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Causa Nº1916/22 caratulada: “URRIBARRI, Sergio Daniel; BAEZ,

Pedro Angel; TORTUL, Gustavo Javier; CESPEDES, Hugo Felix;


AGUILERA, Juan Pablo; CARGNEL, Corina Elizabeth; MARSÓ, HUGO
José María; CARUSO, Gerardo Daniel S/ PECULADO Y
NEGOCIACIONES INCOMPATIBLES CON EL EJERCICIO DE LA
FUNCIÓN PÚBLICA (Legajo Nº 11.808) - URRIBARRI, Sergio Daniel;
BAEZ, Pedro Angel; AGUILERA, Juan Pablo; CARGNEL, Corina
Elizabeth; MONTAÑANA, Hugo F.; TAMAY, Gustavo R.; ALMADA,
Luciana B.; GIACOPUZZI, Emiliano O.; ALMADA, Alejandro; SENA,
Maximiliano s/NEGOCIACIONES INCOMPATIBLES CON EL
EJERCICIO DE LA FUNCIÓN PÚBLICA, PECULADO Y DEFRAUDACIÓN
A LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA (Legajo N° 4385) - URRIBARRI,
Sergio Daniel; BAEZ, Pedro Angel; BUFFA, German Esteban S/
NEGOCIACIONES INCOMPATIBLES EN EL EJERCICIO DE LA
FUNCIÓN PÚBLICA (Causa N° 6.399) S/ RECURSO DE CASACIÓN”
RESOLUCION Nº32
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PARANÁ, 11 de marzo de 2023

VISTO Y CONSIDERANDO:

I) Los Dres. Raúl Enrique Barrandeguy, Ignacio Esteban Díaz, y José


Raúl Velázquez, defensores de los encartados Urribarri y Báez, formularon
recusación contra la Sra. Vocal Evangelina Bruzzo, alegando temor objetivo
de parcialidad.
Afirmaron que tomaron conocimiento de la relación matrimonial del Sr.
Juan Enrique Ruiz Orrico con la Vocal de la Excma. Cámara de Casación
Penal, Dra. Evangelina Bruzzo, a través del periódico “La Calle” de la ciudad
de Concepción del Uruguay, que el día 7 de marzo del corriente año publicó
dicha noticia en formato papel y a su vez en el medio digital; por ello,
sostuvieron, resulta una causal de recusación sobreviniente a la inclusión de
la Sra. Vocal recusada en la presente integración de esta Sala,
desconociendo los presentantes en forma determinante dicha situación.
Reseñaron el contenido de la publicación que mencionaron, destacando
que Ruiz Orrico tiene un interés concreto en que al Sr. Sergio Daniel
Urribarri se le confirme la condena; que ello importaría menoscabar la
imagen del Frente Creer/Frente de todos, lo que beneficiaría al espacio
Juntos por el Cambio, alianza a la que pertenece Ruiz Orrico. Afirmaron que
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ello se trata de una causal de vinculación indirecta de la jueza con el
proceso, ya que, una posible confirmación de la condena a Sergio Urribarri y
Pedro A. Baez, beneficia directamente al Sr Juan Ruiz Orrico, fortaleciendo,
incluso las posturas públicas que sobre el tema ha esbozado Orrico,
cónyuge de la Dra. Evangelina Bruzzo.
Expresaron que, más allá de que la Constitución sólo dispone para
asegurar la independencia de los jueces y la eficaz prestación de los
servicios de justicia, únicamente a un juez independiente e imparcial (Cf.
art. 114 inc. 6º de la CN), el Código procesal penal de Entre Ríos en su
artículo 38, establece que “el Juez deberá excusarse o podrá ser recusado,
de conocer en la causa, cuando mediaren circunstancias que, por su
objetiva gravedad, afectaren su imparcialidad”, para continuar con los
motivos puntuales de separación. Entre ellos, el inc. d) de dicho artículo que
señala que: “si él o alguno de dichos parientes tuvieren un interés en el
proceso”. Admiten que técnicamente el art. no es aplicable a este supuesto,
al cónyuge, debido a que éste no es pariente. Pero, que el Código, más
adelante, en el inc. g) y l) del mismo artículo 38 se refiere al cónyuge, con
un carácter más restrictivo, porque sólo refiere a que “fuere acreedor,
deudor o fiador”, o bien, “hubieren recibido beneficios de importancia” o
“dádivas”. Adujeron al respecto, que resulta irracional sostener que los
parientes puedan causar mayores sospechas de parcialidad del juez que el
propio cónyuge.
Afirmaron que, en términos concretos, esto causa un temor objetivo
de falta de imparcialidad de la Sra. Vocal Evangelina Bruzzo, y si bien, esta
causal no está prevista taxativamente en nuestro CPPER, ya es materia
resuelta en nuestra jurisprudencia, doctrina y en materia convencional.
Manifestaron que su calidad para plantear la recusación surge del
interés en asegurar el cumplimiento del debido proceso, que asegure el
derecho de defensa de los Sres. Urribarri y Báez. Afirmaron que no cabe
duda del temor de parcialidad que ha ocasionado a los imputados enterarse
que una de las personas que integran el tribunal, es esposa de un
contrincante político feroz contra Urribarri, tildando al mismo públicamente
de corrupto, entre otras calificaciones indignantes y de bajo nivel. En

