Está en la página 1de 30

TODAS LAS ÁREAS DE LA VIDA CRISTIANA SE

REQUIERE ACTUAR EN CONFORMIDAD A LA


VOLUNTAD DE DIOS Y NO LA DEL HOMBRE.
LA ESCRITURA NOS ENCIENDE UN
SEMÁFORO AMARILLO DE PRECAUCIÓN AL
SENTENCIAR JESÚS EN EL SERMÓN DEL
MONTE: NO TODO EL QUE ME DICE:SEÑOR,
SEÑOR, ENTRARÁ EN EL REINO DE LOS
CIELOS, SINO EL QUE HACE LA VOLUNTAD
DE MI PADRE QUE ESTÁ EN LOS CIELOS
(MATEO 7:21). EL MISMO SEÑOR JESÚS DIJO
QUE HABÍA DESCENDIDO DEL CIELO NO
PARA HACER SU VOLUNTAD SINO LA DEL
PADRE QUE LO ENVIÓ, ESTO ERA SU
PRIORIDAD. TAL COMO LO DIJO A SUS
DISCÍPULOS, SU COMIDA ERA CUMPLIR LOS
DESIGNIOS DEL PADRE Y ACABAR SU OBRA.
[quote align=’right’]tal como lo dijo nuestro Maestro, …la mies es mucha, mas los obreros
pocos (Mateo 9:37), así que sigamos rogando al Señor que envíe obreros a su mies.
Sigamos obedeciendo la encomienda desde México a las naciones.[/quote]Pablo también
manifestó en sus cartas que era apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios. Acerca de la
voluntad de Dios en cuanto a las misiones, surgen las siguientes preguntas: ¿Debemos
involucrarnos todos los cristianos en misiones, o será sólo para algunos?, ¿será su voluntad
que vayamos a gente de otro idioma y de otra cultura?, ¿sólo deben hacerlo algunas iglesias
o todas?, ¿debemos invertir vidas y recursos financieros para alcanzar a aquellos que están
lejos, habiendo tanta necesidad a nuestro alrededor?
JESUCRISTO ES NUESTRO SUPREMO EJEMPLO COMO
MISIONERO

Jesucristo fue el primer misionero. Se introdujo en la humanidad que tenía necesidad de


salvación, habitó entre nosotros, vino del cielo a una cultura terrenal, cambió su trono de
gloria por el humilde pesebre. El Creador, sin dejar de ser Dios, se convirtió en criatura;
humillándose a sí mismo se hizo hombre. El que debía ser obedecido se hizo obediente
hasta la muerte y muerte de cruz. El Señor se enculturizó para identificarse con el pecador,
aunque él era sin pecado.

Jesús vino hasta donde estábamos los pecadores para acercarnos el reino de los cielos y
llamarnos al arrepentimiento. Como dice el coro: de su trono a la cruz y mi deuda pagar…
Se encarnó el Hijo de Dios para poder transmitirnos su mensaje y su misma vida. No lo hizo
a larga distancia, sino que como buen misionero, vino hasta donde habitamos los pecadores,
habló nuestro propio lenguaje para que le entendiéramos, …y habitó entre nosotros (y
vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad (Juan
1:14).

¡BENDITO AMOR QUE NOS VINO A MOSTRAR!

LA UNIVERSALIDAD DE LAS DECLARACIONES DEL


SEÑOR

La voluntad divina es que todos los seres humanos tengan la oportunidad de escuchar el
mensaje de salvación. Dios quiere que todos sean salvos y vengan al conocimiento de la
verdad. El deseo del Padre es que nadie se pierda, sino que todos procedan al
arrepentimiento.

El Señor no excluyó a nadie: La instrucción a sus discípulos fue predicar el evangelio a toda
criatura, ir a todas las naciones.

El poder del Espíritu Santo los capacitaría para ser testigos no sólo en su nación, sino más
allá de sus fronteras, hasta lo último de la tierra. La escena de Apocalipsis 7:9 nos muestra
como resultado de la universalidad del mandato de Cristo, a una multitud compuesta de
gente de todos los pueblos, tribus, y lenguas, la cual está delante del trono celestial y del
Cordero.

ALGUNAS EVIDENCIAS EN EL ANTIGUO


TESTAMENTO

Las Misiones, son un reto para cualquier


denominación religiosa!
Los Salmos nos muestran que la voluntad de Dios es que sea conocido en la tierra su
camino y en todas las naciones su salvación (Salmos 67:2). Nos aseguran además que todas
las naciones vendrán y adorarán su nombre (Salmos 86:9).

De acuerdo al profeta Isaías, la salvación debe extenderse hasta los confines de la tierra
(Isaías 45:22). La intención del Señor fue que Israel, su pueblo del antiguo pacto, fuera luz a
las naciones hasta lo postrero de la tierra (Isaías 49:6).

También Jeremías fue llamado para que fuera una voz para las naciones (Jeremías 1:5). El
profeta “llorón” debía llevar su mensaje no sólo a su pueblo, sino a otros reinos. Ezequiel,
por su parte, profetizó que Jehová sería engrandecido, santificado y conocido ante los ojos
de muchas naciones y que Jehová pondría su gloria entre las naciones (Ezequiel 38:23;
39:21).

Durante la dedicación del templo de Salomón, cuando la Shekina se manifestó, expresaba el


monarca en su oración el siguiente anhelo: para que todos los pueblos de la tierra
conozcan tu nombre, y te teman así como tu pueblo Israel. La Escritura nos ofrece el
testimonio de otros personajes que con su vida y su fe impactaron a otras naciones, las
cuales fueron receptoras del amor de Dios, mencionaremos algunos:

 José el soñador, misionero forzado al país de Egipto y testigo ante Faraón


(Génesis 41:38).
 Moisés ganó muchos gentiles que lo acompañaron al salir de Egipto (Éxodo
12:38).
 Nohemí fue misionera a la nación de Moab y en particular a Rut, quien se
convierte al Dios vivo y verdadero (Rut 1:16) y llega a formar parte de la
genealogía de nuestro Señor Jesucristo (Mateo 1:5).
 Elías, el profeta de fuego, dio testimonio a la viuda de Sarepta de Sidón (1 Reyes
17:24).
 Eliseo fue usado para que Naamán el Sirio conociera el poder de Dios (2 Reyes
5:15).
 Jonás, viajó en un gran pez y predicó con grandes resultados a la ciudad de
Nínive (Jonás 1:16).
 Daniel fue misionero a las naciones de Babilonia y Persia durante la cautividad
(Daniel 2:47).
 Ester fue misionera en Persia y muchos persas se convirtieron (Ester 8:17).

De José hasta Ester se cubren unos 1400 años, durante los cuales se muestra el interés y el
amor del Padre celestial por todas las naciones. Esto nos da suficiente evidencia de cuál es
la voluntad de Dios respecto a las misiones.

