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INQUIETUD, SINDROME DE DEFICIT DE ATENCION CON

HIPERACTIVIDAD Y FALSO SELF MOTRIZ

Psic. Victor Guerra

"La salud incluye tanto la idea de una vida pletórica de actividades como el
encanto de la intimidad".
(Winnicott,D.,1967)

La descripción del hoy llamado síndrome de déficit de atención con hiperactividad


(A.D.H.D.) tiene una larga historia iniciada supuestamente en 1845, cuando un
escritor alemán de cuentos infantiles llamado Hoffman, publicó un libro que
muestra las conductas de un niño "Zappel-Philips" (Felipe el travieso), aunque Still
fue en 1902 quien hizo la primer descripción clínica. Desde esos tiempos a la fecha
han habido un larga serie de modificaciones que le otorgan un lugar especial en el
campo de la psicopatología infantil, ya que pocos trastornos han sufrido tantas
mutaciones en su nominación. (Alves Barbosa,G. 2000)
En la actualidad uno de los criterios de mayor referencia es el del DSM
IV,estableciéndose una distinción entre tres subtipos de síndromes. Pero que se
caracteriza esencialmente por tres elementos: la inestabilidad motora, la dificultad
para mantener la atención en las tareas que la requieren, y la impulsividad
(AlvesBarbosa 2.000).
Los datos epidemiológicos son variados y oscilan entre el 2% al 15%, siendo por
lo tanto uno de los trastornos de mayor prevalencia en el campo de la psiquiatría
infantil.(Alves Barbosa,2000 y Fejerman, N.1998). Cabe consignar que la
diferencia porcentual significativa estaría entre otras cosas determinada por los
diferentes criterios diágnósticos utilizados por el investigador. La relación en
cuanto a la diferencia de sexos indicaría una proporción de 4 varones a 1 niña.
Con respecto a la etiología existe una fuerte inclinación a atribuir la misma a
aspectos de diferente índole. Catwell (1966) sostiene que sería parte de una

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enfermedad transmitida genéticamente con trastornos tiroideos que provocarían
problemas de conducta acompañados de síntomas del déficit de
atención/hiperactividad.
No se encontraron evidencias de anomalías estructurales utilizando tomografía
computada y resonancia magnética (Murphy 1996). Existen más consenso en
pensarlo como un trastorno neuroquímico, ya que se observa un desequilibrio
entre distintos neurotransmisores como adrenalina, noradrenalina y dopamina y
alteraciones en los autoreceptores de catecolaminas y disfunción lateralizada del
hemisferio derecho. (Nadeau,K.1997, citado por Heydl,P. y De Quiros,B. 2000)
Pero existiría un consenso de que ninguna alteración de un único sistema de
neurotransmisores puede ser responsable por un síndrome tan heterogéneo como
el A.D./H.D (Cantewl,D. 1996, citado por Rhode,,L y Rufoni,C. 1997)
En parte por ello es que algunos autores defienden la presencia de factores de
orden psicosocial, por ej., Hernandez (1989) sostiene el factor de depresión
materna y la determinación de los vínculos familiares. Habría una hiperactividad
de comportamiento debido a que el mayor contacto padre hijos se da cuando el
niño llama la atención a través de su hiperactividad. También otros investigadores
como Mash y Johnston (1985) han concluido que las madres de niños con este
síndrome tienen alto nivel de stress y depresión, existiendo una alta tasa de
problemas conyugales.
Un estudio prospectivo de 267 familias indicó la influencia del comportamiento
materno. (Jacobvitz,Sroufe, 1987) Dicho comportamiento fue evaluado
sucesivamente cuando el niño tenía seis meses, dos y tres años y seis años..
El estudio ha demostrado que la intensividad de los cuidados maternos
(interrupciones frecuentes e interferencias fisicas de las actividades emprendidas
por el bebe), la seducción del comportamiento materno( búsqueda de contactos
físicos y sensuales) y la sobreestimulación (juegos demasiados complicados e
intercambios verbales demasiado frecuentes) eran predictores de un
comportamiento hiperactivo manifiesto a la edad de cinco o seis años.

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La conclusión apuntaría que la etiología es múltiple, donde si bien inciden
fuertemente factores neuroendocrinológicos, los factores ambientales coadyudan
en diferente nivel de acuerdo a cada caso.

Así vemos que dado el enorme interés que despierta el tema en los últimos años ha
habido un sinnúmero de investigaciones y trabajos que exploran este síndrome
desde los más diferentes puntos de vista. Esto no ha sido punto de observación y
reflexión solamente desde el campo cientifico. En ese sentido J. Bergés (1997)
señala que entre 1970 y 1985 hubieron mas de 700 publicaciones, que entre 1985 y
1995 hubieron otras 1200 publicaciones.

