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DERECHO PROCESAL CIVIL III

SESION 13

ALUMNA: BEATRIZ DELGADO B.


MATRICULA No. 100384116

EL HABEAS CORPUS

La ley de habeas corpus, Nº 5353, del 22 de octubre de 1914, establece en su


artículo 19 que: Decretada la libertad por el Juez, Corte o Tribunal, ningún
funcionario podrá negarse a cumplir el mandamiento de libertad, bajo
ningún pretexto.
El hábeas corpus es una institución jurídica que persigue evitar los arrestos y
detenciones arbitrarias asegurando los derechos básicos de la víctima, algunos
de ellos tan elementales como son estar vivo y consciente, ser escuchado por
la justicia y poder saber de qué se le acusa. Para ello existe la obligación de
presentar a todo detenido en un plazo preventivo determinado ante el juez de
instrucción, quien podría ordenar la libertad inmediata del detenido si no
encontrara motivo suficiente de arresto.
Toda persona privada o cohibida en su libertad sin las debidas formalidades de
ley o que se viere inminentemente amenazada de serlo, tiene derecho, a
petición suya o de cualquier persona en su nombre, a un mandamiento de
habeas corpus con el fin de que el juez o tribunal decida, sin demora, sobre la
legalidad de la medida de privación de libertad o de tal amenaza. No procede el
habeas corpus cuando existan recursos ordinarios o pueda solicitarse la
revisión de las medidas de coerción.
El Habeas Corpus tiene en nuestro país rango constitucional. Esto significa que
esta institución procesal, su estatuto, está por encima de la ley adjetiva al
encontrarse expresamente consagrada en nuestra carta magna. El Habeas
Corpus tuvo su origen en Inglaterra y en la República Dominicana fue adoptado
en el 1914. Con el Habeas Corpus se busca proteger a las personas de una
prisión arbitraria. La expresión significa literalmente «presentar el cuerpo».
Estos términos provienen de la orden que daba el Juez al carcelero para que
llevara a su presencia la persona detenida, pudiendo el juez rápidamente
examinar las razones de la prisión y ordenar su libertad. Es el Código Procesal
Penal el que lo reglamenta como uno de los procedimientos especiales, es
decir, distinto al procedimiento ordinario por el que se conocen las violaciones a
la ley.
El Código Procesal Penal dispone que se puede ejercer una acción de Habeas
Corpus en las siguientes hipótesis:
1) que la persona esté ilegalmente privada de su libertad. La clave a determinar
es cuándo una persona está ilegalmente privada de su libertad. Digamos que
en sentido general esto se produce cuando la persona es detenida por una
autoridad que no tiene competencia para ello, cuando una persona es detenida
sin la orden de un juez o cuando la persona es detenida fuera de los casos de
crímenes flagrantes, o cuando transcurren más de 48 horas de la detención sin
que la persona sea presentada ante el juez. En todos estos casos, la persona
está siendo víctima de una prisión ilegal y por tanto puede apoderar al juez del
Habeas Corpus para procurar su inmediata puesta en libertad. .
2) El Código Procesal Penal contempla una segunda y tercera hipótesis: que la
persona se ve amenazada de ser privada ilegalmente de su libertad o
3) Que existan motivos suficientes para suponer que la persona puede ser
trasladada ilegalmente fuera de la República. En estos dos casos se trata de
una acción preventiva de habeas corpus, mediante la cual la persona se
adelanta y se pone en manos de un juez para que este examine dichas
amenazas y evite se materialice la detención o la deportación.
En la acción de Habeas Corpus hay que distinguir varios momentos:
1) La solicitud. Se trata del apoderamiento del juez para que decida sobre la
legalidad o no de la privación de la libertad, o de las otras situaciones referidas.
La solicitud no está sujeta a formalidad alguna. Se puede hacer por escrito
firmado o por declaración en secretaría. Está exenta del pago de todo
impuesto, tasa, valores o tributos. La solicitud puede presentarse cualquier día.
2) El Mandamiento. El juez evalúa si la solicitud procede, y en caso positivo
emite un mandamiento de habeas corpus, es decir, una orden para que le
presenten al impetrante ante él o el tribunal. Este mandamiento debe ser
cumplido y ejecutado, sin que pueda ser desconocido por defectos formales. El
funcionario que se resista a presentar a la persona, sin alegar causa de fuerza
mayor, comete desacato y puede ser conducido en virtud de una orden general
de captura emitida por el juez o tribunal.
3) La audiencia. El juez o tribunal, puede decidir el habeas corpus luego de oír
al impetrante, el día de su presentación. O puede fijar una audiencia sin
demora innecesaria y siempre dentro de las 48 horas siguientes, pudiendo
disponer que el funcionario que tiene bajo su control al impetrante, se presente
y exponga sus motivaciones. La audiencia no puede suspenderse por ningún
motivo y el juez o tribunal ordena la libertad o rechaza la solicitud.
4) La ejecución. La negativa, el retardo, o ejecución negligente de la libertad
dispuesta por el juez, por parte del funcionario responsable, lo hace reo de
encierro ilegal, procede su destitución y la acción civil por daños y perjuicios
causados.
Requisitos para la solicitud del Habeas Corpus
La solicitud de mandamiento de habeas corpus no está sujeta a formalidad
alguna y puede ser presentada por escrito firmado o por declaración en
secretaría, por la persona de cuya libertad se trate o por su representante, en lo
posible con indicación de:
1) El nombre de la persona en cuyo favor se solicita.
2) El lugar en donde se encuentre.
3) El nombre o designación del funcionario o la persona que haya adoptado la
medida de privar, cohibir o amenazar en su libertad física a otra o el encargado
del recinto en el cual se encuentre.
4) Una breve exposición de las razones por las que se invoca que la medida
que le priva, cohíbe o amenaza en su libertad es ilegal.
5) La mención de que no existen recursos ordinarios ni es posible la revisión de
la medida conforme a las reglas de este código.
Esta solicitud puede ser presentada cualquier día.
Presentada la solicitud de habeas corpus, si procede, el juez o tribunal ordena
la presentación inmediata del impetrante. Una vez oído el impetrante, resuelve
inmediatamente sobre la acción o fija una audiencia sin demora innecesaria,
siempre dentro de las cuarentiocho (48) horas siguientes, para lo cual
dispondrá que el funcionario demandado comparezca a los fines de que
exponga los motivos legales que justifiquen su actuación.

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