ACTORES PROTAGONISTAS EN LAS MISIONES

Desde luego que Jesucristo es el principal protagonista, él vino a esta tierra a hacer su parte.
Su obra fue consumada en la cruz del calvario, resucitó, ascendió a los cielos, está a la
diestra del Padre intercediendo por nosotros y concedió a la iglesia el bendito privilegio de
cumplir la gran comisión. Pero en Romanos 10 encontramos a otros actores involucrados:

 Los perdidos. Son los que necesitan salvación, los que han de invocar su
nombre, los que deben creer; sean judíos, griegos o de cualquier nación (vv. 11-
13).
 Los enviados. Son los que les harán oír el mensaje de salvación, los que predican
a los perdidos para que se salven. Son los misioneros que irán hasta donde están
los extraviados (v. 14).
 Los enviadores. Son las iglesias, los pastores y los creyentes que oran e
interceden por los perdidos. Son los apoyan financieramente a los misioneros (v.
15). En las Asambleas de Dios tenemos misioneros que están promocionando
sus proyectos en nuestras iglesias. Adoptémoslos, es decir, oremos
sistemáticamente por ellos y enviemos mes a mes una ofrenda para su
sostenimiento. La voluntad de Dios es que todos los creyentes participemos
como protagonistas. Amado pastor, ¿su iglesia ya está haciendo la voluntad de
Dios en las misiones? Lo invito a tomar las siguientes iniciativas prácticas en su
congregación:
 Elegir o designar un coordinador o formar un comité de misiones.
 Tener un culto programado de misiones, de preferencia una vez al mes.
 Llevar a cabo una jornada misionera anual.
 Recibir a un misionero acreditado para que promocione su proyecto.
 Tomar tres minutos del culto domincal para orar por un misionero o por un
pueblo inalcanzado.
 Recabar y enviar una ofrenda mensual a favor de uno o varios misioneros
acreditados.
 Acudir a las reuniones distritales y nacionales de misiones.

Recuerde siempre que misiones somos todos, y que

[DROPCAP]M[/DROPCAP]ISIONES SE HACEN
CON LOS PIES DE LOS QUE VAN, CON LAS
RODILLAS DE LOS QUE ORAN Y CON LAS
MANOS DE LOS QUE DAN.
Su participación como pastor es vital para cumplir la voluntad de Dios en las misiones.
Agradezco a todos los pastores que ya están involucrados en esta santa labor, invito a los
que aún faltan para que se sumen al esfuerzo del Concilio para contribuir en la gran
comisión que nos ordenó nuestro Señor Jesucristo.

Seguiremos participando en el concierto mundial para que todas las naciones adoren al Dios
vivo y verdadero.

[quote]Tal como lo dijo nuestro Maestro, …la mies es mucha, mas los obreros pocos
(Mateo 9:37), así que sigamos rogando al Señor que envíe obreros a su mies. Sigamos
obedeciendo la encomienda desde México a las naciones.[/quote]
 

Misiones conforme al
corazón de Dios
 es un llamado a hacer discípulos en todas las naciones, enseñándoles lo que la Biblia dice y
bautizándolos en el nombre de la Trinidad (del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo). En este sentido,
el cristianismo y la Gran Comisión son sinónimos.

Ahora, debido a la importancia de este llamado, debemos querer hacerlo de una forma que honre a
Dios. ¿Cómo llevar a cabo la Gran Comisión conforme al corazón de Dios? Dicho de otra manera,
¿cómo ser misioneros conforme al corazón de Dios?

Un ejemplo en la Palabra

La expresión conforme al corazón de Dios en la Biblia se le otorga a David:

“He hallado a David, hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo
quiero”, Hechos 13:22.

Este pasaje hace una relación interesante. David fue un varón conforme al corazón de Dios, y se
describe como aquel quien había de hacer todo lo que Dios quería. Pudiéramos decir que ser
conforme al corazón de Dios implica hacer lo que Él quiere que hagamos. Entonces podemos hacer
la pregunta: ¿qué es lo que Dios quería? ¿Qué es lo que Dios quiere?

Creo que hay un evento que nos puede dar luz al porqué de esta afirmación sobre David, a pesar de
haber sido un hombre con diversos pecados. En el encuentro de David con el gigante Goliat no solo
encuentro el porqué del calificativo de David como un hombre conforme al corazón de Dios, y
también el meollo de misiones conforme al corazón de Dios. Dice 1 Samuel 17:46:

“El SEÑOR te entregará hoy en mis manos, y yo te derribaré y te cortaré la cabeza. Y daré
hoy los cadáveres del ejército de los filisteos a las aves del cielo y a las fieras de la tierra,
para que toda la tierra sepa que hay Dios en Israel, la frase final del versículo es la clave,
para que toda la tierra sepa que hay un Dios en Israel”.

El propósito de Dios en la Gran Comisión es que el nombre de Cristo sea conocido, que discípulos
sean formados y que Él sea adorado por todos los grupos étnicos de toda la tierra, como lo vemos
en Apocalipsis 7:9-10. La exaltación de Dios y el enaltecimiento de Su gloria estaba en el corazón de
David. Fíjate cómo lo dice en el Salmo 108:3-5:

“Te alabaré entre los pueblos, SEÑOR; te cantaré alabanzas entre las naciones. Porque
grande, por encima de los cielos, es tu misericordia; y hasta el firmamento tu verdad.
Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios, sobre toda la tierra sea tu gloria”.

Igual encontramos que sucedía en el corazón de Cristo, quien al final de sus días en la tierra
pronuncia estas palabras que tienen que ver con el fin de su misión: “Yo te glorifiqué en la tierra,
habiendo terminado la obra que me diste que hiciera”, Juan 17:4.
Entonces, misiones conforme al corazón de Dios deben de estar centradas en que Su nombre sea
conocido, que Él sea exaltado, enaltecido y adorado entre todos los grupos étnicos de la tierra.

Carlos es pastor y misionero de la IMB desde el 2005, sirviendo principalmente como


plantador de iglesias. Nacido en Cuba, creció en Miami y salió al campo misionero
hacia República Dominicana en el 2003. Actualmente sirve junto a su esposa Liliana en
Ciudad de México, donde fundaron el Instituto Hechos 5:42. Él tiene un certificado en
Ministerio del Seminario Teológico Bautista Dominicano, y a punto de completar una
Maestría en Estudios Teológicos con concentración en Plantación de Iglesias en
el Southern Baptist Theological Seminary. Es autor del libro Viviendo la gran comisión:
Su gracia es más que suficiente.