La palabra hiperactivo o déficit atencional parece formar parte de todo aquel que se
precie de tener un cierto grado de preocupación por el desarrollo infantil.
Numerosas revistas de difusión cultural han destinado espacios para intentar
clarificar la incidencia de esta enfermedad en los niños de hoy en día.
Pero también percibimos que el concepto una vez que forma parte del universo
cultural
-sobre todo en el campo de las mas media-, es despojado de su sentido estricto y su
gama de sentidos se abren en un abanico tal, que muchas veces parece que
cualquier forma de actividad o inquietud del niño es un signo
patognomónico de este síndrome.
La necesidad del ser humano por tratar de apresar lo desconocido y dominar las
incertezas, empuja a realizar generalizaciones arbitrarias sobre el comportamiento,
y en este caso conduce a realizar diagnósticos “hiperactivos” (signados por el
apuro) del hiperactivo.
Al mismo tiempo, quiero señalar dos aspectos observables de nuestra realidad
cotidiana. Uno es que se aprecia como progresivamente en los últimos años, los
niños (por lo menos los de nuestro hemisferio cultural) presentan mayores rasgos
de inquietud motriz y de dificultad en lo que se ha dado en llamar “la puesta de
limites” (Cortezzi Reis,C. 1995, (Guerra,V. 2000).
Y en segundo lugar como desde diferentes autores y desde diversas disciplinas se
ha marcado la preocupación por el exceso de diagnóstico, e incluso llegando al

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extremo de que algunos psiquiatras llegan a plantear como necesario el empleo de
medicación contra el déficit atencional de forma preventiva -incluso en niños
preescolares-, sin saber a ciencia cierta las consecuencias de un uso prolongado de
la droga metilfenidato (ritalina). (Soprano.A. 1998).
Es desde estas reflexiones que surge en mi la pregunta: todos los niños
inquietos y distraídos poseen un déficit atencional con hiperactividad?

ASPECTOS CULTURALES

Pero esta situación sin duda compleja posee diferentes vértices de reflexión, y uno
de ellos es la prevalencia de cambios a nivel cultural en relación al papel de la
actividad en el desarrollo del niño de este nuevo siglo.
La actividad, la inquietud y las señales de vitalidad del niño de hoy forman parte de
una apreciación cultural , donde se integra casi como una característica
necesariamente positiva del sujeto (niño).
En un trabajo anterior intentaba reflexionar sobre los cambios culturales
producidos en nuestro medio ,en este fin de siglo-nuevo milenio, donde emergen
una serie de representaciónes cultural de la infancia que vehiculizan los
ideales provenientes de la cultura1, en los que el niño ideal portaría algunas
características tales cómo:

- Activo.
- Espontáneo (casi transgresor).
- Persistente.
- Autónomo.
- Precoz (motriz e intelectualmente).
- Conectado (en casi permanente interacción con los objetos y/o las
personas).

1
Sé que siendo este un tema muy amplio hago un recorte muy selectivo de la información, y que además en
toda cultura existen múltiples representaciones sobre la infancia, pero existe cierta coincidencia en diferentes
autores (Guerra,V. 2.0000) en jerarquizar algunos de los puntos que señalo.

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Desde otras disciplinas el historiador L. de Mouse (1982) nos habla que en las
últimas décadas las tendencia parental está sostenida en la creencia de que el niño
sabe mejor que los padres lo que necesita en cada etapa de su vida. Implica la plena
participación de ambos padres en el desarrollo de la vida del niño, esforzándose
por empatizar con él y satisfacer sus necesidades peculiares y crecientes. Se
buscaría responder continuamente a sus necesidades, jugar con él, tolerar sus
regresiones, interpretar sus conflictos emocionales y proporcionar los objetos
adecuados a sus intereses en evolución.
Según este autor , la educación ideal tendría como resultado: un niño amable,
sincero, que nunca está deprimido, que nunca tiene un comportamiento
imitativo, de voluntad firme, y en absoluto intimidado por la autoridad”.

Por otro lado la revolución teconológica que implica el mundo de la cibernética y de


las telecomunciaciones otorga un valor central a la comunicación rápida y casi
instantánea, por lo que los parámetros comunicacionales y del manejo de lo
temporal han sufrido un cambio vertiginoso.Y es desde estos cambio que postulo
que un alto nivel de actividad se integra como paradigma cultural reconocible e
investido como un postulado resaltable.
Pero cobra un sentido diferente cuando recae sobre “el hiperactivo” como objeto de
diagnóstico. Si bien aquí debemos resaltar el avance científico que implica la
posibilidad de diagnosticar precozmente el A.D.H.D. e implementar los
tratamientos adecuados, también abre un punto de interrogación el apuro por
clasificar a los niños en este síndrome. Por ej. Miller (1978) estudió durante 10 años
290 niños rotulados por médicos y educadores como hiperactivos, pero desechó
220 de ellos porque no reunían los requisitos necesarios para el diagnóstico.
Este exceso de diagnóstico problematiza el lugar de la inquietud motriz en el
desarrollo del niño. Es así que surge las pregunta que muchos cuestionan: ¿todos
los niño inquietos y distraídos poseen un déficit atencional con
hiperactividad?

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ASPECTOS DIAGNÓSTICOS

Dado lo complejo del síndrome y las diferentes series de variables biológicas,


psicológicas, familiares y sociales en juego, el diagnóstico debería ser abordado
desde diferentes puntos de vista en un equipo interdisciplinario.
Una compleja serie de variables hace que el diagnóstico deba realizarse en forma
rápida y certera, obviando la visión del equipo, para realizarlo a partir de los
elementos que aporta el DSM IV, y/o la aplicación de escalas y cuestionarios a los
padres y a las Maestras. Sabemos que esto conlleva sus riesgos ya que evita la
profundización de los aspectos neuropsicológicos y psicodinámicos de la
estructuración psíquica del niño.
Hay autores que sostienen en cambio la idea de una profundización del diagnóstico
a través de las evaluación de las características atencionales, ya sea mediante la
aplicación de test especificos o computarizados, asi como la necesidad de
evaluación de otros instrumentos neuropsíquicos como la memoria, la percepción,
el lenguaje, etc..Y estudio psicológico (psicodinámico) personalizado del niño. (por
ej. ver Soprano,A. 2.000, Kachinovsky,C. 1998 ,Bagattini,C. 1998, )

