

Es interesante el hecho de que el m. flexor carpi ulnaris es


completamente visible superficialmente en Hyla labialis, mientras que en
Eleutherodactylus bogotensis es cubierto por el m. palmaris longus. El
punto de origen es el mismo para las dos especies aquí estudiadas y para
otras examinadas por diferentes autores (Gaupp 1896, Davies y Burton 1982,
Burton 1983), no obstante en Eleutherodactylus bogotensis el tendón de
origen es común con el m. palmaris longus, lo que resulta similar en
Rheobatrachus silus (Leptodactylidae) (Davies y Burton 1982) y en
Phrynomantis stictogaster (Microhylidae) (Burton 1983). De otra parte
Gaupp (1896) señaló que en Rana esculenta (Ranidae) hay unas fibras que
conectan el m. flexor carpi ulnaris, con el m. palmaris longus, semejante a las
fibras que se observaron en Eleutherodactylus bogotensis las cuales se
separan del m. flexor carpi ulnaris y se articulan al m. palmaris longus.
En H. labialis y E. bogotensis la inserción es común con el m. flexor
carpi radialis, tal como lo identificó Davies y Burton (1982) en
Rheobatrachus silus (Leptodactylidae), sin embargo en estas tres especies
se da en huesecillos diferentes, encontrando que sólo en Hyla labialis el
lugar de inserción coincide con lo descrito para Rana esculenta (Ranidae)
(Gaupp 1896), mientras que lo propuesto para Eleutherodactylus
bogotensis no se ha reportado antes. Aunque las especies anteriores
presentan la inserción en los huesos carpianos, tal como lo resaltaron
Duellman y Trueb (1986), Burton (1983) mostró que en Phrynomantis
stictogaster (Microhylidae) es en el cóndilo distal del radioulna, teniendo así
diferentes estados de carácter para la inserción del m. flexor carpi ulnaris.

Poco hay que decir del m. flexor antibrachii medialis pues no se


encontraron diferencias en el origen, inserción o disposición espacial, en
ninguna de las dos especies y tampoco con las descripciones de otros
autores (Gaupp 1896, Davies y Burton 1982, Burton 1983, Duellman y Trueb
1986). Sólo Phrynomantis stictogaster (Microhylidae) presenta una
variación, pues la inserción además de ser en el lado radial del radioulna,
presenta un tendón común al m. flexor antibrachii lateralis superficialis que se
articula en el epicóndilo distal del radioulna (Burton 1983).

Mientras que en Hyla labialis y Eleutherodactylus bogotensis el m.


ulnocarpalis se origina de la mitad distal del radioulna, Duellman y Trueb
(1986) describieron que sólo ocupa el tercio distal del mismo. Por otra parte,
Burton (1983) se limita a describir este músculo como típico para
Phrynomantis stictogaster (Microhylidae) pero en sus figuras se observa
no solo pequeño sino que se ubica en el lado ulnar del radioulna, mientras
que en las dos especies de este trabajo se encontró disponiéndose por la
línea media de este hueso longitudinalmente. La inserción encontrada en
Hyla labialis y Eleutherodactylus bogotensis, coincide con la inserción en
el ulnare descrita por Duellman y Trueb (1986), siendo que no se han
descrito otros estado.

El m. flexor antibrachii profundus hallado en Hyla labialis no se


encontró en Elutherodactylus bogotensis y tampoco en las descripciones
de Gaupp (1896) para Rana escuelnta (Ranidae), Davies y Burton (1982)
para Rheobatrachus silus (Leptodactylidae), Burton (1983) para
Phrynomantis stictogaster (Microhylidae) ni de Duellman y Trueb (1986) y
por tanto no se ha identificado anteriormente.

5.2. Músculos de las manos

5.2.1. Superficie dorsal


Región Superficial
El origen del m. abductor indicis brevis dorsalis en el elemento Y
encontrado en Hyla labialis es la condición más comúnmente descrita y
encontrada en especies de diferentes familias como Ranidae (Gaupp 1896),
Leptodactylidae (Andersen 1978, Davies y Burton 1982, Burton 1998a),
Microhylidae (Burton 1983) y Myobatrachidae (Andersen 1978, Egan 1995),
Hylidae (Andersen 1978, Burton 1996), entre otras. Sólo Andersen (1978)
describió otros estados de carácter, como el origen en el elemento prepólico
distal en Leiopelma hochstetteri (Leiopelmatidae) y Ascaphus truei
(Ascaphidae) y el origen en el radiale en varias especies, entre ellas
Xenopus laevis (Pipidae), Rana blairi (Ranidae), Pseudis paradoxus
(Pseudidae), Gastrophryne olivavea (Microhylidae) y algunas de Bufonidae.
Para Hylidae se ha reportado el origen en el radiale en Cyclorana australis,
Acris crepitans, Phyllomedusa hypocondrialis, P. bicolor, Pachymedusa
dacnicolor e Hyla faber (Andersen 1978), así como el origen en el elemento
Y, en Smilisca baudinii (Andersen 1978) y las especies de la subfamilia
Pelodryadinae del trabajo de Burton (1996). De esta manera, en Hylidae no
hay una condición única y la condición de origen presente en Hyla labialis
es común en la familia.
De igual manera, en Leptodactylidae el origen reportado para todas
las especies estudiadas es en el elemento Y (Andersen 1978, Davies y
Burton 1982, Egan 1995, Burton 1998a), como se encontró en
Eleutherodactylus bogotensis, excepto en Leptodactylus pentadactylus,
la cual presenta el origen en el radiale (Andersen 1978). Cabe anotar que
Burton (1998a) reportó el origen en elemento Y, pero aclara que en las
especies que presentan fusión del carpo distal 2 y el elemento Y, este
músculo se origina del elemento producto de la fusión de estos dos
carpianos.
La inserción pinnada en el metacarpo II encontrada en
Eleutherodactylus bogotensis es la única condición descrita hasta el
momento (Gaupp 1896, Andersen 1978, Egan 1995, Burton 1996, 1998a) y
la inserción en el prepollex descrita para Hyla labialis no ha sido reportada
antes.

El origen del m. extensor indicis brevis superficialis se presenta en


diferentes puntos, encontrándose en el ulnare y del tendón del m. flexor
antibrachii lateralis superficialis en Rana esculenta (Gaupp 1896); en el
ulnare, en especies de Myobatrachidae, Pipidae, Bufonidae, Leptodactylidae,
Microhylidae e Hylidae, entre otras familias (Andersen 1978, Davies y Burton
1982, Burton 1983, Egan 1995, Burton 1996, 1998a); en el radiale en
especies de Leptodactylidae e Hylidae (Andersen 1978, Egan 1995, Burton
1996), y en el ulnare y el radioulna en leptodactílidos (Burton 1998a).
En cuanto a Leptodactylidae, el origen en el ulnare se describió en
Atelognathus patagonicus, Physalaemus pustulosus, Caudiverbera
caudiverbera, Laptodactylus melanonotus, L. pentadactylus,
Telmatobuis niger (Andersen 1978), Rheobatrachus silus (Davies y Burton
1982) y en los leptodactílidos australianos (Myobatrachidae) observados por
Egan (1995). También se han encontrado otras condiciones en esta familia,
como el origen en el radiale señalado por Egan (1995) en
Eleutherodactylus achatinus y por Burton (1998a) en especies de
diferentes géneros, incluyendo Eleutherodactylus (Leptodactylidae). Por
otra parte, en especies de los géneros Leptodactylus, Hydrolaetare y
Vanzolinus (Leptodactylidae) el origen comprende el ulnare y el radioulna
(Burton 1998a), condición encontrada en Eleutherodactylus bogotensis.
En Hylidae se han encontrado varios estados de carácter, pues en
Smilisca baudinii, Phyllomedusa hypocondrialis, P. bicolor,
Pachymedusa dacnicolor (Andersen 1978) y en las especies de la
subfamilia Pelodryadinae estudiadas por Burton (1996) el origen es en el
radiale, pero en Acris crepitans e Hyla faber es en el ulnare; además Egan
(1995) lo reporta como ausente en Cyclorana australis, Litoria caerulea, L.
lesueuri y L. havina.
Así, el origen del ulnare y radioulna presente en H. labialis no ha sido
descrito en hílidos, pero sí en algunas especies de Letodactylidae (Burton
1998a), mientras que el origen en el ulnare encontrado en
Eleutherodactylus bogotensis es el más común dentro de la familia
Leptodactylidae, aunque no es la única condición en esta familia.
En cuanto a la inserción, tanto H. labialis como E. bogotensis
presentaron condiciones que no se han reportado antes: la articulación en la
última falange hallada en H. labialis es similar a las descripciones
presentadas por Gaupp (1896), Andersen (1978), Egan (1995) y Burton
(1996, 1998a), pero en Hyla labialis este tendón de inserción es común al
tendón de inserción de la cabeza interna de los mm. extensor indicis brevis
profundi, lo cual no se ha descrito antes. Por otra parte, en
Eleutherodactylus bogotensis la inserción es en el extremo proximal de la
falange 1 y esto tampoco se hareportado hasta el momento.

La condición más comúnmente descrita para el m. extensor brevis


superficialis digiti III es con el origen en el ulnare (Gaupp 1896, Andersen
1978, Egan 1995, Burton 1996, Burton 1998a, Faivovich 2002) tal y como se
encontró en Eleutherodactylus bogotensis y es la única condición hallada
para Leptodactylidae. Solamente se ha reportado una condición diferente, el
origen en el ulnare y radioulna, la cual sólo se ha encontrado en hílidos
(Egan 1995, Burton 1996, Faivovich 2002), incluyendo Hyla labialis, aunque
también se ha descrito en esta familia el origen simple en el ulnare
(Andersen 1978, Burton 1996, Faivovich 2002). Este origen en el ulnare y el
radioulna se ha reportado en Cyclorana australis, Litoria caerulea, L.
lesueuri, L. havina (Egan 1995), Hyla versicolor y Nyctimytes, entre otros
Pelodryadinae que estudió Burton (1996) y Smilisca baudinii, S. sila,
Aplastodiscus perviridis, Hyla cinerea, H. faber, H. albopunctata e H.
raniceps (Faivovich 2002). Sin embargo, Hyla versicolor es la única
especie que presenta una condición similar a la encontrada en H. labialis,
pues además de originarse de la ulna y del ulnare, es común al origen del m.
extensor brevis superficialis digiti IV (Burton 1996). Es interesante resaltar
que Andersen (1978) encontró que en Smilisca baudinii e Hyla faber el
origen es sólo del ulnare, contrario a lo que reportó Faivovich (2002) para
estas especies, lo que sugiere variabilidad intraespecífica en estas dos
especies. Otras especies en las cuales se ha reportado el origen sólo del
ulnare son: Acris crepitans, Phyllomedusa hypocondrialis, P. bicolor,
Pachymedusa dacnicolor (Andersen 1978), Scinax nasica, especies de
Litoria (Burton 1996) y en todas las especies de Scinax que estudió
Faivovich (2002).
En cuanto a la inserción, la más frecuentemente reportada es en la
falange proximal (Andersen 1978, Egan 1995, Burton 1998), pero las
especies de Pelodryadinae (Hylidae) estudiadas por Burton (1996)
presentaron una inserción doble, por lo cual, la inserción simple en el
metacarpo III hallada en Hyla labialis no ha sido descrita anteriormente. De
igual manera, en Eleutherodactylus bogotensis se encontró una condición
diferente pues además de presentarse en el límite entre metacarpo III-
falange1, tiene unas fibras que se articulan en el dorso del metacarpo III, lo
que no se ha descrito antes. Posiblemente sea un dimorfismo sexual el que
en hembras esta segunda articulación se presente mediante un grupo de
fibras más robusto que en machos.

Se ha reportado el origen del m. extensor brevis superficialis digiti


IV en el ulnare, carpo distal o ambos (Gaupp 1896, Andersen 1978, Davies y
Burton 1982, Burton 1983, Egan 1995, Burton 1996, 1998a). En Hylidae se
registraron varios puntos de origen como el ulnare en Acris crepitans,
Phyllomedusa hypocondrialis, P. bicolor y Pachymedusa dacnicolor
(Andersen 1978); el carpo distal en Hyla faber y Smilisca baudinii
(Andersen 1978) y en el ulnare y carpo distal en la subfamilia Pelodryadinae
(Burton 1996), así como en Hyla labialis. En H. labialis el origen es común
con el m. extensor brevis superficialis digiti III al igual que en Hyla versicolor
(Burton 1996).
De igual manera, en Leptodactylidae se han reportado los tres
orígenes, con el origen en el carpo distal en Leptodactylus melanonotus
(Andersen 1978), Rheobatrachus silus (Davies y Burton 1982),
Hydrolaetare, Pleurodema y Vanzolinius (Burton 1998a); el origen en el
ulnare para Leptodactylus pentadactylus, Telmatobius niger,
Caudiverbera caudiverbera, Physalaemus pustulosus y Atelognathus
patagonicus, mientras que el origen tanto en el ulnare como en el carpo
distal encontrado en Elutherodactylus bogotensis, lo encontró
ampliamente distribuido Burton (1998a) en los leptodactílidos observados y
Egan (1995) en leptodactílidos australianos (Myobatrachidae).
Por otra parte, la inserción en la falange 1 encontrada en las dos
especies de este trabajo es la condición más frecuentemente descrita
(Andersen 1978, Egan 1995, Burton 1996, Burton 1998) y sólo se ha
encontrado diferente en Rana esculenta (Ranidae), en la cual se inserta en
la última falange (Gaupp 1896). Aunque en Hyla labialis se encontró en la
falange 1, hay que resaltar que la inserción no es en la parte proximal de la
misma sino en el punto medio y esto no se ha reportado antes. Es
interesante el hecho de que en H. labialis algunas fibras de la cabeza medial
se fusionan al m. extensor digitorum communis longus, pues es similar a lo
encontrado en los hílidos de la subfamilia Pelodryadinae por Burton (1996) y
también en Hyla cinerea y todas las especies de Scinax estudiadas por
Faivovich (2002). En Hyla faber, H. albopunctata, H. raniceps,
Aplastodiscus perviridis y Smilisca sila, la fusión en el m. extensor
digitorum communis longus involucra no solamente algunas fibras sino toda
la cabeza del m. extensor brevis superficilis digiti IV que se origina en el
ulnare y en Smilisca baudinii pueden ser algunas fibras o toda la cabeza
(Faivovich 2002). Así, aunque Andersen (1978) y Egan (1995) no
describieron fusión alguna en el m. extensor digitorum communis longus, los
autores que la han tenido en cuenta, reportan su existencia en hílidos y en
ningún caso su ausencia.
La inserción descrita para Eleutherodactylus bogotensis es
coincidente con lo planteado por Burton (1998a) para leptodactílidos
neotropicales; pero lo que no se ha reportado es la presencia de unas fibras
que se separan del músculo para articularse en el metacarpo IV
directamente, como se encontró en E. bogotensis.

En cuanto al origen en el ulnare para el m. extensor brevis


superficialis digiti V identificado en Hyla labialis, hay que decir que sólo
fue reportado por Andersen (1978) para Osornophryne bufoniformis,
Atelopus ignescens (Bufonidae), Xenopus laevis (Pipidae) y en Hyla faber
y Acris crepitans, (Hylidae), así como en Telmatobius niger, Caudiverbera
caudiverbera, Physalaemus pustulosus y Atelognathus patagonicus
(Leptodactylidae). Teniendo en cuenta que en Cyclorana australis
(Andersen 1978, Egan 1995), Litoria caerulea, L. lesueuri, L. havina (Egan
1995) y en todas las especies de la subfamilia Pelodryadinae (Hylidae)
(Burton 1996) el origen de este músculo se lleva a cabo en el carpo distal,
entonces en Hylidae se han reportado dos puntos de origen: el carpo distal,
ampliamente distribuido y menos frecuentemente, en el ulnare.
De otra parte, excepto en Telmatobius niger, Caudiverbera
caudiverbera, Physalaemus pustulosus, Atelognathus patagonicus y
Leptodactylus pentadactylus (Leptodactylidae) (Andersen 1978), los
leptodactílidos presentan el origen en el carpo distal (Andersen 1978, Davies
y Burton 1982, Egan 1995, Burton 1998a) tal y como se encontró en
Eleutherodactylus bogotensis. El origen en el carpo distal es la condición
más frecuentemente descrita, encontrándose también en Rana esculenta
(Ranidae) (Gaupp 1986), Phrynomantis stictogaster (Microhylidae) (Burton
1983), especies de Heleophrynidae, Pelobatidae, Pseudidae entre otras
familias (Andersen 1978).
Andersen (1978) reportó para especies de Leiopelmatidae, Bufonidae,
Rhinophrynidae, Ascaphidae, Centrolenidae, Dendrobatidae, en
Leptodactylus pentadactylus (Leptodactylidae), Smilisca baudinii,
Phyllomedusa hypocondrialis, P. bicolor y Pachymedusa dacnicolor
(Hylidae) que el origen es común con el m. extensor digitorum communis
longus y por su parte Egan (1995) anotó que en Cyclorana australis, Litoria
caerulea, L. lesueuri y L. havina el origen de este músculo es parcialmente
continuo al m. extensor carpi ulnaris, lo que también reportó en especies de
la subfamilia Rheobatrachinae (Myobatrachidae). Aunque en Hyla labialis
no es precisamente continuo con el m. extensor carpi ulnaris, su origen está
en estrecha relación con la inserción del m. extensor carpi ulnaris. Gaupp
(1896) describió que las fibras de origen del m. extensor brevis superficialis
digiti V y las de inserción del m. extensor carpi ulnaris vienen adheridas, por
lo cual la estrecha relación entre el m. extensor carpi ulnaris y el m. extensor
brevis superficialis digiti V se ha reportado en Hylidae pero no sucede
únicamente en ella.
En Eleutherodactylus bogotensis el m. extensor brevis superficialis
digiti V se fusiona parcialmente con el m. abductor brevis digiti V y en H.
labialis unas fibras del m. extensor brevis superficialis digiti V se fusionan al
m. extensor brevis superficialis digiti IV, características que no se han
reportado anteriormente. Además en H. labialis la inserción tiene lugar en el
extremo distal de la falange 1 mediante dos tendones, lo cual tampoco se ha
descrito pues Gaupp (1896) reportó que en Rana esculenta este músculo se
articula en la última falange, pero Andersen (1978), Egan (1995) y Burton
(1996, 1998a) coinciden en una inserción en la falange 1 proximalmente
mediante un amplio tendón, similar a lo encontrado en Eleutherodactylus
bogotensis.

El lugar de origen del m. abductor brevis digiti V presentado por


Hyla labialis ha sido reportado por Gaupp (1896) para Rana esculenta y por
Andersen (1978) para Discoglossus pictus (Discoglossidae), Megophrys
monticola (Megophrys montana) (Megophryidae), Xenopus laevis
(Pipidae), Osornophryne bufoniformis y Atelopus ignescens (Bufonidae)
y también para especies de Hylidae y Leptodactylidae. Dentro de las
especies de Hylidae para las cuales Andersen (1978) reportó el origen en el
ulnare están Cyclorana australis, Hyla faber, Phyllomedusa bicolor, P.
hypocondrialis, Pachymedusa decnicolor y Acris crepitans, mientras que
en Smilisca haudinii (Hylidae) este autor encontró que el origen es en el
carpo distal. No sólo Andersen (1978) ha descrito el origen en el carpo
distal, también lo reportó Davies y Burton (1982) para Rheobatrachus silus
(Leptodactylidae), Burton (1983) para Phrynomantis stictogaster
(Microhylidae), Egan (1995) para leptodactílidos australianos
(Myobatrachidae); Burton (1996) lo encontró en todos los hílidos de su
estudio y también se describió así en las especies de Leptodactylidae
estudiadas por Burton (1998a). Podemos ver entonces que el origen en el
carpo distal descrito para Eleutherodactylus bogotensis es el más común y
la condición presentada en Hyla labialis no es frecuente, pero sí ha sido
reportada para algunas especies de Hylidae y otras familias.
En cuanto a la inserción de este músculo tanto en Hyla labialis como
en Eleutherodactylus bogotensis, no hay diferencias significativas con lo
descrito por Gaupp (1896), Andersen (1978), Egan (1995) y Burton (1996,
1998a).

El m. abductor ulnocarpalis encontrado en Elutherodactylus


bogotensis, que se origina en el extremo distal del radioulna y se articula en
el carpo distal 5-4-3, no se encontró en Hyla labialis y no hay reportes de
éste en la literatura, al parecer no se ha descrito antes este pequeño
músculo.

Región profunda
De acuerdo a lo reportado el origen del m. extensor indicis brevis
medius es variable ya que es en el elemento Y en Osornophryne
bufoniformis (Bufonidae), Ascaphus truei (Ascaphidae) (Andersen 1978),
especies de Ranidae (Gaupp 1896, Andersen 1978) y de Myobatrachide
(Andersen 1978, Egan 1995), mientras que el origen en el ulnare o del
radioulna solo se ha reportado para leptodactílidos (Burton 1998a). El origen
en Eleutherodactylus bogotensis e Hyla labialis, también ha sido descrito
para especies de diferentes familias como Leiopelmatidae, Pelobatidae,
Pseudidae (Andersen 1978), Microhylidae (Burton 1983, Egan 1995) y
Myobatrachidae (Andersen 1978, Egan 1995), entre otras.
En Hylidae, Smilisca baudinii, Acris crepitans, Phyllomedusa
hypocondrialis, P. bicolor e Hyla faber (Andersen 1978), Litoria caerulea,
L. lesueuri y L. havina (Egan 1995), presentaron el origen en el radiale y la
inserción en la última falange; sin embargo Andersen (1978) identificó que en
Pachymedusa dacnicolor (Hylidae) el origen en el radiale pero la inserción
en el metacarpo II y Burton (1996) también encontró en las especies de
Pelodryadinae (Hylidae) la inserción en el metacarpo II, pero el origen,
aunque es en el radiale, es común con el origen del m. extensor indicis brevis
superficialis. Andersen (1978) y Egan (1995) coinciden en que el origen de
este músculo en Cyclorana australis (Hylidae) es en el radiale, pero difieren
en la inserción, pues Andersen (1978) la reportó en el metacarpo II, mientras
que Egan (1995) la describió en la última falange, lo que sugiere variación
intraespecífica. Por tanto, el origen del radiale es común en Hylidae, pero la
inserción no es constante en la familia y por otra parte la inserción en Hyla
labialis que se articulan al prepollex no se han descrito antes.
Mientras que entre los hílidos sólo Pachymedusa dacnicolor
(Hylidae) y tal vez Cyclorana australis presentan una condición similar a la
de H. labialis, es decir el origen en el radiale y la inserción en el metacarpo II
(Andersen 1978), la condición de Eleutherodactylus bogotensis tanto de
origen como de inserción se ha reportado en cinco leptodactílidos -
Leptodactylus pentadactylus, L. melanonotus, Caudiverbera
caudiverbera, Physalaemus pustulosus, Atelognatus patagonicus
(Andersen 1978).
En Leptodactylidae también se reconoció el origen en el elemento Y y
la inserción en la última falange para Telmatobuis niger (Andersen 1978) y
Rheobatrachus silus (Davies y Burton 1982), así como en bastantes
leptodactílidos australianos (Myobatrachidae) (Egan 1995). Burton (1998a)
reportó que en Ceratophrys y Vanzolinus el origen es en el radioulna y que
en algunos leptodactílidos el origen es en el elemento Y y en otros es en el
ulnare pero la inserción en todos los leptodactílidos examinados es en el
metacarpo II. De esta manera, tanto el origen como la inserción varían
dentro de Leptodactylidae.

Para el m. extensor brevis medius digiti III se ha reportado el origen


en el elemento Y en especies de Leiopelmatidae, Discoglossidae, Bufonidae,
Myobatrachidae y Leptodactylidae entre otras familias (Andersen 1978, Egan
1995), pero también se encontró el origen en el radiale en especies de
algunas familias como Myobatrachidae y Bufonidae así como de Pipidae,
Pseudidae (Andersen 1978), Microhylidae (Andersen 1978, Burton 1983) y
Heleophrynidae (Andersen 1978, Burton 1998a). De otra parte en Rana
esculenta (Ranidae) (Gaupp 1896), en especies de leptodactílidos
australianos (Myobatrachidae) (Egan 1995) e hílidos (Burton 1996), entre
otras familias, el origen es del elemento Y y del radiale.
En Hylidae se han reportado sólo dos especies que presentan el
origen en el elemento Y, Smilisca baudinii y Pachymedusa dacnicolor
(Andersen 1978), mientras que el origen en el radiale se ha descrito en más
especies de esta familia como Acris crepitans, Phyllomedusa
hypocondrialis, P. bicolor e Hyla faber (Andersen 1978). Por otra parte,
en hílidos de la subfamilia Pelodryadinae se encontró un amplio origen que
abarca tanto el elemento Y como el radiale (Burton 1996) como se mencionó
anteriormente, pero el origen del carpo distal 5-4-3, hallado en H. labialis, no
ha sido reportado antes ni para Hylidae ni para especies de otras familias.
Contrario a lo reportado para Hylidae, en Leptodactylidae el origen en
el radiale se ha establecido en dos especies, Leptodactylus pentadactylus
y Caudiverbera caudiverbera (Andersen 1978) mientras que el origen en el
elemento Y se ha reportado en Leptodactylus melanonotus, Telmatobius
niger, Physalaemus pustulosus, Atelognathus patagonicus y en algunos
leptodactílidos australianos (Myobatrachidae) como Limnodynastes
dumerilii, Myobatrachus gouldii, Paracrinia haswelli, Cophixalus
riparius, Rheobatrachus vitellinus y R. silus (Egan 1995), no obstante
Egan (1995) señaló para la mayoría de leptodactílidos australianos
(Myobatrachidae) el origen en el elemento Y y en el radiale coincidiendo con
lo que determinaron Davies y Burton (1982) para Rheobatrachus silus
(Leptodactylidae) pero teniendo en cuenta los resultados de Egan (1995) y
de Davies y Burton (1982) se puede decir que hay variación intraespecífica
para R. silus (Leptodactylidae). Además de estos tres estados de carácter
para el origen del m. extensor brevis medius digiti III en leptodactílidos,
Burton (1998a) reportó un amplio origen que abarca el elemento Y, carpo
distal 2 y radiale en todos los leptodactílidos observados, incluyendo las
especies del género Eleutherodactylus. Por tanto, el origen en el radiale,
descrito para pocos leptodactílidos y hallado en Elutherodactylus
bogotensis, ha sido reportado en la familia pero no en el género.
En cuanto a la inserción, la más comúnmente descrita es en la última
falange (Gaupp 1896, Andersen 1978, Egan 1995, Burton 1998a) aunque
Burton (1996) encontró un estado de carácter diferente para la subfamilia
Pelodryadinae (Hylidae), donde la inserción de este músculo es en el dorso
del metacarpo III y en Hyla labialis y en Eleutherodactylus bogotensis se
encontró una condición que no ha sido reportada antes. Así, en Hylidae hay
diferentes condiciones de inserción y en Leptodactylidae la inserción en la
última falange es común, aunque no es la única condición teniendo en
cuenta lo hallado en E. bogotensis; además en E. bogotensis e H. labialis
hay un grupo de fibras que se articulan en el dorso del metacarpo III, aunque
en diferentes puntos, siendo que sólo Burton (1998a) reportó en
leptodactílidos, que algunas fibras se separan de este músculo, pero se
articulan en el tendón del m. extensor brevis superficialis digiti III, no en el
dorso del metacarpo.

Aunque hay reportes de que el origen del m. extensor brevis medius


digiti IV es en el elemento Y en Discoglossus pictus (Discoglossidae),
Cyclorana australis (Hylidae), Taudactylus acutirostris (Myobatrachidae) y
algunas especies de Leptodactylidae (Andersen 1978), la condición más
común es el origen en el radiale (Andersen 1978, Davies y Burton 1982,
Burton 1983, Burton 1996); así, el origen hallado en Hyla labialis no ha sido
reportado antes. En Hylidae, excepto Cyclorana australis (Anderen 1978),
el origen en el radiale es la única condición descrita para las especies que
presentan este músculo (Andersen 1978, Burton 1996). Como ya se
mencionó, Andersen (1978) encontró que en C. australis el origen es en el
elemento Y pero Egan (1995) y Burton (1996) también estudiaron esta
especie y no reportaron esta condición. Por otra parte, este músculo es
ausente en Litoria havina, L. lesueuri (Egan 1995), Scinax nasica,
Nyctimystes, otras especies de la subfamilia Pelodryadinae (Burton 1996) y
en Scinax staufferi (Faivovich 2002). Aunque Burton (1996) reportó la
ausencia de este músculo en Scinax nasica, Faivoich (2002) lo reportó
presente, lo que sugiere que hay variabilidad intraespecífica en esta especie.
En otras familias sólo Andersen (1978) reportó especies que no presentan
este músculo, estas son: Leiopelma hochstetteri (Leiopelmatidae),
Ascaphus truei (Ascaphidae), Megophrys montana (Megophryidae) y
Osornophryne bufoniformis (Bufonidae).
En cuanto al origen en Eleutherodactylus bogotensis, resulta poco
común en Leptodactylidae pues éste se ha reportado para tres
leptodactílidos Leptodactylus pentadactylus, Caudiverbera caudiverbera
(Andersen 1978) y Rheobatrachus silus (Davies y Burton 1982).
Leptodactylus melanonotus, Telmatobius niger, Physalaemus
pustulosus y Atelognathus patagonicus (Leptodactylidae) tienen el origen
en el elemento Y (Andersen 1978) y los leptodactílidos australianos
(Myobatrachidae) del trabajo de Egan (1995) presentan el origen en el
radiale y en el elemento Y, mientras que en los leptodactílidos neotropicales
estudiados por Burton (1998a) es en el radiale-elemento Y-carpo distal 2,
condición que sólo se ha encontrado en esta familia.
Respecto a la inserción del m. extensor brevis medius digiti IV, se
encontró en la falange 2 en especies de Ranidae (Gaupp 1896, Andersen
1978), Bufonidae, Pseudidae, Pipidae, Microhylidae, Pelobatidae,
Heleophrynidae, Hylidae (Andersen 1978, Faivovich 2002) y Leptodactylidae
(Andersen 1978, Burton 1998a), entre otras familias, mientras que Egan
(1995) la reportó en la falange 3 en especies de leptodactílidos australianos
(Myobatrachidae). Por otra parte en Smilisca baudinii, S. sila, en todas las
especies del género Scinax (Faivovich 2002) y de la subfamilia
Pelodryadinae (Hylidae) (Burton 1996) la inserción se da en el dorso del
metacarpo IV; entonces, tanto en Leptodactylidae como en Hylidae, se ha
encontrado la inserción en la falange 2 así como otros estados de carácter,
pero la condición que se encontró en las dos especies del presente estudio
no ha sido descrita antes, así como tampoco se ha registrado la fusión
parcial de este músculo con el mm. extensores breves profundi digiti V
presentada en E. bogotensis.

Por otra parte, aunque es común que el m. extensores indicis


breves profundi presente dos cabezas (Andersen 1978, Burton 1983, Egan
1995, Burton 1996, Burton 1998a), Leiopelma hochstetteri
(Leiopelmatidae), Ascaphus truei (Ascaphidae), Discoglossus pictus
(Discoglossidae), Xenopus laevis (Pipidae), Rhinophrynus dorsalis,
Gastrophryne olivacea (Micrphylidae), Rana blairi (Ranidae), Rhinoderma
darwinii (Rhinodermatidae), especies de Myobatrachidae, Bufonidae,
Hylidae (Andersen 1978) y Leptodactylidae (Andersen 1978, Davies y Burton
1982) presentan una sola cabeza.
Andersen (1978), Davies y Burton (1982) y Burton (1996, 1998a)
describieron el origen para todas las especies examinadas en el metacarpo
II, similar a lo encontrado en Eleutherodactylus bogotensis. No obstante,
al igual que Leptodactylus melanonotus (Leptodactylidae) (Andersen 1978)
y Rheobatrachus silus (Leptodactylidae) (Davies y Burton 1982), E.
bogotensis presenta una sola cabeza; en los otros leptodactílidos
observados por Andersen (1978), Egan (1995) y Burton (1998a) se
presentan las dos cabezas originados en el metacarpo II. Así, la condición
hallada en E. bogotensis se ha reportado en la familia aunque no es común
dentro de ella.
Contrario a lo descrito por Andersen (1978), Davies y Burton (1982) y
Burton (1996, 1998a), en Hyla labialis se encontró una condición no
reportada antes, pues sólo la cabeza interna del m. extensor indicis brevis
profundus se origina del metacarpo II mientras que la cabeza externa lo hace
en el carpo distal 2, pero dentro de Hylidae todas las especies observadas
por Andersen (1978) y Burton (1996) presentan dos cabezas que se originan
del metacarpo II, excepto Cyclorana australis, Phyllomedusa
hypocondrialis y P. bicolor las cuales tienen una sola cabeza (Andersen
1978).
La inserción encontrada en Eleutherodactylus bogotensis es similar
a las descripciones dadas para otras especies (Andersen 1978, Davies y
Burton 1982, Egan 1995, Burton 1996, Burton 1998a). De igual manera, en
Hyla labialis la inserción es en la última falange, pero la cabeza interna en
esta especie se articula en común con el m. extensor indicis brevis
superficialis, lo que no se ha reportado antes. Así, los mm. extensores indicis
breves profundi en H. labialis no son comunes, pues tanto el origen como la
inserción presentan condiciones únicas.

