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CURSO DE FORMACIÓN DE LECTORES

ÍNDICE
TEMA

Página Pagina
1 Introducción Importancia de la “Liturgia de la Palabra” en la Misa 1
2 El lector y su lugar en la Iglesia 2
3 El espíritu que debe animar al lector 2-3
4 Escuchar la Palabra de Dios 4-5
5 ¿Cómo interpretar la Lectura Litúrgica? 7-8
6 Las condiciones materiales de una buena proclamación 9
7 Correcciones que debe aceptar el Lector 10
8 El uso del micrófono 11
9 Algunos elementos para mejorar la dicción 12-13
Ejercicio para aprender a tomar aliento 12
Ejercicio de silabeo 13
10 Pronunciación correcta 13
Palabras para practica 15
11 ¿Qué es hablar? ¿Qué es proclamar? Reglas y ejercicios 16-17
12 Como interpretar la Litúrgica 18-20
A. La Proclamación Profética y Doxologías 18
B. Relato Histórico 18
C. La Exhortación Moral 18
D. Exposición dogmática 18-19
E. Diálogos 19
F. Los Salmos 19
G. Las Moniciones 19-20
Géneros Literarios: Para practicar 21-25
13 Recuerdo del Curso de Formación de Lectores 26
Leer, Proclamar 27-30
Modo de Conclusión de Este Curso 31
TEMA 1: INTRODUCCIÓN: El por qué de este curso...
Importancia de la “Liturgia de la Palabra” en la Misa.
 Ya pasó el tiempo en que se decía que para cumplir con el precepto de la Misa dominical
bastaba con llegar antes del Ofertorio.
 En las “Instrucciones Generales de la Misa” (IGM) se lee: “La Misa es un solo acto de culto que
consta, en cierto sentido, de dos partes: La Liturgia de la Palabra, y la Liturgia Eucarística”. Por
tanto, se exhorta a los pastores que instruyan a los fieles... (S.C. 56) El Concilio Vaticano II en su
constitución sobre la Liturgia dice: “Máxima es la importancia de la Sagrada Escritura en la
celebración de la Liturgia, pues... de ella (la Biblia) reciben significado las acciones y los signos.
Por lo tanto, hay que fomentar aquel amor suave y vivo hacia la Sagrada Escritura que atestigua
la venerable tradición de los ritos”. (SC 24)
 El Concilio llega a decir que “Cuando se lee en la Iglesia la Sagrada Escritura, es Cristo quien
habla”.
 Por tanto, las lecturas de la Palabra de Dios, que constituyen un elemento de máxima
importancia en la Liturgia deben ser escuchadas por todos con veneración”. (IGM 11,9)
 Es aún más importante la lectura que la predicación: “Las lecturas tomadas de la Sagrada
Escritura con los canticos interleccionales constituyen la parte principal de la Liturgia de la
Palabra. La homilía, la profesión de fe y la oración universal u oración de los fieles la desarrollan y
concluyen”. Pues en las lecturas que la homilía explica, Dios habla a su Pueblo, manifiesta el
misterio de la redención y salvación, y brinda el alimento espiritual; y Cristo que está en medio de
los fieles, se hace presente en su palabra”. (IGM 11,33).
 Pablo VI, en la Encíclica “Eucharisticum Mysterium” declara: “La celebración de la Palabra se
requiere para el ministerio mismo de los Sacramentos, como quiera que son sacramentos de la
fe, la cual nace de la Palabra y de ella se alimenta. Esto se ha de decir sobre todo de la
celebración de la Misa, en la cual la Liturgia de la Palabra de Dios tiende a unir estrechamente el
anuncio y escucha de la palabra de Dios con el misterio Eucarístico: (n.10)
 Vemos que la Palabra SE CELEBRA y también SE PROCLAMA.

TEMA 2: EL LECTOR Y SU LUGAR EN LA IGLESIA


 No es propio del Celebrante hacer las lecturas. Lo cita expresamente las “Instrucciones
Generales del Misal”: “Como el oficio de hacer las lecturas no es función presidencial, sino
ministerial, conviene que de ordinario el Diacono, o faltando este, otro presbítero lea el Evangelio;
mientras que el lector hará las otras lecturas. Sin embargo, si no hay diácono ni otro presbítero,
hará la lectura del Evangelio el Celebrante”. (LL, 34).
 El Lector es un laico, pero debe tener condiciones para proclamar la Palabra de Dios.