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consecuencia, la recusación es un instrumento procesal que permite
proteger el derecho a ser juzgado por un órgano imparcial, destinado
justamente a cuestionar la imparcialidad e independencia del juez en la
resolución de la causa.
Agregaron otras consideraciones de hecho, citaron precedentes,
adjuntaron evidencia, y formularon las reservas del caso.
II- a) En el marco del trámite previsto en el art. 48 CPPER, produjo
informe la Vocal recusada, Dra. Ma. Evangelina Bruzzo, como asimismo,
presentaron por escrito sus informes los defensores presentantes y la
fiscalía.-
II- b) En su informe, la Dra. Bruzzo señaló en primer lugar, que los
letrados dicen haber tomado conocimiento de modo reciente de su relación
matrimonial con el Sr. Juan Enrique Ruiz Orrico. Expresó que es evidente la
extemporaneidad de la petición formulada (art. 45 inc. b) C.P.P.), dado que
no es ésta su primera intervención en este legajo, en razón de haber
resuelto el rechazo de las recusaciones formuladas por los Defensores
Particulares de los imputados, contra las Vocales de la Sala Primera de
Casación, Dras. Marcela Davite y Marcela Badano.
Agregó que el vínculo matrimonial invocado como desconocido, es de
carácter público, al figurar en los datos personales que aportó al Consejo de
la Magistratura de Entre Ríos, a los efectos de los concursos de
antecedentes y oposición en los que participó, y mediante los cuales accedió
a los cargos de Jueza de Garantías de la ciudad de Colón, Vocal del Tribunal
de Juicios y Apelaciones de Concepción del Uruguay y luego, Vocal de la
Sala Segunda de la Cámara de Casación Penal (Concordia), previa
celebración de las audiencias respectivas ante la Comisión de Asuntos
Constitucionales y Acuerdos del Senado, cuya concreción supone un
procedimiento de publicidad de los antecedentes personales y curriculares
de los aspirantes a la Magistratura y la Función Judicial reglamentariamente
estatuido.
Reparó en que fue designada Jueza del Juzgado de Garantías de la
ciudad de Colón por el entonces Gobernador Sergio Daniel Urribarri -hoy
recusante- y en los restantes cargos por el actual Titular del Poder Ejecutivo

