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LA VIOLACION DE DERECHOS HUMANOS Y LA RESPONSABILIDAD DEL

ESTADO EN
“LA MASACRE DE MAPIRIPAN,1997”

A lo largo de la historia se ha evidenciado trágicamente, como Colombia ha sido


escenarios de 1.982 masacres, entre 1980 y 2012 a manos de grupos
paramilitares, guerrillas y la fuerza publica colombiana, lo cual muestra una
inequívoca señal de que en el territorio colombiano la muerte ronda y el Estado
falta.

Prueba de esto, es lo ocurrido el entre el 15 y 20 de julio de 1997 en el municipio


de Mapiripán, en donde paramilitares de las Autodefensas Unidas de Córdoba y
Urabá, ACCU, con la participación del ejército y la policía de Colombia decidieron
privar de su libertad, torturar y asesinar a más de 49 ciudadanos, tras lo cual
destruyeron sus cuerpos y arrojaron los restos al río Guaviare, la cifra de víctimas
aun no es exacta después de tanto tiempo. Esta tragedia buscó consolidar la
imagen de Carlos Castaño, luego de la muerte de su hermano Fidel. Y lo
decidieron hacer en Mapiripán, un lugar al que esa organización consideraba un
enclave de las FARC.

Y es que esta masacre es igual de lamentable que las demás, sin embargo, su
particularidad radica en el hecho de que existió la participación de varios oficiales
del Ejército y altos mandos de las fuerzas armadas como el general Jaime
Humberto Uscátegui y el mayor Hernán Orozco y más de 100 uniformados más. El
estado no mostro interés en brindar ayuda y su falta de investigación y sanción a
los responsables, lo deja ver sin duda alguna como cómplice de tan horrorosa
violación de derechos humanos.

Estamos hablando de los derechos fundamentales del ser humano como la vida,
la integridad, el derecho internacional humanitario y las garantías judiciales, los
que fueron violados a las victimas y sus familiares, por esta razón la corte
Interamericana de Derechos Humanos, decide condenar al estado colombiano el
15 de septiembre de 2005 y establece la reparación a las víctimas, desde el
perdón, la indemnización, la integración a la sociedad, hasta el tratamiento
psicológico por el daño causado.

Un suceso que muestra lo sarcástico y contradictorio del preámbulo de la


constitución política el cual establece “que asegurará a sus integrantes la vida, la
justicia, la libertad, la paz, etc.”, pues el acto cometido por los uniformados quienes
un día juraron proteger la vida, la integridad y de mantener la seguridad de la
nación representa vergüenza y fue una burla a los derechos constituciones
establecidos en la madre de Leyes.

Muchos colombianos afirman que el paramilitarismo siempre ha conservado una


estrecha relación con el Estado; hay quienes dicen que el paramilitarismo es una
política de terrorismo de Estado, mientras que para otros se trata de una
respuesta a los abusos de la guerrilla de ciudadanos desamparados por la
ausencia del Estado: curiosamente, tanto para unos como para otros, la
responsabilidad del Estado es central e innegable, por acción o por omisión.

Resulta increíble entender como a pesar de la voluntad de la mayoría de sus


habitantes de mantener la paz, un país rico y lleno de gente amable con calidad
humana, se ha convertido en uno de los más desiguales y violentos del mundo a
causa de la lucha de poderes con el paramilitarismo, el narcotráfico, la corrupción
y otros flagelos que se encargan de sembrar el temor y de manchar cada vez más
la bandera de Colombia con el rojo de la sangre sus víctimas, pues actos como el
sucedido son el pan de cada día.

Una masacre que no solo conmovió todo el territorio nacional si no que tuvo gran
lamentación a nivel internacional, debido a la gran magnitud de repudio de la
sociedad contra las autodefensas y el estado en particular por participar y permitir
tan horrorosa y despiadada crueldad en contra de la población civil.
Mapiripan 24 años después sigue siendo un pueblo sinónimo de la barbarie
paramilitar que se vive en Colombia a causa del conflicto armado. Para este
municipio no existe una reparación que minimice el daño, ni alivie el dolor que
sintieron las victimas y que aun padecen sus familiares, aun más sabiendo que el
estado que los debe proteger fue quien contribuyo al despeje arbitrario de su
derecho fundamental “la vida”.
UNA MASACRE EN MANOS DEL ESTADO

https://rutasdelconflicto.com/masacres/mapiripan-1997
https://www.unidadvictimas.gov.co/especiales/site-mapiripan/index.html
https://www.elespectador.com/judicial/la-ingrata-huella-de-las-masacres-en-
colombia-article/
https://centrodememoriahistorica.gov.co/tag/mapiripan/
https://www.youtube.com/watch?v=n6lwXoH45Es
http://www.centrodememoriahistorica.gov.co/descargas/informes2013/bastaYa/
basta-ya-colombia-memorias-de-guerra-y-dignidad-2016.pdf

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