TEMA 3:
EL ESPÍRITU QUE DEBE ANIMAR AL LECTOR
El- Lector es un Ministro de la Iglesia preparado y encargado de proclamar la Palabra de Dios. No
es una persona que ocasionalmente lee un texto. En él es necesaria una preparación espiritual o
religiosa y una adecuada capacitación técnica. Debe desarrollar en sí:
a. BUENA VOLUNTAD, ser humilde y generoso, deseando servir.
b. EL FRECUENTAR LOS SACRAMENTOS y estar en Paz consigo mismo y con los hermanos.
c. EL AMOR A SUS HERMANOS debe llevarle a capacitarse y esforzarse.
d. SENTIDO DE LA ORACIÓN LITÚRGICA. Debe apreciar la calidad de la oración de la Iglesia.
Apreciar la enseñanza que ella contiene, siendo la oración una búsqueda de la voluntad de Dios.
e. SENTIDO DE LO SANTO. Debe tener conciencia que la Santidad de Dios rechaza todo lo
falso. Nada de actitudes pomposas, de opereta, de espectáculo o chabacanas.
f. SENTIDO DEL GESTO Y LA EXPRESIÓN. La Iglesia expresa la presencia y la acción de Dios
a través de realidades sensibles (agua, oleo, pan, luz, postraciones). Rechazar lo corporal es
privarse de una ayuda indispensable para subir hasta Dios y también privar a Dios de una parte
de alabanza que le corresponde.
g. CONOCER LA BIBLIA. Deberá profundizar más en la Palabra de Dios. Leerla y meditarla
constantemente. Familiarizarse con ella.
h. SER PERSONA DE ORACIÓN Y DE FE.
i. RESPONSABILIDAD (Puntualidad)
j. TALENTO
k. COMPRENDER LA LITURGIA. Comprensión profunda de la Misa y en general, de La Liturgia.
Apreciar la presencia de los SIGNOS, los SÍMBOLOS, los GESTOS y en general de todo lo
sensible.
NOTAS  Al iniciarse, el LECTOR no tendrá todas estas condiciones. Las irá adquiriendo a
medida que desempeña su ministerio, especialmente si se Integra a un equipo de pastoral
litúrgica y/o asiste a las reuniones de LECTORES Y MINISTROS que se llevan a efecto
regularmente en la parroquia.
 Debe ir desarrollando en su persona el sentido de la Celebración, sin el cual no podrá cumplir
dignamente su papel.  Es todo un estilo de vida de fe personal, que se trata de adoptar.
Aprender a reaccionar con la Iglesia y como ella frente al misterio de Dios y las maravillas
realizadas por Él para introducir a los hombres pecadores en una comunión de caridad en Cristo y
por Cristo.
TEMA 4: ESCUCHAR LA PALABRA DE DIOS
P
A sonido
L en castellano facultad
A promesa
B derecho (libertad de expresión)
R
A

P
A Persona de Dios
L en la Biblia Creadora
A Dinámica
B
R
A
Expresiva. Hoy día en la lengua castellana la expresión “palabra” tiene un alcance limitado. En el
mundo bíblico la palabra humana no era solamente un gesto sonoro, sino que era la persona
misma, expresiva, dinámica y creadora.
En la Biblia LA PALABRA DE DIOS es el ESPÍRITU DE DIOS: ella anuncia, instruye, antes de
revelarse plenamente en Jesucristo.
¿QUÉ SE ENTIENDE POR LA PALABRA DE DIOS?
La Palabra de Dios designa, no solamente la Biblia y sus consecuencias (la predicación), sino
también todo lo que contribuye a colocar a Dios en relación con el hombre (partiendo de la
Creación) y al hombre en relación con Dios.
P
A
L
A De A – La Biblia
B Dios B - La Predicación
R C - El Proyecto (Antigua Alianza)
A (Nueva Alianza)
D
E
A. LA BIBLIA: La historia épica y política del pueblo de Dios, las reflexiones de sus teólogos y de
sus sabios, las fórmulas de oración y de canto, los códigos morales y jurídicos.
B. LA PREDICACIÓN: Considerada como un signo de Dios dirigida al hombre, un llamado a la
conversión, una luz para la fe.
C. Todo EL PROYECTO del designio de Dios en vista a la construcción del Reino: .las “alianzas”
del Antiguo Testamento y su plenitud en Jesucristo; la Alianza decisiva y Universal de Dios con
toda la Humanidad, adquirida por la Iglesia, desde que el hombre recibe el anuncio del Reino de
Dios y se convierte. Escuchar la palabra de Dios para nosotros, cristianos de hoy, es vivir en el
tiempo de la Iglesia para buscar a Jesucristo en la lectura de los libros santos, en la vida
Sacramental, en nuestras relaciones humanas iluminadas por la caridad.
a) DIOS SE REVELA A NOSOTROS POR SIGNOS Es en la Liturgia que se realiza esta
comunicación que Dios propone; en la que Él renueva su Alianza y donde el hombre responde.
