Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Documento 1
MISIONOLOGÍA1
I. El término “Misionología”
Antes de llamarse “misionología” el estudio de las misiones, como ciencia autónoma, ha ostentado
varios nombres. Por ejemplo, Gustav Warneck, un misionólogo protestante, la llamaba Missionslehre,
teoría de las misiones, concepto aún ahora en uso para describir el curso de misionología en algunas
universidades. Warneck tituló su obra de tres tomos”Missionslehre”.
La Misionología (o misiología del latín “missio”=envío y del griego “logos”=ciencia, es decir
“ciencia de las misiones”) es “la especialización científica consagrada a la actividad misionera,
con relación a sus doctrinas, a sus normas, a su historia, a su desarrollo actual y a su práctica”.
Surge en el siglo XVI como ciencia misionera dedicada al estudio sistemático del Servicio
Ministerial eclesial para la conversión de los infieles, distinto del Servicio Ministerial Pastoral para los
creyentes. Los primeros en desarrollar esta “ciencia misionera” fueron los protestantes. El pionero de
los estudios científicos de la misión fue el protestante holandés Adriano Saravia, si bien muchos
reconocen como padre de la misionología moderna al alemán (también protestante) Gustavo Warnech
(siglo XIX).
Mucho después, ya en el siglo XX comienza el esfuerzo católico de investigación científica
misionera. Dos grandes personalidades, el Padre Robert Streit (alemán, 1875-1930) y el abad Joseph
Schmidlin (alemán, 1876-1944) se disputan el honor de ser los iniciadores y fundadores de la
misionología católica.
El pionero misionólogo católico Josef Schmidlin llamó la disciplina “Missionswissenchaft - Ciencia
de las Misiones”, nombre que llevará luego la facultad de misionología de la universidad de Münster –
Departamento de la ciencia de las misiones. Los autores posteriores debían elaborar su trabajo a partir
de las conceptos ofrecidos por de Warneck y Schmidlin.2
Durante el siglo XX, el tema de la misión en la reflexión teológica católica cobró una
importancia tal, que no hubo papa que no escribiese una encíclica referida al tema.
En época contemporánea “misionología” es generalmente el término preferido para esta disciplina.
Contiene el significado originario griego y latino de la palabra ciencia de las misiones (estudio de las
misiones). Se trata del estudio científico de la dimensión misionera de la fe cristiana que se constituye
por el Gran Mandato (según Matero 28,18-20).
Es una disciplina teológica que entraña un estudio sistemático y científico, es decir, la elaboración
del concepto de la Iglesia como misionera por naturaleza (AG 2). Además, la disciplina examina
científica y críticamente las actividades por medio de las cuales la Iglesia realiza su misión o su labor
de evangelización y de implantación de la Iglesia en los diversos pueblos (AG 6,9). En términos
técnicos, la misionología es aquella rama de la teología que estudia las acciones salvadoras del Padre,
del Hijo y del Espíritu en todo el mundo para establecer el reino de Dios. Estudia el mandato divino
dado a la Iglesia, el de llevar el mensaje evangélico a todo el mundo. Con la ayuda del Espíritu Santo,
en palabra y obra la Iglesia está encargada de llevar el evangelio y el plan de salvación a toda la
humanidad.
1
Francis Anekwe Oborji
2
Cf. J. VERKUYL, Contemporary Missiology An Introduction, Grand Rapids 1987, p1; J. A. B. JONGENEEL, Philosophy Science &
Theology of Mission in the l9th & 2Oth Centuries, 2 Vols Frankfurt 1995, p. 15ss.
1
Martes 8 de Marzo 2016
Documento 1
3
Cf. D. J. BOSCH, Transforming Mission: Paradigm Shifts in Theology of Mission, Maryknoll, New York 1993, p. 9.
4
Cf. Bosch, Transforming Mission, p. 10.
5
Cf. A. BELLAGAMBA, The Mission of the Church: A Commentary & Reflection on the Encyclical Redemptoris Missio, Nairobi 1993, p. 40ss.
6
Cf. BOSCH, Transforming Mission, p. 492.