La condición más común para los mm. extensores breves profundi


digiti III es la presencia de dos cabezas (Andersen 1978, Burton 1983, Egan
1995, Burton 1996, Burton 1998) pero Andersen (1978) descubrió que en
Phyllomedusa hypocondrialis y P. bicolor (Hylidae), entre otras especies
que estudió es una sola cabeza, mientras que en Hyla labialis se encontró
tres cabezas, de las cuales la que se encuentra en medio no se había
reportado antes. De esta manera dentro de Hylidae hay especies que tienen
una sola cabeza (Andersen 1978), dos (Andersen 1978, Egan 1995, Burton
1996) o tres como lo presenta H. labialis, pero los leptodactílidos exhiben
dos músculos como condición única reportada hasta el momento para la
familia. Así, la condición de los mm. extensores breves profundi digiti III de
Hyla labialis no se ha descrito, pues ningún autor reporta la existencia de
una tercera cabeza que se encuentra en medio de los otros dos tal y como
ya se describió.
Tanto el origen como la inserción de la cabeza externa del mm.
extensores breves profundi digiti III presentes en Hyla labialis y en
Eleutherodactylus bogotensis no presentan diferencias significativas con lo
descrito por Andersen (1978), Davies y Burton (1982), Egan (1995), Burton
(1996,1998a), contrario a los reportes para la cabeza interna mm. extensores
breves profundi digiti III, donde hay coincidencia en la inserción pero no en el
origen (Andersen 1978, Davies y Burton, Burton 1983, Egan 1995, Burton
1996, 1998a).
El origen de la cabeza interna de este músculo en H. labialis, sólo se
ha reconocido para la subfamilia Pelodryadinae (Hylidae) (Burton 1996) y no
se ha encontrado en especies de otras familias. En Hylidae también se
reportó que este músculo se origina en la base del metacarpo III en Smilisca
baudinii, Acris crepitans, Pachymedusa dacnicolor e Hyla faber
(Andersen 1978).
De otra parte el origen de esta misma cabeza en E. bogotensis ha
sido descrito también en los leptodactilidos estudiados por Andersen (1978) y
en Rheobatrachus silus (Davies y Burton 1982), mientras que en los
leptodactílidos australianos (Myobatrachidae) que estudió Egan (1995) y en
Ceratophrys y Lepidobatrachus (Leptodactylidae) (Burton 1998a) el origen
se presentó en el metacarpo III con una cabeza accesoria del metacarpo II,
condición que también se reportó en especies de otras familias, entre ellas
Leiopelmatidae y Discoglossidae, en Gastrophryne olivacea (Microhylidae)
(Andersen 1978), Phrynomantis stictogaster (Burton 1983) y algunas
especies de Myobatrachidae (Andersen 1978, Egan 1995, Burton 1998a).

En cuanto al mm. extensores breves profundi digiti IV, conformado


también por dos partes, es frecuente que la parte interna tenga dos cabezas
de origen, una del metacarpo IV y otra accesoria del metacarpo III y que la
parte externa también presente una cabeza que se origina en el metacarpo
IV y otra accesoria en el metacarpo V (Andersen 1978, Egan 1995, Davies y
Burton 1982, Burton 1983, Burton 1996, 1998a). Sin embargo, en
Phrynomantis stictogaster (Microhylidae) existe además de éstas cabezas
accesorias del metacarpo III y del metacarpo V, una cabeza de origen en el
carpo distal (Burton 1983); en especies de Discoglossidae, Heleophrynidae,
Bufonidae y Pseudidae, entre otras familias, una de las cabezas accesorias
del metacarpo III o metacarpo V puede estar ausente (Andersen 1978).
En todas las especies de Leptodactylidae estudiadas por Andersen
(1978), Davies y Burton (1982) y Burton (1998a), así como en la mayoría de
leptodactílidos australianos (Myobatrachidae) que estudió en Egan (1995) y
en E. bogotensis, hay coincidencia en que el origen de cada una de las
partes del mm. extensores breves profundi digiti IV se lleva a cabo mediante
dos cabezas; no obstante, algunos leptodactílidos australianos
(Myobatrachidae) que estudió Egan (1995) no presentaron cabezas
accesorias.
Respecto a la inserción, en E. bogotensis se encontró que las dos
cabezas de la parte externa se continúan con un tendón común y de igual
manera se observó esto para las dos cabezas que conforman la parte interna
del músculo, resultando dos tendones que se articulan en la última falange.
Esto es coincidente a lo descrito para leptodactílidos (Andersen 1978, Burton
1998a) excepto para los leptodactílidos australianos (Myobatrachidae) (Egan
1995) en los que cada cabeza se continúa con un tendón, insertándose
mediante cuatro tendones (Egan 1995).
En Hylidae hay coincidencia en las descripciones de origen e inserción
de la parte interna (Andersen 1978, Burton 1996) con respecto a lo
observado en Hyla labialis. Pero contrario a esto, el origen de la parte
externa presenta variaciones en hílidos, aunque la inserción en la última
falange sí es común en esta familia (Andersen 1978, Burton 1996). Mientras
que la parte externa en Smilisca baudinii, Acris crepitans, Pachymedusa
dacnicolor, Hyla faber (Hylidae) (Andersen 1978) y en la mayoría de
especies de Pelodryadinae (Hylidae) (Burton 1996) existe una cabeza
accesoria que proviene del metacarpo V, en Phyllomedusa hypocondrialis
y P. bicolor (Hylidae) dicha cabeza accesoria se origina en el carpo distal en
lugar del metacarpo V, lo que no se reportó para especies de otras familias
(Andersen 1978). Siendo que en H. labialis la parte externa tiene el origen
en el extremo proximal del metacarpo IV y no presenta una cabeza
accesoria, entonces se asemeja a lo hallado para especies de Cyclorana y
Litoria, las cuales tampoco la presentan (Burton 1996).
Por otra parte, sólo Burton (1996) describió la presencia de un
músculo que se encuentra en el dorso del metacarpo IV para la subfamilia
Pelodryadinae (Hylidae), similar a la parte media del mm. extensores breves
profundi digiti IV de H. labialis, pero en estas especies se articula en la
falange proximal mientras que en H. labialis tiene lugar en el extremo distal
del metacarpo IV.

Al igual que el mm. extensores breves profundi digiti IV el m.


extensores breves profundi digiti V frecuentemente consta de dos partes
(Gaupp 1986, Andersen 1978, Davies y Burton 1982, Burton 1983, Egan
1995, Burton 1996, 1998a). Especies de las familias Leiopelmatidae,
Ascaphidae, Heleophrynidae y Bufonidae, entre otras, no poseen dos partes
si no solamente una (Andersen 1978); por otro lado, en las especies que
tienen dos partes, aquella que está en el lado interno del metacarpo V puede
presentar dos cabezas de origen, una del metacarpo V y otra accesoria del
metacarpo IV (Andersen 1978, Davies y Burton 1982, Egan 1995, Burton
1998a); sólo se ha reportado una tercera cabeza de origen que proviene del
carpo distal para Phrynomantis stictogaster (Microhylidae) (Burton 1983).
Otra condición que se ha reportado es la ausencia de los mm. extensores
breves profundi digiti V, lo que se observó sólo en una especie,
Phyllomedusa hypocondrialis (Hylidae) (Andersen 1978); en esta misma
familia se ha encontrado que este músculo consta de dos partes (Andersen
1978, Egan 1995, Burton 1996) o de tres (Burton 1996) existiendo diferentes
estados en cuanto al número de éstas, así como su origen e inserción.
Tanto el origen como la inserción de la parte interna en Hyla labialis ha sido
descrita para Smilisca baudinii, Acris crepitans, Phyllomedusa
dacnicolor, Pachymedusa bicolor e Hyla faber (Andersen 1978). En la
mayoría de hílidos de la subfamilia Pelodryadinae (Hylidae) la parte interna
proviene del metacarpo IV y no del metacarpo V (Burton 1996), mientras que
en Litoria caerulea, L. lesueuri, L. havina (Egan 1995) se origina del
metacarpo V y además presenta la cabeza accesoria del metacarpo IV.
Egan (1995) encontró esta cabeza accesoria en Cyclorana australis pero
Andersen (1978) no la reportó para esta especie y finalmente Burton (1996)
describió que algunos ejemplares de dicha especie, así como otras especies
de Cyclorana y Litoria, no poseen esa cabeza accesoria.
Los hílidos examinados por Andersen (1978), Egan (1995) y Burton
(1996) tienen una parte del lado externo del metacarpo V que se origina en el
metacarpo V y se articula en la última falange, lo que no concuerda con lo
hallado para la parte externa en H. labialis, pero sí coincide con la
descripción de Burton (1996) para un músculo que hace parte de los mm.
extensores breves profundi digiti V, que se origina en el dorso del metacarpo
V recubriéndolo e insertándose en el dorso de la falange proximal, ocurriendo
de manera similar tanto el origen como la inserción en H. labialis.
El origen de la parte interna de este músculo en E. bogotensis
corresponde con lo descrito por Burton (1996) para especies de la subfamilia
Pelodryadinae (hylidae) y la inserción de éste coincide con las descripciones
de Andersen (1978), Egan (1995) y Burton (1998a) para Leptodactylidae,
para otros leptodactílidos como Leptodactylus melanonotus, Telmatobius
niger, Caudiverbera caudiverbera, Physalaemus pustulosus,
Atelognathus patagonicus (Andersen 1978), en algunos leptodactílidos
estudiados por Burton (1998a) y en los leptodactílidos australianos
(Myobatrachidae) (Egan 1995) se ha encontrado que el origen se da en el
metacarpo V; y para Leptodactylus pentadactylus (Andersen 1978),
Rheobatrachus silus (Davies y Burton 1982), para algunos leptodactílidos
neotropicales que estudió Burton (1998a) y para algunos leptodactílidos
australianos (Myobatrachidae) (Egan 1995) hay además una cabeza
accesoria del metacarpo IV. De otra parte no se ha descrito hasta el
momento la inserción de la parte externa tal y como se identificó en
Eleutherodactylus bogotensis pero hay que tener en cuenta que Davies y
Burton (1982) mencionan un músculo profundo de la superficie mediodorsal
del metacarpo V para Rheobatrachus silus (Leptodactylidae), pero no
explican su origen ni su inserción. De esta manera la parte externa de los
mm. extensores breves profundi digiti V que se origina en el metacarpo V y
se inserta en la ultima falange, descrito para todos los leptodactílidos
trabajados por Andersen (1978), Egan (1995) y Burton (1998a), no
corresponde con lo identificado para E. bogotensis y tampoco con lo
estimado por Gaupp (1896) para Rana esculenta (Ranidae) en la que se
inserta en la falange 1.

En cuanto a los mm. extensores breves distalis digitorum, Egan


(1995) describió la existencia de unos músculos dorsales en los cuatro
dedos, que denominó ‘Flexores dorsales’, los cuales se originan del extremo
distal de cada metacarpo y se extienden hasta insertarse en la última
falange; sin embargo no especifica si están a ambos lados de cada dedo o si
se presenta sólo en uno de los lados, ya sea el interno o el externo. Esta
descripción concuerda con la dada por Burton (1996) para un grupo de
músculos que llamó ‘mm. extensores breves distales’.
Este conjunto de músculos, o algunos de ellos se reportaron en
Cyclorana australis, Litoria caerulea, L. lesueuri, L. havina (Hylidae)
(Egan 1995), en Hyla versicolor, varias especies de la subfamilia
Pelodryadinae (Hylidae) (Burton 1996), en el género Scinax, en Smilisca
baudinii, S. Sila, Aplastodiscus perviridis, Hyla cinerea, H. faber, H.
albopunctata e H. raniceps (Hylidae) por Faivovich (2002) quien usa los
mm. extensores breves distalis en el análisis cladístico que realizó para
Scinax, encontrando en estos músculos sinapomorfias para el género y para
grupos del mismo. Similar a lo hallado en Hyla labialis Burton (1996) reportó
que dos especies de la subfamilia Hilinae, Hyla versicolor y Scinax nasica,
presentan mm. extensores breves distales en algunos dedos, no en todos;
sólo se han encontrado en una especie que no pertenece a Hylidae,
Cophixalus riparius (Microhylidae) (Egan 1995, Burton 1996).

Para el m. extensores breves distalis digiti II Burton (1996)


describió dos partes para especies de la subfamilia Pelodryadinae (Hylidae)
una medial y otra lateral, pero en Hyla labialis sólo se encontró la parte
lateral, lo cual es interesante pues en las cuatro especies del mismo género,
Hyla cinerea, H. faber, H. albopunctata e H. raniceps, estudiadas por
Faivovich (2002) la cabeza lateral externa está ausente; Faivovich (2002)
también reportó la ausencia de la parte externa en algunas especies de
Scinax y Aplastodiscus perviridis (Hylidae). Por otra parte, mientras que
Burton (1996) describió el origen de las cabezas como en la superficie
laterodistal o mediodistal del metacarpo II, tal y como se encontró en H.
labialis, Faivovich (2002) encontró que en la mayoría de las especies del
género Scinax, el origen de la parte externa es hacia el punto medio del
metacarpo.
Burton (1996) describió que el m. extensor brevis distalis digiti III se
origina distalmente en el lado externo del metacarpo III, encontrándolo en
varias especies de Pelodryadinae (Hylidae); Faivovich (2002) lo reportó en
casi todas las especies de Scinax que estudió, en Smilisca baudinii, S.
Sila, Hyla faber e H. cinerea y estimó igualmente en éstas dos últimas
especies del género Hyla y algunas de Scinax el origen hacia el punto medio
del lado externo del metacarpo III. Faivovich (2002) registró la ausencia de
este músculo en H. albopunctata e H. raniceps y en Aplastodiscus
perviridis, Scinax acuminata y S. maracaya tal y como se observó en H.
labialis.

Aunque Burton (1996) describió el m. extensor brevis distalis digiti


IV como una sola cabeza que se encuentra del lado externo del dedo IV para
especies de la subfamilia Pelodryadinae (Hylidae), Faivovich (2002) señaló la
existencia de la cabeza del lado interno, encontrando que en Hyla cinerea,
Smilisca baudinii, S. sila y en casi todas las especies de Scinax, las fibras
de este músculo alcanzan la falange 2, mientras que en H. faber, H.
albopunctata, H. raniceps, Aplastodiscus perviridis y Scinax maracaya
alcanzan a la falange 1; contrario a lo encontrado por Faivovich (2002) para
las especies del género Hyla, en Hyla labialis no se encontró este músculo.
Cabe resaltar que en H. labialis las fibras de las cabezas externas de
los mm. extensores breves profundi digiti III y IV se extienden a lo largo de la
cara externa de la falange 1 mientras que en Eleutherodactylus bogotensis
las fibras de la cabeza externa del mm. extensores breves profundi digiti IV y
de la cabeza interna del mm. extensores breves profundi digiti V solamente
alcanzan a cubrir el extremo proximal de la falange 1, lo que Burton (1996,
1998a) observó pero para la cabeza externa del mm. extensores breves
profundi digiti III en algunas especies del subgénero Eleutherodactylus y
Fabrezi y Langone (2000) sí reportaron la extensión de los mm. extensores
breves profundi tanto de los dedos III y IV como de los dedos II y V para
Allophryne ruthveni (Allophrynidae). Es importante resaltar que en A.
ruthveni (Allophrynidae) las fibras de éstos músculos tocan el extremo distal
del dedo correspondiente lo que no ocurre en Hyla labialis ni en
Eleutherodactylus bogotensis.

Contrario a lo descrito por Burton (1996), en E. bogotensis se


encontró para los mm. extensores breves distalis digiti V una sola parte
del lado externo del dedo V y además, diferente a las descripciones dadas
para los mm. extensores breves distales digitorum, en esta especie las fibras
no logran tocar la falange 1. Pero en Hyla labialis este músculo sí consta de
dos partes, una medial y otra lateral, las cuales se originan a ambos lados
del extremo distal del metacarpo V y cubren las falanges. Sin embargo en H.
labialis la parte del lado externo presenta dos grupos de fibras de origen no
descritos por Burton (1996).

5.2.2. Palma

Región superficial
El tamaño y grosor de la aponeuroris palmaris no es igual en las
especies, aunque en general se ha descrito como amplia, gruesa y es el
lugar de inserción de todo o parte del m. palmaris longus y del m. palmaris
brevis (Gaupp 1896, Liem 1970, Andersen 1978, Davies y Burton 1982,
Burton 1983, Egan 1995, Burton 1998a).
En Hyla labialis así como en otras especies de hílidos se ha descrito
como pequeña y además sólo una parte del m. palmaris longus se articula en
ella (Andersen 1978, Burton 1996, Egan 1995), mientras que en
Eleutherodactylus bogotensis y otros leptodactílidos es amplia (Davies y
Burton 1982, Egan 1995, Burton 1998a) excepto en la mayoría de las
especies estudiadas por Andersen (1978), para las cuales mostró que la
condición más común es relativamente pequeña. Sin embargo Burton
(1998a) también observó que en algunas especies de Leptodactylidae sólo
una parte del m. palmaris longus se articula en la aponeurosis palmaris y que
en el subgénero Eleutherodactylus tiende a ser delgada mientras que en
otros leptodactílidos es gruesa y a veces con un sesamoideo, pero éste no
se encontró en Eleutherodactylus bogotensis.

El origen del m. adductor pollicis hallado en Hyla labialis es similar


a lo descrito por otros autores para todas las especies de Hylidae y para la
mayoría de especies de otras familias (Andersen 1978, Gaupp 1896, Burton
1996, Burton 1998a); así, es común un origen único del carpo distal para
hílidos y leptodactílidos (Andersen 1978, Burton 1996, 1998a) como lo
presentan Hyla labialis y Eleutherodactylus bogotensis (Andersen 1978,
Burton 1998a), sin embargo en Leptodactylidae hay una especie,
Rheobatrachus silus que lo presenta en el ulnare (Davies y Burton 1982),
tal como se encontró en pocas especies de otras familias en el trabajo de
Andersen (1978). Por su parte, Egan (1995) describió una cabeza accesoria
del ulnare que en leptodactílidos australianos (Myobatrachidae) que no existe
ni en H. labialis ni en E. bogotensis.
La inserción hallada en Hyla labialis y Eleutherodactylus
bogotensis no presenta mayor diferencia con las descripciones de algunos
autores, excepto la hecha por Gaupp (1896) quien la observó en el prepollex
pero no independiente sino en común con el m. abductor pollicis para Rana
esculenta (Ranidae).

Para el m. flexor indicis superficialis proprius se han descrito varios


estados de carácter y la condición presentada en Hyla labialis es similar a
una de las descritas por Andersen (1978) en especies de Leptodactylidae,
Bufonidae, Pseudidae, entre otras familias y en Hylidae excepto en Acris
crepitans, en la cual se origina de la aponeurosis palmaris. Este origen en
el carpo distal, también lo reportó Burton (1996) para la subfamilia
Pelodryadinae (Hylidae); entonces, se puede decir que el origen de este
músculo en Hyla labialis es común dentro de Hylidae según los reportes de
Andersen (1978) y Burton (1996). En cuanto al lugar de inserción no hay
diferencias en lo hallado en Hyla labialis con respecto a las descripciones
anteriores (Gaupp 1896, Andersen 1978, Egan 1995, Burton 1996, Burton
1998a) pues todas coinciden en que es en la última falange. El hecho de
encontrar una segunda cabeza en uno de los machos de Hyla labialis puede
estar reflejando variabilidad intraespecífica y además es una condición que
no se ha reportado antes.
En cuanto a Eleutherodactylus bogotensis, el origen en el carpo
distal, es similar al encontrado para especies de Leptodactylidae, de otras
familias como Pseudidae, Centrolenidae, Bufonidae como ya se mencionó y
también para H. labialis (Andersen 1978, Davies y Burton, 1982). Por su
parte, Egan (1995) describió para los leptodactílidos australianos
(Myobatrachidae), un músculo que se origina del carpo distal el cual posee
un tendón que se inserta en la última falange pero, a diferencia de lo hallado
en Eleutherodactylus bogotensis, describió un delgado epimisio de la
aponeurosis palmaris, que contribuye a la formación del tendón. Asimismo,
lo encontrado en Eleutherodactylus bogotensis difiere de lo que describió
Burton (1998a) para especies de leptodactílidos neotropicales, en que si bien
describió un músculo del carpo distal, también presenta un tendón de la
aponeurosis palmaris que se articula al epimisio de dicho músculo y que no
se observó en E. bogotensis. También se ha reportado que especies de
Leptodactylidae presenten el origen en la aponeurosis palmaris (Andersen
1978), por tanto, el origen hallado en Eleutherodctylus bogotensis ha sido
encontrado en especies de leptodactílidos y otras familias (Andersen 1978,
Davies y Burton 1982), pero dentro de esta familia se ha encontrado
diferentes estados de carácter (Andersen 1978, Burton 1998a).
La inserción en el extremo distal de la primera falange encontrada en
Eleutherodactylus bogotensis no ha sido reportada antes.
La bifurcación del tendón de inserción del m. flexor indicis
superficialis proprius, así como de los tendines superficiales digitorum a
nivel de la articulación entre la última y penúltima falange observada para
todos los dedos en Hyla labialis, coincide con lo mencionado por Duellman
(2001) para las subfamilias Hemiphractinae, Pseudinae, Phyllomedusinae
(Hylidae), e Hylinae (Hylidae) a la que pertenece H. labialis y lo que según
Duellman (2001) no es presentado por las especies de la subfamilia
Pelodryadinae (Hylidae).

El complejo tendo superficialis & m. caput profundum tendo


superficialis digiti III consta de un tendón que muchos autores describieron
que se origina de la aponeurosis palmaris y de una porción muscular que
puede originarse de la aponeurosis palmaris o del carpo distal (Gaupp 1896,
Andersen 1978, Davies y Burton 1982, Burton 1983, Egan 1995, Burto 1996,
1998a, 1998b). A diferencia de lo encontrado en E. bogotensis, Andersen
(1978) señaló que la mayoría de leptodactílidos de su trabajo presentaron el
origen del m. caput en la aponeurosis palmaris, similar a lo hallado en
Rheobatrachus silus (Leptodactylidae) por Davies y Burton (1982), mientras
que en otros leptodactílidos se ha encontrado que el margen distal de la
aponeurosis palmaris se inserta en la cara palmar del m. caput, el cual se
origina del carpo distal y se extiende como tendo superficialis digti III
(Andersen 1978, Egan 1995). Esta última descripción se asemeja a lo
descrito por Burton (1998a, 1998b) para especies de leptodactílidos y a lo
planteado en Eleutherodactylus bogotensis pero la diferencia es que no se
describe que el margen distal de la aponeurosis palmaris se inserte en el m.
caput sino que el tendo superficialis digiti III se origina de la aponeurosis
palmaris y se mantiene en estrecha relación con el m. caput.
La inserción en la última falange mediante el tendo superficialis digti III
encontrada en Eleutherodactylus bogotensis, es similar a los otros
leptodactílidos, aunque en Rheobatrachus silus (Leptodactylidae) se
encontró que un tendón del m. caput, dorsal al tendo superficialis digiti III, se
articula en la falange basal proximalmente (Davies & Burton 1982) lo que
también se reportó Andersen (1978) para otras especies de otras familias
como Leiopelma hochstetteri (Leiopelmatidae), Ascaphus truei
(Ascaphidae), Xenopus laevis (Pipidae) y Dendrobates auratus
(Dendrobates), por lo cual no es una condición exclusiva de leptodactílidos.
Por otra parte, en especies de Ceratophrys, Eusophus,
Paratelmatobius (Leptodactylidae) el m. caput profundum es reducido y en
Physalaemus pustulosus (Leptodactylidae), en especies de Hylodes,
Megaelosia y Zachaenus (Leptodactylidae) y otros no leptodactílidos, el m.
caput profundum es ausente (Andersen 1978, Burton 199a, 1998b). Burton
(1998a) reportó en algunas especies de leptodactílidos una cabeza de la
superficie dorsal del tendo superficialis digiti III que se articula en la falange
proximal que no se encuentra en Eleutherodactylus bogotensis.
En resumen en Leptodactylidae se ha señalado que el m. caput se
origina de la aponeurosis palmaris, del carpo distal o que está ausente y
además que el tendo superficialis se origina de la aponeurosis palmaris o
aparece como una continuación del m. caput profundum.
En Hylidae el m. caput profundum es ausente en Acris crepitans e
Hyla faber, pero se ha reportado que en las especies que lo poseen se
origina del carpo distal sin que haya otros estados de carácter (Andersen
1978, Burton 1996, Burton 1998b). También se ha descrito el origen y la
inserción del tendo superficialis digiti III (Burton 1996, 1998b), tal como
sucede en Hyla labialis, sin embargo Andersen (1978) describió que el
margen distal de la aponeurosis palmaris se inserta en la cara palmar del m.
caput profundum, el cual se extiende como tendo sueprficialis digiti III
insertándose en la última falange. Entonces, aunque en hílidos es común el
origen del caput profundum en el carpo distal, también se ha reportado
ausente en algunas especies mientras que el origen del tendo superficialis
digiti III en la aponeurosis palmaris no es siempre el mismo en las diferentes
especies observadas por algunos autores, por lo que no hay un estado único
descrito para esta familia.

El origen y la inserción más frecuente del tendo superficialis


aponeurosis palmaris pro digiti IV corresponde a la presentada en
Eleutherodactylus bogotensis (Gaupp 1896, Andersen 1978, Davies y
Burton 1982, Burton 1983, Egan 1995, Burton 1996, Burton 1998a), no
obstante se ha encontrado otras condiciones de origen en especies del
género Eleutherodactylus (Burton 1998a) y de la familia Hylidae (Andersen
1978, Burton 1996): Andersen (1978) describió para Cyclorana australis e
Hyla faber que se da del extremo distal del m. palmaris longus, similar a lo
encontrado en Hyla labialis; Burton (1996) describió en especies de
Pelodryadinae (Hylidae) este tendón como una continuación de un segmento
del m. palmaris longus en el cual, además, se articulan fibras del m. palmaris
brevis. Resumiendo, dentro de Hylidae se ha descrito el origen de la
aponeurosis palmaris (Andersen 1978), pero en esta familia la condición más
común es que este tendón aparezca directamente del extremo distal del m.
palmaris longus.

El origen del tendo superficialis aponeurosis palmaris pro digiti V


estimado para Eleutherodactylus bogotensis es similar a las descripciones
dadas para la mayoría de especies de diferentes familias estudiadas por
otros autores (Gaupp 1896, Andersen 1978, Davies y Burton 1982, Burton
1983, Egan 1995, Burton 1998a) incluyendo especies de la familia
Leptodactylidae. No obstante, similar a lo hallado en Hyla labialis, Andersen
(1978) describió para los hílidos de su estudio el origen del extremo distal del
m. palmaris longus, excepto para Cyclorana australis (Hylidae) en la que
encontró un estado único donde el origen es del extremo distal del m.
palamris brevis, esto difiere de lo sugerido por Duellman (2001) para la
familia pues este autor planteó que en Hylidae el m. plamaris longus
presenta una cabeza que da lugar al m. tendo superficialis pro digiti V. Por
otra parte, Burton (1996) encontró que en Pelodryadinae (Hylidae) este
tendón es una continuación de un segmento del m. palmaris longus y
además en él se articulan fibras del m. palmaris brevis. De esta maenra en
Hylidae es común que este tendón se origine del extremo distal del m.
palmaris longus pero no es la única condición descrita para la familia y de
otra parte la posición ventral señalada para H. labialis concuerda con lo
sugerido por Duellman (2001) para la familia Hylidae e igualmente el doble
origen hallado en H. labialis coincide con lo planteado por este autor para la
subfamilia Hylinae en la que el tendo superficialis pro digiti V presenta un
tendón accesorio del m. plamaris longus. El origen del tendo superficialis
aponeurosis palmaris pro digiti V en el extremo distal del m. palmaris longus
no es una condición única de la familia Hylidae pues Andersen (1978) la
encontró en Brachycephalus ephippium (Brachycephalidae) y Pseudis
paradoxus (Pseudidae).
Por otra parte, en Hyla labialis se encontró un grupo de fibras
delgado que se origina en este tendón, lo cual no ha sido descrito antes, pero
se encontró ausente en la mano izquierda de un macho.

De otra parte el m. lumbricalis longus digiti III no se encontró ni


Hyla labialis y Eleutherodactylus bogotensis. Burton (1998b) describió
este músculo para géneros de las familias Heleophrynidae, Leptodactylidae y
Ranidae. Es importante anotar que entre los géneros de Leptodactylidae
para los cuales Burton (1998b) describió este músculo no se encuentra
Eleutherodactylus.

Andersen (1978), Egan (1995) y Burton (1996, 1998a) describieron el


origen del m. lumbricalis longus digiti IV en la base del tendo superficialis
aponeurosis palmaris pro digiti IV o bien de la aponeurosis palmaris,
diferente a ello en Hyla labialis el punto de origen en el tendo superficialis
aponeurosis palmaris pro digiti IV es más distal, hacia el punto medio de su
longitud. El número de tendones de inserción varía dentro de Hylidae, pues
se ha encontrado que puede ser mediante dos tendones (Andersen 1978,
Egan 1995, Burton 1996) o uno solo (Andersen 1978) como se encontró en
Hyla labialis. Estos dos tipos de inserciones también se encuentran en otras
familias (Andersen 1978, Burton 1983, Egan 1995, Burton 1998a), por lo que
ninguno de los dos tipos de inserción es exclusivo para Hylidae.

La condición observada en Hyla labialis para el m. lumbricalis


longus digiti IV, en la que unas fibras que se separan de la parte proximal
del músculo y se articulan hacia el lado externo de la falange proximal, no ha
sido reportada antes. Sin embargo es posible que no sea una constante en
esta especie pues en machos sólo se halló en la mano izquierda, por lo cual
es posible que sea así en otros individuos de la especie o que no las
presenten.
En cuanto Eleutherodactylus bogotensis hay coincidencia para el
origen de este músculo con lo encontrado por Andersen (1978), Egan (1995)
y Burton (1998a) para otros leptodactílidos aunque Burton (1998a) describió
en muchos leptodactílidos neotropicales el origen en la aponeurosis palmaris,
por consiguiente en Leptodactylidae no hay una sola condición. Igualmente la
inserción establecida para E. bogotensis es común en leptodactílidos
(Anderen 1978, Egan 1995, Burton 1998a), pero tampoco es el único estado
descrito pues en otras especies de esta familia también se ha encontrado
mediante un tendón (Andersen 1978, Burton 1998a) o dos tendones pero
uno se inserta en falange media, mientras que el otro en la falange basal
(Davies y Burton 1982) diferente a E. bogotensis.