La misión de Dios para la iglesia


15 mayo, 2014

La Biblia entera gira alrededor de la persona de Jesucristo y su misión. Jesús dijo: “el Cristo
sufrirá pero se levantará de los muertos al tercer día, el arrepentimiento y perdón de
pecados debe ser predicado en su nombre a todas las naciones, empezando por Jerusalén”
Lucas 24 versículos 46 y 47.  (Parafraseado)
 
¿Podemos afirmar entonces que toda la Biblia es acerca de una misión? No, si creemos que
las misiones es algo que nosotros hacemos. La misión no es nuestra, es de Dios. No es que
Dios le ha dado una misión a su Iglesia en esta tierra, la realidad es que Dios tiene a su
Iglesia en esta tierra para cumplir su misión.
Desde Génesis conocemos que Dios ha hecho un pacto eterno para bendecir a todas las
naciones por medio de los hijos espirituales de Abraham. Jesús no solamente vino al
mundo; él fue enviado con una misión. En su bautismo Jesús recibió la afirmación de su
verdadera identidad y misión. La misión del ciervo que tiene que ser agente de la salvación
de Dios alcanzando los límites de la tierra. (Isaías 49 versículos seis). La misión del rey
mesías era por un lado gobernar la tierra y recibir las naciones como herencia. Salmo 2: 8.
La misión emana de la identidad de Dios y su hijo. La misión para nosotros significa que
participamos en los propósitos del pueblo de Dios para redimir toda la creación.
 
Esto echa por la borda algunas de las ideas comunes que tenemos sobre la misión y que
hemos escuchado a lo largo de nuestra vida cristiana. Constantemente nos obliga a abrir los
ojos a la gran figura, en lugar de conformarnos con quedarnos en nuestro pequeño templo,
la única orden que tenemos nos ha sido dada a nosotros en la Biblia.
 
Tarea:
Busquen su Biblia los siguientes versículos, haga un pequeño comentario sobre lo que usted
comprende por cada uno de ellos. Realice su trabajo en una página de texto y lo cargamos
en el área de tareas del curso.

 La visión de Dios. Isaías 66:18


 El gran pacto de Dios. Génesis 12:2,3.
 La herencia de Dios. Salmo 2: 7y 8
 El acto más grande de Dios. Juan 3:16.
 La gran invitación de Dios: Marcos 1:17.
 El gran mandamiento de Dios: Mateo 22:37-39.
 La gran Comisión de Dios: Mateo 28:18-20.
 DUNAMIS La gran fuerza de Dios. Hechos 1:7-8.
 La gran salvación de Dios: Apocalipsis 7:9-10

¿Esta su iglesia involucrada en el desarrollo de la


gran Comisión para este mundo?
La palabra de Dios es clara y ha dado un mandamiento; las necesidades de las almas del
mundo hacen urgente obedecer. Cuando unimos fuerzas para el trabajo de la evangelización
mundial nos convertimos en socios del mismo trabajo con Dios en la mayor empresa que el
mundo jamás ha conocido. Debemos estar conscientes que la gente se perderá en la
eternidad si no escuchan nunca la salvación de Dios y desarrollan una relación personal con
Jesucristo. Debemos comprender de qué manera Dios ha prometido traer la salvación a este
mundo; debemos recordar que Dios ha guardado su Iglesia y la ha sostenido a través de los
siglos; en cada tiempo llamó a alguien para cumplir su tarea.
 
Este es el siglo de África, Asia y América Latina, las iglesias necesitan unirse para avanzar el
reino de Dios en esos lugares. Sin embargo hay al menos seis barreras que debemos
enfrentar antes de comenzar a trabajar para el reino de Dios.

1. Primero lo primero. En Juan capítulo 15 Jesús nos da la llave de una vida


victoriosa en Cristo, en términos claros el habla de la necesidad de vivir una vida
dependiente de él. Tal como la rama de la vida depende del árbol para sobrevivir
nosotros también no podemos vivir separados de él. La mejor manera en que
podemos vivir activamente esa dependencia de Cristo es por medio de la
oración, cuando fracasamos o no oramos estamos en esencia haciendo una
declaración de independencia cuyos resultados inevitablemente harán que
dejemos de llevar fruto y eventualmente podríamos sacarnos y caer del árbol. La
oración debe ser la primera y la más fundamental de todas las tareas en
cualquier nivel de la Iglesia y eso incluye la misión. Como motivador o
movilizador de las misiones deberíamos mantener ante la congregación
peticiones específicas de oración por aquellos que se encuentran al frente de la
batalla en las misiones. Oremos regularmente por las agencias misioneras por
las familias de misioneros y por las personas que ofrendan constantemente para
la misión.

 
2. Evalúe su posición presente. Antes de iniciar cualquier proyecto misionero o
no dentro de la iglesia o a nivel personal, necesariamente tenemos que evaluar
nuestro estado espiritual presente. Una vez habiendo evaluado nuestra propia
condición podemos proceder a evaluar también la situación general de nuestra
Iglesia en relación con la misión. Podríamos hacernos las siguientes preguntas:

 ¿El liderazgo de la iglesia enseña con el ejemplo a obedecer el mandato de la


Gran Comisión como la tarea principal de la iglesia?
 ¿Su Iglesia local tiene un equipo que apoya, capacita y anima para que todos
los ministerios y miembros de la iglesia se involucren en el cumplimiento de la
Gran Comisión?
 ¿Tiene la iglesia, prioridades claras y objetivos realistas para el involucramiento
en la misión?
 ¿Están los miembros, a través de todos los grupos, consistentemente siendo
capacitados que proclamar el Evangelio a todas las naciones es el propósito
central de la iglesia?
 ¿Están los miembros, siendo retados continuamente a involucrarse en proyectos
misioneros como parte normal de la vida cristiana?
 ¿Su Iglesia, activamente anima y apoya misiones de corto plazo y servicios
misioneros?
 Su Iglesia, activamente anima a los miembros a servir en misiones de largo
plazo y cuando hay interesados los prepara adecuadamente para ser enviados?
 ¿Existen reuniones de oración para la misión de manera regular y es parte
normal de la vida espiritual de la Iglesia y sus miembros?
 ¿Su Iglesia activamente se preocupa por los misioneros que han sido enviados y
los atiende en sus necesidades financieras y espirituales?
 ¿Su Iglesia, da una parte sustancial de su ingreso para las misiones?

 
 

3. Estrategias iniciales:
o Empiece a hablar de misiones! Para saber cómo piensan los demás.
o Conduzca estudios sobre misiones. Si no es el pastor, pida permiso
antes.
o Invite a alguien de fuera para que hable sobre misiones
o Organice un viaje misionero de corto plazo

 
4. Establecimiento de la visión, misión y estrategias. La visión de la Iglesia
tiene que estar basada en la misión. Para el establecimiento de la misión y la
visión de la Iglesia te recomendamos revisar los contenidos del material Diseño
de Proyectos para la Iglesia Local. Allí se dan algunas pautas para establecer la
visión, misión y estrategias de la congregación.

 
Los siguientes son algunas pautas que se dan para iniciar un proceso de planificación
estratégica en la iglesia. Este tipo de planificación debe ser realizado por toda la
congregación o por lo menos por el liderazgo de la misma, en el peor de los casos si los
hermanos que dirigen la congregación, incluyendo al pastor no están interesados en
reformular la visión y misión de la congregación vale la pena pedir permiso para crear un
comité de misiones y a nivel de comité diseñar entonces una planificación estratégica.
Si la iglesia ya tiene un comité, entonces es muy probable que este tipo de planificación ya
fue realizado Juan que no esté escrito en ningún lugar definitivamente hay una razón de ser
del Comité.
 