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Provincial, Cdor. Gustavo E. Bordet, en vista de lo cual, entiende, la alegada
circunstancia sobreviniente consistente en el anoticiamiento de la existencia
de un “ignoto” vínculo matrimonial -alegado como recién descubierto- no
puede ser receptada como válida.
Agregó que, sin perjuicio de la inadmisibilidad temporal del planteo de
exclusión formulado, los argumentos fundantes de la pretendida sospecha
de parcialidad, orbitan en supuestas opiniones y actividades
político-partidarias de alguien distinto a la Jueza convocada, a separarse de
la causa, a partir de lo cual y apelando a renombrados doctrinarios, y a
fallos de relevancia nacional e internacional, se pretende irracionalmente
inferir una influencia determinante de dicha persona sobre sus facultades y
obligaciones jurisdiccionales, trasuntando -paradójicamente en la fecha
conmemorativa del Día Internacional de la Mujer- una mirada claramente
estereotipada a la vez de misógina, al intentar sembrar desconfianza en un
correcto desempeño funcional a partir de considerarla -sin ningún dato
objetivo que lo avale- minusválida e inhábil para adoptar libremente sus
propias decisiones -deber irrenunciable de quienes diariamente asumen el
rol de la Judicatura, cuyos dotes de independencia, imparcialidad, justicia e
integridad constituyen un imperativo ético, además de una exigencia
convencional y legalmente impuesta (cf. Capítulos I, II, IV, V y VIII del
Código Iberoamericano de Ética Judicial).
Expresó que manifestaciones como las explicitadas en el escrito
promotor resultan asimismo conculcatorias de las disposiciones contenidas
en la Convención para la Eliminación de todas formas de Discriminación
contra la Mujer (puesta en vigor el 03/09/91), cuyo Preámbulo reafirma el
compromiso de garantizar el principio de igualdad de derechos de hombres
y mujeres y el respeto a su dignidad humana.
Afirmó que bajo el falso ropaje de una causal de recusación no prevista
legalmente -se propone una incorrecta equiparación con el inc. d) del art.
38 del C.P.P.-, los recusantes efectúan una abierta discriminación hacia su
persona al suponer inadecuadamente, a raíz de su estado civil y
solapadamente en razón de su condición de mujer, restricciones
absolutamente inexistentes en el ejercicio cabal de la judicatura a su cargo,

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que provendrían presumiblemente del Sr. Juan Enrique Ruiz Orrico,
asumiendo la pertenencia de la Vocal a lo que desafortunadamente se
conocía como “sexo débil”, asimilándola a una persona sin criterios
formados, dependiente, sujeta a condicionamientos y fácilmente asequible a
la voluntad de su esposo.
Sostuvo la vocal, que la visión marcadamente machista y prejuiciosa
relativa no sólo al desenvolvimiento de sus actividades laborales sino a su
dignidad como persona y puesta de resalto a través del mecanismo procesal
escogido, demuestra su lamentable vigencia como instrumento de litigación
en manos de algunos operadores, contra las mujeres que ocupan altos
cargos institucionales, las que han sido en no pocas ocasiones destinatarias
de pedidos semejantes basados en motivos de género.
Concluyó que, como también lo reconocen los Sres. Defensores, no
nos enfrentamos a ninguna de las causales contempladas legalmente para
hacer operativa la separación de un miembro de la Judicatura; no
habiéndose podido siquiera encasillar el aducido temor de parcialidad en
alguno de los incisos especificados en el art. 38 C.P.P., dado que el cónyuge
no se halla incluido en la nómina detallada en el inc. d) aludido y tampoco
se ha demostrado la existencia del “interés”, legalmente requerido en la
norma adjetiva, en tanto provecho o beneficio directo, inmediato y actual
en el proceso en particular; haciendo mención a precedentes y a su voto en
la resolución sobre la recusación de las Dras. Badano y Davite, en relación a
la cual agregó que aquí, difícilmente desde el punto de vista de un
observador objetivo y razonable -desprovisto de la perspectiva machista
constatada- puedan ser aceptadas las declamaciones efectuadas sobre una
Magistrada que en vulneración a sus deberes funcionales y éticos, resulte
maleable a supuestos y no acreditados intereses de un tercero a la que se
halla ligada por matrimonio.
Finalizó afirmando que, en el firme convencimiento de no encontrarse
comprendida en ninguna de las causales de recusación legalmente previstas
y rechazando por las razones vertidas el alegado e inmotivado temor de
parcialidad, entiende que no procede su apartamiento en la presente causa.
II- c) Por su parte, los Defensores presentantes, aclararon que el

