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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad

Tetsavé 20-1. Mandarás. Éxodo 27:20 – 28:12


Y pondrás las dos piedras en las hombreras del efod, como piedras memoriales para los hijos de Israel, y Aarón
llevará sus nombres delante del SEÑOR sobre sus dos hombros por memorial. (Éx. 28:12 LBLA)

¿Para qué sirven las piedras en las hombreras?


El sumo sacerdote en la tierra es una sombra del Sumo Sacerdote celestial. Todo lo que Moshé tenía que hacer
en el tabernáculo terrenal era una copia de lo que había visto del cielo. Esto nos enseña que Moshé vio el Sumo
Sacerdote celestial. Tengamos en cuenta que en el cielo el tiempo no es como el tiempo que hay en la tierra. Así
que, a pesar de que el Mesías Yeshúa todavía no había nacido, ni había muerto, ni había sido resucitado, ni
había sido glorificado ni instalado en su ministerio celestial eterno según el orden de Malki-Tsedek, Moshé lo
vio. Lo que vio fue el ministerio futuro del Mesías en el templo celestial.
Ahora, nosotros estamos viviendo después de la manifestación primera del Mesías, cuando vino como siervo
sufriente. Después de su resurrección fue elevado, glorificado, investido e instalado en el servicio celestial como
Sumo Sacerdote.
Entonces al estudiar la ropa del sumo sacerdote terrenal podemos saber qué tipo de vestidura tiene el Mesías en
el cielo en estos momentos. Sobre sus dos hombros hay dos piedras de ónice. Sobre una de las dos piedras hay
seis de los nombres de los hijos de Israel, y sobre la otra los otros seis nombres. El propósito de estas piedras es
llevar los nombres de las doce tribus delante del Eterno en memoria para que el Eterno se acuerde de cada una
de esas tribus y sus descendientes. Esto nos enseña que cuando el Mesías está sirviendo día y noche en el
templo celestial como Sumo Sacerdote, está mencionando delate del Todopoderoso los descendientes de los
hijos de Israel que están viviendo en el mundo, y posiblemente también los que han muerto esperando la
resurrección. Yeshúa el Mesías lleva casi 2000 años intercediendo por la restauración de las doce tribus. ¿Crees
que su oración será oída?
Cuando los hijos de Israel habían clamado al cielo durante 400 años vino una respuesta poderosísima desde el
cielo, con la liberación de la esclavitud egipcia con todos esos milagros y prodigios maravillosos. ¿Cómo será la
respuesta a la oración del Mesías que ha estado clamando durante un tiempo que es cinco veces más largo, con
un alma totalmente pura y justa y desde su posición celestial?
¿Cómo será la restauración de las doce tribus? El profeta nos da la respuesta, según lo que está escrito en Isaías
49:5-6: “Y ahora dice el SEÑOR (el que me formó desde el seno materno para ser su siervo, para hacer que
Jacob vuelva a El y que Israel se reúna con El, porque honrado soy a los ojos del SEÑOR y mi Dios ha sido mi
fortaleza), dice El: Poca cosa es que tú seas mi siervo, para levantar las tribus de Jacob y para restaurar a los que
quedaron de Israel; también te haré luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta los confines de la
tierra.” (LBLA)
Y en Zacarías 10:6 está escrito: “Fortaleceré la casa de Judá y la casa de José salvaré, y los haré volver porque
me he compadecido de ellos; y serán como si no los hubiera rechazado, porque yo soy el SEÑOR su Dios, y les
responderé.” (LBLA)
La oración del Sumo Sacerdote celestial será oída de manera muy poderosa. Las doce tribus serán recordadas
delante del Eterno. Y no sólo eso, la salvación llegará a los confines de la tierra junto con la restauración de las
tribus. El mundo verá cosas tan poderosas que si se contaran ahora nadie las creería. ¡La oración del Malki-
Tsedek celestial será oída! Los nombres que están escritos sobre sus hombros serán recordados y restaurados, y
entonces el mundo nacerá de nuevo.
¡Bendito sea el Eterno por sus grandes planes! ¡Y bendito sea el Eterno por haber levantado a Yeshúa como el
Sumo Sacerdote celestial! ¡Bendito sea Yeshúa por haber sido fiel en llevar la carga y la memoria de los hijos
de Israel delante del Eterno durante casi 2000 años! ¡Digno el Yeshua el Mesías de recibir honra, gloria, poder y
alabanza por su ministerio sacerdotal! Shavua tov – buena semana, Ketriel