2
Martes 8 de Marzo 2016
Documento 1
Según David J. Bosch la misionología tiene una doble tarea: una respecto a la teología y otra
respecto a la praxis (actividad) misionera7. Esto se explica mejor si seguimos el modo con el cual Karl
Müller encara el argumento cuando dice que la misionología tiene una función 1) De cara a la fe. 1) De
cara a las disciplinas teológicas. 3) De cara a la praxis misionera8.
1) De cara a la fe
Por cuanto concierne la primera (empeñada de cara a la fe), la misionología como disciplina
teológica debe hacer de la “dimensión” misionera su argumento más importante y hace de ella el
criterio y la medida de toda su obra: “La misión como preocupación de Dios mismo”, puesta en marcha
por Él y guiada por Él sólo hacia la plenitud en el reino escatológico. Esta dimensión significa que Dios
quiere la salvación del mundo y que es Dios que lleva a la salvación haciendo de su Hijo el Kyrios.
Esto constituye también la “intención” misionera: lo que significa que Dios lleva adelante la salvación
en el mundo por medio del testimonio del señorío de Cristo proclamado y, por tanto, realizada de parte
de los seres humanos. Es absolutamente necesario que la misionología no se quede exclusivamente
ocupado de la mutua relación sino que constantemente también busque tanto la dimensión cuanto la
intención. La misionología ha de evitar de ser una teoría confinada solamente a los especialistas
sin tener preocupación por la fe o, peor aún, sin atender a la situación concreta y a la realidad de
los fieles9
En este aspecto la misionología como disciplina teológica debe alcanzar una referencia dimensional
a la missio Dei en todo el “ámbito de la teología”, y esto más allá de los límites de la misión operativa
en el sentido tradicional. Por tanto, no puede referirse al factor misionero como si fuese una especie de
“disciplina arcana (oculta)” reservada a sí misma.
Pero, al mismo tiempo no puede intentar de convertir toda la teología en “misionología” y
presentarse como una disciplina autorizada a integrarlo todo sin ser capaz de poder hacerlo. Sólo en el
compartir con las otras disciplinas teológicas la misionología puede esperar de encontrar su lugar
propio. En la práctica esto significa que como disciplina teológica tiene que ser siempre
consciente que la “dependencia de las demás disciplinas teológicas” y valerse de sus ayudas. Por
ejemplo, la misionología debe permitir de ser enriquecida de parte del estudio de la exégesis bíblica, de
la historia de la Iglesia, de la teología pastoral, de la liturgia, etc. Lo que importa es que la misionología
busque el compartir con las demás disciplinas; y esto debe darse especialmente en todas las funciones
interdisciplinarias. Solamente de esta manera la misionología tendrá la posibilidad de interrogar a las
demás disciplinas para ver si y de qué modo pueden ajustar su empeño específico a la dimensión de la
intención misionera10
2) De cara a las disciplinas teológicas
Esto nos lleva a la segunda responsabilidad crítica de la misionología en el contexto de las
disciplinas teológicas mismas. También aquí la misionología tiene una función crítica para promover
continuamente que la teología ha de ser una theologia viatorum, es decir, en su reflexión sobre la fe la
teología debe acompañar el evangelio en su itinerario a través de las naciones y a través de los
tiempos11.
7
Cf. BOSCH, Trasforming Mission, pp. 496-498.
8
Cf. MULLER, Mission Theology, p. 16
9
Cf. H. W. GENSICHEN, Glaube fur die 'Welt: Theologische Aspekte der Mission, Gutersloh1971, p. 80; BOSCH, Transforming Mission, p.
25ss.
10
Cf. BOSCH, Transforming Mission, p. 30.
11
Cf. JANSEN-SCHOONHOVEN, Variaties op het thema "lending, Kok 1974, p. 14.
3
Martes 8 de Marzo 2016
Documento 1
12
Cf. BOSCH, Transforming Mission, p. 496.
13
Cf. VERKUYL , Contemporary Missiology, p. 5.
14
Cf. K. EARTH, Die Theologie und die Mission in der Gegenwart, in "Theologische Fragen
und Antworten", 3 (1957), p. 112ss.
15
Cf. E. CASTRO, Liberation, Development, and Evangelism: Must We Choose in Mission? in: «Occasional Bulletin of Missionary
Research*, 2 (1978), p. 87.