Si no hay comité y no le dan permiso de organizar uno entonces debe hacer como aquel
hermano que estaba en un seminario estudiando para ser misionero pero su pastor y los
ancianos de la iglesia se oponían; no queriendo ir en contra de la autoridad de sus líderes
este hermano empezó a orar para que Dios cambiará el corazón de estas personas. Tres
largos años pasaron antes de que fuera invitado por primera vez a explicar sus ideas para el
desarrollo de la visión misionera.
 
Visión: Imagine por un momento, que clase de iglesia deseamos tener. ¿Qué clase de
Iglesia misionera esperamos que sea la nuestra? Escriba una descripción de lo que usted
desea que su Iglesia sea de aquí a 10 o 15 años. Esa es la visión, una visión es una
declaración de cómo quisiera yo que fueran las cosas dentro de un tiempo. Es una
declaración que puede también corregirse a medida que vamos caminando.
 
Misión: Si la visión nos dice cuál es nuestro destino, la misión nos aclara cuál es el camino
que debemos seguir. Por ejemplo, si como visión queremos una iglesia que se preocupe por
el desarrollo de la gran Comisión, que ore por los pueblos no alcanzados, que ayude a
sostener al menos una familia misionera. La misión entonces nos va decir de qué manera
vamos a hacer que los miembros de nuestra congregación se preocupen por la gran
Comisión, de qué manera vamos hacer que ellos oren y de qué manera vamos a hacer que
ofenden para sostener a una familia misionera. La visión normalmente se redacta en
tiempo futuro y la misión en tiempo presente.
 
Diagnóstico: FODA. Aunque el diagnóstico no es parte normal que encuentre uno en la
planificación estratégica, siempre es importante poner los pies en la tierra, en este caso
debemos determinar cuáles son nuestras fortalezas, nuestras oportunidades, nuestras
debilidades y las amenazas que enfrentamos. Por fortaleza entendemos todas aquellas cosas
que ya tenemos y que ayudarán a desarrollar la misión y visión; por oportunidades
entendemos aquellas fortalezas que no usamos, es decir son cosas que ya tenemos pero que
no estamos aprovechando totalmente. En el caso de las debilidades, éstas se refieren a
aquellas cosas dentro de nuestra congregación que estorban el desarrollo de la misión y
visión misioneras. Una de las grandes debilidades muchas veces lo constituye la misma
forma de pensar del liderazgo de la iglesia o de la mayoría de sus miembros. Finalmente las
amenazas son aquellas cosas externas sobre las que no tenemos control. La primera
fortaleza de toda iglesia es la oración, la que también es una oportunidad porque este es uno
de los recursos menos usados. Las debilidades pueden ser todas aquellas preguntas u
objeciones que los miembros o el liderazgo de la iglesia tienen a la hora de tratar de
impulsar la conciencia misionera. Y la amenaza no nos cabe duda que es el diablo, nuestro
enemigo principal.
 
Estrategias: Si la misión nos dice cómo vamos a realizar el trabajo para alcanzar nuestra
visión, las estrategias son las grandes ideas sobre las cuales nos movemos. Más adelante
enumeramos algunas estrategias que se pueden seguir, por ejemplo crear cadenas de
oración, orar por las familias en los servicios misioneros, buscar gente que nos apoye en el
trabajo del Comité de misiones, todas estas cosas son estrategias.
 
Objetivos SMART. Una vez que hemos determinado una estrategia a seguir, ésta se
convierte en un objetivo. Por ejemplo si deseo empezar una cadena de oración, se dice que
los objetivos deben de ser específicos, medibles, alcanzables, realistas y temporales. Si mi
estrategia es una cadena de oración, traducido a objetivo puede decirse que queremos
involucrar a 10 hermanos para que por el período de un año oren por la familia “González”
que se encuentran trabajando en España. Aquí, hemos especificado claramente cuanta
gente queremos, por cuanto tiempo van a orar, por quienes van a orar y finalmente en
donde están ubicados.
 
Cronograma. Siempre es bueno tomar una página de texto y hacer una pequeña tabla
donde organicemos una agenda de trabajo, la agenda puede organizarse para que dure un
año y proponernos un objetivo general para el Comité de misiones. Nuevamente
recomendamos leer el contenido del material Diseño de Proyectos para la Iglesia con el
objetivo de aprender a redactar correctamente un proyecto, al presentarlo al liderazgo de la
iglesia podemos establecer claramente a donde queremos llegar, cuántos recursos vamos a
necesitar, cuánto tiempo vamos a tardar y como podrán ellos medir nuestro trabajo es decir
evaluarnos.
Organigrama. Finalmente y no menos importante que el resto de pasos, debe existir una
línea clara de responsabilidades. Es decir, quienes serán los encargados del proyecto, de
supervisarlo, y de realizar las diferentes funciones que normalmente un comité tiene. Se
aconseja tener un presidente del comité, un secretario, tesorero y por lo menos 2 miembros
adicionales para apoyar el trabajo.
 
Formar un equipo. Después de realizar la planificación estratégica de la congregación o
del Comité de misiones, debemos conseguir personas que nos ayuden para realizar las
labores iniciales o estrategias que hayamos planificado. Lo más importante en este
momento es orar y pedir que el señor nos traiga a aquellas personas que pueden servir de
apoyo. Para eso también hay algunas estrategias importantes que podemos seguir:
 
Desarrollar una cadena de oración. Por cada área geográfica o por cada misionero que
conozcamos es importante mantener una cadena de oración. Considere una reunión
mensual únicamente para orar por un misionero o un lugar en específico.

 Organizar un momento de oración en toda la congregación. Por ejemplo en un


servicio dominical cada domingo o siquiera una vez al mes dedicar cinco
minutos para orar por un misionero o por una región. Previo a la oración se debe
dar alguna información exacta de la persona por la que vamos a orar o del lugar;
si se puede de ambos mucho mejor.

5. Mantener una comunicación abierta con aquellos misioneros por los cuales
oramos.
6. Traer invitados especiales para este tipo de oración, gente que ha viajado al
exterior, que ha servido como misionero en algún lugar o que trabaja en
organizaciones misioneras.
7. Adoptar una familia misionera. No necesitamos conocer directamente a la
persona; podemos informarnos de una familia de nuestra ciudad que se
encuentre de misionera en otro país o en otra localidad y una vez que entremos
en contacto con ellos empezar a orar regularmente. Hace algún tiempo supimos
de una familia misionera que se encontraba en cierta ciudad de África, por
muchos años habían predicado en ese lugar con muy pocos resultados, en
realidad muy poca gente se había convertido después de casi 20 años de
servicio. Algún tiempo después tuvo lugar en esa ciudad un avivamiento como
nunca antes se había visto; nuestra familia misionera estaba sorprendida porque
en realidad no habían hecho nada nuevo durante todo ese tiempo, no habían
llegado visitas, no habían ocurrido casos de sanidad divina, tampoco habían
repartido mayor literatura cristiana debido a las restricciones legales en ese
país. Sin embargo estaban sorprendidos por la cantidad de personas que estaba
viniendo a los pies del Señor. No mucho tiempo después fueron invitados a
visitar una pequeña iglesia en su país de origen, jamás habían escuchado de
esta iglesia. Cuando llegaron los hermanos les contaron que habían sabido del
trabajo que estaban realizando, y que, Iglesia habían decidido orar por ellos
todos los domingos durante los últimos dos años. Ahora, nuestros hermanos
sabían exactamente porque se había dado el avivamiento.
8. Orar por los pueblos no alcanzados. Terminamos recordando la historia de
aquel pastor en Brasil que no quería invertir en la misión a nivel internacional.
Su viejo compañero certeramente le dijo: agradezca Dios que los europeos y
estadounidenses te hace un siglo no pensaron como usted. Tenemos una deuda
con esa gente, esas personas que vinieron a vivir entre nosotros y predicaron el
evangelio entre nuestros padres y abuelos. Gracias a ellos tenemos nosotros luz
en nuestra vida y por lo tanto si no podemos ofrendar y nadie puede viajar lo que
sí podemos hacer es orar.

