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Grace School of Theology

ENSAYO 4

CM-103 HABILIDADES DE LA COMUNICACIÓN

Trabajo presentado a

Josué David López Grajeda. Dmin, MTh. Biblia

en cumplimiento parcial de los requisitos de


CM-103 Habilidades de la comunicación

por

José Cervero Guerrero

Sevilla, España. 21 de junio de 2021


Ensayo 4

Este capítulo se centra en la persona del comunicador, en el emisor en este caso,

donde este es necesario que se conozca en la medida de lo posible a sí mismo; no cabe

duda que cada uno de nosotros tiene capacidades y potencialidades que nos ayudan en el

proceso comunicativo, pero también debilidades; puntos positivos y negativos.

La primera reflexión tiene que ver con esto, no es fácil ser objetivo con uno

mismo; en realidad, lo contrario suele ser lo más frecuente. Según la personalidad de

cada uno puede tener una imagen desajustada de sí mismo en un sentido positivo o

negativo. Hay quien se cree más de lo que es y otros sin embargo, tienen un concepto

mermado de sí. Deberíamos hacer un esfuerzo consciente para reflexionar sobre esto y

abrirnos a este proceso; en algunas ocasiones puede ser un proceso complicado,

precisamente porque toca cuestiones muy personales. Pero si queremos ser un buen

comunicador tenemos que entrar en este campo y permitir ser conocidos, aunque sea por

nosotros mismos.

Otra cuestión importante que brilla por su ausencia en la sociedad actual es la

verdad; el hablar la verdad desde un punto de vista moral es importante; existe una

autoconciencia que nos limita o nos ayuda en este proceso de comunicación. No cabe

duda de que cuando estamos convencidos que hablamos con verdad, esto “cala” en los

oyentes. Como dice el autor, “la verdad tiene un gran poder intelectual”.1

En este sentido como creyentes tenemos una gran ventaja y por otro lado una

tentación: La ventaja consiste en que tenemos la verdad de nuestro mensaje en la misma

1
María del Socorro Fonseca, Alicia Correa, María Pineda, Francisco Javier Lemus,
Comunicación Oral y Escrita, (Ed. Leticia Gaona Figueroa. Pearson Educación de México, 2011), 183.

1
Palabra de Dios, Jn 17:17, “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.”, pero por

otro lado tenemos que ser prudentes y conocer esta verdad de la Biblia con esfuerzo,

preparación y ética personales. No usemos la Biblia para apoyar nuestra propia verdad

subjetiva, sino todo lo contrario, esforcémonos en usar todas nuestras capacidades y

dones, pera transmitir la verdad de la Palabra en el más hermoso proceso de

comunicación que es la predicación del evangelio.

De lo que estamos diciendo se infiere que existen otras capacidades que tenemos

que cultivar, entre ellas el autodominio, ya que este nos permite ser disciplinados y

proseguir a la meta a pesar de las contrariedades, dominando la razón y aún la emoción

de la forma que conviene. Llegados a este punto se me viene la idea de que un

comunicador preparado y esforzado puede perder todo este ejercicio de sus dones, por

no dominarse a sí mismo, lo que en ocasiones no es fácil, pero con superación y

constancia dará el fruto deseado.

Otra cuestión que también observo en la actualidad es la falta de esfuerzo, lo

cual lleva al fracaso, aun cuando se tengan grandes dones y capacidades. Los más

dotados caen en la trampa de confiarse en sí mismos y de no esforzarse lo suficiente,

dejando la preparación a un lado, lo cual lleva a una improvisación que tarde o

temprano tendrá un costo para la persona.

Estas cuestiones de la comunicación que tienen que ver con el conocimiento de

sí mismo, de nuestras capacidades y aptitudes, pero también de nuestras debilidades,

son importantes y es algo que personalmente creo que tengo que evaluar. En mi caso

suelo pecar de demasiada confianza; el conocimiento y experiencia que he ganado

durante años, no solo en el ministerio eclesial sino también en mi labor como docente,

2
me hace relajar en ocasiones hasta el punto que no hay el esfuerzo que debiera ni la

preparación necesaria, lo cual no es correcto.

Para terminar aparece en el texto una cuestión relacionada con lo que yo llamaría

la persona y el personaje. Todos somos quienes somos, dicho de una forma sencilla,

pero también tendemos a vestirnos de una capa o careta de otra persona que nos gustaría

ser, que podríamos llamar el personaje. A veces el personaje no deja ver la persona, y la

cuestión es que los demás, se dan cuenta de cuando llevamos una máscara.

Definitivamente lo mejor aquí es ser nosotros mismos, por supuesto,

esforzarnos, estar dispuestos a cambiar, a mejorar y a aprender, pero siendo siempre

sinceros con nosotros mismos, no siendo una persona que no somos; pretendiendo ser

otra persona, al final lo que conseguimos es precisamente todo lo contrario.

A Dios sea la gloria.

3
BIBLIOLOGÍA

María del Socorro Fonseca, Alicia Correa, María Pineda, Francisco Javier Lemus,
Comunicación Oral y Escrita, Ed. Leticia Gaona Figueroa. Pearson Educación
de México, S.A. de C.V. 2011.

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