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Corte Suprema de Justicia de la Nación

Russo, Francisco E. y otro c. Municipalidad de Buenos Aires • 09/06/1988

Publicado en: LA LEY 1988-E , 314 • Colección de Análisis Jurisprudencial Derechos Reales -
Director: Marina Mariani de Vidal, Editorial LA LEY, 2002 , 224 • Colección de Análisis
Jurisprudencial Elems. de Derecho Administrativo - Julio Rodolfo Comadira , 1102

Cita Fallos Corte: 311:977

Sumarios

1. 1 - La admisión de la expropiación inversa promovida por la mayoría de los condóminos


sólo significa, para quien no presta su acuerdo, una forma de sufrir los efectos de la
partición que los otros tenían derecho a pedir en cualquier momento.

2. 2 - Al haber sido debidamente citado al juicio el condómino de un bien sujeto a


expropiación indirecta y tenido la oportunidad de hacer valer sus derechos, la decisión de
disponer dicha expropiación por la mayoría de los condóminos no lesiona su garantía
constitucional de defensa en juicio.

3. 3 - La acción de expropiación indirecta o inversa tiene por objeto lograr del Estado, que ha
dispuesto por ley la expropiación del bien cuyo dominio restringe, la actualización normal
de aquélla al no haberse iniciado el procedimiento directo.

4. 4 - Cada propietario puede pedir en cualquier tiempo la división de la cosa común, cuando
no se encuentre sometida a una indivisión forzosa, siendo ésta una facultad de orden
público.

5. 5 - Procede el recurso extraordinario cuando, aun tratándose de materias reguladas por


normas de derecho común y de derecho público local, la resolución impugnada adolece de
defectos de fundamentación en forma tal que atenta contra las garantías de defensa en
juicio y de propiedad, circunstancias que otorgan suficiente materia federal.
TEXTO COMPLETO:

Buenos Aires, junio 9 de 1988.

Considerando: 1) Que contra la sentencia de la sala G de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo


Civil, revocatoria de la dictada en primera instancia, que hizo lugar a la excepción de falta de
legitimación manifiesta para obrar opuesta por la demandada, y, por ende, dispuso el archivo de
las actuaciones, los actores dedujeron recurso extraordinario, que fue concedido. Afirman los
recurrentes que dicho fallo es arbitrario, y lesivo del derecho de propiedad que asegura la
Constitución Nacional.

2) Que de las constancias de autos surge que la mayoría de los condóminos de un inmueble
demandaron su expropiación irregular. Sostuvieron que por ord. 10.051, del 2 de julio de 1963, se
afectó en forma total y sujeta a expropiación diferida, una determinada zona de la ciudad en la
que se encuentra ubicado dicho inmueble. Agregaron que, no obstante sus gestiones
extrajudiciales, el bien continúa afectado sin que la demandada llevase adelante la expropiación,
estado que limita su derecho de propiedad y que justifica la necesidad de esta acción de
expropiación inversa.

3) Que citado al juicio el restante condómino, titular de la cuarta parte indivisa, éste se opuso a
que su cuota fuese incluida en la pretensión de los demandantes y negó su adhesión a los
términos de la demanda. En esas condiciones, el a quo sostuvo que ninguno de los condóminos
puede disponer de toda la cosa sin el consentimiento de los otros, y que tampoco era posible la
expropiación de las parles indivisas de la mayoría, por cuanto ello conduciría a una coexistencia
del dominio público con el privado, cuya diversidad de regímenes la tornaban incompatible.

4) Que no obstante tratarse de materias reguladas por normas de derecho común, y de derecho
público local, en el caso existe cuestión federal bastante para habilitar esta instancia
extraordinaria, en tanto la resolución impugnada adolece de defectos de fundamentación en
forma tal que atenta contra las garantías de defensa en juicio y de la propiedad (arts. 17 y 18,
Constitución Nacional).