Tetsavé 20-2. Mandarás. Éxodo 28:13-30


Y Aarón llevará los nombres de los hijos de Israel en el pectoral del juicio sobre su corazón cuando entre en el
lugar santo, continuamente por memorial delante del SEÑOR. Pondrás en el pectoral del juicio el Urim y el
Tumim, y estarán sobre el corazón de Aarón cuando entre a la presencia del SEÑOR; y Aarón llevará
continuamente el juicio de los hijos de Israel sobre su corazón delante del SEÑOR. (Éx. 28:29-30 LBLA)
¿Qué hay sobre el corazón del Sumo Sacerdote?
El relato del pectoral del juicio muestra que sobre el corazón del sumo sacerdote están los nombres de los hijos
de Israel. Cada vez que el Eterno ve el sumo sacerdotes está viendo a todos los hijos de Israel. El sumo
sacerdote representa toda la nación. El es como una puerta y un camino entre el Eterno y el pueblo y entre el
pueblo y el Eterno. Por eso está escrito que él tendrá que llevar el juicio de los hijos de Israel sobre su corazón.
No se trata solamente de transmitir mensajes del Eterno al pueblo, sino de la responsabilidad que el sumo
sacerdote tiene ante el Eterno. Lo que el pueblo hace caerá sobre él. Él es el pueblo a los ojos del Eterno.
Cuando él entra en el santuario, el pueblo está entrando en él. El es el representante del pueblo delante de
HaShem.
Lo mismo sucede en el cielo con el Sumo Sacerdote celestial. El está llevando sobre su corazón no solamente
los nombres de los hijos de Israel, sino también la responsabilidad de sus pecados. El Mesías es el pueblo de
Israel a los ojos de Eterno. Cuando el pueblo peca, él tendrá que llevar la carga y la culpa de ese pecado. El
Eterno ve al pueblo a través de él y el pueblo no puede venir delante del Eterno sino por medio de él. Él es el
camino para que el Eterno pueda llegar al pueblo de Israel y él es el camino por medio del cual el pueblo pueda
llegar al Eterno. Su misión en el cielo es importantísima. Por medio del Mesías las oraciones de los hijos de
Israel llegan al Invisible.
Ahora, ¿qué pasa con todas las demás naciones? ¿Está el Sumo Sacerdote celestial intercediendo solamente a
favor de los hijos de Israel? No, Israel fue creada para ser una nación sacerdotal (Ex. 19:6). Esto significa que
Israel es el canal entre el Eterno y las demás naciones. La función que el sumo sacerdote tiene para el pueblo es
la misma que el pueblo tiene para las naciones gentiles. De esa manera están representadas todas las naciones en
el pueblo de Israel que a su vez está representado en el Sumo Sacerdote celestial. Cuando Israel es bendecido, la
bendición llega a las demás naciones. Cuando Israel es maldecido, las demás naciones sufren por ello.
En el Salmo 67 está escrito: “Para el director del coro; con instrumentos de cuerda. Salmo. Cántico. Dios tenga
piedad de nosotros y nos bendiga, y haga resplandecer su rostro sobre nosotros; (Selah) para que sea conocido
en la tierra tu camino, entre todas las naciones tu salvación. Te den gracias los pueblos, oh Dios, todos los
pueblos te den gracias. Alégrense y canten con júbilo las naciones, porque tú juzgarás a los pueblos con
equidad, y guiarás a las naciones en la tierra. (Selah) Te den gracias los pueblos, oh Dios, todos los pueblos te
den gracias. La tierra ha dado su fruto; Dios, nuestro Dios, nos bendice. Dios nos bendice, para que le teman
todos los términos de la tierra.” (LBLA)
Ahora, el ministerio celestial sacerdotal del Mesías también está llegando a cada individuo en particular dentro
del pueblo del pacto, incluyendo a los injertados justos de entre las naciones. El hecho de que hay doce nombres
sobre las doce piedras en el pectoral nos enseña que el Eterno no mira al pueblo únicamente como una sola
cosa, sino está considerando a cada individuo en particular. Esto implica también que tu nombre está escrito
sobre el corazón del Sumo Sacerdote celestial. Yeshúa está mencionando tu nombre delante del Eterno, como
está escrito en Romanos 8:34b “el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.”
(LBLA)
Amado discípulo del Mesías, gózate porque tienes un representante en el cielo que está mencionando tu nombre
delante del Todopoderoso. Él no se olvida de ti, porque estás grabado sobre su corazón como la grabadura de
piedra que no se puede quitar. Tu valor es inmenso, más que una piedra preciosa engastada en filigrana de oro.
Gracias a sus oraciones por ti puedes llegar al Padre. Él es tu camino, tu puerta y él que se ha hecho responsable
de tus pecados. Por medio de Yeshúa eres aceptado delante del Padre. Fuera de él nadie será aceptado.
¡Bendito sea el Eterno por aceptar con agrado el servicio de nuestro Sumo Sacerdote celestial a favor del pueblo
Israel y las naciones! Ketriel