Andersen (1978) y Burton (1996) encontraron para todos los hílidos el


origen del m. lumbricalis longus digiti V hacia la parte distal del tendo
superficialis aponeurosis palmaris pro digiti V, tal y como se encontró en
Hyla labialis. Por tanto, esta condición es constante dentro de Hylidae
aunque no es único para hílidos pues también se ha reportado para especies
de diferentes familias (Andersen 1978, Egan 1995, Burton 1998a). Asimismo
se ha descrito otras condiciones de origen para especies de otras familias
(Andersen 1978, Burton 1983, Egan 1995, Burton 1998a).
Para otras especies se ha descrito que este músculo puede tener uno
o dos tendones de inserción (Andersen 1978, Egan 1995, Burton 1996,
Burton 1998a), mientras que Hyla labialis presenta uno solo, lo cual es
similar a lo hallado por Burton (1996) para la subfamilia Pelodryadinae
(Hylidae), pero Egan (1995) encontró para esta familia y especies de otras
familias, que hay dos tendones de inserción, por lo cual se puede decir que
hay variación dentro de Hylidae en cuanto al número de tendones de
inserción.
En cuanto a Leptodactylidae, hay que decir que en Rheobatrachus
silus (Davies y Burton 1982) y la mayoría de leptodactílidos trabajados por
Andersen (1978), el origen es de la aponeurosis en la base del tendo
superficialis aponeurosis palmaris pro digiti V, lo cual difiere de lo hallado en
Eleutherodactylus bogotensis pues en esta especie, es en la base del
tendo superficialis aponeurosis palmaris pro digiti V y algunas fibras de la
apoenurosis palmaris. Egan (1995) describió para los leptodactílidos
australianos (Myobatrachidae) que el origen es de la base del tendo
superficialis aponeurosis palmaris pro digiti V y de la aponeurosis,
descripción que se asemeja más a lo encontrado en Eleutherodactylus
bogotensis. Burton (1998a) encontró que en la mayoría de los géneros de
leptodactílidos que estudió, incluyendo Eleutherodactylus, este músculo
presenta dos cabezas que pueden originarse de la aponeurosis palmaris o
bien del tendo superficialis aponeurosis palmaris pro digiti V, de esta
manera, el origen dentro de Leptodactylidae es variable, pero según las
descripciones de los autores lo que queda claro es que su origen es
proximal, es decir, desde la aponeurosis palmaris o bien de la base del tendo
superficialis prodigit V. Por otra parte, si bien en Eleutherodactylus
bogotensis este músculo envuelve totalmente al tendo superficialis
aponeurosis palmaris pro digiti V como lo describe Burton (1998a) para
algunos subgéneros de Eleutherodactylus, en esta especie no se distinguen
dos cabezas separadas sino una sola.
La inserción mediante dos tendones del m. lumbricalis longus digiti V
en Eleutherodactylus bogotensis ha sido reportada en otras especies de
este género, de Leptodactylidae en general y en otras familias (Egan 1995,
Burton 1998a). Sin embargo, también se ha encontrado que en especies de
esta familia hay un solo tendón de inserción (Andersen 1978, Burton 1998a).
Así, la inserción doble en la falange media hallada en Eleutherodactylus
bogotensis, es común dentro de Eleutherodactylus, mas en Leptodactylidae
no es la única condición.
Faivovich (2002) reportó para especies de Scinax (Hylidae) la
presencia de un músculo que se origina en la esquina lateral de la
aponeurosis plantaris y que se articula en la falange 1 distalmente,
señalando que Burton (1996) lo describió para hílidos. Pero el nombre que
Faivovich (2002) dio a este músculo –m. lumbricalis longus digiti V- no
corresponde a la descripción de Burton (1996) para el m. lumbricalis longus
digiti V, sino tal vez al músculo externo del m. lumbricalis brevis digiti V.

La condición general del m. lumbricalis brevis indicis hallada en


Hyla labialis y Eleutherodactylus bogotensis es la más comúnmente
reportada (Andersen 1978, Davies y Burton 1982, Burton 1983, Egan 1995,
Burton 1996, Burton 1998a) aunque sí se ha reportado estados de origen
diferente para especies de otras familias (Gaupp 1896, Andersen 1978) pero
no dentro de Hylidae y en Leptodactylidae sólo se ha encontrado diferente en
Rheobatrachus silus (Davies y Burton 1982). Egan (1995) notó que en
algunas especies de leptodactílidos australianos (Myobatrachidae) este
músculo se encuentra fusionado con el m. opponens indicis, reportándolo
también para microhílidos.
Igualmente, la inserción es similar en ambas especies y coincide con
la mayoría de las especies estudiadas por otros autores, encontrando que en
Hylidae no se ha descrito condiciones diferentes (Gaupp 1896, Andersen
1978, Burton 1983, Egan 1995, Burton 1996, Burton 1998a) mientras que
Davies y Burton (1982) encontró que en Rheobatrachus silus
(Leptodactylidae) la inserción es en el metacarpo II, hallazgo que es
coincidente con lo obtenido por Andersen (1978) para especies de las
familias Bufonidae y Pelobatidae.

Algunos autores señalan que el origen m. lumbricalis brevis digiti III


para muchas especies de diferentes familias, de este músculo tiene lugar en
el mismo punto indiciado para Eleutherodactylus bogotensis e Hyla
labialis (Andersen 1978, Davies y Burton 1982, Burton 1983, Egan 1995,
Burton 1996, Burton 1998a, Burton 1998b). Sin embargo Andersen (1978)
encontró en dos de las seis especies de hílidos por él examinados, que el
origen se da en la aponeurosis palmaris; condición ya reportada para otras
familias (ver Burton 1998a, Burton 1998b). Cabe resaltar que Burton (1996)
anotó que en la subfamilia Pelodryadinae (Hylidae), el origen en el carpo
distal es mediante un tendón plano, mientras que en Hyla labialis se
encontró un tendón delgado que no es plano, por lo que el origen en el carpo
distal es una característica que dentro de Hylidae resulta común, pero puede
haber variaciones tanto del lugar de origen como de forma.
El origen de este músculo en Eleutherodactylus bogotensis es
común dentro de Leptodactylidae (Andersen 1978, Davies y Burton 1982,
Burton 1998a), otra condición descrita dentro de Leptodactylidae (aunque no
en Eleutherodactylus), Ranidae, Rhacophoridae y otras familias es que este
músculo consta de dos cabezas, una que parte del carpo distal y otra de la
aponeurosis (Gaupp 1896, Burton 1998a, Burton 1998b), por tanto el origen
del carpo distal, no es el único estado que se ha encontrado en especies de
Leptodactylidae
Similar a lo encontrado en Hyla labialis y Eleutherodactylus
bogotensis, Gaupp(1896), Andersen (1978), Egan (1995) y Burton (1996,
1998a) reportaron la inserción del m. lumbricalis brevis digiti III en la base de
la falange 1, pero ninguno encontró una inserción tan amplia como ocurre en
E. bogotensis ocupando también el extremo distal del metacarpo III. Sin
embargo, Andersen (1978) resaltó que en los hílidos de su trabajo y otras
especies el tendón de inserción es angosto, por lo que el lugar de inserción
es común dentro de Hylidae y Leptodactylidae y a lo largo de las familias,
pero la forma del tendón de inserción sí puede variar, además Andersen
(1978) también anotó para tres especies de Leptodactylidae una cabeza
originada en el carpo distal que se divide en dos, lo que también fue
observado posteriormente por Burton (1996) para algunos Pelodryadinae
(Hylidae). De esta maenra una sola cabeza de inserción no es la única
condición dentro de estas dos familias.

La condición descrita para el m. lumbricalis brevis digiti IV en H.


labialis parece ser exclusiva de Hylidae teniendo en cuenta lo presentado
por Andersen (1978) para Smilisca baudini e Hyla faber, por Burton (1996)
para algunas especies de Litoria, Cyclorana y Nyctimystes, sin embargo
Andersen (1978) también lo reportó para Pseudis paradoxus (Pseudidae).
Egan (1995) y Burton (1996) encontraron los hílidos (y sólo en esta familia),
dos cabezas de origen en el tendo superficialis aponeurosis palmaris pro
digiti IV, una a cada lado del mismo, lo que también reconoció Burton
(1998a) en algunos Eleutherodactylus. Por su parte, Andersen (1978)
encontró que éste músculo consta de dos cabezas en tres especies de
Hylidae, pero se originan de la aponeurosis palmaris o en el carpo distal.
Este autor también encontró en Hylidae un solo músculo medial originado de
la aponeurosis. Por tanto, aunque se han reportado bastantes estados de
carácter para este músculo dentro de Hylidae es común, aunque no el único
estado, el origen de éste en el tendo superficialis aponeurosis palmaris pro
digiti IV.
Hay que tener en cuenta que el que en dos individuos de Hyla labialis
se encontrara que las fibras del m. lumbricalis brevis digiti IV se originan
directamente del tendo superficialis aponeurosis palmaris pro digiti IV y en
los otros dos se origina mediante un tendón, sugiere que en Hyla labialis
hay variación intraespecífica en cuanto a la forma de origen.
La inserción reportada en Hyla labialis no corresponde a lo obtenido
por los diferentes autores para otras especies pues Burton (1996) describió
para especies de la subfamilia Pelodryadinae (Hylidae) la inserción en la
superficie medial y lateral del metacarpo IV, mientras que Gaupp (1896)
Andersen (1978), Egan (1995) y Burton (1998a) la reportan para especies de
esta y otras familias tan sólo en la base de la falange 1.
Dentro de Leptodactylidae se han descrito diferentes condiciones para
este músculo: puede haber una o dos cabezas que se originan de la
aponeurosis palmaris (Andersen 1978, Egan 1995, Burton 1998a) o una sola
que se origina del carpo distal (Davies y Burton 1982). Tal como se encontró
en E. bogotensis, Burton (1998a) observó para especies de
Eleutherodactylus dos cabezas que se originan en el tendo superficialis
aponeurosis palmaris pro digiti IV, como ya se mencionó. Por otra parte, en
Eleutherodactylus bogotensis se encontró que el músculo lateral es más
delgado que el medial, lo cual coincide con lo descrito para los géneros
Atelognatus, Crossodactylus, Insuetophrynus y Paratelmatobius
(Leptodactylidae) (Burton 1998a). Es importante anotar que en
Eleutherodactylus bogotensis la cabeza externa del m. lumbricalis brevis
digiti IV no se encontró en algunas manos de los individuos estudiados, lo
que indica variación intraespecífica. La ausencia de esta cabeza lateral, que
se origina del tendo superficialis aponeurosis palmaris pro digiti IV, también
fue reportada en Leptodactylidae por Burton (1998a) para Ceratophrys,
Limnomedusa, Lithodytes, Physalaemus y Zachaenus.
La inserción de este músculo en Eleutherodactylus bogotensis es
similar a lo descrito por otros autores y es la única condición reportada para
las especies de esta familia (Gupp 1896, Andersen 1978, Davies y Burton
1982, Egan 1995, Burton 1998a).

Para el m. lumbricalis brevis digiti V se han descrito diferentes


estados de carácter, pues además de que puede presentar una, dos, tres
cabezas o estar ausente, el lugar de origen no es constante entre especies
(Gaupp 1896, Andersen 1978, Burton 1983, Egan 1995, Burton 1996, Burton
1998a). Andersen encontró que en hílidos siempre se origina del carpo distal,
independientemente del número de cabezas que presente; de los hílidos del
estudio de este autor, Acris crepitans e Hyla faber presentan la misma
condición de Hyla labialis, donde sólo está la cabeza lateral. Pero no es
posible aseverar que el origen en Hylidae resulte siempre del carpo distal,
pues Egan (1995) encontró que las especies de esta familia presentan la
cabeza medial y que en la mayoría se origina del carpo distal, pero no en
todos. Además Burton (1996) encontró que en algunos hílidos existen dos
cabezas, pero a diferencia de lo encontrado por Andersen (1978) sólo el
medial se origina del carpo distal, mientras que el lateral lo hace de la
aponeurosis.
Por tanto, la presencia de una única cabeza lateral (ausente la interna)
que se origine del carpo distal, como lo presenta Hyla labialis, es una
condición que dentro de Hylidae se ha reportado para dos especies como ya
se mencionó (Andersen 1978) aunque en otras familias también se ha
encontrado esta misma condición (Andersen 1978), por lo cual no es una
característica única de Hylidae e igualmente dentro de esta familia hay
diferentes condiciones.
Dentro de Leptodactylidae se ha encontrado varios estado de carácter,
pues Andersen (1978) encontró la presencia de dos cabezas en algunos
leptodactílidos: la interna, originada de la aponeurosis palmaris o del tendo
superficialis aponeurosis palmaris pro digiti V y la lateral, del carpo distal y
en otros sólo una de las dos. Davies y Burton (1982) describieron que en
Rheobatrachus silus (Leptodactylidae) dos cabezas que se originan de la
aponeurosis palmaris. Por su parte, Burton (1998a) encontró que en
especies de Leptodactylidae la condición es similar a la de
Eleutherodactylus bogotensis pues la medial se origina del carpo distal 5-
4-3 y la lateral de la aponeurosis palmaris, pero reporta una tercera cabeza
medial que se origina del tendo superficialis aponeurosis palmaris pro digiti
V. Sin embargo Burton (1998a) encontró que no todas las especies tienen
las tres cabezas, también pueden presentar una o dos, por lo que la
presencia de dos músculos que conforman el m. lumbricalis brevis digiti V en
Eleutherodactylus bogotensis es una condición ya descrita para otras
especies de leptodactílidos neotropicales (Burton 1998a) y también se ha
reportado para Phrynomantis stictogaster (Microhylidae) y para especies
Hylidae (Burton 1998), como ya se mencionó, por lo cual no es un estado
único para Leptodactylidae.
En cuanto a la inserción poco hay que decir pues todos los autores
coinciden con que se da proximalmente en la falange 1 (Gaupp 1896,
Andersen 1978, Egan 1995, Burton 1996, Burton 1998a) tal y como se
encontró en Hyla labialis y Eleutherodactylus bogotensis.

Con respecto al m. flexor teres indicis es poco lo que hay que decir
pues lo hallado en Eleutherodactylus bogotensis, Hyla labialis y en todas
las especies estudiadas por otros autores (Gaupp 1896, Andersen 1978,
Davies y Burton 1982, Egan 1995, Burton 1996, Burton 1998a) coincide tanto
en el origen como en la articulación; se ha encontrado que en algunas
especies este músculo es ausente (Andersen 1978, Burton 1983), pero
ninguna de ellas pertenece ni a Hylidae ni a Leptodactylidae.

El lugar de origen e inserción del m. interphalangealis digiti IV aquí


descritos para las dos especies es común igualmente en todas las especies
que presentan este músculo, pero el número de cabezas que presenta, así
como el número de tendones de inserción varía entre las especies –e.g. una
cabeza para Osornophryne bufoniformis y dos para Atelopus ignescens
(Bufonidae) (Andersen1978)- (Gaupp 1896, Andersen 1978, Davies y Burton
1982, Burton 1983, Egan 1995, Burton 1996, Burton 1998a) aunque la
condición más común es la hallada en Hyla labialis y Eleutherodactylus
bogotensis, (Gaupp 1896, Andersen 1978, Davies y Burton 1982, Burton
1983, Egan 1995, Burton 1996, Burton 1998a). En Hylidae hay variación en
cuanto al número de partes y el número de tendones de inserción, pues se
ha reportado que se articula con dos tendones separados (Egan 1995,
Burton 1996) como sucede en Hyla labialis, o con uno común a los dos
músculos tal y como lo indicó Andersen (1978), además se ha encontrado
que en esta familia hay una especie, Smilisca baudinii, que tiene una sola
cabeza (Andersen 1978).
En cuanto a Leptodactylidae, Andersen (1978) describió una sola
cabeza amplia que cubre toda la superficie palmar de la falange 1 del dedo
IV en Leptodactylus melanonotus insertándose con un tendón, lo cual
Egan (1995) encontró para algunos leptodactílidos australianos
(Myobatrachidae). No obstante, también se han reportado leptodactílidos que
tienen dos cabezas que se articulan independientemente, tal como se
encontró en Eleutherodactylus bogotensis (Andersen 1978, Davies y
Burton 1982, Egan 1995, Burton 1998a). También se ha descrito especies
de leptodactílidos que presentan tres cabezas que se originan de la región
proximal de la falange 1, uno a cada lado y otro en la mitad de ellos y se
insertan mediante un tendón común en la superficie palmar de la falange 2
(Burton 1998a), por tanto en Leptodactylidae, hay diferentes estados de
carácter y el presentado por Eleutherodactylus bogotensis es común en
esta familia.

De igual manera al anterior músculo, el m. interphalangealis digiti V


puede presentar una cabeza, dos o tres (Gaupp 1896, Andersen 1978,
Davies y Burton 1982, Burton 1983, Burton 1983, Burton 1996, Burton
1998a), pero en todas las especies que se presenta el lugar de origen y
articulación es tal y como se anotó para Hyla labialis y Eleutherodactylus
bogotensis. Sólo se ha encontrado ausente en seis especies de
leptodactílidos australianos (Myobatrachidae) y un microhílido (Egan 1995).
Hyla labialis presenta dos cabezas para este músculo que se
articulan con dos tendones separados, lo cual ya se ha descrito para
especies de esta familia (Andersen 1978, Burton 1996) pero no es la única
condición para Hylidae pues Andersen (1978) identificó para Smilisca
baudinii y especies de otras familias que consta de una sola cabeza. De
otra parte Andersen (1978) encontró en tres hílidos y especies de otras
familias, que se fusiona distalmente articulándose con un tendón. Por tanto,
este músculo presenta varios estado de carácter y para Hylidae no hay una
condición única.
La presencia de dos cabezas que se articulan independientemente en
Eleutherodactylus bogotensis se registró para otros leptodactílidos
(Andersen 1978, Davies y Burton 1982, Egan 1995, Burton 1998a) pero
también se ha reconocido en especies de esta familia, que consta de una
cabeza o de tres, con un sólo tendón de inserción (Andersen 1978, Egan
1995, Burton 1998a). Así, para Leptodactylidae se han descrito diferentes
condiciones para este músculo y lo encontrado en Eleutherodactylus
bogotensis es una condición común en la familia.
Región profunda
El origen del extremo distal del radioulna para el m. abductor pollicis
hallado en Hyla labialis no se ha reportado antes en Hylidae. Andersen
(1978) encontró en todos los hílidos por él investigados, el origen en el ulnare
y Burton (1996) encontró en la subfamilia Pelodryadinae (Hylidae) que el
origen abarca el extremo distal del radioulna y el ulnare.
El origen de este músculo señalado para Eleutherodactylus
bogotensis ha sido reportado para otros leptodactílidos, así como el origen
sólo del ulnare (Andersen 1978, Burton 1998a). En leptodactílidos
australianos (Myobatrachidae) y Rheobatrachus silus (Leptodactylidae) se
ha encontrado el origen en el extremo distal del radioulna (Davies y Burton
1982, Egan 1995).
Las descripciones de los autores coinciden en que la inserción es en
la parte proximal de la cara palmar del prepollex (Gaupp 1896, Andersen
1978, Egan 1995, Burton 1996, Burton 1998a) tal y como se encontró en
Eleutherodactylus bogotensis e Hyla labialis. Sin embargo Burton (1996)
encontró que en algunas especies de la subfamilia Pelodryadinae (Hylidae),
se articula en la superficie dorsal del prepollex y que en una especie de esta
familia, Litoria micromembrana, tiene lugar en el metacarpo II. Además, en
las especies de Hylidae, Microhylidae, en Eleutherodactylus achatinus
(Leptodactylidae) y algunas de otras familias, estudiadas por Egan (1995),
existe una inserción adicional en el elemento Y, lo que sugiere que la
inserción no es igual en todas las especies, que dentro de Hylidae hay
variaciones y tampoco es una constante en todos los leptodactílidos, al
menos dentro del género Eleutherodactylus.

Es poco lo que se puede decir acerca del m. opponens indicis pues


el origen reconocido para Hyla labialis y Eleutherodactylus bogotensis
corresponde a todas las descripciones dadas por Gaupp (1896), Andersen
(1978), Burton (1983), Burton (1996) y Burton (1998a) e igualmente, la
inserción en la superficie palmar del metacarpo II hallada en H. labialis y E.
bogotensis es similar a lo hallado por Gaupp (1896), Andersen (1978),
Davies y Burton (1982) y Burton (1996, 1998a).
No obstante hay dos aspectos para resaltar: el primero, que Andersen
(1978) encontró en Acris crepitans (Hylidae) y en dos especies más de
otras familias, una fusión parcial con el m. lumbricalis brevis indicis y en
especies de otras familias encontró una fusión con algún otro músculo del
dedo II. El segundo, que Egan (1995) describió para especies de
leptodactílidos australianos (Leptodactylidae), que este músculo se articula
en la cara palmar del metacarpo II, pero también con un tendón en la base
de la falange 1, de esta manera, aunque este músculo no presenta casi
variaciones, no se puede decir que su condición sea única.

El m. opponens digiti V se ha reportado ausente en bastantes


especies (Andersen 1978, Davies y Burton 1982, Egan 1995, Burton 1996,
Burton 1998a). Dentro de Hylidae es ausente en Pachymedusa dacnicolor,
Smilisca baudinii (Andersen 1978), Cyclorana novaehallandiae (Burton
1996) e Hyla labialis, pero presente en otras (Andersen 1978, Burton 1996).
En Leptodactylidae, se ha encontrado ausente en Leptodactylus
pentadactylus, Rheobatrachus silus (Andersen 1978, Davies y Burton
1982); Egan (1995) lo reportó ausente para leptodactílidos australianos
(Myobatrachidae) y Burton (1998a) encontró que muchas especies del
género Eleutherodactylus no lo presentan. Por otra parte, en los
leptodactílidos que sí lo presentan, así como en todas las especies de otras
familias, los autores coinciden en que se origina en el carpo distal (Gaupp
1896, Andersen 1978, Burton 1996, 1998a) por lo cual lo encontrado en
Eleutherodactylus bogotensis es una condición común. Sin embargo,
ningún autor reporta que este músculo se fusione o comparta fibras con el m.
abductor primus digiti V o con el m. abductor secundus digiti V, como se halló
en Eleutherodactylus bogotensis.
En cuanto al m. flexor ossis metacarpi digiti III el origen más común
es en el carpo distal (Davies y Burton 1982, Gaupp 1896, Andersen 1978,
Burton 1983, Egan 1995, Burton 1996, Burton 1998a) de la misma forma
como se estableció en Eleutherodactylus bogotensis y en Hyla labialis; no
se ha reportado otra condición, excepto la de ausente para Xenopus laevis
(Pipidae) y Leiopelma hochstetteri (Leiopelmatidae) (Andersen 1978).
En cuanto a la inserción, en Eleutherodactylus bogotensis es similar
a lo descrito por los autores, quienes han descrito la inserción en la superficie
palmar del metacarpo III (Gaupp 1896, Andersen 1978, Egan 1995, Burton
1996, Burton 1998a) pero es claro que en esta especie la articulación
alcanza a tocar la falange proximal, lo que no se había reportado antes. La
inserción en la base de la falange1, encontrada en Hyla labialis es
interesante porque no se había reportado antes en ninguna otra especie, por
lo cual sería un estado de carácter nuevo para Hylidae y anuros en general.

El origen de M. flexor ossis metacarpi digiti IV en Hyla labialis y en


Eleutherodactylus bogotensis corresponde al estado descrito para casi
todas las especies estudiadas (Gaupp 1896, Andersen 1978, Davies y Burton
1982, Burton 1983, Egan 1995, Burton 1996, Burton 1998a). Andersen
(1978) lo reportó ausente en dos especies, Phyllomedusa bicolor y P.
Hypocondrialis (Hylidae) y además resaltó que en Cyclorana australis el
origen es diferente, pues es la única en la que además del carpo distal,
también presenta un tendón de origen del ulnare.
En Leptodactylidae sólo se ha encontrado que este músculo se origina
del carpo distal como sucede en Eleutherodactylus bogotensis (Andersen
1978, Davies y Burton 1982, Egan 1995, Burton 1998a).
En cuanto a la inserción del m. flexor ossis metacarpi digiti IV hay que decir
que en Hyla labialis es en la falange basal lo que no se había identificado
anteriormente. Los autores plantearon que este músculo se articula a lo largo
de la superficie palmar del metacarpo IV (Gaupp 1896, Andersen 1978, Egan
1995, Burton 1996, Burton 1998a) así como se encontró en
Eleutherodactylus bogotensis.

De otra parte, el m. flexor teres digiti III en Hyla labialis es dorsal al


m. transversus metacarpi 1, similar a todas las descripciones reportadas para
especies de Hylidae, a decir, los hílidos del trabajo de Egan (1995), las
especies de la subfamilia Pelodryadinae (Hylidae) (Burton 1996) y los hílidos
estudiados por Burton (1998b), esto coincide también con lo indicado en
general para la familia Hylidae por Duellman (2001). De la misma manera, en
Leptodactylidae esta condición dorsal al m. transversus metacarpi 1 hallada
también en Eleutherodactylus bogotensis, la reportó Egan (1995) en E.
achatinus y Burton (1998a, 1998b) en casi todos los leptodactílidos de su
trabajo; sin embargo en leptodactílidos australianos (Myobatrachidae) (Egan
1995), Calyptocephalellini, Eupsophus migueli, E. roseus, E. vertebralis,
Telmatobufo bullocki, T. venustus y Caudiverbera caudiverbera
(Leptodactylidae) (Burton 1998a, 1998b) el m. flexor teres digiti III es
ventral al m. transversus metacarpi 1. La posición dorsal al músculo
transverso también se ha reportado para especies de otras familias como
Pipidae, Bufonidae, Pseudidae, Ranidae y Dendrobatidae entre otras (Burton
1998b), mientras que la posición ventral a dicho músculo se describió para
especies de Heleophrynidae, Myobatrachidae (Burton 1998a),
Discoglossidae, Pelobatidae, Bufonidae y Centrolenidae, Leiopelmatidae
además de otras familias (Burton 1998b). De esta manera, el que sea dorsal
o ventral al m. transversus metacarpi 1, son condiciones que en general se
mantienen constantes dentro de las familias, con pocas excepciones (Egan
1995, Burton 1996, Burton 1998a, 1998b).
Andersen (1978) describió que en Leiopelma hochstetteri
(Leiopelmatidae) y Discoglossus pictus (Discoglossidae) el m. flexor teres
digiti III es ausente, pero contrario esto, Burton (1998b) reportó que en estas
dos especies es presente y lo describió ventral al m. transversus metacarpi 1.
La inserción en la cara palmar de la base de la falange 1 hallada en
Hyla labialis y Eleutherodactylus bogotensis es similar a lo descrito para
todas las especies que presentan el músculo (Gaupp 1896, Andersen 1978,
Egan 1995, Burton 1996, 1998a).

Al igual que todas las descripciones dadas para especies de Hylidae,


en Hyla labialis el m. flexor teres digiti IV es dorsal respecto al m.
transversus metacarpi 2 (Egan 1995, Burton 1996, Burton 1998b, Duellman
2001). Mientras que en Hylidae sólo se ha descrito la condición anterior en
Leptodactylidae, al igual que lo hallado para el m. flexor teres digiti III, se
encontró que el m. flexor teres digiti IV es dorsal en varias especies tales
como Eleutherodactylus achatinus (Egan 1995) y la mayoría de los
leptodactílidos de los trabajos de Burton (1998a, 1998b) además de
Eleutherodactylus bogotensis, no obstante en leptodactílidos australianos
(Myobatrachidae) (Egan 1995) y Calyptocephalellini, Eupsophus migueli,
E. roseus, E. vertebralis, Telmatobufo bullocki, T. venustus y
Caudiverbera caudiverbera (Leptodactylidae) (Burton 1998a, 1998b) el m.
flexor teres digiti IV se dispone ventralmente al m. transversus metacarpi 2.
Burton (1998b) reportó que en una misma especie la condición dorsal o
ventral respecto al músculo transverso, ocurre igual para los mm. flexores
teretes digitorum III y IV, excepto en Centrolenidae, Microhylidae y Ranidae.
El origen del m. flexor teres digiti IV se da en el extremo proximal del
metacarpo IV en Eleutherodactylus bogotensis e Hyla labialis, así como
en todas las especies para las cuales se ha descrito (Gaupp 1986, Andersen
1978, Egan 1995, Burton 1996, 1998a), excepto en Phrynomantis
stictogaster (Microhylidae) (Burton 1983) originándose en el extremo
proximal del lado interno del metacarpo IV y en la cara lateral del extremo
proximal del metacarpo III. Es importante resaltar que en Hyla labialis no
sólo se origina dorsal respecto al m. transversus metacarpi 1, sino que se
origina en la cara dorsal del metacarpo IV, lo que no se ha descrito antes.
Tanto en Hyla labialis como en Eleutherodactylus bogotensis, la
inserción del m. flexor teres digiti IV tiene lugar en la cara ventral de la
falange proximal del dedo IV, similar a lo reportado por Gaupp (1896),
Andersen (1978), Egan (1995) y Burton (1996, 1998a).

El m. flexor teres digiti V posee su origen en la parte proximal de la


superficie medial del metacarpo V encontrado en Hyla labialis y
Eleutherodactylus bogotensis es una condición que ya ha sido descrita
para leptodactílidos australianos (Myobatrachidae) y en Rheobatrachus
silus (Davies y Burton 1982, Egan 1995). Burton (1996, 1998a) encontró
que en hílidos y en leptodactílidos neotropicales, se origina en la superficie
palmar e interna del metacarpo V, pero no describió si desde la parte
proximal o hacia la parte distal, sin embargo, en sus dibujos tanto de hílidos
como de leptodactílidos neotropicales, el origen se observa en la parte
proximal del metacarpo V.
Otros estados de carácter han sido reportados por Andersen (1978) y
Burton (1983). El primer autor describió el origen de este músculo en el
metacarpo V distalmente, cubriendo la superficie interna distal para hílidos y
todas las especies de su estudio excepto en Ascaphus truei (Ascaphidae),
en el cual se origina de un carpo distal. Andersen (1978) reportó la ausencia
de este músculo pero sólo en Leiopelma hochstetteri (Leiopelmatidae) y
Burton (1983) registró que en Phrynomantis stictogaster (Microhylidae) el
m. flexor teres digiti V, se origina en la base de los metacarpos IV y V. De
esta manera, dentro de Hylidae y Leptodactylidae, se ha encontrado que el
origen en el metacarpo V resulta hacia la parte distal (Andersen 1978) o
desde la parte proximal, cubriendo toda la superficie mediopalmar como en
Hyla labialis y Eleutherodactylus bogotensis (Davies y Burton 1982, Egan
1995, Burton 1996, Burton 1998a).
La inserción hallada en ambas especies es similar a la planteada para
otras especies (Andersen 1978, Egan 1995, Burton 1996, Burton 1998a) y
no se ha reportado otra condición.