 
Tarea: Póngase en contacto con alguna agencia misionera o ingrese a alguno de los sitios
web cuyos enlaces aparecen en el área del curso virtual, seleccione una familia misionera
por la cual empezaremos a orar. Imprima sus nombres o su imagen si es posible y ponga ese
papel en un lugar visible en su casa, al menos una vez por semana dediqué unos minutos a
orar por ellos.
El Llamado Misionero y
Nuestra Respuesta
No hay duda de que es Dios y sólo Dios quien ha llamado y seguirá
llamando a tantos, muchas veces jóvenes, pues tiene un plan para la
futura cosecha. El llamado es divino; Jesús mismo nos dijo en Lucas
10:2 que oremos para que Dios envíe obreros. Por tanto, podemos
concluir que el llamado divino es una respuesta a esta oración; Él llama
personas a la obra misionera (y a la obra en general).

Sin embargo, a pesar de que el llamado es divino, requiere de nosotros


una respuesta adecuada, o el llamado podrá llegar a ser frustrado.
Vamos a introducirnos a este tema tan trascendente, observando
primero los errores más comunes, y luego, cómo enfrentarlos
correctamente.

A. Los errores más comunes en cuanto al


llamado misionero:
1. Confundir carga y llamado.

Muchas hermanos confunden cargo con llamado.

2. Equivocarse en cuanto al tiempo y forma.

Muchas veces, en su entusiasmo, se equivocan… no en el llamado, sino


en el tiempo de Dios y la forma de Dios para cumplirlo.

3. Tener expectativas no realistas

Muchas veces por su entusiasmo por el llamado, el futuro misionero


tiene expectativas no realistas, un “romanticismo”, seguido de
desilusión, al enfrentarse con la realidad.
4. Confiarse en el solo hecho de tener el llamado, sin preocuparse por
una correcta preparación.

Muchas veces se espiritualiza tanto el llamado, que se llega a relegar la


importancia de una buena preparación; pero, por lo contrario, por causa
del llamado, debemos seguir pasos claros en pro de prepararnos.

5. Inferir que nuestro llamado garantiza la provisión divina.

Podemos actuar ignorantes de que la realidad de que la iglesia debe


comprender su llamado para enviarnos; es tarea del llamado contagiar la
pasión por las misiones a los demás a través de un compromiso concreto
de apoyar la obra misionera a través del sostén espiritual y económico.

B. Respuestas a los errores en cuanto al


llamado
1. Los requisitos básicos para un candidato a misionero (respuesta a:
“Confundir carga y llamado”).

Como mencionamos en el punto uno, muchas veces se confunde un


llamado con una carga. Dios quiere que todos tengan la carga.

Pero tener carga no implica un llamado. No debemos sentirnos


presionados por la carga a ir. Debemos percibir si es carga o llamado. En
parte podemos hacerlo sabiendo que Dios no llama sin equipar. Si Dios
nos ha llamado, también nos va a dar las habilidades para responder.
Dennis Lane, en su libro “Preparando los nuevos instrumentos de Dios”,
habla de 10 requisitos básicos para candidatos para misiones. Son los
siguientes:

1.1. Un sentido de vocación y camino con Dios (llamado)

Más que una carga, es un llamado. Un llamado es una convicción


personal de que Dios tiene un propósito con uno para el trabajo como
misionero. La manera en que surge esta convicción varia de persona a
persona. En algunos casos es algo que surge de repente, y en otros,
lentamente, poco a poco. Como sea, es necesario tener una convicción
fuerte, pues todo llamado experimentará momentos en que será
necesario decir: “Sé que sé que sé que Dios me envió aquí”. De no ser
así, se puede generar amargura contra la iglesia o misión por habernos
enviado.

Asimismo esta convicción fuerte tiene que ser confirmada por los demás.
Dios nunca le dice algo a una sola persona. Siempre lo dice a varias.
Además Dios, normalmente, no nos va a llamar a algo si no nos ha dado
la habilidad para responder a la situación.

1.2. Madurez Espiritual.

Esto implica caminar con Dios produciendo el fruto del Espíritu. Un día
uno le dijo a un misionero: Ustedes vienen acá pensando que son muy
espirituales, y cuando se den cuenta que no lo son, pretenden
igualmente serlo”. La madurez será probada en el campo, desde el
principio, ante nuevas situaciones de vida, relaciones con otros, etc. No
hay sustituto para la obra profunda del Espíritu Santo en la vida de una
persona que pueda resultar en madurez.

1.3. Un corazón de siervo.

Jesús cumplió el papel de siervo. Muchas veces también el nuevo


misionero debe ganar la confianza de la iglesia nacional sirviendo, sin
ser un líder, solamente trabajando. El orgullo es opuesto al corazón
del siervo. No podemos pensar: “Ha llegado el Gran Misionero”. Hemos
llegado para servir.

1.4. Disciplina y control de uno mismo.

En el campo misionero muchas veces no va a haber un “jefe” para


supervisar la actividad cada día, o cada hora. En un contexto donde el
desgaste se produce ya por el solo hecho de vivir allí, tenemos que tener
disciplina para manejar nuestro tiempo, administrar y lograr metas.

1.5. Carga para evangelizar.

No sirve de nada tener una amplia variedad de ministerios si no se


involucran o complementan con el evangelismo. Tal vez no todos
tengamos un ministerio de evangelistas, pero sí todos tenemos debemos
tener carga por las almas.

1.6. Algo para compartir con otros.

La iglesia receptora, especialmente en lugares donde ya está


establecida, y aun tal vez sea sólida, va a querer saber en qué puede
contribuir el misionero. Tal vez sea algo que le hace falta a esa iglesia, o
bien aquello en lo que el misionero puede marcar una diferencia, o hacer
un aporte.

1.7. Experiencia en vida y ministerio.

La experiencia, tanto en la vida secular como en el ministerio, nos


capacita para enfrentar los problemas de la iglesia. No podemos ir al
lugar con meras ideas. Tenemos que aprender a enfrentar problemas y
situaciones en nuestra cultura para poder enfrentar las adversidades en
otra cultura.