Tetsavé 20-3. Mandarás. Éxodo 28:31-43


Y estará sobre Aarón cuando ministre; y el tintineo se oirá cuando entre en el lugar santo delante del SEÑOR, y
cuando salga, para que no muera. (Éx. 28:35 LBLA)
¿Quién no morirá?
El servicio en el santuario terrenal era sumamente importante. La presencia del Eterno no es solamente una
gloria maravillosa sino también un fuego consumidor. Es muy importante saber acercarse al Eterno de manera
correcta porque en su presencia no puede haber ningún pecado. El pecado no mora en él ni puede morar en su
presencia. Por eso los sacerdotes que servían en la sombra del cielo corrían el riesgo de morir en el caso de no
cumplir con las normas de conducta correctas que existen en la Casa del Eterno. El que no cumple las normas
expone su vida a la muerte. La presencia del fuego consumidor del Eterno es sumamente peligroso para el
pecador. Pecado es no cumplir las normas.
El Eterno instruyó a Moshé acerca de cómo poder tener Su presencia en medio de los hijos de Israel y cómo
poder servirle de manera segura, para no morir. Una de las cosas que el sumo sacerdote tenía que hacer era
vestir un manto con granadas de tela y campanillas de oro todo alrededor en el borde inferior. Las campanillas
de oro tenían que sonar todo el tiempo cuando él se movía. Esto era necesario para que no muriera en la
presencia del Eterno al entrar y salir de allí. Esto nos enseña que no se puede venir ante el Eterno de cualquier
manera. Hay normas muy estrictas para poder estar cerca de Él. Cuanto más cerca de Él estemos, más disciplina
y más normas son requeridas.
Ahora, el texto hebreo no dice “para que no muera”, aunque eso sea la interpretación correcta en el sentido
simple – en hebreo pshat,‫ – פשט‬del texto. El texto hebreo dice literalmente: “y no morirá” – ve-lo yamut, ‫ולא‬
‫ימות‬. Mientras que Aharón estaba sirviendo en el lugar santo con el sonido de las campanillas de oro en sus
vestiduras él no podía morir.
Esto nos lleva a pensar en el Sumo Sacerdote celestial que no puede morir. Después de ser levantado de entre
los muertos recibió una vida indestructible, la que es el fundamento mismo para su ministerio sacerdotal
celestial, y él no puede morir. El está sirviendo día y noche en el lugar santo en el templo celestial y no morirá.
Esa vida eterna e indestructible de la resurrección será dada a todos los que confían en él. Todos los que son del
Mesías serán resucitados para la misma vida indestructible en su segunda venida.
¡Bendito sea el Eterno por la vida eterna que está en el Mesías Yeshúa! Ketriel

