Está en la página 1de 1

A medida que los años transcurren nos solemos aferrar con más facilidad al dolor, al

engaño, a la traición, al odió.

Lleva demasiado trabajo desacernos de esos vestigios del pasado, son heridas que
llevamos ocultas, dejabo de nuestras mascaras, heridas que siguen sangrando.
Cómo dejamos nuestro orgullo a un lado, como damos el beneficio del perdón a alguien
que no lo merece?
Me lo pregunto una y otra vez, entiendo que el perdón al primero que beneficia es al que lo
otorga pero porque dejar sin una venganza a aquel que me daño tanto?
Simplemente porque nosostros tambien, conciente o inconscientemente dañamos a otros o
a nosotros mismos. Al perdonar, también nos perdonamos.

También podría gustarte