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1. La arquitectura.
1.1 La arquitectura de los nuevos materiales
El panorama arquitectónico de la segunda mitad del siglo XIX estuvo marcado por la pugna mantenida entre
los partidarios de la arquitectura historicista y ecléctica y aquellos otros que veían las posibilidades ofrecidas por
los nuevos materiales producto de la industrialización, para renovar la práctica arquitectónica.
la Revolución Industrial y el consiguiente desarrollo de la industria en la Europa del siglo XIX pusieron de moda
materiales como el hierro y el vidrio, que en principio se usaron en obras funcionales de ingeniería y de arquitectura
industrial, tales como puentes, invernaderos, estaciones de ferrocarril, mercados, pabellones para exposiciones,
etc.
Existen precedentes de finales del siglo XVIII, como el Puente de Coalbrookdale (1779), en Gran Bretaña,
construido todo de hierro por Thomas Pritchard.
En la segunda mitad del siglo XIX los ensanches urbanos, de los que luego nos ocuparemos, propiciaron la
construcción de edificios y obras públicas que utilizaron hierro y vidrio por ser materiales resistentes y baratos,
gracias a su producción industrial.
El hierro se utilizaba anteriormente para fabricación de vigas o refuerzo de cúpulas, pero en el siglo XIX se
construyeron estructuras de hierro fundido o colado gracias a la mejora de su dureza y flexibilidad, al mezclarlo
con carbono, que permitía obtener el acero. las columnas y vigas de hierro se fabricaban en serie, con lo que
se abarataba su coste, y poco a poco el hierro se usó para hacer las estructuras de los edificios. También se podían
fabricar en serie piezas de hierro que podían transportarse y montarse fácilmente. El vidrio se utilizó asociado al
hierro en la construcción de los pabellones de las exposiciones industriales, muy en boga entonces para mostrar
al público las innovaciones de la industria y la tecnología.
De todas maneras, los arquitectos se resistieron durante mucho tiempo al uso de tales materiales industriales,
que no consideraban artísticos. Poco a poco se fueron introduciendo en las estructuras de los edificios, que no
estaban a la vista, y solo más tarde los emplearon en determinadas partes a la vista del público.
Las obras más significativas de la arquitectura
de los nuevos materiales son:
– El Crystal Palace, de Joseph Paxton
(1803-1865), construido para la Exposición
Universal de londres de 1851; era un enorme
pabellón formado por una estructura de hierro
recubierta de vidrio. Asombró por sus
grandiosas proporciones y por la belleza de
sus formas, lo que demostraba que la
ingeniería y la arquitectura estaban
hermanadas. Su forma se inspiraba en los Crystal Palace. londres. (Wikimedia Commons)
invernaderos y estaba construido a base de
elementos prefabricados en serie y montados.
Fue modelo para otros muchos pabellones de
similares características.
– La Galería de las Máquinas, realizada por
Charles Louis Dutert (1845-1906) y Víctor
Contamin (1840-1893) para la Exposición
Universal de París de 1889; era un gran
pabellón ferro-vítreo de 420 metros de largo
por 115 de ancho, de gran luminosidad gracias
a la cubierta acristalada.
1
– la Torre Eiffel fue proyectada por el ingeniero Gustave Eiffel (1832-1923)
para la Exposición Universal de París de 1889. Con 300 metros de altura
y formada por piezas de hierro prefabricado, mostró al mundo las
posibilidades constructivas de los nuevos materiales industriales y simbolizó
el avance de la técnica a finales del siglo XIX. Consta de tres pisos y todo
el peso de la estructura apoya sobre cuatro enormes pilares inclinados,
unidos por arcos. Fue la obra cumbre de la arquitectura de los nuevos
materiales, tanto por su gran altura como por no ser una obra funcional,
sino meramente representativa o conmemorativa. El ingeniero Eiffel
demostró que con el hierro podía levantarse cualquier construcción, y
superar en altura a las edificaciones tradicionales.
– otros ejemplos fueron la sala de lectura de la Biblioteca de Santa
Genoveva, construida entre 1844 y 1850, y la sala de lectura de la
Biblioteca Nacional (ambas en París), realizadas por Henri Labrouste
(1801-1875) en el segundo tercio del siglo XIX. En esta última, edificada
entre 1862 y 1868, labrouste empleó arcos y columnas de hierro fundido la Torre Eiffel. París. (Wikimedia Commons)
para sostener las bóvedas vaídas
(bóveda esférica cortada por cuatro planos
verticales perpendiculares entre sí) con
óculos de la cubierta. Estos materiales
permitieron dar ligereza y claridad al
recinto.