PAPEL DE LA CULTURA Y LA ESCUELA

Además existe otro punto a considerar que es el de las expectativas culturales de


adaptabilidad del niño al “curriculum” que debería ir cumpliendo.
Creo que hay un consenso sobre el hecho de que el niño en este nuevo siglo “debe”
mantener un ritmo de actividad mucho mayor del que realizaba el niño unas
décadas atrás.
Circula en la cultura la idea de que cuanto más precozmente el niño pueda
incorporar conocimientos , mayor desarrollo tendrá y es asi que muchas veces se
sucede lo que se denomina “el niño de agenda completa”. Donde además del
colegio, la oferta del mercado del desarrollo infantil, nos seduce con múltiples
actividades sumamente interesantes, que de no ser mediadas y filtradas por los

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padres, parecerían ir llevando al niño a un incremento de actividades “por el bien
de su futuro” que configuran en algunos casos una exigencia desmedida.
Y en estos casos entra también el papel de la escuela en el desarrollo y la imagen del
niño. Si bien este punto no podré desarrollarlo aquí, quiero señalar como la escuela
es designada por la cultura como la proveedora de conocimientos y estimulación
que conducirán al niño a alcanzar ese desarrollo pleno y precoz de su personalidad,
que lo convertiría en un hombre de éxito en un mundo tan cambiante y
competitivo.
Y también , muchas veces la escuela termina por trasladar a los técnicos la urgencia
porque el niño se adapte a los planes de estudio y rinda de acuerdo al ideal
propuesto. Esto, conlleva a que muchas veces se pueda diagnosticar
adecuadamente dificultades tempranas de adaptación y aprendizaje, tomando las
indicaciones terapéuticas necesarias para que el niño pueda desarrolar sus
potencialidades.
Pero , en otros casos, ocurre que la urgencia por la adaptabilidad hace que se
busque soluciones ultra rápidas, y ante la inquietud infantil, se observa un
“diagnóstico precoz”, muchas veces hecho por las propias Maestras del A.D.H.D.,
ejerciéndose una forma de presión en los padres y en los técnicos para buscar una
solución rápida.Solución que muchas veces conduce a que el niño sea medicado
con “ritalina”.En Uruguay a veces se habla de colegios “ritalinizados” por el alto
porcentaje de niños (mas de la ecuación esperable de 1 de cada 20) que consumen
dicha medicación.

Un punto más sobre el diagnóstico.


Si bien los elementos citados anteriormente, forman parte del proceso diagnóstico,
desde mi experiencia creo que es necesario investigar especialmente, el lugar que
ocupa la actividad en la familia, así como su par opuesto: la pasividad.
Muchas veces al "abrir" las historia familiares, nos encontramos con duelos no
elaborados, pérdidas que cobraron un valor traumático, momentos de quiebre de la
estructura familiar (a veces en el plano transgeneracional), que traen como
consecuencia un especial valor asignado a ese hijo y a las señales de vitalidad que
pueda desarrollar.

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En algunos casos el movimiento y las señales de vitalidad y autonomía del niño,
ahuyentan fantasmas depresivos en la madre. Podríamos pensar que la
hiperactividad configuraría un equivalente depresivo tanto del niño como de la
madre.
En los casos que intento describir el reclamo parental (a veces concentrado en la
madre) es el de que el niño a través de su distractibildiad e hiperactividad, “está
siempre llamando la atención”. Y es en estas situaciones que hay que tomar las
palabras con toda su fuerza expresiva del deseo inconciente. Ya que ese llamado de
atención no nos hablará ciertamente de un “déficit atencional”?. Pero de un
déficit de atención afectiva temprana, que alterado el circuito libidinal y la
estructura del vinculo padres-bebe, tomaría otras vías de expresión a través de lo
que "parecería ser" un sindrome de déficit atencional?2.

En una posición tal vez extrema, J.. Bergés (1997), sostiene que detrás de todo niño
hiperactivo se esconde un fantasma de muerte .El dice que el niño con su
funcionamiento “responde a lo que cree que es el deseo de la madre. Las madres
que excitan al niño todo el tiempo, tienen un deseo inconciente de muerte porque
la inmovilidad es la muerte”.
Cobra así relevancia el papel de la mirada materna, ya que muchos
comportamientos del
hiperactivo se desencadenan más intensamente ante dicha presencia . Este autor
llega a plantearse que, “sería necesario interrogarse acerca de la oportunidad y la
legitimidad de contemplar la inestabilidad, síndrome psicomotor, como “acting”
del deseo de la madre”.(Berges,J., 1990)

ASPECTOS CLINICOS

En mis reflexiones clínicas voy a aportar la idea de tres formas de funcionamientos


diferentes, cuyo eje central es la inquietud motriz, y las dificultades con la atención.

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Naturalmente debemos pensar en que la hiperactividad es a la vez un llamado de atención al medio
ambiente,una comunicación estruendosa de las dificultades del niño, a ser escuchada por la familia. Para
Bergés (1997) en estos niños,“su déficit es que no pueden hablar, no pueden decir”. El cuerpo habla por ellos.