Tanto el origen como la inserción del m. adductor proprius digiti V


identificado en Eleutherodactylus bogotensis e Hyla labialis son similar a
lo descrito por otros autores para especies de diferentes familias incluyendo
Hylidae y Leptodactylidae (Andersen 1978, Davies y Burton 1982, Egan
1995, Burton 1996, Burton 1998a). Estados diferentes son pocos los que se
han reportado; si el m. interosseus volaris del dedo V, descrito por Gaupp
(1896) corresponde al m. adductor proprius digiti V (como lo sugirió Andersen
1978), entonces hay un carácter diferente para la inserción pues aquel la
tiene en la falange basal (Gaupp 1896). Andersen (1978) lo reporta ausente
en Osornophryne bufoniformis (Bufonidae), Limnodynastes fletcheri,
Gastrophryne olivacea (Leptodactylidae) y Burton (1983) en Phrynomantis
stictogaster (Microhylidae).
Según esto, hay pocas variaciones descritas para este músculo y no
se han reportado diferencias ni dentro de Hylidae ni dentro de
Leptodactylidae, aunque es importante tener en cuenta, que en la mano
derecha de una hembra de Hyla labialis la inserción resultó ser doble, de tal
manera que la variación no es sólo intraespecífica sino en un mismo
individuo, pues su mano izquierda no presenta esta condición doble.
Faivovich (2002) siguió la nomenclatura usada por Burton (1996,
1998a) para los músculos de las manos y presentó como carácter en su
análisis cladístico la longitud del tendón de origen del m. abductor proprius
digiti V, pero en ninguno de los trabajos de Burton (1983, 1996, 1998a,
1998b) y tampoco en los de Gaupp (1896), Andersen (1978), Davies y Burton
(1982) o Egan (1995) se reportó músculo alguno descrito bajo ese nombre,
existiendo el m. abductor primus digiti V y el m. adductor proprius digiti V.
Es común encontrar el origen del m. abductor primus digiti V en el
carpo distal 5-4-3, en especies de Hylidae, Leptodactylidae, Myobatrachidae,
Bufonidae y otras familias (Andersen 1978, Egan 1995, Burton 1996),
aunque en Leptodactylidae existen varias condiciones reportadas, pues si
bien es frecuente en esta familia el origen mencionado anteriormente
(Andersen 1978, Egan 1995), Burton (1998a) reportó que los leptodactílidos
neotropicales que estudió, lo presentan en el carpo distal y en la aponeurosis
palmaris. Además en Eleutherodactylus bogotensis está fusionado con el
m. abductor secundus y en Athelognatus patagonicus es ausente
(Leptodactylidae) (Andersen 1978).
Contrario a esto, Smilisca baudinii, Phyllomedusa hypocondrialis,
P. bicolor y Pachymedusa dacnicolor (Hylidae) no presentan este músculo
(Andersen 1978), pero de estar presente, todas las descripciones para
hílidos coinciden en el origen en el carpo distal (Andersen 1978, Burton
1996) tal como se encontró en Hyla labialis.
Al examinar los ejemplares de Hyla labialis se encontró que en dos
de ellos, este músculo se fusiona con el m. abductor secundus digiti V,
aunque el punto de fusión en una mano de uno de estos individuos es más
distal que en su mano opuesta. Esto indica variabilidad intraespecífica en H.
labialis en cuanto a la presencia del m. abductor primus digiti V como un
músculo independiente o fusionado y además en el grado de fusión total o
parcial.
Para especies de otras familias, sólo Rana esculenta (Ranidae)
(Gaupp 1986) presentó un punto de origen diferente, llevándose a cabo en el
ulnare e insertándose es en la falange proximal, diferente a la inserción
encontrada en Hyla labialis y a la descrita por Andersen (1978), Egan
(1995), Burton (1996), Burton (1998a), la cual tiene lugar en la superficie
lateral del metacarpo V.
En cuanto al m. abductor secundus digiti V, el origen más
comúnmente reportado es en el ulnare (Gaupp 1896, Andersen 1978, Egan
1995, Burton 1983, Burton 1998a), sin embargo dentro de Hylidae también
se ha encontrado que el origen puede ser amplio abarcando el ulnare y el
carpo distal en Smilisca baudinii y Pachymedusa dacnicolor (Andersen
1978) y también se ha reportado en la ulna en la subfamilia Pelodryadinae
(Hylidae) (Burton 1996). El origen en el ulnare se reportó en Acris crepitans
e Hyla faber (Hylidae) como amplio y en Phyllomedusa hypocondrialis y
en P. bicolor (Hylidae) de naturaleza tendinosa (Andersen 1978), de manera
que el origen presente en Hyla labialis es similar al de las dos primeras
especies, pero siendo que en estos dos hílidos la inserción no llega al
extremo distal del metacarpo V como sí sucede en Hyla labialis, entonces
dentro de Hylidae no se ha descrito en una misma especie el origen y la
inserción halladas en H. labialis, mas sí en Xenopus laevis (Pipidae) y
Pelobates syriacus (Pelobatidae) (Andersen 1978).
El amplio origen observado en Eleutherodactylus bogotensis, no ha
sido reportado en otros leptodactílidos, existiendo en dicha familia diferentes
condiciones como el origen en el ulnare, en la ulna (Andersen 1978), en el
ulnare y ulna (Burton 1998a), así como en el carpo distal en Rheobatrachus
silus (Davies y Burton 1982). Egan (1995) describió para leptodactílidos
australianos (Myobatrachidae) que el origen es en la apoenurosis, en el
carpo distal y ulnare y que puede haber un origen tendinoso en el radioulna,
el cual reportó para la mayoría de las especies.
Por otra parte, Andersen (1978) describió que en algunos individuos
de cuatro especies, entre ellas Smilisca baudinii y Pachymedusa
dacnicolor (Hylidae) hay una fusión con el m. abductor primus digiti V, como
sucede en Eleutherodactylus bogotensis y en algunos ejemplares de Hyla
labialis, por lo cual es una condición ya reportada para Hylidae y para
especies de otras familias, pero no se había reportado para Leptodactylidae.
La inserción de este músculo en Hyla labialis y Eleutherodactylus
bogotensis es similar a la descrita por Gaupp (1896), Andersen (1978),
Burton (1996) y Burton (1998a) aunque en estas dos especies llega hasta la
parte distal del metacarpo V, lo que solo ha sido descrito para Phyllomedusa
hypocondrialis y P. bicolor (Hylidae), Discoglossus pictus
(Discoglossidae) (Andersen 1978) y Rheobatrachus silus (Leptodactylidae)
(Davies y Burton 1982). Por lo que se puede decir que, la articulación de este
músculo en la parte distal del metacarpo V se ha reportado tanto en Hylidae
como en Leptodactylidae pero no es una condición común.

Para el m. transversus metacarpi 1 el origen hacia la parte basal del


metacarpo III y la inserción a lo largo de la superficie lateral del metacarpo II,
son condiciones ampliamente distribuida en todas las familias estudiadas
(Davies y Burton 1982, Gaupp 1896, Andersen 1978, Egan 1995, Burton
1996, Burton 1998a). Sin embargo, Andersen (1978) descubrió que en
Leptodactylus melanonotus (Leptodactylidae) y otras famlias -Ascaphidae,
Myobatrachidae, Bufonidae- el origen es en la región distal del metacarpo III
y Burton (1998a) encontró esto en Eupsophus (Leptodactylidae). Burton
(1983) reportó para Phrynomantis stictogaster (Microhylidae) una inserción
que no abarca la parte proximal del metacarpo II y así mismo lo encontró
Egan (1995) en algunos leptodactílidos australianos (Myobatrachidae).
Aunque se han reportado diferentes condiciones, el origen en la mitad
proximal del metacarpo III y la inserción a lo largo de la superficie lateral del
metacarpo II, encontradas en Hyla labialis, es la única descrita para Hylidae
(Andersen 1978, Burton 1996), mientras que dentro de Leptodactylidae sí se
han encontrado diferentes condiciones, pero la más común es la que
presenta Eleutherodactylus bogotensis.

Burton (1983) describió para Phrynomantis stictogaster (Micrphylidae) un


músculo adductor que llama Músculo ‘M’, el cual se origina en la superficie
midpalmar del metacarpo III y se articula a lo largo de la superficie lateral del
metacarpo II y en la falange 1. Egan (1995) reporta este músculo en
Rheobatrachus, (Myobatrachidae) y en microhílidos; posteriormente Burton
(1998b) lo encontró en Microhylidae, pero concluye que este Músculo ‘M’, es
parte del m. transversus metacarpi 1. Este músculo no se encontró en Hyla
labialis ni en Eleutherodactylus bogotensis.

El origen y la inserción del m. transversus metacarpi 2 es común en


todas las especies hasta ahora estudiadas que lo presentan, pero la posición
y longitud de su origen e inserción sobre los metacarpos sí varía (Andersen
1978, Davies y Burton 1982, Burton 1983, Egan 1995, Burton 1996, Burton
1998a, Burton 1998b). Sólo Andersen (1978) lo encontró ausente en una
especie dentro de cada una de las familias Discoglossidae, Microhylidae,
Bufonidae y Pseudidae.
Andersen (1978), Egan (1995) y Burton (1996) encontraron en hílidos
que tanto el origen como la inserción ocupan la parte proximal de los
metacarpos IV y III, al igual que en Hyla labialis y no se han reportado
estados diferentes en esta familia; se puede decir que en hílidos esta
condición es constante.
El origen e inserción del m. transversus metacarpi 2 en
Eleutherodactylus bogotensis corresponden a lo hallado por Andersen
(1978) en la mayoría de leptodactílidos. Sin embargo en, Leptodactylus
melanonotus (Leptodactylidae) y en leptodactílidos australianos
(Myobatrachidae) se encontró que el origen es a lo largo del metacarpo IV,
pero sin ocupar la parte proximal (Andersen 1978, Egan 1995). Burton
(1998a) estableció que el origen es en la porción media del metacarpo IV en
leptodactílidos, excepto en especies de Eusophus en las que abarca sólo la
parte distal del mismo tal y como lo notaron Davies y Burton (1982) en
Rheobatrachu silus (Leptodactylidae). La inserción dentro de
Leptodactylidae se ha encontrado que ocupa la mitad o dos tercios distales
del metacarpo III, pero puede o no ocupar la parte más proximal (Andersen
1978, Egan 1995, Burton 1998a), o que sólo se de en la parte media del
metacarpo III (Davies y Burton 1982). Andersen (1978) observó que el
músculo se ubica hacia la parte proximal respecto a los metacarpos IV y III,
pero no aclara si también ocupa la parte distal de los mismos. Así, en
Eleutherodactylus bogotensis la inserción es a lo largo de toda la
superficie del metacarpo III, cubriendo tanto la parte proximal como la distal.
Entonces, la condición más común en esta familia es que ni el origen ni la
inserción ocupen la parte proximal del metacarpo IV y III respectivamente,
contrario a lo que sucede en E. bogotensis.

El origen en el metacarpo V y la inserción en el metacarpo IV para el


m. transversus metacarpi 3 es constante para la especies que lo
presentan, pero diverge en la posición y longitud del mismo sobre los
metacarpos. Andersen (1978) reportó la ausencia de este músculo en
algunas especies, una de ellas es un hílido, Smilisca baudinii. En hílidos se
ha encontrado que tanto el origen como la inserción abarcan la porción basal
de los metacarpos V y IV respectivamente, ocupando gran parte de la
longitud de los mismos (Burton 1996, Andersen 1978, Egan 1995). Esta
condición, descrita en hílidos, también se ha reportado para especies de
Leptodactylidae, Myobatrachidae y otras familias (Andersen 1978, Egan
1995); no obstante, en Hyla labialis ni el origen ni la inserción ocupan la
parte proximal de los metacarpos, por lo cual es una condición diferente a las
reportadas para la familia.
De la misma manera, otros estados de carácter se han descubierto
para especies de otras familias como Pipidae, Bufonidae, Microhylidae,
Myobatrachidae, (Andersen 1978, Burton 1983), de manera que es un
músculo que presenta varios estados de carácter.
Se ha visto que este músculo tiende a ser angosto y se encuentra en
la parte distal de los metacarpos V y IV en Leptodactylidae (Davies y Burton
1982, Egan 1995, Burton 1998a) al igual que en Eleutherodactylus
bogotensis. Andersen (1978) lo encontró reducido en Atelognatus
patogonicus, mientras que en otros leptodactílidos se ha encontrado más
amplio (Andersen 1978, Egan 1995, Burton 1998a), por tanto esta familia no
tiene un carácter único.

Es poco lo que hay que decir del m. intercarpalis pues no se han


descrito condiciones diferentes a la encontrada en Eleutherodactylus
bogotensis e Hyla labialis (Andersen 1978, Burton 1996, Burton 1998a).
Según Andersen (1978) no existe en una especies de cada una de las
familias Discoglossidae, Pelobatidae, Megophrynidae y Brachycephalidae,
por lo que se puede decir que es un músculo casi siempre presente, con
características constantes y no se ha reportado como ausente dentro de
Hylidae o Leptodactylidae.

5.3. Músculos de los pies

5.3.1. Superficie dorsal


Región superficial
No se encontraron diferencias significativas para el origen, disposición
e inserción del m. abductor brevis dorsalis digiti V y del m. tarsalis
anticus entre Hyla labialis y Eleutherodactylus bogotensis con respecto a
lo reconocido para otras especies (Dunlap 1960, Andersen 1978, Davies y
Burton 1982, Burton 1983). Sólo cabe resaltar que mientras Dunlap (1960 ) y
Andersen (1978) notaron que la inserción del m. tarsalis anticus es a lo largo
de la mitad distal del tibiale, en Hyla labialis se observó que ocupa un poco
más que la mitad distal aunque no toda la longitud del mismo.
De igual manera, poco hay que decir con respecto al origen del m.
extensor digitorum communis longus pues lo observado en Hyla labialis
y Eleutherodactylus bogotensis es la condición más común (Dunlap 1960,
Liem 1970, Andersen 1978, Davies y Burton 1982, Burton 1983), pero en
Cyclorana australis al igual que en algunas especies de otras familias como
Osorpnophryne bufoniformis (Bufonidae), Pseudis paradoxus
(Pseudidae) y Pelobates syriacus (Pelobatidae) entre otras, este músculo
se origina de la región dorsal e interna del tibiale y es independiente del m.
tarsalis anticus (Andersen 1978).
Para la inserción se han descrito diferentes condiciones, pues según
los autores puede tener varias cabezas de inserción que se articulan en el
epimiso de los dedos III, IV y V o en algunos de ellos (Liem 1970, Dunlap
1960, Andersn 1978, Davies y Burton 1982, Burton 1983) diferente a lo que
se estableció para Hyla labialis y Eleutherodactylus bogotensis. Así el
lugar de inserción presentado por las dos especies de este trabajo fue
reportado Dunlap (1960) sólo para Pseudacris regilla (Hylidae), no obstante
para esta especie la reportó carnosa contrario a H. labialis; por su parte,
Andersen (1978) notó que en los hílidos (salvo Acris crepitans) así como en
Bufo woodhousei y B. marinus (Bufonidae) se da en medio de las bases de
los metatarsos II y III, pero no se ha reconocido anteriormente en
leptodactílidos una inserción directa en el metatarso III y por tanto lo
planteado para Eleutherodactylus bogotensis es un nuevo reporte para la
familia.

El lugar de origen del m. extensor brevis superficialis hallucis


reconocido en Hyla labialis y en Eleutherodactylus bogotensis no
presenta diferencias significativas con lo anotado por otros autores (Dunlap
1960, Andersen 1978, Davies y Burton 1982, Burton 1983), sólo cabe
resaltar que según Dunlap (1960) en Hylodes nasus, Megaelosia goeldii,
Leptodactylus albilabris, Eleutherodactylus tubolus (sensu Dunlap 1960)
y Crossodatylus gaudichaudii (Leptodactylidae) este músculo está
fusionado con los mm. extensores breves supericiales hallucis y digiti II y en
las dos últimas también con el m. extensor brevis superficialis digiti III, pero
esta condición no es única para la familia pues también lo encontró en
Atelopus cruciger (Bufonidae) y en Centrolene prosoblepon
(Centrolendiae).
Según lo establecido por Dunlap (1960), Andersen (1978), Davies y
Burton (1982) y Burton (1983), el m. extensor brevis superficialis hallucis
puede articularse mediante una o más cabezas. La inserción observada en
Eleutherodactylus bogotensis la identificaron Dunlap (1960) en
Physalaemus sachsi (sensu Dunlap 1960) (Leptodactylidae) y Andersen
(1978) en la mayoría de leptodactílidos, pero la inserción es simple en
Leptodactylus melanonotus, L. pentadactylus (Andersen 1978) y
Rheobatrachus silus (Davies y Burton 1982) mientras que en casi todas las
especies de Leptodactylidae que estudió Dunlap (1960) se da con tres
cabezas de inserción. La inserción mediante tres cabezas descrita por
Dunlap (1960) para la mayoría de especies de diferentes familias, es
coincidente con lo planteado para Hyla labialis, pero es diferente con
respecto a otros hílidos como por ejemplo la inserción simple en el dorso del
metatarso I para Acris crepitans, Phyllomedusa hypocondrialis, P.
bicolor e Hyla faber y la inserción doble estimada para Cyclorana
australis, Smilisca baudinii y Pachymedusa dacnicolor (Andersen 1978).

Según los resultados obtenidos por Dunlap (1960), Andersen (1978),


Davies y Burton (1982) y Burton (1983) el origen del m. extensor brevis
superficialis digiti III en común con el m. extensor brevis superficialis
digiti II es usual pero no la única condición, lo que difiere de lo establecido
para Eleutherodactylus bogotensis y en Hyla labialis. Dentro de la familia
Leptodactylidae, en Physalaemus sachsi (sensu Dunlap 1960) y
Rheobatrachus silus (Davies y Burton 1982) estos dos músculos comparten
fibras y en Eleutherodactylus tubolus (sensu Dunlap 1960) y
Crossodactylus gaudichaucii se originan en común con el m. extensor
brevis superficialis hallucis. De otra parte, lo hallado en Eleutherodactylus
bogotensis para el origen del m. extensor brevis superficialis digiti III
también es diferente del origen en la fíbula común con el m. tarsalis anticus
reportado por Andersen (1978) para leptodactílidos, pero coincide con lo
mostrado para Hylodes nasus y Megaelosia goeldii (Leptodactylidae)
(Dunlap 1960), mientras que lo identificado para el origen del m. extensor
brevis superficialis digiti II en Eleutherodactylus bogotensis no
corresponde con el origen propuesto para Hylodes nasus y Megaelosia
goeldii (Leptodactylidae) (Dunlap 1960) pero es similar a Telmatobius
niger, Caudiverbera caudiverbera, Physalaemus pustulosus y
Atelognathus patagonicus (Leptodactylidae) (Andersen (1978). Sin
embargo este origen independiente también lo señaló Dunlap (1960) tanto
para el m. extensor brevis superficialis digiti II como para el m. extensor
brevis superficialis digiti III en especies de otras familias como Pipidae,
Centrolenidae, Polipedetidae y también para Pseudacris regilla (Hylidae) de
manera similar a Hyla labialis.
En cuanto a Hylidae, Pseudacris regilla (Dunlap 1960) presenta el
origen de los mm. extensores breves superficiales digiti II y III similar a Hyla
labialis, pero por otra parte Andersen (1978) notó que el origen del m.
extensor brevis superficialis digiti III en hílidos se da en la fíbula en común
con el m. tarsalis anticus excepto en Acris crepitans y Cyclorana australis
en las que se origina en el fibulare en común con el m. extensor brevis
superficialis digiti II. En otros hílidos que examinó Andersen (1978) el origen
del m. extensor brevis superficialis digiti II coincide con lo que se reconoció
para este músculo en Hyla labialis, contrario a lo propuesto para Smilisca
baudinii en la que el origen del m. extensor brevis superficialis digiti II es
común con el m. tarsalis anticus.
En resumen, dentro de Leptodactylidae el origen del m. extensor
brevis superficialis digiti II descrito para Eleutherodactylus bogotensis es
similar en Telmatobius niger, Caudiverbera caudiverbera, Physalaemus
pustulosus y Atelognathus patagonicus (Andersen (1978) y el m. extensor
brevis superficialis digiti III coincide con Hylodes nasus y Megaelosia
goeldii (Leptodactylidae) (Dunlap 1960). En Hylidae el origen del m.
extensor brevis superficialis digiti II corresponde con lo indicado para Hyla
labialis en Pseudacris regilla (Dunlap 1960), Phyllomedusa
hypocondrialis, P. bicolor, Pachymedusa dacnicolor e Hyla faber
(Andersen 1978) y el del m. extensor brevis superficialis digiti III sólo es
coincidente con Pseudacris regilla (Dunlap 1960).
En cuanto a la doble inserción del m. extensor brevis superficialis digiti
II descrita para Hyla labialis hay que decir que es semejante a lo registrado
para Pseudacris regilla (Hylidae) (Dunlap 1960) pero no corresponde a la
inserción simple sobre el metatarso II indicada para los hílidos que trabajó
Andersen (1978). La inserción presentada en Eleutherodactylus
bogotensis coincide con lo reportado por Andersen (1978) para
leptodactílidos pero difiere de la inserción en la base de la falange 1 dada por
Dunlap (1960) para especies de esta familia.
La inserción del m. extensor brevis superficialis digiti III encontrada
para Eleutherodactylus bogotensis es similar a lo descrito para la mayoría
de especies de diferentes familias trabajadas por Dunlap (1960), así como
para Leptodactylus pentadactylus (Leptodactylidae), especies de Bufo
(Bufonidae) (Andersen 1978), Rheobatrachus silus (Leptodactylidae)
(Davies y Burton 1982) y Phrynomantis stictogaster (Microhylidae) (Burton
1983), pero es diferente a la inserción en el dorso del metatarso III descrito
por Andersen (1978) para casi todas las especies que examinó incluyendo
los leptodactílidos –excepto L. pentadactylus como ya se mencionó-. De
otra parte, la inserción de este músculo para Hyla labialis no se ha
reportado antes en Hylidae ni en otras familias, encontrando que en otros
hílidos se articula en el dorso del metatarso III (Andersen 1978) o únicamente
en la base de la falange 1 (Dunlap 1960). Es importante tener en cuenta que
en Eleutherodactylus bogotensis algunas fibras se articulan en el dorso del
metatarso III similar a Chiromantis xerampelina (Rhacophoridae) y
Phrynobatrachus kinangopensis (Petropedetidae) (Dunlap 1960).

Lo identificado para los mm. extensores breves superficiales digiti


IV en Hyla labialis y en Eleutherodactylus bogotensis coincide con lo
reconocido por Dunlap (1960) en cuanto al número de cabezas y al origen,
así mismo la inserción presentada en H. labialis es similar a lo que este
autor encontró, pero difiere de E. bogotensis.
De otra parte, autores como Andersen (1978), Davies y Burton (1982)
y Burton (1983) no reportaron el m. extensor brevis superficialis digiti IV, pero
las descripciones dadas por estos autores para el m. extensor brevis medius
digiti IV coinciden con lo señalado por Dunlap (1960) para el m. extensor
brevis superficialis digiti IV y con lo encontrado en Hyla labialis y
Eleutherodactylus bogotensis para este último músculo. Dunlap (1960)
sostiene que el lugar de origen es la razón por la cual dicho músculo
conformado por dos cabezas es el m. extensor brevis superficialis digit IV y
no el m. extensor brevis medius digiti IV (ver Dunlap 1960); además notó
que el m. extensor brevis medius digiti IV es pequeño y sólo se encuentra en
Ascaphus truei (Ascaphidae), Alytes obstetricans (Discoglossidae),
Philocryphus albopunctactus (Myobatrachidae) y Eleutherodactylus
tubolus (sensu Dunlap 1960) (Leptodactylidae). De acuerdo con lo
planteado por Dunlap (1960) el músculo descrito tanto para Hyla labialis
como para Eleutherodactylus bogotensis se identificó como m. extensor
brevis superficialis digiti IV sin detectar la presencia del m. extensor brevis
meduis digiti IV.

El origen del m. extensor brevis superficialis digiti V hallado en


Hyla labialis es similar a lo encontrado para Rheobatrachus silus
(Leptodactylidae) (Davies y Burton 1982), pero es diferente a lo descrito para
otros hílidos en los que se ha visto que se origina en el fibulare (Dunlap
1960, Andersen 1978) o es ausente como en el caso de Cyclorana australis
y Smilisca baudinii. La ausencia de este músculo en Eleutherodactylus
bogotensis coincide con lo notado para Eleutherodactylus tubolus (sensu
Dunlap 1960) y con otros leptodactílidos como Telmatobius niger y
Physalaemus pustulosus (Andersen 1978), pero no sólo se ha registrado
para Hylidae y Leptodactylidae, pues también es así en especies de
Discoglossidae, Pipidae (Dunlap 1960) y Myobatrachidae (Andersen 1978)
entre otras familias (Dunlap 1960, Andersen 1978). En cuanto a las otras
especies de Leptodactylidae en las cuales está presente, el m. extensor
brevis superficialis digiti V se origina en el fibulare (Dunlap 1960, Andersen
1978) a excepción de Caudiverbera caudiverbera y Atelognathus
patagonicus (Andersen 1978) en las cuales el origen es común con el m.
abductor brevis dorsalis digiti V y de Rheobatrachus silus (Davies y
Burton 1982) como ya se mencionó.
La inserción identificada en H. labialis no se ha reportado antes para
este músculo, encontrando que la condición más común es en la base de la
falange 1 del dedo V, sin embargo en la mayoría de hílidos que examinó
Andersen (1978) se da en la base del metatarso V, reconociéndolo también
en Leptodactylus melanonotus (Leptodactylidae) entre otras especies de
familias como Ascaphidae, Discoglossidae, Megophryidae, Rhinophrynidae y
Microhylidae.

Región profunda
Según Dunlap (1960) el m. abductor brevis dorsalis hallucis se
origina por una parte en el elemento basal del prehallux y por otra parte en el
elemento Y excepto en Bombina bombina, B. pachypus (Bombinatoridae) y
Discoglossus pictus (Discoglossidae), en las que se origina sólo del
elemento Y, y en Spea hammondi en la que tiene lugar en el elemento basal
del prehallux únicamente. Esta última condición descrita para S. hammondi
(Dunlap 1960) es similar a lo notado en Hyla labialis y también la reportó
Andersen (1978) para todas las especies que trabajó, no encontrando otros
estados del carácter para el origen de este músculo en Hylidae tan sólo su
ausencia en Pseudacris regilla (Dunlap 1960). El origen del m. abductor
brevis dorsalis hallucis en Eleutherodactylus bogotensis coincide con lo
hallado para Bombina (Bombinatoridae) y Discoglossus (Discoglossidae)
por Dunlap (1960) pero no se ha reportado antes en Leptodactylidae. De
otra parte, teniendo en cuenta los resultados obtenidos por Dunlap (1960) y
Andersen (1978), la inserción observada en E. bogotensis es la condición
más común, mientras que aquella en Hyla labialis sólo se ha reconocido en
especies de Pipidae (Dunlap 1960). El hecho de que en Hyla labialis las
fibras de este músculo se confundan con las de la cabeza interna del m.
extensores breves profundi hallucis es similar a lo que identificó Dunlap
(1960) para algunas especies, entre ellas Eleutherodactylus tubolus (sensu
Dunlap 1960), sin embargo esto no sucede en E. bogotensis.

Teniendo en cuenta los resultados obtenidos por Andersen (1978) el


origen del m. extensor brevis dorsalis hallucis hallado en Hyla labialis es
común dentro de Hylidae y en general en anuros, sin embargo este autor
encontró que en Pelobates syriacus (Pelobatidae), Megophrys montana
(Megophryidae) y Xenopus laevis (Pipidae) tiene lugar en el tibiale y de otra
parte según Davies y Burton (1982) en Rheobatrachus silus
(Leptodactylidae) se da en un tarso distal, similar a Eleutherodactylus
bogotensis. En los leptodactílidos estudiados por Andersen (1978) el origen
también es en el elemento Y, excepto en Leptodactylus melanonotus en la
que es ausente, de esta manera en Leptodactylidae se han descrito
diferentes estados de carácter para el origen de este músculo, pero en
Hylidae no hay reportes diferentes al encontrado en Hyla labialis. La
inserción señalada para Hyla labialis sólo se registró para Pachymedusa
dacnicolor (Hylidae) (Andersen 1978) mientras que en otros hílidos sólo se
da en el metatarso I. Igualmente, la inserción en el metatarso I también se
ha establecido para especies de Bufonidae, Ranidae, Ascaphidae (Andersen
1978) y para Rheobatrachus silus (Leptodactylidae) (Davies y Burton 1982),
encontrando que dentro de Leptodactylidae sólo esta última especie presenta
dicha inserción y el estado de carácter más común es el reconocido para
Eleutherodactylus bogotensis, el cual también se identificó en otras
familias como Dendrobatidae, Bufonidae y Myobatrachidae (Andersen 1978).

Para el origen del m. extensor brevis medius hallucis en Hyla


labialis y Eleutherodactylus bogotensis no se encontró diferencias con lo
identificado por Dunlap (1960) y Andersen (1978), pero es importante tener
en cuenta que estos dos autores reportaron como ausente este músculo en
especies de diferentes familias, entre ellas Hylodes nasus, Megaelosia
goeldii, Crossodactylus gaudichaudii (Dunlap 1960), Leptodactylus
pentadactylus, L. melanonotus, Telmatobius niger, Caudiverbera
caudiverbera y Physalemus pustulosus (Andersen 1978)
(Leptodactylidae), Smilisca baudinii, Acris crepitans, Pachymedusa
dacnicolor y Cyclorana australis (Andersen 1978) (Hylidae). Por otra
parte, la inserción descrita para Hyla labialis es similar en Pseudacris
regilla (Dunlap 1960) pero también se registró en especies de
Discoglossidae, Dendrobatidae, Ranidae, Rhacophoridae y Microhylidae
(Dunlap 1960) mientras que en otros hílidos tiene lugar en la última falange y
no se da en común con el m. extensor brevis superficialis hallucis (Andersen
1978). La inserción observada para Eleutherodactylus bogotensis se
identificó en E. tubolus (sensu Dunlap 1960) así como en Physalaemus
sachsi (sensu Dunlap 1960) (Leptodactylidae) y Limnodynastes peronii
(Myobatrachidae) (Dunlap 1960) pero, según Dunlap (1960), en otros
leptodactílidos sí es común con el m. extensor brevis supericialis hallucis y
según Davies y Burton (1982), en Rheobatrachus silus (Leptodactylidae) es
en la última falange, por tanto no hay una condición única para la familia
Leptodactylidae y tampoco para Hylidae.
El lugar de origen y de inserción del m. extensor brevis medius digiti
II identificados en Hyla labialis y en Eleutherodactylus bogotensis
coinciden con las descripciones de Dunlap (1960) y Andersen (1978). Las
fibras de este músculo que se articulan en el dorso del metatarso II hallado
en ambas especies, lo reportó Dunlap (1960) para Pseudacris regilla
(Hylidae), pero no se ha identificado en otras familias y por tanto es el primer
reporte en Leptodactylidae. De otra parte, la inserción en común con el m.
extensor brevis superficialis digiti II reconocido tanto en H. labialis como en
E. bogotensis es una condición común a lo largo de las familias (Dunlap
1960, Andersen 1978, Davies y Burton 1982, Burton 1983); no obstante
contrario a lo hallado en las dos especies del presente trabajo, en todos los
hílidos que examinó Andersen (1978) así como en Leptodactylus
pentadactylus, L. melanonotus, Telmatobius niger, Caudiverbera
caudiverbera y Physalaemus pustulosus (Leptodactylidae) la inserción es
independiente.

Tanto el origen como la inserción del m. extensor brevis medius


digiti III hallado en Hyla labialis es la condición común (Dnlap 1960,
Andersen 1978, Davies y Burton 1982, Burton 1983) mientras que su
ausencia en Eleutherodactylus bogotensis no se ha reportado antes dentro
de Leptodactylidae pero sí para Leiopelma hochstetteri (Leiopelmatidae),
Centrolene prosoblepon (Centrolenidae) (Dunlap 1960) y para Megophrys
montana (Megophryidae) (Andersen 1978). Al igual que en Pipa pipa y
Chrinomantis xerampelina (Dunlap 1960), el origen de este músculo en H.
labialis es tendinoso y por otra parte en hílidos sólo Cyclorana australis
presenta una condición diferente, originándose en común con el m. extensor
brevis superficialis digiti II e insertándose en la última falange (Andersen
1978).
Dunlap (1960) planteó que la presencia del m. extensor brevis
medius digiti IV no es común y a diferencia de los resultados obtenidos para
Eleutherodactylus bogotensis, este autor señaló que está presente en E.
tubolus (sensu Dunlap 1960) (Leptodactylidae), también en Ascaphus truei
(Ascaphidae), Alytes obstetricans (Discoglossidae) y Philocryphus
albopunctactus (Myobatrachidae) y coincidiendo con Hyla labialis, no lo
registró para Pseudacris regilla (Hylidae). En otros leptodactílidos se ha
reportado que este músculos puede presentar dos cabezas, como en
Atelognathus patagonicus (Andersen 1978), Rheobatrachus silus (Davies
y Burton 1982) y también en algunos hílidos (Andersen 1978), Cyclorana
australis y Smilisca baudinii; así como en especies de Bufonidae, Ranidae,
Dendrobatidae, Discoglossidae y en Phrynomantis stictogaster
(Microhylidae) (Burton 1983).

Teniendo en cuenta las descripciones de Dunlap (1960), Andersen


(1978), Davies y Burton (1982) y Burton (1983) los mm. extensores breves
profundi hallucis pueden presentar dos cabezas o sólo una. En
Leptodactylidae, Leptodactylus melanonotus y Atelognathus patagonicus
no tienen la cabeza externa (Andersen 1978), mientras que
Eleutherodactylus bogotensis no presenta la interna, condición que se
registró para especies de Bufonidae, Myobatrachidae, Pipidae (Andersen
1978) y Microhylidae (Andersen 1978, Burton 1983) entre otras familias.
Contrario a Hyla labialis, este músculo consta de una cabeza en aquellos
hílidos que estudió Andersen (1978) (salvo Acris crepitans y Cyclorana
australis) sin que encontrara la cabeza lateral.
En cuanto al origen de los mm. extensores breves profundi hallucis, lo
que se estableció para Hyla labialis y para Eleutherodactylus bogotensis
es coincidente con lo descrito por Andersen (1978) para todas las especies;
por Davies y Burton (1982) para Rheobatrachus silus (Leptodactylidae) y
por Dunlap (1960) para Ascaphus truei (Ascaphidae), Bombina bombina,
B. pachypus (Bombinatoridae), Megophrys montana (Megophryidae) y
Atelopus obstetricans (Bufonidae); pero difiere del origen en el metatarso I
y en el elemento Y planteado por Dunlap (1960) para la mayoría de especies
que examinó incluyendo los leptodactílidos e hílidos. En cuanto a la
inserción, lo observado en Eleutherodactylus bogotensis no presentó
diferencias con las descripciones dadas para otras especies por Dunlap
(1960) y Andersen (1978) ni con Rheobatrachus silus (Leptodactylidae)
(Davies y Burton 1982) a diferencia de la mostrada por Hyla labialis, cuya
condición de inserción es similar a lo que reportó Dunlap (1960) para Bufo
boreas (Bufonidae) y Spea hammondi (Pelobatidae).