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ARTE SEGUNDA MITAD dEl SIGlo XIX
Home Insurance Building, en Chicago. (Wikimedia Commons) Reliance Building, en Chicago. (INTEF)
1.3. El urbanismo
la concentración en ciudades de grandes masas de población, consecuencia de la industrialización del siglo
XIX y del éxodo rural, hizo necesaria la planificación y organización de los espacios urbanos. Había que separar
los barrios según clases sociales, edificar viviendas para albergar a los inmigrantes, construir fábricas, estaciones
de trenes y tranvías, crear zonas verdes para sanear las ciudades, ampliar las calles, proyectar nuevas avenidas
para facilitar el tráfico interior y distribuir los edificios según sus funciones. las ciudades se ampliaron mediante los
ensanches al tiempo que los cascos históricos se remodelaron para hacerlos viables, se iluminaron las calles,
se construyeron cloacas y alcantarillas, fuentes, etc.
las principales transformaciones urbanas se hicieron en París, y las llevó a cabo el barón Georges-Eugène
de Haussmann (1809-1891) entre 1853 y 1869, durante el Imperio de Napoleón III. El Plan de reforma de París
contempló la ampliación de la ciudad siguiendo un plano ortogonal, y la reforma del centro histórico, creando
grandes avenidas que mejoraran el tráfico y permitieran el rápido desplazamiento del ejército a cualquier punto de
la ciudad, ante cualquier revuelta. Se suprimieron las calles estrechas y tortuosas de la ciudad medieval y en su
lugar se hicieron amplios bulevares rectilíneos, grandes avenidas, plazas con grandes monumentos, zonas verdes,
etc., como símbolo del poder del emperador que quiso hacer de París el centro de Europa. la Plaza de la Estrella,
con su Arco de Triunfo levantado por Napoleón I, se convirtió en una enorme plaza de donde parten doce amplias
avenidas, que se extienden en todas direcciones en sentido radial.
Similares proyectos de reformas de los cascos históricos urbanos y de ensanches se hicieron en otras ciudades
europeas, como Bruselas, Viena, Florencia, etc. Todos ellos se inspiraron en el plan Haussmann.
En España, la actuación urbanística más
importante fue el Ensanche de Barcelona,
proyectado por Ildefonso Cerdá (1815-1876) en 1860.
la ampliación de la ciudad se hizo en torno al casco
histórico, abarcando una gran superficie trazada
siguiendo un plano ortogonal, con calles anchas y
rectas y plazas ochavadas para facilitar la circulación.
Para despejar el centro del ensanche de circulación,
trazó dos grandes avenidas en diagonal que se
cruzaban en una plaza central, de la que solo llegó a
construirse una, la Avenida diagonal. los edificios y
las zonas verdes se extendían por igual, formando
manzanas cuadrangulares entre las calles. El proyecto Proyecto de reforma y ensanche de Barcelona (1860). (Wikimedia Commons)
de Cerdá influyó en todos los ensanches posteriores que se hicieron en España.
otro proyecto urbanístico importante fue el Ensanche de
Madrid (1860), del ingeniero y arquitecto Carlos María de
Castro (1810-1893), que rodeaba el casco histórico (el río
Manzanares lo limitaba por el oeste) en sentido radial siguiendo
un plano ortogonal, y diferenciaba los barrios según clases
sociales. Castro planificó un trazado ortogonal de las calles
inspirándose en el proyecto de Cerdá para Barcelona, aunque
sus dimensiones fueron más reducidas.
El Proyecto de Ciudad Lineal (1882) de Arturo Soria
(1844-1920), en Madrid, consistía en una ancha avenida de
más de 40 metros de anchura, con edificios y zonas verdes a
ambos lados de la misma, que podía alargarse indefinidamente.
Con ello pretendió crear un modelo de ciudad descentralizada,
bien comunicada por tranvías y con numerosas zonas verdes
y de cultivo. Proyecto de ensanche de Madrid (1860). (Wikimedia Commons)
2. Las artes plásticas
Durante la segunda mitad del siglo XIX se produjo la ruptura con el arte tradicional, tanto a nivel ideológico como estético.
El arte realista criticó la sociedad burguesa y sus contradicciones sociales, mientras que los impresionistas iniciaron una
revolución estética que cambió el modo tradicional de ver y entender el arte. Finalmente, los pintores postimpresionistas
2.1. El Realismo
abrieron nuevos caminos a la expresión artística, que influyeron en las vanguardias históricas del siglo XX.