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No me ocuparé en este caso del tema de la comorbilidad y de la interpenetración de
los diferentes formas de funcionamiento del niño 3
Como forma de organizar mis planteos propongo tres formas diferentes de
manifestación de la inquietud en el niño.

1) Los niños que han sido diagnosticados en equipo interdisciplinario, que


mantienen las características del síndrome de déficit atencional, donde una de
las indicaciones terapéuticas principales es la de medicación (ritalina), junto
con el trabajo compartido de otros abordajes (ya sea psicomotricidad,
psicoterapia o trabajo con los padre y la familia, etc)

2) Niños que poseen una estructura neurótica ,con un desarrollo en múltiples


planos de su psiquismo y que la inquietud con la distracción es situacional, y
estaría en parte en relación con diferentes factores, tanto neuropsicológicos como
emocionales por ej, la presencia de fallas en las funciones instrumentales
(inteligencia, lenguaje, psicomotricidad) (Ravera,C.1999,.Ponce de León,E. 1998)
O por ej. (en el plano emocional) duelos no resueltos de la madre o flia., y\o con
aspectos en el cual ese niño colma el horizonte libidinal materno. El hijo continúa
siendo el objeto que la completa, y que la inquietud que lo caracteriza estaría al
servicio del placer narcisista de la madre.
Se observan dificultades con los limites y en general una cierta anulación de la
figura paterna, ya que no puede haber una interdicción que opere entre la madre y
su hijo. Podríamos pensar que el movimiento es una forma de descarga de la
excitación por la forma de seducción que se establece entre la madre y su hijo,.
Presentan la mayoría de las veces una intensa angustia de separación, y
trastornos de sueño en un contexto de conflictiva edípica, donde no
ubicaríamos la dificultad en un plano primario de la estructuración psíquica. 4

3
Sabemos que puede coexistir en un niño tanto una desatención cuyo origen se encontraría en el deficit en los
neurotransmisores, con una estructuración neurótica o psicótica que contribuye en el plano clínico a la
presencia de la impulsividad e hiperactvidad.
4
Estos casos tambien los denomino como una variedad del “falso self motriz”, tal cual lo describo en un
trabajo anterior.(V. Guerra 1998).

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3) Son los casos que se mantiene el hecho en común de la inquietud motriz, pero
que poseen características peculiares en su funcionamiento psíquico y relacional.
Pensándolos desde el punto de vista psicoanalítico (y especialmente desde
Winnicott), son niños –que sin ser psicóticos en el plano clínico- tienen
dificultades en la sensación de existir, en el poder mantener una
sensación de continuidad existencial.
Se observarían fallas en la estructuración psíquica, particularmente en lo que
respecta al desarrollo emocional primitivo (1945)5

En el contexto de una conflictiva con una prevalencia de aspectos arcaicos en su


conflcitiva edifica. Algunas de las características que presentarían serían las
siguientes:

- Sustitución de la dependencia normal del objeto materno por la actividad y el


movimiento excesivo y desorganizante.
- Incremento del dominio de los objetos (pulsión de dominio)
- Precoz autonomia e independencia.
- Escaso reclamo de contacto afectivo, pareciendo autoabastecerse afectivamente.
- Ausencia de angustia de separación.
- Ausencia de experiencias de relajamiento y sosiego (no toleran la sensación de
vacío)
- Impulsividad marcada con poca tolerancia a la espera y a la frustración,
- Trastornos de conciliación de sueño.
- Pobreza en el juego simbólico.
- Dificultades en atender una tarea y realizar un proceso en el que esté
involucrada la continuidad.
- Uso del “otro” más como un “parteneire” de su despliegue motriz, que como
contenedor de sus emociones en un tipo de relación objetal.

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Son niños que tienen ciertos rasgos en común con lo que describiera Ravera,C. (1998) desde el punto de
vista psicomotriz como "niños con inquietud y fallas en los limites discriminativos", y desde la perspectiva
de clasificación francesa, algunos aspectos de las llamadas "disarmonías evolutivas".

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¿Como pensar los “movimientos “ de estructuración psíquica en estos niños?.
Reflexionando sobre el papel del movimiento en la estructuración psíquica es que
planteo la idea de que estos niños funcionarían como un falso self motriz.
Tomo el concepto de falso self de Winnicott, cuando sostiene una forma de
división básica de la personalidad (o más bien bipolaridad), en la que encontramos
al verdadero self y al falso self.
Dice a este respecto. "En la fase más precoz, el ser verdadero consiste en la
posición teórica de donde proceden el gesto espontáneo y la idea personal. El
gesto espontáneo representa al ser verdadero en acción”.
“Solo el ser verdadero es capaz de crear y sentirse como real" (1960)
El falso self sería una organización defensiva creada para la protección del núcleo
del verdadero self. Sería la parte del sujeto adaptada a la vida social, en tanto el
verdadero self permanece oculto. Pero cuando el falso self asume prematuramente
el cuidado y protección del self (que debería ser una función materna), da por
resultado una vida con sentimiento de futilidad (1954)
Winnicott (1965) planteó que ante fallas en el cuidado materno, algunos niños
deben hacerse cargo de la irrupción de falla ambientales. Señala por ej. "que el bebe
sobrevive por medio de la mente. La madre explota la capacidad del bebe para
concebir cosas,cotejarlas y comprenderlas. Si el bebe tiene un buen aparato
mental, este pensamiento se convierte en sustituto del cuidado y de la adaptación
de la madre. El bebe hace de madre de sí mismo comprendiendo, pero
comprendiendo demasiado", (falso self intelectual).
Parafraseando a este autor me plantearía si en estos niños no se daría que "hacen
de madre de sí mismo moviéndose, pero moviéndose demasiado", (falso self
motriz).
¿Porque no pensar que en vez del intelecto sea la actividad motriz, el
desplazamiento y el apoderamiento de los objetos y el espacio lo que brinden la
función de seguridad y cuidado del self?.
Veamos a través de un ejemplo clínico algo de lo señalado.