5) Que si bien es exacto que conforme al régimen del art. 2680 -no 2480 como cita la Cámara a fs.
112 vta.- del Cód. Civil, es necesario el acuerdo unánime de todos los condóminos para los actos
de disposición jurídica que se proyecten sobre toda la cosa, el a quo omitió armonizar los
principios emergentes de dicha norma y de otras aplicables en el ámbito del condominio con la
naturaleza y características del instituto de la expropiación, la que origina un vínculo de derecho
público, nacido de una manifestación unilateral de la voluntad del Estado (Fallos, t. 305, p. 407,
1987)
Afectado el inmueble de los actores por causa de utilidad pública, la decisión de enajenarlo ya no
es voluntaria sino forzosa, por lo que mal puede hacerse hincapié en la necesidad del acuerdo
unánime de los condóminos cuando su voluntad en materia expropiatoria es irrelevante frente a la
decisión estatal.

6) Que debe advertirse al respecto que si la demandada hubiese llevado adelante la expropiación,
esto es, si hubiese revestido el carácter de parte actora en estas actuaciones, el proceso no se
habría detenido por la falta de consentimiento de alguno de los copropietarios, cuya voluntad
habría sido inoperante para impedir la expropiación, y cuyos derechos se trasladarían sobre la
indemnización.

En estas condiciones, el resultado no puede ser diferente por el hecho de tratarse de una
expropiación inversa, donde lo que se invierte es la iniciativa procesal, ya que los afectados suplen
la inactividad procesal del expropiante. Ha dicho esta Corte que la acción de expropiación
indirecta o inversa tiene por objeto lograr del Estado que ha dispuesto por la ley la expropiación
del bien, cuyo dominio restringe, la actualización normal de aquélla al no haberse iniciado el
procedimiento directo (Fallos, t. 263, p. 502).

7) Que, de no admitirse el criterio expuesto, resulta que sobre el inmueble de los actores pesaría
una fuerte restricción a su derecho de propiedad, que no podría ser reparado, al no ser posible la
expropiación directa o indirecta de sus porciones indivisas, y tampoco reconocérseles legitimación
activa para promover la expropiación inversa, todo lo cual redundaría en una seria lesión al
derecho de propiedad que garantiza la Constitución Nacional.

8) Que, desde otro punto de vista, lo aquí resuelto no altera la situación del condómino que no
prestó su consentimiento, pues debe tenerse presente que cada copropietario puede pedir en
cualquier tiempo la división de la cosa común cuando no se encuentre sometida en una indivisión
forzosa (art. 2692, Cód. Civil), facultad ésta que es de orden público. Sin embargo, con el criterio
del a quo, so pretexto de proteger al condómino que no consintió la acción intentada, en la
práctica se llega a instaurar un estado de indivisión (arg. arts. 2326, 3475 bis, y nota al art. 669), no
aceptado por el codificador.

En cambio, la admisión de la expropiación inversa promovida por la mayoría de los condóminos


sólo significa para el restante una forma de sufrir las consecuencias de la partición, que los otros
tenían derecho a pedir en cualquier momento (arg. arts. 1324, incs. 1º y 3º, 2692/2693; 3462;
3465; y concs.). Además, al haber sido debidamente citado al juicio y tenido la oportunidad de
hacer valer sus derechos, lo resuelto no lesiona su garantía constitucional de defensa en juicio,
máxime cuando en el escrito de fs. 46/47 no se alegó razón alguna que justificase su oposición.

9) Que, por último, debe señalarse que lo decidido no implica abrir juicio sobre la procedencia de
la demanda intentada, sino tan sólo respecto a la legitimación activa de los demandantes, aspecto
aquel que deberá ser examinado por la alzada oportunamente.
Por ello, se deja sin efecto la sentencia apelada, con costas de esta instancia a cargo de la
demandada y del tercero citado ajuicio. Vuelvan los autos al tribunal de origen para que, por quien
corresponda, se dicte una nueva con arreglo a la presente.- Augusto C. Belluscio. - Carlos S. Fayt. -
Jorge A. Bacqué.

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