El origen de los mm. extensores breves profundi digiti II y digiti III


identificado en Hyla labialis y en Eleutherodactylus bogotensis, es similar
a lo establecido para otras especies (Dunalp 1960, Andersen 1978, Davies y
Burton 1982, Burton 1983), sólo cabe decir que la naturaleza tendinosa del
origen de la cabeza interna tanto de los mm. extensores breves profndi
digiti II como de los mm. extensores breves profundi digiti III en H.
labialis coincide con la descripción dada por Andersen (1978) para las
especies que trabajó, pero Dunlap (1960) resaltó que el origen es carnoso
describiéndolo tendinoso en pocas especies, entre ellas un leptodactílido,
Physalaemus sachsi (sensu Dunlap 1960). Asimismo la inserción de las
cabezas externas de los mm. extensores breves profundi digiti II y digiti
III no presentaron diferencias entre Hyla labialis y Eleutherodactylus
bogotensis con respecto a los reportes de Dunlap (1960) y Andersen (1978)
para otras especies; de Davies y Burton (1982) para Rheobatrachus silus
(Leptodactylidae) y de Burton (1983) para Phrynomantis stictogaster
(Microhylidae).
Diferente a lo anterior el lugar de inserción de la cabeza interna de los
mm. extensores breves profundi digiti II, hallado en las dos especies del
presente estudio, difiere de la inserción en la última falange observada por
Dunlap (1960) para la mayoría de especies y por Andersen (1978), así como
de la doble articulación descrita por Dunlap (1960) para Eleutherodactylus
tubolus (sensu Dunlap 1960), Hylodes nasus, Megaelosia goeldii
(Leptodactylidae) y Bufo boreas (Bufonidae), aunque es similar a la
condición que este último autor anotó para Pseudacris regilla (Hylidae),
Centrolene prosoblepon (Centrolenidae), Rana catesbeiana, R. pipiens
(Ranidae) y Spea hammondi (Pelobatidae).
En cuanto a la inserción de la cabeza interna de los mm. extensores
breves profundi digiti III hay que decir que lo establecido para Hyla labialis
y para Eleutherodactylus bogotensis es similar entre ellas pero no se ha
reportado antes.

Los autores coinciden en que el origen de la cabeza interna de los


mm. extensores breves profundi digiti IV es en el tibiale (Dunalp 1960,
Andersen 1978, Davies y Burton 1982, Burton 1983) igual a lo registrado
para Hyla labialis pero diferente a Eleutherodactylus bogotensis cuya
condición no se ha descrito antes. Según Dunlap (1960) la doble inserción
de esta cabeza se presenta por una parte en la base de la falange 1 y por
otra en la última falange, lo que no coincide con los puntos de articulación de
este músculo en Eleutherodactylus bogotensis y tampoco en Hyla labialis.
Así, teniendo en cuenta que Andersen (1978) la señaló en la última falange
únicamente, la inserción reconocida en H. labialis no ha sido descrita
anteriormente y aquella observada en E. bogotensis tampoco se ha
reportado. De otra parte, el origen y la inserción de la cabeza externa de
este músculo presentado por Hyla labialis y por Eleutherodactylus
bogotensis coincide con lo hallado para otras especies de Hylidae (Dunlap
1960, Andersen 1978), Leptodactylidae (Dunlap 1960, Andersen 1978,
Davies y Burton 1982) y de otras familias como Pipidae, Bombinatoridae,
Bufonidae (Dunlap 1960, Andersen 1978) y Microhylidae (Andersen 1978,
Burton 1983). Sin embargo, el origen en el metatarso IV no es la única
condición pues Dunlap (1960) planteó que en algunas especies como Rana
catesbeiana y R. pipiens (Ranidae) el origen de esta cabeza es
parcialmente en el metatarso IV y parcialmente en el metatarso V. El
alargamiento de las fibras de esta cabeza externa en H. labialis es
semejante a lo que indicó Dunlap (1960) para Chrinomantis xerampelina
(Rhacophoridae) pero no se ha reconocido para otros hílidos. Fabrezi y
Langone (2000) reportaron que para Allophryne ruthveni (Allophrynidae)
todos los mm. extensores breves profundi digitorum presentan dicho
alargamiento aunque, a diferencia de lo estimado para Hyla labialis, en esa
especie las fibras alcanzan la última falange en todos los dedos.

Tanto el origen como la inserción de los mm. extensores breves


profundi digiti V descritos para Eleutherodactylus bogotensis no
presentaron diferencias con respecto a lo observado para otras especies
(Dunlap 1960, Andersen 1978, Davies y Burton 1982, Burton 1983); pero en
Hyla labialis el origen de la cabeza interna no ocupa toda la longitud del
dorso del metatarso V y la inserción en la base de la falange 1 no ha sido
reportada antes para esta cabeza. La fusión de estas dos cabezas en H.
labialis es el primer registro para Hylidae y es coincidente con lo hallado
para Bombina bombina, B. pachypus (Bombinatoridae), Discoglossus
pictus y Alytes obstetricans (Discoglossidae).

De otra parte el m. abductor propius digiti IV descrito para H.


labialis y E. bogotensis no presentó diferencias significativas con lo
estimado para otras especies (Dunlap 1960, Andersen 1978); sin embargo
hay que resaltar que según Dunlap (1960) en Pseudacris regilla la inserción
de este músculo se da en el primer tercio del metatarso IV, diferente a lo
observado para H. labialis en la que es a lo largo de la mitad proximal de
este metatarsiano; asimismo este autor resaltó que en Eleutherodactylus
tubolus (sensu Dunlap 1960) y otros leptodactílidos la inserción ocupa tres
cuartos del metatarso V o más mientras que en E. bogotensis ocupa la
mitad proximal.

Por último, Faivovich (2002) estableció la presencia de los mm.


extensores breves distalis digiti I, II y III para algunas especies de los
géneros Scinax y Smilisca (Hylidae) y también los mm. extensores breves
distalis digiti V para especies de Scinax, Smilisca, Aplastodiscus e Hyla
(Hylidae) pero no se encontraron estos músculos en H. labialis y tampoco en
E. bogotensis, aunque se observó para H. labialis un alargamiento de las
fibras de los mm. extensores breves profundi digiti IV tal y como se mencionó
anteriormente, lo que según Burton (1998b), es funcionalmente similar a los
mm. extensores breves distales digitorum.

5.3.2 Planta
Región superficial
La aponeurosis plantaris descrita para Hyla labialis y para
Eleutherodactylus bogotensis es similar a lo hallado para otras especies
(Gaupp 1896, Dunlap 1960, Andersen 1978, Davies y Burton 1982, Burton
1983), sin embargo no se encontró la lámina que se extiende hacia el
prehallux observada por Dunlap (1960) para las especies que trabajó. El
conjunto de músculos y tendones que se originan de esta aponeurosis en H.
labialis o en E. bogotensis no es igual a lo largo de las especies pero esto
se describe en cada uno de los músculos y tendones del pie.

Aunque en Hyla labialis y en Eleutherodactylus bogotensis no se


encontraron dos cabezas para el m. abductor prehallucis tal y como lo
planteó Dunlap (1960), el origen en estas dos especies es amplio en especial
en H. labialis. El pequeño tamaño de este músculo en H. labialis y E.
bogotensis coincide con lo hallado por Dunlap (1960) para la mayoría de
géneros que estudió y con lo descrito por Davies y Burton (1982) para
Rheobatrachus silus (Leptodactylidae) y por Andersen (1978) para la
mayoría de especies que trabajó incluyendo todas las de Hylidae y
Leptodactylidae excepto Cyclorana australis (Hylidae) y Leptodactylus
pentadactylus (Leptodactylidae) en las cuales observó que su longitud
corresponde a la mitad del tamaño del tarso. También difiere de lo hallado
Burton (1983) para Phrynomantis stictogaster (Microhylidae), en la cual se
extiende a lo largo de la mitad de la longitud del tarso y al contrario de lo que
reportaron Dunlap (1960), Andersen (1978) y Davies y Burton (1982) en P.
sitictogaster se origina directamente del m. plantaris profundus en lugar de
la aponeurosis plantaris (Burton 1983). En cuanto a la inserción no hay
diferencias significativas con las descripciones de Dunlap (1960) y Andersen
(1978).
En conclusión, en Hylidae y Leptodactylidae no se ha encontrado
diferencias en cuanto al lugar de origen y de inserción pero sí en la longitud
que alcanza este músculo en algunas especies de estas familias.

El origen del m. abductor brevis plantaris hallucis hallado en Hyla


labialis y Eleutherodactylus bogotensis es la condición más comúnmente
descrita por Dunlap (1960) y Andersen (1978) salvo en Xenopus laevis
(Pipidae) en la cual tiene lugar en la inserción del m. plantaris profundus
(Dunlap 1960). De otra parte, la fusión con el m. abductor prehallucis en E.
bogotensis e H. labialis la planteó Andersen (1978) como usual y Dunlap
(1960) la observó en Bombina (Bombinatoridae) y Alytes (Discoglossidae),
además este último autor señaló que en Eleutherodactylus, entre otros
géneros, es aparentemente ausente, con respecto a esto, cabe resaltar que
en E. bogotensis es muy pequeño y delgado, difícilmente distinguible del m.
abductor prehallucis.
En Hyla labialis se articula por una parte pinnadamente y por otra
parte con un tendón, similar a lo que reportó Dunlap (1960) para algunos
géneros pero ninguno de Hylidae, no obstante en uno de los machos es
difrente indicando variabilidad intraespecífica. La inserción tendinosa
presente en Eleutherodactylus bogotensis es la más común (Dunlap 1960,
Andersen 1978, Davies y Burton 1982).

En ninguna de las dos especies del presente trabajo se observó el


tendo superficialis prehallucis descrito por Dunlap (1960) y por otra parte
los tendines superficiales hallucis y digiti II en Hyla labialis y
Eleutherodactylus bogotensis, corresponden a las descripciones dadas por
Dunlap (1960) y Andersen (1978) y la bifurcación distal observada para estos
tendones en H. labialis coincide con lo identificado por Duellman (2001) para
las subfamilias Hemiphractinae, Hylinae, Pseudinae Phyllomedusinae
(Hylidae). Igualmente la bifurcación que se observó en H. labialis para los
tendines superficiales pro digiti III, IV y V a nivel de la articulación de la última
y penúltima falange de cada dedo también fue reportado por Duellman
(2001) para las subfamilias mencionadas anteriormente.

En Hyla labialis el origen del tendo superficialis pro digiti III es del
m. flexor digitorum brevis superficialis y de la aponeurosis plantaris similar a
lo descrito para Hyla regilla (Pseudacris regilla) (Hylidae), en la cual el
origen en la aponeurosis plantaris existe pero está pobremente desarrollado
(Dunlap 1960) lo que también corresponde a lo observado en H. labialis. En
otras especies de Hylidae se encontró que el origen tiene lugar sólo del m.
flexor digitorum brevis superficialis en Cyclorana australis, Smilisca
baudinii, Acris crepitans e Hyla faber (Andersen 1978), mientras que en
Phyllomedusa hypocondrialis, Phyllomedusa bicolor y Phachymedusa
dacnicolor es sólo de la aponeurosis plantaris. De esta manera la condición
de origen de este tendón en Hyla labialis no se ha visto frecuentemente en
Hylidae, mientras que en Leptodactylidae este doble origen se describió para
especies de Physalaemus y Leptodactylus entre otros géneros, incluyendo
una especie de Eleutherodactylus -E. tubolus (sensu Dunlap 1960)
(Dunlap 1960, Andersen 1978). Sin embargo, en E. bogotensis el origen es
sólo de la aponeurosis plantaris lo que no se ha reportado antes para
especies de la familia, pero sí se reportó que se da del m. flexor digitorum
brevis superficialis en Atelognathus patagonicus (Andersen 1978) y en
Rheobatrachus silus (Davies y Burton 1982).
Así, diferentes estados de origen se han observado para este tendón y
en otras familias se ha reportado de la aponeurosis plantaris en
Phrynomantis stictogaster (Microhylidae) (Burton 1983) y en especies de
Ascaphidae y Leiopelmatidae entre otras (Dunlap 1960, Andersen 1978) o
también del tendón distal del m. flexor digitorum brevis superficialis como
ocurre en algunas especies que estudió Andersen (1978). En la mayoría de
especies que trabajó Dunlap (1960) así como en especies de
Myobatrachidae, Megopryidae y en Rhinoderma darwinii (Rhinodermatidae)
(Andersen 1978) hay un doble origen, del m. flexor digitorum brevis
superficialis y de la aponeurosis plantaris. Diferente al origen, para la
inserción sólo se ha descrito que es en la última falange tal como resulta en
H. labialis y en E. bogotensis.

Es poco lo que hay que decir de los tendines superficiales pro digiti
IV y pro digiti V pues lo que se estableció tanto para Hyla labialis como
para Eleutherodactylus bogotensises similar a lo hallado para otras
especies (Dunlap 1960, Andersen 1978, Davies y Burton 1982, Burton 1983),
excepto la bifurcaión hallada para Hyla labialis como ya se mencionó.
Según Andersen (1978) en Ascaphus truei (Ascaphidae) y Leiopelma
hochstetteri (Leiopelmatidae) estos tendones se originan de la aponeurosis
plantaris, pero según Dunlap (1960) en estas especies el origen se da del
tendón distal del m. flexor digitorum brevis superficialis, por lo que puede
existir variabilidad intraespecífica para ellas. Cabe anotar que no se ha
planteado otros estados de carácter para los tendines superficiales pro digiti
IV y pro digiti V dentro de Leptodactylidae e Hylidae, diferentes a los
indicados en H. labialis y en E. bogotensis.

El origen del m. lumbricalis longus digiti III hallado en ambas


especies es similar a lo que describió Andersen (1978) pero diferente de lo
que señaló Dunlap (1960), quien describió un segundo origen del margen
distal del m. transversus plantae distalis. Dependiendo de la especie, el tipo
de origen es tendinoso o pinnado (Dunlap 1960, Andersen 1978): el primero
lo señaló Dunlap (1960) para Pipa pipa (Pipidae), Rhinophrynus dorsalis
(Rhinophrynidae) y Centrolene prosoblepon (Centrolenidae), mientras que
Andersen (1978) solamente lo encontró en los hílidos Phyllomedusa
hypocondrialis, P. bicolor, Pachymedusa dacnicolor e Hyla faber y en
Rhinoderma darwinii (Rhinodermatidae). De esta manera el tipo de origen
presente en Hyla labialis y en Eleutherodactylus bogotensis es común en
otras especies de la familia Hylidae pero es un primer reporte para la familia
Leptodactylidae.
En cuanto al lugar de inserción de este músculo no se encontró
diferencia con lo descrito por Dunlap (1960) y Andersen (1978), sin embargo
en algunas especies la inserción se lleva a cabo mediante dos tendones
(Dunlap 1960, Andersen 1978), entre ellas en Leptodactylus
pentadactylus, Telmatobius niger, Caudiverbera caudiverbera y
Atelognathus patagonicus (Leptodactylidae) (Andersen 1978), pero se da
con un tendón en los demás leptodactílidos y en otras especies de los
trabajos de Dunlap (1970) y Andersen (1978) así como en E. bogotensis y
en Phrynomantis stictogaster (Microhylidae) (Burton 1983). Para Hylidae
sólo se ha descrito esta última condición (Dunlap 1960, Andersen 1978)
coincidiendo con lo que se observó en H. labilais.

El lugar y el tipo de origen del m. lumbricalis longus digiti IV es


variable en Leptodactylidae e Hylidae así como en otras familias, según los
estudios de Dunlap (1960), Andersen (1978), Davies y Burton (1982), y
Burton (1983). Lo encontrado en Hyla labialis y en Eleutherodactylus
bogotensis coincide con la descripción de Dunlap (1960) para la mayoría de
especies que observó, pero en Pseudacris regilla (Hylidae), Pipa pipa
(Pipidae), Phyllobates trinitatis (Mannophryne trinitatis) (Dendrobatidae),
Centrolene prosoblepon (Centrolenidae) y Phrynobatrachus
kinangopensis (Petropedetidae) si bien el origen es del tendo superficialis
pro digiti IV, difiere de H. labialis y E. bogotensis en que es tendinoso. En
Rheobatrachus silus (Leptodactylidae) (Davies y Burton 1982), en los
leptodactílidos que trabajó Andersen (1978) y en especies de otras familias
como Myobatrachidae, Rhinophrynidae, Leiopelmatidae, entre otras
(Andersen 1978) el origen es de la aponeurosis plantaris en común con el m.
lumbricalis longissimus digiti IV, condición que Andersen (1978) también
identificó en Cyclorana australis, Phyllomedusa hypocondrialis, P.
bicolor, Pachymedusa dacnicolor e Hyla faber (Hylidae), mientras que en
Smilisca baudinii y Acris crepitans (Hylidae) lo reportó de la aponeurosis
plantaris pero independiente del m. lumbricalis longissimus digiti IV. Otra
condición la reconoció Burton (1983) en Phrynomantis stictogaster
(Microhylidae), en la cual es del tendo superficialis pro digiti IV como ocurre
en H. labialis y E. bogotensis, pero en común con el m. lumbricalis
longissimus digiti IV.
La inserción en ambas especies del presente trabajo es similar a lo
planteado por Dunlap (1960) y Andersen (1978), aunque el primer autor
señaló que en algunas especies (ninguna de Leptodactylidae o Hylidae) se
da mediante dos tendones, lo que posteriormente Davies y Burton (1982)
notaron en Rheobatrachus silus (Leptodactylidae), razón por la cual no es
posible generalizar la inserción con un solo tendón para Leptodactylidae.

El origen del m. lumbricalis longissismus digiti IV en Hyla labialis y


Eleutherodactylus bogotensis es similar a lo que estableció Andersen
(1978) para los hílidos que trabajó excepto para Acris crepitans y no se ha
reportado para ningún otro leptodactílido pero sí en Phrynomantis
stictogaster (Microhylidae) (Burton 1983). Según Dunlap (1960) en casi
todas las especies que examinó, incluyendo hílidos y leptodactílidos, este
músculo se origina del tendo superficialis pro digiti IV pero, a diferencia de H.
labialis y E. bogotensis, ocurre mediante un tendón, mientras que Andersen
(1978) notó que en todos los leptodactílidos, en Acris crepitans (Hylidae) y
en casi todas de las especies (excepto en la mayoría de hílidos y
Rhinophrynus dorsalis) se da en la aponeurosis plantaris generalmente en
común con el m. lumbricalis longus digiti IV tal y como lo identificaron Davies
y Burton (1982) para Rheobatrachus silus (Leptodactílidae). Entonces
tanto para Hylidae como para Leptodactylidae se han mostrado diferentes
lugares y tipos de origen, pero en Hylidae es más frecuente que se lleve a
cabo en el tendo superficialis pro digiti IV.
Andersen (1978) también observó el origen en el tendo superficialis
pro digiti IV en Rhinophrynus dorsalis (Rhinophrynidae) pero Dunlap (1960)
determinó que en ella dicho músculo se encuentra fusionado con el m.
lumbricalis longus digiti IV. Igualmente, Andersen (1978) planteó que en
Leiopelma hochstetteri (Leiopelmatidae) y Ascaphus truei (Ascaphidae)
este músculo se origina de la aponeurosis plantaris mediante un tendón
común con el m. lumbricalis longus digiti IV, diferente al origen carnoso
propuesto por Dunlap (1960) para estas dos especies. De esta manera
puede haber variación intraespecífica en estas tres especies.
La inserción propuesta para las dos especies de este trabajo no
presenta diferencias con otras especies (Dunlap 1960, Andersen 1978)
excepto con algunos leptodactílidos –Megaelosia goeldii, Crossodactylus
gaudichaudii, Physalaemus sachsi (sensu Dunlap 1960)- y en
Limnodynsates peronii (Myobatrachidae) y Helioporus albopunctactus
(Philocryphus albopunctactus) (Myobatrachidae) en los cuales se da con
dos tendones (Dunlap 1960).
El origen del m. lumbricalis longus digiti V sólo se ha mostrado
diferente en Phrynomantis stictogaster (Microhylidae) (Burton 1983)
hallándose en la aponeurosis plantaris de lo contrario, lo que se estableció
para las especies trabajadas por Dunlap (1960), Andersen (1978) y para
Rhobatrachus silus (Leptodactylidae) por Davies y Burton (1982), es
coincidente con Hyla labialis y Eleutherodactylus bogotensis, sin embargo
Dunlap (1960) señaló que el origen es tendinoso y se da en la base del tendo
superficialis pro digiti V, así como lo sostuvo Andersen (1978) para algunas
especies entre ellas Leptodactylus pentadactylus (Leptodactylidae) e Hyla
faber (Hylidae). Opuesto a ello, el origen directo observado en las dos
especies de este trabajo lo reconoció Andersen (1978) para los otros
leptodactílidos e hílidos y también para casi todas las especies y en estas
mismas especies notó que el m. lumbricalis longus digiti V recubre al tendo
superficialis pro digiti V lo que también se identificó en H. labialis y en E.
bogotensis.
El lugar de inserción de este músculo en H. labialis y E. bogotensis
es similar para todas las especies trabajadas por los autores, pero el número
de tendones varía (Dunlap 1960, Andersen 1978, Davies y Burton 1982).
Dunlap (1960) reportó que en Ascaphus truei (Ascaphidae), Philocryphus
albopunctactus (Myobatrachidae) y Elosia nasus (Hylodes nasus)
(Leptodactylidae) se da con dos tendones similar a E. bogotensis, pero en
H. labialis y las otras especies que estudió Dunlap (1960) la inserción es
simple así como describieron Andersen (1978) para las que él examinó y
Davies y Burton (1982) para Rheobatrachus silus (Leptodactylidae). De
manera que en Hylidae no se ha identificado la inserción doble pero en
especies de Leptodactylidae y de otras familias sí ocurre .

Andersen (1978) describió que en la mayoría de las especies que


trabajó el m. lumbricalis brevis hallucis es más agudo distalmente que en
la base; de igual manera Davies y Burton (1982) señalaron esta condición
para Rheobatrachus silus (Leptodactylidae), ocurriendo similarmente en
Hyla labialis y Eleutherodactylus bogotensis, por lo demás tampoco
existen diferencias con lo descrito por Dunlap (1960) y Andersen (1978),
excepto en que el tipo de inserción reportado por Dunlap (1960) es pinnado,
mientras que en H. labialis y E. bogotensis es tendinoso similar a lo
observado por Andersen (1978).

En Hyla labialis y Eleutherodactylus bogotensis el m. lumbricalis


brevis digiti II es un solo músculo, sin embargo en especies de
Leptodactylidae como Leptodactylus albilabris (Dunlap 1960),
Leptodactylus pentadactylus (Andersen 1978) y Rheobatrachus silus
(Davies y Burton 1982) presenta dos cabezas, lo que no se ha reportado
para Hylidae pero sí para especies de Ascaphidae, Myobatrachidae (Dunlap
1960) y Pipidae (Andersen 1978).
Según Dunlap (1960) el origen de este músculo ocurre por una parte
en la base del tendo superficialis hallucis y por otra parte con un tendón
relacionado con el m. transversus plantae proximalis, diferente a lo descrito
por Andersen (1978) para todas las especies de su trabajo y por Davies y
Burton (1982) para R. silus (Leptodactylidae) en las cuales el origen sólo es
de la aponeurosis plantaris, tal y como sucede en H. labialis y E.
bogotensis. En estas dos especies el origen resulta cercano al m.
transversus plantae distalis mas no al m. transversus plantae proximalis
como lo señaló Dunlap (1960).
La inserción en la falange proximal es la más común (Dunlap 1960,
Andersen 1978, Davies y Burton 1982), aunque el tipo de inserción puede
ser carnoso (Dunlap 1960) o tendinoso (Andersen 1978, Davies y Burton
1982) correspondiendo este último a lo hallado en H. labialis y E.
bogotensis. En Philocryphus albopunctactus (Leptodactylidae) existen
dos cabezas como ya se mencionó y una de ellas se inserta en la
articulación falange 1- falange 2, siendo la única variación para el lugar de
inserción para todas las especies estudiadas hasta el momento.

El origen del m. lumbricalis brevis digiti III en la aponeurosis


plantaris presente en Hyla labialis y en Eleutherodactylus bogotensis es
frecuente en especies de diferentes familias (Dunlap 1960, Andersen 1978,
Burton 1983), no obstante según Dunlap (1960) existe un segundo origen del
margen distal del m. transversus plantae proximalis. El tipo de origen puede
ser pinnado o tendinoso (Dunlap 1960, Andersen 1978, Burton 1983) pero
cabe resaltar que al igual que en H. labialis y E. bogotensis, en los hílidos y
otras especies que estudió Andersen (1978) el origen es tendinoso. El lugar
de inserción es similar en todas las especies trabajadas por Dunlap (1960) y
Andersen (1978) excepto en Pipa pipa (Pipidae) en la que es en el
metatarso III, pero contrario a H. labialis y E. bogotensis es carnosa en las
especies reportadas por Dunlap (1960) y por otra parte en Rhinophrynus
dorsalis (Rhinophrynidae) ocurre mediante dos tendones. De esta manera,
la inserción observada en las especies del presente trabajo no es la única
condición encontrándose también en las especies examinadas por Andersen
(1978), en Rheobatrachus silus (Leptodactylidae) (Davies y Burton 1982) y
en Phrynomnatis stictogaster (Microhylidae) (Burton 1983).

El punto de origen de la cabeza interna de los mm. lumbricales


breves digiti IV en H. labialis y en E. bogotensis es coincidente con los
reportes para las especies estudiadas por Dunlap (1960) y Andersen (1978)
y para Rheobatrachus silus (Leptodactylidae) (Davies y Burton 1982) y
Phrynomantis stictogaster (Microhylidae) (Burton 1983), sin embargo en H.
labialis existe una condición no descrita antes: el origen es común con el m.
lumbricalis longus digiti III.
De otra parte la cabeza externa de los mm. lumbricales breves digiti
IV en E. bogotensis se origina en el cartílago plantar similar a lo que sucede
en Eleutherodactylus tubolus (sensu Dunlap 1960), Leptodactylus
albilabris (Leptodactylidae) y otras especies de las familias Polipedatidae
(Racophoridae), Microhylidae, Ranidae, Centrolenidae e Hylidae (Dunlap
1960). Andersen (1978) también lo identificó así en todas las especies y
además notó que en Telmatobius niger, Caudiverbera caudiverbera,
Physalaemus pustulosus (Leptdactylidae) y en especies de
Myobatrachidae y Bufonidae entre otras familias el origen es común con la
cabeza interna de los mm. lumbricales breves digiti V al igual que en E.
bogotensis, no obstante en otros leptodactílidos como Atelognathus
patagonicus, Leptodactylus pentadactylus, L. melanonotus (Andersen
1978) y Rheobatrachus silus (Davies y Burton 1982) es independiente y en
Hylodes nasus, Megaelosia goeldii, Crossodactylus gaudichaudii y
Physalaemus sachsi (sensu Dunlap 1960) tiene lugar en la aponeurosis
plantaris.
Contrario a E. bogotensis, el origen presentado por H. labialis no se
ha reportado hasta el momento en Hylidae, pues si bien en los hílidos
examinados por Andersen (1978) salvo Hyla faber, el origen también es
compartido con la cabeza interna de los mm. lumbricales breves digiti V, en
estas especies así como en Pseudacris regilla (Hylidae) (Dunlap 1960), el
origen se da en el cartílago plantar diferente a H. labialis.
En especies de otras familias como Bufonidae, Myobatrachidae
(Dunlap 1960) Microhylidae (Burton 1983) el origen se da en la aponeurosis
plantaris mientras que en especies de Ascaphidae, Leiopelmatidae,
Discoglossidae y Pipidae entre otros, ocurre en el tendo superficialis pro digiti
IV (Dunlap 1960).
No se encontraron diferencias significativas para la inserción de los
mm. lumbricales breves digiti IV excepto que en Rana catesbeiana y R.
pipiens se da en la articulación falange 1-falange 2 y en Pipa pipa (Pipidae)
en la cual es en el metatarso IV (Dunlap 1960).
El origen de la cabeza interna de los mm. lumbricales breves digiti V
identificado para Eleutherodactylus bogotensis es común a lo largo de las
diferentes familias (Dunlap 1960, Andersen 1978, Davies y Burton 1982),
aunque también se ha encontrado el origen en la aponeurosis plantaris para
especies de los géneros Discoglossus, Alytes (Discoglossidae) y Bombina
(Bombinatoridae) (Dunlap 1960), mientras que en Pelobates syriacus
(Pelobatidae) y Megophrys monticola (Megophrys montana)
(Megophryidae) se da en un tarso distal (Andersen 1978) y en Phrynomantis
stictogaster (Microhylidae) es en el tendo superficialis pro digiti V (Burton
1983). Según Dunlap (1960) el origen en el metatarso V ocurre en algunos
leptodactílidos como Hylodes nasus, Megaelosia goeldii y Physalaemus
sachsi (sensu Dunlap 1960) pero en otros es similar a E. bogotensis así
como lo sustentó Andersen (1978) para especies de esta familia y Davies y
Burton (1982) para Rheobatrachus silus (Leptodactylidae). Es diferente en
el caso de Hyla labialis pues dentro de Hylidae no se ha descrito el origen
en la aponeurosis plantaris el cual, como se mencionó anteriormente, fue
identificado por Dunlap (1960) en algunas especies de otras familias, pero no
es una condición frecuente según los resultados de los autores (Dunlap
1960, Andersen 1978, Davies y Burton 1982, Burton 1983).
De otra parte, la presencia de dos partes para la cabeza interna de los
mm. lumbricales breves digiti V reconocidas en E. bogotensis y en H.
labialis fue señalada por Andersen (1978) en algunas especies, entre ellas
Telmatobius niger, Atelognathus patagonicus (Leptodactylidae) y los
hílidos (excepto Acris crepitans) pero no reportó en ellas el origen común
con la cabeza externa de los mm. lumbricales breves digiti IV; dicho origen
común sólo es similar en Ascaphus truei (Ascaphidae) y Leiopelma
hochsetteri (Leiopelmatidae) (Dunlap 1960).
Por último, dentro de Hylidae la inserción de la cabeza interna de los
m. lumbricales breves digiti V es diferente a H. labialis en Acris crepitans,
Smilisca baudinii, Phyllomedusa hypocondrialis, P. bicolor y
Pachymedusa dacnicolor, pues en ellas tiene lugar en el metatarso V
(Andersen 1978); así mismo, dentro de Leptodactylidae la inserción en la
falange 1 establecida para Telmatobius niger, Atelognathus patagonicus
(Andersen 1978) y Rheobatrachus silus (Davies y Burton 1982) difiere de E.
bogotensis.
Según los resultados obtenidos por los diferentes autores (Dunlap
1960, Andersen 1978, Davies y Burton 1982, Burton 1983) el origen y la
inserción de la cabeza externa de los mm. lumbricales breves digiti V no
es tan variable como la cabeza interna. Al igual que la cabeza interna, es
común que el origen de la cabeza externa se lleve a cabo en el cartílago
plantar (Dunlap 1960, Andersen 1978, Davies y Burton 1982) tal y como
ocurre en E. bogotensis y dentro de Leptodactylidae sólo se ha estimado
distinto en Hylodes nasus, Megaelosia goeldii y Physalaemus sachsi
(sensu Dunlap 1960) originándose en el metatarso V. Hyla labialis posee
una condición diferente para el lugar de origen que es similar en algunas
especies de otras familias como Ascaphidae, Leiopelmatidae,
Discoglossidae, Bombinatoridae y Pipidae (Dunlap 1960) así como en
Phrynomantis stictogaster (Microhylidae) (Burton 1983), pero no se ha
indicado en otros hílidos, encontrando que en Hylidae sólo se había
reconocido el origen en el cartílago plantar.
La inserción de la cabeza externa de los mm. lumbricales breves digiti
V en H. labialis y en E. bogotensis no presentó diferencias significativas
con respecto a lo anotado por los autores (Dunlap1960, Andersen 1978,
Davies y Burton 1982) pero cabe resaltar que según Andersen (1978) en
Caudiverbera caudiverbera (Leptodactylidae), así como en otras especies,
la inserción se da parcialmente en la falange 1 del dedo V y parcialmente en
el metatarso V y en otras como Ascaphus truei (Ascaphidae), Leiopelma
hochstetteri (Leiopelmatidae) y Heleophryne natalensis (Heleophrynidae)
es en el metatarso V (Andersen 1978).
Poco hay que decir del m. abductor brevis plantaris digiti V pues
tanto el lugar de origen como de inserción permanecen constantes en las
especies (Dunlap 1960, Andersen 1978, Davies y Burton 1982, Burton 1983).
No obstante cabe resaltar que mientras en Hyla labialis, Eleutherodactylus
bogotensis y casi todas las especies que estudió Dunlap (1960) el origen es
tendinoso, en Leiopelmatidae, Discoglossidae, Xenopus (Pipidae),
Scaphiopus (Spea) (Pelobatidae) (Dunlap 1960) y en todas las que trabajó
Andersen (1978) es directo o peniforme. La inserción identificada para H.
labialis y E. bogotensis es coincidente con lo planteado para
Rheobatrachus silus (Davies y Burton 1982), Phrynomantis stictogaster
(Burton 1983) y las especies de los trabajos de Dunlap (1960) y Andersen
(1978) excepto Leptodactylus melanonotus, Telmatobius niger,
Physalaemus pustulosus (Leptodactylidae), algunas de Myobatrachidae
(Andersen 1978) y Microhylidae (Dunlap 1960, Andersen 1978) en las cuales
ocupa sólo la región proximal (Andersen 1978). Según Dunlap (1960) en
Ascaphus truei (Ascaphidae) y Leiopelma hochstetteri (Leiopelmatidae)
este músculo se articula en el metatarso V proximalmente, pero Andersen
(1978) anotó que en estas dos especies se fusiona con el m. lumbricalis
brevis digiti V, notándolo también en otras especies pero ninguna
perteneciente a Hylidae o Leptodactylidae. Cabe resaltar que en un macho
de Hyla labialis este músculo no alcanza el extremo distal del metatarso V,
diferente a lo presentado por los otros ejemplares por lo cual la longitud que
ocupa la inserción de este músculo a lo largo del metatarso V esta sujeto a
variación intraespecífica en H. labialis.