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VIÑETA CLINICA.

Presentaré algunos aspectos de un niño al que llamaremos Juan de 6 años cuyo


motivo de consulta fue: inquietud, dispersión atencional, impulsividad y
dificultades de integración escolar.
Presentaba además serias dificultades con los límites, y dificultades para dormirse.
Se le realizó un estudio psicodiagnóstico, estudio computarizado de la atención e
impulsividad, un estudio del lenguaje y psicomotriz.6
Se llegó a la conclusión que no portaba un A.D.H.D., siendo un caso dificil de
diagnosticar, llegándose a la idea de una disarmonía evolutiva con la presencia de
elementos primarios fallidos en su estructuración (clasificación francesa).
Por los elementos que he señalado e iremos viendo, desde el ángulo de la
estructuración de su self, pienso que funcionaba como "falso self motriz".
De su historia diremos brevemente que por motivos de orden familiar (accidente,
enfermedad y muerte de un Tío materno) la madre reconoce no haber podido estar
-en la etapa temprana- disponible afectivamente para su hijo, el cual parecía que se
las arreglaba solo, no demandando mucha atención afectiva. Se entretenía con
diferentes objetos sin que pareciera un juego creativo Siempre se mostró
independiente, dominante, no manifestando nunca angustia de separación.

El caso fue abordado inicialmente por una terapia psicomotriz y más adelante
comenzó conmigo un psicoterapia con una frecuencia de 2 sesiones semanales.
Es necesario consignar que en el colegio al cual concurría el niño había una
expectativa de que se lo medicara (ritalina) ante la idea de que se trataba de un
niño con A.D.H.D. Este hecho debió ser frenado por el equipo técnico, y se optó por
no medicarlo y apostar a los otros tratamientos.

En lo que respecta al trabajo psicoterapeútco las sesiones conmigo oscilaban entre


momentos de auténtico vértigo de movimiento jugando al football o haciendo
carreras de autos arrastrando las sillas, donde yo siempre debía perder. Daba

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cuenta de un altísimo grado de excitación y serias dificultades de control de sus
impulsos. Y esto lo alternaba con momentos de repliegue y aislamiento en los que
acostado se chupaba el pulgar.
Posteriormente –en el trabajo analítico- se empezó a dar un cambio cuando pudo
desarrollar un juego mas sedentario y podía quedarse tranquilo: era el juego del
lleno y el vacío.7
Ese juego , que en diferente variaciones ocupó durante meses nuestro trabajo
terapéutico, consistía en que yo debía encarnar un personaje débil, con mucha
hambre , y debía pedirle que me diera algo ya que tenía la barriga vacía.
A lo que él me respondía que: “no señor, no tenés nada en la barriga, ni en
el corazón”.
Me señalaba que yo era pobre y no tenía nada, ni comida , ni nada, y en cambio él
iba a diferente lugares (Mac Donald, y otros restaurantes conocidos en la ciudad) y
comía las comidas más anheladas por los niños.
Él armaba un espacio simbólico que configuraba ese restaurant, estableciendo un
límite que yo no podía franquear. Desde el “lado del vacío” yo reclamaba por
alimento y atención. Y marco este aspecto de atención porque desde mí emergía la
idea de que él proyectaba en la situación y me hacía vivir aspectos primarios de su
self en torno a la carencia de atención y el vacío afectivo. Es asi que yo le reclamaba
por comida y por mirada.
A: “Por favor (yo debo estar acostado sobre un colchón) señor, deme algo de comer
o por lo menos míreme un poco. Mire como estoy!.
P: “No te miro nada, embromate y arreglate solo”.(mientras tanto él seguía
comiendo su sabrosa Big Mac)
A: “Pero yo no tengo fuerza y usted tiene todo!”.(lo miraba con desesperación y
haciendo gestos de que “se me hacía agua la boca”, levantaba temblorosa mi mano
y pedía aunque sea una migaja)

6
El niño fue estudiado y los tratamientos se realizaron en la clinica interdisciplinaria:Clinica 1, y la
coordinadora del caso fue la Dra. C. Bagattini
7
En este espacio no puedo desarrollar aspectos del trabajo que ,concomitantemente realizaba el paciente con
la Psicomotricista Claudia Ravera, donde a veces desplegaba con ella aspectos primitivos de la relación
materna , donde por ej.ella debía encarnar el papel de una bruja muy mala que quería atraparlo y quitarle la
piel.

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P: “Si...y bueno, es así” (y luego me decía en voz baja que me siguiera quejando y
pidiendo).

Considero este juego muy significativo porque muestra la vivencia de desamparo,


caída y vacío que poblaban por momentos el mundo interno del niño, que encubría
como una cortina de humo, su inquietud. Lo interesante es que en la medida que se
pudo tramitar esta fantasmática en la transferencia (interpretada
fundamentalmente "desde y en" la zona de juego), reproduciendo activamente lo
que sufrió pasivamente, podía alcanzar momentos de sosiego (relajamiento).
Haciendo aparición el progresivo privilegio de la palabra y del registro simbólico y
no meramente motriz.