El Realismo fue un movimiento artístico y literario que se desarrolló en Europa en la segunda mitad del siglo
XIX y tuvo su época de mayor auge entre las oleadas revolucionarias de 1848 y el estallido de la Comuna de París
en 1871. Se opuso al idealismo y al subjetivismo del Romanticismo y pretendió representar de forma objetiva la
realidad social, criticando las injusticias de la sociedad burguesa y la explotación de las clases bajas, provocadas
por la Revolución Industrial y el sistema capitalista.
El artista inmerso en las tendencias realistas tuvo un compromiso político y social y desarrolló una labor de
crítica, denunciando en sus obras las injusticias sociales. los temas realistas plasmaron la realidad con objetividad
y sin ocultar los aspectos desagradables, narrando la miserable vida cotidiana del obrero y del campesino con toda
su dureza, sin sentimentalismos ni idealización alguna. la gente corriente y las escenas de la vida cotidiana fueron
los temas de inspiración de los artistas.
En otros casos, los artistas carecieron de ese sentido crítico y plasmaron, con complacencia y conformismo,
escenas costumbristas de la vida cotidiana de la burguesía y del pueblo.
En el desarrollo del Realismo influyeron el industrialismo del siglo XIX, que aumentó el protagonismo de la clase
obrera en las ciudades; la difusión del movimiento obrero y de las teorías socialistas y anarquistas, críticas con el
sistema capitalista y la explotación del proletariado; el positivismo científico, la literatura naturalista de Émile Zola
(1840-1902) y Honoré Balzac (1799-1850) y la difusión de la fotografía, por su plasmación objetiva de la realidad.
La escultura
En Bélgica.
la escultura realista tuvo como principal representante al belga Constantin
Meunier (1831-1905), artista de ideas socialistas comprometido con el realismo
social, cuyos temas fueron figuras de obreros y campesinos, de formas
monumentales, llenos de fuerza y dignidad, representados como si fuesen los dioses
y héroes contemporáneos. El estibador del puerto de Amberes (1890) es una escultura
en bronce de un obrero manual, de gran naturalismo en la anatomía pero al mismo
tiempo con gran dignidad en la pose, representado como el auténtico héroe de la
sociedad industrial; El pudelador (1886) es una escultura sedente también de bronce,
donde nos muestra a un fornido trabajador descansando de su duro trabajo en la
fábrica. Meunier trató el tema con todo realismo, mostrando la fatiga del obrero
mediante la expresión de cansancio que reflejan su rostro y su torso desnudo.
Este escultor influyó por su temática y características formales en el realismo
socialista, estilo que caracterizó las artes plásticas de la Unión Soviética tras la
Revolución de 1917. El pudelador, de Meunier.
(Wikimedia Commons)
En Francia.
El escultor más importante fue Jean-Baptiste Carpeaux (1827-1875), discípulo
de Rude, fue influido por la escultura romántica de su maestro; realizó el grupo
escultórico La Danza (1869) para la fachada del edificio de la Ópera de París; se
compone de varias figuras desnudas de gran naturalismo e intenso dinamismo, que
en su día fue considerado indecoroso. Este grupo escultórico, tallado en piedra para
decorar el edificio de la Ópera, nada tiene que ver con los temas heroicos y solemnes
de su maestro. Es una composición llena de movimiento y fuerza, con fuertes
contrastes de luz y sombra. Un genio alado salta con los brazos extendidos en medio
de varias ninfas que portan guirnaldas. la desnudez de las figuras, el naturalismo
de sus anatomías, la alegría y picardía de sus rostros y el ritmo desenfrenado del
movimiento que envuelve al grupo, son elementos destacables de esta obra.
La Danza, de Carpeaux.
(WikimediaCommons)
En España.
las influencias realistas se manifiestan en escultores como Ricardo Bellver (1845-1924), autor de El ángel
caído, y Mariano Benlliure (1862-1947) que realizó diversas esculturas de hombres célebres como el Monumento
a Martínez Campos (ambas ubicadas en el parque del Retiro de Madrid).
La pintura
la pintura realista tuvo en Francia sus principales representantes: Gustave Courbet, Jean François Millet y
Honoré daumier. Todos ellos tuvieron un sentido crítico con la sociedad capitalista y dieron a su pintura una fuerte
carga social.
