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1. Introducción
La presente nota está destinada a las y los consumidores que reciben intimaciones por
deudas o bien que, conscientes de una deuda, quieren regularizar su situación.
Como primera cuestión, es importante abandonar los prejuicios sobre ser “moroso/a” y
las concepciones moralistas respecto del endeudamiento de las y los consumidores. En
este aspecto, se destaca el doble estándar de la sociedad y muchos de sus actores que
condenan a la persona que adeuda cuotas de un crédito o de la financiación de un
consumo, pero toleran que el sector empresario incumpla obligaciones fiscales,
laborales y de reparación de las y los mismos consumidores que condena moralmente.
Tales conductas, además de las sanciones previstas en la presente ley, podrán ser
pasibles de la multa civil establecida en el artículo 52 bis de la presente norma, sin
perjuicio de otros resarcimientos que correspondieren al consumidor, siendo ambas
penalidades extensivas solidariamente a quien actuare en nombre del proveedor.”
Como puede observar, este artículo protege a las y los consumidores de estas prácticas
ilegales. Sin embargo, también es cierto que el cumplimiento de esta disposición no es
la óptima, razón que torna necesaria una reforma que permita la efectiva protección de
las y los consumidores, (ej. Proyecto 3040-D-2020 o Proyecto de Código de Protección
de las y los Consumidores y Usuarios de la Nación), así como un mayor compromiso de
las autoridades administrativas y judiciales encargadas de proteger a las y los
consumidores.
Otra cosa a tener presente es que si bien se presentan como “estudio jurídico”, en
muchas ocasiones nos encontramos frente a empresas de cobranza que usan este título
para intentar escapar de la Ley de Defensa del Consumidor y/o generar coacción en la
persona ante el miedo a un juicio.
Consejo práctico: En estos casos que dicen ser estudios jurídicos usted puede consultar
el profesional a cargo del Estudio (nombre completo, matrícula profesional, colegio en
el cual está inscripto como abogado/a, la dirección del estudio y el número de teléfono).
Con estos datos usted puede saber si está ante un estudio jurídico y eventualmente
acercarse al colegio profesional a consultar y/o denunciar en caso de recibir malos tratos
u otra afectación a su persona.
Situación 1: Nos llega una comunicación con una aviso de deuda (ej. “Nos
comunicamos con usted por una deuda pendiente. Comuníquese para evitar acciones
judiciales”) que puede contener o no algún dato nuestro (nombre, Nº de documento,
dirección) con un contacto para que nos comuniquemos y/o paguemos.
En estos casos muchas personas proceden recordar todos los contratos y relaciones
jurídicas que tuvieron para asignarle identidad a esa “deuda” (ej. “recuerdo que… en
2012… yo di de baja el cable… la tarjeta…. tuve un problema con… etc…”). Esta
conducta impersonal e indefinida tiene por objeto que usted se contacte (asustado/a), en
una situación de desconocimiento y vulnerabilidad.
Consejo práctico: A estos mensajes lo óptimo es ignorarlos / bloquearlos. En caso que
desee conectarse, no brinde datos personales. En muchos casos el contacto es
continuado de un acoso más intenso y sistemático debido a que la empresa lo identifica
como un posible éxito (persona que pueden coaccionar a un pago) y ya no como un
mero mensaje “a la pesca”.
Situación 2: Nos llega una comunicación con un aviso de deuda que identifica datos de
la deuda (ej. “Nos comunicamos con usted por una deuda con Banco Falso S.A.”).
Situación 3: Nos llega una comunicación con datos personales nuestros (ej. “Juan Ficto,
DNI 12.345.678, domicilio en calle Falsa 123, nos comunicamos por usted por una
deuda, comuníquese para evitar acciones judiciales”).
En estos casos, que aplica lo expresado en las situaciones 1) y 2), es importante tener
presente que estas empresas compran bases de datos (información) de consumidores/as
de otras empresas, así como de deudas (ej. “Juan Ficto, DNI 12.345.678, domicilio en
calle Falsa 123, no abonó a SuperCable $1.150 de la cuota del pack Fútbol de febrero
2014”).
Consejo práctico 1: En estas situaciones donde nos comunicamos con la empresa y nos
confirma la veracidad de la comunicación, sabemos que la deuda es real, sabemos que
quien la reclama es dueño de la deuda, y querés pagar o negociar una forma de pago, la
instancia de Oficinas de Defensa del Consumidor nos brinda un espacio para negociar
en mejores condiciones (como se explica en el Punto 3).
Consejo práctico 2: En caso de no querer pagar, esta instancia puede ser aprovechada en
casos que molesten estas comunicaciones, o incluso como mecanismo de protección.
Este procedimiento va a permitir un cierto control de la legalidad de la deuda y el
contrato, así como acreditar la relación de consumo y domicilio ante un eventual futuro
juicio (art. 36 Ley 24.240 de Defensa del Consumidor).