Otra característica de este niño era la de tener una resistencia muy marcada para
dormir, y mas específicamente para poder entrar en el relajamiento previo al
sueño. Los padres relataban que desde pequeño se dormía prácticamente por
agotamiento, sin reclamar mucha atención .

De las características señaladas en esta forma particular de construcción del self


(falso self motriz), querría jerarquizar tres aspectos: 1) la excesiva autonomía sin
angustia de separación, 2) el papel del movimiento (como opuesto al
relajamiento), y de la pulsión de dominio, 3) los trastornos de conciliación del
sueño.

1) Excesiva autonomía sin angustia de separación

La sensación de continuidad (en el sentido de continuidad existencial desde


Winnicott) que el bebe iría armando a partir de las experiencias primarias con una
“madre suficientemente buena “ donde la dialéctica entre los procesos de
integración-no integración, personalización, e ilusión-desilusión, van permitiendo
tolerar el vacío y desde allí ir adquiriendo la categoría presencia-ausencia y dar el
salto hacia la simbolización; no se dan, o mas bien presentan dificultades
importantes.

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Entre otras cosas, el entrecruzamiento de factores constitucionales del niño y las
dificultades de contención materna coadyudan para que el niño busque la
sensación de continuidad desde afuera de su ser, a través de la actividad motriz, y
el ejercicio de la pulsión de apoderamiento en el sentido que Freud, Kreisler y Fain
la jerarquizan. Pasa a tratar de dominar, poseer los objetos y el espacio alrededor,
sin manifestar angustia de separación.
Personalmente jerarquizo este aspecto, y en forma muy resumida quiero señalar
que desde diferentes autores se ha manifestado esta señal como un mojón
estructurante de la subjetividad en ciernes. Desde Spitz (1977) con la identificación
de la angustia del octavo mes, hasta Mahler (1987) con la crisis de reacercamiento
del segundo año de vida, se sostiene que la posibilidad de la constancia objetal e
interiorización de la relación con el objeto, está marcada por la manifestación del
rechazo a la separación-ausencia del objeto de amor.
Esto daría cuenta de una posibilidad de ligar la pulsión a un objeto a través del cual
se vehiculiza el deseo. En la ausencia de angustia de separación unida a la
autonomía precoz habría una forma de prescindencia del objeto materno que
genera efectos potencialmente patógenos en la estructuración. Al no contar el
"otro" materno como objeto privilegiado se altera el circuito libidinal y falla la
articulación del procesamiento del par presencia-ausencia (Casas,M.1999), y la
construcción del cuerpo erógeno como eje estructurante.
Así el movimiento substituye al reclamo por el "otro", y el cuerpo se convierte en
fuente de descarga de la excitación, con un precario pasaje por lo representacional.

2) Papel del movimiento (como opuesto al relajamiento), y de la


pulsion de dominio

Parece que sustituyen el apego intenso por el objeto materno por la hipertrofia de
la pulsión de dominio (1) en relación a los objetos, obviando por momentos la
participación del otro en la relación con el uso de los objetos, incluso en el plano
lúdico. Son niños que en su precoz independencia dan muestra muy
tempranamente de una autonomía motriz marcada gestando una imagen falsa de
precocidad motriz.

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Podrían dar la impresión de haber adquirido como categoría psíquica lo que
Winnicott (1958) denominara “capacidad para estar a solas”. Pero esto no deja
de ser algo fallido ya que el sustrato previo del encuentro de relación de ego
(allegamiento yoico) ha mostrado dificultades importantísimas.8
Así los momentos en que estos niños se entretienen y pueden estar solos , tomado
como signo de madurez emocional no se instaura realmente , y en cambio lo que
encontramos es una seudo independencia al servicio de un autosostenimiento
patológico. Autosostenimiento que se abastece básicamente por la inquietud motriz
exagerada y la prescindencia de la natural dependencia del otro, para pasar a estar
investidos prioritariamente los objetos y el espacio en un vértigo de movimiento9.
A su vez lo que no se puede tramitar es la experiencia estructurante que Winnicott
denominara no integración, que es vivenciada como una experiencia que vá
unida a una sensación de relajamiento, de falta de actividad, de tolerancia de lo
informe (Winnicott 1972). Esta experiencia implica la tolerancia de una espera,
de un vacío no angustiante que prepara al sujeto para la acción y la
creatividad. Es desde este posicionamiento que el sujeto sentiría la
vivencia de existir.
Esta experiencia de origen primario es para este autor de radical importancia "Lo
esencial es la más simple de todas las experiencias, aquella basada en el
contacto en ausencia de actividad, en la cual existe un espacio para el
sentimiento de unidad entre dos personas que en realidad son dos y no una sola.
Estas cosas le dan al bebe la oportunidad de ser, a partir de la cual puede surgir
a continuación todo lo que tiene que ver con la acción y con la interacción. Aquí
está la base para lo que gradualmente se convierte, para el niño, en la experiencia
de ser" (1965)
Esta serie de experiencias no fueron vivenciadas por el niño por diferente motivos,
entre ellos la tendencia que ya señaláramos a una autonomía precoz y la necesidad
de que este niño dé señales de actividad y vitalidad que alejen fantasmas depresivos
y/o de muerte.