El origen y la inserción de los mm. interphalangeales digiti III y V y


los mm. interphalangeales proximalis y distalis digiti IV no presentaron
diferencias significativas con lo reportado por los autores pero el número de
cabezas de cada músculo varía entre especies (Dunlap 1960, Andersen
1978, Davies y Burton 1982, Burton 1983). En Hylidae y Leptodactylidae se
han reconocido diferentes condiciones para estos cuatro músculos
encontrando que en Hyla labialis los mm. interphalangeales digiti III, V y
proximalis digiti IV coinciden con lo hallado en Cyclorarna australis,
Smilisca baudinii, Pachymedusa dacnicolor e Hyla faber (Hylidae)
(Andersen 1978), pero en Pseudacris regilla (Hylidae) las cabezas de cada
músculo se fusionan cerca al punto de inserción (Dunlap 1960) mientras que
en Acris crepitans (Hylidae) consisten en un sólo músculo. Los mm.
interphalangeales digiti V y proximalis digiti IV en Phylomedusa
hypocondrialis, P. bicolor es similar a Hyla labialis pero el m.
interphalangealis digiti III es uno solo (Dunlap 1960) contrario a lo planteado
para Hyla labialis. Asimismo dentro de Leptodactylidae la condición doble
tanto del mm. interphalangeales digiti III y V como de los mm.
interphalangeales proximalis digiti IV identificada para Eleutherodactylus
bogotensis es similar en Hylodes nasus, Megaelosia goeldii,
Telmatobius niger (Andersen 1978) y en Rheobatrachus silus (Davies y
Burton 1982) pero es diferente en Eleutherodactylus tubolus (sensu
Dunlap 1960), Crossodactylus gaudichaudii, Physalaemus sachsi (sensu
Dunlap 1960), Leptodactylus albilabris en las que hay fusión parcial de las
cabezas para cada músculo (Dunlap 1960) y en L. pentadactylus, L.
melanonotus, Caudiverbera caudiverbera, P. pustulosus y Atelognathus
patagonicus en las cuales es un solo músculo (Andersen 1978).
Los mm. interphalangeales distalis digiti IV en Hyla labialis y
Eleutherodactylus bogotensis son similares a los otros mm.
interphalangeales digitorum en cuanto al número de cabezas, coincidiendo
con lo descrito para los mm. interphalangeales distalis digiti IV en los
leptodactílidos Hylodes nasus, Megaelosia goeldii (Dunlap 1960) y
Physalaemus pustulosus (Andersen 1978), pero en los otros leptodactílidos
que estudiaron Dunlap (1960) y Andersen (1978) las cabezas están
parcialmente fusionadas o consiste en un solo músculo. La ausencia de este
músculo se reportó en una especie de Leptodactylidae -Rheobatrachus
silus (Davies y Burton 1982) y según Andersen (1978) se presenta en
algunas especies de otras familias pero no en Hylidae. Dentro de Hylidae, la
disposición de las cabezas de este músculo es similar a Hyla labialis en
Cyclorana australis, Smilisca baudinii e Hyla faber (Andersen 1978),
mientras que en Pseudacris regilla se fusionan cerca al punto de inserción
(Dunlap 1960) y en Acris crepitans, Phyllomedusa hypocondrialis, P.
bicolor y Pachymedusa dacnicolor es un solo músculo (Andersen 1978).

Región profunda
No se encontró diferencias significativas para el origen del m.
plantaris profundus en ninguna de las dos especies del presente trabajo
con respecto a lo propuesto por Gaupp (1896) para Rana esculenta
(Ranidae), por Dunlap (1960) y Andersen (1978) para las especies que
trabajaron excepto Gastrophryne olivacea (Microhylidae) en la que
Andersen (1978) encontró dos cabezas de origen; asimismo la inserción
descrita para Hyla labialis y Eleutherodactylus bogotensis es similar a lo
planteado por dichos autores pero no coincide con la inserción en el
prehallux hallada para Phrynomantis stictogaster (Microhylidae) (Burton
1983). Tampoco se encontró en H. labialis ni en E. bogotensis fibras de
este músculo compartidas con el m. flexor digitorum brevis superficialis o con
el m. tarsalis posticus, condiciones reportadas para algunos leptodactílidos -
Leptodactylus melanonotus, Telmatobius niger, Caudiverbera
caudiverbera (Andersen 1978)– también para Phrynomantis stictogaster
(Microhylidae) (Burton (1983) y especies de Bufonidae, Discoglossidae,
Leiopelmatidae entre otras familias (Andersen 1978).

Tampoco se encontró diferencias significativas para el origen del m.


flexor digitorum brevis superficialis indicado para Hyla labialis y para
Eleutherodactylus bogotensis con respecto a lo que reportaron Gaupp
(1896), Dunlap (1960), Andersen (1978) y Davies y Burton (1982). De otra
parte no se encontró en ninguna de las dos especies las fibras compartidas
con el m. tarsalis posticus y con el m. plantaris profundus que Burton (1983)
reconoció en Phrynomantis stictogaster (Microhylidae). En cuanto a la
inserción, la condición más común es que este músculo de lugar a los
tendines superficialis pro digiti III, IV y V o algunos de éstos tal y como se
presenta en H. labialis y en E. bogotensis, lo cual se discute con más
detalle posteriormente.

El origen del m. tarsalis posticus en el ligamento calcanei hallado


tanto en Hyla labialis como en Eleutherodactylus bogotensis es
coincidente con lo estimado por Gaupp (1896), Dunlap (1960) y Andersen
(1978), no obstante según los resultados obtenidos por Andersen (1978) y
Davies y Burton (1982) la posición respecto al m. plantaris profundus no es
igual entre especies, tal como sucede entre H. labialis y E. bogotensis. Por
su parte, Dunlap (1960) sostiene que este músculo se origina en común con
el m. tarsalis posticus, condición reportada posteriormente por Burton (1983)
para Phrynomantis stictogaster (Microhylidae) pero que no se observó en
H. labialis ni en E. bogotensis.
La posición de origen dorsal respecto al m. plantaris profundus notado
en H. labialis es similar a los hílidos trabajados por Andersen (1978) así
como con especies de otras familias como Myobatrachidae, Pipidae,
Bufonidae, Dendrobatidae entre otras (Andersen 1978). Por otra parte el
origen medial con respecto al m. plantaris profundus identificado en E.
bogotensis es común con la descripción dada para Physalaemus
pustulosus (Leptodactylidae) (Andersen 1978), pero difiere de casi todos los
leptodactílidos que estudió Andersen (1978) y de Rheobatrachus silus
(Leptodactylidae) (Davies y Burton 1982) en los que el origen es dorsal al m.
plantaris profundus. La inserción del m. tarsalis posticus señalada para
ambas especies es la condición más común y difiere de Cyclorana
australis, Smilisca baudinii, Acris crepitans (Hylidae), Limndinastes
fletcheri (Myobatrachidae) y Pseudis paradoxus (Pseudidae) en las cuales
la inserción no ocupa gran parte de la longitud del tibiale sino solamente el
cóndilo distal de éste (Andersen 1978), también es diferente a
Phrynomantis stictogaster (Microhylidae) en la que la inserción es doble y
en común con el m. tarsalis anticus (Burton 1983). Cabe resaltar dos
aspectos, el primero que mientras que para Hylidae se ha encontrado
distintos estados de carácter para la inserción de este músculo, dentro de
Leptodactylidae no se ha registrado otros estados de carácter diferentes al
observado en Eleutherodactylus bogotensis y el segundo es que teniendo
en cuenta tanto origen como inserción, los hílidos en los que el m. tarsalis
posticus es similar a Hyla labialis son Phyllomedusa hypocondrialis, P.
bicolor, Pachymedusa dacnicolor e Hyla faber.

Poco hay que decir del m. transverus plantae proximalis pues lo


que se identificó para Hyla labialis y Eleutherodactylus bogotensis es
similar a lo que reconocieron en sus trabajos Dunlap (1960) y Andersen
(1978) para las especies trabajadas, Davies y Burton (1982) en
Rheobatrachus silus (Leptodactylidae) y Burton (1983) para Phrynomantis
stictogaster (Microhylidae).
En cuanto al m. transversus plantae distalis hay que resaltar que
dentro de Hylidae el origen hallado para Hyla labialis es similar a
Pseudacris regilla (Dunlap 1960) mientras que en otros hílidos se ha
reconocido el origen de este músculo en el cartílago plantar (Andersen
1978). El origen del m. transversus plantae distalis estimado para
Eleutherodactylus bogotensis es la condición más común, identificada en
la mayoría de especies trabajadas por Dunlap (1960) y Andersen (1978), en
Rheobatrachus silus (Leptodactylidae) (Davies y Burton 1982) y en
Phrynomantis stictogaster (Microhylidae) (Burton 1983) y dentro de
Leptodactylidae sólo una especies presenta una condición diferente al origen
en el cartílago plantar, L. pentadactylus en la que se da en el fibulare.
Para la inserción de este músculo no se encontró diferencias entre H.
labialis y E. bogotensis con lo planteado para otras especies (Dunlap 1960,
Andersn 1978, Davies y Burton 1983).

El origen del m. intertarsalis identificado para Hyla labialis coincide


con lo que estimó Dunlap (1960) para Pseudacris regilla pero difiere de lo
que anotó Andersen (1978), quien describió para hílidos, leptodactílidos y
para la mayoría de especies que el origen abarca la mayor parte del tibiale y
del fibulare. El origen descrito para Eleutherodactylus bogotensis es
similar a lo que reportaron Dunlap (1960) y Andersen (1978) para la mayoría
de especies trabajadas y Davies y Burton (1982) para Rheobatrachus silus
(1982). Tendiendo en cuenta lo anterior para Hylidae se ha señalado dos
condiciones de origen mientras que para Leptodactylidae no se ha
encontrado otra diferente a la presentada por E. bogotensis. También se ha
identificado otros estados de carácter para el origen en diferentes familias
como el origen de este músculo exclusivamente en el fibulare en especies de
Bufonidae, Discoglossidae, Rhinophrynidae y Ascaphidae (Dunlap 1960,
Andersen 1978), así como en el fibulare y ulnare para Phrynomantis
stictogaster (Microhylidae) (Burton 1983), pero la inserción que se
estableció para H. labialis y E. bogotensis es la condición más comúnmente
descrita (Dunlap 1960, Andersen 1978).

Todos los hílidos que trabajó Andersen (1978) presentaron el origen


del m. opponens hallucis en un elemento tarsiano a nivel de la base del
metatarso I, coincidiendo con el origen en el tarso distal 1 identificado en
Hyla labialis, pero Pseudacris regilla además existe un segundo origen del
elemento Y (Dunlap 1960), por lo cual en Hylidae es común el origen en un
tarso distal aunque puede no ser la única condición de origen. De manera
semejante, en Leptodactylidae sólo en las especies Leptodactylus
melanonotus (Andersen 1978) y Rheobatrachus silus (Davies y Burton
1982) el origen tiene lugar en el elemento Y y en Physalaemus sachsi
(sensu Dunlap 1960) ocupa tanto el elemento Y como un tarso distal,
diferente a lo hallado en otros leptodactílidos en los que el origen es sólo en
un tarso distal (Dunlap 1960, Andersen 1978). Así, el origen en el metatarso
II para Eleutherodactylus bogotensis no se ha descrito antes pues en
especies de otras familias ocurre bien sea en un elemento tarsiano como es
usual –Ascaphidae, Discoglossidae, Myobatrachidae, Pipidae, Bufonidae,
Leiopelmatidae, Ranidae (Dunlap 1960, Andersen 1978), Microhylidae
(Andersen 1978, Burton 1983) entre otras familias- en el elemento Y o bien
en ambas estructuras – Bufonidae (Dunlap 1960, Andersen 1978),
Centrolenidae, Dendrobates (Dunlap 1960) Pelobatidae, Megophryidae,
(Andersen 1978)- no existiendo reportes de otros lugares de origen.
Por otra parte, Dunlap (1960) señaló que en Eleutherodactylus
tubolus (sensu Dunlap 1960) el m. opponens hallucis no está bien
diferenciado del m. contrahentis digiti I, pero esto no sucede en
Eleutherodactylus bogotensis pues en ella sí se observan dos músculos
diferentes.
Dunlap (1960) describió que este músculo limita con el borde interno
del m. contrahentis digiti I y que es cubierto por el m. lumbricalis brevis
hallucis, similar a lo hallado en Hyla labialis pero diferente en E.
bogotensis, pues en esta especie es el m. opponens hallucis el que cubre al
m. contrahentis digit I; además la inserción a lo largo del metatarso I común
en las especies estudiadas por Dunlap (1960), Andersen (1978) y Burton
(1983) y que se reportó en Hyla labialis, no coincide con la articulación en
la falange 1 para E. bogotensis. De esta manera, el m. opponens hallucis
en E. bogotensis no es común tendiendo en cuenta tanto el origen como la
inserción y posición del mismo.

Según Dunlap (1960) existe en anuros un conjunto de músculos


llamados mm. contrahentes digitorum que se originan en los tarsianos
distales y se insertan en la articulación metatarso-falange de cada dedo y en
el caso del dedo V a lo largo de todo el metatarso V. Este autor también
reportó los mm. flexores teretes digitorum, que tienen su origen en los
metatarsos y la inserción en la base de la falange proximal correspondiente,
sosteniendo que son músculos diferentes a los mm. contrahentis digitorum y
que existen ambos músculos en algunos dedos.
Dunlap (1960) no encontró el m. flexor teres hallucis y sugirió que el
m. flexor teres hallucis que Gaupp (1896) describió es el m. contrahentis digiti
I debido a su lugar de origen, sin embargo ningún otro autor ha reportado
alguno o algunos mm. contrahentes digitorum o no tuvieron en cuenta el
origen para diferenciarlo del m. flexor teres hallucis, pues Andersen (1978) y
Davies y Burton (1982) encontraron un músculo del dedo I que presentó su
origen en un tarso distal -descripción que corresponde al m. contrahentis
digiti I de Dunlap (1960)- y no en un metatarsiano, pero ellos lo llamaron m.
flexor teres hallucis. De esta manera sería posible tener una sinonimia entre
el m. flexor teres hallucis y el m. contrahentis digiti I, pero Andersen (1978),
Burton (1983) y el mismo Dunlap (1960) hallaron en otras especies que el m.
contrahentis digiti I se origina en los metatarsianos u otras estructuras, razón
por la cual es difícil hablar de una sinonimia para este músculo pues el lugar
de origen no siempre es en un tarso distal.

Debido a que en Hyla labialis y en Eleutherodactylus bogotensis el


músculo cuya ubicación corresponde al m. flexor teres hallucis se origina en
los tarsos distales y no en los metatarsos se identificó como m. contrahentis
digiti I en lugar de m. flexor teres hallucis. Como ya se mencionó, sólo
Dunlap (1960) describió el m. contrahentis digiti I encontrándolo en todas las
especies que estudió excepto en Scaphiopus hammondi (Spea
hammondi) (Pelobatidae) y señaló su origen en el tarso distal 2 o tarso distal
2-3 para la mayoría de especies que trabajó incluyendo todos las especies
de Leptodactylidae excepto Hylodes nasus y Megaelosia goeldii en las
cuales ocurre en un metatarsiano. Entonces, el origen hallado en E.
bogotensis es similar a lo que propuso Dunlap (1960) como condición
común en muchas especies, mientras que el origen en el tarso distal 1 que
se observó en Hyla labialis sólo lo reportó para Pseudacris regilla (Hylidae)
y Centrolene prosoblepon (Centrolenidae). No obstante en H. labialis este
músculo tiene otra cabeza más profunda con forma de abanico que se
origina en el metatarso I y presenta una inserción común con la cabeza más
superficial, pero ya que el macho MUJ-620 no presentó la cabeza profunda la
condición doble esta sujeta a variación intraespecífica en H. labialis. Esta
cabeza profunda no la describió Dunlap (1960) para ninguna especie y
tampoco se ha reportado como parte del m. flexor teres hallucis o como
músculo independiente en las especies trabajadas por otros autores
(Andersen 1978, Davies y Burton 1982, Burton 1983). En Pipa pipa
(Pipidae), además del origen en el tarso distal 2, hay un segundo origen,
pero no es del metatarso I sino del m. plantaris profundus (Dunlap 1960).
Respecto a la inserción no hay diferencias significativas con lo planteado por
Dunlap (1960), sólo que en Eleutherodactylus bogotensis algunas fibras
también se articulan a lo largo del metatarso I, lo que no fue descrito por este
autor.

Aunque Dunlap (1960) identificó el m. contrahentis digiti II en


Leiopelma hochstetteri (Leiopelmatidae), Discoglossus pictus
(Discoglossidae), Bombina bombina, B. pachypus (Bombinatoridae),
Xenopus laevis, Pipa pipa (Pipidae) y Megophrys montana (Pelobatidae),
y ausente en las especies de Hylidae y Leptodactylidae que trabajó, tanto en
Hyla labialis como en Eleutherodactylus bogotensis está presente; por lo
que el m. contrahentis digiti II sería un nuevo reporte para estas dos familias.
Si bien Andersen (1978) también trabajó con Leiopelma hochstetteri
(Leiopelmatidae), Discoglossus pictus (Discoglossidae) y Xenopus laevis
(Pipidae), no reportó en ellos la presencia del m. contrahentis digiti II y
tampoco aparece en sus descripciones un músculo que corresponda con lo
planteado por Dunlap (1960). Quizá puede entonces existir variabilidad
intraespecífica para dichas especies y teniendo en cuenta que en un
ejemplar de Hyla labialis no se encontró este músculo y que en algunos
ejemplares de Eleutherodactylus bogotensis es ausente en un pie,
también en estas dos especies hay variabilidad no sólo intraespecífica sino
también en un mismo individuo en el caso de E. bogotensis. En cuanto a su
origen e inserción para ambas especies, no hay diferencias significativas con
lo propuesto por Dunlap (1960).

En Eleutherodactylus bogotensis el origen del m. flexor ossis


metatarsi digiti II es en el tarso distal 2-3 similar a Telmatobius niger,
Caudiverbera caudiverbera, Physalaemus pustulosus y Atelognathus
patagonicus (Leptodactylidae) en las cuales Andersen (1978) también lo
reconoció en un elemento tarsiano distal, reportándolo también para algunas
especies de otras familias como Pseudidae, Dendrobatidae, Hylidae,
Leiopelmatidae, Ascaphidae y Discoglossidae. En los leptodactílidos que
estudió Dunlap (1960), en Leptodactylus pentadactylus, L. melanonotus
(Leptodactylidae) (Andersen 1978) y Rheobatrachus silus (Leptodactylidae)
(Davies y Burton 1982) el origen se lleva a cabo en el extremo distal del
fibulare, así como ocurre en la mayoría de especies de los trabajos de
Dunlap (1960), Andersen (1978) y en Phrynomantis stictogaster
(Microhylidae) (Burton 1983). Dentro de Hylidae el origen de este músculo
es similar a Hyla labialis en Pseudacris regilla (Dunlap 1960), Smilisca
baudinii, Acris crepitans y Phyllomedusa hypocondrialis, pero en P.
bicolor, Pachymedusa dacnicolor, Cyclorana australis e Hyla faber es en
un elemento tarsiano distal (Andersen 1978). Es así que dentro de
Leptodactylidae e Hylidae existen dos estados reportados hasta el momento
para el origen del m. flexor ossis metatarsi digiti II: en el extremo distal del
fibulare y en un elemento tarsal distal, pero este último no es común en las
especies estudiadas. Dunlap (1960) señaló que en Ascaphus truei
(Ascaphidae) y Leiopelma hochstetteri (Leiopelmatidae) este músculo tiene
lugar en el metatarso III, pero Andersen (1978) lo identificó en un elemento
tarsiano distal en estas dos especies. De igual manera, Dunlap (1960)
planteó que en Xenopus laevis (Pipidae) se origina en el metatarso V
mientras Andersen (1978) lo describió en el fibulare. Teniendo en cuenta lo
anterior podría existir variabilidad intraespecífica para el origen de este
músculo en A. truei (Ascaphidae), L. hochstetteri (Leiopelmatidae) y X.
laevis (Pipidae).
La inserción del m. flexor ossis metatarsi digit II en el metatarso II
presente en Hyla labialis y Eleutherodactylus bogotensis coincide con lo
encontrado por Dunlap (1960), Andersen (1978), Davies y Burton (1982) y
Burton (1983), pero cabe resaltar que en algunas especies del estudio de
Dunlap (1960) hay dos cabezas de inserción, sin embargo sólo lo reportó en
una de las especies de Leptodactylidae –Leptodactylus albilabris- y en
ninguna de Hylidae. Andersen (1978) discriminó la inserción de acuerdo a la
longitud que ocupa en el metatarso II, de acuerdo a ello lo hallado en H.
labilais y E. bogotensis es similar en Rhinophrynus dorsalis
(Rhinophrynidae) y Osornophryne bufoniformis (Bufonidae) y diferente a
todos los leptodactílidos e hílidos que trabajó pues en éstos ocupa toda la
longitud del metatarso II.

El lugar de origen del m. flexor ossis metatarsi digiti III en Hyla


labialis y Eleutherodactylus bogotensis coincide con las descripciones de
Dunlap (1960), de Davies y Burton (1982) para Rheobatrachus silus
(Leptodactylidae) y de Burton (1983) para Phrynomantis stictogaster
(Microhylidae). Andersen (1978) halló lo mismo para casi todas las especies,
pero en Caudiverbera caudiverbera, Physalaemus pustulosus,
Atelognathus patagonicus (Leptodactylidae) y en otras pocas especies de
diferentes familias lo identificó de un tarso distal, de manera que para
Leptodactylidae se han encontrado estos dos estados de carácter para el
lugar de origen del m. flexor ossis metatarsi digiti III.
Según Dunlap (1960), en Ascaphus truei (Ascaphidae) y Leiopelma
hochstetteri (Leiopelmatidae) el origen ocurre en un metatarsiano, pero
Andersen (1978) reportó para estas especies otros lugares de origen, lo cual
indica variabilidad intraespecífica en las mismas.
La inserción para el m. flexor ossis metatarsi digiti III observada en H.
labialis y E. bogotensis es similar a lo que se ha encontrado en otras
especies (Dunlap 1960, Andersen 1978, Davies y Burton 1982, Burton 1983),
pero difiere de la inserción doble que presentó Dunlap (1960).

El origen del m. flexor ossis metatarsi digiti IV más frecuentemente


descrito es en el extremo distal del fibulare (Dunlap 1960, Andersen 1978,
Davies y Burton 1982, Burton 1983) coincidiendo con lo que se estableció
para Hyla labialis y Eleutherodactylus bogotensis y teniendo en cuenta lo
que planteó Dunlap (1960) sólo es diferente en Ascaphus truei
(Ascaphidae) y Leiopelma hochstetteri (Leiopelmatidae) dándose en la
base del metatarso V, pero Andersen (1978) lo identificó en el fibulare en
estas dos especies. De otra parte el origen común los mm. flexores ossei
metatarsi digiti II y III presente en H. labialis es similar a lo que anotó Dunlap
(1960) y a lo que reconoció Andersen (1978) para hílidos, Rana blairi
(Ranidae) y Centrolenella prosoblepon (Centrolene prosoblepon)
(Centrolenidae) encontrando usualmente para Hylidae el origen común,
aunque según Andersen (1978) sólo es compartido con el m. flexor ossis
metatrarsi del dedo III y no del dedo II. En cuanto a Leptodactylidae, ni
Andersen (1978) ni Davies y Burton (1982) reportaron el origen común para
estas especies, pero Dunlap (1960) sí lo halló en los leptodactílidos que
trabajó.
La inserción de este músculo en H. labialis y en E. bogotensis es
similar a lo reportado por los autores (Dunlap 1960, Andersen 1978, Davies y
Burton 1982, Burton 1983) pero la longitud que ocupa a lo largo del
metatarso IV es diferente en las especies, hallando que en Rheobatrachus
silus (Davies y Burton 1982), Atelognathus patagonicus (Leptodactylidae)
y en algunas especies de otras familias (Andersen 1978) se da igual que en
E. bogotensis, mientras que lo observado en H. labialis es diferente a otros
hílidos (Andersen 1978). Es importante resaltar que Dunlap (1960)
estableció la inserción como dorsal al m. transversus metatarsus 4 y en
algunos casos con dos cabezas, una ventral y otra dorsal a dicho músculo,
similar a lo descrito en H. labialis, pero diferente a lo señalado en E.
bogotensis.

El m. flexor teres hallucis no se encontró en Hyla labialis ni en


Eleutherodactylus bogotensis pues el músculo correspondiente a su
ubicación en ambas especies coincide con la descripción de Dunlap (1960)
para el m. contrahentis digiti I. Sin embargo, cabe anotar que para la
mayoría de especies del trabajo de Andersen (1978), incluyendo todos los
hílidos y leptodactílidos, el origen del m. flexor teres hallucis es en un tarso
distal, así también en Rheobatrachus silus (Leptodactylidae) (Davies y
Burton 1982) y como se reportó para el m. contrahentis digiti I en las dos
especies de este trabajo. Por el contrario en Gastrophryne olivacea
(Microhylidae), Brachycephalus ephippium (Brachycephalidae),
Dendrobates auratus (Dendrobatidae) (Andersen 1978) y Phrynomantis
stictogaster (Microhylidae) (Burton 1983) se origina en un metatarsiano.

El lugar de origen e inserción del m. flexor teres digiti II y del m.


flexor teres digiti III hallados en Hyla labialis y Eleutherodactylus
bogotensis corresponden con lo observado por Dunlap (1960) para todas
las especies que trabajó, así como con lo que describió Andersen (1978)
para casi todas las especies; Davies y Burton (1982) para Rheobatrachus
silus (Leptodactylidae) y Burton (1983) para Phrynomantis stictogaster
(Microhylidae), y por tanto es lo más usual a lo largo de las familias de
anuros presentándose como única condición en Hylidae y Leptodactylidae.
Otros lugares de origen para estos dos músculos se presentan en
Leiopelma hochstetteri (Leiopelmatidae) y Osornophryne bufoniformis
(Bufonidae) encontrándose en un tarso distal (Andersen 1978), mientras que
el m. flexor teres digiti II en Xenopus laevis y Pipa pipa (Pipidae) es
aparentemente ausente (Dunlap 1960, Andersen 1978) así como lo es el m.
flexor teres digit III en Pipa pipa (Pipidae).
La ubicación dorsal del m. flexor teres digiti II y del m. flexor teres digiti
III respecto a los mm. transversi metatarsi que se observó en H. labialis y E.
bogotensis es la misma que Dunlap (1960) planteó para Leptodactylus
albilabris, Physalaemus sachsi (sensu Dunlap 1960) (Leptodactylidae) y
Pseudacris regilla (Hylidae), pero diferente a Eleutherodactylus tubolus
(sensu Dunlap 1960), Hylodes nasus, Megaelosia goeldii y
Crossodactylus gaudichaudii (Leptodactylidae) en las cuales es ventral.
De esta manera en Leptodactylidae hay especies que lo presentan ventral y
otras dorsal a los mm. transversi metatarsi mientras que en las dos especies
de Hylidae con las que se cuenta esta información –H. labialis, P. regilla- es
dorsal.
Andersen (1978) propuso estados de carácter según la longitud que
ocupan los orígenes del m. flexor teres digiti II y del m. flexor teres digiti III en
el metatarso respectivo, obteniendo que en todos las especies de Hylidae y
Leptodactylidae el m. flexor teres digiti II ocupa la región distal sucediendo de
igual manera con el m. flexor teres digiti III en Hylidae; en la mayoría de
leptodactílidos los estados son contrarios a lo hallado para ambos músculos
en H. labialis y E. bogotensis. El m. flexor teres digiti III es diferente en uno
de los leptodactílidos, Leptodactylus pentadactylus, en la que ocupa toda
la longitud.
La inserción del m. flexor teres digiti IV en las dos especies de este
estudio es similar a la de los mm. flexores teretes digiti II, III y V para las
especies examinadas por Dunlap (1960) y Andersen (1978), pero el punto en
el cual se origina sobre el metatarso sí varía, lo que hace que el músculo sea
corto o largo (Andersen 1978, Davies y Burton 1982, Burton 1983). Así que
lo notado en E. bogotensis concuerda con el tamaño reducido estimado por
Dunlap (1960) para leptodactílidos entre otras especies y también concuerda
con el lugar de origen propuesto por Andersen (1978) para casi todos los
leptodactílios. En otras especies de Leptodactylidae, como Leptodactylus
pentadactylus, Atelogathus patagonicus (Andersen 1978) y
Rheobatrachus silus (Davies y Burton 1982) el origen es más proximal,
semejante a H. labialis y también concuerda con el tamaño largo observado
por Dunlap (1960) para algunas especies, entre ellas pseudacris regilla
(Hylidae) pero contrario a los hílidos trabajados por Andersen (1978) en los
que el origen se da distalmente.
La posición del m. flexor teres digiti IV con respecto al m. transversus
metatarsus 3 es en H. labialis similar a Pseudacris regilla (Hylidae) y otras
especies presentadas por Dunlap (1960), pero difiere de Rheobatrachus
silus (Leptodactylidae) (Davies y Burton 1982) y de Phrynomantis
stictogaster (Microhylidae) (Burton 1983) en las cuales este músculo es
completamente ventral. En E. bogotensis no es posible establecer si es
dorsal o ventral al m. transversus metatarsus 3 ya que su origen es distal al
mismo, pero según Dunlap (1960) tanto en Eleutherodactylus tubolus
(sensu Dunlap 1960) como en los otros leptodactílidos (excepto en
Leptodactylus albilabris) este músculo es completamente ventral. En
consecuencia, para Hylidae y Leptodactylidae no es posible determinar una
posición dada para este músculo con respecto al m. transversus metatarsus
4 y tampoco el tamaño del músculo o el punto sobre el cual se origina en el
metatarso V.
El origen del m. flexor teres digiti V en el metatarso V es frecuente
en las especies estudiadas (Dunlap 1960, Andersen 1978, Davies y Burton
1982, Burton 1983) aunque el origen proximal sobre este metatarsiano
estimado en Hyla labialis difiere del origen distal observado por Andersen
(1978) para los hílidos, pero es similar al tamaño relativamente largo
propuesto por Dunlap (1960) para Pseudacris regilla (Hylidae). El origen
proximal también se reportó para Rhinophrynus dorsalis (Rhinophrynidae),
Gastrophryne olivacea (Microhylidae) (Andersen 1978) y en algunos
leptodactílidos como Leptodactylus pentadactylus, Atelognathus
patagonicus (Andersen 1978) y Rheobatrachus silus (Davies y Burton
1982), pero en la mayoría de leptodactílidos que estudió Andersen (1978) el
origen es hacia la región distal similar a E. bogotensis y coincide con el
tamaño relativamente reducido señalado por Dunlap (1960) para algunas
especies, entre ellas casi todos los leptodactílidos. Este origen distal
también lo reconoció Andersen (1978) en varias especies de
Myobatrachidae, Bufonidae y de otra familias como Hylidae como se
mencionó anteriormente y Burton (1983) también lo identificó en
Phrynomantis stictogaster (Microhylidae). De otra parte, la posición ventral
con respecto al m. transversus metatarsus 4 también la encontró Dunlap
(1960) en Pseudaris regilla (Hylidae) así como en especies de otras
familias.
De la inserción poco hay que decir pues no hay diferencias significativas con
lo mostrado por los autores (Dunlap 1960, Andersen 1978).