“Lo que era visible en Cristo Jesús ha pasado a los misterios”. (San León) La Revelación de Dios,
la comunicación de su vida visible, palpable en Cristo, ha pasado a partir de la Ascensión a los
signos visibles, causa significante de la gracia que constituyen los Sacramentos y la Liturgia.
b) LA ESCRITURA ES UNO DE ESTOS SIGNOS La Lectura Litúrgica es uno de los signos que el
LECTOR tiene a cargo comunicar. La mayoría de los participantes en la celebración conocen el
sentido y el alcance de los Sacramentos. Saben que nos hacen presente la muerte y la
Resurrección de Cristo, que nos hacen vivir la Pascua con Él. Pero los fieles parecen menos
sensibles a la función sacramental de la lectura litúrgica.
c) CONVOCADOS POR LA PALABRA DE DIOS LOS FIELES CONSTITUYEN EL PUEBLO
SANTO. Es importante que el bautizado que va a la Misa Dominical conozca el sentido profundo
de su actuación, el sentido profundo de la reunión que va a vivir. Esta congregación de fieles ha
sido querida por Dios -que la ha convocado para renovar con ella el signo de la Alianza, de
hacerla participar de la muerte y Resurrección de Cristo- a fin de escuchar su respuesta. El Señor
convoca a su pueblo para hablarle y su pueblo le contesta, le responde.
d) DIOS NOS HABLA en la Liturgia, como en la Biblia, la primera situación frente a la palabra
profética dirigida al hombre, no es “que se dice”, sino “quien habla”. Por eso, será preciso
después el vivir el mensaje. Lo primero: “alguien entra en mi historia” por el dialogo antes de que
yo reflexione sobre mi pensar ayudado por un texto. Esta “palabra” es personal, manifiesta al otro,
al Dios Salvador, y la iniciativa y primacía de su llamado. Esta palabra interviene en mi vida, me
obliga a tomar conciencia del “sentido de mi historia”.
e) LA PALABRA ES EFICAZ. El anuncio de la salvación en Jesucristo que acabamos de oirá,
tiene una eficacia tal que llega hasta la realización del sacrificio del Señor. La Palabra es eficaz a
tal punto que llega a realizar el Sacramento Ella constituye la proclamación de Dios que llama a
una respuesta del creyente. La Palabra del Señor se dirige a nosotros ahora y nosotros nos
adherimos a esta palabra por la Comunión.
f) DIOS NOS HA HABLADO: NOSOTROS CONTESTAMOS. Y porque nos hemos adherido a
esta palabra, podemos celebrar, dar gracias, bendecir, realizar el culto. Es el diálogo abierto por
Dios; la asamblea Santa convocada por la palabra, alimentada por su palabra, “TEXTOS Y PAN”,
que ha aceptado la alianza, alaba, bendice y da gracias. Ella celebra y después va a dar
testimonio en la vida de cada día.
TEMA 5: ¿CÓMO INTERPRETAR LA LECTURA LITÚRGICA?
La palabra “interpretar” puede prestarse a confusión. La interpretación es una cierta manera de
considerar la realidad: es explicación y expresa un punto de vista personal. Es reflejo de la
realidad, a través del prisma de la personalidad del interprete. Utilizar la palabra “interpretar”
puede parecer impropio ando se trata de lectura de la Palabra de Dios. Sin embargo, empleamos
a conciencia, porque todo LECTOR plantea la cuestión de la interpretación; llama la atención
comprobar como el temperamento distinto de cada lector confiere a la lectura de un mismo texto
un carácter particular.
I El texto escogido por la Iglesia es la Palabra Viva de Dios
N destinada a cada miembro de la asamblea.
T (Textos Escogidos) LA PROCLAMACION DE LA PALABRA, es un acto por el
E FIDELIDAD cual Dios entra en relación con su pueblo en un momento
R TRADUCCION preciso de la historia.
P PRESENTACION La gran dificultad es que estos textos, sobre todo el
R INTERPRETACION Evangelio, siempre actuales y siempre nuevos, han sido ya
E oídos muchas veces, a tal punto que son considerados
T como muy conocidos.
A
R
Para los participantes ante algo ya conocido, su atención se dispersa desde el principio. El
problema será, como mantener esta atención, como dar a estos textos una presencia “personal
cómo hacerlo .sin forzar el mensaje, sin colocarse en el lugar de Dios”, y sin maltratar al auditor
con una declamación sentimental y/o teatral.