Gustave Courbet (1819-1877) fue el
artista más destacado. Pintor de ideas
socialistas, participó activamente en la
política y en el movimiento revolucionario
de la Comuna de París (1871). Estuvo
influido por los pintores naturalistas
barrocos como Caravaggio y los pintores
holandeses y españoles del siglo XVII, así
como por delacroix. Sus temas preferidos
fueron los obreros y campesinos, escenas
de la vida cotidiana, retratos, paisajes,
etc., que representó con gran naturalismo,
rico colorido y pincelada suelta. Entre sus
obras destaca El estudio del pintor (1855), El estudio del pintor, de Courbet. (Wikimedia Commons)
que es una alegoría de los temas que inspiran al pintor realista. Es un lienzo de gran tamaño y complejidad, cargado
de simbolismos. En el centro aparece Courbet pintando un paisaje, junto a un niño y una modelo desnuda. En los
lados aparecen distintas personas que representan las distintas clases sociales.
El entierro en Ornans (1849) representa un entierro en un pueblo francés con todo naturalismo y crudeza; tiene
una composición isocefálica, un fondo de paisaje visto con perspectiva aérea, fuertes contrastes de luces y sombras
y colores terrosos, Courbet analiza la psicología de los personajes y sus estados anímicos. El tema de la muerte está
visto con total realismo y sin ningún tipo de idealización romántica, cada personaje está representado con objetividad,
algunos parecen totalmente ajenos al acto,
mientras los familiares más allegados no
pueden contener las lágrimas. la
sensación que produce es que la mayoría
de los asistentes al entierro lo hacen por
obligación más que por devoción; la muerte
es un acto rutinario más y la actitud
hipócrita de muchos asistentes queda
reflejada en la obra. Ni siquiera aparece el
difunto, y una fosa abierta en primer plano
es la única referencia al mismo. El entierro en Ornans, de Courbet. (Wikimedia Commons)
En Los picapedreros (1849) Courbet plasmó el duro trabajo de estos trabajadores anónimos con la mayor
objetividad.
otro de sus cuadros escandalizó a la opinión pública y a la moralidad burguesas; se trata de El sueño (1866),
pintura de tema morboso, cargada de sensualidad y erotismo; muestra a dos mujeres desnudas entrelazadas sobre
un lecho, que nos recuerda la sensualidad de la pintura veneciana del siglo XVI. la escena fue interpretada en la
época como una referencia al amor lésbico. También Cortesanas al borde del Sena (1856) fue otro cuadro muy
criticado por representar a dos mujeres de aspecto vulgar y de dudosa reputación, tumbadas sobre la hierba en
actitud poco elegante. En general, las obras de Courbet fueron rechazadas en los salones oficiales.
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ARTE SEGUNDA MITAD dEl SIGlo XIX
Jean-François Millet (1814-1875) pintó escenas costumbristas del mundo rural y de la vida cotidiana de los
campesinos, con sentimentalismo y poesía. Sus figuras tienen formas geométricas, son sencillas y naturalistas,
aparecen ocupadas en sus trabajos diarios. Con un profundo espíritu religioso, Millet ensalzó el trabajo del campo
como fuente de unión con la naturaleza y de dignificación para el hombre. Su obra carece de la denuncia social de
otros pintores realistas como Courbet o daumier.
El ángelus (1859) representa una pareja de campesinos que hacen un alto en su faena para rezar, bajo un cielo
crepuscular y con un fondo infinito. Esta obra
al igual que otras del pintor, expresa la
sencillez y la profunda religiosidad del
campesinado francés. El lienzo de Las
espigadoras (1857) es una exaltación del
trabajo del campo como vía de unión del
hombre y la naturaleza, como forma de
dignificación del ser humano. Millet no critica
la realidad social, sino que exalta la vida
campesina que identifica con el trabajo, la
honradez, la religiosidad y la armonía. Con
pincelada suelta y destacando la geometría
de las formas de las campesinas colocadas
en primer término, pinta un fondo llano que
se extiende hasta la lejanía, utilizando
la perspectiva aérea. Así funde las
campesinas ocupadas en su trabajo diario
con el paisaje, como si fueran una misma
cosa. El ángelus, de Millet. (Wikimedia Commons)
Honoré Daumier (1808-1879) criticó la sociedad de su tiempo como pintor y caricaturista en la prensa diaria,
denunciando la miseria del obrero urbano y sus duras condiciones de vida. Sus pinturas presentan influencias de
Goya en su pincelada suelta, el abocetamiento de las formas, la gran expresividad y el protagonismo que tienen
las masas populares. Sus figuras son esculturales y geométricas; tiene influencias del grabado y del dibujo en sus
líneas marcadas, con tendencia a la monocromía y al claroscuro.