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planteo no tiene ningún tipo de sesgo que se pudiere relacionar con falta de
perspectiva de género, sino que objetivamente, la eventual confirmación de
la condena beneficia al cónyuge de la recusada y al espacio político al que
pertenece, beneficio independiente de los criterios de la Dra. Evangelina
Bruzzo.
Así, señalan que, en este caso no interesa el género, que se trata de
dos personas que han decidido formar parte de un proyecto común e
institucionalizado en el matrimonio civil. Y que claramente, para ello se
requiere, aunque sea un mínimo de affectio societatis.
Refirieron a un precedente del Tribunal de Juicio y Apelaciones de esta
ciudad, en el que -afirmaron- se resguardaron celosamente las garantías del
debido proceso, ante la mínima posibilidad de una sospecha razonable de
parcialidad.
Concluyeron que al presentar la recusación, están haciendo un aporte
al procedimiento al ayudar a despejar toda duda respecto del temor de
parcialidad; y destacaron que en la audiencia a realizarse en esta instancia,
uno de los ejes de los agravios, es que el Tribunal de Juicio partió de una
premisa del sentido común, de la experiencia, en relación a que el ex
Gobernador debía conocer lo que hacía su Ministro o cuñado.
Finalizaron reiterando que la eventual condena beneficiará al cónyuge
de Evangelina Bruzzo, por lo que, Juan Orrico, luego de todas las
declaraciones públicas realizadas, claramente, tiene un interés en el
resultado de la causa.
II- d) Por último, se recepcionó el informe presentado por la Dra.
Mónica Elizabeth Carmona, Procuradora Adjunta interina, en el que (luego
de reseñar los puntos principales del escrito de la Defensa, y citar el artículo
pertinente del CPPER), expresó la perplejidad que le causó que un día
emblemático para las mujeres como lo es el "8M", y luego de los esforzados
logros y avances agigantados de los últimos tiempos, en pos de la equidad
de género y el cese de la violencia machista y patriarcal, se presente una
recusación a una magistrada mujer, por el sólo hecho de ser esposa “DE”
-no por sus actos, ni sus sentencias o sus propias opiniones manifestadas
públicamente-.

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Sostuvo que ello constituye una clara afrenta a la condición de género
en la magistratura, y como tal, entendió configurada una violación y
desconocimiento a las Convenciones internacionales que protegen a la
mujer de sufrir cualquier tipo de violencia o discriminación en razón de su
condición de mujer. Se está retrotrayendo la mirada y valoración hacia las
mujeres, a lo que el derecho y la sociedad aceptaban como natural, normal
hace más de un siglo atrás, - lo que hoy resulta inaceptable, patriarcal,
machista, y violatorio del respeto a la dignidad que como personas -en
cualquier ámbito que desarrollen sus actividades - merecen las mujeres,
incluso, incluso, como es obvio, en el marco de la Justicia y el desempeño
de la magistratura.
Llamó la atención sobre la cosificación e instrumentalización de la
condición de mujer y magistrada de quien resulta recusada por el sólo
hecho de las opiniones de su marido, lo que -sostuvo- sin dudas, configura
un acto de violencia contra la mujer, sancionado por la Convención Belem
Do Pará, la Ley 24.685, CEDAW y Convenciones de Derechos Humanos.
Destacó la vetustez y argumentos patriarcales exhibidos, agregando
que no sólo argumentan la fundamentación de la recusación de la
magistrada en su "calidad de esposa de", sino que citan como motivos
cuestiones políticas absolutamente ajenas a actos concretos, específicos de
la magistrada, para quien estarían vedados, por otra parte,
comprometiendo los principios republicanos de gobierno, como son la
separación de poderes, que hacen nada más ni menos que a la
supervivencia y salud de la preciada democracia de la República Argentina,
y la supervivencia del estado de derecho y garantías, de la justicia, pilar
sobre el cual descansan los derechos de los ciudadanos y ciudadanas de
Entre Ríos.
Sin perjuicio que, entendió, lo expuesto resulta razón suficiente para
rechazar el planteo deducido, remarcó también la notoria extemporaneidad
del mismo, haciendo referencia a publicaciones del año 2022, y expresando
que recién toman conocimiento de la supuesta causal de recusación, cuando
la Dra. Bruzzo ha rendido concursos públicos en dos oportunidades, y
accedido a los cargos en el Poder Judicial a través de los mismos, por

