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Dios es el Dueño y Dador de todo

Por Wayne Gute

INTRODUCCIÓN
Nunca llegaremos a comprender los deberes que cada cristiano tiene como mayordomo si
no reconocemos que Dios es el Creador, el Señor y el Dueño absoluto de todo. Es de notarse
que una de las características de la apostasía es negar “a Dios el único Soberano, y a nuestro
Señor Jesucristo (Judas 4).

El cristiano verdadero reconoce la soberanía de Dios en todos los aspectos de la vida,


confesando con su boca y testificando con sus hechos que Jesucristo es su Señor.
Ya que el Señor es el Dueño absoluto de todo, también es el Dador de todo lo que vemos y
de lo que tenemos. Como nos dice Pablo, “¿Qué tienes que no hayas recibido?” (1 Corintios
4:7). Así que, conforme a su santa voluntad, el Señor reserva para sí el derecho de dar o no
dar, y aun de quitar lo dado. La pura verdad es que él sostiene y da muchas cosas a
muchísimas personas quienes ni reconocen sus providencias ni le dan las gracias (Mateo
5:45; Romanos 1:21), no sabiendo que son dadas para guiarles al arrepentimiento
(Romanos 2:4).

Pero, más que todos los demás, el cristiano debe reconocer al Señor como el Dueño y el
Dador de todo. Porque no solamente hemos recibido bendiciones materiales, sino también
espirituales, como expresa Pablo en Efesios: “Dios. . .que nos bendijo con toda bendición
espiritual en los lugares celestiales en Cristo” (Efesios 1:3).

Veamos los testimonios de varias personas que testifican que Dios es el Dueño y el Dador
de todas las cosas.

A. EL TESTIMONIO DE PABLO EN Hechos 17:24-25


1. Dios hizo el mundo: es su creador.
2. Dios hizo todas las cosas que hay en el mundo: es el creador de todo.
3. Es el Señor (Dueño) del cielo y la tierra. (Posee lo que hizo.)
4. Es el gran Dador de todo. Dios da a todos, no solamente a los cristianos, sino a todos.
a. La vida física
b. La respiración o aliento
c. Todas las cosas. Incluye alimento, casa, terreno, tiempo, salud, ropa. . .TODO,
y todo quiere decir todo.

B. LOS TESTIMONIOS DE LOS SALMISTAS


1. David: “De Jehová es la tierra y su plenitud [y cuanto ella tiene]; el mundo, y los que en
él habitan” (Salmos 24:1).
2. Asaf: “Porque mía es toda bestia del bosque, y los millares de animales en los collados.
Conozco a todas las aves de los montes, y todo lo que se mueve en los campos me
pertenece. Si yo tuviese hambre, no te lo diría a ti; porque mío es el mundo y su plenitud”,
dice Jehová (Salmos 50:10-12; compare Hechos 17:25).

C. EL TESTIMONIO DE DAVID COMO REY, al ofrendar para el templo


“Bendito seas tú, oh Jehová Dios de Israel nuestro padre, desde el siglo hasta el siglo. Tuya
es, oh Jehová, la magnificencia, y el poder, la gloria, y el honor; porque todas las cosas que
están en los cielos, y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso
sobre todos. Las riquezas y la gloria proceden de ti; y tú dominas sobre todo. En tu mano
está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos. Ahora pues,
Dios nuestro, nosotros alabamos y loamos tu glorioso nombre. Porque ¿quién soy yo, y
quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues
todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos” (1 Crónicas 29:10-14).

D. EL TESTIMONIO DEL PATRIARCA JOB


El primer capítulo del libro de Job nos revela cuán grandes fueron las posesiones materiales
de Job. Pero, en un solo día perdió todo. Mas su testimonio fue: “Desnudo salí del vientre
de mi madre, y desnudo tornaré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová
bendito” (Job 1: 21).
Aunque Job era rico, era hombre maduro, recto, temeroso de Dios y apartado del mal. No
confiaba en sus riquezas, sino en el Dios vivo y verdadero. Reconoció que Dios le dio todo,
y que tuvo el derecho de quitárselo, tanto como tuvo en dárselo al principio
.
E. EL TESTIMONIO DE SANTIAGO
Santiago 1:17 nos hace entender que todo don y toda dádiva es de Dios, sea cosa material
o espiritual. Dios es la fuente de toda clase de bendición.

Concluimos que Dios es el hacedor y el dueño de todo, y a quién quiere él da sus


bendiciones. Pero, no hay ninguna persona que no haya recibido bendiciones de lo alto. “Él
da a todos todas las cosas”. Dios puede hacer esto porque es Dueño de todas las cosas.
También, tiene el derecho de quitar las cosas cuando quiera hacerlo.
A los cristianos, Dios también les ha dado toda clase de bendición espiritual. “El que no
escatimó ni a su propio hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará
también con él todas las cosas?” (Romanos 8:32).

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