En La lavandera (1863) aparece un fondo urbano donde daumier nos presenta una escena de la vida cotidiana
de la clase obrera. Una mujer cargada con un fardo de ropa y su hija suben las escaleras tras lavar la misma en el río
Sena. la ausencia de otros personajes hace que nos fijemos en ambas figuras y en sus ocupaciones diarias. las
figuras a contraluz y la técnica abocetada
de influencia goyesca, son características
de la obra.
El vagón de tercera (1864) se ocupa
de la vida diaria de las clases populares,
que está representada con toda objetividad
a través de la familia del primer plano y los
personajes agrupados del fondo, viajando
con escasas comodidades en el tren. los
rostros tienen gran expresividad al tiempo
que destaca la importancia del dibujo en
la composición. las numerosas versiones
del cuadro muestran el interés que
despertó el tema en su época. la influencia
de daumier en la pintura expresionista del
siglo XX fue muy grande. El vagón de tercera, de daumier. (Wikimedia Commons)
La pintura de paisajes
Especial importancia adquiere en el Realismo la pintura de paisajes, al valorar especialmente la naturaleza
y el medio rural frente al industrialismo y la ciudad. El paisaje con el Realismo fue naturalista y objetivo, y se
abandonaba la carga subjetiva y simbólica del paisaje romántico; con el tiempo, influyó en los paisajes impresionistas.
En España también existió una pintura realista que recogió las influencias francesas, aunque con menor
compromiso social. El pintor más importante de esta etapa fue Mariano Fortuny (1838-1874) que realizó algunas
obras de temática costumbrista entre las que destaca La Vicaría, considerado una crítica de los matrimonios
desiguales. También tuvo su época de esplendor la pintura de historia, con cuadros de grandes proporciones que
reproducían episodios históricos con fines moralistas y patrióticos. En este género destacaron Eduardo Rosales
(1836-1873), Antonio Gisbert (1834-1902) y José Casado del Alisal (1832-1886).
ARTE SEGUNDA MITAD dEl SIGlo XIX
2.2. El impresionismo
las últimas décadas del siglo XIX fueron una época de trastornos en Francia, que vio el fin del Imperio de
Napoleón III tras la derrota en la guerra contra Prusia y los estados alemanes en 1871. El estallido revolucionario
de la Comuna de París y la posterior recesión económica de 1873 produjeron una profunda crisis de los valores
tradicionales y en consecuencia del arte académico.
El impresionismo es una escuela pictórica desarrollada en Francia en el último tercio del siglo XIX, que trató
de captar la impresión inmediata que produce la visión del natural al aire libre, mediante una técnica basada en
la pincelada suelta y los colores puros. El impresionismo influyó en la escultura y en la pintura europeas.
Aunque al principio los cuadros impresionistas provocaron el rechazo de la crítica por su forma revolucionaria
de entender el arte y fueron excluidos de los Salones oficiales, pronto se dieron a conocer en exposiciones alternativas
(Salones de Rechazados). Algunos avezados marchantes vieron las posibilidades que tenían de cara al mercado
y expusieron los cuadros en sus galerías, creando un gusto paralelo al oficial y un mercado artístico cuya principal
clientela fue la burguesía progresista.
Sociológicamente, los pintores impresionistas eran el producto de la sociedad urbana e industrializada de finales
del siglo XIX. Su sentido dinámico del tiempo y su obsesión por captar las impresiones rápidas del vivir urbano,
con la vida agitada del hombre moderno, les llevó a intentar retener en sus cuadros la impresión subjetiva del
instante.
las relaciones del impresionismo con otros sectores de la cultura son evidentes: la filosofía empirista de
Kant, locke o Bergson señalaba que las sensaciones eran fuente de conocimiento; los estudios del químico francés
Michel Eugène Chevreul (1786-1889) crearon una nueva teoría del color, con sus leyes de los contrastes
simultáneos y de los colores complementarios (1839); la fotografía, en pleno desarrollo, también podía captar la
naturaleza de forma espontánea y con total objetividad.
La escultura
Aunque el impresionismo fue un movimiento principalmente pictórico, ejerció gran influencia en la escultura,
la música y la literatura. Algunos escultores utilizaron los materiales y las superficies escultóricas para obtener
especiales efectos de luces y sombras, que expresasen los valores atmosféricos y el paso del tiempo.