El origen del m. transversus metatarsus 1 en Hyla labialis y en


Eleutherodactylus bogotensis concuerda con las descripciones de Dunlap
(1960) para Rhinophrynus dorsalis (Rhinophrynidae), de Andersen (1978)
para casi todas las especies que examinó y de Burton (1983) para
Phrynomantis stictogaster (Microhylidae). Contrario a esto, Atelognathus
patagonicus (Leptodactylidae) (Andersen 1978) y todas las especies
estudiadas por Dunlap (1960) (excepto Rhinophrynus dorsalis), tienen el
origen en el tercio medio del metatarso I incluyendo Pseudacris regilla
(Hylidae) y todos los leptodactílidos. Por otra parte en Rheobatrachus silus
(Leptodactylidae) (Davies y Burton 1982) especie de la misma familia de E.
bogotensis, el origen tiene lugar en la región distal lateral del metatarso II
(Davies y Burton 1982).
Diferente a lo observado en Hyla labialis y Eleutherodactylus
bogotensis Andersen (1978) señaló que la inserción del m. transversus
metatarsus 1 en Caudiverbera caudiverbera, Acris crepitans,
Phyllomedusa bicolor, Pachymedusa dacnicolor (Leptodactylidae),
Cyclorana australis (Hylidae) y en especies de Bufonidae y Myobatrachidae
entre otras familias es a lo largo de toda la superficie medial del metatarso II,
al igual que en Rhinophrynus dorsalis (Rhinophrynidae) (Dunlap 1960);
mientras que en Atelognathus patagonicus (Leptodactylidae) se da en la
región media del borde interno del metatarso II (Andersen 1978) similar a
Phrynomantis stictogaster (Microhylidae) (Burton 1983). Pero la inserción
hallada en H. labialis y E. bogotensis ha sido frecuentemente reportada en
especies de estas y otras familias (Dunlap 1960, Andersen 1978, Davies y
Burton 1982), por lo cual en Hylidae y Leptodactylidae hay más de un estado
descrito para el origen y la inserción de este músculo. Es importante tener
en cuenta que en ninguna de las especies que trabajaron Dunlap (1960),
Andersen (1978), Davies y Burton (1982) y Burton (1983) ocurre a la vez el
origen y la inserción halladas en H. labialis o en E. bogotensis.

Según Dunlap (1960) el origen del m. transversus metatarsus 2


ocupa el primer tercio o la mitad proximal del metatarso II, pero Andersen
(1978) identificó estados de carácter de acuerdo a la amplitud del origen y de
la inserción de este músculo, hallando que el amplio origen presentado en
Hyla labialis es similar en Pelobates syriacus (Pelobatidae) y Megophrys
montana (Megophryidae). En los hílidos que trabajó Dunlap (1960) y
Andersen (1978) el origen es a lo largo de la región proximal, así también
ocurre en leptodactílidos (Dunlap 1960, Andersen 1978) aunque para
Rheobatrchus silus (Davies y Burton 1982) se da en la región distal y en E.
bogotensis ocupa un poco más que la región proximal. Andersen (1978)
también encontró el origen distalmente en algunas especies (ninguna de
ellas perteneciente a Hylidae o Leptodactylidae) y Burton (1983) lo reconoció
así en Phrynomantis stictogaster (Microhylidae). De esta manera, no es
posible establecer una única condición para la amplitud del origen del m.
transversus metatarsus 2 en la familia Hylidae ni en Leptodactylidae.
La inserción de este músculo en H. labialis y E. bogotensis es similar
a lo descrito por Dunlap (1960), Andersen (1978) y a lo que señaló Davies y
Burton (1982) para Rheobatrachus silus (Leptodactylidae) y Burton (1983)
para Phrynomantis stictogaster (Microhylidae).

En cuanto al m. transversus metatarsus 3 el origen más


frecuentemente reportado es hacia la región media o distal del metatarso III
(Dunlap 1960, Andersen 1978, Davies y Burton 1982, Burton 1983); no
obstante, es importante resaltar que el origen proximal observado en Hyla
labialis coincide con la descripción que hizo Andersen (1978) para todos los
hílidos que estudió, pero Dunlap (1960) planteó para todas las especies de
su trabajo que el origen es hacia la región media del metatarso y por lo tanto
P. regilla, el único hílido que examinó Dunlap (1960), presenta un origen
diferente comparado con H. labialis y con las especies de esta familia del
trabajo de Andersen (1978). De otra parte el origen proximal tampoco es
único para la familia Hylidae pues Andersen (17978) también lo reconoció en
Atelopus ignescens (Bufonidae), Rana blairi (Ranidae), Centrolene
prosoblepon (Centrolenidae) y para Leptodactylus melanonotus
(Leptodactylidae). Exceptuando a Leptodactylus melanonotus, según
Dunlap (1960) y Andersen (1978), este músculo se origina hacia la región
media o distal en los leptodactílidos así como también lo anotaron Davies y
Burton (1982) para Rheobatrachus silus (Leptodactylidae), sin embargo
esta condición difiere del amplio origen estimado para Eleutherodactylus
bogotensis el cual tampoco se ha reportado antes en especies de otras
familias. Para la inserción no se encontraron diferencias significativas con
los resultados presentados por los autores (Dunlap 1960, Andersen 1978,
Davies y Burton 1982, Burton 1983) y no se observó la articulación parcial en
el m. transversus metatarsus 4 planteada por Dunlap (1960).

Según lo hallado para Hyla labialis y para Pseudacris regilla


(Hylidae) (Dunlap 1960), Hyla faber, Cyclorana australis y Acris crepitans
(Hylidae) (Andersen 1978), es usual que dentro de la familia Hylidae el m.
transversus metatarsus 4 se encuentre ubicado hacia la región distal del
metatarso IV y V en caso de estar presente pues en Smilisca baudinii,
Phyllomedusa hypocondrialis, P. bicolor y Pachymedusa dacnicolor
(Andersen 1978) es ausente. También es ausente en Centrolene
prosoblepon (Centrolenidae) y algunos individuos de Rana pipiens
(Ranidae) (Dunlap 1960) tal y como ocurre en Eleutherodactylus
bogotensis pero no hay reportes de ello en otras especies de
Leptodactylidae. La ubicación distal también se reconoció en especies de
Bufonidae y Myobatrachidae entre otras familias (Andersen 1978) y en
Leptodactylus albilabris (Dunlap 1960) y Physalaemus pustulosus
(Leptodactylidae) (Andersen 1978), pero en otros leptodactílidos examinados
por Dunlap (1960), Andersen (1978) y en Rheobatrachus silus (Davies y
Burton 1982) se encuentra hacia la región proximal o media de los
metatarsos IV y V, condición que tampoco es única de Leptodactylidae pues
es similar en especies de Myobatrachidae, Ranidae, Pseudidae, Pipidae
(Andersen 1978) y en Phrynomantis stictogaster (Microhylidae) (Burton
1983).
5.4 Varianciones intraespecíficas
La siguiente es la clasificación de las variaciones intraespecíficas
(anexo 3) es decir, de aquellas condiciones diferentes a la condición típica
encontradas en un músculo dado dentro de cada especie; éstas se
clasificaron siguiendo la categorización de Raikow et al. (1990). Entre
paréntesis se indica el ejemplar que presentó dicha variante.

Variantes menores
Hyla labialis
º El m. abductor prehallucis es notablemente más amplio y robusto respecto
a otros ejemplares de la especie (MUJ-440 bilateral).
Eleutherodactylus bogotensis
º El límite entre el m. abductor brevis digiti V y el m. extensor brevis distalis
digiti V no es fácilmente distinguible (MUJ-687, MUJ-481 bilateral)(ver
descripción, músculos del dorso de las manos).
Se incluyeron en esta categoría pues son diferencias sutiles que
pueden ser resultado de causas no biológicas.
De otra parte se encontró que los siguientes músculos o parte de ellos
son más robustos en machos: para H. labialis el m. extensor indicis brevis
superficialis, m. extensor brevis superficialis digiti III (manos), m. abductor
indicis longus y el m. extensor carpi radialis y para E. bogotensis la segunda
cabeza de inserción del m. extensor brevis superficialis digiti III (manos) es
más robusto en hembras. Este tipo de variaciones sutiles por forma o talla
son llamadas variantes menores por Raikow et al. (1990) y quizá responden
a dimorfismos sexuales antes que variantes menores.

Variantes singulares
H. labialis
º M. flexor indicis superficialis proprius conformado por dos cabezas con
origen e inserción común entre ellas (MUJ-440 bilateral).
º Inserción doble del m. adductor proprius digiti V (MUJ-439 unilateral).
Estas condiciones son congruentes funcionalmente y no se han
reportado para otras especies, por lo que son variantes singulares; tampoco
son explosivas pues no ocurren con alta frecuencia y no son miméticas pues
no se han identificado en otras especies,. En E. bogotensis no se encontró
este tipo de variantes.

Variantes miméticas
H. labialis
º Ausencia de la segunda inserción del tendo superficialis aponeurosis
palmaris pro digiti V en la base de la falange 1 (MUJ-440 unilateral).
º Ausencia de la segunda inserción del m. lumbricalis longus digiti IV (manos)
en la base de la falange 1 (MUJ-440, MUJ-620 unilateral).
º Ausencia de la cabeza profunda del m. contrahentis digiti I (MUJ-620
bilateral).
º M. abductor brevis plantaris hallucis con inserción simple mediante un
tendón en el punto medio de la longitud del metararso I (MUJ-440 bilateral).
º Inserción del m. abductor brevis plantaris digiti V no alcanza el extremo
distal del metatarso V (MUJ-440 bilateral).
º Ausencia del m. contrahentis digiti II (MUJ-440 bilateral).
La presencia de una segunda inserción del tendo superficialis
aponeurosis palmaris pro digiti V y del m. lumbricalis longus digiti IV en la
falange 1, así como la presencia de la cabeza profunda del m. contrahentis
digiti I son condiciones no reportadas anteriormente y su ausencia en
algunos ejemplares es una variante mimética pues no presentarlo es común
para otras especies. Las otras variantes mencionadas también son
miméticas pues se han registrado para otras especies (Dunlap 1960,
Andersn 1978, Davies y Burton 1982).
Variantes explosivas
H. labialis
º El origen del m. lumbricalis brevis digiti IV (manos) es tendinoso (MUJ-896,
MUJ-440 bilateral) o pinnado (MUJ-439, MUJ-620 bilateral).
º Fusión del m. abductor primus digiti V con el m. abductor secundus digiti V
completa (MUJ-896 bilateral, MUJ-440 unilateral) o parcial (MUJ-440
unilateral), o no hay fusión (MUJ-439, MUJ-620 bilateral).
E. bogotensis
º Ausencia de la cabeza externa del m. lumbricalis brevis digiti IV (manos)
(MUJ-465, MUJ-052, MUJ-687, MUJ-487 unilateral).
º Ausencia del m. contrahentis digiti II (MUJ-052 bilateral, MUJ-465, MUJ-481
unilateral).
Estas cuatro variantes son explosivas pues los músculos presentaron
alta frecuencia de variaciones en los ejemplares o variedad de condiciones
(como en el caso del m. abductor primus digiti V para H. labialis), lo que
además hace difícil establecer cuál es la condición típica para el músculo
dentro de la especie.

Las variaciones intraespecíficas son bilaterales o unilaterales


dependiendo de si determinada variación ocurre en ambos miembros o en
uno sólo, en la tabla 1 se resume el tipo de variantes bilaterales y unilaterales
existentes en cada ejemplar. De los 124 músculos observados para Hyla
labialis, once de ellos presentaron variaciones intraespecíficas, de los
cuales siete músculos varían bilateralmente, tres presentaron variaciones
unilateralmente y el m. abductor primus digiti V presentó variaciones tanto
bilateral como unilateralmente.
Para Eleutherodactylus bogotensis, de los 124 músculos
observados, tres presentaron variaciones intraespecíficas, donde uno varía
Variaciones unilaterales y bilaterales en cada ejemplar

Variantes unilaterales Variantes bilaterales Total


E. bogotensis M S E MM M S E MM
MUJ-052 1 1 2
MUJ-687 1 1 2
MUJ-481 2 1 3
MUJ-465 2 2

H. labialis

MUJ-896 2 2
MUJ-439 1 2 3
MUJ-440 2 2 1 1 1 3 10
MUJ-620 1 2 3

Tabla 1.E: variante explosiva, M: variante menor, MM: variante mimética, S:


variante singular. En esta tabla no se incluyen los dimorfismos sexuales.
bilateralmente, uno lo hace unilateralmente y en esta especie el m.
contrahentis digiti II presentó variaciones tanto bilateralmente como
unilateralmente. Así, para las dos especies del presente trabajo se
comprobó que es necesario la observación bilateral coincidiendo con lo
planteado por Raikow et al. (1990), pues aunque son poco músculos los que
varían unilateralmente, dichas variantes pertenecen a categorías señaladas
por este autor como conflictivas en análisis filogenéticos.
De otra parte, de los ocho músculos para los que se observó que las
variaciones se dan bilateralmente en H. labialis, sólo para dos (m.
lumbricalis brevis digiti IV y m. abductor primus digiti V) la variación se halló
en dos ejemplares a la vez y en ningún caso en más especimenes.
Igualmente, de los dos músculos que presentaron variaciones bilaterales en
E. bogotensis se observó que sólo para uno (m. abductor brevis digiti V) la
variación ocurre en dos ejemplares a la vez y en ningún caso se reconoció
que la misma variación bilateral ocurriera en más de dos ejemplares. Hay
que resaltar que no se encontraron más de tres variantes en un mismo
individuo de E. bogotensis, diferente a lo hallado en H. labialis, en la que se
presentó más frecuencia de variaciones, ocurriendo la mayoría de variantes
únicamente en el macho MUJ-440 lo cual, sumado a que casi todas las
variantes son bilaterales para este ejemplar, apoya la idea de estudiar más
de un individuo.
A lo anterior hay que añadir que al no encontrar para un mismo
músculo variaciones bilaterales que ocurran en más de dos individuos a la
vez, dos ejemplares observados bilateralmente puede ser aconsejable para
el estudio miológico de manos y pies, teniendo en cuenta que si se encuentra
alguna variación bilateral hay que recurrir a examinar otros ejemplares para
establecer cuál es la condición típica, tal y como lo sugirieron Raikow et al.
(1990).
Aunque la frecuencia de variaciones intraespecíficas es baja para
ambas especies del presente trabajo, lo que coincide con los resultados de
Raikow et al. (1990) para músculos de aves, la mayoría de ellas pertenecen
a las categorías mimética, explosiva o singular, las que según Raikow et al.
(1990) se pueden confundir fácilmente con las condiciones típicas y causar
potenciales errores en los análisis filogenéticos si no se examina más
ejemplares.
Finalmente, es interesante resaltar que un músculo dado puede
presentar variantes en determinada especie, pero en otra especie puede no
presentar variaciones (e.g. m. adductor proprius digiti V, el m. abductor
prehallucis o el m. lumbricalis longus digiti IV para los que se observó
diferencias intraespecíficas sólo en H. labialis), o bien en otras especies
puede presentar variantes de otra categoría como es el caso del m.
contrahentis digiti II, que presentó variaciones de tipo singular en H. labialis
pero en E. bogotensis es explosivo.

5.5 Condiciones para Eleutherodactylus bogotensis e Hyla labialis no


reportadas anteriormente en otros grupos
Tanto en Hyla labialis como en Eleutherodactylus bogotensis se
encontraron condiciones que no se han reportado anteriormente para otros
taxones; pero antes de señalarlas, cabe resaltar aquellas que sólo se han
registrado dentro las familias. Para E. bogotensis no se reconocieron
condiciones exclusivas del género o para la familia Leptodactylidae; para H.
labialis sí se identificaron estados que sólo se han encontrado en Hylidae
(aunque no son las únicas condiciones para la familia), estos son:
1. Bifurcación distal de los m. flexor indicis superficialis proprius y de los
tendines superficialis digitorum (Duellman 2001).
2. El origen del m. extensor brevis superficialis digiti III abarca tanto el
ulnare como el radioulna (Egan 1995, Burton 1996, Faivovich 2002).
3. Fusión parcial del m. extensor brevis superficialis digiti IV con el m.
extensor digitorum communis longus (manos) (Burton 1996, Faivovich
2002).
4. Origen de la cabeza interna de los mm. extensores breves profundi
digiti III en el metacarpo II (Burton 1996).

Condiciones comunes para H. labialis y E. bogotensis


Algunas de las condiciones típicas no reportadas anteriormente se
hallaron tanto en E. bogotensis y en H. labialis; estas condiciones no
descritas antes y que son comunes para las dos especies son:
1. Inserción del m. extensor brevis medius digiti III en la base de la
falange 1 del dedo III (manos).
2. Grupo de fibras del m. extensor brevis medius digiti III que se separa
del músculo y se articula en el dorso del metacarpo III (manos).
3. Inserción del m. extensor brevis medius digiti IV en la base de la
falange 1 del dedo IV (manos).
4. Inserción del m. flexor antibrachii lateralis superficialis mediante una
única cabeza de inserción a lo largo del borde interno del radioulna.
5. Inserción doble de la cabeza interna de los mm. extensores breves
profundi digiti III: en la cara interna de la base de la falange 1 y en la
base de la falange 2 del dedo III (pies).

Condiciones no reportadas anteriormente


Teniendo en cuenta lo reportado para otras especies y las diferencias
entre H. labialis y E. bogotensis (anexo 4), se resalta a continuación
aquellas condiciones típicas, para cada una de estas especies, que no se
habían descrito anteriormente, que no son compartidas por estas dos y que
no son variantes pues se encontraron bilateralmente en todos los ejemplares
de cada especie:
Eleutherodactylus bogotensis
Manos: 1. Inserción del m. flexor indicis superficialis proprius en el
extremo distal de la primera falange del dedo I.

2. El m. opponens digiti V comparte fibras con el m. abductor


primus digiti V y con el m. abductor secundus.
3. Inserción pinnada del m. flexor ossis metacarpi digiti III en el los
dos tercios distales del metacarpo III alcanzando también la
base de la falange proximal.
4. Inserción proximal del m. extensor indicis brevis superficialis en
la falange 1 del dedo I.
5. Grupo de fibras del m. extensor brevis superficialis digti III que
se separan del músculo y se articulan en el dorso del
metacarpo III.
6. Grupo de fibras del m. extensor brevis superficialis digiti IV que
se separan del músculo y se articulan en el dorso del
metacarpo IV.
7. Fusión parcial proximal del m. extensor brevis superficialis digiti
V con el m. abductor brevis digiti V.
8. Fusión de algunas fibras del m. extensor brevis medius digiti IV
con la cabeza interna de los mm. extensores breves profundi
digiti IV.
9. Inserción de la cabeza externa de los mm. extensores breves
profundi digiti V en el extremo distal del metacarpo V.
10. Presencia del m. abductor ulnocarpalis.

Antebrazo: 1. Origen del m. extensor carpi ulnaris mediante dos tendones:


uno en común con el m. extensor digitorum communis
longus y otro amplio en común con el m. epicondylocubitalis.
2. Origen del m. palmaris longus en el húmero mediante dos
cabezas: la interna con un tendón común con el m. flexor
carpi ulnaris y la externa con un tendón común con el m.
epitrochleocubitalis.
3. Inserción común del m. flexor carpi ulnaris con el m. flexor
carpi radialis en el ulnare.

Pies: 1. Origen del m. opponens hallucis en el metatarso II.


2. Inserción del m. opponens hallucis en la base de la falange
1.
3. Origen del m. transversus metatarsus 3 a todo lo largo del
metatarso III.
4. Origen de la cabeza interna de los mm. extensores breves
profundi digiti IV en el extremo proximal del metatarso III.
5. Inserción doble de la cabeza interna de los mm. extensores
breves profundi digiti IV: una parte superficial en la última
falange del dedo IV y pinnadamente en la parte profunda a
lo largo del dorso del metatarso IV.

Hyla labialis
Manos: 1. Inserción tendinosa del m. flexor ossis metacarpi digiti III en
la base de la falange 1 del dedo III.

2. Inserción tendinosa del m. flexor ossis metacarpi digiti IV en


la falange 1 del dedo IV.
3. Origen del m. flexor teres digiti IV en la cara dorsal del
metacarpo IV.
4. Inserción del m. abductor indicis brevis dorsalis en el
elemento distal del prepollex.
5. Inserción del m. extensor indicis brevis superficialis en
común con la cabeza interna de los mm. extensores indicis
breves profundi en la última falange del dedo I.
6. Inserción simple del m. extensor brevis superficialis digiti III
en dorso metatarso III.
7. Inserción del m. extensor brevis superficialis digiti IV en el
punto medio de la longitud de la falange 1 del dedo IV.
8. Fibras del m. extensor brevis superficialis digiti V que se
fusionan al m. extensor brevis superficialis digiti IV.
9. Inserción del m. extensor brevis superficialis digiti V con dos
tendones en el extremo distal de la falange 1 del dedo V.
10. Segunda cabeza de inserción del m. extensor indicis brevis
medius que se articula en el prepollex.
11. Origen del m. extensor brevis medius digiti III en el carpo
distal 5-4-3.
12. Origen del m. extensor brevis medius digiti IV en el carpo
distal 5-4-3.
13. Origen de la cabeza externa de los mm. extensores indicis
breves profundi en el carpo distal 2.
14. Presencia de la cabeza media de los mm. extensores
breves profundi digiti III.
15. Origen de la cabeza externa de los mm. extensores breves
distalis digiti V mediante dos grupos de fibras: uno interno
respecto al m. abductor brevis digiti V y otro externo a este.

Antebrazo: 1. Inserción del m. abductor indicis longus en el prepollex.


2. Inserción simple del m. extensor carpi ulnaris en el ulnare.
3. Inserción del m. flexor carpi radialis simple en el elemento Y
y en común con el m. flexor carpi ulnaris.
4. Presencia del m. flexor antibrachii profundus.
Pies: 1. Origen de la cabeza interna de los mm. lumbricales breves
digiti IV en la aponeurosis plantaris en común con el m.
lumbricalis longus digiti III.

2. Inserción doble del m. extensor brevis superficialis digiti III:


en la base de la falange 2 con un tendón amplio común con
el m. extensor brevis medius digiti III y por otra parte en la
base de la falange 1.
3. Inserción del m. extensor brevis superficialis digiti V en la
última falange.
4. Inserción doble de la cabeza interna de los mm. extensores
breves profundi digiti IV: en la base de la falange 1 y en la
base de la falange 3.
5. Inserción de la cabeza interna de los mm. extensores
breves profundi digiti V en la base de la falange 1.

Se encontraron otras condiciones típicas para H. labialis no reportadas


para otros taxones, pero no se encontraron en todos los ejemplares
bilateralmente; la ausencia de ellos son variantes y éstas incluyeron en la
clasificación de variantes intraespecíficas:
1. Segunda inserción del tendo superficialis aponeurosis palmaris pro
digiti V en la base de la falange 1 del dedo V.
2. Grupo de fibras del m. lumbricalis longus digiti IV que se separan del
músculo y se articulan en la base de la falange 1 (manos).
3. Presencia de una segunda cabeza del m. contrahentis digiti I que es
profunda, en forma de abanico y se origina a lo largo del metatarso II.
6. Conclusiones

• Tanto en Hyla labialis como en Eleutherodactylus bogotensis


existen diferencias intraespecíficas en músculos de manos y pies pero son
más comunes en H. labialis. Estas variaciones intraespecíficas se
encuentran en general a nivel del tipo de origen o inserción de los músculos,
del número de cabezas, o de fibras que se separan del músculo para
insertarse en otra estructura o que se fusionan a otro músculo; de la misma
manera, en ambas especies hay diferencias intraespecíficas respecto a la
presencia o ausencia para un solo músculo: el m. contrahentis digiti II
(pies). En ninguna de las dos especies hay variaciones para el lugar de
origen o inserción de los músculos.

• Las variaciones intraespecíficas existentes para ambas especies


pueden confundirse con condiciones típicas si no se examinan dos o más
individuos bilateralmente, pues la mayoría pertenecen a las categorías
señaladas por Raikow et al. (1990) como fácilmente confundibles con
condiciones típicas.

• En H. labialis hay dimorfismos sexuales en el m. extensor brevis


superficiales digiti III (manos), m. abductor indicis longus y m. extensor
carpi radialis y en E. bogotensis en el m. extensor brevis superficiales
digiti III (manos); en ninguna de las dos especies hay dimorfismos sexuales
en los músculos de los pies. Estas variaciones consisten en diferencias de
tamaño, en ningún caso hay dimorfismos sexuales para el origen, inserción o
número de cabezas de algún músculo.

• El grado de polimorfismo para un músculo dado no necesariamente es


igual en las diferentes especies.
• En músculos de las manos, H. labialis presenta condiciones que
comparte con otras especies de Hylidae y que no se han registrado en otras
familias. La división del m. palmaris longus y la posición de los m. flexores
teretes III y IV respecto a los m. transversus metacarpi 1 y 2, identificadas
en H. labialis, coinciden con las características presentadas por Duellman
(2001) para la familia Hylidae. Igualmente H. labialis presenta la bifurcación
distal de los tendines superficiales reportada por Duellman (2001) para las
subfamilias Phyllomedusinae, Hemiphractinae e Hylinae.

• E. bogotensis presenta una condición reportada por Burton (1998a)


como compartida por las especies del subgénero Eleutherodactylus (el
origen de los mm. lumbricales breves digiti IV -manos- del tendo
superficiales aponeurosis palmaris pro digiti IV), pero no posee otras
condiciones que este autor encontró para dicho subgénero a nivel de otros
músculos de la palma.

• El m. abductor ulnocarpalis en E. bogotensis y el m. flexor


antibrachii profundus en H. labialis son músculos no descritos
anteriormente; de esta manera éstos dos, así como otras condiciones que no
se han reportado para otras especies y que se hallaron en algunos músculos
de manos y pies de E. bogotensis y de H. labiais, pueden ser útiles para
definir estas especies o para aclarar relaciones filogenéticos no resueltas.

• Siguiendo el método de Raikow et al. (1990) es posible reconocer


aquellas variaciones intraespecíficas que pueden causar errores en los
análisis filogenéticos.
7. Recomendaciones

• Estudiar aquellas condiciones halladas para H. labialis o para E.


bogotensis que no se han reportado para otras especies, para
establecer si son condiciones útiles en los análisis filogentéticos..

• Se debe estudiar siempre bilateralmente los ejemplares para no


confundir las variaciones unilaterales con la condición típica.

• Los músculos de manos y pies pueden ser útiles en el estudio de las


relaciones de parentesco de anuros, por lo que hay que realizar más
estudios miológicos de estas estructuras.

• Es necesario continuar con este tipo de trabajos y llevar a cabo


análisis filogenéticos para resolver relaciones dentro de las familias y
géneros.
8. Literatura citada
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Recursos electrónicos

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[Consulta: 5 feb. 2003].
Anexo 1. Nomenclatura y sinonimias

Músculos de las manos

Andersen (1978) Gaupp (1896) Otros autores1


M. abductor indicis longus M. abductor digiti II longus
M. extensor indicis brevis M. extensor digiti II proprius longus
superficialis
M. extensor brevis superficialis digiti
M. extensor digitorum communis
III brevis
M. extensor brevis superficialis digiti
M. extensor digitorum communis
IV brevis
M. extensor brevis superficialis digiti
M. extensor digitorum communis
V brevis
M. abductor brevis digiti V M. abductor digiti V secundus
M. extensor indicis brevis medius M. extensor digiti II proprius brevis
M. extensor brevis medius digiti III M. extensor digiti III proprius
M. extensor brevis medius digiti IV M. extensor digiti IV proprius
Mm. extensores indicis breves M. extensor digiti II proprius longus +
profundi m. extensor digiti II proprius brevis
(no corresponde a un sólo músculo)
Mm. extensores breves profundi digiti M. extensor digiti III proprius + m.
III interossei dorsales III (no
corresponde a un sólo músculo)

1
La nomenclatura seguida por Davies y Burton (1982), Burton (1983, 1996, 1998a, 1998b), Egan (1995), Fabrezi y Langone (2000),
Duellman (2001) y Faivovich (2002) corresponde a la usada por Andersen (1978). En caso contrario se especifica la sinonimia dada.
Andersen (1978) Gaupp (1896) Otros autores1
Mm. extensores breves profundi digiti M. extensor digiti IV proprius + m.
IV interossei dorsales (no corresponde
a un sólo músculo)
Mm. extensores breves profundi digiti M. interossei dorsales V
V
M. flexor digiti II longus superficialis M. flexor indicis superior proprius
M. flexor indicis superficialis proprius sublimis (Burton 1996)
Tendo superficialis & caput M. flexor digiti III longus superficialis Tendo superficialis & caput
profundum tendo superficialis digiti III sublimis profundus III (Burton 1996)
Caput profundum tendo superficialis
digiti III (Burton 1983, Egan 1995)
Caput profundum tendo superficialis
pro digiti III (Davies y Burton 1982)
Tendo superficialis aponeurosis M. flexor digiti IV longus superficialis Tendo superficialis pro digiti IV
palmaris prodigiti IV sublimis (Burton 1996)
Tendo superficialis aponeurosis M. flexor digiti V longus superficialis Tendo superficialis pro digiti V
palmaris pro digiti V sublimis (Burton 1996)
M. lumbricalis brevis indicis M. flexor digiti II brevis superficialis
profundus
M. lumbricalis brevis digiti III Mm. flexores digiti III breves
superficiales profundi I, II
M. lumbricalis brevis digiti IV Mm. flexores digiti IV breves
superficiales profundi I, II
M. lumbricalis brevis digiti V M. flexor digiti V brevis
M. flexor ossis metacarpi digiti III M. flexor metacarpi digiti III
M. flexor ossis metacarpi digiti IV M. flexor metacarpi digiti IV
M. opponens indicis M. opponens digiti II
Andersen (1978) Gaupp (1896) Otros autores1
M. flexor teres indicis M. flexor digiti II tertius
M. interosseus volaris I
M. flexor teres digiti III M. interosseus volaris III
M. flexor teres digiti IV M. interosseus volaris IV
M. adductor proprius digiti V M. interosseus volaris V En el presente trabajo se consideró
que el m. interosseus volaris del
dedo V es sinónimo del m. flexor
teres digiti V y no del m. adductor
proprius digiti V debido a sus
semejanzas en la inserción
M. abductor primus digiti V M. abductor digiti V primus
M. abductor secundus digiti V M. abductor digiti V secundus
M. interphalangealis digiti IV M. flexor proprius phalangum digiti IV
M. interphalangealis digiti V M. flexor proprius phalangum digiti V
M. transversus metacarpi 1 M. adductor digiti II M. transversi metacarporum I
M. transversi metacarpi I (Duellman 2000)
M. transversus metacarpi 2 M. transversus metacarpus II M. transversi metacarporum II
(Duellman 2000)
M. transversus metacarpi 3 M. transversus metacarpus III

Músculos del antebrazo

Burton (1983) Gaupp (1896) Otros autores2


M. abductor indicis longus M. abductor digiti II longus

2
La nomenclatura seguida por Davies y Burton (1982) y Duellman y Trueb (1986) corresponde a la usada por Burton (1983).
Burton (1983) Gaupp (1896) Otros autores2
M. extensor carpi ulnaris M. extensor carpi ulnaris s. ulnaris
post.
M. epicondylocubitalis M. anconaei s. extensor antibrachii
M. epitrochleocubitalis M. anconaei s. extensor antibrachii
M. flexor capi radialis M. flexor carpi I s. radialis
M. flexor carpi ulnaris M. flexor carpi II s. ulnaris
M. palmaris longus M. flexor digitorum communis
M. palmaris profundus M. palmaris brevis
M. extensor digitorum communis M. extensor longus digiti IV M. humerodorsalis (Liem 1970)
longus

Músculos de los pies


Andersen (1978) Gaupp (1896) Otros autores3
M. extensor longus digiti IV M. extensor digitorum communis
longus
M. tarsalis anticus M. flexor tarsi posterior
M. abductor brevis dorsalis digiti V M. extensor digiti V longus
M. extensor brevis superficialis M. extensor longus digiti I
hallucis
M. extensor brevis superficialis digiti M. extensor digiti II longus
II

3
La nomenclatura seguida por Dunlap (1960), Davies y Burton (1982), Burton (1983), Duellman y Trueb (1986) y Faivovich (2002)
corresponde a la usada por Andersen (1978).
Burton (1983) Gaupp (1896) Otros autores3
M. extensor brevis superficialis digiti M. extensor digiti III longus
III
M. extensor brevis superficialis digiti M. extensor digiti V brevis
V
M. extensor brevis medius hallucis M. extensor longus digiti I
M. extensor brevis medius digiti II M. extensor digiti II brevis
M. extensor brevis medius digiti III M. extensor digiti III brevis
Mm. extensores breves medii digiti IV M. extensores digiti IV breves
Mm. extensores breves profundi M. interosseus dorsalis 2
hallucis
Mm. extensores breves profundi digiti M. interosseus dorsalis 3 y 4
II
Mm. extensores breves profundi digiti M. interosseus dorsalis 5 y 6
III
Mm. extensores breves profundi digiti M. interosseus dorsalis 7 y 8
IV
Mm. extensores breves profundi digiti M. interosseus dorsalis 9 y 10
V
M. abductor brevis dorsalis hallucis M. abductor brevis digiti I
M. extensor brevis dorsalis hallucis M. extensor brevis digiti I
M. flexor digitorum brevis M. flexor digitorum III, IV, V longus M. flexor digitorum communis longus
superficialis (Davies y Burton 1982)
M. plantaris profundus M. plantaris
M. tarsalis posticus M. extensor tarsi
M. transversus plantae proximalis M. transversus plantae proximus
M. transversus plantae anterior (Burton 1983)
M. intertarsalis M. adductor longus digiti I
M. abductor brevis plantaris hallucis M. abductor longus digiti I
Burton (1983) Gaupp (1896) Otros autores3
M. opponens hallucis M. opponens digiti I
Tendo superficialis hallucis M. flexor digiti I longus
Tendo superficialis pro digiti II M. flexor digiti II longus
Tendo superficialis pro digiti III M. flexor digitorum III, IV, V longus
Tendo superficialis pro digiti IV M. flexor digitorum III, IV, V longus
Tendo superficialis pro digiti V M. flexor digitorum III, IV, V longus
M. lumbricalis brevis hallucis M. lumbricalis digiti I
M. lumbricalis brevis digiti II M. lumbricalis digiti II
M. lumbricalis brevis digiti III M. lumbricalis digiti III
Mm. lumbricales breves digiti IV M. lumbricalis digiti IV (cabeza
interna) y m. flexor brevis digiti IV
(cabeza externa)
Mm. lumbricales breves digiti V M. adductor digiti V (cabeza interna)
y m. flexor brevis digiti V (cabeza
externa)
M. lumbricalis longus digiti III M. lumbricalis digiti III
M. lumbricalis longus digiti V M. lumbricalis digiti V
M. lumbricalis longissimus digiti IV Mm. lumbricales digit IV
M. flexor ossis metatarsi digiti II M. flexor metatarsi digiti II
M. flexor ossis metatarsi digiti III M. flexor metatarsi digiti III
M. flexor ossis metatarsi digiti IV M. flexor metatarsi digiti IV
M. flexor teres hallucis M. flexor brevis digiti I
M. flexor teres digiti II M. flexor digiti II proprius
M. flexor teres digiti III M. flexor digiti III proprius
M. flexor teres digiti IV M. flexor digiti IV proprius
M. flexor teres digiti V M. flexor digiti V proprius
M. abductor brevis plantaris digiti V M. abductor digiti V
M. interphalangealis digiti III M. flexor phalangum proprius digiti III
Burton (1983) Gaupp (1896) Otros autores3
M. interphalangealis proximalis digiti M. flexor phalangum proprius digiti IV
IV anterior
M. interphalangealis distalis digiti IV M. flexor phalangum proprius digiti IV
posterior
M. interphalangealis digiti V M. flexor phalangum proprius
M. transversus metatarsus 1 M. interosseus M. transversus metatarsi I (Dunlap
1960)
M. transversus metatarsus I (Davies
y Burton 1982)
M. transversus metatarsus 2 M. interosseus M. transversus metatarsi II (Dunlap
1960)
M. transversus metatarsus II (Davies
y Burton 1982)
M. transversus metatarsus 3 M. interosseus M. transversus metatarsi III (Dunlap
1960)
M. transversus metatarsus III (Davies
y Burton 1982)
M. transversus metatarsus 4 M. interosseus M. transversus metatarsi IV (Dunlap
1960)
M. transversus metatarsus IV
(Davies y Burton 1982)
Anexo 2. Lista de abreviaturas

Músculo Abreviatura

Aponeurosis palmaris Ap. palm.