16
L. Rum, Mission — Gegenstand der praktischen Theologie oder Frage an die Gesamttheo-logie?, in, Praktische Theologie heute, F. KLOSTERMANN & R. ZERFASS
edd., Munich 1974, p.
240.
17
Cf. MOLLER, Mission Theology, pp. 24-27.
4
Martes 8 de Marzo 2016
Documento 1
Esto no quiere decir que la misionología debe hacer de estos (o de uno de estos) el tema de su
monopolio. Sin embargo, ha de estar atenta para que cada uno de estos temas goce de
reconocimiento de las demás disciplinas teológicas.
a) Misión
El término “misión” proviene del verbo latino “mittere” que significa enviar. De aquí que la palabra
misión lleva consigo las ideas de “envío”, “delegación”, “encargo recibido”. También lo podemos
relacionar con su equivalente griego “apostello”, del cual deriva la palabra apóstol. Esta idea de
“enviado” sí está presente en el Antiguo Testamento para referirse a los que Dios elige y envía (para
esto se utilizaba el término hebreo “saliah”). Este “envío” no se entiende en el sentido geográfico,
aunque tampoco lo excluye, sino en el sentido teológico.
En la teología medieval aparece el término “misión” en la reflexión teológica acerca de la Trinidad:
el Padre “envía” al Hijo; el Padre y el Hijo “envían” al Espíritu Santo.
A partir del siglo XVI, el término “misión” se utiliza para indicar la tarea de la Iglesia desarrollada
en la evangelización de América, aunque entendiéndola como una actividad de tipo institucional
promovida por el papado.
Hasta entonces, la labor evangelizadora de la Iglesia se explicaba con términos como predicación
apostólica, predicación del Evangelio, propagación de la fe, conversión de los gentiles, conversión de
los infieles, etc. Los encargados de realizar esta tarea recibían el nombre de “Obreros o Ministros
Santos del Evangelio”, “Encargados de convertir a los infieles”. Los protestantes los llamaban
“Plantadores de Iglesias”
b) Evangelización
El término “evangelización” proviene del griego “eu-angello” que significa “buena noticia”. Pone
de relieve lo que hace la Iglesia a través de sus enviados: servir al Evangelio, mostrar la presencia del
Reino de Dios y proclamar la Buena Nueva.
Este término es mucho más nuevo que misión. Fue utilizado por los protestantes mucho antes que
nosotros bajo la forma de “evangelismo” y adoptado por nuestra Iglesia como “evangelización” en el
siglo XX, popularizándose su uso luego del Concilio Vaticano II.
5
Martes 8 de Marzo 2016
Documento 1
En los documentos del Magisterio encontramos una recopilación de todos los datos básicos para una
teología sobre la misión.
Los documentos magisteriales preconciliares sobre la misión o "las misiones", se ciñen a la primera
evangelización, dejando entender una evolución armónica y homogénea sobre temas que se van
profundizando gradualmente buscando un mayor equilibrio: mandato misionero de Cristo, llamada a la
conversión y a la fe, implantación de la Iglesia, responsabilidad entre Iglesias hermanas, etc. Muchos
temas del concilio Vaticano II ya se encuentran esbozados en estos documentos preconciliares.
6
Martes 8 de Marzo 2016
Documento 1
La idea principal, de profundo significado y trascendencia misionera, que puede armonizar todos los
documentos, es la de "Iglesia sacramento", que en su dimensión misionera "ad gentes", se completa
así: "Iglesia sacramento universal de salvación" (LG 48; AG 1).1
La Iglesia que describe el concilio Vaticano II es "sacramento", en el sentido de ser signo transparente
y portador de Cristo para toda la humanidad. Afrontan unas realidades nuevas en el campo de la
evangelización, profundizando en la naturaleza misionera de la Iglesia como "sacramento universal
de salvación".
En 1965 en el marco del Concilio Vaticano II se publica el decreto conciliar Ad Gentes, que abriría una
nueva época en la reflexión misionológica, constituyendo un compendio de la teología misionera
actual. Aclaran conceptos misionológicas y abren nuevos horizontes a la misión eclesial.