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Este documento enumera las diferentes formas en que un cristiano puede identificarse a sí mismo como parte de Dios y su relación con Jesucristo. Se describe al cristiano como la sal de la tierra, la luz del mundo, un hijo de Dios, parte de la vid verdadera, amigo de Cristo, elegido por Cristo, testigo de Cristo, siervo de Dios y de la justicia, templo de Dios, miembro del cuerpo de Cristo, ciudadano del cielo, justo y santo, escondido con Cristo, hijo de luz
Este documento enumera las diferentes formas en que un cristiano puede identificarse a sí mismo como parte de Dios y su relación con Jesucristo. Se describe al cristiano como la sal de la tierra, la luz del mundo, un hijo de Dios, parte de la vid verdadera, amigo de Cristo, elegido por Cristo, testigo de Cristo, siervo de Dios y de la justicia, templo de Dios, miembro del cuerpo de Cristo, ciudadano del cielo, justo y santo, escondido con Cristo, hijo de luz
Este documento enumera las diferentes formas en que un cristiano puede identificarse a sí mismo como parte de Dios y su relación con Jesucristo. Se describe al cristiano como la sal de la tierra, la luz del mundo, un hijo de Dios, parte de la vid verdadera, amigo de Cristo, elegido por Cristo, testigo de Cristo, siervo de Dios y de la justicia, templo de Dios, miembro del cuerpo de Cristo, ciudadano del cielo, justo y santo, escondido con Cristo, hijo de luz
Yo soy un hijo de Dios (Juan 1:12). Yo soy parte de la vid verdadera y la vida de Cristo fluye a través de mí (Juan 15:1, 5). Yo soy amigo de Cristo (Juan 15:15). Yo soy elegido por Cristo para dar fruto (Juan 15:16). Yo soy un testigo personal de Cristo enviado para hablar de Él a todos (Hechos 1:8). Yo soy siervo de la justicia (Romanos 6:18). Yo soy siervo de Dios que me hace santo y me da vida eterna (Romanos 6:22). Yo soy hijo de Dios; puedo llamarlo Padre mío (Romanos 8:14, 15; Gálatas 3:26; 4:6). Yo soy coheredero con Cristo, heredero de su gloria (Romanos 8:17). Yo soy templo de Dios. Su Espíritu y su vida viven en mí (1 Corintios 3:16; 6:19). Yo estoy unido por siempre al Señor y soy un espíritu con Él (1 Corintios 6:17). Yo soy un miembro del cuerpo de Cristo (1 Corintios 12:27). Yo soy una nueva persona. Mi pasado esta perdonado y todo es nuevo (2 Corintios 5:17). Yo estoy en paz con Dios. El me ha dado la tarea de ayudar a que las demás personas encuentren su paz en Él (2 Corintios 5:18, 19). Yo soy un hijo de Dios y uno con los otros de Su familia (Gálatas 3:26, 28). Yo soy un hijo de Dios y recibiré la herencia que Él ha prometido (Gálatas 4:6, 7). Yo soy un santo una persona consagrada (Efesios 1:1; Filipenses 1:1; Colosenses 1:2). Yo soy ciudadano del cielo sentado allí ahora mismo (Efesios 2:6; Filipenses 3:20). Yo soy hechura de Dios – su manufactura – creado en Cristo para hacer Su obra (Efesios 2:10). Yo soy ciudadano del cielo junto con toda la familia de Dios (Efesios 2:19). Yo soy prisionero de Cristo Jesús para poder ayudar a otros (Efesios 3:1; 4:1). Yo soy justo y santo (Efesios 4:24). Yo estoy escondido con Cristo en Dios (Colosenses 3:3). Yo soy una expresión de la vida de Cristo, porque Él es mi vida (Colosenses 3:4). Yo soy escogido de Dios, santo y entrañablemente amado (Colosenses 3:12; 1 Tesalonicenses 1:4). Yo soy hijo de luz y no de las tinieblas (1 Tesalonicenses 5:5). Yo soy escogido para compartir el llamado celestial de Dios (Hebreos 3:1). Yo soy participante de Cristo; yo participo en su vida (Hebreos 3:14). Yo soy una de las piedras vivas de Dios, y estoy siendo edificado en cristo como casa espiritual (1 Pedro 2:5). Yo soy un miembro del linaje escogido, del real sacerdocio, de la nación santa, del pueblo adquirido por Dios (1 Pedro 2:9, 10). Yo soy solamente una visita en este mundo donde vivo transitoriamente (1 Pedro 2:11). Yo soy un enemigo del diablo (1 Pedro 5:8). Yo soy un hijo de Dios y seré como cristo cuando el vuelva (1 Juan 3:1, 2). Yo soy nacido de nuevo en Cristo y el malo – el diablo – no puede tocarme (1 Juan 5:18). Yo no soy el gran “YO SOY” (Éxodo 3:14; Juan 8:24, 28, 58) pero por la gracia de Dios yo soy lo que soy (1 Corintios 15:10).