Tetsavé 20-4. Mandarás. Éxodo 29:1-18


y pondrás la tiara sobre su cabeza, y sobre la tiara pondrás la diadema santa… Y les ceñirás los cinturones a
Aarón y a sus hijos, y les atarás las mitras, y tendrán el sacerdocio por estatuto perpetuo. Así consagrarás a
Aarón y a sus hijos. (Éx. 29:6, 9 LBLA)
¿Por qué se cubre la cabeza en la presencia del Eterno?
En el servicio sacerdotal terrenal es necesario cubrir la cabeza para poder entrar en la presencia del Eterno.
Todos los sacerdotes tenían que ministrar delante del Eterno con la cabeza cubierta. El sumo sacerdote tenía una
cobertura que se llamaba mitsnefet, ‫מצנפת‬, traducido como tiara. Los otros sacerdotes tenían una cobertura que
se llamaba migbáat, ‫מגבעת‬, traducido como mitra.
La vestidura del sumo sacerdote terrenal es una copia de la vestidura del Sumo Sacerdote celestial. Esto nos
enseña que el Mesías Yeshúa está llevando una cobertura sobre su cabeza en su servicio delante del Eterno. Los
sacerdotes hijos de Aharón corresponden a los discípulos de Yeshúa. Consecuentemente los discípulos de
Yeshua podrán llevar parte de su cabeza cubierta en su servicio delante del Eterno, al igual que su Maestro
celestial.
La prohibición que hace Pablo en 1 Corintios 11:4 es usar un velo semejante al velo de las mujeres que baja
sobre el rostro o sobre el pelo. El texto griego habla de dejar que una cobertura baje sobre la cabeza. No es lo
mismo que llevar algo sobre la parte superior de la cabeza. Un varón discípulo del Mesías que se cubre con un
velo como se cubre una mujer deshonra a su Cabeza, que es el Mesías. En Corinto había mucha prostitución
masculina y los hombres tenían muchas costumbres de las mujeres. Pablo daba estas instrucciones para impedir
que estas costumbres entraran en la congregación del Mesías. El servicio del tabernáculo nos enseña que cubrir
la cabeza no es una señal de deshonra, sino todo lo contrario. El que se cubre delante del Eterno le honra. La
cobertura en la cabeza es señal de sometimiento y autorización como un representante.
Es una buena costumbre colocar algo sobre la cabeza a la hora de servir al Eterno. Si eres judío tienes esta
obligación como una costumbre de tu pueblo. Hoy en día los judíos piadosos siempre llevan una cobertura sobre
su cabeza en señal de su ministerio sacerdotal delante del Eterno. Esta costumbre ha sido sacada del servicio en
el templo donde todos tenían que cubrir sus cabezas en señal de respeto.
Si no eres judío y deseas cubrir tu cabeza en los momentos de oración, puedes hacerlo libremente incluso
usando una prenda que es identificada como judía. Pero si vas a usar una cobertura diariamente en público
como señal de estar en el servicio sacerdotal como discípulo del Mesías, no debes usar una kipá para que no
seas identificado como judío y no ser una piedra de tropiezo.
Las mujeres casadas, judías y no judías, deben cubrir sus cabezas siempre cuando oran. Las solteras no están
obligadas a cubrirse cuando oran pero pueden hacerlo si desean. Las judías casadas siempre deben cubrir sus
cabezas en público en señal de sometimiento a sus maridos y al Eterno. Las mujeres no judías pueden adoptar
esta buena costumbre si desean. Que todo se haga en amor y en respeto. Bendiciones, Ketriel