8
En relación al tema del allegamiento yoico remito al lector al excelente resumen sobre el tema que realizaran
Davis y Wallbridge ((1981)

16
Asi es que el niño en vez de buscar el contacto con el otro, lo rechaza y en su
inquietud extrema que lleva a la puesta de “límites” de parte del adulto, está
implícita una búsqueda de límites de su self, y que a veces el choque contra los
objetos o los contactos violentos con las personas es una forma de buscar un
continente, una envoltura ante la sensación de desborde.10Un intento desesperado
por encontrar de alguna forma la sensación de ser.

Desde otra perspectiva mas freudiana parecerían haber importantes dificultades en


el manejo de la excitación en el plano psíquico, comprometiéndose asi la
motricidad como descarga y a su vez intento de neoregulación del funcionamiento
psíquico (B. Brusset 1990). Como señala M. Fain “la motricidad está tanto más
implicada en la patología cuanto más insuficiente es la investidura”. (Brusset
1990)
Desde el plano lúdico asimismo no podemos pensar que en su funcionamiento
psíquico este niño esté transitando el espacio transicional. Su actividad lúdica es
más una “actividad” que algo lúdico-creativo.
Estaría ausente la vivencia creativa del juego como: “forma de exploración en la
que el self se busca a sí mismo....donde buscarse puede ser la única forma posible
de existencia, sin que jamás llegue uno a encontrarse” (A. Green, 1978)
No sería entonces el juego una forma de elaborar la re-unión con la madre11
sino que dado el tipo de relación de objeto donde no habría un pleno encuentro
libidinal y dentro del
marco de la ausencia de angustia de separación , nos planteamos que más que
elaboración de la separación nos enfrentaríamos a una forma de renegación o
desmentida de la separación, tal cual lo planteara inicialmente Winnicott y R.
Gaddini.
En ese aspecto tendría elementos en común con lo que nos aportara Renata
Gaddini en relación a la patología del objeto precursor (por ej., en el

9
Autostenimiento que algunos autores denominan: “procedimientos autocalmantes” (Smajda,C.(1993),
Boubli,M.2002)
10
Esto nos llevaría a reflexionar sobre otro tópico, como el de la construcción dela imagen corporal en estos
niños.,así como el del papel de la provocación y de la transgresión. Temas que no abordaré en este trabajo.
11
Winnicott jerarquizaba el guión, “ese breve trazo que une y separa a la vez”.R. Gaddini (1978)

17
automecimiento, la tricotilomanía y la rumia), pero con la diferencia que en la
situación clínica que ella relata habría una prescindencia total del objeto libidinal y
un retiro del mundo exterior casi con características autísticas. En lo que yo intento
describir esto no estaría presente, ya que el niño buscaría una forma de
autosostenimiento tratando de desmentir su necesidad de dependencia del objeto
(el rechazar la ayuda y el aporte del otro). Además son niños que pueden ser muy
sociables, que llaman la atención por la precoz adaptación a las situaciones nuevas,
pero también por su labilidad atencional, y la falta de limites, donde la
presencia del otro contaría como “partenaire” de su despliegue motriz,
y no como un objeto que pueda contener sus emociones y establecer un
vinculo objetal.

3) Trastornos de conciliacion del sueño

Se observan las dificultades para poder conciliar el sueño, ya que como decía en
relación a la viñeta clínica, estos niños se duermen por agotamiento. Los mismos
padres relatan, que la hora previa al sueño es un momento sumamente stresante ya
que en el niño se da una especie de batalla contra el sueño. Cuando parece a punto
de dormirse , parece revelarse y recomienza su desasosiego. Considero que esta
dificultad estaría en relación con la reactivación de las dificultades primarias en
vivir las experiencias de no integración-relajamiento.
Lo que no tolera el bebe o el niño es la pérdida de control de su cuerpo, y si
investigamos la historia de las prácticas familiares de adormecimiento nos
encontramos muchas veces, con que es desde allí que los padres marcaban la
precoz autonomía del niño. A veces nos hablan de su hijo, como “que se dormía
solito, no reclamaba nada, lo único si, es que se ponía insoportable o
acelerado, hasta que se dormía casi de golpe”.
Estaría ausente el espacio previo al dormir entendido como espacio de contención
psíquica a través de los rituales de separación propios de lo infantil, con su cortejo
de mimos, canciones de cuna, cuentos y objetos que acompañan la transición de la
separación (objetos transicionales).