El principal representante es el francés Auguste Rodin (1840-1917), discípulo de Carpeaux, y formado dentro
del Realismo. Sus viajes por Bélgica e Italia en la década de los años setenta le permitieron estudiar la obra de
donatello, Miguel Ángel y Rubens, así como de los escultores medievales. Su escultura recibió influencias del
simbolismo; sus temas versan sobre las luces y sombras del ser humano, sobre la expresión de sus sentimientos
y pasiones. la vena expresiva de Rodin queda plasmada en las desproporciones anatómicas de sus personajes,
que acentúan el dramatismo de sus composiciones. Utilizó principalmente el mármol y el bronce como materiales
escultóricos. Todas las obras del francés aparecen llenas de simbolismo y fuerza expresiva, y ofrecen múltiples
puntos de vista al espectador.
la influencia del impresionismo hizo que Rodin emplease el relieve y la rugosidad de las superficies y las
zonas huecas de las esculturas para obtener múltiples efectos de luces y sombras. Este juego entre los relieves
de las formas y los huecos, que producen fuertes y expresivos contrastes de luz, influyó luego en la escultura del
siglo XX.
Entre sus obras podemos citar Las puertas del infierno (1880-1917), para el Museo de Artes decorativas de
París, que no llegó a terminar y que reproducía algunos episodios de la Divina comedia de dante. Es un conjunto
escultórico monumental, de seis metros de altura y cerca de 180 personajes. Se compone de figuras de distintos
tamaños y es una reflexión sobre la condición humana, con influencias románticas y simbolistas.
Algunas de las figuras que componen Las puertas del Infierno fueron fundidas independientemente, como
El pensador (1880) o El beso (1886-1890).
El pensador está inspirada en la figura de lorenzo de Médicis de
Miguel Ángel (Sepulcros de los Médicis de Florencia); es un monumental
desnudo sedente de bronce poseedor de una gran expresividad, gracias
a los efectos lumínicos de su musculatura; representa a dante pensando
en las escenas representadas en
las hojas de las puertas del infierno,
y simboliza la capacidad de la
imaginación humana.
El beso, otra escultura exenta,
que formaba parte de las Puertas del
Infierno, ilustra el amor prohibido de
dos personajes que aparecen en el
“Infierno” de la Divina comedia
dantesca: son Francesca de Rímini
y Paolo, el hermano de su marido.
Mientras leían juntos la historia de El pensador, de Rodin. (Wikimedia Commons)
lanzarote y Ginebra, fueron descubiertos y asesinados por el marido de
Francesca. En El beso Rodin refleja la pasión y el entusiasmo de los
El beso, de Rodin. (Wikimedia Commons) enamorados, indiferentes a cuanto les rodea.
El Retrato de Balzac (1897) es quizás la obra más impresionista
de Rodin, por su factura abocetada a base de formas contrastadas
que cambian con la luz, y destacando la expresividad del rostro.
Fundida en bronce, mide más de tres metros y con ella quiso Rodin
simbolizar la grandeza del escritor francés. El escritor representado
aparece vestido con bata, tal como trabajaba en su casa.
La catedral (1908) es una sencilla escultura donde aparecen dos
manos en actitud orante, símbolo de la creación divina; es destacable
el contraste entre la superficie pulida de las manos y el aspecto
rugoso de la base.
Los burgueses de Calais (1884-1895) forman un grupo escultórico detalle del Retrato de Balzac, de Rodin.
fundido en bronce de una desgarradora expresividad y hondo
(Wikimedia Commons)
Todas las obras de Rodin, plenas de simbolismo y fuerza expresiva, ofrecen múltiples puntos de vista al espectador.
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ARTE SEGUNDA MITAD dEl SIGlo XIX
otro escultor influido por el impresionismo fue el italiano Medardo Rosso (1858-
1928). Usó la cera fundida para conseguir superficies con variados efectos
lumínicos y transparencias, en obras como El niño enfermo (1889-1893), El niño
al sol (1892), y otras. El empleo de la cera permitía a Rosso crear obras de
superficies suaves y contornos redondeados donde el más ligero claroscuro producía
múltiples sensaciones. Con sus esculturas de cera podía reflejar mejor la luz y las
infinitas variaciones producidas con el paso del tiempo.
La pintura
los pintores impresionistas se dieron a conocer por vez primera en una
exposición de pintura celebrada en París en 1874, organizada por el fotógrafo
parisino Nadar (pseudónimo de Gaspard-Félix Tournachon –1820-1910–, que fuera
también periodista e ilustrador). Tomaron el nombre de impresionistas por el
calificativo usado por un crítico de arte para juzgar despectivamente sus obras. El niño al sol, de Medardo Rosso.