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audiencias públicas a través del Consejo de la Magistratura, donde se
exponen -públicamente- todos los antecedentes de los candidatos, por lo
que tal causal, la entiende extemporánea, por imperio del art. 44 del
CPPER.
Destacó las graves consecuencias que trae aparejada la Recusación de
un magistrado, citando doctrina y jurisprudencia en relación a este tema, y
al criterio restrictivo que rige para la interpretación de las causales de
recusación, citando también precedentes del Superior Tribunal de Justicia
de Entre Ríos, señalando que tal como invariablemente lo ha sostenido la
CSJN, las causales de recusación deben tener una interpretación restrictiva,
en pos de impedirse la utilización de este instituto, como un instrumento
espurio para apartar a los jueces naturales del conocimiento de las causas
legalmente atribuidas.
Por todo ello, entendió que debe rechazarse la recusación deducida.
III- a) Habiendo sido reseñadas las posturas de las partes, y luego de
haber leído detenidamente la recusación, el escrito de los Defensores, el
informe presentado por ellos, por la fiscalía y por la Dra. Evangelina Bruzzo,
corresponde expedirnos sobre la recusación opuesta, que básicamente
consiste en que el vínculo matrimonial de la Vocal con el Sr. Juan Enrique
Ruiz Orrico pondría en crisis su imparcialidad, en tanto, éste último, en su
rol de dirigente político del espacio Juntos por el Cambio, estaría interesado
en presentarse como candidato a intendente de la ciudad de Concepción del
Uruguay, e interesado también en que el ex gobernador esté fuera del
juego electoral y político.
Los recusantes entendieron que ello se demuestra con las notas
periodísticas que aportan, donde el Sr. Ruiz Orrico se ha manifestado contra
el Sr. Sergio Urribarri, como así también contra el actual oficialismo a nivel
provincial y nacional; presentaron, también como prueba, la lista
oficializada por el tribunal electoral de Entre Ríos, lista 502 A, Cambiando
Juntos, de Concepción del Uruguay, donde consta que el Sr. Ruiz Orrico fue
candidato a intendente de esa ciudad en el año 2019.
III- b) En primer lugar, debe señalarse que resultan atendibles los
motivos expuestos por la Dra. Bruzzo en su informe respecto de que el

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planteo resulta extemporáneo, pues su vínculo matrimonial era conocido
desde antes, por constar en su legajo del Consejo de la Magistratura de
Entre Ríos, en la terna que se eleva al Senado para su nombramiento,
habiendo sido incluso nombrada por el Sr. Urribarri.
En efecto, señala la magistrada que el vínculo matrimonial invocado
como desconocido, es de carácter público, al figurar en los datos personales
que aportó al Consejo de la Magistratura de Entre Ríos, a los efectos de los
concursos de antecedentes y oposición en los que participó, y mediante los
cuales accedió a los cargos de Jueza de Garantías de la ciudad de Colón,
Vocal del Tribunal de Juicios y Apelaciones de Concepción del Uruguay y
luego, Vocal de la Sala Segunda de la Cámara de Casación Penal
(Concordia), previa celebración de las audiencias respectivas ante la
Comisión de Asuntos Constitucionales y Acuerdos del Senado, cuya
concreción supone un procedimiento de publicidad de los antecedentes
personales y curriculares de los aspirantes a la Magistratura y la Función
Judicial reglamentariamente estatuido.
Y asimismo, señaló que fue designada Jueza del Juzgado de Garantías
de la ciudad de Colón por el entonces Gobernador Sergio Daniel Urribarri
-hoy recusante-. Así, decía con razón, que la alegada circunstancia
sobreviniente consistente en el anoticiamiento de la existencia de un
“ignoto” vínculo matrimonial -alegado como recién descubierto-, no podía
ser receptada como válida.
Sin perjuicio de ello, cabe analizar la causal alegada, a los fines de dar
un completo tratamiento al tema.
III- c) Advertimos que el planteo se centra en lo que la doctrina
denomina como “imparcialidad frente al caso”. Para ello, los códigos
procesales prevén las causales de recusación, que constituyen el remedio
legal del que los litigantes pueden valerse para separar al juez o juezas del
conocimiento del juicio, si las relaciones o actitudes de aquellos con algunas
de las partes, sus letrados o representantes, son susceptibles de poner en
duda la imparcialidad de sus pronunciamientos.
Leemos en Gozaini, que para poder valorar la procedencia de este tipo
de recusación, resulta necesario atender tanto al interés particular, como al