18
Lo que se observa a veces es la presencia de succión de dedos en algo que estaría –a
mi juicio- a medio camino entre una expresión del autoerotismo con la recreación
fantasmática del objeto, y el objeto precursor que introducido en la boca dá al self
la sensación de continuidad perdida.
Es que justamente la irrupción del relajamiento previo al sueño parece
ser vivido como un corte en la continuidad del existir.
Un ejemplo literario ilustra estos aspectos. La maestría de I. Calvino pinta en su
novela “El caballero inexistente”, lo que trato de describir:
“Agilulfo Emo Bentrandino de los Guildivernos y de los otros, de Cerbentras y Sura,
caballero de Selimpia, Silterior y de Fez ,era caballero de los ejércitos de
Carlomagno. La longitud de su nombre iba a la par con la precariedad de su
“existencia”. El caballero inexistente habita dentro de una armadura blanca donde
no hay nadie......Agilulfo es sólo una fuerza de voluntad que quiere existir. Por tanto
querer ser Agilulfo no tiene alivio. Cuando llega la noche y el ejército se recoge
quedando sólo las guardias, a Agilulfo le está negado el descanso. “El no puede
dormirse, ni siquiera dejar vagar su pensamiento a través de fantasías, imágenes
imprecisas, ensoñaciones.....Aquel poder cerrar los ojos, perder la conciencia de
sí, hundirse en el vacío de las propias horas y luego, al despertar, volverse a
encontrar igual que antes, para reanudar los hilos de la propia vida, era algo que
Agilulfo no podía saber, y su envidia por la facultad de dormir, propia de las
personas existentes, era una envidia vaga, como una cosa que no puede ni
siquiera concebirse”.....
Si en la noche:”el mundo de su alrededor se esfumaba en lo incierto, en lo
ambiguo, también él se sentía ahogar en una mórbida penumbra, sin conseguir
que aflorase del vacío un pensamiento claro.....Se sentía mal: eran los momentos
en que creía desfallecer; a veces sólo a costa de un esfuerzo extremo lograba no
disolverse”.......”Yo me encontraría perdido si me adormeciera aunque sea sólo
por un instante –dijo bajito Agilulfo-, mejor dicho yo no volvería a encontrarme
con nada, me perdería para siempre. Por eso paso muy despierto cada instante
del día y de la noche”.(Calvino,I.,1980)
Las magistrales impresiones transmitidas por I. Calvino, coinciden (o expresan
mejor) con mi perspectiva y creo que también con la de J. Bergés (1997) cuando

19
dice: “en el hiperactivo, la hiperquinesia le sirve para no dormirse. “Yo combato,
lucho de manera motriz contra la llegada del sueño”

EPÍLOGO

Querría terminar , y a la vez continuar en el camino que los poetas nos proponen,
haciendo mías las palabras de Winnicott cuando decía “si hay algo cierto en lo
que digo, se verá que los poetas ya han hablado de ello”. (citado por
Mannoni,O.1978). Por ello, para acercarme más vivencialmente a encontrar
palabras que nos ayuden a entender la gama de sensaciones que podrían definir
estos casos, apelo a lo que escribiera O.Paz (1998), quién en su poema "Prisa",
logra transmitirnos profundamente el espesor de las vivencias de estos sujetos:

“Nada me detiene. Tengo prisa, me voy. Adónde?. No sé, nada sé, excepto que no
estoy en mi sitio.
Desde que abrí los ojos me di cuenta que mi sitio no estaba aquí, donde estoy, sino
en donde no estoy ni he estado nunca. En alguna parte hay un lugar vacío y ese
vacío se llenará de mí y yo me asentaré en ese hueco que insensiblemente
rebosará de mí, pleno de mí hasta volverse fuente o surtidor. Y mi vacío, el vacío
de mí que soy ahora, se llenará de sí, pleno de ser hasta los bordes.
Tengo prisa por estar. Corro tras de mí, tras de mi sitio, tras de mi hueco.....Tengo
ganas de estar libre de mi prisa, tengo prisa por acostarme y levantarme sin
decirme: adiós, tengo prisa”.

Finalmente. Esa dialéctica entre el movimiento, el vacío y la plenitud forma parte


de todos nosotros en estos tiempos que vivimos tan acelerados e “hiperactivos”.
Pero pensamos que en estos pacientes, esa prisa por correr tras de su ser necesita
del sosiego de nuestra mirada y de un no apurarnos a clasificarlos
“apresuradamente” en un diagnóstico psicopatológico que -algunas veces- está más
al servicio de llenar nuestro propio vacío con un saber totalizante, que el
aproximarnos a entender la problemática en juego e implementar la ayuda

20
necesaria ya sea psicoterapia, medicación o la espera prudente del tiempo de
maduración y elaboración del niño y la familia.

Psic. Victor Guerra.


Alfredo Baldomir 2442, apto. 202.
C.P. 11300. Pocitos.
Tel. 709-44-55
Montevideo.
E mail: vguerra@internet.com.uy

NOTAS

(1) Con relación a la pulsión de dominio(bemachtigung), sería inicialmente una


"pulsión no sexual que solo se une secundariamente a la sexualidad y cuya meta es
dominar por la fuerza el objeto" (Laplanche y Pontalis,1981)
M. Fain (1977) retoma el concepto freudiano y lo desarrolla en relación a los casos
de mericismo y megacólon funcional y jerarquiza el hecho de que es una pulsión
que se dirige desde el principio al objeto externo y constituye un elemento de la
crueldad del niño. Señala la diferencia entre los que se llamaría pulsión de
dominación y la de dominio (bewzltigung), la que siguiendo a Laplanche y Pontalis
estaría más al servicio de dominar la excitación y de la ligazón.
Existen obviamente puntos de contacto entre estos conceptos ya que el intento de
dominio del objeto, es a su vez una forma de dominar la excitación y de ligarla.
Como señala M. Casas (1999) en la primera tópica la pulsión de apoderamiento
(dominio) precede como origen lógico a la pulsión de muerte de la segunda tópica.
En Freud (1905) se jerarquiza que "la actividad es producida por la pulsión de
apoderamiento a través de la musculatura del cuerpo"

21
Si bien en todo juego infantil se encuentra esa "matriz de apropiación" (Casas,M.
1999), considero que en los casos que describo, durante el juego, no se daría la
infiltración libidinal, ya que es más bien una actividad de apropiación, posesión del
juguete y de la excitación; que de creación, desplazamiento y vehiculización del
deseo.

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