(Wikimedia Commons)
Entre sus características podemos señalar:
● El impresionismo fue una reacción contra la pintura académica, sus temas históricos, sus valores morales
y dogmas artísticos, etc. Frente a ello, los impresionistas creían que un cuadro era simplemente una
representación subjetiva de la naturaleza con unos valores plásticos y creativos propios. los temas de
sus cuadros fueron amables y optimistas, carentes de compromiso social; se inspiraron en el paisaje rural
y urbano y en escenas de la vida cotidiana, pero el tema fue solo un pretexto para reproducir en el cuadro
la impresión inmediata de la naturaleza al aire libre en las distintas horas del día, con sus infinitas variaciones
de luz y color. Por ello pintaban al aire libre, no en el taller.
● las influencias que recibieron los pintores impresionistas fueron muy variadas. Así, del Realismo tomaron
el interés por representar la naturaleza y la vida cotidiana de forma objetiva; de los paisajes de Corot y la
Escuela de Barbizon el interés por captar la atmósfera; de delacroix el uso de colores puros yuxtapuestos;
de la pintura veneciana y barroca la pincelada suelta y el colorido; de la estampa japonesa los colores planos
y la ausencia de perspectiva; de la fotografía el encuadre casual y espontáneo desde múltiples puntos
de vista, que rompía con las composiciones ordenadas de forma tradicional.
● la técnica impresionista del color se basó en las teorías ópticas del químico Michel-Eugène Chevreul
(1786-1889) –que dirigía el proceso de tintorería de una importante industria de tapices–. los impresionistas
usaron colores puros sin mezclas, yuxtaponiéndolos sobre el cuadro de forma que fuese la retina del
espectador la que los mezclase al contemplarlo (mezcla óptica); así se eliminó el claroscuro, el dibujo previo
y la perspectiva tradicional; tampoco usaron generalmente los impresionistas los colores blanco y negro,
que no existen en la naturaleza, y sí emplearon los colores primarios (rojo, amarillo, azul) y los binarios
(mezcla de dos primarios: naranja, violeta y verde), así como los complementarios (el complementario de
cada color primario es la mezcla de los otros dos primarios: rojo-verde, amarillo-violeta, azul-naranja) para
resaltar los colores y producir efectos de luz y sombra (recogido por Chevreul en su Ley del contraste
simultáneo –1839–). la pincelada era suelta y con forma de coma, se pintaba al aire libre con rapidez y
de forma intuitiva, pues la luz cambia constantemente con el paso de las horas. El resultado fue una pintura
llena de dinamismo, que trataba de captar los valores atmosféricos en un instante determinado.
Camille Pissarro (1839-1903) partió del impresionismo y evolucionó en sus últimas obras al puntillismo. Pintó
paisajes y vistas urbanas de París y Rouen, destacando entre sus cuadros el titulado Los tejados rojos (1877).
Alfred Sisley (1839-1899) pintó paisajes donde los temas principales son el agua o la nieve junto con los
edificios, siguiendo la técnica impresionista. Entre sus obras destaca Inundación en Port-Marly (1876).
Edgar Degas (1834-1917). Se apartó de los anteriores impresionistas puros por su preferencia por el dibujo,
la figura humana y los interiores bañados de luz artificial. Utilizó el encuadre casual y las vistas en diagonal para
captar el movimiento y los efectos de la luz artificial sobre las figuras, dedicando numerosos cuadros a bailarinas
y carreras de caballos así como a bohemios y prostitutas, que retrató de forma naturalista. Entre sus obras podemos
destacar Los bebedores de absenta (1876), En las carreras (1879), La clase de danza (1874), La estrella (1878),
Bailarina con ramo de flores (1880), etc. También realizó algunas esculturas de bailarinas y caballos en cera, que
fueron fundidas en bronce después de su muerte.
En España, el principal representante del neoimpresionismo, con una técnica situada entre el impresionismo
y el puntillismo, fue Darío de Regoyos (1857-1913) en su etapa de madurez, con cuadros como Plaza de Bilbao
(1892).
2.4. El postimpresionismo
El término postimpresionismo designa el trabajo de un grupo de pintores vinculados inicialmente al
impresionismo, que en las dos últimas décadas del siglo XIX revalorizaron la forma y lo subjetivo, aspectos que no
habían preocupado a los impresionistas. Su pintura fue individualista e introspectiva, tratando de expresar el
sentimiento interior del artista antes que reflejar la realidad exterior. Más que un estilo en sí son varios pintores,
cada uno con su propio estilo, que influyeron en las vanguardias artísticas del siglo XX. la multiplicidad de estilos
que caracterizó el siglo XX parten del postimpresionismo, de cuyas bases se nutren las vanguardias desarrolladas
en este siglo. Esta diversificación del arte se debió en buena parte a la incorporación al mercado artístico de sectores
sociales cada vez más amplios, de gustos variados.