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interés general, que pueda verse afectado por el uso inadecuado de este
medio de desplazamiento de los jueces naturales que deben entender en un
proceso. Por ello, dice el autor, la invocación de las causales que pongan
en peligro la imparcialidad del juez, constituye un acto relevante que
requiere una argumentación seria y fundada, no pudiendo las partes crear
motivos de recusación o apartamiento (Gozaini, Osvaldo A. El D ebido
Proceso: estándares de la C orte Interam ericana de D erechos H um anos,
Santa Fe, Rubinzal Culzoni Editores, 2017, pág. 204).
En efecto, no puede desconocerse, la relevancia institucional que tiene
en nuestro sistema la figura del juez natural, que es una garantía histórica,
tanto para el imputado como para toda la ciudadanía, especialmente a
partir de la reforma de 1994 que incorpora los Tratados Internacionales de
Derechos Humanos; cuyo fin principal es evitar la creación de tribunales
especiales para juzgar determinados hechos o a determinadas personas, sin
la generalidad y permanencia propias de los tribunales judiciales.
Por ello, los supuestos de recusación deben ser interpretados
cuidadosamente, ya que están establecidos para casos extraordinarios,
pues su aplicación provoca el desplazamiento de la legal y normal
competencia de los magistrados con afectación del principio constitucional
de la magistratura.
III - d) Los defensores admiten que están planteando una causal que
no está prevista en el artículo 38 del CPP, y que ni se asemeja a ninguna de
las causales que allí se enumeran, aunque pretenden que se asimile a las
previstas en los incs. d), g) y l).
Ahora bien, aún aceptando la propuesta que las partes hacen, que las
causales de recusación no tuvieran carácter taxativo (lo que en todo caso
podría admitirse para los magistrados, pero no para las partes), lo que se
invoque como causal no prevista pero asimilable, para ser admitida, debería
al menos representar un equivalente funcional, o contener algún tipo de
afinidad, como para suponer que, de acuerdo al fin que se pretende
conjurar, podría incluirse en el listado del artículo 38 del CPP.
En el caso, la causal de recusación que pretenden los defensores
supone una "comunicación" entre los cónyuges que desconoce el

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reconocimiento legal de la personalidad de los miembros de un matrimonio,
de la individualidad de cada quien, de la plena capacidad y libertad de
ambos; supone un vínculo que en lugar de mantener intactos los atributos
de las personas, las funde y disuelve, al punto de comunicarse entre sus
miembros (como si se tratase de una co autoría en sentido penal) las
opiniones, aspiraciones e incluso los sentimientos.
Debe recordarse que el Código Civil, en su primer título establece el
principio de "libertad e igualdad de derechos de los integrantes del
matrimonio", y que el único régimen de comunidad que se establece tiene
que ver con los bienes gananciales.
Como es evidente, el matrimonio no limita la capacidad de los
cónyuges en ningún aspecto; por eso, por fuera de esta excepción que tiene
que ver con el régimen patrimonial, no existen vasos comunicantes entre
las actividades profesionales, políticas, culturales, religiosas, deportivas,
etc, de los cónyuges, y mucho menos existe un deber de obediencia o de
abstención de realizar actividades lícitas, como lo es la política, o expresar
libremente las ideas, en función del otro.
Justamente por ello, no existe, ni puede suponerse, una
incompatibilidad entre la labor jurisdiccional de la Dra. Bruzzo en estas
actuaciones y las aspiraciones, opiniones políticas, o sentimientos de
amistad o enemistad del Sr. Ruiz Orrico.
La causal que pretenden oponer resulta contraria a la legislación civil,
la Constitución y los tratados internacionales vigentes de los que
sobradamente ha dado cuenta la propia magistrada en su informe.
De acuerdo a esta normativa, no se puede admitir que se ponga en
tela de juicio la imparcialidad de una magistrada y se desconfíe de su
neutralidad por las acciones y manifestaciones de su esposo.
Cada uno de los argumentos propuestos suponen en la magistrada una
suerte de predisposición para complacer o para obedecer, e incluso
beneficiarse por eventual cargo político (como si su máxima aspiración
fuera la de ser una primera dama) lo que, aparentemente y sin ninguna
lógica, la llevaría incluso a arriesgar su carrera y su prestigio, en una
insólita tensión entre resolver de acuerdo a los hechos probados y a la ley