La Palabra de Dios debe ser inteligible, pero esto no significa que se deba sacrificar todo a la
inteligibilidad inmediata. Corresponde al Celebrante en la homilía o predicación, o al comentarista
en sus moniciones iluminar los pasajes difíciles y preparar al fiel a recibir bien el/mensaje que
Dios le dirige.
FIDELIDAD A LOS TEXTOS: No tenemos derecho, incluso por motivos de adaptación o
pedagogía, de sustituir lecturas de nuestra elección a aquellas que han sido previstas por la
Iglesia y su Liturgia, con el pretexto de hacer inteligible un texto. La Biblia es para Dios. No
pertenece a los hombres el atenuarla o modificarla.
UNA BUENA TRADUCCIÓN: Se debe utilizar una traducción exacta, fiel, apropiada para la
proclamación.
INTERPRETACIÓN SOBRIA Y SIMPLE: Lo esencial es que la lectura sea oída y entendida. El
Modo de lectura: lo más diáfana, que “permita captar bien todas las palabras de una frase. No
debe hacerse la lectura demasiada cargada de intenciones ni parcelada, ni personal. Esto haría
una interpretación inauténtica de la Palabra de Dios.
Se deben PRESENTAR LOS TEXTOS cuidando que las introducciones sean según la
composición de los fieles. Implica también un gran respeto a la asamblea. Se trata simplemente
de colocar a la asamblea en estado de oír verdaderamente al Señor por sí mismo.
TEMA 6: LAS CONDICIONES MATERIALES DE UNA BUENA PROCLAMACIÓN
Un texto bien impreso...
en un libro digno de la Proclamación de la Palabra. Importa que el signo gráfico sea netamente
visible, que la palabra aparezca sin dificultad; se recomienda incluso, que la frase sea impresa de
tal manera que el sujeto y el verbo sean percibidos al mismo tiempo por el ojo.
Un texto bien iluminado.
El texto debe estar en buena luz; el lector, cuya vista es más o menos buena, no debe tener
dificultad para leerlo. Este detalle tiene su importancia, si el lector tiene que inclinarse sobre el
libro para descifrar el texto, se verá muy mal, doblado, y su voz no podrá proyectarse lejos.
Se lee con todo el cuerpo.
Los pies bien puestos en el suelo y el cuerpo que se sostenga en las piernas en buena posición
de equilibrio; los hombros en su lugar para que la caja toráxica no sea constreñida; la cabeza
derecha; los ojos dirigidos hacia el libro que debe estar colocado a buena altura. Sea que el lector
tenga el libro en las manos o en un ambón, la voz deberá pasar siempre por encima del libro y
proyectarse al auditorio.
Debe colocarse frente a la asamblea.
Lógicamente toda persona que se dirija a una asamblea debe colocarse frente a ella. Además es
aconsejable que esté más elevado respecto a sus oyentes. La naturaleza misma de la
proclamación exige que no esté lejos del altar y que el lugar del lector sea uno de honor.
Revestido con toga, signo de su función ministerial.
Al revestirse, el Lector pasa a otro plano, puede asumir más libremente su papel, sin timidez,
facilitando así la posibilidad a una actitud sagrada y de respeto que hace de él un ministro al
servicio de la comunidad. Por lo tanto, tengamos bien presente lo siguiente: EL LECTOR ES UN
MINISTRO DE LA PALABRA, es un ser vivo que se dirige oficialmente a otros seres vivos, que
son los que forman la Asamblea Cristiana. Por lo tanto debe dirigirse a ellos: - con autoridad - sin
complejos - con alma - haciendo presente no al autor, sino el mensaje del autor.

TEMA 7:
CORRECCIONES QUE DEBE ACEPTAR EL LECTOR
Como persona humilde que se espera sea el lector, debe aceptar correcciones, y recibirlas con
agrado. Siempre que nos dirijamos a un compañero para hacerle correcciones hagámoslo
fraternal y sencillamente y si posible en privado.
Podemos también corregirnos nosotros mismos, sirviéndonos de una grabadora, aunque
generalmente no notamos nuestros propios errores y conviene que sea otra persona quien nos
los advierta.