ARTE SEGUNDA MITAD dEl SIGlo XIX
los principales representantes del postimpresionismo fueron los Henri Toulouse-lautrec, Paul Cézanne, Vincent
Van Gogh y Paul Gauguin.
Henri Toulouse-Lautrec (1864-1901). Fue un gran
dibujante y colorista francés que cultivó además de la
pintura, la litografía y el cartel. Su temática se inspiró
en los espectáculos nocturnos, en los cabarets,
burdeles y bajos fondos de París. Utilizó líneas
onduladas y colores planos para pintar artistas,
cantantes, bailarinas,
juerguistas, prostitutas,
etc., generalmente en
movimiento. Su obra
manifiesta la influencia
de la fotografía por ser
reflejo de una realidad Baile en el Moulin Rouge, óleo de Toulouse-lautrec. (Wikimedia Commons)
inmediata que ni idealiza ni critica, y de la estampa japonesa, por sus colores planos.
Al igual que degas, empleó el encuadre casual o fotográfico en sus composiciones.
Sus personajes tienen una gran expresividad y en ocasiones aspecto caricaturesco,
e influyeron en el arte modernista. Como ejemplos están Baile en el Moulin Rouge
(1890), El salón de la Rue des Molins (1894), La toilette (1896), etc. Su trabajo como
cartelista ocupó una parte importante de su actividad artística. Realizó numerosos
Moulin Rouge: La Goulue, cartel de carteles publicitarios de locales de diversión nocturnos, con gran difusión, y a los
1891 de Toulouse-lautrec.
(Wikimedia Commons)
que otorga la categoría de obras de arte.
Paul Cézanne (1839-1906). Pintor francés que trató de recuperar en sus cuadros la forma y el volumen de
las cosas, que los impresionistas habían descuidado. Siguiendo la tendencia a la representación de los volúmenes
trazada por Seurat, buscó las formas constructivas de la naturaleza simplificándolas a formas geométricas puras,
como el cono, la pirámide, el cilindro, la esfera, etc. Para
representarlas no utilizó la línea sino la yuxtaposición de
colores, generando una estructura de planos que forman la
composición del cuadro. Sus temas fueron paisajes,
bodegones, retratos, figuras, etc., pero el verdadero tema fue
la representación de la estructura formal de los objetos. Su
pintura influyó en el cubismo. Entre sus obras podemos citar
Los jugadores de cartas (1892), Mujer con cafetera (1895),
Bodegón con manzanas y naranjas (1900), La montaña
Sainte-Victoire (1904), Las grandes bañistas (1906), etc.
Autorretrato (1887). Van Gogh. (Wikimedia Commons) La noche estrellada. Van Gogh. (Wikimedia Commons)
Paul Gauguin (1848-1903). Fue otro pintor francés cuya obra refleja el rechazo de la civilización industrial, y
la búsqueda en el mundo primitivo y salvaje de los valores esenciales del ser humano. Su pintura tuvo carácter
simbolista por sus temas; se caracterizó por sus figuras de dibujo simple y formas geométricas, pintadas con
brillantes colores planos y definidas mediante líneas, formas influidas por las vidrieras y los esmaltes medievales.
Se inspiró en el arte de los pueblos primitivos, el medieval, el arte egipcio, la estampa japonesa y la pintura
impresionista. Creó una pintura cargada de exotismo donde los colores, a veces arbitrarios, no se corresponden
con la realidad y tienen contenidos simbólicos.
durante su estancia en París conoció a los impresionistas
y se aficionó a la pintura. Tras ser despedido de su trabajo de
agente de la Bolsa parisina (1883), su viaje a Panamá y su
estancia en el Caribe (1886-1891) le llevaron a decidir dedicarse
de lleno al arte y se trasladó a Pont-Aven, en la región de
Bretaña, donde fundó una escuela de pintores. En 1891 se
estableció en la isla de Tahití (oceanía), donde pintó numerosas
obras inspiradas en la vida y creencias de los nativos. Influyó
en el fauvismo del siglo XX, que estudiaremos en la última
unidad. Entre sus obras están Los Alyscamps (1888), La visión
después del sermón (1888), El Cristo amarillo (1889), Mujeres
de Tahití (1891), Arearea (1892), El caballo blanco (1898), etc.
Arearea, de Gauguin. (WikimediaCommons)
ARTE SEGUNDA MITAD dEl SIGlo XIX