Situación 5: Nos llega una comunicación que informa de un futuro embargo o tiene
forma de “papel judicial ”(ej. “Nos comunicamos con usted porque el viernes irá el
oficial de justicia a embargar su domicilio. Comuníquese al 11-2233-4455 para
evitarlo.”).
En estos casos, además de estar frente a una conducta ilegal (art. 8 bis Ley 24.240 de
Defensa del Consumidor) y de un delito, lo importante es no desesperarse. Más arriba
brindamos consejos respecto de cómo identificar posibles fraudes, sin embargo, es
importante que concurra a un abogado/a o incluso al mismo Juzgado para obtener
asesoramiento sobre la veracidad y cómo proceder.
Consejo práctico 2: En estos casos que existe el supuesto “juicio” el acreedor no puede
darle órdenes al juez o jueza. Por este motivo, buscar patrocinio letrado (abogado/a)
también le permite contar con el debido asesoramiento para la negociación e incluso
reducir costos por liquidaciones infladas, honorarios inflados, intereses usuarios, etc.
Estas son las situaciones que acontecen a grandes rasgos y esta nota brinda información
para empoderar a las y los consumidores ante estas situaciones. Sin embargo, son
ejemplos y generalidades, por lo cual no implica un asesoramiento ni lo reemplaza.
Por último, en los casos de acoso sistemático, por llamadas y/o mensajes, debemos
anticipar que muchas veces las autoridades estatales son ineficientes para cortarlos. Sea
por el carácter anónimo de estas comunicaciones, por la dificultad de prueba, como por
la falta de recursos y/o de voluntad de las y los funcionarios a cargo de estos espacios,
es una problemática que requiere una solución más allá de los mecanismos actualmente
disponibles.
Consejo práctico: Es importante que usted no haga una presentación donde manifieste
que “quiere pagar”, sino que la presentación debe estar destinada a que le brinden
información sobre su deuda. Ej:
El primero es que usted tiene derecho (y debe saber) antes de pagar, si debe, cuánto
debe, qué debe, el detalle, que quien le quiere cobrar es efectivamente el dueño de la
deuda, así como los demás aspectos relevantes.
De modo independiente a que como consumidor/a sea deudor/a, usted tiene derecho a
que le suministren esta información de modo adecuado, veraz, gratuito y completo
(artículo 42 de la Constitución Nacional, artículos 4 y 8 bis de la Ley de Defensa del
Consumidor 24.240).
Asimismo, si bien es difícil lograr que estas instancias brinden respuestas ante llamados
telefónicos sistemáticos, mensajes de texto y/o whatsapp, mail, etc., el reclamo que cita
a la empresa principal (ej. Banco) suele tener como consecuencia un freno de este
acoso. Sin perjuicio de las dificultades de lograr una respuesta favorable de estas
instancias.
a) Queda constancia del acuerdo, los pagos, libre de deuda y demás aspectos en un
expediente ante un funcionario público, evitando nuevos reclamos por una deuda
arreglada.
b) El funcionario tiene la obligación de controlar el acuerdo (legalidad) y asesorarnos.
No es un árbitro imparcial, sino que su función es asegurar la protección de la o el
consumidor involucrado.
c) La existencia de control del Estado favorece una actitud más conciliadora y
beneficiosa por parte de las empresas.
d) Los procedimientos administrativos no generan honorarios a su cargo, salvo que
concurra con patrocinio letrado propio (respecto de dicho/a profesional).
Por último, hasta la ejecución de la deuda por un proceso judicial usted no tiene la
obligación (coacción) de firmar, aceptar o pagar ante estos reclamos, e incluso en un
juicio podemos defendernos y tampoco nos van a poder cobrar lo que quieran. Si puede
existir un embargo (porcentaje) o bienes como consecuencia del inicio del juicio (que
debe ser autorizado por el juez o jueza). En consecuencia, siempre es muy importante
presentarse en los juicios para defenderse y controlar lo que reclaman.
4. Prescripción
Cuando hablamos de “prescripción” o de deudas “prescriptas”, nos referimos a deudas
que NO estamos obligados a pagar porque se tardaron mucho en cobrarlas.
Básicamente, el derecho de una persona a no estar toda la vida atenta a que su acreedor
quiera cobrarse.
5. Cierre
Esta nota la escribimos con la intención de brindar un conocimiento mínimo a las y los
consumidores que se encuentran en esta situación de deudores/as, especialmente cuando
son objeto de las prácticas de cobro. Tener conocimiento y herramientas permite
empoderar a la persona. Sin embargo, conscientes de nuestra situación y derechos, es
importante concurrir a instancias donde puedan asesorarnos y escoger la mejor
respuesta a nuestra situación particular.
Si bien esta nota intenta agotar este tema en la instancia extrajudicial, también tenemos
otras posibilidades de defensa y negociación en un juicio (siendo vital que concurra
rápido a una o un abogado cuando recibe una “demanda, cédula o mandamiento” para
poder defenderse). E incluso cuando nuestra situación financiera colapsa, encontramos
posibilidades de recuperarnos por medio de una “quiebra” o procesos ad-hoc para
situaciones de sobreendeudamiento.