1.8. Estabilidad emocional.

Uno de las cosas más importantes en la vida del misionero es la


estabilidad emocional. Debe ser capaz de enfrentar con madurez las
relaciones y situaciones. Debe ser seguro en su propia identidad cultural,
para anexarse otra identidad. Debe tener esta estabilidad para enfrentar
numerosos y drásticos cambios, y ayudar también a su familia a
superarlos. Asimismo debe estar sano, libre de actitudes nocivas
(orgullo, inseguridad, celos) como así también de heridas que pudieran
atarle o crear amargura contra alguien o algo.

1.9. Salud física.

El acostumbrarse a nuevas culturas y realidades requiere buena salud.


Nuevas comidas, horarios, viajes en avión, estrés y tensión, etc.,
pueden afectarnos gravemente si no estamos en una condición física
saludable, que incluya una dieta sana y cuidados del cuerpo.

1.10. Motivación para aprender el idioma.

Si alguien no puede aprender bien el idioma, su capacidad para cumplir


su llamado se verá disminuida. Debemos estar, por un lado, motivados,
y por otro, saber si tenemos la aptitud para hacerlo.

Apéndice del punto 1:

Ocho preguntas para contestarnos acerca de un candidato a misionero.

a. ¿Ha hecho esta persona algo significativo?

Si no demuestra la capacidad de iniciar algo (motivación) y asimismo


llevarlo a cabo, probablemente su tendencia será la de no terminar
aquello que emprende, y aun de abandonar su carrera
misionera. La perseverancia es una cualidad muy importante y se
manifiesta en los logros personales y ministeriales.

b. ¿Ha emprendido algo nuevo?

Si no tiene iniciativa para enfrentar algo nuevo, ¿cómo va  a


acostumbrarse a una nueva cultura y cómo será también capaz de
fundar una iglesia en una cultura que le es ajena?  No va a adquirir esta
habilidad de repente por el solo hecho de llegar al campo.
c. ¿Puede trabajar en equipo y/ o llevarse bien con los demás?

¿Sabe llevarse bien con los demás, o es más bien “llanero solitario”?

d. Puede trabajar con personas diferentes a sí mismo?

No podemos evitar contacto y trabajo con personas que no piensan igual


que nosotros. Sin embargo, ¿sabemos convivir con esas diferencias?

e. ¿Sabe escuchar?

Necesitamos saber escuchar, no solamente hablar; asimismo debemos


mostrar paciencia, y criterio de tiempos; no se trata de llegar y predicar,
sino también de dedicar tiempo al aprendizaje de la otra cultura.

f. ¿Es buscado por la gente?

¿Es líder respetado por los demás? Si la gente lo busca, significa que
tiene algo para dar.

g. ¿Puede comunicarse con claridad?

Debe poder expresar sus pensamientos y ideas de manera comprensible.

h. ¿Sabe ser líder con su propia familia?

Si no sabe guiar a su familia, podrá ser líder de los demás?

Debemos tener exigencias para aceptar candidatos. Cada nuevo


misionero trae con él su propia experiencia de vida y carácter espiritual.
“Como gotas de agua se juntan para
hacerse un río, también los misioneros como individuos se juntan para
formar una agencia misionera y una misión. Cuanto más puro sea el
agua, más puro será el río. Cuanto más espiritual y equilibrado sea cada
misionero, más espiritual y equilibrada será la misión y la agencia
misionera. Por tanto, no podemos omitir requisitos que preserven la vida
y visión de la agencia misionera.

2. Los tiempos y la forma de Dios. (Respuesta a “Equivocarse en cuanto


al tiempo y forma”)

He visto muchas veces, en mis años de experiencia, a personas


equivocarse, no en cuanto a un llamado, sino en el tiempo y la forma
para cumplirlo.

Veamos las siguientes reflexiones desde la Palabra:

Abraham: Uno de los más notables; no hay duda que Dios le dio un
llamado divino. Y Abraham, con mucha paciencia, espero 24 de 25 años
sin tratar de forzar lo que Dios quiso hacer. Pero poco antes de cumplir
el tiempo de espera dado por Dios, se impacientó, y en parte provocado
por la impaciencia de su esposa, se adelantó por un año a lo que Dios
quería hacer.  Esperó 24 años…pero no esperó 25.

Y asimismo se equivocó en la forma. No cumplió el llamado en la forma


que Dios tenía para él. Esto dio por resultado muchas heridas,
emociones alteradas, relaciones afectadas, y, hasta los días de hoy,
conflictos entre musulmanes y judíos. Todo por no esperar el tiempo y la
forma de Dios.

Moisés: Moisés discernió un propósito de Dios para con su vida.


Seguramente su mamá supo infundirle esta convicción. Pero se equivocó
en la forma y el tiempo… y asesinó a una persona. Despues, por 40
años, convivió a tal punto con la memoria de su fracaso, que cuando SÍ
fue el tiempo de Dios, y supo la forma… intentó resistirse y rechazarlo
(Así muchas veces nuestros errores nos llevan luego a resistir el llamado
y tiempo verdadero de Dios).
Pero así como hay ejemplos de personas que no esperaron el tiempo y la
forma de Dios, también contamos con ejemplos de aquellos que sí
supieron esperar.

José tuvo un sueño, pero esperó la forma y el tiempo de Dios, y Dios lo


condujo a ser uno de los hombres más poderosos del mundo.

Nehemías, sintió una genuina carga, pero aguardó por el momento y la


manera de Dios para llevarlo a cabo.

David fue llamado y ungido para ser Rey, pero no trató de forzar su
destino: esperó el tiempo y la estrategia de Dios para llevarlo a cabo.

Uno de los errores más comunes, concluyendo, no es confundir un


llamado, sino no saber discernir el tiempo y forma de Dios para
cumplirlo.

3. Tener expectativas realistas (Respuesta a “Tener expectativas no


realistas”)

El llamado divino puede ser contaminado y correr serio peligro si está


mezclado con el “romanticismo”. El sentimentalismo quita la realidad del
llamado. Es decir, tener llamado no significa que uno no va a sufrir
pruebas, dificultades, o luchas, en llevarlo a cabo.  Madurez en el
llamado significa tener expectativas realistas, y no espiritualizar el
llamado. A continuación, enumeramos algunas luchas que enfrenta un
misionero:

3.1. Extrañar a la familia:

La familia argentina es muy apegada, y uno no puede comprender lo


duro que es criar chicos lejos de sus abuelos, no estar con la familia en
fechas especiales, etc.

3.2. Choque cultural:


Hemos visto que los argentinos sufren el choque cultural igual que los
demás.

3.3. Barreras del idioma:

Tenemos unos cuantos hermanos que están aprendiendo idiomas;


algunos lo hacen con mucho éxito, pero a otros les cuesta un montón.
Muchos misioneros no prestaron atención en la escuela siendo jóvenes,
y después, cuando se ven ante el desafío de aprender la gramática de
otro idioma, ni siquiera entienden la gramática del idioma propio; hemos
visto que les cuesta mucho a la mayoría de los misioneros. Son pocos a
los que les resulta relativamente fácil.