Tetsavé 20-5. Mandarás. Éxodo 29:19-37


Y matarás el carnero, y tomarás de su sangre y la pondrás sobre el lóbulo de la oreja derecha de Aarón, y sobre
el lóbulo de la oreja derecha de sus hijos, y sobre el pulgar de su mano derecha, y sobre el pulgar de su pie
derecho, y rociarás el resto de la sangre en el altar por todos los lados.(Éx. 29:20 LBLA)
¿Por qué sangre sobre la oreja?
Lo primero que tiene que hacer el hombre para poder cumplir su propósito en la vida es escuchar. La
declaración de fe de Israel es: “Oye Israel, el Eterno es nuestro Elokim, el Eterno es uno.” La palabra oye – en
hebreo shemá,‫ – שםע‬también significa obedece, haz caso. Esto es básico y de lo primero que el hombre tiene
que aprender en la vida, poder escuchar y obedecer.
Ahora, cuando los sacerdotes fueron instalados en su ministerio tuvieron que ser manchados con sangre de un
animal sacrificado. La sangre hace expiación por el pecado.
¿Qué fue lo primero que la sangre tenía que tocar de los cuerpos de los que iban a ser ministros delante del
Eterno? La oreja. La oreja es el medio para escuchar. La mano representa la acción del hombre. El pie
representa su comportamiento, su caminar. Lo más importante de los tres es la oreja porque fue lo primero que
fue expiado en los sacerdotes. Esto nos enseña varias cosas. El oír y el obedecer es lo primero que ha sido
afectado en la vida del hombre y por lo tanto es lo primero que tiene que ser limpiado. Pecado es no hacer caso
a los mandamientos del Eterno. Con otras palabras, la esencia del pecado es no escuchar. Adam y Javá no
escucharon con obediencia el mandamiento de no comer del fruto prohibido. La esencia del pecado es no
escuchar. Por eso, lo primero que tenía que ser expiado fue la oreja.
Esto nos enseña también que para estar cerca del Eterno uno tiene que tener el oído limpio y afinado. Hay que
cuidar muchísimo su manera de oír, como dijo nuestro Maestro: “Cuidaos de lo que oís… tened cuidado de
cómo oís” (Mar. 4:24b; Luc. 8:18b LBLA)
¿Cómo se cuida el oído? Vamos a destacar dos cosas: Primero, hay que cuidarse muchísimo de las palabras que
se hablan en el mundo. Uno que escucha palabras falsas, malas lenguas, rumores falsos, lenguaje maligno,
chistes sucios, música hecha por pecadores etc., no podrá ser un siervo fiel al Eterno. Necesitamos ser limpiados
de todo esto para ser sacerdotes delante del Eterno.
Lo segundo, hay que ser muy cuidadoso a la hora de estudiar las Escrituras y escuchar lo que el Espíritu dice.
Es muy fácil interpretar las Escrituras de manera personal y así desviarse de lo que realmente significan. Es
muy fácil mezclar la voz del Espíritu del Eterno con las emociones e ideas personales. La interpretación privada
lleva a muchos errores, como está escrito en 2 Pedro 1:20-21: “Pero ante todo sabed esto, que ninguna profecía
de la Escritura es asunto de interpretación personal, pues ninguna profecía fue dada jamás por un acto de
voluntad humana, sino que hombres inspirados por el Espíritu Santo hablaron de parte de Dios.” (LBLA)
Aunque la lógica de la mente humana sea una herramienta muy útil y puede llegar a cierto nivel de comprensión
de lo escrito, no es suficiente para entender total y correctamente lo que enseñan las Escrituras. Las Escrituras
son espirituales, y sólo una persona llena del Espíritu podrá entenderlas bien. La mente humana nunca podrá
llegar a la comprensión plena de la revelación escrita porque tiene que ser entendida por medio de una
revelación del Espíritu del Eterno dada al espíritu humano. El espíritu humano está ilimitado y tiene la
capacidad de comprender todo, pero la mente humana está limitada y nunca podrá comprender todo (cf. 1 Cor.
2:6-16). Que el Eterno permita que la sangre del Mesías sufriente limpie nuestros oídos para poder ser
liberados de las malas influencias del mundo y para poder estar afinados a la voz de su Espíritu que nos habla a
través de las Escrituras. Muchas bendiciones, Ketriel

Tetsavé 20-6. Mandarás. Éxodo 29:38-46


Esto es lo que ofrecerás sobre el altar: dos corderos de un año cada día, continuamente. Ofrecerás uno de los
corderos por la mañana y el otro cordero lo ofrecerás al atardecer… Será holocausto continuo por vuestras
generaciones a la entrada de la tienda de reunión, delante del SEÑOR, donde yo me encontraré con vosotros,
para hablar allí contigo. Y me encontraré allí con los hijos de Israel, y el lugar será santificado por mi gloria.
(Éx. 29:38-39, 42-43 LBLA)
¿Cuál es el propósito del sacrificio diario?
Cada mañana a las nueve y cada tarde a las tres tenían que sacrificar un cordero en el tabernáculo terrenal. El
cordero de la mañana expiaba por los pecados cometidos durante la noche y el cordero de la tarde expiaba por
los pecados cometidos durante el día. De esa manera hubo una expiación constante para los hijos de Israel.
Pero, ¿cuál fue el propósito de esos sacrificios? ¿Para qué el pecado del pueblo tenía que ser expiado? La
respuesta es, para que el Eterno pudiera estar cerca del pueblo. El deseo del Todopoderoso es estar cerca de sus
hijos. Pero no desea solamente estar cerca sino también vivir dentro de cada uno de nosotros. Él desea que su
gloria llene el hombre de tal manera que su luz pueda radiar en este mundo. El deseo más íntimo del Eterno es
habitar en su pueblo. Y para cumplir este deseo tenía que establecer estos sacrificios expiatorios que servían
para cubrir el pecado de manera que el pueblo pudiera acercarse al Altísimo que es un fuego consumidor.
Este texto destaca la relación estrecha que hay entre la ofrenda de ascensión continua, llamada holocausto, y la
intimidad entre el Eterno y su pueblo. Además se destaca la relación entre los sacrificios de los dos corderos
diarios y la transmisión de la Torá a Moshé.
Todo esto es una sombra del sacrifico eterno del Mesías Yeshúa. Él fue colgado en un madero a las nueve de la
mañana y entregó su espíritu a las tres de la tarde. Su muerte es necesario para la expiación del pecado en el
tabernáculo celestial para que el cielo pueda bajar a la tierra y el pueblo pueda encontrarse con el Eterno en el
tabernáculo celestial.
En el espíritu hay acceso al tabernáculo celestial (Juan 4:23-24). Aquí hay mucho que decir que es difícil de
explicar. Las dimensiones y las consecuencias de la muerte expiatoria del Cordero del Todopoderoso son
inmensas en cuanto a la intimidad espiritual entre el hombre y el Creador.
La muerte y resurrección de Yeshúa abrió el camino para el servicio espiritual en el santuario celestial. Todos
los que han nacido de nuevo tienen la posibilidad de servir como sacerdotes en el templo celestial. El Mesías es
el Sumo Sacerdote y sus discípulos son los sacerdotes.
Para el que profundiza en esta realidad se le abrirá un mundo inmenso con influencias espirituales tremendas
tanto en el mundo espiritual como en este mundo físico. La intimidad con el Eterno por medio del sacrificio del
Cordero es mucho más profunda que la intimidad que se produjo en el tabernáculo terrenal. Las palabras nos
faltan para expresar las profundidades y las alturas de este ministerio sacerdotal celestial.
Que el Eterno abra nuestros ojos del corazón para ver la importancia del sacrifico del Cordero y que nos llene
de su Espíritu para poder servir fielmente como sacerdotes en el tabernáculo celestial y encontrarnos cara a cara
con el Eterno todos los días, AMEN. Ketriel