Veamos algunos de los errores más comunes:
1. Leen demasiado rápido (aplicar primera regla) 2. Aceleran a medida que se avanza en lectura.
Puede deberse a nerviosismo o a la falta de dominio en la respiración. 3. No vocalizan
suficientemente. Su dicción es blanda y se asemeja más a una conversación que a una
proclamación. 4. Su lectura es monótona. 5. Leen sin inteligencia. En cada trozo bíblico, por regla
general, hay una idea principal (que en los textos litúrgicos se suele señalar al inicio con una frase
destacada). Hay que construir la lectura en torno a esa frase clave. Si se pone el énfasis sobre
otra cualquiera, se corre el riesgo de deformar el sentido del texto. Para evitar esto se debe leer
bien el texto antes de proclamarlo. 6. No respetan la puntuación. Las comas y los puntos se han
escrito para que se tengan en cuenta. 7. Bajan la voz antes de terminar las frases. Esto hace
difícil entender las últimas palabras de cada frase. 8. Usan un tono inapropiado. 9. Se sitúan
demasiado cerca o demasiado lejos del micrófono. O retumba o no se alcanza a oír. No hay que
temerle al micrófono.
TEMA 8: EL USO DEL MICRÓFONO El Lector necesita encontrar su lugar frente al micrófono.
Hablar con un micrófono plantea algunos problemas que se pueden resolver ejercitándose con
una grabadora. Veamos algunos puntos sobre este maravilloso instrumento: 1. El micrófono no
debe amplificar la voz, sino llevarla a todos los puntos del edificio. 2. El micrófono nunca ha
transformado una voz mala en una buena. 3. El micrófono amplía los defectos. 4. El micrófono
exige cuidar la pronunciación; sobre todo si el lector no eleva la voz tendrá tendencia a volver al
lenguaje común y corriente; hablará entonces demasiado rápido y el auditor no alcanzará a oír y
reconstruir las palabras; no podra seguirle. 5. El micrófono no resuelve el problema de las voces
débiles; se debe hablar con firmeza y claridad. 6. El micrófono exige una dicción cuidada, una
lentitud más precisa, pausas más frecuentes. 7. Hay que “domesticar” el micrófono para saber a
qué distancia se debe colocar y a que altura regularlo. Este debe colocarse siempre frente a la
boca, pero que permita al auditorio verle la cara y el movimiento de los labios al lector. El mismo
debe colocarse siempre en forma ligeramente diagonal de abajo hacia arriba en dirección a la
boca o a la barbilla. Nunca frente a los ojos o frente, ni mirando el pecho. 8. Si notamos que el
sonido retumba es que estamos muy pegados al micrófono, por lo que debemos retirarnos un
poco. Si no nos oímos, deberemos acercarnos.
TEMA 9: ALGUNOS ELEMENTOS PARA MEJORAR LA DICCIÓN 1. Una voz bien impostada
“Impostada” viene del latín: “impostare”, que quiere decir apoyar. Significa dar sonoridad a la voz;
también se dice dar modulación a la voz. No es engolar o apretar. Un actor de teatro para
producir ciertos efectos, adoptará una voz de pecho, de garganta o de nariz, Según lo que
necesite crear. No es necesario que el lector litúrgico acuda a estos recursos, pero si deberá
saber sacar la voz, darle sonoridad. Esto se obtiene con ejercicio y práctica. 2. Una buena
vocalización La persona que esté ejerciendo como lector deberá estar consciente de que está
proclamando y por lo tanto esforzarse en adquirir nitidez y precisión en la pronunciación de las
sílabas. No se debe leer con los dientes cerrados. Se debe exagerar un poco la vocalización en
los ensayos privados para que al leer en público se pueda hacer con una dicción más correcta. 3.
El dominio de la respiracion Es sumamente importante, si no se quiere cortar las frases, tener
presente que el control de nuestra respiración es muy importante. - Debemos practicar el ejercicio
de respiración frecuentemente para lograr cada vez mayor resistencia. - Debemos “relajarnos”
antes de leer. (Relajamiento físico y psicológico). Los estados nerviosos impiden una buena
respiración. - No esperar a estar sin aire para tomar de nuevo. - Es bueno aprender a aspirar
usando más el diafragma que los pulmones (permite mayor duración). - Saber tomar aliento
disimuladamente. - Hacer las pausas cuando lo exija la lógica del sentido, y no hacerlas cuando
en sentido no lo reclama. - No volver a tomar aliento en medio de una frase. La disposición
tipográfica del Leccionario Litúrgico a menudo facilita la tarea del lector. Saber aprovechar esta
facilidad. Ejercicio para aprender a tomar aliento y obtener relajamiento: a. Llenar bien de aire los
pulmones. b. Soltarlo lentamente como si estuviera silbando. c. Soplar dicho aire hacia la palma
de la mano, donde puede percibir la presión del mismo. d. Repítase muchas veces para lograr
mayor duración cada vez. Verifique duración con un reloj. Con una repetición paciente aprenderá
a ampliar mucho su capacidad. e. Cuando crea haber llegado a un máximo ideal ensaye sin
aspirar ya demasiado profundamente.

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