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vigente, o prevaricar, con tal de beneficiar a su marido.
Todo lo cual resulta absurdo, sobre todo si se tiene en cuenta la
pública y notoria trayectoria de la Dra. Bruzzo, de la que se ha visto
obligada a dar cuenta en su informe, desconociendo que obtuvo su cargo
mediante el procedimiento establecido en la Constitución Provincial,
después de alcanzar los máximos puntajes en los concursos;
desconociéndose también que las decisiones jurisdiccionales no tienen
margen de discrecionalidad, que están sujetas a estrictos controles de otras
instancias, que cada magistrada y magistrado tiene el deber de actuar con
objetividad y que sólo deben obediencia a la Constitución y a las leyes.
III) e) Como señalábamos, los mismos defensores admiten que la
causal que invocan no está prevista, y podría ser aceptada, si se analogara
al inc. d), g) y l) del art. 38 del C.P.P.
Ahora bien, a poco que profundicemos sobre los conceptos allí
definidos, vemos que no puede asimilarse, por un lado, a Ruiz Orrico en el
art. 40 del C.P.P.
Por otro, tampoco es acreedor, deudor o fiador de cualquiera de las
partes interesadas, refiriéndose el artículo sin dudas a bienes patrimoniales.
Y respecto de los concepto “beneficios de importancia” o “dádivas”
deben realizarse precisiones imprescindibles. Los “beneficios” que invocan
los presentantes, tendrían carácter político, porque pertenecería Ruiz Orrico
a una fuerza política contraria al imputado Urribarri.
Ahora bien, no sólo la Dra. Bruzzo no viene a resolver aquí una
cuestión electoral, sino que esta referencia genérica a la pertenencia a
diferentes espacios políticos por parte del imputado y el esposo de la jueza,
resulta irrelevante, siendo cuestiones hipotéticas -no se sabe si son o serán
candidatos políticos, respecto de cuáles administraciones, a cuáles cargos,
que en nuestro sistema democrático, se eligen por internas abiertas-.
Las causales que invocan no pueden analogarse a ninguna de las
previstas legalmente, por lo que lo expresado bastaría para rechazar sus
pretensiones de apartar de la causa a la Dra. Evangelina Bruzzio.
IV) Sin perjuicio de ello, y para finalizar, debe señalarse una cuestión
que permea todo el planteo realizado por los defensores, más allá de sus

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declamaciones, que tiene que ver con la discriminación que importa lo que
dicen.
Sobre la base de estereotipos, señalan livianamente “un mínimo de
affectio societatis”, que influiría en las decisiones de la magistrada. Por
supuesto, en su entendimiento, es la mujer, y no otro, la influenciada.
No resulta casual que ninguno de los magistrados varones de nuestra
provincia haya sido recusado por los abogados, por las actividades,
opiniones o sentimientos de las mujeres con las que se vinculan. Es que, se
sabe, conforme a un orden patriarcal, las “posturas” no las ha de tener la
mujer, y he aquí el prejuicio.
La perspectiva de género -que hoy, felizmente, hasta por ley es
insoslayable para los tres poderes del Estado y hasta se imparte en los
colegios de abogacía-, cuando se aplica a una indagación (leemos en RUIZ
RESA, J. Las M ujeres y las profesiones jurídicas, Dickinson, Madrid, 2020)
“ conlleva, necesariam ente, una m irada crítica que perm ita detectar, analizar
y com batir discrim inaciones, en especial contra las m ujeres. R econoce la
influencia que los procesos y los contextos históricos y psico-sociales tienen
en la construcción de la desigualdad, así com o la relación que las
atribuciones de género establecen con otros conceptos claves com o el
poder, los sím bolos, las instituciones y las norm as”.
Sólo desde una mirada marcadamente machista pueden asimilarse,
como se desprende de la hipótesis de los defensores, las supuestas
aspiraciones políticas partidarias municipales del Sr. Ruiz Orrico, frente a los
deberes constitucionales en cabeza de una magistrada que ocupa, luego de
una intachable y extensa trayectoria, el cargo más alto al que por concurso
(es decir, por sus méritos académicos y profesionales), se puede aspirar en
la provincia, para desempeñarse en el poder judicial.
Como convencionalmente no puede de ningún modo habilitarse la
discusión en estos términos discriminatorios, también por este motivo, el
rechazo debe ser enfático.
V) En definitiva, en los términos en que ha sido planteada la
recusación, ella no puede verse más que como un modo de perturbar el
curso del proceso y también de discriminar sobre la base de un prejuicio

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sexista, conforme al cual las mujeres no piensan ni deciden por sí mismas,
como lo concebía el antiguo paradigma del Código Civil redactado por Vélez
Sársfield puesto en vigencia en el año 1871.
En consecuencia, corresponde rechazar la recusación propuesta.
Por ello,
SE RESUELVE:
I) RECHAZAR el planteo de recusación formulado contra la Dra.
Evangelina Bruzzo, continuando el trámite de la causa con la integración
oportunamente informada.
II) Notifíquese.

MARCELA BADANO MARCELA DAVITE DARÍO PERROUD

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