Tetsavé 20-7. Mandarás. Éxodo 30:1-10


Le harás dos argollas de oro debajo de su moldura; los harás en dos de sus lados, en lados opuestos, y servirán
de sostén para las varas con las cuales transportarlo.(Éx. 30:4 LBLA)
¿Por qué el altar fue hecho móvil?
Todos los objetos del tabernáculo fueron hechos móviles. El tabernáculo mismo fue un santuarios preparado
con el fin de viajar con los hijos de Israel en el desierto. Esto no es sólo una cosa práctica para el tiempo de
tránsito de los hijos de Israel, sino constituye una lección muy importante para nuestras vidas personales.
En este mundo todo se está moviendo. Lo único que no se mueve es el Eterno. Sin embargo él está
interactuando en este mundo móvil como si también él se estuviera moviendo (cf. Ez. 18).
Todo cambia a nuestro alrededor y dentro de nosotros desde que nacimos en este mundo. Hay una tendencia en
el hombre que va en aumento con los años, la de no querer cambiar. Lo que uno ha aprendido en la vida crea
seguridad de alguna manera, y al sentir esa seguridad es fácil pararse y sentirse cómodo. Por eso, todo cambio
constituye un desafío para la mente cómoda que se ha acostumbrado a algo. Los cambios requieren nuevos
esfuerzos y crean nuevos riesgos de equivocarse. Por eso el hombre cómodo se vuelve enemigo de los cambios.
Esto viene del yetser hará – la mala inclinación.
Si nos fijamos en el altar y lo aplicamos a la vida de oración y entrega del justo, podemos destacar el hecho de
que como el altar tiene que ser móvil, flexible, nuestra vida de oración y entrega a Eterno tienen que ser
ajustadas a toda nueva situación en la que nos encontramos. Como se requería sacrificios de animales en el altar
cada día, así cada día requiere una nueva entrega al Eterno.
No podemos vivir delante del Eterno según la relación que tuvimos con él ayer. No podemos vivir nuestra
intimidad con él con una esperanza de lo que habrá mañana. Tenemos que entregarnos cada día, no importa
cómo nos sintamos, no importa cómo sean las circunstancias. Nuestro altar tiene que ser flexible, móvil, y tiene
que moverse con las circunstancias de manera que nuestra entrega sea constante.
Querido discípulo del Mesías, si has dejado tu altar atrás, vuelve allí y levántala de nuevo. Llévalo siempre
contigo. No descuides tu entrega diaria al Eterno. Muévete hacia adelante en tu oración y camina con el Eterno
hacia la meta que tiene para tu vida. Shabat shalom, Ketriel

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