3.4. Dificultad en mantener una identidad oculta:

Hemos visto en países con restricciones para la evangelización la gran


presión que siente el misionero al no poder revelar su propósito e
identidad en ese país, para no ser echado.

3.5. Problemas con la visa y prejuicios:

En algunos países es una ventaja ser latino; pero en otros, es un


problema, pues hay prejuicios contra los latinoamericanos, y resulta
muy difícil conseguir visa, y otras tramitaciones.

3.6. Problemas con el sostén:

Dado a la inmadurez de la iglesia, muchas veces no se cumple con el


misionero, y el misionero se encuentra con luchas grandes en su
economía. En estos días he recibido tres cartas por problemas de esta
índole, en tres días.

3.7. Crisis de guerra, salud, etc.:


A veces surgen crisis de guerra civil, o salud, o ataques del enemigo.
Hubo tiempos en el pasado cuando mi esposa ni quería levantar el
teléfono, por miedo de recibir más noticias de crisis de nuestros
misioneros en lugares lejanos.

4. Pasos de preparación (Respuesta a “Confiarse en el solo hecho de


tener el llamado, sin preocuparse por una correcta preparación”)

4.1.Hablar sobre el llamado con el pastor.

Es importante que el pastor conozca el llamado, como así también


pedirle ideas para prepararse, para de estar manera tener el favor de él
y de la iglesia. Es decir, que sea un proceso, y no algo repentino.

4.2. Prepararse teológicamente.

El candidato a misionero debe prepararse a través de un instituto bíblico,


no solamente para su capacitación, sino por la imagen que dará en otro
país. Hay diferentes realidades en el mundo, y en otros países no van a
respetar o recibir en la misma forma a un joven sin preparación que a
uno con ella. Con todas las formas de preparación bíblica que hoy día
existen, y que ofrecen sistemas flexibles de estudio, no hay excusa para
no prepararse.

4.3. Formar o ser parte de:

4.3.1.      Departamento de misiones local:

El candidato a misionero debe ser parte del departamento de misiones


local, y de no tenerlo, es responsabilidad del mismo constituir uno, pues
dicho departamento representará su plataforma de salida.

4.3.2.       Las reuniones distritales


El candidato debe relacionarse activamente con otros departamentos de
misiones, para aprender de ellos, intercambiar ideas, y construir
relaciones que después puedan ayudar en la búsqueda del apoyo propio.
Difícilmente recibirá respaldo quien presente su candidatura sin haber
sido conocido en las reuniones distritales y participado de las actividades
misioneras de su zona.

4.4. Relacionarse con las autoridades o agencias misioneras.

No se debe esperar hasta que llegue el tiempo de salir para relacionarse


con el departamento nacional de misiones, o aun una agencia misionera,
en el caso que la denominación de uno no cuente con un departamento
nacional. Lo correcto es presentarse ahora, para que ellos indiquen los
pasos que hay que seguir para ser considerado como un futuro
misionero. De esta manera, ellos verán que uno es una persona seria,
que planifica su futuro, y no simplemente reacciona. Cuando alguien
viene a nuestra oficina y dice: “Dios me dio un llamado hace cinco años,
y aquí estoy” nos preguntamos por qué no nos habremos conocido
antes. Entonces, no se debe esperar hasta el último instante para
presentarse a las autoridades.

4.5. Estudiar un idioma, preferentemente inglés.

El inglés abre puertas en todos lados. Obviamente, es difícil para


muchos llegar a tener un conocimiento íntegro estudiando aquí, pero,
por lo menos, se puede forjar una base para luego estudiar tiempo
completo en el país del llamado.

4.6. Estudiar sobre el país y la cultura.

Nunca será suficiente lo que podamos estudiar sobre la cultura a la cual


queremos alcanzar con el Evangelio.

4.7. Dar con fidelidad.


No hay cosecha si no hay siembra. Hay que dar con generosidad y
sacrificio.

4.8. Buscar en oración el CUÁNDO.

Aunque se puede estar seguro de que Dios llamó, muchos se confunden


sobre el tiempo indicado por Dios. Hay que pedir a Dios sabiduría
respecto de esto.

4.9. Hablar con otros misioneros veteranos para aprender de su


experiencia.

Como comenté anteriormente, hablar con alguien que ya experimentó la


vida en otra cultura permite tener una perspectiva realista de la obra
misionera, y evitar errores que se cometerían por ignorancia.

4.10. Tener experiencia en la iglesia, o pastorear una iglesia.

No se puede hacer en otro país lo que no se ha hecho en el propio. La


experiencia prepara, y otorga credibilidad.

El llamado es el comienzo de la obra misionera. Es Dios quien llama.


Dios es la fuente de la obra misionera. Sin embargo, la Iglesia puede
prepararse para que Dios llame a futuros obreros para la cosecha.

5. Sembrar correctamente (Respuesta a “Inferir que nuestro llamado


garantiza la provisión divina”).

Si bien ya lo mencionamos brevemente en la parte anterior, vale la pena


enfocar nuevamente la importancia de levantar misiones en la iglesia.
Miremos algunos principios.

5.1. Principios del sostén económico misionero.

a. Si no sembramos no cosechamos.
b. Dios quiere usar a la iglesia para ser canal de provisión para la obra
misionera, y, recíprocamente, a la obra misionera para ser canal de
bendición para la iglesia.

c. Si no podemos motivar a personas en nuestra cultura para un cambio


de mentalidad, ¿cómo podríamos inducir cambios en una cultura
indiferente o inclusive hostil al Evangelio?

d. Si no podemos motivar a nuestra propia iglesia para responder


apoyando a la obra misionera, ¿qué autoridad tendremos para pedir
apoyo de los demás?

e. Dios normalmente no nos provee en forma sobrenatural (como Elías y


los cuervos), sino que prefiere usar como canales a la iglesia o personas
(como la viuda con Elías) de manera que la bendición involucre a todos.
De la manera sobrenatural, los cuervos no fueron bendecidos.

f. Toda la iglesia tiene llamado para enviar. No podemos cumplir el


llamado para ir sino el llamado para enviar.

g. Aunque animemos a la iglesia para apoyarnos, finalmente nuestra


confianza tiene que estar arraigada en Dios, y no en las personas. Las
personas nos pueden fallar, pero Dios nunca nos va a fallar.

5.2. Pasos para el sostén económico.

a. Primero, el misionero debe sembrar con ofrendas personales.