Aponeurosis plantaris Ap. plant.

M. abductor brevis digiti V Abd. br. V

M. abductor brevis dorsalis digiti V Abd. br. dor. V

M. abductor brevis dorsalis hallucis Abd. br. dor. hal.

M. abductor brevis plantaris digiti V Abd. br. plan. V

M. abductor brevis plantaris hallucis Abd. br. plan hal

M. abductor indicis brevis dorsalis Abd. ind. br. dors.

M. abductor indicis longus Abd. ind. long.

M. abductor pollicis Abd. pols.

M. abductor prehallucis Abd. prehal.

M. abductor primus digiti V Abd. prim. V

M. abductor proprius digiti IV Abd. prp. IV

M. abductor secundus digiti V Abd. sec. V

M. abductor ulnocarpalis Abd. ulncarp.

M. adductor pollicis Add. pols.

M. adductor proprius digiti V Add. prp. V

M. contrahentis digiti I Contr. I

M. contrahentis digiti II Contr. II


Músculo Abreviatura

M. epicondylocubitalis Epicondcub.

M. epitrochleocubitalis Epitrochcub.

M. extensor brevis distalis digiti II Ext. br. dist. II

Mm. extensor(es) brevis(es) distalis digiti V Ext. br. dist. V

M. extensor brevis dorsalis hallucis Ext. br. dor. hal.

M. extensor brevis medius digiti II Ext. br. med. II

M. extensor brevis medius digiti III Ext. br. med. III

M. extensor brevis medius digiti IV Ext. br.med. IV

M. extensor brevis medius hallucis Ext. br. med. hal.

Mm. extensores breves profundi digiti II Ext. br. prf. II

Mm. extensores breves profundi digiti III Ext. br. prf. III

Mm. extensores breves profundi digiti IV Ext. br. prf. IV

Mm. extensores breves profundi digiti V Ext. br. prf. V

Mm. extensor(es) brevis(es) profundus(i) hallucis Ext. br. prf. hal.

M. extensor brevis superficialis digiti II Ext. br. sup. II

M. extensor brevis superficialis digiti III Ext. br. sup. III

M. extensor brevis superficialis digiti IV Ext. br. sup. IV

M. extensor brevis superficialis digiti V Ext. br. sup. V

M. extensor brevis superficialis hallucis Ext. br. sup. hal.

M. extensor carpi radialis Ext. carp. rad.


Músculo Abreviatura

M. extensor carpi ulnaris Ext. carp. uln.

M. extensor digitorum communis longus Ext. dig. com. long.

M. extensor indicis brevis medius Ext. ind. br. med.

M. extensor indicis brevis superficialis Ext. ind. br. sup.

Mm. extensor(es) indicis brevis(es) profundus(i) Ext. ind. br. prf.

M. flexor antibrachii lateralis profundus Fl. antbr. lat. prof.

M. flexor antibrachii lateralis superficialis Fl. antbr. lat. sup.

M. flexor antibrachii medialis Fl. antbr. med.

M. flexor antibrachii profundus Fl. antbr. prf.

M. flexor carpi radialis Fl. carp. rad.

M. flexor carpi ulnaris Fl. carp. uln.

M. flexor digitorum brevis superficialis Fl. dig. br. sup.

M. flexor indicis superficialis proprius Fl. ind. sup. prp.

M. flexor ossis metacarpi digiti III Fl. os. metc. III

M. flexor ossis metacarpi digiti IV Fl. os. metc. IV

M. flexor ossis metatarsi digiti II Fl. os. mett. II

M. flexor ossis metatarsi digiti III Fl. os. mett. III

M. flexor ossis metatarsi digiti IV Fl. os. mett. IV

M. flexor teres digiti II Fl. t. II

M. flexor teres digiti III Fl. t. III


Músculo Abreviatura

M. flexor teres digiti IV Fl. t. IV

M. flexor teres digiti V Fl. t. V

M. flexor teres indicis Fl. t. ind.

M. intercarpalis Intcarp.

M. interphalangealis digiti III Intphal. III

M. interphalangealis digiti IV Intphal. IV

M. interphalangealis digiti V Intphal. V

M. interphalangealis distalis digiti IV Intphal. dist. IV

M. interphalangealis proximalis digiti IV Intphal. prox. IV

M. intertarsalis Intars.

M. lumbricalis brevis digiti II Lumbr. br. II

M. lumbricalis brevis digiti III Lumbr. br. III

Mm. lumbricalis(es) brevis(es) digiti IV Lumbr. br. IV

Mm. lumbricalis(es) brevis(es) digiti V Lumbr. brv. V

M. lumbricalis brevis hallucis Lumbr. br. hal.

M. lumbricalis indicis brevis Lumbr. ind. br.

M. lumbricalis longissimus digiti IV Lumbr. longis. IV

M. lumbricalis longus digiti III Lumbr. long. III

M. lumbricalis longus digiti IV Lumbr. long. IV

M. lumbricalis longus digiti V Lumbr. long. V


Músculo Abreviatura

M. opponens digiti V Op. V

M. opponens hallucis Op. hal.

M. opponens indicis Op. ind.

M. palmaris brevis Palm. br.

M. palmaris longus Palm. long.

M. plantaris profundus Plan. prf.

M. tarsalis anticus T. ant.

M. tarsalis posticus T. post.

M. transversus metacarpi 1 Tr. metc. 1

M. transversus metacarpi 2 Tr. metc. 2

M. transversus metacarpi 3 Tr. metc. 3

M. transversus metatarsus 1 Tr. mett. 1

M. transversus metatarsus 1 Tr. mett. 1

M. transversus metatarsus 2 Tr. mett. 2

M. transversus metatarsus 3 Tr. mett. 3

M. transversus metatarsus 4 Tr. mett. 4

M. transversus plantae distalis Tr. plant. dist.

M. transversus plantae proximalis Tr. plant. prox.

M. ulnocarpalis Ulncarp.

Tendo sup & caput prof digiti III T. sup. c. prf. III
Músculo Abreviatura

Tendo superficialis hallucis T. sup. hal.

Tendo superficialis pro digiti II T. sup. prodig. II

Tendo superficialis pro digiti III T. sup. prodig. III

Tendo superficialis pro digiti IV T. sup. prodig. IV

Tendo superficialis pro digiti V T. sup. prodig. V


Anexo 3. Variaciones intraespecíficas

Superficie dorsal de las manos


Músculo Hyla labialis Eleutherodactylus bogotensis
M. extensor indicis brevis Más robusto en machos que en
superficialis hembras
M. extensor brevis Más robusto en machos que en En hembras la segunda cabeza de
superficialis digiti III hembras inserción en el dorso del metacarpo III es
un grupo de fibras más robusto que en
machos.
M. abductor brevis digiti V En la hembra MUJ-687 y el macho MUJ-
481 el límite entre este músculo y el m.
extensor brevis distalis digiti V no es tan
claro como sí lo es en la hembra MUJ-052 y
el macho MUJ-465

Palma
Músculo Hyla labialis Eleutherodactylus bogotensis
M. flexor indicis El macho MUJ-440 presenta dos
superficialis proprius cabezas.
Tendo superficialisEn la mano izquierda del macho MUJ-
aponeurosis palmais pro 440 no se encuentra la parte que se
digiti V separa del tendón para insertarse en la
falange 1.
M. lumbricalis longus digiti El grupo de fibras que se articula en la
IV base de la falange 1 no está en la mano
derecha de los machos.
Palma
Músculo Hyla labialis Eleutherodactylus bogotensis
M. lumbricalis brevis digiti Mientras en la hembra MUJ-896 y en el La cabeza externa es ausente en la mano
IV macho MUJ-440 el origen es tendinoso, izquierda del macho MUJ-465 y en la mano
en la hembra MUJ-439 y el macho MUJ- derecha de las dos hembras y del macho
620 es pinnado. MUJ-487.
M. abductor primus digiti La fusión con el m. abductor secundus
V digiti V es completa en la hembra MUJ-
896 y en la mano izquierda del macho
MUJ-440, mientras que en la mano
derecha de este macho la fusión sólo se
da distalmetne. En la hembra MUJ-439
y en el macho MUJ-620 no hay fusión
entre estos dos músculos.
M. adductor proprius digiti En la mano derecha de la hembra MUJ-
V 439 la inserción es doble.

Antebrazo
Músculo Hyla labialis Eleutherodactylus bogotensis
M. abductor indicis longus Tiende a ser más plano en hembras, es
más robusto en machos
M. extensor carpi radialis Más robusto en machos, especialmente
la cabeza interna
Planta
Músculo Hyla labialis Eleutherodactylus bogotensis
M. abductor prehallucis En un macho (MUJ-440) es
notablemente más amplio que en los
otros ejemplares
M. abductor brevis En el macho MUJ-440 la inserción es
plantaris hallucis simple, con un tendón en el punto medio
de la longitud del metatarso I.
M. abductor brevis En el macho MUJ-440 la inserción no
plantaris digiti V llega al extremo distal del metatarso V
como en los otros ejemplares
M. contrahentis digiti I En uno de los machos (MUJ-620) sólo
consta de una cabeza mientras que en
los otros individuos presenta dos
M. contrahentis digiti II Es ausente en uno de los machos (MUJ- Ausente en algunos ejemplares y en
440) algunos casos es ausente sólo en uno de
los pies de un mismo individuo.
Anexo 4. Diferencias entre Hyla labialis y Eleutherodactylus bogotensis

Superficie dorsal de las manos


Músculo Origen Inserción
M. extensor indicis brevis El tipo de origen es diferente, además en El lugar de inserción es diferente.
superficialis Hyla labialis también abarca el cóndilo
distal del radioulna.
M. extensor brevis El tipo y lugar de origen no es el mismo y Tanto el tipo como el lugar de inserción es
superficialis digiti III en H. labialis es en común con el m. diferente, además E. bogotensis presentó
extensor brevis superficialis digiti IV, otra cabeza de inserción en el dorso del
mientras en E. bogotensis es metacarpo III, que no presentó H. labialis.
independiente.
M. extensor brevis El número de cabezas y el tipo de origen El lugar de inserción es diferente.
superficialis digiti IV es diferente. Además en H. labialis se da Las dos especies presentaron fibras que
en común con el m. extensor brevis se separan del músculo, pero se articulan
superficialis digiti III y unas fibras del m. en lugares diferentes en las dos especies.
extensor brevis superficialis digiti V se
fusionan a este músculo, lo que no ocurre
en E. bogotensis.
M. extensor brevis El lugar de origen es diferente, además en El número de tendones y el lugar de
superficialis digiti V H. labialis comparte fibras con el m. inserción es diferente.
extensor brevis sueprficialis digiti IV y en E.
bogotensis con el m. abductor brevis digiti
V.
Superficie dorsal de las manos
Músculo Origen Inserción
M. abductor brevis digiti V El lugar no es el mismo, además en E. En H. labialis alcanza el extremo distal del
bogotensis comparte fibras con el m. metacarpo V y en E. bogotensis llega al
extensor brevis superficialis digiti V, lo que punto medio del metacarpo V.
no sucede en H. labialis.

M. extensor indicis brevis Igual En H. labialis es doble diferente a E.


medius bogotensis, además el lugar y tipo de
inserción es diferente.
M. extensor brevis El lugar de origen es diferente. El lugar de inserción es igual y ambas
medius digiti III especies presentaron fibras que se
separan del músculo y se articulan en el
dorso del metacarpo III, pero el punto de
inserción es más distal en E. bogotensis
que en H. labialis (ver descripción).
M. extensor brevis El lugar no es el mismo. En E. bogotensis unas fibras se fusionan al
medius digiti IV m. extensor brevis profundus digiti IV, lo
que no se encontró en H. labialis.
Mm. extensores indicis El número de cabezas es diferente. En H. labialis uno de los tendones es
breves profundi común al m. extensor indicis brevis
superficialis y unas fibras se fusionan al m.
extensor indicis brevis superficialis, lo cual
no se presenta en E. bogotensis.
Superficie dorsal de las manos
Músculo Origen Inserción
M. extensor brevis Cabeza interna: el lugar no es el mismo Las cabezas interna y media son iguales
profundus digiti III para las dos especies. pero la cabeza externa aunque en ambas
Cabeza media: en E. bogotensis es especies es en el mismo punto, pero en H.
ausente. labialis las fibras se extienden sobre la
Cabeza externa: Igual falange 1, lo que no ocurre en E.
bogotensis.
M. extensor brevis El número de partes mediante las cuales La cabeza interna se da igual pero el lugar
profundus digiti IV se origina tanto la cabeza interna como la de inserción de la cabeza media no es el
cabeza media y la externa no es igual. mismo. La cabeza externa se da en el
Además el lugar de origen es diferente en mismo punto, pero en H. labialis las fibras
cada especie. alcanzan a cubrir la falange 1.
M. extensor brevis La cabeza externa es igual pero el lugar de Cabeza interna: similar pero en H. labialis
profundus digiti V origen de la cabeza interna no es el las fibras tocan la región proximal de la
mismo. falange 1.
Cabeza externa: en H. labialis la inserción
es doble, y en E. bogotensis simple,
además el lugar de inserción no es el
M. extensor brevis distalis En E. bogotensis es ausente.
digiti II
Mm. extensores breves En H. labialis son dos partes, mientras que El músculo del lado externo se inserta en
distalis digiti V en E. bogotensis sólo está la parte el mismo punto en ambas especies, pero
externa. El punto de origen de la externa las fibras de éste no alcanzan la falange
no es el mismo y además se origina con proximal en E. bogotensis, contrario a esto
dos grupos de fibras en H. labialis mientras en H. labialis se extienden a lo largo de
que en E. bogotensis el origen es simple. dicha falange.
Palma
Músculo Origen Inserción
M. flexor indicis Igual El lugar de inserción es diferente, en E.
superficiales proprius bogotensis el tendón de inserción no
alcanza la última falange.
M. flexor teres indicis En el mismo punto pero el tipo de inserción Igual
es diferente.
M. lumbricalis brevis digiti Similar, el tendón de origen en H. labialis Diferente pues en E. bogotensis la
III es más largo que en E. bogotensis. La inserción también ocupa el extremo distal
posición respecto al caput profundum no del metacarpo III mientras que en H.
es la misma en las dos especies. labialis sólo se da en la falange 1.
Tendo superficialis Diferente. En H. labialis es del m. palmaris Igual
prodigiti IV longus mientras en E. bogotensis es de la
aponeurosis palmaris.
M. lumbricalis longus Similar, pero en E. bogotensis cubre Se da en el mismo punto, pero el número
digiti IV completamente al tendo superficialis de tendones de inserción es diferente.
prodigiti IV y en H. labialis no lo recubre
totalmente.
M. lumbricalis brevis digiti En el mismo punto, pero el número de El tipo de inserción es diferente y en E.
IV cabezas es diferente. Además el origen en bogotensis se da en la falange 1, mientras
E. bogotensis es directo, mientras que en que en H. labialis es en el límite metacarpo
H. labialis puede ser pinnado o tendinoso. – falange.
Tendo superficialis Es diferente pues en H. labialis es del m. Igual
prodigiti V palmaris longus mientras en E. bogotensis
es de la aponeurosis palmaris
Palma
Músculo Origen Inserción
M. lumbricalis longus En E. bogotensis también abarca la Es en el mismo punto pero en H. labialis es
digiti V aponeurosis, lo que no sucede en H. con un tendón y en E. bogotensis es con
labialis. En H. labialis es más corto. En E. dos
bogotensis recubre completamente el
tendo superficialis prodigiti V mientras que
en H. labialis lo rodea pero no lo esconde.
M. lumbricalis brevis digiti Los lugares de origen son diferentes (ver Igual
V resultados) y el número de cabezas es
diferente.
M. abductor pollicis El tipo de origen es diferente y en E. Igual
bogotensis abarca no solo el radioulna sino
el ulnare
M. opponens indicis Es en el mismo punto pero el tipo de Igual
origen es diferente.
M. flexor ossis metacarpi Se da en el mismo punto pero el tipo de El tipo de inserción es diferente, además
digiti III origen es diferente. en E. bogotensis es en el límite
metacarpo– falange mientras en H. labialis
es en la falange 1.
M. flexor ossis metacarpi Igual Tanto el lugar como el tipo de inserción
digiti IV difieren entre las dos especies.
M. adductor proprius digiti Se da en el mismo punto pero el tipo de Igual
V origen es diferente.
M. opponens digiti V En H. labialis es ausente.
M. abductor primus digiti El tipo de origen es igual, pero el lugar de Similar. En E. bogotensis está fusionado
V origen es diferente. con el m. abductor secundus digiti V, lo
que se encontró en algunos individuos de
H. labialis
Palma
Músculo Origen Inserción
M. abductor secundus El tipo de origen es similar, pero el lugar es
Diferente pues en E. bogotensis presenta
digiti V diferente. una segunda inserción tendinosa.
M. flexor teres digiti V Igual Se da en el mismo punto pero el tipo de
inserción es diferente.
M. transversus metacarpi Igual Similar aunque en H. labialis es más
1 lateral.
M. transversus metacarpi Igual Diferente pues en H. labialis no ocupa el
2 extremo distal mientras en E. bogotensis
sí.
M. transverus metacarpi En E. bogotensis se da en el borde interno Similar aunque en H. labialis es más
3 y distalmente, mientras en H. labialis es en amplia.
el tercio medio y ventralmente. Es más
pequeño en E. bogotensis.

Antebrazo
Músculo Origen Inserción
M. abductor indicis longus Similar aunque en H. labialis es más amplio. El lugar es diferente, además el tendón es
más ancho en H. labialis que en E.
bogotensis.
M. extensor digitorum En H. labialis abarca también la diáfisis del En H. labialis tiene tres cabezas mientras
communis longus húmero diferente a E. bogotensis. En E. que en E. bogotensis hay dos y el tipo de
bogotensis es común con el m. extensor inserción es diferente entre las dos
carpi ulnaris y con el m. extensor carpi especies.
radialis mientras en H. labialis es
independiente.
Antebrazo
Músculo Origen Inserción
M. extensor carpi ulnaris El lugar es el mismo pero en H. labialis es El lugar y tipo de inserción no es el mismo.
independiente y simple mientras que en E. En E. bogotensis unas fibras se fusionan
bogotensis es doble y en común con el m. con el m. extensor digitorum communis
epicondylocubitalis y con el m. extensor longus lo que no ocurre en H. labialis.
digitorum communis longus (ver
descripcón).
M. epicondylocubitalis En H. labialis es simple mientras en E. Similar aunque en E. bogotensis es común
bogotensis es doble y compartido con el m. con el m. epitrochleocubitalis.
extensor carpi ulnaris.
M. extensor carpi radialis Similar aunque en E. bogotensis la cabeza Igual.
externa es tendinosa y común con el m.
extensor digitorum communis longus y en H.
labialis es carnosa e independiente.
M. flexor antibrahii Igual En E. bogotensis es más amplia que en H.
lateralis profundus labialis. En E. bogotensis las dos cabezas
convergen en una mientras en H. labialis
están estrechamente relacionados pero no
se fusionan.
M. epitrochleocubitalis En E. bogotensis es doble y en común con Similar aunque en E. bogotensis es común
el m. palmaris longus mientras en H. labialis con el m. epicondylocubitalis distalmente.
es simple e independiente.
M. palmaris longus En H. labialis es simple e independiente y En E. bogotensis llega a la aponeurosis
en E. bogotensis es doble compartidas con palmaris mientras en H. labialis se da
el m. epitrochleocubitalis y el m. flexor carpi parcialmente en la aponeurosis.
ulnaris.
Antebrazo
Músculo Origen Inserción
M. palmaris brevis Igual Similar aunque en E. bogotensis la
inserción es más amplia (ver figuras).
En E. bogotensis es cubierto por la
apoenurosis palmaris lo que no sucede en
H. labialis.
M. flexor carpi radialis Similar pero en E. bogotensis es más En ambas es común con el m. flexor carpi
angosto que en H. labialis. ulnaris pero el lugar es diferente.
M. flexor carpi ulnaris En H. labialis es independiente y en E. El lugar no es el mismo y en H. labialis no
bogotensis común con el m. palmaris estan las fibras que se articulan al m.
longus. palmaris longus, que sí se presenta en E.
Este músculo es visible superficialmente en bogotensis.
H. labialis pero en E. bogotensis está
totalmente cubierto por el m. palmaris
longus.
M. ulnocarpalis Igual. En H. labialis es más robusto que en Igual
E. bogotensis.

Superficie dorsal del pie


Músculo Origen Inserción
M. tarsalis anticus Similar pero en H. labialis está más Igual
relacionado con el m. extensor digitorum
communis longus que en E. bogotensis (ver
descripción)
M. extensor digitorum Igual Similar, el tipo de inserción es diferente.
communis longus
Superficie dorsal del pie
Músculo Origen Inserción
M. abductor brevis Similar aunque en E. bogotnesis abarca el Similar pero en H. labialis es más proximal.
dorsalis digiti V extremo proximal del fibulare y en H.
labialis lo deja libre.
M. extensor brevis Igual En H. labialis presenta más cabezas de
superficialis hallucis inserción que en E. bogotensis (ver
descripciones)
M. extensor brevis Igual En H. labialis es doble mientras en E.
superficialis digiti II bogotensis es simple.
M. extensor brevis Igual En E. bogotensis es simple y en H. labialis
superficialis digiti III es doble. H. labialis no presenta las fibras
que se insertan en el dorso del metatarso
III y que sí existe E. bogotensis.
M. extensor brevis Igual En ambas especies es doble pero una se
superficialis digiti IV articula en puntos diferentes.
M. extensor brevis En E. bogotensis es ausente.
superficialis digiti V
M. abductor brevis Se da en tarsos diferentes en cada En E. bogotensis es más amplia que en H.
dorsalis hallucis especie. labialis
M. extensor brevis Es en huesos diferentes en cada especie. En H. labialis es doble mientras en E.
dorsalis hallucis bogotensis es simple
M. extensor brevis medius Igual En E. bogotensis es independiente
hallucis mientras que en H. labialis es en común
con el m. extensor brevis sueprficialis
hallucis.
Superficie dorsal del pie
Músculo Origen Inserción
M. extensor brevis medius Similar, pero en E. bogotensis sus fibras se En E. bogotensis es independiente
digiti II confunden con las del m. extensor brevis contrario a H. labialis (ver descripción). En
superficialis digit II lo que no se encontró en H. labialis no se observó fibras que se
H. labialis. articulan en el dorso del metatarso II como
es en E. bogotensis.
M. extensor brevis medius No se encontró en E. bogotensis.
digiti III
Mm. extensores breves La cabeza externa es igual para las dos La inserción de la cabeza externa es igual
profundi hallucis especies pero la cabeza interna es ausente para ambas.
en E. bogotensis y presente en H. labialis.
Mm. extensores breves Similar, aunque el tipo de origen de la Igual
profundi digiti II cabeza interna es diferente.
Mm. extensores breves Similar pero en H. labialis el origen de la Igual
profundi digiti III cabeza interna es de tipo tendinoso
diferente a E. bogotensis (ver descripción)
Mm. extensores breves Cabeza interna: se da en lugares Cabeza interna: se da en puntos diferentes.
profundi digiti IV diferentes. Cabeza externa: igual. En H. labialis las
Cabeza externa: igual fibras de esta cabeza se extienden a lo
largo de la falange 1 mientras que en E.
bogotensis sólo alcanzan a cubrir la
articulación metatarso-falange1.
Mm. extensores breves Similar pero la posición de las dos cabezas La cabeza externa es igual para las dos
profundi digiti V respecto al m. abductor brevis dorsalis digiti especies, pero la cabeza interna se articula
V es diferente en cada especie. en puntos diferentes.
La forma ahusada de la cabeza interna en En H. labialis hay una fusión parcial entre
E. bogotensis no corresponde con lo las dos cabezas mientras que en E.
hallado en H. labialis. bogotensis permanecen independientes.
Planta
Músculo Origen Inserción
M. flexor digitorum brevis Igual De allí se originan los tendines superficialis
superficialis pro digiti III, IV y V en Hyla labialis pero en
E. bogotensis sólo los de los dedo IV y V.
M. transverus plantae Se lleva a cabo en puntos diferentes. Igual
distalis
M. intertarsalis Similar pero en H. labialis sólo pocas fibras Igual
se originan del tibiale.
M. abductor prehallucis En ambas especies es común con el m. Igual
abductor brevis plantaris hallucis, pero en
E. bogotensis se mantienen en estrecha
relación.
M. abductor brevis En E. bogotensis es común con el m. En E. bogotensis es simple y en H. labialis
plantaris hallucis abductor prehallucis y en H. labialis es doble.
comparten sólo algunas fibras
M. lumbricalis longus digiti En H. labialis es común con el m. Igual
III lumbricalis brevis digti IV y en E.
bogotensis es independiente.
M. lumbricalis brevis digiti Similar pero en E. bogotensis el tendón es Igual
III más largo.
M. lumbricalis longus digiti Similar pero en H. labialis este músculo Igual
IV recubre completamente al tendo
superficialis pro digiti IV lo que no ocurre en
E. bogotensis
M. lumbricalis longissimus Similar pero en E. bogotensis esconde al Igual
digiti IV tendo superficialis pro digiti IV y en H.
labialis no alcanza a cubrirlo totalmente.
Planta
Músculo Origen Inserción
Mm. lumbricales breves Cabeza interna: mientras en H. labialis es Igual
digiti IV común con el m. lumbricalis longus digiti III,
en E. bogotensis es independiente.
Cabeza externa: el punto de origen es
diferente y además en E. bogotensis
comparte fibras con el m. lumbricalis brevis
digiti V lo que no ocurre en H. labialis.
M. lumbricalis longus digiti Similar pero en H. labialis es más distal que En el mismo punto pero el número de
V en E. bogotensis. tendones es diferente.
En H. labialis es fusiforme mientras en E.
bogotensis tiende a ser más rollizo.
Esconde al tendo superficialis pro digiti V
en E. bogotensis pero en H. labialis no lo
recubre totalmente.
Mm. lumbricales breves Cabeza interna: el lugar de origen es Cabeza interna: se lleva a cabo en puntos
digiti V diferente. En E. bogotensis comparte fibras diferentes y el tipo de inserción es
con el m. lumbricalis brevis digiti IV y en H. diferente. En E. bogotensis hay dos
labialis no. cabezas de inserción.
Cabeza externa: se da en puntos Cabeza externa: igual.
diferentes.
M. contrahentis digiti I H. labialis presenta dos cabezas y E. Similar aunque en H. labialis no presenta
bogotensis una. Los puntos de origen no fibras que se articulan a lo largo del
son los mismos. metatarso I como en E. bogotensis.
M. contrahentis digiti II Igual En el mismo punto pero el tipo de inserción
es diferente.
Planta
Músculo Origen Inserción
M. opponens hallucis Se origina en puntos diferentes. Tanto el lugar como el tipo de inserción son
diferentes en cada especie.
M. flexor ossis metatarsi El lugar de origen es diferente y en H. Igual
digiti II labialis es compartido con los otros mm.
flexores ossei metatarsi digitorum mientras
en E. bogotensis es independiente.
M. flexor ossis metatarsi En el mismo punto pero en E. bogotensis Mientras que en E. bogotensis ocupan todo
digiti III y IV es independiente y en H. labialis es el metatarso correspondiente, en H. labialis
compartido (ver descripción). ocupa los dos tercios distales.
En H. labialis el m. flexor ossis metatarsi
digiti IV se separa en dos cabezas
distalmente, lo que no ocurre en E.
bogotensis.
M. flexor teres digiti IV y V Se originan en los mismos metatarsos en Igual
cada especie pero en H. labialis se da más
proximal que en E. bogotensis. En E.
bogotensis estos músculos son más cortos
que en H. labialis.
M. transversus Igual Similar aunque en H. labialis es más
metatarsus 1 amplia.
M. transversus Similar pero en H. labialis es más amplio Igual
metatarsus 2 que en E. bogotensis.
M. transversus Similar pero en E. bogotensis ocupa más Igual
metatarsus 3 superficie que en H. labialis.
M. transversus En E. bogotensis es ausente.
metatarsus 4

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