¿Cómo puede ser que personas con llamados no dan nada de su dinero
para la obra misionera? Están desubicados o confundidos.

b. El futuro misionero no debe esperar para sembrar. El tiempo pasa


rápido y no podemos perder tiempo.
c. El futuro misionero debe ganar la confianza de su pastor (si no es
pastor) para levantar misiones en la iglesia. Y si es pastor, más
responsabilidad recae sobre su cabeza para hacerlo bien.

d. El futuro misionero  debe levantar la visión misionera en la iglesia,


con fruto tangible y respuestas prácticas, no sólo en mera teoría.

e. El futuro misionero debe trabajar así no solamente como un deber o


por interés personal, sino con pasión. El egoísmo misionero existe y es
tan perjudicial como el egoísmo general (“Solamente me interesa mi
proyecto”).

f. El futuro misionero no debe trabajar solo: debe formar un equipo,


pues en un futuro le tocará salir, y todo aquello que logró con tiempo y
esfuerzo se derrumbará un equipo capaz de continuar la tarea.

g. El futuro misionero debe tener fruto en este trabajo antes de saber


que es el tiempo de Dios para su llamado a ir. Si no hay fruto en el
llamado para enviar, es una señal de Dios para esperar.

EN CONCLUSIÓN: ¿Cómo respondemos al


llamado?
a. No pierdas un día más. Es lamentable ver los casos de personas que
pierden años sin hacer nada práctico para preparar el camino para el
llamado. No pierdas un día más. Ya no podrás recuperar el tiempo
perdido. Pero no pierdas más tiempo para no lamentarlo en un futuro.

b. Muchas veces espiritualizamos el llamado y no hacemos cosas


prácticas hoy para prepararnos. Si Dios le ha dado un llamado, y no
solamente una carga, no pierda un día más para dar los pasos
de su preparación y  levantar la visión misionera en su iglesia. Puede ser
que falte aún para el tiempo de cumplir el llamado, pero sí tiene la
responsabilidad de comenzar hoy y no esperar para mañana.
c. Si no es fiel hoy, Dios no va a darle más mañana.

d. Lo espiritual y lo práctico siempre deben ir de la mano en un equilibrio


divino. No podemos lograr cambiar las personas solamente con
métodos, ideas, y estructura; tiene que intervenir el Espíritu Santo.
Tampoco podemos remitirnos a estar solamente orando y
espiritualizando cada asunto.

e. Si a través de todo esto descubre que lo que Ud. tiene es carga, y no


llamado, no se preocupe. La
iglesia le necesita, para ayudar a enviar los que tienen el llamado para
ir. Para cada llamado a ir, necesitamos varios que estén dispuestos a
estar en la brecha aquí en Argentina, dándoles apoyo
logístico.

Dios esta llamando a muchos hoy en dia.  Sin su llamdo, no podemos


hacer misiones. Pero muchas veces no sabemos como responder como
correesponde. Que Dios nos ayude a responder correctamente a Su
llamado divino..

Por Brad Walz.

http://misionestransculturales.org/el-llamado-misionero-y-nuestra-respuesta/

Misiones
Versículos Más Relevantes
2 Reyes 17:27-28

Y el rey de Asiria ordenó, diciendo: Llevad allá a uno de los sacerdotes que llevasteis al
destierro, y que él vaya y habite allí; y que les enseñe la costumbre del dios de la tierra.
Y vino uno de los sacerdotes que habían llevado al destierro desde Samaria, y habitó en
Betel, y les enseñó cómo habían de temer al SEÑOR.
1 Crónicas 16:23-24

Cantad al SEÑOR, toda la tierra; proclamad de día en día las buenas nuevas de su
salvación. Contad su gloria entre las naciones, sus maravillas entre todos los pueblos.
Salmos 18:49
Versículos Conceptos

Por tanto, te alabaré, oh SEÑOR, entre las naciones, y cantaré alabanzas a tu nombre.
Salmos 96:3

Versículos Conceptos

Contad su gloria entre las naciones, sus maravillas entre todos los pueblos.
Salmos 96:10

Versículos Conceptos

Decid entre las naciones: El SEÑOR reina; ciertamente el mundo está bien afirmado,
será inconmovible; El juzgará a los pueblos con equidad.
Isaías 43:6-7

Diré al norte: ``Entréga{los;}" y al sur: ``No {los} retengas." Trae a mis hijos desde
lejos y a mis hijas desde los confines de la tierra, a todo el que es llamado por mi
nombre y a quien he creado para mi gloria, a quien he formado y a quien he hecho.
Jonás 3:1-9

Vino palabra del SEÑOR por segunda vez a Jonás, diciendo: Levántate, ve a Nínive, la
gran ciudad, y proclama en ella el mensaje que yo te diré. Y Jonás se levantó y fue a
Nínive conforme a la palabra del SEÑOR. Y Nínive era una ciudad sumamente grande,
de un recorrido de tres días.Leer más.
Mateo 24:14

Versículos Conceptos

Y este evangelio del reino se predicará en todo el mundo como testimonio a todas las
naciones, y entonces vendrá el fin.
Mateo 28:19

Versículos Conceptos

Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre
y del Hijo y del Espíritu Santo,
Marcos 13:10

Versículos Conceptos

Pero primero el evangelio debe ser predicado a todas las naciones.


Marcos 16:15

Versículos Conceptos
Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.
Lucas 24:47-48

y que en su nombre se predicara el arrepentimiento para el perdón de los pecados a


todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Vosotros sois testigos de estas cosas.
Hechos 10:9-20

Al día siguiente, mientras ellos iban por el camino y se acercaban a la ciudad, Pedro
subió a la azotea a orar como a la hora sexta. Tuvo hambre y deseaba comer; pero
mientras {le} preparaban {algo de comer,} le sobrevino un éxtasis; y vio* el cielo
abierto y un objeto semejante a un gran lienzo que descendía, bajado a la tierra por las
cuatro puntas;Leer más.
Hechos 13:2-4

Mientras ministraban al Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo: Apartadme a Bernabé


y a Saulo para la obra a la que los he llamado. Entonces, después de ayunar, orar y
haber impuesto las manos sobre ellos, los enviaron. Ellos, pues, enviados por el Espíritu
Santo, descendieron a Seleucia y de allí se embarcaron para Chipre.
Hechos 13:47

Versículos Conceptos

Porque así nos lo ha mandado el Señor: TE HE PUESTO COMO LUZ PARA LOS
GENTILES, A FIN DE QUE LLEVES LA SALVACION HASTA LOS CONFINES
DE LA TIERRA.
Hechos 26:14-18

Y después de que todos caímos al suelo, oí una voz que me decía en el idioma hebreo:
``Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón." Yo
entonces dije: `` ¿Quién eres, Señor?" Y el Señor dijo: ``Yo soy Jesús a quien tú
persigues. ``Pero levántate y ponte en pie; porque te he aparecido con el fin de
designarte como ministro y testigo, no sólo de las cosas que has visto, sino también de
aquellas en que me apareceré a ti;Leer más.
1 Corintios 16:9

Versículos Conceptos

porque se me ha abierto una puerta grande para {el servicio} eficaz, y hay muchos
adversarios.
Apocalipsis 14:6-7

Y vi volar en medio del cielo a otro ángel que tenía un evangelio eterno para
anunciar{lo} a los que moran en la tierra, y a toda nación, tribu, lengua y pueblo,
diciendo a gran voz: Temed a Dios y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha
llegado; adorad al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.

También podría gustarte